Hola! No me pude aguantar y les traje un capítulo más que me salió doble, no supe, no pude y ni quise cortarlo. Yo solo espero que lo disfruten tanto como yo lo disfrute al escribirlo y espero que sientan mariposas en la panza como yo de ver el desarrollo del amor de Candy y Terry.
Las dejo que lean y nos vemos pronto, respuesta a comentarios en el siguiente capitulo, les mando saludos y me encanta leerlas ya saben.
La historia de Candy Candy no me pertenece es de la escritora Kyōko Misuki, yo solo se la tomo prestada sin fines de lucro para divertirnos un poco con los personajes.
El siguiente contenido puede tener escenas que dañen la sensibilidad de las personas, si no les gusta este tipo de historias absténganse de leerla
CAPÍTULO 56
Annie entro un poco tarde al comedor y sonrojada, las monjas le dieron una advertencia pero a ella no pareció molestarle, después de su primer beso sentía que nada podía molestarla nunca mas, estaba feliz y radiante. Terminando la cena las tres amigas se fueron juntas por la escalera.
-Todo está bien entre nosotros.- dijo a Candy y Patty.
-A ver cuánto te dura esa dicha- dijo Elisa que venia atrás de ellas y pasó empujando a Annie y a Patty, seguida de Luisa y Lydia.
- ¡Elisa!- gritó Candy furiosa.
-No le hagas caso, no nos hizo daño.- dijo Annie tranquila.
La felicidad la hacía ser valiente, esa noche las tres se fueron a sus recámaras a descansar muy contentas por su día, de alguna manera a las tres les había tocado vivir un día especial.
Archie estaba acomodando su uniforme para estar impecable al día siguiente, ya pasaban de las nueve y faltaba poco para que les exigieran apagar la luz, Stear que estaba sentado leyendo un libro no aguanto la curiosidad.
-¿y estás completamente decidido por Annie?
-Lo había decidido desde antes, desde el día de la tormenta.- dijo Archie sin entender.
-¿Pero qué pasó con respecto a Candy? Se que ninguno tiene oportunidad, honestamente y después de presenciar el gesto tan galante que tuvo Terry hacia ella, creo que hasta Anthony ya perdió la suya.- dijo Stear dejando de fingir y cerrando el libro. Archie no contestaba sacudía más enérgicamente su saco.
-¿Debo de interpretar de alguna manera tu silencio?- pregunto el de anteojos.
-No, solo pensaba mi respuesta para dejarlo claro, más que hermanos somos amigos y siempre te confío todo, hasta mis sentimientos por ella, te los dejé ver.- dijo Archie.
-Archie, dile su nombre cuando te refieras a ella, así aceptarás el primer paso para erradicar esos sentimientos. No quiero hacerte enojar pero si no vas a estar seguro de tu devoción por Annie no deberías tener esos comportamientos con ella, que además pueden perjudicarla.- Stear estaba preocupado.
-Por eso quería pensar bien mi respuesta, yo elegí a Annie y le prometí ponerle fin a mis sentimientos por Candy, porque quiero corresponder de la misma forma o mayor a su amor que siente por mi. Pero que mi corazón sea de otra dama, no quiere decir que no me preocupe por Candy y su amistad con Granchester, eso es otro tema.- termino Archie
Ambos hermanos se quedaron callados pensando cada uno en diferentes cosas, Stear estaba más que convencido de que Terry y Candy tenían algo más que una amistad, pero su hermano era más terco y seguramente tardaría más tiempo en aceptarlo, sin pensar en que no se llevaba bien con el vecino ya que habían tenido un mal comienzo.
-Stear eres un inconsecuente, ¿como pudiste estarnos observando?- pregunto Archie con el ceño fruncido.
-No fue intencional, no soy un mirón. Te esperaba junto al edificio, cuando vi que Annie comenzó a llorar me preocupe y por eso me quede, la segunda vez que volteé a verlos la estabas… bueno… ya sabes… besando. Vi un segundo y me giré de inmediato, siento mucho haber presenciado un momento tan intimo.- termino Stear.
