AN: Lo siento.


Inuyasha y los demás miraban incrédulos y con asombro a la persona enfrente de ellos, era idéntica a Kagome...no, no había duda alguna, la sacerdotisa en frente de ellos era Kagome. Aunque vistiera el tradicional atuendo de sacerdotisa y no su usual uniforme verde o ninguna ropa del futuro. Tenía esos enormes y hermosos ojos color chocolate y ese bonito cabello negro, mucho más largo que la última vez que la vieron, lo llevaba suelto y un tanto alborotado.

Los demás aun llenos de sorpresa y confusión, tenían miles de preguntas pasando por su mente. No podían creer que tuvieran a Kagome de nuevo ahí, enfrente de ellos, primero pensaron que se podría tratar de otra persona pero eso era imposible, solo había una como ella. Qué hacía ahí, es esa aldea tan lejana?

Mientras que Sango, Miroku y Shippo no sabían ni por donde comenzar a hacer preguntas, Inuyasha y Kikyo lo tenían todo claro, ya que ella e Inuyasha eran los unicos que sabian la amarga realidad de lo que había pasado con Kagome hace cinco años...o más bien, lo que no había pasado. Kagome nunca había regresado a su tiempo y de alguna forma había ido a parar ahí como la sacerdotisa de la aldea de Getsu. "Pues, tiene mucho sentido" pensó Kikyo a quien salio primero del estado de sorpresa mientras que todos los demas seguian con cara de bobos. Kikyo volteó a ver a Inuyasha y rogó mentalmente por que el Hanyou no fuera a hacer ninguna estupidez y arruinara todo antes de que tuvieran la oportunidad de hablar.

Pero claro, era Inuyasha de quien estábamos hablando, él era impulsivo por naturaleza...y bastante tonto también.

Todos salieron de su trance cuando Inuyasha se paró del piso y rápidamente, antes de que alguie pudiera detenerlo, corrió hasta quedar cara a cara con la sacerdotisa, y para la sorpresa de todos, la abrazó.

-Kagome, dónde has estado todo este tiempo? –Susurró Inuyasha contra en cuello de su Kagome, demasiado metido en el momento y perdido enlas sensaciones, pero el silencio en la habitación era suficiente para que ella y todos los demás escucharan claramente sus palabras.

Tal escena recibió bastantes reacciones distintas de parte de todos. Por ejemplo, la expresión perdida en el rostro de Arisu cambio a una de horror completo al escuchar ese nombre: Kagome. La pobre aprendiz se puso pálida como fantasma y volteó a ver a Haruo en busca de ayuda pero el chico estaba en el mismo estado que ella, si no peor.

Luego el chico, muy molesto volteó a ver a Arisu con una expresión bastante molesta que decía "Te lo dije! Esto es tu culpa"

Kikyo, por otro lado cerró los ojos y cubrió su rostro con sus manos, soltó un suspiro, era evidente que la chica se encontraba algo cansada y bastante apenada. Justo cuando deseaba que Inuyasha no hiciera nada estúpido por una vez en la vida, iba él y era lo primero que hacía. Perfecto.

Sango dejó salir un chillido de emoción por la escena tan adorable que ocurría frente a ella y llevó ambas manos hacia su boca, su mejor amiga estaba de regreso y eso no era todo, Inuyasha había ido rápidamente a abrazarla! Se había hecho ilusiones de su amiga regresando con ellos para revivir los viejos tiempos y acabar con este viaje de una vez por todas, y no solo eso, la exterminadora se moría de ganas de que Inuyasha recibiera un poco de su propia medicina de una u otra forma…

Miroku y Shippo aún se encontraban demasiado conmocionados por la impresión, pero no fue hasta escuchar a Inuyasha llamarla "Kagome" que el Monje reaccionó. "Pero cómo puede ser posible?" se preguntó el. Miroku sacudió la cabeza de un lado a otro con fuerza y firmemente habló.

-Inuyasha! Qué significa esto? Que acaso no se suponía que la señorita Kagome había estado todo este tiempo al otro lado del pozo, en su hogar, sana y salva?

La voz de Miroku era firme y demandante, aunque Inuyasha se encontraba demasiado distraído para escucharlo o prestarle atención, Shippo y Sango si lo escucharon bien y de pronto comprendieron la verdad de las palabras de Miroku.

