La historia de Candy Candy no me pertenece es de la escritora Kyōko Misuki, yo solo se la tomo prestada sin fines de lucro para divertirnos un poco con los personajes.
El siguiente contenido puede tener escenas que dañen la sensibilidad de las personas, si no les gusta este tipo de historias absténganse de leerla.
Hola a todo mundo! Este capítulo será cortito porque es como una introducción a lo que ya viene, a partir de aquí Candy y Terry tendrán más protagonismo y veremos ambas caras, la de mi villa a favorita y el romance de los rebeldes. La vida en el San Pablo a pesar de ser estricta fue divertida, todos ahí se volvieron más auténticos y conocimos más de sus personalidades, por ahora Anthony va a estar en paralelo a ellos, ya hay un vistazo de esperanza para él pero todo lleva su riesgo así que veremos qué pasa.
Acá los comentarios individuales
*Hola ArmónicadeTerry, si perdona si me tarde es que tuve un bloqueo, se lo que quiero para cuando Candy está con Terry en el barco pero no sabía que hacer con los demás y me la pase imaginando tanto de Candy y Terry que estaba perdiéndome, así que reescribí el CAPÍTULO pasado un par de veces y este quedó corto por lo mismo, pero ahorita las ideas ya están fluyendo de nuevo y espero traerles uno cada semana como estaba haciendo. Yo también las extrañaba mucho y espero que estés muy bien. Cuídate mucho en estos tiempos raros de pandemia. Te mando un abrazo.
*Hola Grace! Sabes me encanta la emoción que le das a tus mensajes, me la contagias y hasta muevo la cabeza de alegría jajaja, si ya se vio algo de Terry este capítulo te va a gustar y el fic comenzará a gustarte más desde hoy. Aún hay muchas cosas sucediendo y sucederán más, yo muero de ganas de ver que pasará con Anthony y Elisa. Y te agradesco tu apoyo y tus porras por el gusto que le tienes a este fic. Te mando un abrazo y seguimos leyéndonos.
*Hola Guest qué si ama a Terry, por favor déjame tu nombre para personalizar tu comentario. Yo también lo amo con locura y moría por verlo, aunque ahorita está triste y eso me pone triste también pero se que encontrará una chispa de alegría en Candy y será pronto, gracias por escribirme y espero tu nombre! Abrazo.
*Hola a todas las Guest que aman a Anthony. Les agradesco sigan leyendo y bueno yo se que ustedes aman a Anthony pero otras incluyéndome amamos a Terry y como es un Terryfic aunque no sea el protagonista por eso generalice, espero no se enojen con el giro que dará la historia, no se preocupen Anthony no va a morir eso es lo que me propuse desde el principio. Saludos a todas
*GP77 Hola mucho gusto en conocerte, si el comienzo es complicado pero todo se va aclarando es que es como ver lo que no se vio en Candy Candy. Ojalá quieras seguir leyendo, con gusto te respondo las dudas que surjan. Saludos
*hola Mari tengo pensado algo que no se si se parezca a lo de Susana, es que al final si lo piensas cualquier secuela que le quede y si le va a quedar va hacerlo verde incapacitado, lo que si pienso y haré es que Anthony no se dejara derrotar por un accidente como la tonta de Susana. Saludos y espero sigas leyendo.
*Terryswife hola! Voy a intentar actualizar cada semana aprovechando que esta el COVID19 y prefiero no salir porque soy asmática, solo al trabajo y de vuelta pero prometo que lo intentaré para distraerme y entretenerme a la vez. Que bueno que sigues la historia. Saludos.
*Selenityneza hay ya se que Anthony estuvo con Elisa y lamentó decirlo pero si no se accidenta no pararía el ya está súper corrompido por ella y por ahora es mejor mantenerlos alejados. Elisa ahorita va andar imparable y Neal también, para Elisa estar en el internado le va a caer como impulso a su maldad. Ya veremos qué pasa, me da gusto saludarte y espero seguirte leyendo. Te mando un abrazo.