-Ese beso me dijo muchas cosas, espero no parecer un cínico pero fue muy agradable.- el casi rubio se sonrojó.
-Creo que a partir de ahora deberé cumplir mi función real de chaperón, que me encomendó la tía abuela.- dijo Stear sonriendo, mientras se acostaba en su cama.
-Stear, no me molestes.- Archie comenzó a recoger sus cosas para irse a su habitación.
-Quien diría que mi hermano menor iba a ser más audaz que yo.- siguió molestando el inventor, aunque era más un pensamiento mientras veía hacia el techo de su recámara.
-¡Stear!- Archie cerro la puerta molesto.
El viernes fue un día bastante alegre para todos, Terry estaba tan de buen humor que estuvo tocando el piano hasta la hora de la comida, tenía pocos meses que había regresado a su buen hábito de practicar, estuvo en el salón nuevo de música que se construyó hacia apenas el verano pasado, gracias a un gran donativo de su padre y de no ser porque la señorita Britter llegó a practicar a la hora del recreo, el no se hubiera movido de ahí. Terry como todo caballero Ingles le cedió el piano, en lo que ordenó sus partituras pudo observar un gran talento en la joven pero no dijo nada, salió sin hacer ruido y se fue al antiguo salón de música.
Aunque el nuevo salón tenía mejores instrumentos, el prefería tocar en la soledad del viejo salón, porque ahí podía estar libre de miradas, sabiéndose solo se ponía a practicar una melodía de Mozart que Eleanor le había enseñado aunque solo se sabía un fragmento, aveces tocaba solo guiándose de sus sentimientos y de no ser porque lo apasionaba más el teatro bien podía dárselas de compositor, se puso a tocar una canción alegre que pensó que si las pecas hicieran algún sonido esa sería su melodía. Después de un rato y cuando comenzó a sentir hambre se fue al salón de recreo a ver si veía a la distancia a Candy.
Las tres señoritas estaban esperando la hora de comer en el gran salón, Archie y Stear también habían llegado ahí, aunque el alboroto del baile hizo que hubieran más monjas de lo normal cuidándolos en el salón, así que no hubo oportunidad de socializar con los muchachos, solo hubieron varios juegos de miradas. Terry veía a Candy, al principio Candy no lo veía pues estaba tratando de comer una manzana a escondidas de la monja porque ya no aguantaba el hambre. El inglés se sonreía mucho porque supuso bien, seguramente Candy anduvo trepando árboles y corriendo, las risas ahogadas del futuro duque llamaron la atención de Elisa que en cuando lo vio aparecer no le quitó la vista de encima y como estaba cerca de Candy pensó que se reía con ella, no lo dudo y se acercó a hablarle contoneándose mucho y claramente le estaba coqueteando, al ver esta terrible conducta la hermana Margaret la regañó frente a toda la escuela y la mando a su cuarto sin cenar, en su trayecto la humillación no pudo ser peor, Caroline y Roxane comenzaron a reír sin recato, seguidas de Stear y Archie, Jonathan y Sebastian también reían, Lydia hizo lo mismo a pesar de los codazos que le propinó Luisa en las costillas para que callara, Neal tenía una semi sonrisa en los labios por el intento de no reír, Terry la miro con indiferencia, mientras que Candy y sus amigas solo observaron el mal momento. El llamado de atención fue general con un castigo para todos, que consistía en tomar las lecciones de religión el sábado hasta la hora de la comida, nadie protestó debido a que la mayoría reían. Elisa se fue con dignidad del salón, hasta que salió y comenzó a llorar amargamente, sin duda su popularidad se estaba viniendo abajo.
Las clases de la tarde fueron más tranquilas y como muchos ya sabían lo que les esperaba el día siguiente, la escuela se quedó en silencio desde muy temprano. Como se imaginaba el sábado fue un día muy aburrido y tedioso, la misa fue el peor de los augurios ya que fue doble y las clases de religión se extendieron hasta las cuatro ya que en fin de semana los horarios alimenticios se recorrían una hora. Después de un pesado día Candy y sus amigas estaban en el jardín ocupándose de diferentes actividades como leer, dibujar o bordar. Stear y Archie habían ido a practicar esgrima, Terry saltándose todas las reglas estuvo en su habitación hasta las 10, después cabalgó por largo tiempo y ahora tomaba una siesta en su habitación.
