Capítulo 1 -


El sol se ocultaba lentamente en los cielos del Sengoku, dando paso a una fría noche. Inuyasha y sus amigos se encontraban en las afueras de un bosque, preparando un pequeño campamento que les ayudará a pasar la noche.

Había un muy buen ambiente rodeando al grupo de amigos, estos últimos días algo había cambiado entre ellos. Inuyasha estaba tratando de reducir sus peleas con Kagome lo cual parecía tenerla de muy buen humor y cuando Kagome está de buen humor, todos tambien lo estan.

Inuyasha se preguntaba si Kagome había notado los pequeños cambios que él había comenzado a tener hacia ella. El hanyou ya no trataba de hacer pelea cuando Kagome tenía que regresar a su hogar a combatir sus extraños exámenes esos, además rara vez la insultaba, y ahora trataba de estar de acuerdo con ella la mayoría del tiempo (no siempre, eh! solo la mayoría del tiempo, nunca iba a estar de acuerdo con que fuera amable con el odioso de Koga...ese maldito lobo). Todo esto había resultado sorpresivamente en menos y menos visitas al suelo para Inuyasha por lo que no se quejaba para nada y además a Kagome se le veía más relajada y si Kagome había notado cambio alguno, no le parecía sospechoso o simplemente había decidido no mencionarlo y la verdad, Inuyasha estaba agradecido por eso.

El Hanyou se preguntaba por qué no había hecho esto antes. Le encantaba pasar el tiempo con Kagome y sus peleas eran algo regular en su relación. Era como un ciclo; las cosas van bien, luego Inuyasha hecha todo a perder con su gran bocota, Kagome se molesta, le grita, él le gritó de regreso, le dice cosas de las que se arrepiente, ella lo manda al suelo, hay unos cuantos días de tensión en el grupo hasta que Kagome con su gran corazón decide perdonarlo y las cosas vuelven a ser como antes. regresa y repite. y repite una y otra vez.

La verdad era un cambio agradable, un tanto extraño pero sin embargo agradable.

Eso si, solamente se estaba mostrando más amable con Kagome unicamente.

-Inuyasha! si tan solo hubiéramos caminado unos cuantos minutos más hacia la aldea yo nos hubiera podido conseguir un buen lugar para pasar la noche! y comida! mucha comida! -se quejaba Miroku mientras ponían el campamento.

-No pasa muy amenudo -comenzó a hablar Sango -pero estoy de acuerdo con el monje esta vez, miren esas nubes parece que podría comenzar a llover en cualquier momento.

-Quejas quejas quejas! es todo lo que pueden hacer! un poco de lluvia no mata a nadie, ademas que tiene de malo la comida que nos prepara Kagome?

Todos miraron curiosos a Inuyasha y él juró que vio a Kagome sonrojarse un poco por un momento. oh no! ahora el se estaba sonrojando también, y bastante! por qué no lo podían dejar en paz?!

Luego Sango comenzó a reír.

-Vaya Inuyasha, no iba a decir nada pero te has estado portando terriblemente amable con Kagome ultimamente, por que sera?

-Callense! no tengo idea de lo que están hablando, ocupense de sus propios asuntos!

-No hay porque ponerse a la defensiva, Inuyasha. -dijo Miroku con un poco de picardía.-A decir verdad, yo tambien lo he notado. Vamos Inuyasha, dinos lo que está pasando por esa cabecita tuya.

"Creo que se a lo que se refieren" pensó Inuyasha. "Pero no tienen ni idea…"

-Y ahora que lo mencionan -comenzó a hablar el pequeño zorrito Shippo. -Inuyasha tampoco ha ido a visitar a Kikyo en las últimas semanas… es muy sospechoso!

-Tienes razón Shippo, muy muy sospechoso.

-Que guarden silencio! dejen de tratar de analizar todo lo que hago! además no tiene nada de malo ser amable de vez en cuando, no es así Kagome?

