La historia de Candy Candy no me pertenece es de la escritora Kyōko Misuki, yo solo se la tomo prestada sin fines de lucro para divertirnos un poco con los personajes.
El siguiente contenido puede tener escenas que dañen la sensibilidad de las personas, si no les gusta este tipo de historias absténganse de leerla
Hola a Todas ¿como están? ¿Cómo las trata la nueva normalidad? Les quiero agradecer sus comentarios, leí todos los comentarios que me dejaron desde el capítulo 44 y 45 y me disculpo por no contestarlos personalizados y por no haberles puesto comentario en el capítulo anterior, me estoy haciendo tiempo para escribirles y que esto no pierda forma, el capítulo pasado y este iban a ser uno solo pero salió más largo de lo que planeé y por eso quedaron divididos, se que son muchos capítulos pero es que la verdad les escribo pocas cuartillas y siento que aunque sean cortos lo compenso con ponerles mas, además así las ideas no se me desordenan, este capítulo junto con el pasado me encantaron era realmente como me imaginé el proceso Annie/Archie/Candy y por ahí alguna de ustedes quería leerlo ya, seguiré escribiendo lento pero seguro, ya tengo planeado el que sigue y tratare de ponerlo antes de que acabe el año. Quiero advertirles que el próximo capítulo será fuerte pero lo siento necesario para la trama, espero lo entiendan y que no se molesten demasiado. Les agradezco que me acompañen en esta historia alterna y por si no las leo en las fiestas les deseo ¡Feliz Navidad!
P.D. Cambie algunas cosas y en el que sigue abra pequeños cambios para adaptarlo, ya se los había contado pero no quiero que las tome por sorpresa. Cuídense mucho.
CAPÍTULO 46
Mientras los chicos tenían sus primeras clases ese día en el colegio, Anthony ya se había instalado en Suiza desde hacía unas semanas, el trabajado fue difícil y cansado su estadía en el hospital se prolongó por dos semanas más después de haberlo dado de alta ya que la circulación en sus piernas no estaba recuperándose como debía y tuvo que estar en observación por los médicos, las rutinas de ejercicio eran extenuantes y duras, el rubio había pensado que saliendo del hospital podría ir a hacer su vida de colegio junto con sus primos que cada vez le escribían menos debido al exceso de tareas y a que ellos ya habían encontrado su lugar ahí, Elisa había dejado de escribirle por completo y jamás recibió carta de Candy ya que la tía abuela le prohibió escribirle y aunque hubiera tenido donde escribirle seguramente le controlarían la correspondencia. Estaba sentado en una tumbona tomando el sol, tenía un libro pero no tenía cabeza para concentrarse pues pensaba en cómo les iría a todos en Londres, estaba pensando que todos se divertían y arrugó la frente con molestia, cuando se vio interrumpido por una risa.
-Veo que tus pensamientos te molestan, disculpa que te interrumpa pero quería saber si me puedo sentar en la tumbona de a lado donde pusiste tu libro o ¿quizá la reservas para alguien?- dijo una chica con una voz suave y tranquila.
Anthony abrió los ojos abruptamente y la miro sin entender hasta que su mente captó el mensaje y quito rápidamente el libro.
-Lo siento no quería abusar poniendo mis cosas, siéntate.- Anthony siempre educado había puesto el libro ahí para que nadie se le acercara pero no había dado resultado.
-Discúlpame tú a mi, pensé que querías estar solo pero todas las tumbonas a las que les da un poco de sol están llenas y mi enfermera insiste en que tome sol para que me fortalezca- la muchacha rubia se sentó tranquilamente.
-Si vamos a ser compañeros de baño de sol será mejor presentarnos, me llamo Anthony Brown Andrey y vengo a recuperarme de un grave accidente que tuve con un caballo
-Yo soy Catharina Van der Horst y estoy aquí para mejorar mi salud ya que sufro de "sangre blanca" no es una enfermedad muy famosa pero me mantiene agotada y esta es mi segunda vez que vengo aquí en dos años, es un lugar agradable te acostumbrarás.- dijo la chica sonriendo.
A Anthony le recordó a Candy pero sin ser tan hiperactiva como la pecosa, a diferencia de Candy esta chica era más rubia y su piel parecía de porcelana sin ninguna peca encima, pero sus ojos verde brillante le hicieron simpatizar de inmediato con ella, era una pena que ambos estuvieran convalecientes pero seguramente pasarían buenos momentos juntos. Ambos chicos se quedaron a descansar y el rubio consiguió relajarse después de haber tenido pensamientos que solo lo hacían deprimirse más.
