Hola! antes de comenzar quiero agradecer a todos quienes leyeron mi ultima actualización de esta historia a pesar de estar inactiva por mucho tiempo, en serio significa mucho para mi!
Segunda solo quiero decir rápidamente que esta historia la empecé mucho antes que saliera Yashahime y el ship de Sesshomaru y Rin fuera canon. Aunque no es mi ship favorito tampoco me enojo ni me gusta pelear con los fans de la pareja ya que cada quien gusta de cosas diferentes, solo queria avisar que eso no va a pasar en esta historia pues no es lo que tenia planeado….al mismo tiempo me duele un poco por que yo quiero mucho a towa y a setsuna, pero en fin, espero que no les moleste, ya que Sesshomaru aparece en este capítulo.
En fin, no quiero hacer mas largo esto, comencemos con el capitulo!
Sesshomaru!? Pensó Inuyasha molesto y se puso de pie de golpe.
Pero qué demonios estaba haciendo ese infeliz ahí? Y como que venía por Kagome?
Inuyasha no lo podía creer. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que vio a Sesshomaru, ¡un par de años, quizá, y ahora se aparecía de pronto! Nada de esto tenía sentido!
-Como que Sesshomaru está aqui? ¿Qué es lo que quiere con Kagome? - Inuyasha preguntó, alzando la voz molesto.
-¡No lo se! Yo vine a contarte tan pronto lo escuche, pero no se nada mas! -chilló Shippo, entonces Inuyasha se dio la vuelta y se apresuró de regreso a buscar a Kagome para defenderla de su hermano.
Mientras corría, trataba de hacer memoria de la última vez que había visto a Sesshomaru, tan solo un par de años después de la desaparición de Kagome.
El DaiYoukai nunca había sido de muchas palabras, y menos con Inuyasha, pero en aquella ocasión, en un día soleado, su medio hermano se había aparecido ante él y sus amigos y había mostrado un interés en la larga desaparición de Naraku.
Inuyasha le había preguntado si sabía algo al respecto, pero Sesshomaru se había quedado callado mientras Jaken con su voz chillona les decía a Inuyasha y a los demás que "el amo bonito había estado investigando y había descubierto algo muy interesante".
Y de eso no supieron más, ya que antes de que la criatura verde pudiera revelar algo más, Sesshomaru lo regañó diciéndole que guardara silencio. Luego, como si nada, Sesshomaru se fue, e Inuyasha y los demás nunca supieron que había descubierto Sesshomaru.
Y tampoco es que le hubieran tomado mucha importancia, ni en ese entonces, ni después, ya que tres años habían pasado ya desde ese día y Naraku seguía vivo y sin aparecer, y a Sesshomaru le habían perdido el rastro también….claro, hasta ahora.
Una vez de regreso en la aldea, Inuyasha pudo notar una multitud de gente reunida, susurrando entre sí. Estas se encontraban admirando a Ah-un.
El Hanyou se abrió paso entre la gente buscando a Sesshomaru, pero en lugar de eso encontró a Sango y Miroku, con una expresión de preocupación en sus rostros.
-Que esta pasando aquí? Por qué tanto alboroto? -preguntó Inuyasha, y sus amigos parecía que habían visto a un fantasma.
-Inuyasha! -dijeron al unísono, nerviosos.
-¿Dónde está Kagome?
-Amigo, escucha, -comenzó a hablar Sango. -Esto no te va a gustar.
-Necesitamos que guardes la calma, -dijo Miroku, e Inuyasha se sentía cada vez mas confundido y asustado. ¿De qué estaban hablando todos?
Antes de que pudieran decir más, apareció Kioshi, tan molesto que incluso su magia de fuego parecía activarse involuntariamente y la gente a su alrededor se apartaban asustados.
-Lo voy a matar! Voy a matar a ese maldito príncipe! -se quejaba enfadado el Youkai de fuego e Inuyasha se sorprendió un poco. ¿Acaso hablaba Kioshi de Sesshomaru?
-No puede ese idiota aparecer de la nada a quitarme a mi prometida! -dijo Kioshi e Inuyasha abrió los ojos de golpe, sin poder creer lo que acababa de escuchar. -Creí que me había deshecho de él hace mucho tiempo, pero ahora regresa el imbécil de Sesshomaru a tratar de enamorar a Kaiya como siempre!
