La historia de Candy Candy no me pertenece es de la escritora Kyōko Misuki, yo solo se la tomo prestada sin fines de lucro para divertirnos un poco con los personajes.

El siguiente contenido puede tener escenas que dañen la sensibilidad de las personas, si no les gusta este tipo de historias absténganse de leerla

CAPÍTULO 48

El administrador del hotel estaba reprendiendo a Dorothy por haber llegado tarde, así que le asignó la habitación que habían dejado aquellas mujeres tan extrañas que importunaron a todos los huéspedes a pesar de estar en el último piso. Una de sus compañeras había llegado tarde igual que ella así que tenían que trabajar juntas.

-¿Qué es esto? Parecería que Jack el destripador estuvo aquí- dijo Dorothy asombrada.

-Es una posibilidad de todos modos sabemos que cualquier cosa puede pasar aquí en Whitechapel- la muchacha recogió las tazas y se las llevo al lavabo del baño donde también había manchas de sangre secas, olfateó la taza curiosa y regreso a la recámara donde Dorothy zafaba las sábanas del viejo colchón.

-¡Que bien!- dijo Dorothy con sarcasmo- ahora abra que limpiar el colchón ¿Qué abran hecho estas mujeres?

-me parece que una de ellas mal parió aquí mismo, los residuos de la taza de té huelen a ruda, azafrán y otras hierbas que no conozco, en mi época más difícil vi a varias compañeras usarlas- Odette la compañera de Dorothy había sido prostituta cuando la vendieron a unos comerciantes a cambio de unas ovejas y la llevaron de Croacia a Londres.

Dorothy sentía una ligera sospecha de quienes habían estado en esa habitación -¿Crees que podamos revisar los registros de huéspedes?

-Tal vez, cuando el administrador vaya a comer lo convenceré con mis encantos para que me deje encargada de la recepción- Odette salió con las sábanas en lo que Dorothy fregaba el piso.

Cuando la ex mucama de los Legan se agachó a revisar bajo la cama encontró un pañuelo muy fino con el nombre de Elisa Legan bordado en una orilla, ya no tenía duda la señorita Legan había perdido un niño en esa habitación, cuando leyera los libros de registro seguro no encontraría su nombre pero sabría que había pasado en ese lugar. Dorothy se levantó bruscamente y recordó que había visto a Sarah Legan junto al rio, seguramente se había deshecho de la criatura en las aguas heladas de ahí, como seguramente también había hecho lo mismo con su bebé pero en el mar del norte.

Cuando termino de limpiar la habitación Odette y ella lograron revisar los libros de registro, pero no había nombre alguno, seguramente Sarah soborno al administrador y la única prueba que tenían era el pañuelo de Elisa.

En otra parte de Londres, los muchachos salían a su tan esperado quinto domingo, el sábado por la tarde por fin había llegado el permiso de salida de Candy firmado de puño y letra de Tío abuelo William, Patty al ver que su amiga ya podía salir no dudo en invitarla a su casa para comer y salir a pasear junto con su abuela Martha antes de que la anciana volviera a irse de viaje. Candy acepto, ahora que Annie y Archie ya habían comenzado una relación lo mejor era dejarlos juntos y darles espacio para conocerse. Stear y Neal fueron recogidos por George que los llevaría a ver unos caballos que recién acababa de adquirir el tío abuelo, la nueva pareja al saber que Elisa estaba en la casa de los Andrey decidió solo salir a pasear en carruaje a la ciudad. Candy no había podido ver a Terry desde el día que le dio la armónica así que esperaba que estuviera bien.

El día transcurrió muy tranquilo y agradable para todos, cuando llegó a su fin todos regresaron a la hora de cenar al colegio, Annie había pasado una tarde maravillosa colgada del brazo de Archie, en realidad no pasaba nada entre ellos era como si dos amigos salieran juntos y platicaban de trivialidades como siempre hacían cuando se veían en Chicago. Stear y Neal la habían pasado muy bien, fue una tarde muy deportiva y Candy y Patty habían tenido la mejor de las tardes, regularmente a ninguna le gustaba ir de compras pero en compañía de la abuela Martha había sido muy divertido y Candy había adquirido un sombrero nuevo y unos guantes para el invierno, aparte de dos vestidos regalo de los O'Brian. La familia de Patty sabía que Candy era adoptada pero al ver que la abuela Martha hablaba tan bien de ella y al comprobar que Patty era más extrovertida y sociable no le dieron importancia, de todos modos los Andrey era una familia muy poderosa y conocida, si la habían adoptado es que algo bueno habían visto en ella y hablaba muy bien del Clan al ser altruistas y caritativos.

