La historia de Candy Candy no me pertenece es de la escritora Kyōko Misuki, yo solo se la tomo prestada sin fines de lucro para divertirnos un poco con los personajes.
El siguiente contenido puede tener escenas que dañen la sensibilidad de las personas, si no les gusta este tipo de historias absténganse de leerla.
Les dejo otro capitulo y las respuestas a los comentarios en el siguiente, disfrútenlo.
CAPITULO XX
Stear y Archie regresaron a la mansión de las rosas muy tarde pero muy contentos, tuvieron la buena suerte de que la tía abuela tuvo que quedarse en la mansión de Chicago pues el problema persistía. Cuando llegaron saludaron a Anthony que estaba junto a la chimenea tomando una copa de vino.
-Hola Tony ¿Por qué estás bebiendo sin invitarnos?-Archie lo saludo y corrió al bar a servirse una copa para alcanzar a su querido primo.
-No abusen de eso, no querrán verse tan mal como Neal el día de nuestra fiesta.-Dijo Stear
-No abusamos, solo una ¿verdad? ¿Qué tienes Anthony? Estás callado, ¿te volvió a besar Elisa?
-Nada de eso, hice trabajar de más a Candy cuando me la encontré hoy y me sentí muy triste pues ella no es feliz con los Legan, la tratan muy mal y ahora duerme en el establo, me temo que fue nuestra culpa.-Dijo el rubio muy afligido y le dio un sorbo a su bebida.
-¿No podemos hacer nada? Ella es muy linda y amable, qué tal si le escribimos al tío abuelo William para decirle que le ayude.- dijo Archie preocupado
-No creo que debamos molestarlo, ademas escuche cuando se fue la tía abuela que el tío abuelo no está en Chicago y que no atendió algunos negocios.
-Tal vez está enfermo, debe ser mayor que la tía abuela y su salud ha de ser delicada. Será mejor no molestarlo- pensó Stear en voz alta.
-¿Cómo? ¿Ni si quiera lo quieren intentar? Se trata de Candy, de nuestra amiga Candy, si tu le escribieras Anthony, seguro te consideraría mucho.-Archie comenzaba a acalorarse.
- Dejemos esa idea como última opción, ¿te parece bien hermano? ¿Por qué no le decimos a la tía abuela?-Dijo Stear
-¿Que adopte a Candy?-Pregunto Archie
-No creo que lo haga, pero podríamos decirle que la tome bajo su custodia y que haga de ella una dama, para que la sociedad la admire más.- terminó Anthony sonriendo por fin.
-Buena idea.-contestaron los hermanos.
Los chicos se quedaron haciendo un plan para que la tía abuela lo aceptara, mientras tanto la señora Elroy estaba muy preocupada pues William seguía desaparecido, el señor George lo había mandado a buscar a Londres pues habían pistas de que había tomado un barco, lo que no sabían era que el joven había tomado una tienda de acampar y se había instalado en el bosque que rodeaba la residencia de las rosas, ahí recataba animalitos y de vez en cuando se metía en la vieja cabaña de su madre para estar solo, lo único que pasaba es que él no se dejaba ver por nadie y trataba de esconderse cada que alguien lo buscaba. La tía abuela se tuvo que quedar hasta dos días más en Chicago pues habían contratos pendientes de firmar y ella haría que funcionaran al menos temporalmente en lo que su sobrino aprecia.
Esa tarde estaba acompañada de Sarah y sus hijos, estos habían pedido a la tía abuela que los dejara hospedarse un día en la ciudad ya que Elisa había crecido mucho en estos últimos meses, así que fueron a comprarle ropa nueva, ademas que Sarah saludarían a los Britter.
-¿Y como va todo con Anthony, querida Elisa?- Pregunto la anciana
-Espero que las cosas mejoren, el me visita poco y no me pone la misma atención que antes pues está todo el tiempo jugando con mi sirviente.- se quejo la pelirroja
-Hablare con él y haré que te vea una vez por semana mi niña, pero debes ser amable con él y complacerlo en todo.
-Si Tia.
-¿Y tu Neal, no te ha gustado ninguna señorita?
-Aun no está listo Tía, debo hablar con él primero.- dijo Sarah volteando a ver a Neal que observaba ruborizado y pensó sin saber porque en Candy.
-Creo que Margaret Smith es linda y adecuada para tu muchacho, sus padres tienen barcos de pesca bastante productivos y me enteré que ya es toda una señorita.
-Lo consultaré con Daniel y te aviso.- contesto Sarah.