La chica miro a Inuyasha y en su cara él pudo ver que había un poco de duda en sus ojos pero como siempre Kagome le dedicó a Inuyasha una enorme sonrisa, de esas que solo ella podía hacer y que lo iluminaba más que el sol.

-No tiene nada de malo, ahora vengan ya o la comida se enfriara.

Y como siempre todos obedecieron a Kagome, se sentaron alrededor de una cálida fogata que los protegía de esa helada noche. Kagome les había preparado hermoso delicioso Ramen para todos y el grupo de amigos charlaba muy amenamente, nada fuera de lo común. El Hanyou se encontraba agradecido que sus amigos hubieran decidido olvidar en tema de el y de Kagome, pero aun asi el se encontraba un poco metido en sus pensamientos.

Inuyasha se preguntaba de nuevo como seria la vida para todos una vez que esta ilusión acabara, una vez que el enviará a Kagome a casa definitivamente. Por lo usual trataba de alejar estos pensamientos ya que no hacían más que deprimirlo pero esta vez, no podía apartar el mal presentimiento de que algo malo iba a pasar… o quizá era la culpa, tarde o temprano tendría que bajar a Kagome de esa nube de sueños en la que se encontraba, y la regresaria al futuro, que es donde ella pertenecía.

De un momento para otro el ambiente murió, todos callaron y levantaron su mirada hacia el cielo cubierto de nubes, pero aun así se podían ver las serpientes caza almas de cierta sacerdotisa muerta, y entonces Inuyasha supo que ya era tiempo.

Luego todos los ojos de sus amigos cayeron expectantes en él, pero su mirada solo encontró la de Kagome y nada más importaba, Inuyasha sintió que se le rompía un poco el corazón, él conocía esa mirada, la que le silenciosamente le rogaba que no fuera a encontrarse con Kikyo, pero lo que Inuyasha estaba a punto de hacer era mucho peor.

Luego Kagome se paró y comenzó a caminar en dirección contraria de donde se encontraban las serpientes de Kikyo en el cielo.

-Sango, estoy cansada de estar sentada aquí, voy a dar un paseo me acompañas?

Inuyasha notó como la exterminadora se sorprendió por un momento, pero no dudo en ponerse de pie rápidamente para seguir a su amiga, no sin antes dedicarle una mirada de mil demonios a Inuyasha quien se encontraba agradecido que las miradas no pudieran matar o ya estaría tres veces muerto.

-Tengan cuidado! -les dijo Miroku. -Y si comienza a llover regresen por favor, no queremos que se pierdan.

-No se preocupe Monje Miroku.

-Y no se les ocurra seguirnos! -gritó Sango antes de que las dos chicas se perdieran en la distancia.

-No! como se les ocurre? -respondió Miroku. -...Inuyasha? no las vas a seguir?

-Eh? Que estas sordo o que, Miroku? no escuchaste que no quieren que las sigamos? No quiero que Kagome se moleste conmigo por seguirla. -dijo el Hanyou.

Shippo y Miroku se miraron confundidos entre sí.

-Y desde cuando te importa si la señorita Kagome se molesta contigo o no? Te preguntamos esto hace un rato pero ahora estamos solo nosotros tres...y Kirara pero ese no es el punto! dinos qué está pasando contigo y la señorita Kagome, no me digas que al fin decidiste madurar porque te diste cuenta de tus sentimientos hacia la señorita Kag- pero Miroku no terminó de hablar gracias a los gritos de Inuyasha.

-Cállate Miroku! No tienes idea de lo que estás hablando, mis sentimientos por Kagome no van más allá de la amistad y lo sabes!

-A ver, entonces estas diciendo que al parecer quieres a Kagome de la misma forma que me quieres a mi, Miroku y a Sango? -Preguntó Shippo posándose en el hombro de Miroku.

-No tiene caso que sigan con esto ya se los dije, amor es el que siento por Kikyo, quien murió por mí, estoy muy agradecido por Kagome y pronto me asegurare de que lo sepa, pero no puedo corresponderle de la misma forma, además ella no es de este mundo, su tiempo aquí se acaba, en cambio Kikyo-

-Inuyasha! -Lo interrumpió Miroku quien se miraba un poco molesto. -Debo de recordarte que la señorita Kikyo tampoco es de este mundo.

