Hola a todas las que siguen por aquí, disculpen que no pudiera actualizar, en primer lugar se me había ido la inspiración y en segundo lugar había tenido mucho trabajo así que no me daba tiempo para seguir con la historia, pero trataré de actualizar más rápido.
Este capituló lo tuve que dividir para que se emocionen mucho con él, esta misma semana subiré la siguiente parte, solo que estoy trabajando en ella, prometo subirla pronto.
CAPITULO XVIII
El día había llegado Elisa se levantó muy temprano pues ya quería comenzar a prepararse, así que le pidió a Dorothy que llamara a Candy para que le ayudara en su arreglo. La pelirroja pensaba que como no le presto otro vestido la pecosa ya no iría pero como a Candy ya no le importaba como se viera había decidido ir tal cual estaba.
Elisa y Candy desayunaron a las ocho de la mañana y mientras pidió que le prepararan el baño, quería verse magnífica, así que una hora más tarde cuando todo estuvo listo subió y le puso unas gotas de vainilla y esencia de pachuli al agua, se dio un baño largo y relajante. Cuando salió de la tina se veía muy relajada pero eso no le quitaba lo pesada que podía llegar a ser. Candy la esperaba sentada en un taburete que estaba cerca de la ventana, se estaba aburriendo sin hacer nada, cuando Elisa salió hizo soñar una campanilla y Dorothy entró enseguida.
-Me llamó señorita Elisa.
-Si, Dorothy. Quiero que me hagas mi peinada de siempre pero con más rulos y un poco más recogido, pero sin dejar que mis bellos cabellos enmarquen mi rostro. Fíjate bien Candy que para la otra tú me peinarás.
- Si- Candy veía a Dorothy moverse con rapidez y pensó que nunca podría hacer semejante cosa, Dorothy le sonreía a la rubia de ve en cuando sin que Elisa mirara.
Dos horas más tarde Elisa estaba lista, ya pasaba un poco del medio día, ahora Elisa comenzaba a vestirse, Candy la vio ponerse un montón de cosas, Elisa parecía una cebolla con tantas capas de ropa. Se puso un corpiño que parecía mucho un sostén, una camisola y después el corsé, se puso un pantalón corto que le cubría los muslos y la camisola le llegaba a las rodillas después un fondo y por último ya que le iban a poner el vestido, dijo contundentemente que Dorothy lo planchara.
-No quiero ninguna arruga y tu Candy ve con Dorothy para que aprendas cómo se tiene que hacer.
Mientras Dorothy y Candy salieron de la habitación Elisa vio su figura, pensaba que le hacía falta más busto y estaba molesta a sus doce años y medio ya quería estar completamente desarrollada y como su imagen no le causaba la satisfacción necesaria, tomó de un frasco unas rotundas de algodón con las que se limpiaba el rostro regularmente, se metió dos puños en el sostén, de manera que le levantara el busto, cuando vio estaba más voluptuosa. Cuando Dorothy y Candy llegaron Elisa se veía muy desarrollada Candy no se percató pero Dorothy si, sin embargo no dijo nada y se puso a colocarle el vestido, Elisa se puso un collar de terciopelo negro con una perla y aretes a juego, un listón de seda rojo coronaba su peinado y usando Dorothy ya se estaba retirando, la pelirroja no dejó marchar a Candy y le pidió que le diera como se veía el maquillaje que tardo otras dos horas en estar listo.
A las cuatro y cuarte de la tarde, estaban por terminar cuando llamaron a la puerta, era su madre que entró y vio que su pequeña estaba lista, tomó el perfume y la roció un poco, después de ver cómo se veía en el espejo le sonrió, se dieron vuelta y vieron a Candy con su vestido sencillo y su apariencia de haber crecido en el campo. Sara Legan solo torció los ojos y salió.
-Candy, a lado mío te ves realmente sencilla, poquita cosa podría decirse, vámonos o se hará tarde, el coche ya espera la recepción comienza a las 4:30.
Candy solo se sacudió su vestido color crema y pensó que no podría jugar tan bien si usara las prendas que Elisa usaba. Todos salieron de casa y se subieron al auto, Elisa y Neal iban juntos y su padre y su madre también juntos en el otro asiento.
-Es una cara dura ¿Cómo se atreve a venir con ese vestido?- decía Elisa en un susurro completamente audible.
-déjala hará un papelon, lo que si me parece es que me avergüenzo de ella- dijo Neal molesto
-¿Estará Anthony en la recepción para recibirme? ¿crees que le guste mi vestido?
-Elisa, compórtate, no haces más que hablar de él.- dijo Neal viéndola con reproche
-Es que en verdad me interesa- Elisa se ruborizó mucho pues pensó en que quería besarlo en tan importante baile y en seguida se persignó.