La cena terminó en una charla más cotidiana y trivial, después se despidieron pues la familia Legan almorzaría con los Britter y después partirían a su casa, la señora Elroy no dejó ir a dormir a Elisa hasta que le dio una carta para Anthony, en ella le ordenaba al rubio pasar la tarde de los miércoles con la pelirroja invitarla a pasear y autorizaba que no llevaran chaperona, pues pensaba que aún eran pequeños para necesitarla, a pesar de las protestas de Sarah.
Los Legan se fueron de la mansión Andrey de Chicago a su compromiso con la familia Britter, ahí fue una mañana aburrida donde solo las madres hablaban y los tres hijos tomaban jugos y pastas en la terraza. Annie no quería hablar mucho con esos preadolescentes insoportables que no hacían más que presumir y después de un tiempo corto se despidieron, los hermanos Legan se portaron muy bien pues se sabían en territorio ajeno. Después de las despedidas y hacer una invitación a la mansión Legan, estos mismos tomaron su auto y se fueron, Elisa moría de ansiedad pues ya quería llegar a su cita con Anthony, era miércoles y no desaprovecharía ni un día para estar con él, en efecto la niña había crecido mucho, al terminar el verano cumpliría trece años pero su cuerpo era el de una quinceañera, sus senos eran grandes y llenos, la cadera se le había ensanchado más o tal vez era un efecto óptico debido al corsé y que insistía en usar más ajustado cada día para remarcar su hermosa figura, era muy guapa, ya usaba maquillaje diario y perfume y de no ser porque ya se había extendido el rumor de que era prometida de Anthony Brown, la hubieran pedido en matrimonio de inmediato llegara a Los trece años.
Las dos horas de camino fueron eternas, Elisa iba muy exitada por la emoción de ver al rubio y no podía ocultar su rubor cada que pensaba en que ese día lo besaría de nuevo. Después de un largo camino para la jovencita, pidió que se le llevara de inmediato a la mansión de las rosas, ahí su madre la dejó y le dijo que se comportara.
Después de eso Sarah llego a su casa y se topó con la sorpresa de que la hermana Maria había llegado a ver cómo estaba Candy. Viéndose en aprietos permitió que Candy usara la habitación de Elisa y un vestido de ella para que no pensara que la maltrataban.
Mientras tanto Elisa estaba fascinada con Anthony, salieron al jardín a caminar y a platicar como novios él le daba su brazo y ella lo aceptaba le coqueteaba, Elisa lo guió hasta el bosque y ahí estuvieron hablando sobre el verano que habían pasado junto en escocía. Elisa fingió tropezarse y Anthony se agachó a revisarle su tobillo para ver que no hubiera daño, de nuevo estaban muy cerca y Elisa le sonrió Anthony sabía lo que quería la joven pero él no quería, Elisa se desesperó y lo beso de nuevo, el resto de la tarde se la pasaron sentados en el pasto junto a un gran árbol besándose como nunca, Anthony era más apasionado que antes, y se atrevía a besarla más, por primera ve se dio cuenta del busto de Elisa y aunque no se atrevió a tocarla pues sabía que era pequeña, hizo el abrazo más estrecho para poder sentir sus formas, sin darse cuenta y después de tantos besos tuvo su primera erección, algo nuevo para él a sus trece años, se asustó y de inmediato empujó a Elisa bruscamente.
-Anthony¿ te sucede algo?
-No… bueno si, creo que nos hemos extralimitado en todo esto, tú eres una dama y yo estoy ensuciando tu buen nombre.
-Tienes que estar conmigo Anthony, amor.
-¡Elisa! No es correcto que me digas así.
-Tu y yo somos novios y te quiero mucho porque me gustas, si no fuera así no te permitiría que llegaras a tanto conmigo, ademas te dejo que me beses y me tengas tan cerca de ti porque se que te gusto y que un día nos vamos a casar. ¿Tu no me quieres decir amor o querida?
-S s si Elisa, querida.
Elisa se emocionó se sentó en las. Piernas de Anthony y lo volvió a besar, gracias a la inexperiencia de Elisa y a qué llevaba tantas enaguas no se dio cuenta de la erección del joven y de lo incómodo que lo puso, aunque la siguió besando para intentar calmarla y ya poderse ir, en sus intentos no se dieron cuenta que alguien llegaba y los observaba sorprendido.
-¿Qué hacen aquí? Y ¿no son muy jóvenes para comportarse de esa forma?- dijo un joven mayor que ellos con gafas oscuras y barba larga.
Elisa dio un grito y se paró de inmediato detrás del árbol Anthony se puso frente al árbol como si la protegiera.
-¿Quién eres tú?-Dijo Anthony demandante.
