La historia de Candy Candy no me pertenece es de la escritora Kyōko Misuki, yo solo se la tomo prestada sin fines de lucro para divertirnos un poco con los personajes.
El siguiente contenido puede tener escenas que dañen la sensibilidad de las personas, si no les gusta este tipo de historias absténganse de leerla.
Hola chicas ya leí sus comentarios, estoy un poco atorada, espero que no salga tan corto este capítulo.
Me dio mucha risa lo que me comentaron todas y es que Elisa era así muy mañosa para su edad y Neal otra fichita. Armonicadeterry creo que lo cuento como lo veo y como me lo imagino como película sale así jajaja, A Elisa todavía no le pasa lo peor está llegando a la sima de la montaña rusa y es obvio que se va a dar un golpazo. Amo la parte de Terry y Candy y solita se contó desde el punto de vista de Terry no se como que al final son las voces que no escuchamos, me encanta que te guste tanto y espero traerles un capítulo nuevo más seguido. Australia perdóname por no escribirte en inglés pero quería explicar unas cosas aprovechando tu comentario donde hiciste referencia a que va a ser más larga que el anime porque ya voy en el capítulo 40 y en el anime iría como el 32, bueno es que le voy a agregar más cosas creo que a partir de este capítulo nos vamos a despegar un poco más del anime para poder contar lo que hacen todos en el colegio, estoy intentando mantener la esencia y la cronología pero espero que no les sorprenda que pasen más tiempo ahí porque la historia misma siento que lo va a pedir a partir de que Terry y Candy se separen y si los voy a separar pero no mucho ya verán porque vi un fan Art que les mostraré en el futuro donde ya me imagine todo ese capítulo, hasta un oneshot derivara de ahí, pero prometo que les gustará y mucho, además así podemos ver que más hace Elisa. Candyblu jajaja porno es más vulgar yo diría la versión erótica de Elisa, ustedes díganme si está muy vulgar o así cómo está esta bien. Si dice que tiene sexo y mucho pero no describo la escena porque siento que aburriría, solo las necesarias y las más relevantes tocará contarlas lo demás a pura imaginación, bueno ustedes díganme si esta muy subido de tono ese tema. Grace si desde el capítulo pasado se quedó ciego, ahí a látete unas cosas que quedaron en duda el doctor del barco solo suponía que Anthony con la caída había tenia coágulos en la cabeza que hacían que no se pueda mover y que no vea, no saben dónde está o están los coágulos, pero el ha visto muchos hombres de mar heridos y que les pasa cosas similares a Anthony, están muy sorprendidos porque no era lógico que despertara, es más eso fue inesperado pero paso, quizá Anthony tiene mucha fuerza de voluntad o fue un milagro, no quiero matarlo no lo matare a mi me cae bien solo que sigo pensando lo mismo es demasiado bueno el necesita iluminar a alguien más no a Candy porque ella es el faro de Terry. Y por eso viene mi parte favorita el enamoramiento de Candy y Terry son mi pareja favorita así como la tuya. Guest que si le gusta la pareja Candy/Terry era el establo pequeño no había caballos porque es el establo donde se guarda Teodora la yegua de Terry, el y su amiga llegaron el lunes en la mañana y el duque lo acaba de mandar a construir apenas en en este capítulo lo vas a entender. Creo que Candy va a despabilarse pronto y luchará por su amor a mi me gustan ellos dos juntos, déjame tu nombre para que pueda contestarte mejor. Y Guest que le gusta Anthony, que te puedo decir, es mi historia y tú decides si la lees o no porque todo en ella te va a incomodar.
Si ven quite a Klint me gusta mucho pero quería darle más libertad a Candy y como en el manga no existe pensé respetar eso.
Bien nos vemos en la lectura.
P.D. El final me quedo muy intenso, pero es que la idea de la abuela se me ocurrió por un fin, espero que les guste y no les parezca tan subido hot, pero también tengo un fin con eso. Nos leemos pronto.
