Hola a todas, espero que estén muy bien, venía a saludarlas, a ponerles otro capítulo y a decirles que lamento mi ausencia, la verdad es que me atore no sabía como continuar este capítulo, se que sigue en la trama pero no sabía cómo idear toda la conexión para seguir dando coherencia a la historia, así que me detuve a descansar un momento y leer la historia que estoy escribiendo, también me puse a revisar el manga y a ver el anime.
Lucie me diste una súper idea con tu comentario así que lo verás reflejado por aquí, había olvidado el detalle qué hay dos festivales así que este será donde la castiguen porque yo siempre la quise ver de espíritu de la flor y quiero darme el gusto y darle el gusto a Candy de que Terry camine a su lado en el carro adornado de flores como lo imagino. Además así encajan de una forma conveniente los hechos para mi historia.
Lucie, Grace, Armónica de Terry, Mia8111, Mel Herondale, Yelani, Tiza20 y todas las Guest que me escribieron diciéndome que les encanto el capituló me da mucho gusto, yo espero que los siguientes capítulos les gusten más, seguiremos viendo mucho de Terry y Candy porque es como mi trauma y yo quería verlos en su día a día de la escuela.
Espero que no les aburra que los tenga un largo tiempo en Londres pero así fortaleceré su relación para el día de la separación. Yo se que en estos días van a odiar más a Elisa porque la pobre se volvió loca o sea no quiere ver lo que ya está pasando porque siempre fue muy caprichosa. Obviamente seguiremos viendo mucho de ella porque es la protagonista pero le daré un lugar muy grande a mis favoritos para que nos enamoremos más. Así que no se me vayan a confundir, también les aclaro Elisa jamás será volteada a ver por Terry más que la vez que baila con ella y eso para molestar a Candy.
Sin más por ahora me despido y ahora que están fluyendo las ideas escribiré y escribiré para que no piensen que las abandono. Cuídense y nos leemos en el próximo capítulo.
Si veo que surgen dudas en los comentarios se los respondo, porque aun no se cuanto tardaré en publicar el próximo capítulo. Pero ya saben que yo gustosa de leerlas siempre.
La historia de Candy Candy no me pertenece es de la escritora Kyōko Misuki, yo solo se la tomo prestada sin fines de lucro para divertirnos un poco con los personajes.
El siguiente contenido puede tener escenas que dañen la sensibilidad de las personas, si no les gusta este tipo de historias absténganse de leerla
CAPÍTULO 53
Candy llego a tiempo, la ronda no había pasado. Había terminado teniendo una extraña noche, fue a su armario y sacó un cofre que había encontrado una vez en el rio, ahí había guardado cartas, el broche con el emblema de los Andrey y el rosario que le había dado la hermana Maria.
Tenía lo que ella consideraba más valioso en la vida, metió ahí la fotografía de Anthony, no quería pero se se tía culpable y no pudo más su mente se dejó llevar por sus pensamientos; primero había husmeado en las cosas de Terry sin permiso terminando por encontrar su más grande secreto ¿Qué pasaría ahora? Había visto las fotografías y en cada una de ellas había algo de Terry, el parecido era innegable no sabía realmente como la gente no se daba cuenta si entre los estudiantes había más de un seguidor de la famosa actriz, la mirada de Terry la tenía preocupada era miedo con ira y aunque la amenazo ella sintió más compasión por él que nunca antes, no quería que se preocupara y ella quería asegurarle que guardaría completo silencio.
Estaba pensando en eso y volvió a tomar la fotografía de Anthony, a pesar de tener la mente en Terry ahí había aparecido el amable rubio, Candy se sintió peor hacia tiempo que ya ni siquiera hacia el intento de escribir a Anthony ¿Qué pasaba con ella? ¿Era por Terry? Desde que conoció al inglés no hacia otra cosa que pensar en él, aunque la principal causa era por todas las veces que la embromaba, ¿pero realmente como estaba Anthony? solo se conformó con saber noticias de que Anthony estaba bien de la boca de Elisa, sus primos decían lo mismo que ella y si lo pensaba jamás escuchó decir a alguno que le escribieran ¿Stear y Archie se preocuparían por él o también estaban tomando su camino como ella?