Elisa y sus amigas estaban en el cuarto de la pelirroja, la humillación todavía no la podía superar y prefería no ver a nadie por el momento. El día termino como cualquier sábado antes del quinto domingo, ruidoso y todos estaban muy extasiados por las perspectivas de diversión.
El tan esperado quinto domingo había llegado, Stear, Archie, Neal y Elisa estuvieron listos desde las 7:30 de la mañana, Archie fue a buscar a Annie para despedirse.
-Estaré en la mansión Andrey todo el día, la tía abuela no permitió la presencia de Candy pero nos alegró saber que Patricia las haya invitado a su casa, es una lástima que tus padres hayan regresado a America.- dijo Archie.
- Tenían que ver unos negocios, pero regresarán en diciembre, pasarán Navidad aquí conmigo y Patty invito a Candy a su casa por las vacaciones decembrinas, lo que me entristece es que tú no estarás- dijo Annie.
-No te preocupes escribiré a mis padres para ver qué se puede hacer, aún hay tiempo. Y te veré al rato en la hora del té.- Archie sujeto a Annie de la cintura con sus dos manos y la acercó a él, Annie sin esperárselo recibió un cálido beso en los labios.
-Archie aquí no, nos pueden ver- Annie puso sus manos en el pecho del elegante y lo intentó separar de ella.
-Es muy temprano nadie nos verá, ademas quería dejarte un recuerdo para que pensaras en mi todo el día.- después de esa declaración la volvió a besar más apasionadamente, la rubia no se resistió y estaba entregada a su tercer beso de amor, cuando escucharon un carraspeo, Stear había llegado.
-Archie, el carruaje ya llegó y nos espera. ¿Annie podrías darle esta nota a Patty?- dijo el pelinegro intentando ocultar su vergüenza.
Annie parecía un tomate y se quedó muda, así que solo asintió con la cabeza y se metió corriendo al edificio.
Los hermanos caminaban juntos sin hablar porque notaron la presencia de Los hermanos Leagan. Archie se sentó junto a la ventanilla, para no dirigirle la palabra a Neal estaba viendo por ella y alcanzó a ver cómo Terry se iba en un automóvil rojo, descapotable y muy elegante, si no se equivocaba era un MG TC de los que aun no salían al mercado, seguramente mandado a hacer por ser de la realeza. El castaño se molesto por lo presumido que podía ser el inglés y giro la cabeza al interior, donde descubrió a Elisa muy maquillada y vestida como si fuera a ir a un evento muy importante. Su gusto era tan exagerado que lo asqueaba y pensó que de no ser porque verían a Anthony ese día sería más tedioso que el sábado religioso de las monjas.
Candy, Patty y Annie desayunaron en la escuela, a las 10 de la mañana llegó el chofer de los O'Brian por ellas y se dirigieron a los mejores almacenes de Londres.
Elisa y los otros llegaron a las ocho a la mansión, todos fueron a sus habitaciones a asearse, Neal y Elisa fueron a saludar a su madre y a conocer a su hermanita, la bebe era una mezcla perfecta de Neal y Dorothy con el cabello más pelirrojo que el de Elisa y blanca y pecosa cómo era Dorothy, pero con los ojos castaños de Neal y muchos de los rasgos eran parecidos a los de él, el moreno sintió algo extraño al verla y no pudo evitar pensar que se parecía a Dorothy pero no entendía como. Sarah estaba interrogando a Elisa sobre cómo le había ido desde el penoso incidente, ella dijo que todo estaba bien y pasó por alto contarle a su madre las vergüenzas que estaba pasando por su mal manejo de relaciones públicas.
-¿Ya viste a Anthony, mamita? Pregunto Neal.