CAPÍTULO 40
Anthony había llegado sin percances hasta Frankfurt, como su padre había dicho ahí lo esperaban una cuadrilla de doctores y enfermeras para ocuparse de él, a Vincent no le importaba gastar toda su fortuna si lograba salvar la vida de su hijo el tesoro más valioso que tenía, había habido pequeñas mejorías Anthony estaba recuperando energía y gracias a la mejora que tuvo por poder alimentarse correctamente había recobrado un poco de movilidad en sus brazos, eso le dio esperanza a la tía abuela y pensó que las terapias en los balnearios suizos le ayudarían a caminar rápidamente. Anthony comenzó una serie de exámenes donde se encontraba una radiografía que era un invento nuevo para esa época, se pudo ver los huesos sólidos del joven como en una fotografían y como se pensaba el rubio tenía un coágulo muy grande oprimiéndole la parte trasera de la cabeza, el riesgo era mucho podían ayudarle a liberal la presión del coágulo con un cirugía pero a causa de ella era probable que se comprometiera el sistema motor del joven y dejarlo temporalmente paralítico, sin embargo no podían asegurar que el coágulo se deshiciera con el tiempo, la gravedad de la situación era que si se movía la masa de sangre acumulada Anthony podía volver a caer en coma o simplemente sufrir un derrame cerebral que lo condenaría a la muerte. El diagnóstico del médico no era tan alentador como hubieran querido y a pesar de que la cirugía era un riesgo muy grande al final era su única opción. Todo estaba preparado después de determinar la gravedad de la situación Anthony ingresaría al hospital a la mañana siguiente para dar comienzo al difícil tratamiento que llevaría acabo.
La tía abuela mortificada decidió escribirle a William lo mal que se veía el panorama y exigió que se le dijera a sus sobrinos la verdad sobre lo que estaba por pasarle al rubio, ya que en caso de que falleciera no podrían ocultarles la situación aunque estuvieran en el colegio. Estaba decidida en cuanto acabara la cirugía, tenía que ir a ver a sus sobrinos y resolver sus dudas.
El mismo día de la cirugía George llegó al colegio con las mesadas de los muchachos, estaba contento de verlos pidió hablar con ellos en un salón especial para familiares, Candy fue llamada a la reunión junto con Stear, Archie, Neal y Elisa. Candy había tenido una semana buena a pesar de que Elisa no paraba de hacerle maldades pero gracias a unas bromas de ella había encontrado una colina muy parecida a la del hogar de Pony y había tomado ese lugar como refugio para pasar las horas, Paty le hablaba poco pero al menos no la votaba tanto como el resto. Así que decidió mostrarse optimista frente a George, después de todo era un momento alegre para poder coincidir con sus primos.
-Buenos días Señoritos, veo que se encuentran muy bien, ¿como les ha sentado el clima de Londres?
-Es agradable George, pensé que sería más frío pero no es como en Lakewood que el frío te hace que duelan los huesos- dijo Candy alegre.
-Me alegro que lo encuentre agradable, el tío abuelo le manda este sobre a cada unos de ustedes y les tengo otra noticia la Señora Elroy llegará el sábado por la noche, es muy posible que los pase a saludar y podrá traerles noticias nuevas sobre Anthony.
-¿Cómo está él, George?- pregunto Stear
-El señorito Anthony está en Europa, pero fue directamente a Alemania ya que allá se encuentra un médico que puede ayudarle en con su padecimiento, El Capitan Vincent Brown está con él así que no deben preocuparse.
-¿se va a curar?- pregunto Neal escéptico
-No podemos saberlo ya que le harán un procedimiento un tanto complicado y seguramente el tiempo de recuperación será prolongado, pero vendrá a Londres cuando los médicos crean conveniente y se lo permitan.
-¿vendrá al colegio con nosotros?- pregunto Elisa, quería ver a Anthony pero no quería que le arruinara su diversión con Jonathan y menos que le impidiera darle caza al joven duque.
-Aun no puedo contestar eso, dependerá de la evolución que tenga, como dije puede tardar meses, pero hablaré con la tía abuela para que les den un permiso especial y puedan ir a visitarlo en cuanto esté en Londres.
-George ¿puede mandarle nuestros recuerdos? Dígale que pensamos mucho en él y que esperamos se alivie pronto para que pueda venir con nosotros.- dijo Candy que no quería profundizar en su mensaje pues sabía cómo se ponía Elisa.
-Mándale nuestro cariño George y dile que lo extrañamos mucho- Archie no pudo decir más pues un nudo se la había instalado en la garganta.
-Dile que lo quiero George tener ánimo de su prometida lo ayudará a recuperarse, además espero que pronto me permitan ir a verlo- dijo Elisa, aunque en realidad solo lo dijo para molestar a Candy.
Después de eso George se despidió diciéndoles que les traería noticias pronto. Cuando salió del salón todos estaban por irse, pero Elisa se rezagó un poco para encarar a Candy.