Candy se fue a dormir después de cenar estaba cansada había tenido un día agotador, cuando apagaron las luces se metió en la cama y se quedó dormida.

Terry no había salido del colegio en toda la mañana y parte de la tarde, supuso que Candy se había ido con su familia cuando no la vio en la colina, así que cuando comenzaba el atardecer decidió irse a dar una vuelta por la ciudad, esta vez se fue a un bar donde estuvo apostando mientras jugaba póker, las bebidas corrían por todos lados, había estado teniendo suerte en el juego ese día, estaba tan borracho que los jugadores querían recuperar su dinero de alguna forma, uno de ellos lo reconoció como el hijo bastardo del más alto noble inglés de toda Inglaterra, así que decidieron robarle lo ganado y lo que trajera extra, el joven inglés se defendió debido a la ofensa que le hicieron al llamarlo bastardo más que por el dinero que intentaban robarle, lo malo es que eran mayoría y sacaron un cuchillo, un hombre un poco más grande que el inglés le ayudó, al ver la pelea tan desigual que se disputaba, Albert estaba buscando a un traficante de marfil en el mismo bar, quería atrapar al maleante pero no apareció o quizá se asustó con la pelea que protagonizaba Terry.

Después de que logró sacar a Terry con vida del bar, se lo llevo casi cargando hasta donde George lo esperaba.

-William ¿Qué pasó? ¿Quién es el joven?- pregunto preocupado.

-Un muchacho que si no ayudaba seguro acababa muerto, tiene un corte en la pierna- dijo Albert- abra que llevarlo al hospital.

-No es… necesa…rio, le agresco si me lleva…ala cárcel… San Pabluu le dicen.- Terry hablaba muy raro por el alcohol.

-Debe ser el real colegio San Pablo, el joven Alistear lo llama la cárcel, aunque yo creo que debería ir al médico está perdiendo mucha sangre- dijo George.

El aristócrata no quiso ir al médico, George lo reconoció cuando no quiso decir su nombre y al verlo de cerca, decidió no decir nada a William para no meter al chico en problemas y al parecer la pierna ya no estaba tan mal como él torniquete que le puso Albert.

Cerca de las doce de la noche Terry apareció en los terrenos del colegio ayudado por un rubio de cabello largo, Terry que no lograba estabilizarse por el alcohol y la pérdida de sangre no reconoció su edificio y lo metió al edificio de las chicas, entrando al dormitorio de Candy donde solo al abrir la puerta se cayó cansado y dolorido, la pecosa salto de la cama asustada.

Albert salió rápido del colegio y corrió al auto donde lo esperaba un furioso George.

-Ya basta William iremos a la mansión, ahora hasta un herido tuvimos que auxiliar.

-No conseguí lo que quería, probaremos en un último bar y te doy mi palabra que nos vamos a la mansión.- William quería información de Africa y de paso denunciar al traficante de marfil.

-deja de jugar al detective y ocúpate de lo que realmente debes.- El inglés mayor se sentía fastidiado y frustrado porque no lograba hacer que el heredero Andrey se volviera responsable.

Candy estaba sorprendida y aterrada, como pudo se puso la bata de dormir, Terry entro trastabillando y al final termino en el suelo.

-Terry¿Qué te ha pasado?- Candy corrió a auxiliarlo para incorporarlo, Terry se puso nervioso y se le bajo más el alcohol al verla que cuando le habían encajado el cuchillo- ¡contéstame!

-Era tu cuarto pequeña pecosa, lo siento, se equivocó al dejarme en la ventana.- dijo Terry menos borracho

-No entiendo- Candy se acercó a la lámpara de su escritorio y la encendió.- Terry estás todo lastimado, tienes sangre. ¿Qué te ocurrió? Voy a curarte.

