Capitulo 1: Parte 2
Llegó el amanecer del día siguiente. La lluvia había parado pero las nubes grises aún no abandonaba el cielo. La noche anterior había sido muy molesta para todos, apenas fueron capaces de descansar, no era la lluvia lo que los molestaba en absoluto, eso lo podían soportar. De todas formas, ellos habían pasado por peores condiciones climáticas.
Lo que en realidad los tenía tan inquietos era la discusión que había dado lugar entre Inuyasha y Kagome la noche anterior, en la que ambos se habían dicho de todo e Inuyasha había terminado por echarla del grupo para traer en su lugar a la sacerdotisa muerta, Kikyo.
Inuyasha aun trataba de procesar los sucesos de la noche anterior, no creía nunca haber tenido una pelea asi de fuerte con Kagome antes. Seguro que esta vez no lo perdonaría...pero eso estaba bien, no es así? no es eso lo que él y Kikyo necesitaban? Que Kagome ya no regresara? Esas habían sido sus intenciones desde el principio, el sabia que iba difícil pero jamas se imagino que se sentiría así de horrible, como si lo estuvieran destruyendo por dentro. Pero había hecho el trabajo, le había cumplido a Kikyo. Al fin de cuentas, debería de sentirse feliz...pero entonces porque no quería hacer más que ir por Kagome y abrazarla como lo había hecho la noche anterior y rogarle que lo perdonara?
Inuyasha tenia tanto pasando por su cabeza en esos momentos… tantas preguntas. Claro que sería mucho más fácil pensar sin los fuertes sollozos y las quejas de Sango, aun así la exterminadora estaba calmada a comparación de Shippo, quien cuando se enteró del escándalo que había sucedido mientras él dormía profundamente, se echó a llorar desconsolado mientras trataba, sin mucho éxito, de golpear a Inuyasha.
-Inuyasha! Eres un tonto! como pudiste hacerle eso a Kagome? -le gritó Shippo mientras lagrimas caían por sus ojos. -Que acaso no sabes todo lo que ella ha sacrificado por ti?!
...Pues claro que el Hanyou lo sabía, y ese era el problema. No podía ir por ahí quitándole poco a poco su vida a Kagome (vida que ella tenía que vivir en el futuro) sin el poderle dar nada a cambio.
-Acaso no sabes que ella te quería mucho? -continuó el Kitsune.
-No, Shippo. -dijo Sango. -Inuyasha jamás supo apreciar lo mucho que lo quería Kagome y ahora, jamás podrá volver a sentir algo así. Así que felicidades, Inuyasha, por que estoy segura que ayer te ganaste el odio de Kagome.
-Sango, tranquilizate por favor. -dijo Miroku mientras trataba de consolar a la exterminadora.
El Hanyou no se atrevió a mirar a sus amigos, que tal si estaban en lo correcto? No se podía imaginar a Kagome odiandolo jamás, pero con lo que había hecho...acaso no se lo merecía?
Sango y Shippo no paraban de molestarlo y de decirle toda clase de cosas que él no quería oír. Inuyasha siguió metido en sus pensamientos hasta que de pronto escuchó la voz de Miroku hablar.
-Bueno ya fue suficiente. Ya quedó claro que Inuyasha es el más grandes de los idiotas, pero les recuerdo que la señorita Kagome sigue perdida en algún lugar y tenemos que encontrarla. Una vez que lo hagamos todo esto se olvidará y las cosas regresaran a la normalidad, no es así Inuyasha? -preguntó el monje.
"Para ser la voz de la razón en este grupo, Miroku puede ser un poco ingenuo" pensó Inuyasha.
-Claro que la vamos a encontrar -comenzó a hablar Inuyasha, con una voz suave y vacía. -Pero una vez que lo hagamos la llevaremos a su época, es lo mejor para ella y está decidido que Kikyo es la que nos acompañará de ahora en adelante. Es mejor que se vayan haciendo la idea.
Inuyasha sonaba completamente decidido y no había duda alguna en su voz, él había recordado por que había hecho todo esto para empezar...todo era para proteger a Kagome, de este mundo, de el tiempo y de el mismo. Era para poder estar al fin con Kikyo, la mujer a quien él estaba seguro que amaba.
Al parecer, sin notarlo, Inuyasha había alzado la voz. Lo supo por la forma en la que el silencio se había creado alrededor de el grupo y por la forma en la que todos lo veían, como si tuvieran miedo de pronunciar una tan sola sílaba...No era su intención gritar, pero no podía evitarlo, sus amigos lograban quitarle la paciencia, en especial en un momento como este no podían dejarlo en paz.
-Sabes, Inuyasha -habló Sango. Ya no le estaba gritando. -Por un momento, dado a tu silencio y la cara que tenías hace unos momentos, te juro que pensé que te habías arrepentido que habías cambiado de opinión y que escogerías a Kagome, pero creo que me equivoque.
Arrepentido de decirle cosas horribles a Kagome y gritarle? Si.
Arrepentido de haberla alejado del Sengoku para siempre y de no haberla elegido? No.