-Espero que cuando Anthony esté más cerca no quieras ir tras él, entiende es mi prometido y el se tiene que casar conmigo para cumplir con su palabra y el honor de mi no fuera por ti el estaría aquí conmigo y nuestra relación iría creciendo porque seríamos novios, piénsalo Candy porque aunque a ti te guste la tía abuela jamás dejara que se fije en una huérfana como tú- después de eso se dio la vuelta y salió con la nariz muy en alto.
Candy no dijo nada solo la vio irse estaba muy sorprendida pues ella ignoraba que Anthony y Elisa estuvieran comprometidos, la rubia se quedó pensando en que algo tenia de razón Elisa y era que la tía abuela no permitiría una relación con Candy debido a sus orígenes, pero en todo eso había algo más que no había entendido claramente.
Al salir del salón de visitas que se encontraba en el mismo lobby que los alumnos usaban para salón de recreo, Elisa se encontró con Luisa que la esperaba fuera y la veía muy curiosa.
-acabo del ver pasar a tus guapos primos y a tu hermano, ¿tu que estabas haciendo ahí con esa huérfana?- al hacer la pregunta Luisa levantó la voz para que todos la escucharan.
Elisa aprovechando el silencio que provocó la voz de Luisa, dijo:- le aclaraba que Anthony Brown es mi prometido y que no debe acercarse a él por ninguna circunstancia.
Extrañamente Terry estaba en el salón de receso, había ido ahí para ver si de casualidad la chica pecosa estaba en ese lugar, aun no le hablaba solo la había visto en diversas ocasiones pasar sus ratos libres en la pequeña colina que a él mismo le gustaba tanto por ser la zona más alejada del colegio. La lomita era perfecta para esconderse de los curiosos y las monjas no solían ir por ahí, desde sus diez años era su refugio, fue el lugar más tranquilo que encontró cuando su padre lo fue a olvidar en ese lugar tan lúgubre. Justo vio cuando Candy salió del salón y escucho como todo mundo lo que la pelirroja decía, pero Candy paso junto a ellas sin voltearlas a ver y con mucho aplomo. Cuando la vio salir fue tras ella disimuladamente, pues los Cornwell y los americanillos no le quitaban ojo de encima a la rubia. Los hermanos Cornwell le hablaron dándole ánimos y alcanzó a escuchar que le dijeron que no le hiciera caso a Elisa, por desgracia eran primos y no podían no incluirla en las reuniones privadas con sus familiares. Terry pensó que el hombre Londines no se parecía en nada a ninguno de esos tres, entonces no podía ser padre de la pecosa pero si podría ser un tío, la rubia hablo un rato más con los hermanos y los tres se fueron a refugiar a la sombra de un árbol, Terry ya no pudo ocultarse más y decidió internarse en el bosque, ese sería otro día donde no podría dirigirle la palabra a la rubia, empezaba a creer que estaba destinado a no saludarla nunca pues por diferentes circunstancias no coincidían, pero pensó que trataría de dejar el intento de lado porque por eso podría ser que no podía acercarse y mientras la oportunidad se daba intentaría averiguar quién era ese tal Anthony Brown del que todo mundo hablaba por ser el novio de la chica más antipática del colegio, además no le quedaba claro que tenía que ver la rubia pecosa con el chico en cuestión.
Elisa mientras tanto estaba adentro con Luisa discutiendo muy apartadas del reto de las personas.
-A menos que no consigamos un permiso no podremos salir y hacer la cita doble que tenía pensado, tú con mi hermano y yo con Jonathan y sobre todo necesito salir del colegio a buscar unas hierbas para hacer una infusión que necesito, sin esa infusión de todos modos no puedo ver a Jonathan.
-¿Es una infusión muy especial Elisa?- pregunto Luisa
-Si, necesito tomarla y muy seguramente después de que mi hermano se ocupe de ti tú también la necesitaras, ya sabes somos muy jóvenes para cometer estupideces que nos pueden costar la salida del colegio.- dijo Elisa en voz baja
-Tal vez pueda pedirle a mi padre el favor muy especial, diciendo que necesitas algún medicamento- sugirió Luisa.
-Buena idea pero tienes que darte prisa es muy urgente salir y obtener lo que necesitamos.-exigió Elisa.