Su mente comenzó a divagar, si no hubiera habido la presentación ahora Anthony estaría en el colegio con todos ellos, tal vez hasta tendrían una amistad más cercana o hasta ya la hubiera comenzado a cortejar, Candy paro sus pensamientos ahí, tenía que ser realista y la verdad era que a ella no le permitirían tener una relación con alguien que fuera de una familia tan importante porque al final ella no negaba su origen y aunque ahora tuviera un apellido renombrado la realidad es que era huérfana y no sabía quienes habían sido sus padres.
Sus pensamientos volaron en segundos a Terry y lo comprendió, comprendió su comportamiento, su ira y su eterna tristeza, el era de buena familia en apariencia pero en la realidad es que su familia lo veía como una mancha, y como si fuera un espejo también noto la mancha que era ella, específicamente para la tía abuela y todos los que compartían sus ideas dentro del clan Andrey.
Recordó vívidamente su presentación, los murmullos y las miradas, los que consentían la adopción nunca lo externaron en voz alta y siempre fue señalada como la adoptada, jamás la vieron como miembro de la familia, los únicos que la veían así eran Stear y Archie, ni Anthony la veía aún como parte de la familia porque nadie con la excepción de los hermanos Cornwell la había aceptado como era, Anthony le decía que fuera natural pero a la vez su discurso trataba de decir que cambiara un poco para ser aceptada, para convertirse en una falsa dama como lo era Elisa.
Sus pensamientos siguieron en el catastrófico día, no recordaba lo que dijo en la presentación completamente pero quería ser una dama para gustarle más a Anthony, para al final gustarle a los Andrey y así lograr que algún día los dejaran estar juntos como el rubio había soñado. Se dio cuenta que no pensó en que a ella no le hacía falta quedar bien con la familia porque ella era feliz con quien era, nunca se había detenido a pensar en eso. Annie al cambiar y volverse una señorita había sido mejor aceptada de lo que lo era ella y eso que de ambas se sabía que eran huérfanas ¿Tendría que cambiar como Annie para poder encajar en el colegio? ¿Y en su familia ?si es que realmente la veían como familia.
¿Pero acaso esa era ella misma? El día del accidente había cambiado todo, si hubiera podido intentar que Anthony no brincara los setos, si hubiera sido sensata como todos le decían ella habría permitido que se fuera con Elisa y ahí sus ojos se anegaron de lágrimas, sentía una gran culpa por no haber hecho algo que previniera el accidente del rubio, a lo lejos se escuchaban los cascos de un caballo, el recuerdo se hizo más vívido y comenzó a tener una alucinación, el pánico por intentar salvar al que montaba la dominó y salió corriendo de la suit especial, sin darse cuenta donde estaba ella solo veía los terrenos de Lakewood donde se dio el accidente.
Todo paso en ese momento, Candy grito para prevenir del caballo, la tormenta estallaba con un gran rayo atraído por los bosques del colegio, la caída estrepitosa de la rubia por las escaleras y los cascos del caballo que se dirigía al lugar donde se escuchó el grito desgarrador, la ira de Terry se apaciguó al verla caer.
No llego a tiempo Candy estaba en el suelo inconsciente, se bajó rápido del caballo la tormenta era más fuerte, le despejó la cara de la maraña dorada en la que se había vuelto su cabello, era tan blanca y hermosa, ella gimió y comenzó a llorar, se preocupó, pensó que algo le dolía trato de moverla despacio y noto que tenía lastimada una espinilla porque el camisón se le levantó un poco, se acomodó como un príncipe y la levantó como si no pesara nada, al momento Candy susurró el nombre del rubio, Terry la miro extrañado entendió claro pero a la vez no estaba seguro de haberlo entendido, Su corazón sintió una punzada de dolor, trató de no darle importancia y camino serio, de nuevo volvió a decir el nombre de esa persona, al escucharla por segunda vez decir el nombre de otro sintió que algo helado bajaba por su garganta y se iba directo al hueco que tenía en el estómago por el miedo de verla caer.