Pero qué demonios?! Era todo lo que podía pensar Inuyasha mientras su cerebro trataba de comprender lo que sus orejas acababan de escuchar. Esto no tenía sentido, era ilógico, y no encontraba explicación alguna, más sin embargo, el Hanyou se enojaba cada segundo más y más, hasta que sentía que no podía contener todo lo que estaba sintiendo.
Confusión, celos, enojo, ira…¡más celos!
-Como dices que Sesshomaru anda tras Kagome?! ¡Repítelo! Vamos hazlo, que no comprendo nada de lo que está pasando! -sin pensarlo se puso cara a cara con Kioshi, apretando los puños, listo una vez más para enfrentarse a quien fuera por Kagome, a Kioshi e incluso a Sesshomaru.
-Que? ¿Acaso conoces al maldito de Sesshomaru? -preguntó Kioshi, también imitando a Inuyasha, poniéndose en posición de pelea, pero antes que alguna agresión pudiera suceder, fueron Sango y Miroku quienes se interpusieron entre ellos separándolos y evitando que el problema creciera aún más.
-Es su hermano, -dijo Sango y Kioshi de inmediato soltó una risa sarcástica.
-¡Ah vaya! ¡No me sorprende! ¡Ahora comprendo todo! Ustedes dos sí que tienen parecido, y ahora resulta que los dos hermanos me quieren arruinar la vida quitándome a Kaiya!
-De que mierda estás hablando! -gritó Inuyasha -Sesshomaru no ha tenido nunca interés alguno por Kagome, nada de esto tiene sentido!
Kioshi abrió la boca para contestar, pero entonces apareció el subordinado verde de Sesshomaru y sin más se unió a la conversación.
-Oh, pero es el tonto de Inuyasha y sus amigos, ya teniamos mucho tiempo sin verlos, es una lastima encontrarlos aqui, especialmente a ti, Inuyasha. A el amo bonito no le va a gustar nada—aahh! -Inuyasha sin terminar de escuchar, lo levantó en su puño y le dio un golpe.
-Jaken! Tu si me vas a explicar qué es lo que pasa aquí y que es lo que quiere Sesshomaru con mi Kagome, ya!
-¡Eres una bestia Inuyasha! ¡Yo no tengo por qué explicarte nada! Suéltame ya o llamaré a mi amo bonito! SEÑOR SESSHOMARU! AYUDA SE—
-Jaken, por favor, -dijo Miroku, mostrando más calma y cordura que los demás como de costumbre. -perdona a Inuyasha, solo queremos saber qué es lo que hacen aquí y que quieren con la señorita Kagome, eso es todo.
Jaken, aun luchando contra el agarre de Inuyasha alzó la voz de nuevo.
-La ama Kagome se convertirá pronto en la esposa de mi amo Sesshomaru, eso se los aseguro!
Inuyasha, rojo y ardiendo en ira, arrojó lejos a Jaken sin saber que más hacer o decir. Seguía sin entender nada y cada segundo que pasaba quería golpear más a Sesshomaru.
-Inuyasha, -dijo Sango, -no debiste hacer eso, el podría habernos dado respuestas.
Antes que alguien pudiera decir algo más, se apareció Kikyo, a quien no había visto desde la noche anterior. Esta se veia fría y distante como siempre, pero había algo mas, se notaba molesta.
-Yo se que es lo que pasa aquí, -dijo la sacerdotisa de barro con un tono indiferente. Inuyasha, Miroku, Sango y Shippo la miraron con atención, esperando ansiosamente respuestas. -cuando Sesshomaru apareció por aquí, yo estaba cerca de donde descansaba Kagome, luego me escondí y logré escuchar un poco de su conversación. Dejame decirte, Inuyasha, que tu querida Kagome recibió muy emocionada a tu hermano. Es más, incluso se lanzó a sus brazos muy contenta, y el le regreso el abrazo….vaya, quién lo diría, no?
Esto último lo dijo con un tono de malicia en su voz el cual no pasó desapercibido para los demás. ¿Acaso Kikyo disfrutaba de esto?
-¡No te creo! -dijo Inuyasha, -¡Eso no puede ser!
-No me creas, pero es la verdad -dijo Kikyo. -Yo los vi.
-Como puede ser eso posible? -preguntó Sango en voz alta. -No me imagino a Sesshomaru abrazando a nadie, menos a Kagome.
Kikyo se encogió de hombros sin darle importancia a los comentarios y continuó su relato.
-Kagome le dijo que había pasado mucho tiempo y que estaba muy feliz de verlo, también preguntó por Rin y Ah-un.