-Candy, la tía abuela de Anthony le da mucha importancia a los modales, así que para no molestar será mejor que te quedes en un rincón para que nadie te vea- dijo Sarah autoritaria, Candy aceptó sin prestar mucha atención porque se había dado cuenta que iban en dirección al portal de las rosas.
El trayecto duro poco, estaban frente al portal de las rosas y pronto lo atravesaron, el auto se detuvo frente a la mansión donde los esperaban Archie y Stear.
-Bienvenidos- dijo Alister al ser el mayor debía seguir el protocolo, Sara y Daniel Legan los saludaron y le preguntaron por la tía abuela, en ese momento Elisa bajo corriendo.
-¿Dónde está Anthony? Quiero que vea de inmediato mi vestido- Elisa no saludo a nadie y se metió corriendo.
-Elisa, que modales son esos- dijo Sara en todo de regalo pero Elisa ya se había ido.
Los Legan caminaron al recibidor donde los anunciaron a la tía abuela. Elisa que entró sin esperar a que la anunciaran corrió hacia Anthony que charlaba con unos amigos de su padre y lo saludo.
-Hola Anthony, te ves muy apuesto con tu kilt escocés.- dijo sonriendo coquetamente.
-Gracias Elisa, si me disculpan- Anthony jalo a Elisa y la llevaba del brazo.
-Anthony no me dijiste nada sobre mi vestido-
-Oh lo siento, pero te ves muy bella este día y el vestido te queda muy bien-
-¿en verdad te gusta?- Elisa no se contuvo y se dio una vuelta para que la viera. Anthony por primera vez noto que Elisa tenía el cuerpo de una dama grande.
- Te ves bien, ya eres una dama.
-Hay Anthony que a lagos tan hermosos me dices- después de esto se le colgó del brazo y no pudo librarse de ella, camino hasta la entrada para ver a los padres de Elisa e intentar así que la muchacha fuera más recatada por la presencia del señor Legan.
En la entrada Anthony se quedó boquiabierto, ahí estaba ella, aquella niña pecosa que lloraba frente al portal, iba vestida como la recordaba y se alegró mucho de verla, tanto que le quito su brazo a Elisa sin darse cuenta, vio la escena desde que iba caminando, sus primos le habían dado un beso en cada mano y ella se ruborizó, que linda es pensaba el rubio y justo cuando los dos galantea caballeros la iban a escoltar él decidió hablar por fin para hacerse notar
-Permítenos escoltarte- decían los hermanos Cornwell, Candy les dio las manos y ya iban a caminar .
-Te ves mucho más linda cuando ríes que cuando lloras- dijo Anthony
Candy lo vio y se quedó atónita, los ojos se le comenzaron a llenar de lágrimas pues había encontrado a su príncipe de la colina, a la razón por la que había pasado tantas peñas en casa de los Legan. Stear y Archie los veían sorprendidos, algo ahí no encajaba y el mayor de los dos se atrevió a preguntar.
-No lo entiendo ¿ustedes ya se conocían?
-Anthony, me dejaste, Anthony, Anthony ¿Qué haces?- dijo Elisa corriendo tras el rubio. Todos miraron a Elisa y la ignoraron.
-Anthony- dijo Candy en un susurro.
Hubo un largo silencio, incómodo para los hermanos Cornwell que no entendían la actitud de Candy y Anthony, triste para Candy pues el muchacho que le gustaba era el mismo que le gustaba a Elisa y de molestia a Elisa quien no dejaba de verlos enojada por ser ignorada y porque sus primos le estaban prestando demasiado interés a la huérfana.
-Mi nombre es Anthony, Anthony Brown- dijo El rubio para romper el silencio
-Y yo soy Candy White.-dijo Candy ya recuperada de la impresión y de sus pensamientos.
-Sirvienta, que no se te olvide- dijo Elisa molesta.
- No es cierto, vine a casa de los Legan para acompañar a Elisa- dijo Candy avergonzada.
-Al principio si, pero ahora eres mi sirvienta.- Elisa se sentía satisfecha de aclarar las cosas pues Anthony hablaba con la huérfana con demasiada familiaridad, la pelirroja no se percató que Anthony estaba molesto y la veía feo, así que se separó de ella y siguió hablando con Candy
-Si hubiera sabido que estabas en casa de los Legan, también te hubiera enviado una invitación. -dijo el rubio acercándose más a Candy.
-Llegas tarde, nosotros la invitamos- dijo un Archie risueño.
-Entonces estás más invitada que todos los demás, porque tienes tres invitaciones- dijo Anthony tomando la mano de Candy y depositándole un beso.
