La historia de Candy Candy no me pertenece es de la escritora Kyōko Misuki, yo solo se la tomo prestada sin fines de lucro para divertirnos un poco con los personajes.

El siguiente contenido puede tener escenas que dañen la sensibilidad de las personas, si no les gusta este tipo de historias absténganse de leerla

Hola chicas gracias por los mensajes Armónica de Terry, Grace, Mia, Yessy, Gaby y todas las Guest que me escriben, así como todas las que solo leen, a mi también me ha dejado sorprendida la historia y eso que la saco de mi mente, este capítulo que les traigo esta muy fuerte, salió corto porque si alguien lo quiere saltar no se pierde de mucho, me estuve documentando para escribirlo y créanme que es un tema bastante difícil de encontrar, casi siempre me baso en la época victoriana pero de esto si casi no hay nada así que me inspire un poco en la película "El secreto de Vera Drake" que está inspirada en la década de los 50, pero leí en varios documentos que las técnicas abortivas no han cambiado mucho y muchas de ellas son las mismas que se usaban en la Europa de la Edad Media. Así que les dejo el siguiente capítulo y espero poder hacerles otro la próxima semana como regalo de navidad. Cuídense y espero sus comentarios.

CAPÍTULO 47

Candy paso una noche tranquila después de todo el caos de la tarde, aun no sabía que pasaría con su amistad con Annie pero si de algo estaba segura era qué tal vez podrían empezar de nuevo ahora que ya no habían secretos. Patty había sido muy amable con ella, la espero en lo que se cambiaba para ir a cenar y le dio todo su apoyo mientras las chicas se cuchicheaban y la veían. La mañana siguiente no prometía ser diferente todas seguían cuchicheando sobre Annie, en su camino para llegar a su salón se encontró con Lydia y Luisa que habían sido las boceras en toda la escuela, debido a la ausencia de Elisa.

-¿Sabias que Annie tiene mucha fiebre?- pregunto Lydia a Candy

-Es muy delicada para ser una huérfana del hogar de Ponny- terminó Luisa.

-¿Por qué no se meten en sus asuntos?- Candy reacciono violenta pero Patty la detuvo

-Tranquila Candy no les hagas caso, te lo había dicho anoche pero te lo repito hoy tú cuentas conmigo y también puedo ser amiga de Annie, no están solas- Patty era muy amable y en ese tiempo se había hecho la mejor amiga de Candy sin importar que fueran tan diferentes.

-Gracias Patty- dijo Candy más tranquila

Las dos amigas se fueron juntas a su clase, Luisa y Lydia se habían quedado molestas porque la pecosa y Patricia las ignoraron pero no dejarían morir el chisme tan rápido así que siguieron cuchicheando con las demás alumnas.

En casa de los Andrey el doctor revisaba a Elisa minuciosamente y al tocar su abdomen se dio cuenta de inmediato de lo que sucedía, la madre de Elisa había dejado a Felicity con la tía abuela porque al ver a Elisa en tan mal estado se quedó acompañarla casi toda la noche y por la mañana cuando llego el médico espero afuera a que le dijeran el diagnóstico. Dentro de la habitación el médico estaba asombrado y preocupado.

-¿Señorita Legan me puede decir cuando fue su última enfermedad femenina?- el doctor solo quería comprobar el tiempo.

-hace más de un meses, la verdad no lo recuerdo- dijo la pelirroja en un susurro.

-Bueno tengo que hablar con su madre.- el doctor salió de su habitación, Elisa se quedó quieta pensando en que iría a pasar, sus ojos mostraban el miedo que sentía de la reacción que tendría su madre.

El doctor que era un anciano salió de la habitación le pidió a Sarah una habitación reservada para hablar con ella.