-Entonces Kagome si recuerda a Sesshomaru?- preguntó extrañado Miroku con el ceño fruncido. -No entiendo nada…
-No diria que Kagome recuerda al Sesshomaru que nosotros conocemos. -dijo Kikyo. -El no la llama Kagome, él le dice Kaiya, al igual que Kioshi y los niños del templo, pero eso no es todo…
En silencio todos esperaban ansiosos que Kikyo continuará, en especial Inuyasha quien cada vez parecía desesperarse más.
-Sesshomaru le preguntó a Kagome si esta vez sí iba a aceptar su propuesta. Al parecer tu hermano ha estado cortejando a la sacerdotisa Kaya por algunos años ya. -terminó de hablar Kikyo con una sonrisa maliciosa en el rostro, mientras que todos los demás se quedaron boquiabiertos y sin palabras.
Inuyasha sentía que podría explotar en cualquier momento. Este respiró profundamente
y sin más, corrió a buscar a Kagome y a Sesshomaru.
-Me da mucho gusto verte, Rin. -rió la sacerdotisa mientras abrazaba a la pequeña niña de cabellos oscuros. -cada vez creces más y más.
Rin sonrió de oreja a oreja y emocionada le contestó
-Ya casi tengo trece años! Si decides casarte con el señor Sesshomaru y viajar con nosotros podremos ser una familia y estar juntos siempre.
La sonrisa de la sacerdotisa se desvaneció un poco, sin saber que contestarle a Rin. Fue Sesshomaru quien salvó el momento.
-Rin, -dijo el Daiyoukai. -Déjanos solos un momento. Kaiya y yo tenemos cosas de qué hablar.
La pequeña soltó un suspiro decepcionada, pero recuperó el ánimo rápidamente y una vez más abrazó fuertemente a Kagome, antes de darse la vuelta y comenzar a correr. -Iré a buscar al señor Jaken, espero que no se haya metido en problemas! -dijo Rin mientras se alejaba regresando a la aldea.
Cuando Sesshomaru se había aparecido en la cabaña en la que ella descabeza, la había llevado a un claro de pradera no muy lejos de la aldea, en donde tuvieron una alegre reunión Kagome y Rin. Hablaron por lo que pareció mucho tiempo, mientras Sesshomaru observaba en silencio y participaba solo cuando estas se lo pedían y con respuestas cortas. Pero no había más que hacer, el Daiyoukai siempre había sido asi, y asi lo querían todos. Ahora Rin se había ido y Kaiya se enteraría la verdadera razón de la visita de su amigo.
-No debiste haberle comentado a Rin lo de tu propuesta hacia mi, -dijo Kagome, sonrojada, pasándose una mano por el cabello nerviosamente. -No quiero que ella se emocione demasiado o se haga ilusiones..
-Yo no le dije nada, -dijo Sesshomaru acercándose a ella y tomándola de la mano. lo cual solo hizo que Kagome se sonrojara aun mas. -ella es muy astuta y lo escuchó alguna vez. No tiene nada de malo que Rin se emocione ...ella te tiene mucho aprecio, al igual que yo.
La sacerdotisa respiró profundo, tratando de no perder la compostura, lo cual era difícil de hacer cuando un atractivo Daiyoukai insistía en pedir tu mano.
-Yo también los quiero, Sesshomaru, pero ya hemos hablado de esto…
Desde la primera vez que la sacerdotisa Kaiya había conocido a el Daiyoukai Sesshomaru algunos años atrás, él había tomado un interés bastante especial en ella, como si la conociera desde antes…como si él supiera algo que ella no.
Kaiya aún lo recordaba. Aquello pasó en una de sus tantas misiones en aldeas lejanas para ayudar gente. Había decidido viajar sola en esa ocasión, y se encontraba reposando a la orilla de un lago, cuando de repente había visto algo en el cielo. Una mancha blanca, o algo parecido. Ella entrecerró los ojos para tratar de ver mejor de que se trataba, pero en menos de un segundo, Sesshomaru había aterrizado justo frente a ella. La sacerdotisa se sobresaltó, mas no huyó del lugar. Con una mano en el pecho, recuperando el aliento, ninguno de los dos dijo nada por lo que le pareció una eternidad. Sesshomaru la miraba fija e intensamente.
-Que estás haciendo aquí, y por qué estás sola? - le había preguntado Sesshomaru finalmente en aquella ocasión rompiendo el silencio con una voz grave y dominante que en ese entonces la hizo temblar un poco.