-Ella está muerta! -le gritó Shippo a Inuyasha. -Kagome pertenece más aquí con nosotros que Kikyo!

-Ustedes no lo comprenden! con Kikyo es diferente -Continuó el Hanyou. - A ella le hice una promesa, no la puedo romper.

-Te refieres a seguirla a el inframundo cuando todo esto termine?

-Si, eso tambien. Ahora si no les molesta, no quiero hablar mas al respecto. -El Hanyou ya cansado del tema se sentó en el suelo y le dio la espalda a sus amigos.

Miroku suspiró pero al parecer el monje no se iba a dar por vencido tan fácilmente.

-Esta bien Inuyasha, mira -comenzó de nuevo a hablar Miroku y éste extendió sus manos hacia los lados. -En esta dirección -continuó el monje levantando su mano derecha. -se fue la señorita Kagome, y en esta otra, -dijo mientras levantaba su mano izquierda mientras señalaba en el cielo las serpientes roba almas. -esta Kikyo. dime, Inuyasha, qué dirección vas a tomar?

Si le hubieran preguntado esto días atrás, o la noche anterior la respuesta habría sido muy clara "Kikyo, Kikyo, siempre Kikyo, quien me amó primero, quién me mató, quien murió por mí y a quien le hice una promesa que no puedo romper." Pero ahora que el adiós con Kagome estaba cada vez más cerca, el Hanyou se encontraba un poco confundido.

Al parecer había pasado mucho tiempo en silecio ya que Miroku se había cansado de esperar alguna respuesta y se marchó a sentarse al pie de un árbol con Shippo en su hombro.

-Esta bien Inuyasha, no tienes que decidir esta noche. -dijo Miroku.

"Excepto, que si tengo que decidirlo ya" Y con ese pensamiento se preparó para lo que sea que le esperara el resto de la noche.


-Que me dice excelencia? Que Inuyasha no se fue con Kikyo mientras me fui con Kagome?- preguntó sorprendida Sango tratando de susurrar.

-Exactamente! tal parece que Inuyasha está madurando y dejara de hacer sufrir a la señorita Kagome, por cierto, de que hablaron mientras estaban lejos?

Las orejitas de Inuyasha temblaron, de que habían estado hablando?

-Shh! eso es un secreto de chicas y jamas podria romper la confianza de Kagome así!

-Pero Sanguito! yo te dije todo lo que pasó hace rato con Inuyasha!

-Pero yo no le pregunte! usted me dijo por que asi lo quiso! monje chismoso!

Y así comenzó otra tipica discusion de Miroku y Sango, ellos creían que estaban siendo discretos...si como no! Aun estando reposando en la rama de un árbol Inuyasha lo había oído todo! Un dia de estos Miroku se las iba a pagar. Sango tenía razón, él si era un monje chismoso!

Pero ahora no había tiempo para eso, era ahora o nunca. Kagome había acabado de dormir a Shippo, Las serpientes caza almas seguían en el cielo, Inuyasha podría jurar que las escuchaba diciéndole "hazlo, hazlo, hazlo! esta es tu última oportunidad!"

Esta era la tercera vez que las serpientes caza almas se aparecían desde su última conversación con Kikyo y él sabía exactamente lo que significaba, Kikyo ya no le estaba dando mas tiempo, tendria que hablar con Kagome de una vez por todas.

En silencio y con resignación Inuyasha se bajó del árbol en el que se encontraba y se dirigió hacia Kagome. Inuyasha sentía como si cada paso que tomaba se quebraba un hueso.

Sintiendose debil Inuyasha se aproximó hacia la chica azabache y la llamó.

-Kagome…

la chica se sobresaltó al escuchar su nombre, Inuyasha no la culpó, había mucho silencio.