-Soy Albert, y aveces paseo en este bosque rescatando animales. Pero lo que me pregunto es ¿porque están tan alejados y a solas?¿ No eres uno de los chicos Andrey?-Albert no podía dejar de observarlos y sentir culpa, debió prestar más atención a lo que le decía George respecto a Anthony y Elisa.
-Si yo soy Anthony Brown André y ella es Elisa Legan.-El rubio menor le estrechó la mano a Albert
-Bueno, ya está oscureciendo será mejor que vayan a sus casas y traten de comportarse pues aún son pequeños para este comportamiento.
Elisa con las mejillas muy encendidas por la vergüenza y la exitación tomó la mano de Anthony y ambos regresaron a la mansión Legan, el la pasaría a dejar y se iría, en su mente no entendía que pasaba pero le había asustado, tenía razón Stear y Archie él debía tener cuidado si no quería cometer una estupidez con La pelirroja de la que se podría arrepentir.
Al llegar hasta la mansión el rubio la jalo atrás de un pilar y la volvió a besar mucho, no supo porque lo hizo pero seguía pensando en que el cuerpo de Elisa era muy hermoso para su edad. Después la dejo y se marcho diciéndole que el próximo miércoles irían al pueblo a pasear y tomar el té.
Elisa regreso a la casa muy feliz, pero la sonrisa se le borro al ver que Candy traía puesto uno de sus vestidos y la visitaba una hermana del hogar de Pony, estás estaban en una sala platicando alegremente.
-Pero mamá ¿Por qué Candy trae mi ropa y usa mi cuarto?- gritaba la pelirroja.
-cállate, debemos mantener las apariencias y ¿Qué le paso a tu vestido y a tu peinado? Parece que te has revolcado en la hierba como esa niña.-Pregunto Sarah viéndola por todas partes.
-Me he caído en el jardín de las rosas pero Anthony me ayudó y no me pasó nada, solo que no puede hacer nada por mi atuendo y le he pedido que me trajera a casa- dijo Elisa muy avergonzada pues sabía que mentía con descaro pero no le diría a su madre lo que hacía con Anthony.
- Bueno ve a cambiarte y no molestes a Candy y su invitada- Me alegro que te fuera bien con Anthony sigue así mi niña.- Sarah se sintió satisfecha con su hija.
Elisa salió y fue a buscar alguna mucama, pues necesitaba darse un baño para despejar su mente, ya que seguía muy aturullada de tantos besos con Anthony, al no encontrar a nadie bajo a las habitaciones de las mucamas y ahí escucho voces era Marie que estaba en su cuarto con una señora que no conocía. Se asomó por el picaporte de la puerta y vio a la mucama recostada y con las piernas abiertas tapadas apenas por una sábana, estaba sangrando y se quejaba de dolor, la señora que no conocía hablaba con ella y recogía unas hierbas con una bandeja llena de sangre.
-Listo, ya ha salido el bebé. Lo mejor será que descanse un poco, no tardará en reponerse ya que apenas tenía unos cuantos meses y casi ni forma tiene, por eso no se le notaba aún el embarazo. Recuerde que sangrara dos semanas y que debe hacer la cuarentena como si hubiera tenido un hijo de verdad, si no pronto quedara preñada nuevamente y hacer este tratamiento puede acabar con su vida.
Elisa al ver que se dirigía a la puerta la mujer ya para retirarse, solo había dejado las cosas que traía e las manos en una silla y en seguida se giró para irse. Una Marie temblorosa y pálida le dio un anillo que la pelirroja reconoció como de su madre. Pero no pudo estar muy segura pues se tuvo que esconder al final del pasillo y ahí la sorprendió Dorothy. La joven Legan le pidió el agua a Dorothy y se fue a su habitación. Marie en eso se asomó a la puerta ya vestida con camisón y como si estuviera apunto de desmayarse, tenía rastros de lágrimas en su cara y estaba tan mal que no parecía que fuera a recuperarse nunca.
Elisa se fue muy asustada, no sabía que pasaba y cuando Dorothy entró a la habitación de huéspedes donde estaría por ahora la joven, no pudo contenerse y le pregunto.
-Dorothy cuando baje a buscarlas me encontré con Marie, no le digas a mi madre por favor, pero Marie se veía muy mal, tenía sangre en su ropa como cuando tienes la enfermedad y estaba pálida, ¿Qué tenía?
-Señorita no me diga que vio algo de eso, solo alcancé a escuchar que una mujer le decía que se cuide bien o no vaya a salir preñada nuevamente, eso que quiere decir.
-Le contestaré para que no se haga malas ideas y no se lo diga a su madre, Marie… perdió a un bebé, no pudo llegar a su término y se salió antes. Por eso lloraba porque lo quería y se fue.