La pecosa se acercó diligente con un pañuelo y agua para ayudarlo, no lo pudo levantar del piso ya que él joven pesaba mucho y no cooperaba muy bien. Mientras le limpiaba el rostro le pregunto.

-¿Qué has hecho?

-Tuve una pelea por algo estupido- dijo Terry en voz baja.

-Al parecer fue muy brava

-Yo tenía desventaja, eran muchos contra mi, ¡aahh!- Terry se quejaba un poco mientras Candy le curaba el labio- un tipo me ayudó, estaba en el mismo lugar que yo y al verme así me trajo hasta aquí- Terry suspiro y a Candy le llegó el aroma a alcohol.

-Hueles mucho alcohol- Candy se escandalizó.

-¿Te parece?- burlonamente le exhaló aire por la boca para volverla a molestar.

-Sin Vergüenza- Candy lo empujó para que se levantara pero Terry se volvió a quejar y se sujetó la pierna herida.

-Ellos tenían un cuchillo, te hirieron mucho, trataré de ayudarte.-Candy comenzó a revisarle la pierna, buscó una sábana limpia y la rompió para volverla vendaje, fue por lo requerido y le limpio muy bien la pierna, la herida sangraba aún, así que con lo poco que sabía de curar a los niños del hogar, le contuvo la hemorragia y lo vendo.-Tienes mucha suerte de que yo no sea una de esas señoritas que se desmaya al ver sangre.

-Oye en verdad eres buena, hasta podrías ser enfermera, ¡auch! Me retracto, se más cuidadosa porque si me duele.- Terry se seguía quejando.

-Hago lo que puedo- Candy se indignó un poco.

-Será que lo estás haciendo apropósito para vengarte de mi, porque siempre te embromo pecosa.-dijo Terry

-Soy Tarzan pecoso, no lo olvides tú me bautizaste- Candy trato de distraerlo.

-Es cierto, gracias por recordármelo- Terry se recargó en la pared pesadamente.

Candy lo veía, no entendía porque Terry actuaba así, el inglés al verla tan preocupada le pregunto.

-¿Puedo quedarme a descansar un rato? No te incomodare, si él no se hubiera equivocado, no te abría molestado.

-Si, no hables tanto, el esfuerzo te va a debilitar más.- ordenó la rubia

La joven se puso a ordenar lo que había utilizado, aunque estaba en el baño no dejaba de observarlo. Camino a la puerta al ver que no estaba bien cerrada y se asomó para corroborar que nadie los había escuchado, a pesar de haber hecho mucho ruido al entrar, casi nadie se dio cuenta la única que escucho fue Annie que salió a ver si Candy estaba bien, pero cuando iba a tocar, no lo hizo pues escucho la conversación y vio que la puerta no estaba bien cerrada, escucho muy poco pero se percató que el muchacho con el que estaba Candy estaba herido y conociéndola seguro lo auxiliaría, así que decidió no molestarla y regresar pronto a su cuarto, por suerte Elisa no estaba en el colegio o ella si los hubiera delatado, Annie no volvió a dormir se quedaría vigilando a que pasara la ronda en caso de tener que ayudar a su amiga.

-A Archie no le va a gustar esto si se entera…-Annie pensó en voz alta.

Candy había cubierto a Terry con una frazada y le colocó un cojín en su espalda, el joven aunque si se movió para acomodarse, estaba quedando inconsciente por la pérdida de sangre, el alcohol y el cansancio. No se dio cuenta que Candy le refrescaba la frente con una toalla húmeda. La joven solo pensaba y se angustiaba más, la temperatura iba en aumento y pensó que el agua y el jabón no fueron suficientes para desinfectar, necesitaba alguna solución que desinfectara y cauterizara, sin pensarlo más se metió al baño con su ropa y se cambió apresuradamente, era cerca de las dos de la mañana pero seguramente alguna botica de emergencia estaría abierta.

Cuando se termino de poner el abrigo, se agacho junto al Inglés.