-Inuyasha. Pasa algo? -Preguntó ella mirándolo con preocupación, entonces Inuyasha se dio cuenta que se veía hermosa. Recordó cómo la había llamado fea todas esas veces cuando su aventura apenas acababa de comenzar pero rayos no era cierto! Los ojos que lo miraban brillaban como dos estrellas robadas del cielo, Kagome se había robado las estrellas del cielo!

El Hanyou no podía encontrar las palabras para romperle el corazón a Kagome...como se suponía que iba a hacer esto?

"Concentrate, Inuyasha! esto no puede seguir así! tu no amas a Kagome, es tu amiga por eso te sientes asi, pero tu solo podras ser feliz con Kikyo! Kikyo! Kikyo!"

-Te encuentras bien? -Preguntó Kagome sacándolo de sus pensamientos.

-No es nada...tengo...tengo que decirte algo, ven acompáñame.

Y sin mas Inuyasha tomó a la chica de la muñeca y la arrastró con él hacia el bosque sin siquiera esperar una respuesta, no podía posponer esto más, tenía que hacerlo por Kikyo!

Caminaron lo suficiente para no ser molestados, podrían encontrar su camino de regreso? Inuyasha estaba demasiado distraído para prestar atención hacia dónde se dirigian, podía percibir el nerviosismo y la incertidumbre de Kagome quien no paraba de hacer preguntas, después de un rato se rindió y cedió al silencio de Inuyasha.

-Esta bien, ya estamos aquí. -dijo Inuyasha

-Aquí donde? que tiene de especial este lugar?

-Que está lo suficientemente lejos del campamento.

Kagome lo miro confundida. -De que se trata todo esto Inuyasha? estas bastante extraño, me preocupo por ti. -entonces Kagome tomo la mano de inuyasha y por un momento el olvido completamente todo.

"Aun puedes cambiar de opinion…Inuyasha"

-Dime que te pasa, a mi me puedes contar todo, ya lo sabes. -esta vez fue él quien tomó su otra mano.

-Kagome… -Ella le sonrió y de repente nada más importaba, solo estaban ellos dos, su amor y la noche. Inuyasha rodeó a Kagome con sus brazos, no estaba pensando, simplemente lo hizo y ella le correspondió el gesto. No podían despegar la mirada de la del otro, Kagome lo miraba como si él fuera la persona más importante del mundo. Inuyasha no pudo evitar un sentimiento de calidez que esa mirada despertó dentro de él. quería estar con Kagome, siempre.

Sus rostros se fueron acercando poco a poco, Inuyasha ya sabía lo que significaba, trató de no pensar mucho en eso, trato de no pensar mucho en nada en absoluto, estaba a punto de besar a Kagome.

"Kagome, Kagome, Kagome…"

Solo un poco más, pero los centímetros que los separaban eran más que eso, no eran solo centímetros, eran kilómetros, años, siglos de distancia…no podía hacer esto, simplemente no podía.

-No! -gritó Inuyasha mientras apartaba a Kagome de el.

-No? -preguntó Kagome. sonaba herida. -Por qué no?

Inuyasha le dio la espalda a Kagome, nunca se imaginó que enfrentarla de esta manera seria tan dificil. "Naraku, este sería un buen momento para atacar…"

Pequeñas gotas de lluvia habían comenzado a caer, se escuchaban perfectamente con el pesado silencio creado entre el Hanyou y la chica del futuro.

Kagome suspiró.

-Esta bien, lo siento no debí de haber hecho eso, ahora dime porque me trajiste aquí de una vez por favor. -No sonaba feliz, pero tampoco molesta. Sonaba rota.

"Todo esto es mi culpa, debí de haberle dicho de una vez, he empeorado las cosas"

-Kagome, no se como te lo vas a tomar pero, es que...yo, ehm...tu…

-Vamos habla ya no me pongas asi!

-Kagome, las cosas tienen que cambiar! -El Hanyou había comenzado a gritar, no era su intención gritarle a Kagome, pero no sabia que hacer.

-Explicate por favor, no te comprendo.