Miedo, culpa y celos, de todo lo que había sentido en este día nunca había sentido esa rara combinación, antes de entender cuánto le importaba ella, hubiera actuado diferente y seguramente la hubiera dejado donde estaba y solo habría avisado a las monjas, pero esta vez no, sentía una necesidad loca de saber si sus heridas habían sido graves.
Olvidó que Candy había descubierto su secreto y había olvidado porque estaba tan molesto, al entrar en la residencia hizo más ruido del que esperaba, estaba entrando a Candy por la puerta de la enfermería cuando la hermana Margaret lo encontró.
-¡Es Candy! ¿Qué paso?- pregunto muy alarmada la monja.
-La vi caer de la escalera de emergencia, tal vez la asustó la tormenta.- sugirió él, aunque no era probable ya que si los rumores eran cierto, Candy había crecido en el campo, pero espero que la monja le creyera.
-Iré por la rectora, quédate aquí.- dijo la hermana Margaret
Terry contemplaba el rostro de la pecosa que estaba inconsciente pero a él la veía como si tan solo estuviera dormida, estaba muy cerca de su rostro cuando observó cómo las lágrimas volvían a resbalar de sus ojos cerrados y volvió a decir "Anthony" con un tono muy angustiado.
Terry de Nuevo sintió cómo se estrujaba su corazón y se acercó a observarla más de cerca y sin pensar limpio sus lágrimas con su mano, le acomodó el cabello despejándole el rostro, de nuevo le vio temblar sus labios como si fuera a decir otra vez el nombre, no lo soporto, no quería escucharla llamando a otro y a la vez ese temblor la hizo verse más atractiva, se acercó más y le dio un casto beso en la boca, tan solo para rozar sus labios y sentir el calor que emanaba de su aliento, con esta impulsiva acción intentaba que ningún otro nombre fuera pronunciado por los hermosos labios de su pecosa, terminó el beso pero siguió muy cerca de su cara cuando escuchó ruidos y aunque vio que a Candy le temblaban los párpados como si fuera a despertar, decidió darse prisa y salirse por la ventana.
Estaba tan distraído que al saltar le dolió un poco la pierna recién recuperada y cayo con poca gracia, como pudo se arrastró hasta los arbustos y ahí espero un rato recargado en la base de un árbol.
Candy despertó de su episodio de alucinación, en parte por el dolor que sintió cuando la hermana Grey le revisaba la pierna y porque sentía una hormigueo extraño en los labios, había sentido que alguien le tocaba el rostro con gentileza y después se sintió como La bella durmiente al ser despertada con un beso de amor, pero el dolor del desinfectante la hizo dejar de pensar.
-¿Cómo es que te caíste de las escaleras?- preguntaba la rectora
-¿Me caí de las escaleras?- pregunto sorprendida la rubia.
-¿No lo sabias?¿entonces tampoco sabes que Terruce te trajo hasta aquí y nos aviso?- pregunto la hermana Margaret
-Me fui a dormir en cuanto se apagaron las luces y debo haber estado soñando algo hermoso que me hizo levantarme- dijo Candy
-entonces algo te asustó y al salir por la escalera te resbalaste y terminaste cayendo por la misma.- termino la hermana Grey.
-Supongo que si- dijo Candy.
-Al parecer no tienes nada más que golpes, te permitiré descansar hasta la hora del desayuno, puedes faltar a la clase de religión para recuperarte y ahora vete a tu cama y si es necesario amárrate a ella- termino la monja y se fue.
-Vamos Candy te llevaré a tu alcoba.- dijo la hermana Margaret que ayudo a caminar a la rubia.
Terry que ya se había incorporado la vio pasar y sintió alivio al notarla bien, le había dado un gran susto al momento que la vio caer. Su mente estaba comenzando a tranquilizarse cuando recordó el nombre de Anthony, y sus dudas lo siguieron ¿por quien lloraría Candy? La sensación que tenía en los labios después de besarla era hermosa y necesitaba volver a sentirla, ahora sabía que todo en ella era Perfecto y no quería alejarla sin importar lo que estuviera pasando en sus vidas.