-Si, Sango. Te equivocaste. -Inuyasha también había dejado de gritar. -Ahora vámonos, no puede estar muy lejos.
El Hanyou estaba a punto de comenzar a correr en dirección al bosque cuando Sango lo detuvo tomándolo por el hombro.
-Inuyasha, yo no quiero viajar con Kikyo y estoy segura que ni Shippo ni Miroku quieren tampoco.
Pasó un momento en el que Inuyasha mantuvo la mirada de Sango, pero no pudo descifrar qué era lo que está escondía. Súplica? ira? tristeza? decepción? quizá eran todas.
-Pues quien no esté de acuerdo puede irse, yo no obligo a nadie a estar aquí. Pero si deciden quedarse es mejor que se vayan haciendo la idea de una vez por todas.
Por unos tensos momentos, nadie dijo nada. Pareció pasar una eternidad antes de que Sango dejara ir a Inuyasha y le preguntara:
-Eso es todo, Inuyasha? No vas a decir nada más?
Excepto que no era una simple pregunta, y el lo sabia. Era una ultima oportunidad. Para arrepentirse, para cambiar de opinión. Pero él no la tomó.
Y sin decir nada más, se dio la vuelta y comenzó a correr en dirección hacia el bosque...y dejó a sus amigos atrás.
Pasaron horas buscando por doquier, se adentraron en el bosque, revisaron también por los alrededores. No encontraron ni rastro de Kagome.
Esto se había descontrolado demasiado, no era posible que Kagome hubiera podido llegar demasiado lejos la noche anterior...verdad?
Además estaba sola, que tal si algo malo le había pasado?
"Y todo por mi culpa" pensó Inuyasha. Cómo pudo permitir que esto pasara? Si Kagome se encontraba en peligro o herida...no se lo perdonaría jamas.
La preocupación había comenzado a ser evidente en sus amigos también. Era claro que ellos, al igual que Inuyasha, tenía un mal presentimiento.
A pesar de eso no se rindieron, siguieron buscando, los días siguientes incluso pasaron por todas las aldeas cercanas preguntando si alguien había visto a su amiga, pero el resultado siempre fue el mismo.
Sus amigos lo acusaban a sus espaldas, el lo sabia por la forma en la que lo miraban. No podía culparlos, el tambien estaba bastante molesto con el mismo, pero no tenían más remedio que seguir buscando; echar culpas no iba a traer a Kagome de regreso y lo sabían.
-Escuchen, -comenzó a hablar Miroku. -Creo que esta muy claro que la señorita Kagome no esta por estos alrededores. Ya casi son dos días que llevamos buscando y si estuviera por aquí ya la hubiéramos encontrado.
-Qué quieres decir, Miroku? -Preguntó Inuyasha.
-Quiero decir, que tendría lógica buscar a la señorita Kagome justamente en el lugar al que tu mismo la mandaste, al otro lado del pozo.
-En serio cree que ella puede estar ahí, excelencia? -preguntó Sango, su voz preocupada expresaba una pizca de esperanza.
-Pues me parece, que no es del todo imposible, la señorita Kagome no es nada tonta ella pudo haber ido a la aldea de la anciana Kaede esa misma noche, además no estamos tan lejos.
...Al otro lado del pozo? Habria llegado ahí tan pronto? Pues no había nada más que hacer, solo dirigirse a su destino y esperar lo mejor.
-Bueno, pues no hay tiempo que perder! regresemos a la aldea!
Mientras se dirigían camino hacia la aldea no dejaron de fijarse bien por los alrededores para ver si encontraban a su amiga, pero como era de esperarse, no vieron ni su sombra.
"Kagome...espero que te encuentres bien, espero que estés a salvo"
Una vez en su destino lo primero que hicieron fue ir directo hacia la cabaña de la anciana Kaede a preguntar si ella sabía algo de Kagome.
Inuyasha decidió esperar a los demás afuera, sentado en la rama de un alto árbol. El Hanyou sabía que sus amigos le contarían todo lo que había pasado a Kaede y la verdad, Inuyasha no estaba de ánimos para escuchar más reclamos o para recordar una vez más lo que había pasado entre él y la chica del futuro.
Pasaron varios minutos antes de que el Hanyou escuchara las voces de sus amigos gritar su nombre y en menos de un segundo, él ya se encontraba listo para saltar hacia abajo y encontrarse con ellos.
-Qué sucede? Que les dijo? Vio Kaede a Kagome? -preguntó inquieto Inuyasha y Miroku le contestó:
-Por desgracia la anciana Kaede no ha visto a la señorita Kagome por aquí en los últimos días, por lo que creemos que lo mas seguro es que ella ya se encuentre en el otro lado del pozo.
Inuyasha quería gritar, quería golpear a algo...o a alguien. si pudiera se golpearía a él mismo. Como que nadie había visto a Kagome? Nada garantizaba que ella estuviera a salvo o en su hogar. Que iba a hacer ahora? Necesitaban encontrarla lo antes posible! O si no…
-INUYASHA! -gritó Sango. -Estas ahi? Escuchaste alguna palabra de lo que dijimos?