-Ya no puedes seguir aquí con nosotros! -ahí está, lo había dicho, bueno lo había gritado pero ya no había marcha atrás.

Pasaron unos momentos de silencio en los que Kagome lo miró como si estuviera loco.

-Por qué no?

El Hanyou tomó aire y se preparó para pronunciar las palabras más difíciles de su vida.

-Kikyo se ofreció a venir con nosotros, yo le dije que si.

Kagome se mordió el interior de la mejilla y desvió su mirada de la de Inuyasha. El Hanyou creyó ver una lágrima correr por su rostro, pero bien podría haber sido una gota de lluvia.

-No me importa. -dijo Kagome aun sin atreverse a mirar a Inuyasha. -Yo prometí quedarme aquí hasta que la perla estuviera completa y eso haré, mi vida no gira en torno ti, ella puede venir con nosotros, no es necesario que yo me vaya.

-No lo entiendes Kagome, eres tu o ella.

-Desde cuando ha sido asi, Inuyasha? Dime! -le gritó Kagome. -Estas conmigo y luego corres hacia ella, o al revez, estabas a punto de besarme hace un rato y ahora me dices que es ella?

-Kagome, tu no lo entiendes! siempre ha sido ella! desde antes de que te conociera, entiende! Tu no perteneces aquí tienes que regresar a tu mundo!

La lluvia caía con más intensidad, pero Inuyasha estaba convencido que el agua que cubría el rostro de Kagome venia de sus ojos.

-Eres un egoísta! qué hay de nuestros amigos! Puedo renunciar a mis sentimientos hacia ti si quieres, pero no me hagas renunciar a mis amigos, a mi responsabilidad de completar la perla! No me hagas esto!

-La decisión está tomada Kagome, yo amo a Kikyo y ella nos acompañara, tu tienes que regresar de donde viniste!

Kagome se cubrió el rostro con sus manos, sus palabras apenas un susurro.

-No puede ser… -dijo ella mientras levantaba el rostro para enfrentar a Inuyasha. -Desde hace cuanto tiempo supiste que Kikyo se uniria al equipo? Es por eso que actuabas tan extraño? Demonios, Inuyasha! Debiste de haberlo dicho antes! En lugar de eso, me hiciste creer...me hiciste creer que podía haber algo entre nosotros.

Inuyasha se acercó a ella para tratar de calmarla.

-Kagome tu no lo comprendes

-No me toques! -le gritó ella mientras se apartaba de él. -Duele más que cualquier herida hecha por Naraku.

-Kagome por favor

-No! Corre! Ve por Kikyo! Ella está aquí esta noche, no es verdad? Dile que lo haz hecho, que me lo haz dicho todo! Los dos podrán ser felices y yo me iré! Eso es lo que quieres verdad?

El Hanyou comenzaba poco a poco a perder la paciencia.

-Si Kagome! te lo dije! quiero que te vayas! Pronto no habrá espacio para ti aquí!

-Me mandas saludos del infierno porque allí es donde ella te va a llevar!

-Callate!

-Es la verdad y lo sabes!

-Que te calles!

-Ya le dio nuestros fragmentos a Naraku una vez! Que te hace pensar que no habrá una segunda!

-No tienes idea de lo que estas hablando! Tu nunca seras la mitad de lo que Kikyo alguna vez fue! Ni para mi, ni para nadie por eso te tienes que ir!

Las palabras de Inuyasha lo sorprendieron tanto a él como a Kagome, en sus ojos podía verlo. La había roto irremediablemente y a el tambien.

Kagome no gritó, no alzó la voz para nada, fue un pequeño susurro apenas audible, pero aun así las perlas en el collar obedecieron y mandaron a Inuyasha al suelo.

El Hanyou no tenía las fuerzas ni las ganas para levantarse, el impacto no dolió tanto comparado con lo mucho que le había dolido su conversación con Kagome. Le tomó más de lo común levantarse, él esperaba ver a Kagome aun llorando, o mirándolo con desprecio, en lugar de eso lo que vio fue a unos muy empapados y enojados Sango y Miroku.