-Señora Legan su hija tiene una enfermedad pasajera que solo el tiempo la curará, mi recomendación es casarla prontamente con su prometido, no me escandalizo porque pasa muchas veces el hombre necesita comprobar que la mujer será buena esposa y cuando la jovencita es muy joven como en este caso, las prometidas terminan preñadas por su poca experiencia, si no me equivoco está en el segundo mes de embarazo pero tendrá que darse prisa con los arreglos o pronto se le botará la panza y eso si puede ser un escándalo muy mal visto para su familia. Con su pago mantendré mi discreción se lo aseguro, espero pase buena día.- el doctor se despidió.

Sarah estaba en shock, el coraje le causaba temblores y se había quedado muda, Elisa embarazada y de dos meses ¿Qué diría la tía? Ese Niño era más que obvio que no podía ser de Anthony… Sarah por fin reaccionó camino y entró fríamente a la habitación de Elisa, la chica estaba colocándose la bata, se acababa de levantar de la cama, cuando sintió una fuerte bofetada en la mejilla, seguida de otra en la otra mejilla.

-Eres una puta que solo está enlodando el nombre de nuestra familia, tu padre tenía razón- la mamá de Elisa seguía fuera de si golpeándola sin parar. Elisa cayó a la cama después del segundo golpe y comenzó a llorar y a gritar.- será mejor que te calles, la tía abuela no se puede enterar de esto y comienza a explicarme quien es el padre de tu bastardo.

Elisa se incorporó como pudo su cabello rojo como el fuego ahora era una maraña sin forma, la cara la tenía roja y comenzaba a notarse la inflamación por los golpes.

-Mamá creo que el bebé es de Jonathan Green… yo le dije que estaba en cinta pero se comprometió con Caroline Smith… no se que podemos…- Elisa se callo porque Sarah le dio otra bofetada, la jovencita se tocaba la mejilla y no paraba de llorar aunque ahora no hacía mucho ruido.

-¿Como que crees que El joven Green es el padre?¿me estás diciendo que eres la ramera del San Pablo? ¿Con cuantos has fornicado?- Sarah se dirigió a la cómoda donde estaba el fuete con el que Elisa azuzaba al caballo lo tomó entre sus manos y regresó junto a la cama amenazadora, a la pelirroja no le quedó más que hablar.

-Jonathan ha sido con el que más lo he hecho, pero en America estuve con él, Anthony y Sebastian McKenzy, en el colegio Neal me obligó a pagarle algunas deudas de apuestas a sus amigos con pasar un rato conmigo y volví a frecuentar a Jonathan y hubo un incidente con el papá de Luisa, el señor Lewis Chadburn abuso de mi mamá- Elisa lloraba sin parar- pero estoy casi segura que es de Jonathan solo que el va a casarse con Caroline y no quiere comprometerse conmigo. Dice que soy una ramera.

-Y no te das cuenta que lo eres, hasta un hombre casado está en tu lista, no puedes decir que el abuso de ti, al ser una coqueta seguro tu lo provocaste todo, Elisa me avergüenzo de ti que le voy a decir a la tía abuela, ya no podrás casarte con Anthony, mas la mancha de otro bastardo en la familia- Sarah estaba perdiendo la compostura.

-Ya no me quiero casar con Anthony yo me enamore de Jonathan- dijo en un susurro.

Sarah se enojo tanto al escucharla que comenzó a pegarle con el fuete sin ningún cuidado. Elisa lloraba como histérica.

-Basta mamá- pidió clemencia la pelirroja

-cállate, voy a sacarte a ese niño a fuetazos.

Después de un rato cuando Sarah había soltado toda su ira sobre su hija la obligó a cambiarse y arreglarse, Elisa estaba muy asustada, tenía moretones por todos lados, un labio partido y las mejillas le ardían de las bofetadas, se sentía terrible nunca la habían golpeado de esa forma, mucho menos su madre. Cuando salió del baño ya era más de medio día.

Sarah había ido a ver a la bebe y le había dicho a la tía abuela que aprovecharía el fin de semana para llevar a Elisa de compras a Oxford, ya que la pelirroja prefería eso de cumpleaños a una gran fiesta, la tía abuela comprensiva pensando que Elisa necesitaba tiempo con su madre accedió a que se fueran a la ciudad mientras ella cuidaba de la bebe.