*Mana Garez, holaaa que bueno que te gusta y si ya vamos al San Pablo y ya tenemos a Terry en nuestra historia por fin, claro que habrá algunos cambio Archie va a aprovechar la ausencia del primo y Candy se verá forzada a alejarse porque la tía abuela no la quiere cerca de Anthony, Elisa es muy libertina así que ya nos imaginamos que vida llevará. Luisa va a ser su cómplice en muchas cosas y por supuesto que le querrá tirar la onda a Terry porque lo hacía en el manga y en el anime, así que ya estaré actualizando más y espero sigas leyendo, te mando un abrazo.
Y a todas las lectoras silenciosas les agradesco continúen y que disfruten la lectura, si un día me dejan un mensaje se los agradeceré para mencionarlas por aquí y entablar diálogo que siempre enriquece mi escritura. Saludos y bonito fin de semana
CAPÍTULO 37
El viaje en el tren fue incómodo para Elisa, muy aburrido y cansado. Además viajar con cuatro hombres no le resultaba cómodo. No sabía que pasaba con ella pero le picaba mucho su zona íntima y no podía comunicárselo a nadie, su madre se había tenido que quedar a descansar y además no le gustaba mostrarse en público cuando ya tenía un prominente embarazo. A Elisa no le hacía gracia lo de su futuro hermano o hermana pero al menos estaría lejos.
Antes de llegar a la estación le comunicó a Stuart quien los acompañaba que ella necesitaría una mucama para que la atendiera en el barco, el mayordomo le consiguió por el momento una del hotel y en cuanto Elisa la vio corrió a ella.
-¿Como te llamas?- dijo Elisa
-Soy Klara señorita- dijo la mujer que era bastante mayor que Elisa
- bien Klara, necesito que busquemos un médico, algo no anda bien en mi y no puedo decírselo a mi mayordomo ni a mi familia pues como ves son barones. Necesito que lo llames y que me examine de inmediato.- ordeno la pelirroja.
La mucama no encontró ningún médico pero llevó una comadrona que sabía atendía a las muchachas del salón donde alguna vez trabajo. La mujer entró a verla con discreción y aunque ya era un poco tarde y Elisa ya debía descansar para tomar el barco al amanecer, la hizo seguir aunque la vio con desconfianza.
-Necesito que me ayude, dijeron que usted puede curar algunas enfermedades femeninas. Y no se qué pasa conmigo pero me esta picando mucho mi área intima.- dijo la muchacha asustada.
-Pero si eres una criatura muy hermosa, ¿dime cuántos años tienes?
-Tengo trece pero soy más madura y aparento más edad que las mujeres de mi edad.- dijo orgullosa la pelirroja
-Si ya veo por eso tienes problemas de mujeres adultas, recuéstate te revisaré.- la mujer exploro a Elisa de forma más amable que el médico que la trataba y dictaminó te has estado poniendo una esponja verdad para no salir con panza.- aseveró la mujer.
-No me hable así, yo jamás saldría con eso que dice.-se molesto Elisa
-No te puedo ayudar si no me dices la verdad.
-Esta bien si me pongo una esponja con un ungüento y ayuda a no tener embarazos por ahora.
-Eso te causo una infección, seguramente la esponja la utilizas con más de un tipo y por eso estás así- dijo sabía la mujer.
-Eso no es asunto suyo, dígame qué hacer y es todo.
-Vas a tener que lavarte bien y no usar la esponja, trata de no ser tan libertina, estás muy joven para tener tantas experiencias.
-¿Y que hago si mi prometido reclama lo que le pertenece? no puedo salir embarazada hasta dentro de un año como mínimo.- dijo Elisa molesta e incómoda, pues la mujer la tenía aún acostada en la cama con las piernas abiertas.