Mientras tanto en el colegio Al terminar la primera clase dos rubias corrían en direcciones opuestas pero con el mismo objetivo, el bosque.
Annie había salido disparada a buscar el regalo que quería darle a Archie por su cumpleaños, sentía un nudo en el estómago de los nervios, tuvo que pasar corriendo a su recámara donde dejo el regalo, toda la noche pensó en que quería cambiar la tarjeta pero decidió que era el momento, salió rápidamente al patio donde alcanzó a ver a Stear pero no estaba por ningún lado Archie, camino más cuando alcanzó a ver al joven adentrándose más al bosque, ella lo siguió con sigilo y él iba tan adelantado que por un momento lo perdió de vista, le angustiaba que el castaño demorara más en regresar, desde donde estaba solo veía el reloj de la torre y solo faltaban diez minutos para que acabara el descanso, camino lentamente en el bosque y a la distancia observó que Archie estaba oculto viendo hacia una pequeña colina pero el gran árbol no la dejaba ver más.
Candy que había llevado en su bolsillo la armónica todos los días con la esperanza de encontrarse con Terry había corrido hacia la colina sin detenerse a nada antes de que alguien le impidiera volver a encontrarse casualmente con el joven de mirada profunda, ella suponía que el joven pasaría su descanso alejado del resto de los alumnos como siempre y no se equivocó, así como tampoco se equivocó en que Terry estaría fumando como era su horrible costumbre, esta vez cambiaría su técnica, decidiría asustarlo para no ser víctima tan pronto de sus bromas, se escondió detrás del árbol y cuando Terry estaba disfrutando realmente su cigarrillo lo llamo con una voz más grave.
-Terruce Granchester
Terry de incorporó bruscamente y volteó verla con gesto dramático.
-¡Que susto!- se sentó viendo a Candy mientras ella se reía de que le hubiera salido su broma- pensé que era la hermana Grey en una inspección. ¿Quieres fumar? Toma aquí tienes.
Candy pronto perdió la sonrisa ante el ofrecimiento y bruscamente le quitó el cigarrillo que le extendía y lo aventó al suelo con violencia, dándole un pisotón para apagarlo, Terry se sorprendió pero sólo hizo una mueca de asombro.
-Y hazme el favor de no fumar en mi segunda colina. Espera tengo algo más.- Candy saco de su bolsillo la armónica y se la extendió- esto es para ti.
-¿una armónica?- preguntó el inglés sorprendido.
-es mi instrumento favorito, era mía me la regalo un benefactor del Hogar de Pony, no es nueva pero es especial.- termino Candy un poco apenada por darle un regalo usado a un chico como Terry que seguramente tenía mejores cosas.
-ya veo así que es tu instrumento favorito- Terry para aliviar la tensión y al notar la vergüenza que sintió Candy decidió hacerle una broma y con una risa atrevida le pregunto- ¿Qué quieres Candy que te de un beso indirectamente?
-¡ay¡ya cállate Terry- la pecosa se había puesto muy colorada porque no lo pensó y si al ser su armónica iba a ser como besarse indirectamente.
-No te enojes Candy es una pequeña broma, la tocará si tú quieres mientras termina el receso.-la miro invitándola a sentarse junto a él.
- haces y dices cosas imposibles- aunque Candy rezongo un poco se sentó a lado de él con una sonrisa en su rostro, Terry comenzó a tocar devolviéndole la sonrisa alegre de por fin tenerla cerca, la sensación que tenía junto a esa chica era de una tranquilidad que rayaba en la felicidad, casi no la conocía pero lo hacía sentir cómodo, confiado y porque no decirlo se sentía acompañado. Siguió tocando mientras ella disfrutaba la brisa.
Ambos chicos estaban relajados y fue la primera vez que sintieron como sus energías se sincronizaban creando una atmósfera única entre ellos, Candy estaba alegre esperaba que el notara que podían ser amigos trataba que fuera un gesto de tregua pero a la vez era una excusa por tenerlo cerca una vez más, el día que la salvo de Neal y la sujetó del mentón sintió mariposas en el estómago que interpretó como hambre, en ese momento las volvía a sentir pero eran tan solo y exclusivamente por la presencia de él a su lado. Terry sentía algo similar era la primera vez que dejaba que alguien se le acercara y no lo iba a negar el día del barco cuando él quizá abría cometido la estupidez más grande del mundo ella lo ayudó con su presencia, de alguna manera se sentía a salvo de él mismo cuando la tenía cerca y no lo iba a negar le gustaba mucho aunque no se lo admitiera ni a él mismo.