Sarah hizo que Elisa se subiera al carruaje sin ser vista, se quedarían en un hotel poco conocido donde la recluía en lo que conseguía la manera de hacerla perder al niño, una tarea que sería muy complicada ya que era ilegal y ambas podían ir a la cárcel, después de que la dejo en el hotel salió a la parte obrera de la ciudad, era bien sabido que ese tipo de trabajos solo se podían conseguir ahí. Elisa se quedó en el hotel muy asustada su mamá no le había dicho porque estaban ahí, lo que si le quedaba claro era que no la iban a casar por ningún motivo con Jonathan como ella quería y deseaba. Mientras estaba ahí se imaginaba que sus amigas estaban felices platicando y cuchicheando sobre las demás, seguramente las huérfanas ya eran de nuevo amigas y la maldita Candy una vez más le volvía a salir todo bien, la misma buena suerte tenía la estupida Annie Britter que a estas alturas seguro ya había engatusado a Archie. Elisa no paraba de llorar por su mala suerte y sintió más rencor ahora no solo hacia Candy también hacia Annie.

Candy había terminado sus clases e la mañana a, se dirigía tranquilamente hacia el baño cuando una monja le informó que Annie Britter la esperaba. La pecosa se alegró tanto que olvidó entrar al baño y se fue corriendo a la enfermería donde estaba Annie desde una noche antes, pues el frío la había perjudicado y estaba muy resfriada. Cuando Candy llegó a la puerta de la enfermería Archie iba saliendo de verla y estaba más tranquilo que un día antes, se notaba un poco apenado por cómo se había comportado con Candy. Así que decidió tomar un mínimo de distancia.

-Hola Archie, ¿vienes de ver a Annie?- pregunto la rubia de cabello ensortijado

-Se quedó dormida, me pidió que me quedara con ella hasta que se durmiera.- explicó el castaño

-Annie se siente segura a tu lado ¿lo sabías?- pregunto la pecosa, Archie hizo un gemido afirmativo- cuídala mucho, por favor Archie, veras que te encuentras mucho mejor con ella a tu lado.

-Lo haré, adiós Candy.- Archie entendió lo que la pecosa le trató de decir entre líneas y su despedida fue más hacia sus sentimientos, sabía que la vería igual que siempre pero de otra manera.

Candy entro a la enfermería y se quedó sentada viendo dormir a Annie, no podía creer que estuviera de nuevo con ella, se sentía feliz y dichosa de poder volver a hablarle como siempre sin importar los años que pasaron separadas. La rubia tenía un corazón tan bondadoso que no tenía nada que perdonarle a su hermana desde que le dijeron que quería verla, ella estaba más que feliz y agradecida con la vida de poder tener nuevamente a su lado a Annie.

-Duerme tranquila, debe estar bien- dijo en un susurro Candy, Annie abrió los ojos al sentir la presencia de su amiga.

-Candy, Candy perdóname. Quería decí lo que hice quería hablar contigo pero no podía porque tenía miedo, fui una idiota por no actuar por mi misma y tratar de esconder mi pasado.- Annie estaba llorando

-No te preocupes, ya está olvidado.- dijo Candy para calmarla

- Perdóname Candy, te quiero mucho y te prometo que ya no me avergonzaré de quien soy, intentaré ser más alegre.- Annie abrazo a Candy

-Sigues siendo una llorona y aun sigues siendo mi amiga Annie.- Candy también lloro de alegría por haber recuperado a la que consideraba su verdadera familia.

La tarde había caído, en el colegio las alumnas se preparaban para la hora de cenar, Annie se había levantado y estaba rumbo al comedor ignorando a todas las que la veían y criticaban, se fue a sentar junto a Annie y Patty que le hicieron señas con disimulo para que las monjas no las regañaran, la cena fue alegre para las tres muchachas.