Luisa se dirigió de inmediato a su cuarto para mandar un recado, diciendo que era con carácter de urgente. Elisa se quedó observando el lugar para estar segura que nadie las había escuchado y de inmediato se fue.
Al salir Candy iba corriendo entre el bosque pero decidió que ese día no la seguiría o parecería que la acosaba y más después de la amenaza que le había lanzado en el salón de visitas, Terry observo a ambas chicas una alegre y feliz y la otra calculadora y sospechosa, sin aún conocer de una forma más directa a Candy se notaba que eran muy diferentes, nada que ver una con la otra pero que a la vez la vida las había puesto en el mismo lugar y curiosamente en la misma familia, para él era como esa leyenda china del yin y el yan, una era el amanecer y la otra el atardecer; no se podía negar que la jovencita Legan era una belleza aunque el uniforme de las chicas era muy conservador el busto de Elisa se marcaba muy definido y tenía una pequeña cintura que la hacía ver fina, pero Terry era muy astuto y pensó que la pelirroja era como Gastón el de el cuento de la Bella y la Bestia, hermosa por fuera pero terrible por dentro. Aun así la estaría observando, aunque no le agradaba se le hacía bonita y aun le causaba curiosidad. Por otro lado estaba Candy que tenía el nombre más adecuado para el tipo de muchacha que era, se veía cálida, alegre y muy feliz. Esa felicidad y su personalidad vibrante lo atraían muchísimo más de lo que le podía atraer un cuerpo bonito, la señorita Andrey sin duda era muy delgada y tenía un rostro precioso pero aún carecía de las formas de Venus, seguramente con el tiempo las desarrollaría pero eso quedaría en segundo lado ya que su chispa opacaba todo lo terrenal. Definitivamente prefería la tranquilidad y la armonía que emanaba aquella pecosa a el tormento y la agonía que seguramente le daría una chica del tipo de Elisa. Y después de su análisis minucioso Terry se fue brincando entre los árboles para seguir a Candy, cuando le perdió la pista pensó que seguramente ya se había ido a su recámara y el se quedó cerca de la entrada pensando si debía ir a sacudirse el aburrimiento a una taberna o se quedaba en el colegio a ver desde su balcón la luz de la habitación especial que según los rumores pertenecía a la pequeña pecosa.
Justo cuando iba a saltar vio a unas hermanas haciendo la ronda, un tanto molesto porque se le arruinaron sus planes saco del bolsillo interior de su saco una ánfora que tenía el más fino coñac del castillo Grandchester, la licorera había sido de su abuelo Theodor Graham Grandchester y la había tomado sin permiso por el parecido que tenían sus siglas Terruce Greum Grandchester, dio un sorbo largo y se sentó en la rama a esperar, el ocaso se había puesto y con él Terry había terminado con el líquido de su ánfora; dio un salto del árbol y cuando estaba pensando en roñarse el vino de consagrar escuchó un cchhttss a sus espaldas, al darse vuelta junto a la reja una anciana le hacía señas para que le abriera la reja.
-Muchacho, ven ayúdame.- dijo la anciana- apúrate antes de que el guardia vuelva.
Terry la vio extrañado pero la dejó entrar y ágilmente la anciana lo tomo del brazo y lo arrastró hacia el bosque lejos del claro que hacia la reja principal.
La anciana que estaba muy alegre hablar en voz baja.
-Me llamo Martha O'Brian y soy la abuela de una de las alumnas de aquí, a la mejor la conoces o a la mejor no, su nombre es Paty pero tú eres un joven muy buen mozo como para fijarte en mi nieta que es extremadamente tímida.- La señora O'Brian se estaba comenzando a dejar de reír para seguir con su camino.
-Si la ven aquí la harán echar, no tenemos permitido las visitas. Mi nombre es Terruce- dijo Terry inclinándose de cortesía.
-Muy bien guapito, ayúdame a llegar al dormitorio de las chicas para que entre y pueda instalarme con mi nieta, más o menos se cual es su cuarto y yo creo que podría entrar por las escaleras de emergencia sin ser vista. -La anciana ya tenía todo planeado.
-Pero la ronda debe estar en circulación y solo que haya una distracción logrará entrar.- Razo Terry.
-Tú te encargarás de la distracción mi guapo amigo, si no te molesta mucho ayudar a esta anciana que muere de ganas por ver a su nieta.- dijo Martha manipulando al joven.