-Es verdad, Inuyasha! Tu nos dijiste que Kagome se había marchado a su época. Qué está pasando? -reclamó muy molesta Sango. Si hace rato se encontraba feliz de ver a su amiga de nuevo, ahora estaba más confundida que nunca.

-No lo puedo creer!- gritó Shippo. -Ese perro tonto nos estuvo mintiendo todo este tiempo!

-Dinos Inuyasha! Qué está pasando!

Era un caos total, Sango, Shippo y Miroku se encontraban bastante molestos e indignados con el Hanyou y ya habían comenzado a gritar. Haruo trataba de tranquilizar a Arisu que parecía que en cualquier momento se podría desmayar. Mientras Inuyasha y Kagome aun parecían estar perdidos en su abrazo y Kikyo era la única que trataba de mantener la calma.

Al ver que Inuyasha no contestaba a los gritos y preguntas de sus amigos Kikyo decidió intervenir antes de que sus amigos lo mataran...por que podrian ser dos humanos y un pequeño Kitsune pero en esos precisos momentos, Kikyo no dudaba de la capacidad y las ganas que tenían los demás de matar al Hanyou.

-Calmense por favor, creo que yo les puedo explicar lo que pasa aquí. -dijo Kikyo tratando de tranquilizar a los chicos.

-Tu? -le preguntó Sango con una mirada acusadora. -Que sabes tu de todo esto?

-Más de lo que saben ustedes, al parecer. Les pido que no se molesten demasiado con Inuyasha pero él me lo confesó todo la noche anterior, al parecer mi reencarnación nunca llegó al otro lado del pozo, cuando Inuyasha la fue a buscar ella no se encontraba ahí. Inuyasha no la ha dejado de buscar desde entonces, pero él no los quería preocupar, así que decidió cargar con esa responsabilidad el solo. -terminó de decir Kikyo. Por un momento Sango, Miroku y Shippo la miraron boquiabiertos mientras trataban de procesar lo que Kikyo les acababa de decir, había sido muy fuerte.

-Como nos pides que no nos molestemos con el tonto de Inuyasha si el nos estuvo mintiendo todo este tiempo a pesar de la seguridad de Kagome. -gritó el Kitsune con lágrimas en sus ojos.

-Es cierto, entonces Inuyasha nos mintió...y eso que somos amigos. Como pudiste, Inuyasha?! -Dijo Sango mientras se acercaba a Inuyasha y Kagome, Shippo y Miroku la seguian, apuesto a que todos querían darle un poco de su opinión a ese tonto de Inuyasha, esta vez Kikyo decidió no intervenir. Resignada se encogió de hombros y tomó asiento otra vez.

Entre tanto alboroto nadie notó que la sacerdotisa de la aldea parecía algo enfadada y confundida. Como pudo se zafó del firme, pero cariñoso abrazo de Inuyasha.

Ella miró en silencio y confundida el escándalo que pasaba a su alrededor. Inuyasha ya se había alterado por los gritos y reclamos de parte de sus amigos pero aun así decidió seguirlos ignorando, ya habría tiempo para explicar todo después, ahora tenía a Kagome enfrente de él y eso era lo único que importaba.

-Kagome, te lo pregunte antes, donde has estado todo este tiempo? –le volvió a preguntar Inuyasha a Kagome quien solo lo miraba con una expresión indescifrable en su rostro, y luego ella habló. Y todo se fue al demonio.

-…Disculpen, los conozco?

Estas palabras acabaron por completo con el escándalo que había en la habitación reemplazandolo por un silencio que dejó a todos, incluso a Kikyo, completamente helados.

"No" pensó Inuyasha "Esto no puede ser."

Puso sus manos en los hombros de la chica y la apartó de él para poder verla bien. No había duda que se encontraba frente a Kagome, no solo era la misma en apariencia, sino que su aroma, el cual él había insultado hace mucho pero que en realidad era muy dulce, era el mismo. Su energía espiritual era la misma también, su voz...todo estaba igual que antes, como si el tiempo no hubiera pasado, esa era su Kagome! Aun así la chica se encontraba sosteniendo la mirada del Hanyou firmemente, Inuyasha no sabia que pensar, se estaba empezando a molestar. A qué juego estaba jugando Kagome?

-Que si nos conocemos? Pero que estas diciendo, Kagome? Pero claro que si! No ha pasado tanto tiempo, cinco años no fueron suficiente para olvidarte! Es que acaso te volvistes loca Kagome? -Inuyasha vio como la expresión en el rostro de Kagome cambio de una determinada a una bastante indignada...probablemente no tendría que haberla insultado.