-Yo siempre viajo sola. -le contestó Kaiya valientemente, con voz firme y pudo notar como el Daiyoukai fruncía el ceño confundido, pero antes de que él pudiera decir algo más, ella se presentó ante él. -Mi nombre es Kaiya, soy sacerdotisa y viajera y tu quien eres?
Una vez más, su rostro estoico parecía quedarse pensativo, pero ella nunca supo por qué. Luego él preguntó:
-¿No sabes quien soy?
-Por que habría de saberlo? -le contestó ella. Ambos se miraron fijamente por un momento, sin decir nada, ambos confundidos pero por diferentes razones. Sesshomaru no comprendía por qué la poderosa acompañante de su hermano se encontraba tan lejos, sola y con otro nombre, mientras que Kaiya simplemente lo veía como a un extraño bastante peculiar.
Sesshomaru se acercó, Kagome no retrocedió ni se asustó cuando el Daiyoukai tomó su mentón suavemente con su mano. Este parecia examinar su rostro ladeandolo con delicadeza.
-Qué estás haciendo?! -preguntó Kaiya un poco molesta mientras alejaba su rostro de la mano de Sesshomaru.
-Si eres tú. -Fue lo único que dijo él, lo cual la desconcertó más. Su mirada penetrante la ponía nerviosa, y no solamente porque el Daiyoukai era increíblemente atractivo, había algo más, algo que en ese momento no logro entender.
-Yo soy el Inu Daiyoukai Sesshomaru, y desde este momento estoy a tus ordenes, sacerdotisa Kaiya.
Ella se había sorprendido en ese momento, y ahora, ya un par de años después del suceso, seguía sin comprender por qué Sesshomaru había tomado tanto interés en ella desde la primera vez que la vio. Después de su primer encuentro, se habían visto muchas veces más. Al pasar el tiempo él le había presentado a sus acompañantes; Rin, Ah-un y Jaken. La pequeña niña y ella se habían llevado bien de inmediato y lograron formar una amistad fuerte y verdadera, mientras que por alguna razón, a Jaken no parecía agradarle mucho…
Después de algunos meses, Sesshomaru comenzó a llevarle flores, comida, y luego hasta regalos extravagantes. Cuando Kaiya le preguntó a qué se debían tantos detalles con ella, él muy directamente y sin rodeos le confesó que la quería como esposa. Kaiya había quedado conmocionada ante tal revelación, sin saber qué contestar.
Y después de mucho tiempo el Daiyoukai no se había rendido, porque ahora, en el prado verde a las afueras de la aldea donde se encontraban Inuyasha y los demas, estaban teniendo esa misma conversación de nuevo.
-Ya te he dicho Sesshomaru, me halagas, pero no pienso casarme, mucho menos ahora. -repitió Kagome, cruzándose de brazos.
-Que ha cambiado ahora, Kaiya? Si no quieres casarte en estos momentos no hay problema…soy Youkai y puedo esperar por ti el tiempo que haga falta. -dijo Sesshomaru con mucha seguridad, lo cual no hacía las cosas fáciles para Kagome, quien volteó a ver hacia la dirección en la que la pequeña Rin había desaparecido corriendo hace rato.
-No es por ti, -dijo ella. -Pero en esos momentos tengo un propósito importante…veras, hace unas semanas llegaron un grupo de viajeros al templo de Getsu, en fin, es una larga historia, pero ahora no puedo descansar hasta que hayamos encontrado todos los fragmentos de la perla de Shikon. Sesshomaru, tú sabes lo que es la perla, y lo importante que esta es? ¿Ya habías escuchado hablar de ella antes?
Ahora volteó a verlo de nuevo, pero era inutil tratar de descifrar las emociones en el rostro del Daiyoukai, siempre serio y estoico, incluso cuando se portaba dulce con ella. Jamas sabia en lo que Sesshomaru estaba pensando, o como este se sentía, por lo que no tuvo indicación alguna cuando él le contestó:
-Si se de la perla de Shikon, y es por eso que he venido a verte hoy.
-¿Qué sucede Sesshomaru? -dijo ella con preocupación.
-Kaiya, se que eres fuerte y te puedes cuidar por ti misma, por eso jamás he tratado de controlarte, decirte que puedes hacer o no, así que solo te diré dos cosas muy importantes.
La sacerdotisa escuchaba con atención, mientras Sesshomaru se acercaba mas a ella, quedando cara a cara.
-La primera, es que tengas cuidado con Naraku, él es un ser despreciable y las personas con las que viajas no van a poder protegerte como yo.