A la distancia un para de ojos los observaba, vio el intercambio de palabras pero no alcanzó a escuchar y sentía como los celos se apoderaban de él, porque la gatita estaba tan interesada en entablar amistad con el aristócrata de la escuela, y porque le había dado un regalo sin ninguna razón. Iba a salir de entre los arbustos para ir a encarar a Terry por estar con su prima cuando la campana del receso sonó para dar comienzo a la siguientes clases, Archie decidió quedarse ahí observando por si pasaba algo más entre su prima y el patan de la escuela. La pecosa al escuchar la campaña intercambio algunas palabras más con él inglés y se fue corriendo, Terry obedeció la orden de ir a sus clases, así que tomo su chaqueta de montar y se dirigió al establo para dejarla ahí sin percatarse de toda la acción.
Candy en su carrera por no llegar tarde se encontró con Archie que salió de entre los árboles muy molesto.
-¡Candy!- le gritó Archie a Candy
-Hola Archie- la rubia lo saludó, el castaño no contestó- ¿Qué te ocurre? ¿Estás muy raro?
-Eres muy amiga de Terruce Granchester ¿dime desde cuando tú y él son tan amigos? Sabes que es un aristócrata malcriado y problemático.
-¿Cómo? ¿Qué tiene de malo si soy su amiga?- Candy estaba muy confundida.
-Mejor que no lo seas.- ordenó el castaño
-¿Por qué? Nadie lo entiende pero no es tan malo, la verdad es que…- Archibald la interrumpió.
-explícame, ¿si no lo conoces porque lo defiendes y porque te ves con él a escondidas?- Archie reclamaba como un novio celoso
-No entiendo porque dices eso, estás muy raro hoy ¿Qué te pasa?- Candy estaba muy confundida.
-Entiende no quiero perderte por él, es malo y no te conviene- Archie estaba fuera de si
-¿Qué dices?- Candy no podía creer lo que trataba de decirle su primo.
-Entiende no quiero perderte por ese malcriado, es un patan y un delincuente, la verdad es que desde hace mucho tiempo yo quería decirte lo…- Archie se le acercó a Candy haciendo que la pecosa diera un paso para atrás, cuando estaba por tomarla por los hombros sin saber exactamente qué iba a hacer de atrás de uno de los árboles apareció Annie que no aguanto ser público de esa extraña declaración, Archie se detuvo al escuchar el grito de Annie.
-¡Basta!- Annie camino hasta ellos y suplico- por favor.
-Annie ¿Qué haces aquí?
-Quería darle este obsequio a Archie por su cumpleaños, pero…- Annie no pudo controlarse más aventó el regalo entre los pies de Archie y Candy, para salir corriendo después en el momento que rompió en llanto; Candy vio por un segundo la caja, voltio a ver a Archie con el ceño fruncido y salió corriendo detrás de Annie, qué ya le llevaba buena ventaja.
Annie corría como un potro desbocado, pasó frente al establo de la yegua de Terry, este la vio pero no le dio importancia, estaba aun feliz pensando en lo que le dijo la pecosa "es hora de que nos vayamos a clases y recuerda si quieres fumar, mejor toca la armónica" se dirigió rápido a su edificio, pasó aprisa entre sus compañeros y tomó su lugar que estaba junto a lado de Stear, el chico de anteojos lo miro con sorpresa por lo regular el pupitre de Terry estaba vacío, no podía dejar de mirarlo con asombro y más asombrado quedó cuando el joven guardó en su chaqueta una pequeña armónica y sacó un libro que se puso a leer como si siempre estuviera en clases, ya pasaban de las 3 de la tarde, el maestro estaba por llegar y en esas ironías de la vida el pupitre de su hermano ahora estaba vacío, medito un momento y recordó haber visto la armónica que traía Terry en manos de una rubia pecosa, de ahí pensó que las cosas no estaban nada bien y un segundo antes de que el maestro entrara se levantó y se salió del salón, Terry levantó la vista de su libro y lo vio extrañado pues sabía que Stear era el mejor de su curso y jamás se perdería una clase si no hubiera un buen pretexto, se quedó pensando un poco en la rubia que vio corriendo si mal no recordaba esa muchacha siempre estaba pendiente de los movimientos del elegante americano que tan mal le caía, pero sus cavilaciones fueron interrumpidas porque el maestro estaba muy asombrado con su presencia.