-Lo vi en la cena de anoche, viene acompañado de una señorita, para mi gusto es poca cosa y quiero creer que la tía abuela no la ha preferido a ella sobre Elisa. No me gusta tiene un aire lánguido pero es graciosa, si no estuviera tan pálida hasta seria bonita y la tía abuela está fascinada con ella porque desciende de la nobleza Alemana, debe estar emparentada con la nobleza de aquí, así que seguro la quiere en nuestro clan. Pobre Anthony tendrá que soportar a una enferma y solo dios sabe cuánto vivirá, espero que no mucho o será una carga para los Andrey más que un beneficio social.- termino Sarah con un tono de cantaleta mal disimulado.
-¿Por qué me cambiaría Anthony por ella? ¿Acaso está enamorado?- se alarmó Elisa.
-No lo se, estuve poco en la cena. Tu padre llegó ayer por la noche así que me vi en la necesidad de abandonarla, trajo noticias nos iremos a un departamento muy hermoso que alquilo, la mudanza será la próxima semana así que no esperen que vaya al festival estaré ocupada.- su madre se retocaba el maquillaje, Felicity comenzó a llorar.- Elisa has el favor de llamar a la sirvienta que se lleve a la niña de aquí, me está provocando una jaqueca.
Stear y Archie como de costumbre estaban en la sala, entreteniéndose jugando al ajedrez.
-¿Dónde estará Tony?- pregunto Stear curioso.
-Es una descortesía que no venga a vernos, pensé que vendría de inmediato, si no aparece pronto pensaré que no le importamos, ademas yo le escribía cada semana.- dijo Archie comenzando a malhumorarse.
-Tal vez apenas se despertó, no lo juzgues sin explicación.- dijo El de anteojos y siguió con el juego.
En ese momento se abrió la puerta, los dos hermanos no quitaron la vista del tablero hasta que escucharon el saludo.
-Buenos días! espero no ser inoportuna, pensé que no había nadie en la sala y por eso entre.- Dijo una dulce voz muy amable.
-Disculpe nuestros modales señorita, se nos había comunicado que fuéramos a nuestras habitaciones, pero preferimos descansar aquí. Soy un maleducado mi nombre es Archibald Cornwell, pero puede llamarme Archie y el es mi hermano Alistee Cornwell.- dijo con dejó de galantería Archie.
-Stear solamente, usted debe ser la señorita Van der Horst, la tía abuela nos dijo que era nuestra invitada.- dijo el moreno amistoso.
-¿Por qué no nos acompaña? No tardarán en servir el desayuno.- dijo Archie.
-Gracias, así podré esperar a Anthony que está tardando más de lo usual en bajar.- dijo Catharina, Stear y Archie se miraron con complicidad.
Sin duda Anthony pensaba que ahí estaría Candy, porque a él no se le daba ser vanidoso como Archie, pero seguramente después de no verse tantos mese quería impactarla, otra jugada más de la tía abuela que no le había comunicado la verdad a su querido sobrino.
-Nos han dicho que conociste a Anthony en Suiza y que de ahí viajaron a Bibury ¿te ha gustado el viaje a Inglaterra?- pregunto Stear.
-Ha sido agradable, aunque aquí solo llevamos dos semanas, no podría decir cuánto me ha agradado ya que en Suiza estuvimos cerca de dos meses.- Razono Cathy
-¿Y cuánto tiempo estarán en Londres?- pregunto Archie.
-No lo se pero preferiría descansar en el campo a la ciudad, llevamos un día y el ajetreo no me ha caído muy bien para mi salud.- Cathy desvió la mirada y se quedó callada, en realidad lo que no le había caído bien había sido la actitud de Anthony, no le gustó desde que llegaron a Inglaterra. Y los dos últimos días fueron los peores desde que subieron al carruaje que los traería a Londres, el joven americano se volvió callado y pensativo y cuando hablaba solo decía lo mucho que se divertirían con sus primos y que maravillosa era Candy. No quería predisponerse en contra de su prima pero sentía muchos celos al oírlo nombrarla todo el tiempo, llego un momento en que pensó que él solo la acompañó hasta Bibury para poder ir en la primera oportunidad a Londres, como estaba pasando. En ese momento recuperó el habla y pregunto con disimulo.