-En ese caso te daré una infusión que tú misma puedes preparar y conseguir de forma fácil, aunque yo diría que dejes de ser tan acalorada por tu bien.- dijo la comadrona.
-eso no le incumbe, deme lo que necesito y márchese.- Elisa le pago molesta en cuanto la dejo ponerse de pie y le recibió una especie de jarabe que venía en una botella.
A la mañana siguiente que abordaron el barco se sentía mejor y continuaron con su día a día sin percances, solo que dentro del trasatlántico.
Neal, Archie y Stear iban mucho al salón de caballeros a platicar, jugar ajedrez y a tomar una copa de brandy cada que se les antojaba, en el caso de Neal la mayoría del tiempo estaba en el salón si sus primos no lo llamaban, sin duda los hermanos alegan se estaban volviendo de las peores personas que podría tener la sociedad.
Para el tercer día que estaban en alta mar, encontraron a Neal en el bar muy ebrio, Stear le pregunto qué le ocurría.
-Neal porque has estado viniendo a emborracharte casi a diario desde que zarpamos.- dijo el de lentes.
-No lo entenderías, la vida de los Legan es terrible últimamente, mi padre es un mujeriego que se la pasa con sus amantes, Elisa se ha vuelto una zorra que se acuesta con Anthony y con los que se le ponen enfrente y mi madre no lleva bien el embarazo, encima parece que yo tendré un hijo con Dorothy y ella no quiere saber nada de mi.- dijo Neal arrastrando las palabras
-Estás hablando en serio, Elisa se acosto con más aparte de Anthony ¿Cómo lo sabes?- Stear estaba muy alarmado la noticia le había caído de sorpresa no sabía nada de eso.
-¿De que embarazo hablas?- Archie se alarmó más por lo de su tía Sarah que por lo de Anthony pues al menos sabía que en este momento Elisa y el rubio ya no estarían juntos.
-por eso no vino con nosotros dijo que en unos meses nos vendría a ver, no está bien de salud. Esta bastante grande para tener un niño nuevo.- Neal estaba tan borracho que no entendía porque le contaba todo a sus primos.
-¿y tú estás seguro de que la mucama espera un hijo tuyo? ¿Qué harás?- dijo Stear preocupado.
-Nada, Ella no quiere hablarme así que tendrá un bastardo.- después de eso Neal tomo el último trago y se fue.
-¿crees que todo lo que dijo es cierto? -Pregunto el moreno
-No lo se, tal vez se le soltó la lengua por borracho o tal ve se imagino todo por lo mismo. Lo que si se es que Elisa actúa de manera diferente desde antes del accidente. Pero supongo que por ahora no podemos aclarar nada- dijo Archie
-Por eso discutían, seguro Anthony ya se enteró de las andanzas de Elisa, al menos no tendrá que casarse con ella.- término Stear
-Aun así ahora con Anthony cómo está preferiría que siga vivo y se reponga, aunque se haya atado a Elisa de por vida.- Término Archie.
Los días siguieron pasando la pelirroja que ya se sentía repuesta no perdía oportunidad de coquetear con todos los caballeros jóvenes del barco, había usado las prendas más llamativas que tenía y mostraba sus encantos por todos lados. Pronto llegarían a Londres y ella tenía en mente divertirse mucho ya que Anthony seguía en America lo tomaría como un descanso, sabia desde el principio que en cuanto llegaron su madre y su tía la diversión se le acabaría y eso la preocupaba.
En America las cosas no mejoraban, el padre de Anthony por fin había dado con un médico que conoció en sus viajes y que había inventado un instrumento que podía fotografiar los huesos, sabiendo que eso podía ayudar a su hijo no dudó a en hablar con la matriarca del clan para poder pedir que su hijo fuera trasladado a una clínica alemana donde se hacían este tipo de fotografías llamadas radiografías, así se podría tener una idea de cómo ayudar al muchacho, el riesgo era que el joven podía morir antes de alcanzar a llegar a este país donde podían ayudarlo. Así que se agilizó todo lo que era necesario para poner en marcha a Anthony junto con su padre y un equipo médico, la tía abuela iría con ellos pero haría una breve escala en Londres para ver qué sus sobrinos estuvieran bien.
