La historia de Candy Candy no me pertenece es de la escritora Kyōko Misuki, yo solo se la tomo prestada sin fines de lucro para divertirnos un poco con los personajes. .

Hola a todas las lectoras silenciosas y las no silenciosas, primero quiero agradecerles sus comentarios a Guest, Selenityneza, Guest de nuevo (no sé si son la misma persona o diferentes) y Armónica de Terry, Anthony sufrirá poquito pero solo porque Candy se va a quedar con Terry, el seguro conocerá a alguien de la que se enamore.

Resolveré unas dudas que quedaron al aire, Daniel Legan no quiere a Candy de cortesana jamás expondría a Candy a algo tan cruel, el señor Legan tiene un secreto y por eso Sarah odia tanto a Candy, y el señor Legan fue el que le robó la inocencia a Marie, pero ella también quería no fue por violencia eso se los aseguro y se casó para no levantar sospechas ni para ser señalada, Marie no quiere tanto a su esposo a ella le gusta Daniel Legan por eso lloraba porque sabe que el solo la utiliza.

CAPITULO XIV

La señora Legan despertó a todos para que despidieran al señor Legan ya que partía a su viaje, la única que no fue llamada fue Marie que se le había prohibido ir y había sido desplazada a sólo atender la cocina, ya no entrar a las recámaras y mucho menos servir a los patrones.

Esa mañana cuando Candy iba a entrar junto a la familia para desayunar, Sarah la mando a desayunar a la cocina.

-Escúchame Candy, mientras mi esposo no esté no te quiero ver desayunando con nosotros en el comedor así que todas las comidas las harás en la cocina, ¿está claro?

—Si señora.- dijo Candy.

En ese momento le cerró la puerta de la entrada en su cara y Candy decidió entrar por la de servicio que daba a la cocina.

—… y ya le dijiste a tu marido? ¿Sin el señor aquí y tú en cinta, te va a ir muy mal?- Decía Dorothy a una Marie llorosa.

—pero no puedo hacer nada, anoche le confesé a mi marido y se puso como loco, porque ya me había advertido que no quería niños por ahora. Y no me atreví a decirle la verdad.

—A Sophie la nodriza de la señorita Elisa la echaron en cuanto supieron que estaba en cinta del patrón, la señora se encargó de desaparecer a la bebe en cuanto nació, y a Ella nunca se le volvió a ver algunos dicen que hasta las mato.

—No, que voy hacer. Dorothy cubre debo ir al pueblo por unas hiervas para sacarlo de adentro, antes de que alguien se entere…

Candy entro a la cocina y las dos sirvientes le sonrieron y ella se sentó a la mesa a comer, ambas la vieron con sospecha pero no comentaron nada y se pusieron a desayunar. Al terminar Candy entró a la casa y trató de imitar la forma en que caminaba la señora Legan, trató de subir con gracia la escalera, cuando Sarah la vio y se quedó observándola; al principio le sorprendió pues pareciera que Candy la escuchaba y trataba de hacer algo parecido a ellos, pero al recordar lo de la noche anterior y ver qué Candy se parecía a esa mujer le entró una furia inusual y se fue a su cuarto de costura sin voltear a verla, en ese momento atrás de la pecosa, aparecieron Neal y Elisa.

—Mira se cree que lo hace con elegancia- dijo Elisa burlándose.

—Silvia la gata lo hace mejor, muéstrale Silvia- dijo Neal

En ese momento la gata Silvia caminó contoneándose y fue a caminar frente a la rubia, está la miró ceñida y en cuanto pudo le puso la cola a la gata. La gata saltó hacia Neal para que la protegiera pero él se cubrió pues lo había arañado. Elisa como era de esperarse comenzó a gritarle a su mamá y Candy se disculpó con mucha propiedad.

-Lo siento mucho.

-Candy eres muy torpe caminando, por mucho que lo intentes no lo conseguirás. Tienes la elegancia de un mono.

Candy bajo la cabeza y se quedó quieta muy avergonzada, mientras Neal y Elisa se reían de ella con burla y felices de que la hubieran humillado. Después de eso los dos hermanos subieron a leer a sus respectivas habitaciones y su madre al cuarto de lectura.

Mientras tanto en la mansión de las rosas tres muchachos paseaban por le rivera del río, iban platicando y estaban muy alegres.