-Loca yo? Eres un desconocido! tu viniste aquí, me abrazaste sin permiso y comenzaste a llamarme por un nombre que no es el mio!

Sus palabras, de nuevo se sintieron como un golpe bajo para todos, pero claro en especial para Inuyasha, escuchar la voz de Kagome decir esas cosas era bastante deprimente y confuso.

No, esto no era como la primera vez que conoció a la chica del futuro, no era como cuando la había confundido con Kikyo, esa vez bastó con unos cuantos segundos para darse cuenta que estaba equivocado. Ssu olor era diferente, sus rostros eran un tanto diferentes, su actitud, su cabello y bueno podría llevarse todo el tiempo del mundo enumerando las infinitas diferencias entre Kagome y Kikyo, pero esto no era como aquella vez, había algo bastante raro aquí.

Al parecer Kagome se había puesto en un plan muy extraño, si creía que con fingir ser alguien más se iba a librar de él y de los demás...estaba muy equivocada!

-Oye! Deja de fingir de una vez por todas! Solo pierdes el tiempo, Kagome. –le gritó Inuyasha.

-Que no finjo, rayos! qué es lo que quieres? –Le respondió ella igual de fuerte, se había mantenido algo calmada pero al parecer el Hanyou había logrado agotar su paciencia.

En ese momento, como pudo y aún muy nerviosa, Arisu intervino entre ellos dos.

-Bueno, los dejé pasar porque querían ver a la sacerdotisa, ya la vieron y si no querían nada importante, les pediré que se vayan ahora!

La sacerdotisa la miró fijamente por un momento y luego habló.

-Arisu, estas sudando mucho, te sientes bien? –le preguntó la sacerdotisa a su aprendiz.

-Haha! Si, estoy muy bien, no te preocupes! – dijo la chica sonriendo falsamente mientras movía la mano fingiendo despreocupación.

-Ya oyeron a Arisu, váyase de una vez. –se apresuró a hablar Haruo, quien logró mantener la calma mucho más que su amiga

Inuyasha arqueó una ceja ante el comportamiento de esos dos niños, se comportaban bastante sospechosos, como si supieran algo...como si escondieran algo y eso no le agradaba para nada.

-Pues yo no me voy de aquí sin Kagome! –gritó Inuyasha decidido, todos lo miraron sorprendidos y un tanto preocupados, Inuyasha iba a seguir hablando pero Sango puso la mano en su hombro y lo interrumpió.

-Callate Inuyasha tengo un plan. -le susurró Sango lo suficientemente bajo para no ser escuchada, luego se dirigió a Kagome y sus dos aprendices.

-No le hagan caso, disculpenlo por favor. La verdad es, que veníamos por otra cosa.


-No debiste dejar que se quedaran –se quejó Arisu mientras se cruzaba los brazos.

-Y qué querías que hiciera, pequeña tonta? Además fuiste quien los dejó pasar! –le contestó Haruo mientras se recostaba en la pared.

-No fue mi culpa! Y yo que me iba a acordar?

-Bueno pues yo si me acordaba. –dijo él en tono burlón.

-Puede que sea olvidadiza, -siguió hablando ella. –pero al menos no soy una indiscreta.

-Indiscreto yo? Para nada! -dijo el chico indignado.

-No?! "Oh Risu pero qué has hecho?! Porque los dejaste pasar?! Váyanse, no la pueden ver!" –dijo ella imitando burlonamente su tono de voz. –Por poco y les dices todo…

-Hay ya cállate! Además todo esto es tu culpa! –dijo Haruo avergonzado mientras desviaba para no enfrentar a Arisu.

-No entiendo por qué ella insistió en escucharlos… -habló la chica un poco más suave y calmada, probablemente lo dijo más para ella misma y no tenía la intención de ser escuchada. Aun así él también, un poco más calmado le contestó.

-Quien sabe, quizá en el interior ella siente que es lo que debería de pasar…

-Pero no debería de pasar! –dijo Arisu fuertemente perdiendo la compostura de nuevo.

-Ugh! Ya lo se! Pero cállate que no oigo lo que dicen –le contestó Haruo mientras asomaba lentamente la cabeza dentro de la habitación donde se encontraban los demás para escuchar mejor. –solo espero que esos tontos no hablen de más, ha pasado mucho tiempo para que ahora aparezcan y arruinen todo…

Arisu no podia estar mas deacuerdo. La chica se guardó sus quejas e inclinó su cabeza para también ella poder escuchar.