Stear corrió buscando a su hermano, que no fue difícil de encontrar pues iba de camino al dormitorio de los varones, se notaba compungido y muy preocupado, para la mala suerte de todos los involucrados el cielo estaba nublándose mucho. Archie lo vio y corrió hacia adentro para que no los vieran las monjas.
-¿Qué pasó Archie?- preguntó sinceramente preocupado el de anteojos
-Ella me ama Stear, me lo dijo al entregarme su regalo de cumpleaños y creo que es culpa mía porque aunque nunca estuve realmente interesado en una chica en exclusivo yo le di varias veces motivos para que pensara que me interesa, tú sabes me cae bien y somos buenos amigos pero a quien yo quiero es a… y sin embargo no puedo decírselo por Anthony.- Archie estaba muy alterado.
-Calma Archie, será mejor que te serenes y pensemos con calma, no digas más, todos sentimos lo mismo por ella pero al final ella elegirá a quien amar y nosotros no intervendremos, así sea Anthony o cualquier otro.- Stear notaba a Candy diferente desde hacía un tiempo, Londres la había hecho crecer igual que a todos y él ya había notado cierta especial forma de hablar de un inglés en boca de su amiga.
-¿entonces lo dejo así? Pero Annie me ama, ¿seria un cretino si no correspondiera a ese amor?- Archie no obtuvo respuesta, sin darse cuenta habían llegado a su habitación, dejó el regalo en el escritorio y suspiró pesadamente.
-Stear tengo que ir a buscarla, no puedo dejar las cosas así, la lastime y ella no se merece nada de esto, siempre ha sido mi amiga.- Archie iba hacia a la puerta.
-Ya lo pensaste bien, si la buscas estarás aceptando los sentimientos que ella te está entregando.- Stear sabia que iba a pasar pero quería dejárselo claro.
-Solo busquémosla, por favor- ambos hermanos salieron de la habitación, detrás de ellos se escuchaban los truenos de una inminente lluvia.
Paty estaba sentada en su pupitre, la monja ya había entrado y Candy no llegaba, se estaba preocupando cuando fue el descanso solo le dijo que tenía algo que hacer y salió corriendo al bosque, esperaba que Neal y sus amigos no le hubieran hecho algo, la maestra comenzó a pasar lista Candy no estaba y extrañamente tampoco Annie Britter ¿Qué estaba pasando?
-Luisa y Elisa, vayan ahora mismo a buscarlas.- la hermana Klase había dado una orden las dos alumnas del levantaron y se fueron a cumplirla.
Elisa y Luisa iban felices querían encontrarlas en alguna situación que las metiera en problemas.
-¿Qué crees que estén haciendo Elisa?- decía Luisa curiosa
-No lo sé, pero conociendo a Candy seguro le hizo algo a esa Annie Britter y no sabe remediarlo por eso no han entrado- Elisa se regocijaba
-¿Crees que tenga que ver con Archibald Cornwell?- Luisa estaba emocionada, su naturaleza chismosa la hacía emocionarse de verdad.
- Espero que si, Candy es muy descocada con Archie y tal vez Annie los encontró en una situación incómoda- las muchachas hablaban y se reina pero se quedaron quietas un momento en lo que veían pasar a Stear y Archie rumbo al patio trasero de la iglesia- vamos Luisa digámoslos, efectivamente todos están involucrados en este asunto.
-No me sorprende Candy es una coqueta.- termino Luisa.
Las chicas rodearon el edificio para llegar más rápido que los muchachos, iban sin hacer mucho ruido, querían escuchar de que se trataba todo el problema en que estaban metidas las rubias. Las habían visto aún estaban lejos de ellas pero definitivo algo pasaba Annie Britter lloraba recargada en el muro y Candy trataba de hablar con ella, a Elisa le pareció muy extraño el comportamiento de ambas, que ella supiera Annie no le hablaba a Candy y si no mal recordaba solo la había visto una vez en su casa pero ¿Por qué Candy la trataría con tanta familiaridad? Luisa y Elisa caminaron más aprisa Candy tocó a Annie y en ese momento pasó todo.