Terry sabía que lo estaba tratando de manipular y ya que sus planes se frustraron podría divertirse un rato más y con mucha suerte ver a la pecosa. Así que solo asintió con la cabeza y guió a la anciana hasta el lugar sin olvidar que era un caballero y cargó su equipaje.
Al llegar al edificio Terry le mostró por donde estaban las escaleras y acto seguido fue a la entrada principal donde aventó una piedra y rompió un vidrio, el caos no se hizo esperar todas las alumnas que escucharon el crujido del cristal salieron a ver lo que pasaba, la hermana Margaret que estaba por terminar la ronda corrió a ver qué había pasado. Ese momento de distracción lo aprovecharon dos personas, la señora O'Brian que corrió a la recámara de Candy y Jonathan que subió al balcón de Elisa y se sentó en la cama a esperar a la pelirroja.
-….¿pero dime porque lo hiciste?- preguntaba la Hermana Margaret
-Me dieron ganas- respondió Terry cínico
-Voy a tener que reportarte a la dirección- dijo la monja.
-Muy buenas noches señoritas, se les ve muy cómicas ahí paradas viendo como si fuera el circo, yo en cambio las observo como si estuviera en el zoológico.-dijo Terry burlón
Hubieron varios murmullos donde lo catalogaban como insolente y grosero.
-La verdad quería ver que tan lindas son las chicas que entraron este ciclo escolar- Terry detuvo su mirada en Candy por unos segundos más ya que había sido de las últimas en llegar a ver lo que pasaba- pero veo que están más de siempre con alguna que otra señorita un tanto encantadora, al terminar la frase vio a Elisa que era de las primeras que habían llegado. La pelirroja por su parte pensó que el comentario era para ella y no le quitó la vista de encima. La monja hizo salir a Terry y se lo llevo a su cuarto para que pasara la noche en confinamiento.
Todas regresaban a su cuarto, Candy intento hablar con Paty pero esta la evadió, la rubia al llegar a su cuarto se llevó una gran sorpresa al encontrarse con la abuela de Paty y llevó a la distinguida dama al cuarto de su compañera. Elisa que ya había entrado a su recámara y no se había percatado de que Jonathan estaba en ella iba a regresar para ver quien caminaba en el pasillo pero el brazo del joven se lo impidió, le dio la vuelta y la besó apasionadamente. Elisa aunque se inquietó estaba contenta de tenerlo en su cuarto.
-¿Qué haces aquí?- pregunto la pelirroja entre besos.
-Tenia ganas de ti mi querida Elisa- acto seguido Jonathan cargo a Elisa de las nalgas y la hizo que lo envolviera con brazos y piernas.
-Nos expulsaran si te descubren- la pelirroja le besaba con devoción y dejó que la llevara hasta la cama donde se puso sobre de ella.
-Me vino bien que Grandchester hiciera un alboroto, seguro estaba borracho.- dijo el rubio besándole el cuello.
-Mientras hablaba no me quitaba la mirada de encima, seguro que le gusto y no lo culpo.-Dijo Elisa muy presumida.
-Puede ser mi amor, a quien no le gustarían estas tetas- y comenzó a besarle todo donde podía- ¿o a quien no le gustaría sembrar su semilla en este lugar?- y acto seguido le colocó la mano en su vulva. La pelirroja se volvió loca y comenzó a quitarle la ropa con desesperación, Jonathan hacía lo mismo con ella y la dejó sin ropa en tiempo récord.
-Eso quiere decir que tienes competencia.- dijo Elisa con un toque de burla.
-No lo creo él no se deja atrapar por nadie, mi prima Daisy lo intento y supongo que quería hacerlo responsable del hijo que le deje de recuerdo, pero ya ves Grandchester es muy hábil y no se mete con chicas de nuestro círculo, además no sé cómo pero él sabe cuando una dama no es tan dama, así como tú mi querida Elisa, lo mejor será que te olvides de él- En ese momento Jonathan tomo las piernas de Elisa y se las puso en los hombros en seguida la envisto penetrandola sin aviso.
-Hay Jonathan no, no me estoy protegiendo.- dijo Elisa pero no hizo nada para quitárselo de encima.
-Pues te quedará una panza como la de mi prima Elisa pero esta noche no te me escapas.
Jonathan y Elisa siguieron con su entrega lujuriosa hasta muy entrada la noche, la pelirroja estaba tan entretenida que no se percató de los acontecimientos que pasaban en las recámaras de Paty y Candy, donde ya estaba instalada la abuela Martha.