-Un fragmento de la perla de Shikon, eh? -escuchó Inuyasha decir a Kagome quien ahora se encontraba sentada en el piso enfrente de los todos charlando...bueno casi todos.

Mientras Kagome hablaba con sus dos aprendices y les decía que por favor salieran de la habitación mientras ella charlaba con Inuyasha y los demás, Sango le había advertido bastante molesta a Inuyasha que cerrara la boca ya que seria mejor si "alguien con cerebro se encargara del asunto". Si...asi lo habia dicho ella. Al principio no le agradó mucho la idea pero la verdad es que ya había arruinadolas cosas lo suficiente con sus amigos...y Sango daba miedo. Además si no lo querían en la conversación, él trataría de limitarse a escuchar.

-Si, es verdad. Estaba en un viaje corto con mis aprendices; Arisu y Haruo, ya los conocieron pero bueno como dije antes no era un viaje largo o difícil, los detalles no son importantes pero sentí una presencia extraña y un poco familiar. Al final resultó ser un demonio, el cual era bastante débil por lo que no fue muy difícil purificarlo con una de mis flechas, pero aun cuando el demonio fue exterminado seguía sintiendo esa energía extraña, fue entonces cuando note el fragmento de la perla, me di cuenta que por alguna razón los puedo sentir. Ya que no tenía intención en buscar los demas decidi solamente llevarmelo conmigo ya que no me gustaría que cayera en manos equivocadas. -Todos habían estado escuchando muy atentamente su relato, tratando de hacer sentido de lo que acababan de escuchar.

-Comprendo. -dijo Sango. -Dijiste que aunque aquella fue la primera vez que te encontraste con un fragmento de la perla de Shikon, el sentimiento fue algo familiar. Dime no te has puesto a pensar cual es la razón de tus habilidades? -Inuyasha creía saber lo que Sango trataba de hacer, quería sacarle la verdad a Kagome de una forma sutil. Un balbuceo sería suficiente para exponer su mentira y ella tendria que reconocerlos de nuevo…

-No lo se, la verdad nunca me puse a pensar en eso. Mis amigos y yo creemos que es mejor guardarlo en secreto. Pero eso no importa ahora, puedo sentir que ustedes también traen algunos fragmentos con ustedes, diganme a que de debe?-

Inuyasha no lo pudo resistir más, no soportaba que Kagome actuara como si no los conociera solo para fastidiarlo! Al diablo el plan de Sango!

-Como que a qué se debe, tonta!? Pues a que fuiste tu la torpe que rompió la perla en primer lugar! A si que se debe a ti que los estemos recolectando! -gritó Inuyasha mientras la apuntaba acusadoramente con su dedo.

-Yo?! -exclamó ella indignada.

-Ugh! Ya basta con este acto de la super sacerdotisa, Kagome! Nadie se lo cree! -gritó de nuevo el Hanyou.

-Pero qué te pasa? Yo no te había visto antes! Creo que lo recordaría perfectamente.

Inuyasha tenía toda la intención de seguir discutiendo pero fue detenido por una mirada asesina de Sango, a veces era mejor callar, ya se lo diria despues.

-Por favor ignora a este tonto, se golpeó la cabeza y no sabe lo que dice. -dijo amablemente Sango. -Pero bueno, siguiendo nuestra conversación anterior, verás, últimamente hemos tenido bastante dificultad en nuestra misión de recolectar los fragmentos y bueno nos preguntabamos si quizás…-Sango no pudo terminar de hablar ya que fue interrumpida por Kagome de pronto.

-No les entregaré mi fragmento.

Todos la miraron sorprendidos, no se esperaban una respuesta tan directa de parte de la sacerdotisa.

-Que no nos lo vas a dar dices? -habló de repente Kikyo. -Es lo menos que puedes hacer. después de tanto tiempo. -Se notaba que Kikyo también estaba molesta, nadie creyó que esto le afectaría tanto a ella también.

-No! -dijo Sando rápidamente antes de que Kikyo pudiera hablar más. -La verdad es que no me referia a eso, veras yo tenia otra idea en mente…

-Dejala Sango, si dice que no nos recuerda mejor que nos de el fragmento de una vez por todas, verdad Kagome? -dijo Inuyasha con un tono burlón.

La sacerdotisa cerró los ojos y respiro profundo para calmarse.