El sol comenzaba a ponerse, y la respiración de Kagome se puso pesada con la advertencia de Sesshomaru, ella no pudo hacer más que mirar hacia abajo.
-...que sabes tu de Naraku? -le preguntó ella en un susurro.
-Se que es una escoria, a quien le gusta manipular a los demás a su antojo y que siempre ataca en donde menos lo esperas ... Él quiere hacerte daño, pero yo me aseguraré que eso no pase. Tendrá que pasar sobre mi primero si quiere hacerte daño a ti o a Rin.
-Pero yo no lo conozco y no le he hecho nada…por que querría Naraku dañarme a mi?
Kagome comenzaba a sentir frío, no solo por que el sol desaparecía del cielo cada vez más, pero fueron las palabras de Sesshomaru las que lanzaron escalofríos por todo su cuerpo. Rápido y ligero como una rafaga de viento, Sesshomaru tomó a Kagome y la atrajo a su cuerpo en un abrazo, antes de contestar.
-Por que el te teme. Teme lo que tu y tus poderes pueden lograr. Además al dañarte a ti, le hará daño a la persona que Naraku más odia en este mundo.
Las palabras de Sesshomaru la confundieron aún más, otra vez, sintió como si él supiera algo que ella no y quiso llorar de frustración, ya que Sesshomaru no era el único que la hacía sentir como si la ocultaran algo importante. Pero a pesar de todo, en ese momento no pudo hacer más que sentirse segura y cálida contra el pecho de Sesshomaru mientras este la abrazaba. Trató de respirar con calma, de tranquilizarse un poco y de simplemente dejarse consolar por Sesshomaru por un momento. Cerró los ojos hasta que se sintió mejor, y luego al fin pudo hablar.
-Gracias, Sesshomaru, por preocuparte por mi, pero no es necesario que me cuides, yo soy capaz de—
-Ya lo sé, -dijo firmemente el. -Nunca dije que no fueras capaz de defenderse sola, pero yo siempre te voy a ayudar de igual manera.
Una vez más Kaiya no pudo evitar sonrojarse ante las palabras y los gestos de devoción de Sesshomaru, pero una vez más optó por ignorar sus palabras y cambiar el tema.
-Ehm, Sesshomaru, que era la otra cosa que querías decirme? -preguntó ella, a lo cual Sesshomaru pareció molestarse un poco. No molesto con ella, si no que él parecía odiar lo que iba a decir a continuación, y eso Kagome lo notó con mucha curiosidad. -¿Qué es?
-Se trata de las personas con las que estás viajando, Kaiya. -dijo el, más serio que de costumbre. -Yo también las conozco.
-¿En serio? -exclamó ella sorprendida.
-Lastimosamente, si. Tengo que decirte que por desgracia… Inuyasha también es hijo de Inu-Taishou.
Kagome se encontraba en shock y miraba a Sesshomaru con incredulidad sin saber qué decir ante tal revelación. Pero antes de que esta pudiera responder o asimilar la idea de que Inuyasha y Sesshomaru eran hermanos lo escuchó a la distancia.
Un grito escandaloso de Inuyasha, quien llamaba furioso el nombre de su medio hermano y se acercaba a toda velocidad.
Inuyasha gritó con todas sus fuerzas, colmillo de acero en sus manos y listo para enfrentarse una vez más a su hermano si fuese necesario—y al parecer si lo iba a ser, ya que Inuyasha pudo ver perfectamente como el maldito de Sesshomaru abrazaba a Kagome.
-Sesshomaru! -dijo molesto Inuyasha, en un movimiento rápido trato de tomar a Kagome a como diera lugar, pero con una mayor rapidez, Sesshomaru puso su brazo frente a ella y se colocó en frente, protegiéndola con su cuerpo.
-Inuyasha, -dijo el hermano mayor sin mucha emoción en su voz. -Veo que pasa el tiempo y tu sigues igual de bestia. No me sorprende para nada.
-¿Qué haces con Kagome, infeliz? ¡A qué estás jugando ahora Sesshomaru!
El Youkai no dijo nada, parecía no darle importancia a la presencia de su medio hermano.
-Inuyasha, -habló Kagome acercándose, tratando de eliminar la tensión tan desagradable que se había en ese momento -No se que piensas, pero Sesshomaru es mi amigo desde hace algún tiempo.
Molesto y a punto de explotar, Inuyasha iba a responderle a Kagome, pero este fue interrumpido por Sesshomaru.
-Yo diría -dijo él, tomando la mano de la sacerdotisa. -que Kaiya y yo somos mas que amigos.