—era la niña más hermosa que he visto, su rostro estaba lleno de pecas y en cuanto le hablé me sonrió.- contaba Anthony soñador.

—Debe haber sido tu imaginación Anthony, nosotros no la hemos visto. Y dices que no la volviste a ver y tampoco le preguntaste donde vivía o su nombre tan siquiera.— dijo Archie

—Te estoy diciendo que ahí venían Elisa y Neal, yo no quería ver a Elisa. Me molesta como se porta conmigo y me aterra que me vaya a querer besar otra vez.

—¿En serio no te gusto?- pregunto el más joven de los hermanos.

—Ya les he dicho que no lo se, no lo esperaba y fue extraño. Además me molesta que todos estén intentando que me quede con ella, no se porque inventaron eso del compromiso. Pero aquella niña era un hada de este bosque.

—Pues ojalá aparezca pronto esa hada del bosque porque es un poco difícil de creer si no la has vuelto a ver.- dijo Stear limpiando sus anteojos, mientras observaba su alrededor para ver si se encontraba el hada que tanto decía su primo rubio.

—Y hablando de hadas, ¿cuando irás a visitar a nuestra prima que parece una bruja?- Pregunto el moreno

—Mañana vendrá a tomar el té conmigo, según ordenó la tía abuela.

—Que curioso nosotros iremos esta tarde a tomar el té con la pequeña Annie Britter, iremos en el auto que acabo de construir…

Archie se había acercado hasta el bote que estaba atado a un pequeño muelle, se subió en él y se acomodó.

-En ese caso tomate una siesta aquí, antes de que me lleve el susto de mi vida al subirme a un auto construido por ti hermano.

-Eres un mal educado, todavía que te llevare en auto a ver a tu noviesita.

-Cállate Stear…

El rubio y el moreno se echaron a correr riendo de haber hecho enojar al castaño, este no los persiguió y se acosto en el bote a tomar una siesta.

Pasaron las horas y Sarahse quedó leyendo en su cuarto de costura, Neal se había ido a pasear a caballo, mientras Elisa merodeaba por la casa, al ver que Candy iba a la cocina la siguió, pues la rubia no había buscado a la pelirroja en todo el día, cuando llegó a la cocina Candy estaba riendo con los sirvientes. Elisa se enfadó y se fue corriendo, aunque todos se percataron de que los observó. .

—mamita, no necesito a alguien como Candy ella prefiere estar con los sirvientes que conmigo dijo la niña después de haber llegado corriendo y llorando hasta donde estaba su madre.

—Elisa no llores mi pequeña- dijo la madre de la niña mientras la reconfortaba.

Después de eso ambas bajaron a observar a Candy, quien bailaba y se divertía con los sirvientes, Marie estaba bailando a lado de Candy con el cocinero y Dorothy bailaba con la pequeña rubia. La señora Legan al ver que Marie y Candy estaban muy felices todo no una decisión

—Si eso haré, , quería comentarte algo. Lo he estado pensando y me parece que Candy se siente más a gusto con la servidumbre que con nosotros como miembro de los Legan. Así que la volveré sirvientes de esta casa.

—¿Y nos va a servir a Neal y a mi?

—por supuesto querida, creo que Dorothy tiene mucho trabajo arriba atendiéndonos a todos, así que pronto Candy le ayudará con las labores domésticas.

—Muy bien.- Elisa estaba feliz por tan buena noticia.

Después de que su madre regresó a estar leyendo en su salón de té Elisa fue a buscar a su hermano.

—Neal, novedades Candy será sirvientes.

—¿Cómo dices?

—Si mamá me lo acaba de comentar, será mucama tuya y mía.

—La haremos trabajar del alba al anochecer, perderá su libertad.

-Ella no lo sabe todavía— los hermanos se fueron corriendo felices por las nuevas y maravillosas noticias, sin darse cuenta que Candy los había escuchado desde una rama alta de un árbol.

La pequeña rubia se bajo triste y se fue caminando por el bosque hasta llegar a la orilla del Río donde antes habían estado los tres chicos Andrey, vio los portales y en el que era como una cascada vio una cadena, tiro de ella y abrió la presa, Archie se despertó al escuchar como el cause del agua era más fuerte por ser liberada, alcanzó a gritar que no la tocara pero ya era tarde.

— ¿Quién eres? ¿Qué haces aquí? Yo estaba durmiendo.- Dijo Archie mientras la veía desde el bote

-Lo siento- dijo Candy muy apenada.