-Podrían decirle a su amigo que se calle por favor? –Dijo ella refiriéndose a Inuyasha.

-Con mucho gusto –sonrió malvadamente Sango, mientras Inuyasha recibía un golpe de parte del Hiraikotsu de Sango, como los que recibía normalmente Miroku, quien parecía estar disfrutando que Sango le diera su merecido a Inuyasha.

-Demonios, Sango! Por qué hiciste eso! –Se quejó Inuyasha con un golpe en su cabeza.

-Para que aprendas cuando cerrar la bocota! –Le contestó ella para luego retomar su conversación desde donde la había dejado.

-Bueno como decía, nuestra idea, de mis amigos y yo -dijo Sango señalando a Miroku, Shippo y Kirara. -Era otra, pero antes de decidir algo por favor dime, de casualidad sabes algo de Naraku?

La sacerdotisa negó con la cabeza mientras decía:

-No mucho, se quien es pero ultimamente ya no se escucha casi nada de ese tema es por eso que no le tome mucha importancia.

Sango podía sentir que Inuyasha comenzaria a hablar de nuevo así que lo miró una vez más para asegurarse que no dijera nada, y entonces la exterminadora comenzó a relatar la historia de Naraku y los fragmentos con lujo de detalle, claro, excluyendo completamente de la historia a Kagome, quien por cierto se encontraba escuchando muy atentamente la historia.

-Entiendo. –dijo ella después de haber escuchado todo el relato. -Entonces es por eso que quieren recolectar los fragmentos de la perla...

Sango asintió, pero antes de que pudiera decir algo más, Shippo, muy entusiasmado se le adelantó.

-Entonces nosotros nos preguntabamos si podias venir con nosotros! Ya que puedes rastrear los fragmentos nos serias de muy buena ayuda! -dijo el Kitsune mientras saltaba hacia el hombro de Kagome.

Las orejitas de Inuyasha temblaron ansiosas de escuchar la respuesta de Kagome...conque esto es lo que habían estado planeando Sango y los demás, eh? Esta vez el Hanyou decidió guardar silencio, esto no lo quería estropear. Oh qué generoso era el mundo, había ido hasta la tan lejana aldea con la pequeña esperanza de un fragmento y había encontrado a Kagome, solo estaba el pequeño detalle que ella parecía haberse vuelto loca y alegaba que no lo conocía, pero si Kagome accedía a acompañarlos de nuevo, él se encargaría de hacerla recordar a como diera lugar.

La chica quien aún se encontraba un poco sorprendida ante tal proposición estaba apunto de contestar, cuando de repente…

-NOO!- gritaron dos personas corriendo a la habitación mientras se dirigían hacia Kagome. A Inuyasha no le sorprendió para nada que esas dos personas fueran los dos mocosos, Arisu y Haruo.

-Creí haberles dicho que no espiaran! -los regañó molesta Kagome.

Pero claro que había estado todo el tiempo en la habitación que se encontraba a la par, con sus orejas junto a la pared para escuchar todo; y al escuchar la idea del Kitsune no pudieron hacer más que mirarse el uno al otro con preocupación y correr para intervenir.

-Eso no importa ahora! -le reclamó su aprendiz Arisu. -Tu no puedes ir con ellos!.

-Y por qué no?

-Ay! Pues porque ellos son- pero no terminaron de saber lo que iba a decir Haruo ya que este fue interrumpido por Arisu quien le dio un codazo a su amigo para luego susurrarle algo que se entendió como "y luego dices que no eres indiscreto, verdad?"

-No puedes ir porque...eh, porque la aldea te necesita? Si! exacto! por eso no puedes ir! -dijo Arisu sonriendo orgullosamente, seguro que se sentía muy orgullosa de su excusa de último minuto. -Además, mucha gente gente viene todas las semanas a buscarte y no los puedes decepcionar, o si?

-Es por eso? Si esa es la razón pues no importa. -Habló dulcemente la sacerdotisa. -los he entrenado muy bien todo este tiempo como para que se hagan cargo de las cosas aquí por un tiempo!

-Que?! Entonces si iras? -preguntó de golpe Haruo.

-Pues al escuchar su historia, me doy cuenta que esto es muy importante. La perla no debe caer en manos equivocadas,debí haberlos recolectado yo misma cuando me di cuenta de lo que podía hacer...siento en mi interior que tengo que ir.