Inuyasha sacudió la cabeza enfadado, una sonrisa oscura adornaba su rostro.
-Sesshomaru, estás muerto! -y con eso se preparó para atacar con colmillo de acero, más esta vez, para su desagradable sorpresa, fue Kagome quien se puso frente a Sesshomaru, defendiéndolo con su cuerpo.
-Inuyasha, basta! Nadie va a pelear aquí! No quiero que ninguno de los dos peleen, de acuerdo? Son hermanos maldita sea!
-Kagome, no confíes en Sesshomaru, él no es una buena persona!
-No necesito que nadie me diga en quién puedo o no confiar, Inuyasha. -dijo la chica alzando su voz.
El hanyou iba a protestar, pero en eso, Kagome se dio la vuelta para regresar a la aldea.
-Me iré para que resuelvan sus diferencias sin golpes ni ataques. ¡No me quiero enterar que se han peleado! Iré a ver si Rin o los demás necesitan algo.
Y con eso desapareció en la distancia, dejando a los dos hermanos solos por primera vez en mucho tiempo.
Inuyasha trató como pudo de controlar su ira, cuando lo que en realidad quería era darle la paliza de su vida a Sesshomaru. ¿Cómo se había atrevido su medio hermano a aprovecharse de la situación de Kagome para tratar de acercarse a ella? Él había creído a Sesshomaru capaz de muchas bajezas, pero jamás algo así.
Después de un largo y tenso silencio, fue Inuyasha quien habló primero, respirando profundamente para tratar de contener toda la ira que en ese momento recorría como fuego en sus venas.
-Tienes cinco segundos para hablar, infeliz, qué es lo que quieres con Kagome? -gruñó molesto Inuyasha.
Cara a cara con Sesshomaru, después de tanto tiempo, la rivalidad que había existido entre ellos desde siempre, seguía más viva que nunca, pero ahora era peor, ya que con la mirada fría, Sesshomaru lo amenazaba con quitarle algo mucho más importante que Colmillo de Acero.
-Con Kagome, -dijo Sesshomaru, en un tono que Inuyasha pudo reconocer como un tanto burlón. -No quiero nada…pero la sacerdotisa Kaiya aceptara tarde o temprano mi propuesta de matrimonio.
Escuchar los rumores ser confirmados por el mismo Sesshomaru hicieron a Inuyasha enojar más de lo que alguna vez se había molestado gracias a Kioshi, Koga, o alguno de los amigos inútiles de Kagome al otro lado del pozo.
No supo Inuyasha cómo fue capaz en ese momento de contenerse y no matar a su medio hermano de inmediato.
-¡Eres un maldito tramposo Sesshomaru! -grito Inuyasha, -sabes bien que no hay ninguna sacerdotisa Kaiya y que esa es Kagome! Nunca te interesaste por ella en el pasado, ¿qué demonios es lo que quieres ahora?!
Entonces Sesshomaru sonrió ligeramente. Si había algo que Inuyasha odiaba, era la sonrisa arrogante de su medio hermano. Era peor ahora sabiendo que la razón de esa sonrisa era Kagome.
-Los planes que tenga con la sacerdotisa no son de tu incumbencia. Pero no te apures, te aseguro que ella está en buenas manos. Nada malo le pasara a Kagome mientras esté conmigo, aunque no puedo decir lo mismo sobre ti, Inuyasha.
El Hanyou se estremeció ante las palabras de su medio hermano, la verdad de sus palabras lo hirió como una flecha—sabia perfectamente a lo que se referia Sesshomaru, y ante eso no tenía defensa alguna.
-Tu no pudiste protegerla, Inuyasha. La heriste, la perdiste por cinco años y es tu culpa que ella ahora se encuentre así.
Inuyasha no pudo hacer más que mirar con odio a Sesshomaru. No tenia palabras para desmentir lo que él había dicho.
-Dime, Sesshomaru, -dijo Inuyasha, mirándolo amenazadoramente. -Acaso tu sabes que es lo que le pasó a Kagome. ¿Por qué no me recuerda ni a nadie más?
El Daiyoukai sacudió la cabeza molesto y por la expresión en su rostro Inuyasha supo que sus palabras iban en serio.
-No tengo ni la más mínima idea. No me importa tampoco.
-Hah, pero claro que no te importa, ¿no es así? -se burló Inuyasha. -Me das asco, Sesshomaru, eres igual que el cobarde de Kioshi. Si Kagome llegara a recuperar sus memorias jamás aceptaría estar contigo. Lo sabes bien. Si tu adorada Kaiya llegara a recordar quien eres en realidad, no te voltearía ni a ver. Es mejor para ti que no recuerde, verdad?.