En lo que pasaron los preparativos ya habían pasado dos semanas. George tenía un día de haber ido a buscar a Candy al hogar de Pony y aunque La Niña se quizo resistir a ir con él en un principio, término decidiendo que era lo mejor para ella educarse en el colegio San Pablo. La joven iba en el tren rumbo a Nueva York, faltaban unas horas para que llegara y a diferencia de sus primos, George y ella irían de la estación directamente al puerto. Pues Albert llevaba unos días de retraso para terminar con unos negocios él se había empeñado en viajar en el mismo barco que Candy, aunque no le dirían a ella y habían hecho un trato para que el pudiera pasearse por la tercera clase sin temor a que Candy lo encontrara.
El tren había arribado con éxito y George y Candy estaban en el muelle esperando abordar el barco, la pecosa estaba asombrada ya que no había visto el mar antes de tan cerca, solo en libros y fotografías, pero lo que más la había impresionado era el gran barco que estaba ahí. Estaba tan distraída viéndolo que chocó con una figura alta y esbelta.
-Disculpe no lo vi.- comenzo a decir la rubia, pero el joven que era un muchachito como de la edad de Archie, solo la vio con indiferencia y se apresuró a subir.
Terry no la alcanzó a distinguir pues aunque le molesto que chocara con él no quiso llamar la atención, ya que seguía pensando que lo vigilaban los guardias de su padre para llevarlo a casa, la tristeza estaba por apoderarse de él ya que había soñado que no tendría que subir a ese barco de vuelta a Inglaterra pero su madre no lo había recibido como él esperaba y se sentía más desdichado que nunca. Sin querer pensar en que le esperaría la pelea más violenta que había tenido con su padre en años, pero se se tía listo, sabía que le pedirían explicaciones pero el también las exigiría, quería saber con detalle porque todo ese tiempo se le había negado que su verdadera madre era Eleanor Backer, también quería saber porque en todos esos años le habían negado la comunicación con ella, engañándolo diciendo que ella no quería saber nada de él. Subió al barco lo más pronto que pudo y decidió encerrarse en su camarote para no salir en todo el viaje pues estaba tan triste y se sentía tan solo que creía que si se asomaba de su habitación seguro se aventaría por el barandal a esas aguas heladas para por fin alcanzar la tranquilidad que tanto le hacía falta desde sus 10 años de edad que descubrió todo y que lo dejó sumido en tanta oscuridad y dolor.
Candy subió y se quedó viendo como todos abordaban para después ver cómo el barco se alejaba del puerto, no pudo evitar sentir un nudo en la garganta pero sabía que ella no podía hacer nada más, no podía dejar de pensar en Anthony ya que George le había dicho que le buscarían un mejor tratamiento, en el hogar de Pony le habían dicho que no perdiera la fe y la esperanza. Y así alcanza a ver cómo despuntaba el sol en el horizonte pensando que segura mente con los días las noticias que llegarían a Londres serían positivas. Con un mejor pensamiento fue a su camarote donde descansaría un rato para después explorar el barco. La rubia se propuso no olvidar el compromiso que tenía con el tío Abuelo William.