Inuyasha celebró mentalmente al escuchar esto, no podia creer su suerte. Una vez que Kagome estuviera alejada de estos dos niños sospechosos y este tempo y esta aldea, entonces Inuyasha la obligaría a recordar y entonces arreglarian las cosas de una vez por todas. No podía esperar.

Inuyasha fue sacado de sus pensamientos por dos voces molestas que le rogaban a su sacerdotisa que se quedara, incluso parecían a punto de llorar pero al parecer Kagome ya se había decidido y si algo sabía Inuyasha de Kagome es que era una mujer decidida y hacía falta un milagro para hacerla cambiar de opinión.

-Oye espera! -dijo Arisu. -Dime acaso estás dispuesta a viajar con ese odioso de Inuyasha? -Haruo sonrió malvadamente y se unió también al juego de su amiga.

-Es verdad! Mira, el no ha hecho más que molestarte y gritarte y llamarte por un nombre que no es el tuyo desde de llegó, enserio crees que podrías aguantarlo como compañero de viaje?

Ahora si esos dos se las iban a pagar!

-Que dijeron, par de tontos?! -gritó Inuyasha mientras golpeaba a los dos jóvenes aprendices en la cabeza.

-Oye pero qué te pasa?! No les pegues!-le gritó Kagome a Inuyasha.

-Como que que me pasa! Kagome que no lo ves? estos niños esconden algo! Están tratando de impedir que regreses con nosotros!

-...Que regrese? -dijo ella suavemente.

-Ves! a eso me refería! -dijo Haruo aun sobándose la cabeza por el golpe hecho por Inuyasha.

-No te preocupes, ese tonto es así de malo con todos! -dijo Shippo. -Pero una vez que lo conoces bien no es tan malo, ya veras que todo va a estar bien.

La sacerdotisa le dedicó una dulce sonrisa a Shippo y asintió.

Inuyasha se sorprendió por el comentario del Kitsune, luego Shippo se le acercó y le dijo.

-No es que te merezcas mi ayuda tonto! Pero se muy bien que esa es Kagome y yo también quiero que nos acompañe una vez más.

Mientras tanto Miroku y Sango veían la escena no muy lejos de ahí.

-Qué te parece, Sango, el pequeño Shippo es más listo que Inuyasha en todo este asunto. –comentó Miroku.

-Bueno, eso ya se sabía. –concordó Sango. –Y qué piensa de todo este asunto de Kagome, su excelencia? –preguntó ella cambiando ligeramente el tema de la conversación.

-La verdad, es que ella es definitivamente la señorita Kagome.

-Eso ya lo se! –dijo Sango. –Es solo cuestión de conocerla bien, esa es mi amiga, pero qué cree usted que haya pasado, en todo este tiempo, cree que enserio ya no nos recuerda? –preguntó una triste Sango mientras bajaba la mirada.

-No lo se, Sango, quizá finge, quizá en serio perdió su memoria pero hay algo con lo que sí concuerdo con Inuyasha.

-Y que es, su excelencia? –le preguntó Sango levantando la mirada para verlo a la cara.

-…Es que esos dos, Haruo y Arisu, me parecen muy sospechosos, y sea lo que sea que le haya pasado a la señorita Kagome después de haberse separado de nosotros, estoy seguro que ellos tuvieron algo que ver.

Sango asimiló las palabras de Miroku, que Inuyasha dudara de ellos, era lógico, él estaba solo siendo paranoico y algo celoso quizá, pero que Miroku lo dijera parecía un poco más serio, ella fijó su mirada en esos dos aprendices, quienes por cierto seguían rogando a Kagome que no fuera con ellos.


La noche había caído oscura y silenciosa, al final habían acordado pasar la noche en el templo para partir en la mañana, pero tal parecía que nadie iba a ser capaz de conciliar el sueño esa noche, Sango y Miroku se encontraban teniendo pensamientos bastante similares. Ahora Kagome estaba de regreso, ellos estarían de vuelta en el juego, encontrarían muchos, muchos fragmentos, y probablemente su inevitable encuentro con Naraku se encontraba cada vez más cerca, pero eso no era todo, aunque la emoción de reanudar su batalla era muy grande no se comparaba con tener a su amiga de regreso, no se habían sentido así en tanto tiempo. Aún no lograban entender todo por completo y no habían podido sacarle nada a Inuyasha aun, pero ya se encargarían de hacerlo, y de paso también iban a hacer a Kagome hablar.