-Terry me escuchas, debes sentarte en el sofá o el frío del piso te hará mal, vamos Terry ayúdame a ponerte de pie.- la joven rubia lo sujeto del lado que no estaba la pierna herida.

-¿Candy qué haces?- al ver lo que intentaba coopero y se sentó donde le decía, enseguida la rubia lo acomodó con más cojines, lo volvió a cubrir con la frazada y le colocó la compresa en la frente.

-Bien Terry iré a una farmacia a conseguir un medicamento, no puedes perder tanta sangre y quedarte así sin remedios, espérame aquí, no tardaré- Candy ya estaba tomando la cuerda de sábanas que había hecho para bajar por el balcón.

-¿Que? No puedes Candy te descubrirán, es muy arriesgado y peligroso que salgas a estas horas de la noche- Terry se estaba alarmando y cuando trató de moverse la pierna le volvió a doler.

-Quédate ahí y descansa, te prometo que no tardaré y nada me pasará, pórtate bien. Adiós Terry- la joven se deslizó con agilidad por la cuerda y se perdió de vista.

-Oohh que chica- Terry suspiro y en ese momento no aguanto más y se quedó dormido.

Candy no había vuelto, había pasado casi una hora y no estaba ahí, la herida ya no le sangraba y se se tía mejor, ya no estaba sudando por la fiebre, se levanto y acomodo los cojines y la manta en el sillón, podía caminar, seguro cojearía un poco pero podría caminar.

Estaba un poco intranquilo, si dejaba una nota diciéndole a Candy que se había ido y entraba una hermana y veía en el escritorio, la metería en problemas porque sabrían que un hombre había estado ahí, pero si pasaba la ronda y para eso solo faltaban 20 minutos y lo pillaban en el dormitorio de Candy a ambos les iría muy mal, además la muchacha no estaba y eso sería peor para ella.

-Al parecer si puedo caminar, Candy hiciste un buen trabajo, tómate tu cuerda prestada y nos veremos pronto.- Terry bajo despacio y siguió su camino adentrándose al bosque, a lo lejos vio unas luces por el sendero que venía detrás de la iglesia, camino más y tras de él escuchó un murmullo.

-Ha sido una noche muy movida, me daré prisa- la rubia ya había llegado y saltó la barda sin percatarse que las hermanas estaban muy cerca de ella.

Terry no lo pensó, decidió dar un rodeo y aparecer frente a las hermanas o pronto pescarían a Candy y dos jóvenes fuera de la cama a las tres de la mañana, les causaría demasiadas suspicacia, aunque en realidad no pasaba nada.

Candy ni se percato de lo qué pasó, ya que Annie había visto todo menos a Terry a la distancia y pensó que las monjas se entretuvieron, abrió rápido la puerta de emergencia y llamó a su amiga.

-Candy apúrate, la ronda ya viene.- Annie susurro pero se escuchó clara.

-¿Qué? ¿La ronda pasa a estas horas? ¿Qué las monjas no duermen?- Candy estaba sorprendida.

-Apúrate, esconde tu cuerda o la verán, algo las demoro pero seguro envían a alguien en lo que las demás se desocupan, ponte la pijama y nos vemos mañana- Annie también corrió a su habitación.

Candy entro a su recámara y vio que Terry ya no estaba, tampoco su cuerda, no tuvo tiempo de decir nada, se escuchaban pasos y ella había hecho ruido al cerrar la ventana, como pudo se metió en la cama y se cubrió toda, por suerte fue la hermana Margaret la que se asomó a su habitación y no dijo nada. Candy se levanto y se fue a colocar la pijama.

-Terry… si pudo caminar es que estaba mejor, espero que no lo haya pescado la ronda.- Candy se recostó pero estaba muy emocionada por todo lo que había pasado esa noche, primero Terry y después encontrar al señor Albert justo ahí caminando en las calles de Londres, después de pensar un poco decidió intentar dormir o al día siguiente no podría levantarse.