Las clases iniciaban el primero de septiembre en el Real Colegio San Pablo, los hermanos Legan y los hermanos Cornwell habían ingresado con 10 días de retraso el ciclo escolar, ya era 11 de septiembre en ese momento cuando recién comenzaron a adaptarse a su nueva vida, el llegar ahí los había contrariado un poco, Stear y Archie por lo menos podían verse todo el tiempo y tenían recámaras continuas, Neal estaba en un extremo un poco alejado de ellos, pero realmente no le importaba pues frente a su recámara se encontraba Jhonatan y a lado de la de el pronto llegaría Sebastian a ocupar la otra, Stear y Archie habían socializado bien con el resto de compañeros de su curso, el que era muy popular y se sentía como pez en el agua era Neal ya que todos sus amigos de norte America estaban ahí con él y habían formado una especie de pandilla, que principalmente se dedicaba a ver con morbo a las señoritas y conseguir licor clandestino para emborracharse por las noches en alguna recámara. Stear y Archie dejaron de prestarle tanta atención a Neal porque ellos se tenían el uno al otro y porque no se les antojaba formar parte de un grupo tan patético como el de esos tontos americanos. Las clases habían comenzado de forma dura y con todos los días de retraso que llevaban tuvieron que dedicarle más tiempo del que pensaban para poder igualar al resto de compañeros, a Stear al ser mayor que Archie y tener algunos conocimientos adicionales se le permitió meter la clase de ciencias, así que ahora pasaba la mitad del tiempo experimentando en un laboratorio real, esto le daba un par de horas libres a su hermano que decidió ocuparse enviando cartas a sus amistades en America, la primera a la que le escribió por supuesto fue a Candy contándole su estadía en la cárcel como el la llamaba, después siguió escribiendo a Annie para saludarla y tratar de no romper la promesa que le había hecho sobre ser amigo de ella ya que se encontraba tan sola, le gustaba escribirle a esa muchacha pues a diferencia del trato tímido que tenía en sus visitas, era muy elocuente en sus cartas y le contaba cosas interesantes, además de que tenían muchas aficiones en común.
Elisa no se había acabado de adaptar a la escuela, había conseguido hacer un grupo de amigas con las que cotilleaba todo el tiempo sobre su vida en America, para hacerse popular había contado que ella tenía un prometido y este la había hecho mujer, las muchachas le hablaban para saber que pasaba cuando una ya estaba tan avanzada en una relación y la comenzaron a ver con respeto, cosa que Elisa aprovechó para intimidarlas y hacerlas prácticamente su seguidoras, En el lugar conoció a una chica inglesa llamada Luisa, al platicar con ella supo que su amiga Daisy había estado en el colegio y había sido muy popular entre los muchachos, Elisa no quería quedarse atrás, así que cada que se cruzaba con los chicos en misa se mostraba coqueta y agraciada para llamar la atención, el primer día vio a Jonathan a la distancia y pensó que el correría a ella de inmediato, pero no fue así, él ni siquiera la volteó a ver, en el transcurso de la primera semana se dio cuenta que Jonathan Green visitaba a más de una chica en el colegio y que ella nunca sería exclusiva para él. En medio de su rabia no supo cómo pasó pero Neal le presentó a su amigo Dennis Thomson un muchacho rubio, con lentes y que tenía sobrepeso y a partir de esa presentación ella había terminado acostándose con él en el dormitorio del muchacho, el mismo día que lo había conocido. Lo cierto era que no le gustaba el chico y no le causaba ninguna satisfacción, ya que cuando pasó la primera vez con él se dio cuenta que el joven Thomson era inexperto, pero como no obtuvo la popularidad que quería entre los caballeros, se comenzó a conformar con él y sus encuentros se habían hecho diarios en lugares apartados para que las monjas no los vieran. Lo cierto es que a Elisa el chico no le gustaba pero estaba intentando llamar la atención de Jonathan que los había visto algunas veces escondiéndose, el joven Green no le prestaba la menor importancia y esto hacía que la pelirroja se molestara cada vez más.