Mientras en el hotel donde estaba Elisa su madre se demoró todo el día en volver, la joven tenía hambre y cuando intento abrir la puerta vio que estaba cerrada con llave, no sabía si era porque ya sabían su condición pero se le notaba un vientre muy abultado o tan solo se le veía así porque apenas tenía 14 años, estaba tocando su creciente bebé con lágrimas en los ojos, seguramente la enviarían al campo igual que a Daisy y la harían esconderse todo el embarazo, ya no iría a los bailes ni a ningún evento, no sentía odio por su bebé era de Jonathan y ella a su forma lo amaba. Ojalá él la rescatara que se diera cuenta en la cena de su ausencia y la rescatara. Sus imaginación fue interrumpida por el sonido de la puerta, su madre acababa de llegar y no venía sola una señora la acompañaba, se parecía a la señora que le había ayudado en NY, pero esta era más anciana.

-Señora no me dijo que apenas era una criatura. -dijo la comadrona

-¿hay alguna diferencia?- pregunto Sarah que se veía muy nerviosa.

-Hay más riesgo y siendo tan joven podría ya no ser buena después.

-Eso lo arreglamos más adelante, como bien dice es muy joven para estar en estos problemas, lo mejor es que mi sobrina salga de este problema.- Elisa veía a su madre sin entender nada, Sarah le hizo una seña para que no dijera ninguna palabra.

-¿Pero no que está comprometida?¿porque no la casan y ya?- la comadrona no entendía nada

-Porque apenas tiene 15 años y queríamos que se casara hasta los 18 cuando el joven haya acabado sus estudios, solo que ya los conoce están enamorados y no pensaron en las consecuencias, pero pase lo que pase él se casara con ella, así que será mejor que siga.- terminó Sarah, Elisa respiró de alivio no entendía nada pero por lo visto la casarían con Anthony al final de todo.

La comadrona le hizo poner un camisón a Elisa y la recostó en la cama con las piernas flexionadas y abiertas para revisarla, metió la mano entre la ropa de Elisa y en su intimidad causándole molestia a la pelirroja, palpó al bebé y con sorpresa retiró la mano y se volteó de nuevo a decir a Sarah.

-Este niño ya viene muy grande, dice que tiene dos meses pero se siente muy grande, le voy a tener que cobrar más porque es más trabajo, sin decir que es más peligroso.

-¿Qué me van a hacer?- pregunto Elisa aterrada

-Te lo dije antes, sacártelo.- dijo Sarah fríamente- le pago lo que quiera pero sáquelo ya.

La mujer ya no objeto nada puso unos lienzos en la cama y se fue a la estufa que servía de chimenea para preparar una gran tetera de infusión, puso diferentes tipos de hierbas, Elisa observaba todo muy asustada, cuando estuvo la infusión la mujer le dio a beber la primera de cuatro tazas con todas las hierbas, preparó una botella extraña que tenía en el extremo una especie de manguera, recostó a Elisa y se la introdujo en la vagina, donde comenzó a introducirle también parte de la infusión. El té era amargo y tenía un sabor desagradable, después de que la mujer terminara con todo recibió su paga, diciendo las últimas instrucciones a Sarah.

-¿No se va a quedar en el momento que lo expulse?- Sarah estaba preocupada, Elisa estaba ahora muy pálida y sudando.

-No señora, mi trabajo ya lo hice, ustedes se quedarán con lo que pase.- la comadrona ya estaba por salir.

-¿Y que hago yo si sale algo mal? ¿Qué hago con él bebé cuando salga?- Sarah se estaba alterando

-tirelo al río- la mujer alzó los hombros y salió de la habitación.

Sarah volteó a ver a Elisa preocupada, ahora dudaba si había sido buena idea.