-INUYASHA! gritaron simultáneamente sus amigos.


Demonios, sus amigos los habían seguido, Inuyasha había estado tan distraído que no los había notado hasta el momento en el que ellos decidieron dejarse ver, lo habían escuchado todo.

–Pero qué has hecho!- le reclamó Sango. –Como se te ocurre decirle todas esas cosas! Eres despreciable! Ve por ella!- le gritó Sango quien se encontraba bastante agitada y molesta, al parecer ella también estaba a punto de llorar y Miroku estaba tratando, no con mucho éxito, de calmarla.

-Ya,ya Sango, calmate.- pero las palabras de Miroku no parecían afectar a Sango en lo absoluto.

-Y tu Inuyasha! -Hablo molesto Miroku. -Como se te ocurre dejarla ir en el medio de la noche! La tormenta acaba de comenzar puede estar en peligro! Ve por ella! No seas tonto y piensa en su seguridad, Sango y yo te ayudaremos a buscar, vamos Sango.- dijo el monje mientras tomaba su mano.

Inuyasha aunque aún se encontraba mal y no creía poder enfrentar nuevamente a Kagome, entendió lo que Miroku quería decir, es verdad no la podía dejar sola en el bosque en una noche como esta a pesar de todo jamás se perdonaría a sí mismo si algo le pasara a Kagome por que el no estuvo ahí para protegerla, nada podía herirla jamás.

"Inuyasha, tu ya la heriste, peor que nadie"

El Hanyou se estremeció, era verdad, pero no era tiempo para sentirse culpable ahora solo importaba encontrar a Kagome, y rápido!

Los tres se pusieron en marcha, buscaron por todo el bosque, en cada cueva, en cada rama de árbol, por doquier. Quizá fue por la tormenta que se les dificulto la búsqueda, pero después de lo que parecieron horas enteras nadie la encontró.

-Quizá la señorita Kagome no quiera ser encontrada ahora.- dijo Miroku. –Seguiremos buscando en la mañana, o quizá para esa hora ella sea la que regrese con nosotros, hay que descansar si es que queremos seguirla buscando mañana.

-Cómo crees que vamos a descansar si Kagome está sola en el bosque, Miroku! Hay que encontrarla ya! -dijo Inuyasha

-Tu te callas! -le contestó Sango. -que de no ser por ti nada de esto hubiera pasado! querías que se fuera ahí lo tienes! Si yo fuera ella tampoco quería ser encontrada en este momento!

-La señorita Kagome es fuerte, tampoco me gusta la idea de que este sola, pero por el momento necesita espacio, si no quiere ser encontrada no hay nada que podamos hacer, ya veremos en la mañana.

Así regresaron los tres al campamento, el ambiente entre ellos era tenso, Inuyasha sabía que Sango y Miroku lo culpaban y no quería ni pensar en la que se armaria cuando Shippo supiera lo que había ocurrido, pero ese era el último de sus problemas ahora. Había ido mal! todo había salido completamente mal, Kagome lo odiaba y no habia vuelta atras. Las probabilidades de que no volvieran a ver a Kagome después de esa noche eran demasiadas y se comian vivo a Inuyasha.

"Quiero que te vayas!" le había dicho, pero en ese momento no había nada que él deseara más que verla otra vez, sana y salva al menos una ultima vez mas.

"Kagome...Donde estas?"


Y aqui esta! No tienen ni idea de todos los problemas que me dio este capitulo, ya lo tenía escrito de la versión anterior pero como que no me gustaba mucho y esta es la cuarta vez que lo escribo hasta que al fin medio quedo como queria, a eso se debió la tardanza espero que me perdonen, ayer fue mi cumpleaños y pase escribiendo toda la tarde...para que vean lo dedicada que soy con esto!

Si les pareció bien este capitulo dejen reviews por favor :3 y espero poder subir nuevo capitulo la otra semana! Hasta la proxima

-FlorabellaJansen