Kikyo por otro lado no le importaba mucho el regreso de Kagome, más bien se sentía intrigada por saber que le había pasado en estos últimos años, sabía que algo no andaba bien pero no podía entender muy bien que era. También se preguntaba, ahora que su reencarnación estaba de regreso cómo afectaría eso su relación con Inuyasha...pero no importaba, ella solo quería terminar con esto de una vez por todas. Y si, no iba a negar que le dolió un poco cuando Inuyasha corrió a abrazarla, pero ya venía preparada para eso cuando se dio cuenta que el ya no la amaba y que en la mente y el corazón del Hanyou solo vivía una persona. Estaba cansada de ser infeliz ella y que él también fuera infeliz, ahora solo le dejaría las cosas al destino, a ver qué pasaba. No pudo evitar pensar que esta vida sí que era un enigma.

Shippo también se encontraba muy emocionado por tener a Kagome de regreso, a él no le importaba tanto Naraku ni la perla, bueno al menos no en esos momentos, el solo pensaba en que Kagome a quien vio cómo su madre por tanto tiempo, estaba con ellos de nuevo, le daría alegría y esperanza al grupo de todas las maneras posibles como hacía antes, solo esperaba que dejara de fingir, o recuperara la memoria o lo que fuera! Daba igual solo quería que todo fuera como solía ser, y esperaba que esta vez no se volviera a marchar por culpa del tonto de su amigo.

Y luego claro, estaba Inuyasha, él no podía descifrar cómo se sentía en esos momentos, feliz porque después de tanto tiempo de buscarla la había encontrado y estaba a salvo, molesto con el mismo por haberla alejado hace tanto, molesto con ella por haberlo olvidado, en fin él no era muy bueno con esto de los sentimientos, solo sabía que cuando la vio su primer impulso fue abrazarla para asegurase que todo era real, y vaya que lo era, pero ella tenía que arruinarlo todo al olvidarlo, o fingir olvidarlo, ni siquiera él estaba completamente seguro de lo que estaba pasando! Tenía todas las intenciones del mundo de ponerse de rodillas y disculparse por sus errores anteriores, y de hacerle mil promesas cursis sin importar que eso no iba con él y sin importar cuánto se humillara. Pero cómo iba a poder disculparse de algo que ella decía no recordar? Esto era tan frustrante para el. La tenía, pero al mismo tiempo no la tenía. La verdad es que por ahora se conformaba solo con tenerla cerca y protegerla, ya tarde o temprano iban a tener que enfrentarse cara a cara. Inuyasha y Kagome, y entonces le diría todos los sentimientos que se guardó por tantos años.


Dos capítulos en una semana? O.o Pues si! Ni yo me lo esperaba xD pero la verdad no me esperaba que el capítulo anterior tuviera tantos reviews en tan poco tiempo y dije bueeeno aprovechando que estoy de vacaciones, pues por que no?

Me gustaría mencionar unas cosas que estuve leyendo en los reviews ok?

Bueno primero que nada muchas gracias por comentar y leer mi historia, ven lo que hace el poder de los reviews? Me hace emocionarme y escribir mas asi que si este capitulo esta tan rapido es por ustedes!

Segundo; si dices que esta historia te recuerda a otra pues primero que nada y lo he dicho varias veces, esto es un reupload de mi historia que jamas temine en 2015 así que puede ser por eso o porque más del cincuenta por ciento de las fanfics "Angsty" de Inuyasha en este sitio inician porque Inuyasha elige a Kikyo :v así empiezan todas pero todas son únicas por las distintas tramas y cómo se van dando las cosas al final...creo que la razón porque fics asi son tan comunes y populares es porque nos hubiera gustado en la serie original ver a Inuyasha sufrir de la misma forma que lo hizo Kagome.

Tercero; quieren triángulo amoroso? pues están en el lugar correcto! :D esperense que pronto vendrá…

Cuarto; Para los que aún tengan dudas, la sacerdotisa de la aldea si es Kagome y si la deje loquita...pero no por mucho ok y no me vengan con que no se esperaban algo asi por que...la fanfic se llama...symphony of OBLIVION...Oblivion=olvido=Algo le paso a Kagome y no se acuerda de nada. (btw el nombre leva a cambiar por un tiempo a Kagome. aguanten si? les prometo que no es por mucho tiempo)

Y por último y como siempre gracias por pasar y leer y comentar y los quiero mucho a todos! nos vemos a la proxima