Las semanas siguieron pasando, un día a finales de septiembre Archie recibió un telegrama de Candy, donde informaba que estaba próxima a arribar al colegio, la pecosa había enviado el telegrama desde el puerto de Nueva York, así que los hermanos Cornwell estaban impacientes por recibirla. Esa semana había sido una semana de noticias para ellos. Al día siguiente de recibir el telegrama de Candy llegó una carta de la tía abuela donde contaba que Anthony sería enviado a Alemania para comenzar un tratamiento ya que en America no había tal instrumento que podía ayudar al rubio y por último Stear recibió una carta de Annie Britter donde le contaba que la escuela para señoritas de Boston no había sido del agrado de su madre y que dado que no encontraban una mejor escuela en America que el Real Colegio San Pablo, estaba casi segura que ingresaría en octubre y esperaba poder darle la sorpresa a Archie.
-Recibimos carta de la tía abuela, Stear- dijo Archie con tono optimista.
-¿Anthony está bien?- pregunto Stear un poco turbado.
-Sigue igual pero vendrá a Europa, tal vez pasen por Inglaterra antes de ir hacia Alemania, el tío Vincent lo llevará con un médico que puede determinar el golpe y así curarlo- Archie estaba encantado.
-No quiero desilusionarte hermano, pero si Anthony sigue inconsciente no es bueno, su estado físico está muy deteriorado porque no puede alimentarse bien y si el tratamiento requiere una cirugía es posible que no la resista, así que no te hagas falsas esperanzas Archie, el tiempo sigue jugando en su contra. Y no quiero que sufras por haber tenido falsas expectativas- Término el de anteojos.
Archie no contesto de inmediato, no le había caído bien lo que dijo Stear y sabía que tenía razón, el se estaba ilusionando por nada, si lo pensaba bien el mismo viaje podía matar a Anthony.
-Stear mañana iremos a recoger a Candy no se te olvide- después de eso el joven de cabello casi rubio salió de la habitación.
Candy había pasado una semana muy entretenida en el barco, había rescatado una gaviota y la había curado, había ayudado al capitán aceptando un rescate de unos hombres naufragados, conoció de arriba a abajo el barco y estaba muy contenta con todo lo que había pasado, creía conocer al menos de vista casi a todos los pasajeros y para ser su primera vez a bordo de una nave como esa la había pasado bien, cada noche oraba por Anthony y por su familia del hogar de Pony, por Albert que no había podido despedirse de él y anciana llegar con sus primos.
Albert también había pasado una semana muy entretenida observando a Candy, le alegraba ver que la jovencita fuera tan impetuosa y activa. Y aunque el iba de incógnito en el barco disfruto mucho su estadía en el lugar, ya que se podía pasear con más libertad a causa de que George tenía que estar pendiente de Candy y no de él.
-Dios no me dio hijos, porque me encomendó cuidar a dos rubios que parecen torbellinos- dijo una de las noches George en el bar mientras tomaba una copa con Albert en lo que Candy ya se había dormido.
Albert solo se rio con una fuerte carcajada, se sentían tan bien de alejarse del ambiente pedazo que cubría a la familia desde el accidente de Anthony, por ahora el seguiría su camino, pues Vincent Brown había tomado las riendas de la situación y había embarcado a Anthony hacia Amberes, casi al mismo tiempo que salieron ellos pero hacia Southampton, el puerto que le esperaba a Anthony de destino estaba más cercano a Alemania, solo estaban orando por que Anthony no muriera en un viaje tan riesgoso.
La fiesta por el retiro del capitán se daría esa noche, Terry había recibido la invitación para el evento, había estado todo el día recostado en su cama prácticamente todo el viaje había estado en la misma posición, no había querido salir, no quería encontrarse con la gente, El Capitan lo había reconocido pero al verlo tan abatido no había querido incomodarlo así que había encargado a un oficial lo atendiera o le llevara algo de comer, el inglés aveces comía un poco y otras veces regresaba el plato como estaba, todo le molestaba estaba en un momento donde no sabía ni para que había ido a buscar a esa mujer. Deseaba tomar una copa y solo sobornando al del bar había conseguido una botella de whisky pero no le alcanzó para todo el viaje, otro marino le vendió unos cigarrillos y así fue como sobrevivió esa larga semana que para el fue más un suplicio pues sabía al infierno que se enfrentaría, al ya no tener alcohol tuvo que salir de su habitación cerca de las 12 de la noche esperaba que la gente de la fiesta ya estuviera borracha y así el podría robar un poco de esas botellas que tenían los meseros o bien podría tomarse todas las copas que pudiera e intentaría llegar inconsciente a Inglaterra, así los regaños de su padre y la perorata de su esposa pasarían inadvertidos, era muy triste tener que regresar a su país con la cola entre las patas y sobre todo tener que darle la razón al Duque, no había querido aceptar que el Duque tenía razón y que la señorita Backer no lo quería y no quería tener relación con él.