- Apúrate al bote se lo lleva la corriente, arroja la cuerda.

-¿Dónde está la cuerda?

-está por ahí, rápido me está arrastrando-, Archie se escuchaba desesperado.

Candy tomo la cuerda y lo lazo como los vaqueros de una mano, Archie la observo sorprendido pero muy complacido, esa niña lo intrigaba era muy hermosa pero se comportaba como un muchachito y era muy hábil con la cuerda para ser una dama refinada como todas las señoritas que había conocido hasta el momento. Candy había atado el otro extremo al trinco caído de un árbol y Archie pudo acercar a la orilla jalando él mismo, pero como Candy era muy diligente lo ayudó, ya que el joven estaba a salvo se recargó en un árbol para observarla mejor y para también tener buena vista del camino para estar listo en cuanto llegara su hermana, pues se les hacía tarde para ir a casa de Annie Britter.

—…pensé que tendría que nadar. – dijo el castaño coqueto.

—Te asustaste, ¿no sabes nadar?- Pregunto la rubia curiosa.

—Al contrario soy buen nadador.

—¿Y entonces?

—Mi camisa es de seda y muy costosa, No quiero que se ensucie.

Candy se quedó viéndolo atónita, él en su distracción se le acercó más

-Oye señorita gatita eres muy hábil con el lazo.

—Gracias— Candy se sentía muy orgullosa de ella misma

—Me gustas, ¿Quién eres?

—Soy Candice White y vivo con la familia Legan— Archie se acercó a besarle la mano.

Y dijo sorprendido —¿Tu vives con los Legan? Oh! Ya llego, aquí está él. Bueno yo soy Archivald Cornwell, y nos veremos después. Hasta luego.— Archie le lanzó un beso coqueto y se fue corriendo al auto de su hermano.

Stear estaba esperándolo y vio que su hermano hablaba con alguien pero no veía bien a la distancia. Archie llegó agitado y volteó hacia atrás donde había estado Candy para ver si aún la veía, pero ya no estaba.

—¿Qué tanto hacías Archie? Este auto cuesta trabajo mantenerlo encendido.

—lo siento, es que acabo de conocer a la niña más sorprendente del mundo, yo me quede dormido en el bote como les dije, y después de un rato alguien abrió el portal de agua, la corriente me arrastro y ella la misma chica que había abierto el portal me salvó de arruinar mi camisa.

—¿Qué dices? Una chica te salvo, pero si las damas son delicadas.

—Está no, me lanzo una cuerda y me sujeto la mano después me ayudo a volver a la orilla, es fuerte como un muchacho pero hermosa como una gatita. Tienes que verla, te caerá muy bien se llama Candy White, aunque la pobre vive con la familia Legan. Debe ser una sirvienta.

—o la dama de compañía de Elisa, las sirvientas no andan por ahí en el río, seguramente Elisa no quiso estar con ella y salió a explorar.

—Tienes razón tiene más o menos la misma edad que Elisa.

—Bueno hemos llegado, pasaré por ti en una hora. Mientras iré a recoger unas cosas al pueblo. Salúdame a Annie Britter.

—mmm si ya le diré yo- el más joven de los hermanos torció los ojos.

—¿Qué pasa?— pregunto el de anteojos sin entender.

—En realidad nada, solo que comparando a Candy con Annie Britter la segunda se me hace un tanto aburrida, si no hubiera tenido que cumplir esta cita te aseguro que le hubiera dicho a Candy que viniera con nosotros a pasear al pueblo y de pasada te la presentaba. Esa niña rubia me dejó muy sorprendido y con ganas de conocerla mejor.

—Ya. Bueno dado que te gustan las rubias te recordaré que Annie también lo es.

—Pero está era una rubia especial, su cabello es de un rubio más oscuro con destellos rojizos, sus ojos son enorme y verdes y su naricita está llena de pecas. En cuanto la veas la reconocerás y de inmediato querrás ser su amigo como me pasó a mi.

—Hay Archie, tu te enamoras demasiado rápido, anda ve con la pequeña Annie que te estará esperando.

Archie bajo y se dirigió al salón de té del pueblo donde lo esperaba Annie sentada en una mesa muy nerviosa pero muy bien arreglada, se había hasta maquillado un poco para parecer mayor y veía la entrada con ansias esperando al joven Cornwell como quien espera a su príncipe azul.