Terry se había dejado pescar, pero alegó que se había lastimado con el trinchó con el que movía el heno de Teodora y que salió a buscar ayuda porque realmente se sentía mal, la hermana Grey al ver que cojeaba y que tenía sangre en el pantalón no dudó en llamar a un médico para que lo atendiera, el médico del Duque llegó, lo malo es que el Duque también fue al ser informado y se llevó a Terry al castillo para que se recuperara por completo. El joven inglés no podría volver al colegio en una semana como mínimo.

A la mañana siguiente como Candy lo predijo no pudo levantarse, Patty la llamo como era su costumbre pero Candy le costó más trabajo y al final llegaron corriendo al desayuno, Annie también llego corriendo y las alcanzo ahí. El retraso hizo que no pudieran estar juntas como acostumbraban, así que no podrían platicar bien hasta el primer recreo.

Candy iba por las áreas comunes observando si veía a Terry, no escuchaba lo que hablaban Patty y Annie tan animadamente, y de no ser porque Annie la jalo para saludar rápidamente a Archie ella no los hubiera visto.

-Hola Candy ¿cómo estás? Te ves cansada.- dijo Archie preocupado al notar las ojeras de su novia y su prima- tu también Annie, no son las de siempre

-No es nada, seguramente como a mi la ronda despertó a Candy- contestó la rubia ojiazul ya que Candy no dejaba de estar distraída.

-Los veremos luego- dijo Candy y se fue jalando a Patty.

-Candy que grosera fuiste, debiste presentar a Stear con Patty para que se conozcan- Annie la regaño

-No te preocupes Candy en otro momento será, no podemos llegar tarde a clases, ya llegamos tarde al desayuno y la hermanas son muy fijadas en eso- Patty las jalo al aula y se sentaron.

Annie con pesar camino hasta su lugar no querían buscarse un regaño ya que las tenían en la mira, en ese momento llegó Elisa aunque ya eran casi las 10 de la mañana, todo mundo se le acercó en cuanto la vieron, la noticia de su desmayo despertó rumores que terminaron por extinguir el cuchicheo que había rondado a Annie y aunque ella se veía distante y apagada comenzó a fingir que nada pasaba, se veía muy pálida y desmejorada como si hubiera estado gravemente enferma, Annie mejor volvió donde estaba Patty que intentaba platicar con Candy que ahora se había quedado muda pensando en que quizá no curo adecuadamente a Terry, ni si quiera vio a Elisa.

-Quizá no es nada y yo me estoy preocupando demás…- pensó Candy en voz alta.

-¿Candy de que hablas?, acaso ¿te preocupa Elisa?- pregunto Annie intrigada.

-¿Elisa? ¿Ya regreso? Con lo bien que se estaba en el colegio sin ella- Candy seguía hablando sin pensar.

-Candy te va a oír- le susurro Patty

-Tienen razón, me alegro que se encuentre bien de salud, como sea ella es la futura esposa de Anthony.- dijo Candy tranquila

-¿Tu sabes eso?- pregunto Annie curiosa

-Todo mundo lo dice y un día alcance a escuchar a Stear y Archie decir que el pobre Anthony tendría que lidiar siempre con ella, la verdad es que no lo esperaba de otra forma, Anthony no ha devuelto mis cartas y debido a su recuperación le ha de ser más difícil poder contactarme. Lo que importa es que está vivo y nosotros éramos muy jóvenes para creer que ese cariño que nos teníamos era amor, no me mal entiendan lo quiero mucho pero como al primo que es y seamos realistas la tía abuela nunca me verá con aprobación para él.- termino Candy encogiéndose de hombros.

-Me sorprendes Candy, pensé que ignorabas lo del compromiso y yo creía que te seguía gustando mucho Anthony.- siguió la ojiazul

-Ha no ser que a Candy le esté interesando…- Patty no acabo de hablar pues la monja había llegado y todas volvieron a sus lugares.

Annie corrió a su asiento detrás de Elisa y la ignoró por completo. La pelirroja en cambio vio a las dos rubias y se quedó pensando en su actitud.

-Dime Luisa, ¿las huérfanas que Han hecho en estos días de ausencia que tuve? Se ven muy sospechosas.

-Realmente no he visto nada pero hablamos en el recreo.-termino Luisa.

Elisa veía con odio a Candy, solo su presencia la hacía detestarla.