Elisa no lo podía creer, estaba furiosa no había pensado que en las travesuras de Candy y sus ratos de dejarla sola ella ya los había conocido y al parecer estaban encantados con ella.
-No puede ser, No puede ser- pensaba Elisa al borde de las lágrimas por la rabieta- No siquiera a mirado mi vestido, en cuanto vio a Candy desaparecí de su vista- Maldita huérfana, primero me quieres quitar el amor de mi padre y ahora el de mi Anthony, no lo permitiré.
Elisa volteó la cara mostrando indignación, pensó que Anthony debía de prestarle atención pues al final era su novio y le debía respeto, ademas ya eran demasiado cercanos pues se habían besado varías veces, debía darle su lugar pues de alguna forma él ya se había propasado con ella. La pelirroja en un momento desesperado se agarró del brazo de Anthony y le comenzó a hablar con reclamo.
-Anthony ¿Cómo conociste a Candy? ¿Eh?-Anthony la volteó a ver extrañado pues nunca pensó que se pusiera tan extraña Elisa, pero no la detuvo decidió explicar a todos para que se calmara.
-Recuerdo que la vi una por primera vez frente al portal de las rosas.- dijo Anthony volteando a ver a Candy y le sonrió ligeramente.
En ese momento uno de los sirvientes de la mansión los llamó, haciéndolos pasar por orden de Sarah Legan que estaba un poco irritada pues su hija había tirado por la borda todo lo aprendido para parecer una dama.
Cuando todos entraron los tres muchachos pidieron un permiso y se retiraron, Candy al estar sola se puse en un rincón como habían dicho los Legan, pero no escuchaba bien el discurso de bienvenida y se acercó bastante para poder oír, la tía abuela comenzó con su perorata, dando razones del porqué estaban en esta casa y hablando lo maravilloso que son sus nietos. En ese Momento Archie que se cambió veloz como un rayo, bajo a escoltar a Candy, robó unos postres y se escondió de su hermano y Anthony con Candy bajo una mesa, astutamente el chico no quería que Anthony la acaparar porque vio las miradas que se daban ambos rubios, pero la pecosa siendo tan risueña y Archie siendo un glotón la hizo reír tanto que fue regañada por la matriarca del Clan.
-¿Quién ha sido?
-Lo siento fui yo- dijo Candy en verdad avergonzada
-¿Quién es esta criatura?- pregunto la matriarca.
-Lo siento Tía abuela, pero es nuestra sirvienta.- dijo Sarah abochornada
-¿Y que hace una sirvienta en una fiesta cómo está?
-Es que Stear y Archie la han invitado
-Mis nietos, eso es ridículo y si fuera así ¿Cómo es que la dejaste venir vestida de esa forma?
La gente comenzó a murmurar y se los quedaba viendo de forma reprobatoria, algún familiar dijo en un tono lo bastante fuerte para que todos escucharan.
-Que vergüenza, los Legan no tienen educación.
-Mira tu también cómo estás vestido y tu Sarah parece que no sabes usar el código de etiqueta adecuadamente.
-Que desconsiderados son los Legan.
-El no es el único Tía abuela- dijo Stear bajando con un traje menos formal para la ocasión.
-Persona tía abuela, fui yo quien la hizo reír- dijo Archie que salía bajo la mesa
-Hay Archie, estás arruinando tu bella cara- dijo la Señora Elroy sonriente.
-Porque no nos ponemos cómodos y brindamos a salud de la tía abuela- dijo Anthony alegre .
-Brindemos a la salud de la tía abuela- Levantaron sus copas los tres primos- Salud.
La tía abuela se relajó y ordenó se sirviera la cena, en el alboroto nadie advirtió que la familia Britter llegaba un poco tarde y escucharon sólo el brindis.
Annie iba elegantísima con un vestido color azul, ocuparon discretamente su mesa ella y sus padres y se dispusieron a entablar conversación, mientras comían Annie buscaba a Archie con la mirada pero los tres jóvenes se habían alejado del bullicio y ocupaban una de las Terrazas para estar más cómodos y comer lo que se les apetecía.
Los tres jóvenes estaban deslumbrados, no quería separarse de la rubia ni un momento y les agradaba su platica y su compañía, tanto así que Archie olvidó por completo que había invitado a Annie y Anthony había olvidado a Elisa.
Las dos chicas que estaban sentadas en diferentes meses estaban muy molestas, más Elisa porque Candy los había hecho quedar en ridículo y sabía que se merecería el castigo que le dieran por no haberle prestado otro vestido que si le quedara. Pero ya encontraría la forma de vengarse.
Continuará…