Candy llego a su habitación y se quedó sentada pensando en todo lo que había sentido esa noche, Terry la había ayudado y ella alcanzó a sentir su calor muy cerca de ella, si así eran sus manos de cálidas, así debía de ser su corazón, se acostó a descansar y pensó que le pediría una disculpa al día siguiente y le aseguraría que podía confiar en ella, porque el se estaba volviendo la más importante para ella.
A la mañana siguiente La hermana Margaret sonó la campana y como siempre patrulló el pasillo para apurar a las señoritas, Patty iba a llamar a la puerta de Candy pero la detuvo la hermana.
-Candy tiene un permiso especial para no asistir a la clase de religión hoy, mejor ve yendo al aula para que no se te haga tarde.- le aconsejo la monja.
-Si hermana- Contestó Patty un tanto preocupada.
Annie que estaba esperando a sus amigas al pie de la escalera se sorprendió y pregunto a Patty.
-¿Qué te dijo? ¿Por qué no va a venir Candy?- la rubia estaba preocupada.
-Dijo que tiene un permiso especial, supongo que nos alcanzará en el desayuno, cuando la veamos le preguntamos que le sucede, te parece bien- dijo la de anteojos.
-Si, espero que nos cuente, últimamente Candy tiene muchos secretos- termino Annie.
Elisa y Luisa iban detrás de ellas y se alegraron de que no las notaran.
-¿Qué secretos podrá tener la huérfana ordinaria de Candy?- pregunto Luisa
-No lo se pero le diré a Neal que se ponga averiguar de inmediato- dijo Elisa malévola.
-iré contigo para saludarlo, tu hermano es muy apuesto- come to Luisa alegre.
-si te acostarás con él lo tendrías comiendo de tu mano- aconsejo la pelirroja
-Elisa yo no quiero que me pase lo que a ti- dijo escandalizada La castaña.
-que yo no tenía nada, solo era una infección estomacal- se molestó la pelirroja.
-tu me confesaste que no te vino la regla en dos meses y eso es porque te veías muy seguido con Jonathan- aseguro Luisa
-Cambiemos de tema, mira ahí está Caroline, se ve pálida y más delgada- comentó Elisa.
-Dicen que dejó las clases de equitación y que al parecer la boda será en cinco semanas- chismoseo Luisa
-¿Qué? ¿Por qué?- Elisa se había detenido y estaba realmente consternada.
-Tú debes saber mejor el porque uno ya no puede cabalgar por ciertas circunstancias.- la castaña la vio curiosa.
-¿Cómo sabes que adelantaron la boda?- pregunto Elisa.
-La escuche contarle a sus amigas, el fin de semana que te castigaron. Parece que sus padres los encontraron en la habitación de ella en la mansión Pratt en una situación más que comprometedora, el médico ya confirmó que espera el heredero de los Green y aunque ha sido un escándalo el padre de Jonathan dio un donativo especial para que se les permita quedarse aquí guardando las apariencias, aunque le prohibieron a ella participar en el festival de otoño, ella misma confesó que le dieron una paliza que la hizo arrepentirse de no guardarse hasta la noche de bodas, pero todo ya está hecho y se casarán a finales de noviembre.- termino de contar Luisa muy satisfecha de ver la cara de Elisa.
-No me lo puedo creer, tengo que apurarme, buscaré a Neal si las hermanas te preguntan por mi di que estoy indispuesta por cuestiones femeninas.- Elisa se dio vuelta y corrió por el patio hacia la residencia de los varones.
Llego a tiempo, Neal iba saliendo, lo tomo del brazo y lo arrastró atrás de la residencia.
-La maldita Caroline esta en cinta de Jonathan, tienes que ayudarme a que Jonathan se fije de nuevo en mi ya no tengo tiempo.- Elisa estaba fuera de si- debes averiguar que hace Candy en el bosque porque para recuperar a Jonathan debo involucrarme con Terry si no lo perderé.