Inuyasha sabía bien que eso no era cierto. Él sabía que si existía una persona en este mundo capaz de perdonar con un corazón puro y honesto, era Kagome. Aun así, él había pretendido ser lo más cruel posible con sus palabras, tal como Sesshomaru había hecho con él. Jamás en la vida creyó que el propio Sesshomaru se convertiría en uno más de sus rivales para llegar a el corazón de Kagome, y no se lo estaba tomando nada bien.
Después de un silencio, Sesshomaru le respondió fríamente.
-¿Ah sí? Y supongo que tú debes de estar ansioso a que Kagome recupere sus memorias. Si, que recuerde como despreciaste sus sentimientos hacia ti y preferiste a la sacerdotisa que te lanzó una flecha hace cincuenta y cinco años, seguro ella te perdonará por eso.
Con eso había dejado helado a Inuyasha, quien en ese momento no quería hacer más que destrozar a Sesshomaru, y sus palabras solo alimentaban su ira irracional.
-Siempre supe que eras un tonto, Inuyasha. -dijo Sesshomaru. -Pero cometiste la peor estupidez de tu vida al dejarla ir. Quédate con colmillo de acero, ya no me interesa. Tengo muchos planes para Kagome cuando la convierta en la ama de mi palacio.
Y sin más, antes de que Inuaysha pudiera contestar, el Daiyoukai se dio la vuelta y con el viento desapareció.
-Espera, entonces era enserio lo que dijeron sobre ti y Sesshomaru?! -dijo Sango sorprendida, tratando sin éxito de susurrar.
-Sango baja la voz por favor! Kioshi siempre se molesta mucho cada vez que Sesshomaru me visita! -se quejó Kagome.
-No puede ser, entonces si es cierto! -exclamó Miroku volteando a ver a Sango igual de asombrado que ella.
Una vez Kagome había regresado a la aldea después de su plática con Sesshomaru, sus amigos la habían acorralado y habían comenzado a hacerle cientos de preguntas. Miroku y Sango parecían muy interesados en comprender cuál era la relación de ella y Sesshomaru. En silencio los había llevado a un lugar apartado y tranquilo, cerca de unos árboles por la aldea, para contarles su historia, como lo había conocido la primera vez y como él la había visitado muchas veces en los últimos años. Después les platicó de su floreciente amistad y de cómo él le había hecho una propuesta de matrimonio hace tiempo, la cual ella aún no había aceptado. Pero tampoco había rechazado por completo.
-Quién lo diría de Sesshomaru! ¡No lo puedo creer! - dijo una vez más Sango, lo cual levantó la curiosidad de Kagome.
-Yo sí lo creo,- dijo la sacerdotisa. -El Sesshomaru que conozco es bueno. Un poco callado, pero es amable y bondadoso, pero algo me dice que el Sesshomaru que ustedes conocen es muy diferente a lo que yo acabo de describir, no es así?
Miroku y Sango se miraron preocupados entre sí. Por un momento no supieron bien qué contestar, pero ambos sabían que después de todo lo que había pasado, mentirle a sus amigos era lo último que querrían hacer.
-La verdad, señorita Kaiya, -comenzó a hablar seriamente Miroku. -Es que nuestros encuentros con el medio hermano de Inuyasha no han sido para nada agradables.
-Sesshomaru trató de robarle a Inuyasha colmillo de acero muchas veces. -dijo Sango, comenzado a molestarse un poco. -Ha planeado ataques contra nosotros e Inuyasha, incluso una vez se alió con Naraku y—
-Pero eso está en el pasado, -la interrumpió de pronto Miroku. -Naraku trató de herir a Rin una vez, y de engañar a Sesshomaru y desde entonces esos dos son enemigos a muerte.
Nadie dijo nada por un momento. Preocupación y un tanto de tristeza adornaban el rostro de Kagome, quien hace un rato se había encontrado sonriendo. La sacerdotisa no pudo evitar recordar hace unos momentos cuando le había preguntado a Sesshomaru que era lo que sabia de Naraku, y él, al parecer, había omitido contarle toda la historia. Al mismo tiempo tampoco le había confesado de los ataques de parte de el mismo hacia Inuyasha y sus amigos, a pesar de revelar que ya los conocía desde antes. Acaso no conocía tan bien a Sesshomaru como ella pensaba?