Después de un par de horas donde Elisa comenzó a tener fiebre y dolor en el vientre comenzaron las contracciones, el dolor para la jovencita era insoportable gritaba como desquiciada y se retorcía en la cama, los golpes que le habían dolido tanto ya no eran comparables con el dolor que sentía, para Elisa su cuerpo se estaba partiendo en dos, estaba sudando y las piernas le temblaban con violencia, sintió que algo le salía del interior y Sarah que la había estado sujetando la soltó para ver que pasaba, el momento llegó Elisa estaba abortando al bebé entre un gran charco de sangre y líquido, el dolor y la impresión fueron demasiado se desmayó en medio de una escena terrorífica, la criatura estaba completamente formada, Sarah la tomó la envolvió en los lienzos, y sintió pena ya que era una lástima pues este bebé era un varón de cuatro meses de gestación, muy posiblemente el bebé si lo había concebido en America y no había duda que era de Jonathan Green. Dejo los lienzos en el baño aún tenía que socorrer a Elisa y al ver que la joven no reaccionaba la trató de animar, había sangre por toda la cama y no parecía disminuir, el amanecer estaba cerca y aunque Elisa ya había reaccionado aún se quejaba de dolor y se veía más que débil. Su madre asustada fue a buscar a la comadrona nueva mente, esta la acompañó ya que sabía que un caso tan delicado como el de aquella chiquilla podría traerle problemas.

En esa misma zona donde estaba la mujer que se dedicaba a hacer esos trabajos vivía la señora que había auxiliado a Dorothy hacía apenas unas semanas, le sorprendió ver a la misma dama y en compañía de la partera de las prostitutas, no dudo en ir a contarle a la pelirroja que aún no se marchaba a America como habían acordado. Dorothy salió enseguida de la vivienda y las siguió hasta el hotel, donde casualmente ella trabajaba de mucama.

La comadrona reviso a Elisa e hizo todo lo que sabía para evitar una infección y frenar la hemorragia, después de muchas horas de agonía la habían logrado estabilizar y descansaba tranquila, Sarah sintió mucha pena por su hija era muy joven para haber pasado todo eso y sentía una gran culpa por hacerla verse como mujer siendo que aún era una niña, ya no tenía duda hablaría con la tía abuela y desharía el compromiso de Elisa con Anthony, si su hija quería casarse lo haría cuando ella y con quien ella quisiera.

Mientras Elisa dormía Sarah llevo a la comadrona cerca de donde la encontró y ella se dirigió al río sin darse cuenta que las seguían, vio que nadie la siguiera y aventó los lienzos junto con la criatura a las aguas heladas del Támesis. Estaba apunto de irse de ahí cuando Dorothy la confronto.

-¿Qué hizo con mi hijo?

-¿de donde saliste? Deberías estar en America.- Sarah estaba nerviosa ¿Dorothy abra visto que tiraba algo al rio?

-Mi hijo no estaba muerto seguro usted lo mato.- gritaba Dorothy

-Tú hijo nació muerto y El Capitan del barco lo hecho al mar, tú estabas inconsciente, y deja de seguirme si te acercas a la familia haré que te metan a una casa de locos.- Sarah siguió su camino mientras Dorothy le gritaba que le devolviera a su hijo.

Cuando regreso al hotel ya eran casi las nueve de la mañana, despertó a Elisa que estaba débil y lánguida, derramaba lágrimas silenciosas, desde ese día se llenó de odio y amargura.

-Elisa te puedes levantar, nos iremos a un mejor hotel y podrás regresar al colegio el lunes por la tarde, te dieron un permiso especial, si mañana te sientes mejor te compraré un par de vestidos nuevos.- Sarah le hablaba como si no hubiera pasado nada.

Elisa no contestó, se dejó vestir y arreglar como su madre quería y aunque sentía un dolor muy grande aún en toda su zona íntima y su abdomen la siguió, pasó el fin de semana en el hotel Savoy llena de lujos y compraron los vestidos en la boutique del hotel.

El domingo por la noche regresaron a la mansión de los Andrey donde Sarah le explicó a la tía abuela que Elisa sufría mal de amores pues se había enamorado de un muchacho que estaba comprometido y ella de igual forma sentía que no podía terminar con la promesa que tenía para con Anthony, la tía abuela decidió que todo quedaría pospuesto para cuando los jóvenes salieran del San Pablo y así Anthony podría haberse recuperado y elegir lo que el más quisiera, de la misma forma que Elisa.