-Elisa ¿te estás oyendo?Caroline esta en cinta ya lo perdiste, entiende ya no puedes hacer nada. El mismo dijo que se casar en unas cuantas semanas y se ve bastante enamorado de ella.- Neal la veía sin entender.
-Tienes que quitar a la huérfana de en medio, ella está tras de Terry estoy segura. Si la maldita se lo queda yo perderé a Jonathan y me obligarán a casarme con alguien horrible si no consigo un prometido pronto. Hazlo Neal, tienes que ayudarme.
-Elisa estás perdiendo la cabeza, ¿Qué tiene que ver en todo esto Candy? has hecho cosas muy extrañas por ese sujeto, mejor reconquista a Anthony.- Neal se quería ir de donde estaba su hermana.
-Neal- Elisa le gritó furiosa- o haces algo o le dire a mamá que Dorothy tiene un hijo tuyo, si Neal a estas alturas el bebé ya debe haber nacido y le diré a mamá que mande a Dorothy a México, porque has deshonrado a todos los Andrey.
Neal se asustó, aun sentía algo por Dorothy y aunque por ahora no podía hacer nada, pensó que saliendo del colegio la buscaría e intentaría abandonar a su familia para poder estar con ella y con su hijo. Ellos dos ignoraban todo lo sucedido con la bebe que había tenido Dorothy y que ahora la hacían pasar por su hermana.
-Esta bien Elisa me encargaré de Candy, pero no se como impedirás la boda de Green y Pratt si ya hasta hay un futuro heredero en camino.- dijo Neal hastiado.
-Veremos si realmente existe ese Niño- Elisa de fue pensando en que podía hacer.
-Deberías ser más como las otras chicas que están preocupadas por quien será el espíritu del otoño y que usarán y no por una huérfana insignificante.- Le grito Neal al verla irse.
Pero a Elisa se le ocurrió algo malévolo, corrió hacia la residencia de las chicas a esperar la hora del desayuno, quería ver que hacía Candy porque para ella era su clave en el plan, intentaría matar dos pájaros de un tiro, pero no la encontró pensando que seguía teniendo una racha de mala suerte.
Eran 10 minutos para las nueve de la mañana Candy se había arreglado y se fue a esperar en la puerta del comedor, tenía la esperanza de ver pasar a Terry y agradecerle por la ayuda que le brindo, si se podía le diría que confiara en ella o si tenia mas suerte le diría si lo podía ver en la colina. Pero Terry no bajo a desayunar, se había quedado toda la madrugada terminando sus deberes, había tenido que pedir un para de horas más al maestro para entregar su ensayo, así que no bajaría a comer y con lo retrasado que estaba en tareas no podría a ver a Candy de nuevo.
La rubia desayuno tranquila y siguió con sus clases en compañía de sus amigas, no les explico demasiado solo dijo que se sentía indispuesta una noche anterior y por eso le dieron un permiso especial.
Antes del almuerzo se había logrado escabullir un rato de Annie y Patty, las muchachas había dicho que tenían que terminar algunas actividades, así que Candy aprovechó y se fue a escondidas a la pequeña colina de Ponny con la esperanza de que Terry estuviera ahí y así poder tener la oportunidad de disculparse y agradecerle.
Su emoción la descuidó y no se dio cuenta que Neal y sus secuaces estaban escondidos atrás de unos matorrales altos para así poder seguirla, el aviso de Elisa junto con su amenaza había hecho que el moreno junto con sus amigos vigilaran más de cerca a Candy, técnicamente habían planeado una emboscada. Terry había dado una vuelta por el bosque después de entregar su ensayo puntualmente como había acordado con el profesor, como eran minutos antes del descanso había optado por tomar uno de los muchos senderos que conocía para evitar a la gente, vio pasar corriendo a Candy y cuando se disponía a ir tras ella se contuvo, ya que vio a Patricia salir a escondidas con la misma dirección que llevaba Candy, solo que la de anteojos cargaba una caja en sus brazos.