-Déjame Candy, no me toques.- Annie estaba gritando fuera de si- todo mundo te quiere, siempre ha sido así, en el hogar de Ponny era lo mismo las maestras te querían más a ti que a mi y todos los niños te preferían. De no ser porque la señora Britter me conoció primero té hubiera preferido como lo hace todo el mundo.
-Annie cálmate- intentó hacerla callar Candy pero el daño estaba hecho, Annie se cubrió con las manos la boca al ver que Elisa y Luisa la veían con sorpresa y burla.
-¡Ajá¡ sigue Annie, así que tú también te criaste en el hogar de Ponny.- Elisa hablaba con sorna, la había descubierto, Camilo con suficiencia hasta estar cerca de las dos rubias.
-Igualito que Candy- completo Luisa
La pecosa no sabía que hacer, las veía a todas pero no se atrevía a decir nada para no meter en más problemas a su hermana de crianza. Annie estaba muda, no sabía cómo salir de esto y ya todo estaba arruinado, Archie se enteraría y su madre tantos años y esfuerzos que hizo por ocultar la verdad habían sido echados por tierra y por nada más que ella misma.
-Que sorpresa tan grande, nos engañaste a todos ¿Archie ya lo sabe? O también le mentiste.- Elisa iba arrolladora.
-Que engaño y que bien lo disimulas.¿como pretendías ser una de nosotras? Que vergüenza.- terminó Luisa que se relamía de tan suculento chisme.
Annie no supo que hacer, lo único que se le ocurría era salir corriendo de ahí y que todo fuera una terrible pesadilla.
-Annie- gritó Candy para tratar de detenerla
-Déjala, tú lo sabías siempre lo supiste y te callaste la boca, eres una mentirosa, todo el tiempo que estuviste en mi casa y cuando conociste a Annie Britter ya sabías quien era y engañaste a todos.- Elisa estaba arremetiendo contra Candy, la pecosa la miro con enojo.
-aseguró lo hizo por lealtad, ¡que hermosa amistad! Las huerfanitas del hogar de Ponny se reencuentran- Luisa no dejaba de burlarse.
Candy no aguanto más y empujó con brusquedad a Elisa, al momento que la desestabilizó esta sufrió un terrible mareo, todo comenzó a darle vueltas y de no ser por Luisa hubiera caído al suelo del desmayo que le provocó la sobre excitación que le había causado enterarse de lo de Annie.
-Elisa, Elisa ¿Qué tienes?- llamaba Luisa que se había tenido que arrodillar pues no aguanto a su amiga.
Los gritos alertaron al vicario que iba pasando por ahí para alistar el salón de oraciones. La lluvia no se hizo esperar, Elisa fue tomada en brazos y llevada a la enfermería, no lograban hacerla reaccionar así que tuvieron que mandar un mensaje a su familia.
-Herman Grey aun no podemos encontrar a Annie Britter y Candy Andrey sigue corriendo por toda la escuela desesperada por no encontrar a su amiga.- informó una de las hermanas.
-Que calamidad, de Candy nos ocuparemos después, Annie Britter y Elisa Legan son las que me preocupan, debemos encontrar a la señorita Britter a como de lugar. Me quedaría aquí a esperar que alguien recoja a Elisa.- La hermana Grey se veía angustiada.
Una hora después la señora Elroy había llegado por Elisa que por suerte ya había recobrado el sentido pero no dejaba de vomitar, decidieron llevarla a la mansión para que un médico la revisara. Elisa no dio batalla para ser llevada a su casa pero en el camino se volvió a descomponer pues el pánico de que un médico descubriera su estado la aterraba.
En el colegio Candy había dado con el escondite de Annie pero esta no le hacía caso, solo lloraba, las dos muchachas estaban empapadas. Decidió dejarla e ir a buscar a Archie, él era el único que la podía hacer salir. Mientras tanto Luisa estaba en el salón de recreo contando con lujo de detalle todo lo dicho por Annie, Neal estaba cerca de ella y hablaba de cuando conoció a Annie una chica mojigata que no se sabía realmente de donde había salido, lo poca cosa que le parecía y lo falsa que era. Terry asqueado del comportamiento de sus compañeros salió molesto del salón y se fue a su habitación, ahora entendía porque la vio corriendo pero no entendía qué pasó con Candy un día le preguntaría, al menos sabía que ella estaba bien.