Salió de su encierro y se dirigía al salón cuando vio la bruma en toda la cubierta, se escuchaba un ambiente muy festivo y entonces él no pudo evitar pensar en lo qué pasó en Francia, había ido con su padre a pasar parte de las vacaciones de verano a Paris, el había ido a varios eventos dejándolo solo y esa tarde la había ido a ver actuar, quería verla después de todo lo que se enteró, ella lo reconoció entre el público y el salió huyendo al terminar la obra. Su padre no se enteró y lo hizo acompañarlo a una cena de beneficencia, sin pensar que ahí estarían los actores más famosos de Nueva York, el duque de enojo tanto por no ser avisado que abandonó el lugar sin importarle el escándalo y sin importarle dejar a su hijo atrás, y entonces Terry la vio de cerca y no supo que decir y ella solo le sonrió con melancolía y se fue. Alfred había vuelto por el para llevarlo al auto donde se había refugiado el Duque de Grandchester y aunque todo fueron minutos Terry siento que su verdadera madre quería decirle algo, seguramente no podría hacerlo estando ahí en público y por eso le sonrío con tristeza. Y el recibir una fotografía autografíada en el hotel con una dedicatoria donde decía que era su madre le confirmó que seguramente ella quería verlo.
La alegría de la gente en el baile lo repelió y se dirigió al barandal casi con prisa, sería todo más fácil si el saltara desde ese lugar a las heladas aguas del océano, no quería regresar a donde no lo querían y lo maltrataban, pero ahora sabía que el sueño americano no existía y donde él pensó que recibiría un poco de amor solo encontró desprecio, no pudo más y comenzó a llorar pues al final se sentía tan cobarde que no podía saltar, sus lagrimas corrían por sus mejillas y por un momento sintió que se ahogaba, hasta que escuchó unos pasos y volteó a ver cómo una chica perseguía su chal porque había salido a tomar el fresco, él se giró como si no quisiera que vieran que la había visto, pero ella se había acercado porque lo había confundido con Anthony, pero alcanzó a escucharlo sollozar y camino hacia él.
Terry al darse cuenta giro para verla.
-¿Hay alguien ahí?
-Si, perdóname no quise molestarte, me pareció que estabas muy triste- dijo Candy realmente apenas
-¿Qué estaba muy triste?- Terry se rio y afirmó que estaba muy triste volviendo a reír.
Candy lo vio confundida y Terry aprovecho para tallarse los ojos fingiendo un nuevo ataque de risa y así ya no mostrar su tristeza
-¿En que estás soñando pequeña pecosa?
-¿pecosa yo?
-Lamentó mucho tener que decírtelo pequeña, pero realmente eres muy pecosa
-a mi me gustan mucho las pecas
-entiendo por eso las coleccionas y estás muy orgullosa de tu naricita
-muchacho insolente
Después de esa conversación que al final si le saco risas verdaderas fueron interrumpidos por un caballero, seguramente el padre de la pecosa o un familiar.
-Adiós Pecosa- Terry aprovecho la interrupción y se retiró.
Por unos minutos olvidó lo pesado de su depresión y decidió volver al camarote, pediría algo para comer y descansaría, pues sabía que el día siguiente sería muy pesado para él.