El inglés se escondió para no ser visto y en ese momento escuchó como Neal murmuraba instrucciones a sus amigos. Escuchó que querían debelar sus secretos y si no se equivocaba uno de ellos era que ellos se encontraban para platicar en el interior del bosque.
-Neal- el futuro duque le grito furioso
-Terry- dijo un Neal intimidado.
-No es cosa de caballeros averiguar los secretos de una dama- contestó el inglés haciendo gala de sus buenos modales.
-Tú no tienes nada que ver en esto, quítate- ordeno el americano
-Tendrán que pasar sobre mi cadáver- respondió Terry ya listo para pelear.
Uno de los amigos de Neal se abalanzó sobre Terry intentando darle una patada pero este lo esquivó con facilidad, el otro trató de sujetarlo de la cintura para que así Neal pudiera propinarle algún puñetazo pero no tuvo oportunidad, pues Terry tenía gran habilidad y destreza gracias a todas las peleas callejeras en las que se había metido.
La pelea terminó tan rápido como inicio, Terry había salido muy bien librado pero se había desaliñado, ya casi era hora de ir al comedor, así que no podría ver a Candy ese día, seguía teniendo deberes y su única oportunidad que tenía de que le ayudaran con la tarea de química, se daría si comió cerca de Stear. Siguió su camino al dormitorio para así ponerse rápido el uniforme y poder bajar a tiempo.
Patty había visto todo, se quedó muy impresionada al notar como Terry defendía a Candy de una forma tan apasionada, ella aunque no era tan insistente como Annie también había notado el comportamiento de su amiga cuando se hablaba de Terry o cuando se desaparecía misteriosamente. Se sonrió como si fuera cómplice de algo, dejo su pequeño secreto en el escondite que tenía predeterminado y fue a buscar a Candy ya que quería compartirle su más preciado secreto para que así cuando la rubia estuviera lista confiara en ella sin avergonzarse.
La castaña corrió a la pequeña colina donde la comenzó a llevar, Candy se levantó del césped y la saludó.
-Candy Es hora de ir a comer, te vine a buscar para que no te reprendan- dijo Patty
-Patty, no tenías que hacerlo ya iba a ir.- dijo Candy un tanto desconcertada.
-Candy te envidio mucho, tu eres valiente y muy segura, haces siempre lo que tienes en la mente, en cambio yo siempre tengo miedo de todo y aveces me siento muy sola, Candy quiero contarte un secreto que llevo escondiendo desde hace mucho, pero lo haré en otro momento así podré visitarte en tu habitación y charlaremos un rato.- termino Patty alegre.
-Aveces yo también me siento sola, por eso vengo aquí, este lugar me recuerda al lugar donde yo crecí. Pero que es eso de Un secreto, ¿en serio me lo dirás Patty? Gracias por tu confianza.- la pecosa estaba muy sorprendida y conmovida así que se fue con su amiga sintiéndose alegre.
-Si pero vamos Candy o nos retarán a las dos- y ambas chicas se fueron rápido.
Después del almuerzo todas las alumnas se fueron a las clases de la tarde donde las monjas aprovecharon para dar un anuncio, como era tradición se celebraría el baile de otoño, la noticia causó mucho alboroto y entusiasmo en las señoritas más que en los caballeros pero el ambiente festivo cambió por completo el internado.
Terry después de la pelea había conseguido un permiso especial para usar el laboratorio y aunque no se atrevió después de todo pedirle ayuda al primo de Candy, las cosas no le fueron tan mal ya que consiguió los resultados deseados por el profesor, la noticia del baile no le desagradó por primera vez y hasta estaba pensando en asistir al festival, lo único que comenzó a ponerlo nervioso era si tendría el valor de invitar a Candy como su pareja. Las siguientes semanas serían muy interesantes ya que necesitaban hacer los preparativos para un evento tan importante. El primer anuncio llevaría a esperar el siguiente donde se hablaría quienes serían las hadas del otoño ese año, el quinto domingo sería imprescindible para todas las señoritas que podrían ir a buscar sus vestidos a las mejores tiendas de Londres. Sin duda la noticia de un evento como este daría un rumbo diferente a los acontecimientos venideros.