El Hanyou no contestó...en realidad había estado tan metido en sus pensamientos y su preocupación por Kagome que no había estado prestando atención a las palabras de sus amigos.
Sango suspiró
-Te decíamos que como tu eres el único que puede viajar por el pozo además de Kagome, tendrás que ir tu a buscarla y ver que todo esté bien.
El? pero si estaba seguro que él era la última persona en el mundo que Kagome quería ver en estos momentos.
-Yo? Sango, no hablaras en serio, verdad?
-Inuyasha, hablo muy en serio. No me gusta la idea de dejarte solo con ella una vez mas y creeme que nada me gustaría mas que poder ir yo en tu lugar solo para ahorrarle lágrimas a mi amiga, pero no puedo y merecemos saber si Kagome esta bien así que vas o vas!
-Ya la oíste Inuyasha! Merecemos saber! -le gritó Shippo quien se encontraba posado en el hombro de Miroku.
Inuyasha cerró los ojos un momento, resignado. Sabía que no había punto en discutir con sus amigos esta vez, después de todo él también necesitaba saber que Kagome estaba bien.
-Está bien, iré a buscarla.
Miroku, Sango y Shippo decidieron acompañar a Inuyasha hacia al pozo para asegurarse de que el Hanyou no se echaría para atrás en el último momento.
Lo conocían demasiado bien. Inuyasha había estado deseando ver a Kagome, pero la verdad es que le aterraba pensar en lo que pasaría cuando la tuviera enfrente.
Decidió no pensar mas en eso, si lo hacía acabaría acobardandose y eso no lo podía permitir, así que le dedicó una última mirada a sus amigos y saltó al pozo.
Sus amigos lo vieron desaparecer dentro del pozo y decidieron esperarlo sentados en silencio alrededor de este. Los minutos de la ausencia de el Hanyou se sintieron como horas y las horas como siglos. Casi dos horas habían pasado desde que Inuyasha se había ido, los chicos no aguantan ni un minuto más, necesitaban saber como se encontraba su amiga. Necesitaba saber si tan siquiera se encontraba allí.
Luego una luz salió del pozo. En el mejor escenario se imaginaban que Inuyasha regresaría con Kagome, y que todo volvería a ser como antes, pero eso no fue lo que pasó. Inuyasha venía solo y algo cabizbajo. La primera en hablar fue Sango.
-Y bien?!- preguntó la exterminadora con desesperación
-Y bien qué?- dijo molesto Inuyasha
-Que si Kagome se encontraba ahí, tonto!- gritó Shippo mientras saltaba para golpear a Inuyasha en la cabeza.
-Si…- dijo Inuyasha en un susurro que los demás escucharon perfectamente mientras él desviaba su mirada hacia otro lado.
Todos dejaron salir un suspiro de alivio y una pequeña sonrisa.
-Y que te dijo?- preguntó feliz y aliviado Miroku.
-Pues…- comenzó a hablar Inuyasha aun sin mirar a sus amigos. -discutimos un rato, pero después lo entendió.
-Lo entendió?!- exclamaron los tres amigos incrédulos en unisón.
-Si, dijo que estaba bien y que nos deseaba suerte y que los quiere y ya saben, cosas así…
Sango y Shippo no lo creyeron al principio. Estaban seguros que Kagome regresaría. Pero, eso parecía algo que su amiga les diría, y les dolía saber que probablemente no la verían ya nunca más.
-Ya, ya chicos, al menos sabemos que la señorita se encuentra bien, y eso es todo lo que podemos desear.- dijo Miroku mientras trataba de consolar a Sango y Shippo, quienes daban la impresión que podrían echarse a llorar en cualquier momento.
-Inuyasha, la señorita Kagome dejó sus cosas y no le devolviste su mochila…- dijo Miroku recordando de pronto las pertenencias de Kagome que habían quedado olvidadas y distrayendo la atención de sus amigos hacia Inuyasha quien habló un tanto nervioso.
-La, la mochila? Ah sí! Esa mochila!- dijo rascándose el cuello con una sonrisa falsa. -Eh, ella dijo que quería que nos la quedáramos, como recuerdo! Si! Como recuerdo!
Todos lo miraron extrañados mientras él seguía tratando de fingir una sonrisa.
-Es eso en verdad, Inuyasha? O es solo que no quieres ir al otro lado del pozo otra vez?. -Preguntó Miroku arqueado una ceja.
-No! Lo digo enserio!- se apresuró a hablar Inuyasha, pero esta vez nadie le dio demasiada importancia y se marcharon de nuevo a la aldea para tener algo de tiempo para descansar un poco, y sobre todo, como dijo Inuyasha, hacerse la idea que Kikyo remplazaria a Kagome en su viaje.
El único que permaneció en el pozo fue Inuyasha, quien se sentó en la orilla y observo el cielo con una mirada triste y perdida, pensó en cómo su mundo se había puesto de cabeza en el último par de días y no pudo evitar sentirse azul una vez más. Cerró los ojos y pronunció una promesa que solo el bosque escuchó y que se la llevó el viento después de ser pronunciada. "Kagome, te voy a encontrar."