Patty también se fue del salón y espero a Candy cerca del corredor de enfermería donde sospechaba que llegaría a estar para que la revisaran por estar tanto tiempo bajo la lluvia.
En el bosque los hermanos Cornwell seguían buscando a la rubia de ojos azules.
-Esta escuela es muy grande para encontrar a alguien- Archie se quejaba
-Si, aveces con la lluvia se me empañan los anteojos y no veo muy bien, siento que tengas que ir más lento por mi culpa- dijo Stear
-Lo siento Stear no debí complicarte con mis problemas.- El castaño estaba apenado
-No te desanimes , pareciera que vas a derrumbarte si no encuentras a Annie- Stear le puso su mano en el hombro dándole su apoyo.
-En estas horas que llevamos buscándola he pensado que sería mejor no encontrarla, podría decirle mis sentimientos a Candy, pero después de todo este lío dudo mucho que ella si quiera desee escucharlos, después de lo que Luisa llego a decirme siento que es necesario que yo la encuentre, tú sabes que no me importa su origen, no me importa el de Candy y menos me importaría el de Annie, ahora comprendo porque es tan tímida e insegura, pero es tan pues que me ama, ella me ama comprendes lo que digo, hasta siento una extraña necesidad de protegerla ¿me entiendes Stear?- Archie no acabo de hablar pues escucho pisadas y volteo rápidamente a ver si era Annie.
- Es Candy- dijo Stear
-Archie te buscaba- Candy estaba agitada pero agradecida de haberlos encontrado.
La pecosa explicó donde se encontraba Annie, Archie no dudo en salir a buscarla para traerla al colegio, Stear impidió que Candy fuera con él pues sabía que su hermano tenía que tomar la decisión más difícil que había tenido que tomar y renunciar a Candy sería muy difícil teniéndola cerca. Convenció a Candy de que fueran a las residencias de cada uno a quitarse lo mojado para descansar cenar y poder explicar a las monjas lo que había pasado. Patty recibió a una Candy exhaustas en la entrada de la suya, agradeció a Stear y acompañó a Candy a su habitación, había sido un día de emociones muy fuertes para todos, Stear de la misma manera había llegado al edificio de los muchachos y se dirigió a su recámara en la entrada de su cuarto estaba parado Terry.
-Buenas noches Cornwell, no quiero molestar supongo que no es un buen momento, solamente quería preguntarte si ¿todo está bien con Candy, quiero decir con tu prima?- Terry de sintió nervioso y tonto.
-Gracias por el interés Terruce, ella está bien. Fue a descansar a su suit como dices ha sido un día difícil para todos espero me disculpes.- Stear se metió a su recámara y aunque no espero ver la cara de Terry con esta acción ya tenía la prueba de su hipótesis Candy ya había elegido su camino y ningún Andrey estaba en él.
Archie había logrado convencer a Annie de salir de su escondite, después de hablar con ella, con su acción de ir a buscarla quedaba más que afirmado que el aceptaba los sentimientos de amor que la ojiazul le ofrecía sin ninguna condición. La rubia al salir de la cueva en la que se había escondido corrió a sus brazos y aunque Archie aun tenía unas pequeñas reservas las aplacó al corresponder el abrazo.
-Tienes que ser fuerte Annie y no dar valor a las apariencias nada mas, no me importa de donde vengas me importa quien eres y yo en ti veo a una chica dulce y amorosa.- Archie le dijo todo esto mientras escondía su rostro entre el cabello de la rubia.
-¿En verdad te quedarás conmigo?-Pregunto Annie dudosa
-Si Annie me quedó por ti y prometo cuidar de ti.-término Archie en un susurro.
Después de unos minutos en silencio se dieron cuenta que ya había dejado de llover, se separaron y caminaron lentamente a la residencia de las señoritas. Archie a pesar de estar seguro de su decisión se dio cuenta y cayó en cuenta de lo que había pasado, él ya no tendría ninguna oportunidad con Candy y para bien de su primo Anthony, Candy, Stear y el mismo era la mejor, aceptaría sin reserva el amor que le tenía su acompañante y procuraría llegar a sentir lo que ella sentía con la misma correspondencia, aunque le llevaría su tiempo sacar de su mente a cierta rubia pecosa.