-Al parecer aún tengo mucho que aprender de Sesshomaru. -suspiró ella.- Siempre me pareció extraño que alguien como él se hubiera interesado en mí, pero algo me dice que tiene que ver con Inuyasha…
Miroku y Sango creían lo mismo, pero no tuvieron el valor de confirmar las sospechas de su amiga. Era evidente que no confiaban en Sesshomaru, aún después de tanto tiempo.
-Creo que iré a buscarlo, tengo que hablar con él. -dijo Kagome y se dio la vuelta para caminar de regreso, pero justo en ese momento apareció Shippo corriendo hacia ellos a toda velocidad.
-Sesshomaru ya se fue! Rin estaba muy triste porque no se pudo despedir de ti Kaiya, pero dicen que esperan volver a visitarte pronto! -exclamó el pequeño. Kagome solo miró a la nada con decepción. Tantas preguntas e incertidumbres corrían por su mente, estaba a punto de romper en llanto en cualquier momento ya que no estaba segura en quien confiar. Estaba cansada de los secretos los cuales cada vez parecían acumularse cada vez más y más. Los únicos que parecían hablarle con la verdad eran Miroku, Sango y Shippo.
Todos le escondían cosas. Todos le mentían. Inuyasha, Kioshi y Sesshomaru. En quién podría confiar al final? No tenía idea.
-Ya veo. -dijo la sacerdotisa tratando de contener sus lágrimas. -Está bien, creo que regresaré a descansar. Por ahora quiero estar sola, gracias por hablarme con la verdad.
Y con eso camino de regreso a la aldea, dejando al grupo de amigos atrás.
-Ay, Sango, -dijo Miroku negando con la cabeza. -por qué tuviste que mencionar la pequeña alianza que hubo hace una vez entre Sesshomaru y Naraku? ¿Viste como se puso Kagome?
-Y qué se suponía que hiciera? Ella lo tenía que saber! No podemos confiar en Sesshomaru! El supo perfectamente en donde se encontraba Kagome todo este tiempo y lo mantuvo en secreto mientras la cortejaba! ¡Esto no está bien!
Era verdad. Por muchos años Sesshomaru se había guardado el secreto para sí mismo. Había encontrado a Kagome sin siquiera estarla buscando y jamás se lo dijo ni a Inuyasha ni a los demás. Egoístamente se la había estado ganando poco a poco y nadie estaba seguro de que pensar.
-Shippo, -dijo Miroku, dirigiéndose hacia el pequeño Kitsune quien acababa de llegar. -Estuviste hablando con la pequeña Rin, ¿no es así? Dinos acaso conseguiste algún tipo de información nueva? Tienes alguna idea de que planea Sesshomaru hacer con Kagome?
El pequeño sacudió la cabeza para luego saltar hacia el hombro del monje.
-Nada. -dijo el. -Rin solo me dijo que Sesshomaru había encontrado a Kagome sin recuerdos de nosotros, él no tiene idea de lo que le pasó, pero la verdad no creo que Sesshomaru tenga nada que ver con los recuerdos perdidos de Kagome. También me dijo que Sesshomaru está verdaderamente enamorado de "Kaiya". A Rin le parece extraño que Sesshomaru no le haya dicho a Kagome la verdad sobre quién es ella en realidad, pero a ella le emociona más la idea de que ella se les una a su familia, así que no discute para nada con él.
Los amigos se miraron entre sí confundidos. Ninguno entendía lo que estaba pasando. Cada día que pasaba, su búsqueda se complicaba cada vez más y no sabían quién mentía y quién decía la verdad. Acaso podría ser cierto que Sesshomaru se había enamorado de Kagome—o, bueno, de la sacerdotisa Kaiya? No sabían si esto hacía del Daiyoukai un enemigo más o un aliado. Aunque sin duda esto solo serviría para alimentar aún más el odio entre los dos hermanos. Sea como sea, estaban seguros de que esto no acabaría bien para nadie. Lo único que podían esperar es que el corazón de Kagome no saliera herido en todo esto.
O quizá, ya era demasiado tarde para eso.
Un capítulo un poco corto. Me disculpo por eso y por la tan larga espera. La verdad es que este capítulo me da mucha emoción! Comenten con quien quisieran ustedes que se quede Kagome lol.
Bueno, este capítulo lo tuve que cortar en dos porque si dejaba las dos partes juntas se me alargaba mucho, así que espero subir lo que sigue muy pronto! Los quiero mucho, gracias por leer!