-ah ya veo, perdió el regalo que le haría a su marido.
-Si, algo así. -dijo Dorothy en un susurro
-Pobre Marie a la mejor no podía hacer el regalo que quería para su marido y por eso mi padre le ayudaba en el establo- Elisa pensó en voz alta. Dorothy la observó y no dijo nada prefirió callarse.
-Bueno déjame sola me bañare.- Dorothy la volteó a ver preocupada y se fue a ocuparse de sus quehaceres.
Elisa se quedó en el baño pensando en que ella podría darle ese mismo regalo a Anthony en cuanto se casaran y sonrió mucho al pensar que el joven la besaba ya por su cuenta.
Mientras tanto en la mansión de las rosas Anthony no había bajado a la cena estaba en su habitación muy confundido, pensaba en que debía dejar a un lado a Elisa porque él estaba seguro que le gustaba Candy y comenzó a imaginarse que sentiría si le daba un beso, como los que se daba con Elisa, pero deshecho la idea pues la niña rubia era muy pura para imaginarse en tales situaciones, la estaba viendo en su mente y de repente la imagino con el cuerpo de Elisa, después de recorrerla con la mirada volvió a buscar su rostro y ya era el de la pelirroja, no pudo evitarlo recordó la suavidad que sintió al apretar a Elisa en un abrazo y sentir sus formas, en seguida la erección regreso y al tratar de bajarla y disminuirla se dio cuanta que era complaciente, así que sin saber bien qué hacía se masturbo por primera vez pensando en la pelirroja y en las sensaciones que le provocaba, después de la primera vez que eyaculaba corrió al baño a limpiarse y al regresar a su habitación se quedó dormido y comenzó a tener sueños donde veía a Elisa cambiándose de ropa o con el traje de baño, él besándola y aunque no lo recordaría a la mañana siguiente en su sueño él estaba acariciando los senos su prometida Elisa Legan.
Albert había ido a Chicago, esa misma tarde pues lo que vio entre Elisa y Neal no le agradó nada, aunque quizá Anthony si estaba enamorado de la pelirroja si no porque la besaba pero quería asegurarse que los vigilarán no fueran a cometer una estupidez, llegó a Chicago entrada la noche y la señora Elroy corrió abrazarlo y a reprenderlo por desaparecer así, este le dijo que Elisa y Neal tenían una relación muy estrecha y se comportan como si fueran mayores, la señora Elroy dijo que lo arreglaría quitándole importancia al asunto, pues pensaba que si Anthony no quería casarse con Elisa a la buena sería obligado como paso con Sarah y Daniel, que ya llevaban adelantado su encargo a Paris, por esa razón los hermanos Legan tan solo se llevaban 10 meses de edad, pues Sarah había sabido cómo jugar sus cartas y se había casado a las 16 con un hombre rico y de buena posición.
Lo que ignoraba la tía abuela era que Sarah se casó con Daniel Legan casi a la fuerza pues su padre, el ya difunto esposo de la señora Elroy la había encontrado en la cama con el cocinero de la familia, la suerte de Sarah no había sido la mejor, después de perder al hombre que amaba realmente, cuando Sarah quería escapar de sus obligaciones, fue descubierta por Daniel que terminó forzándola a que cumpliera con sus deberes de prometida y esa misma noche descubrió que Sarah no era virgen, después de esto la trató como a una cualquiera y en cada visita la obligaba a copular con él, A las pocas semanas la ahora señora Legan terminó embarazada de Neal pero Daniel Legan siempre tendría la duda de que el primogénito del matrimonio fuera su hijo, siendo que si lo era. La joven señora Legan era obligada a cumplir con su deber cada que el señor Legan quería y así terminó embarazada nuevamente de inmediato de nacer Neal, en el embarazo de Elisa ella estuvo al borde de la muerte y el doctor recomendó que su esposo la considerara hasta que la niña tuviera un año de edad y así fue como el señor Legan le hizo desfilar amante tras amante en su cara a la señora Legan, llevaban casi 10 años de solo dormir juntos hasta apenas hacía algún tiempo en que de nuevo la obligaba a cumplir con sus tareas maritales.
En ese periodo de tiempo Sarah había hecho abortar a muchas sirvientas y había desaparecido a tres dos niñas hijas del señor Legan y que por desgracia tenían la misma edad que Elisa. La duda que le carcomía a Sarah Legan por creer que Candy era hija del señor Legan con alguna de sus amantes, era la misma que hostigaba día y noche a Daniel Legan al pensar que Neal no era su hijo.