-A Tony le va a dar mucha alegría verlos y a su prima.- dijo para poder hablar de ella y saber más de boca de ellos dos como era Candy.
-¿A cual prima?- pregunto Archie desconcertado
-Disculpa a la mejor hable de más, es que Tony siempre habla de su ustedes y su prima que está en el San Pablo.- dijo la rubia platinada ruborizándose un poco por indiscreta.
-Es que tenemos dos prima Candy y Elisa, la segunda debe estar en su habitación y bueno… Candy tuvo un compromiso ineludible.- Mintió Stear
-¿No vendrá Candy? Tony estará muy decepcionado.- dijo desconcertada.
-Quizá más tarde la veamos, espero que no se preocupe por su ausencia, ella está bien. Cuando la conozcas te caerá bien, es una chica no convencional.- dijo Stear alegre.
-Tal vez al rato puedan acompañarnos a tomar el té donde fuimos invitados.- dijo Archie.
-Es en casa de una amiga muy especial para mi, Patricia O'Brian es su nombre.- explico Stear
-También estará mi novia Annie Britter.- siguió Archie que por primera vez notó el orgullo que sentía al decir mi novia.
-Si, espero que podamos ir.- dijo en un susurro inaudible porque en ese momento entró alguien.
Anthony se apresuró a bajar las escaleras, escuchó cerca la voz de Elisa y corrió hasta la puerta de la sala, se le olvidó tocar por la prisa que tenía de eludir a la pelirroja.
-Hola a todos ¿Cómo están? Tenía muchas ganas de verlos- Anthony se veía radiante y muy feliz, estaba más alto, delgado y ahora usaba unas gafas redondas debido a que aún necesitaba fortalecer su nervio óptico que había sufrido con el coágulo, ademas que como secuela tenía unas frecuentes migrañas que se aminoraban con el uso de lentes.
Archie y Stear se levantaron, el menor de los Cornwell corrió y le dio un abrazo, casi se pone a llorar de alegría y de por fin verlo. Stear espero su turno cerca de ellos y cuando su hermano lo soltó también lo abrazo con mucho cariño, sin duda Anthony para ellos era un hermano y no sólo su primo. Todos fueron a sentarse y Anthony siguió la charla.
-Veo que ya conocieron a Cathy, es mi amiga de Alemania, ambos nos recuperábamos en el centro de descanso, pero ya habrá tiempo de contar nuestra aventuras ¿no es así Cathy?.- dijo Tony
-No hay mucho que contar y estar tumbado al sol no lo considero aventura.- dijo la rubia que sonrió para aminorar su sarcasmo.
-Cathy es muy sarcástica pero graciosa ¿ y donde está Candy?- el rubio no pudo esperar para preguntar.
-Se fue con Annie y Patricia O'Brian, la invitaron a casa de los O'Brian y aprovecharán el día para comprar sus vestidos para el festival de otoño.- dijo Stear.
-¿Quiénes son Annie y Patricia O'Brian?- pregunto Tony sin entender nada.
-Annie es Annie Britter y es mi novia, debes recordarla y Patricia O'Brian es la futura novia de mi hermano. Candy conoció a Patty en el colegio se Han hecho muy buenas amigas y cuando llego Annie a estudiar aquí retomo su amistad con Candy y ahora las tres son inseparables.- dijo Archie sonriente.
-¿Los dos ya tienen novia?- pregunto Anthony con una sonrisa pícara.- y ¿Por qué Candy no las invito a venir aquí?
-Tú sabes cómo es la tía abuela, no se lleva muy bien con Candy y nuestra prima no quiso incomodarla, pero no te preocupes Patty nos invitó a tomar el té a su casa y yo extiendo la invitación para que ustedes nos acompañen y así puedas saludar a Candy, solo recuerda no comentarle a la tía abuela que Candy está con los O'Brian.- explicó Stear
La respuesta ya no se pudo escuchar, porque una mucama los llamó al comedor para tomar el desayuno. La tía abuela ya estaba en su lugar, hizo las presentaciones adecuadas a Neal y a Elisa, dos minutos después de que habían presentado a Cathy y a Elisa la pelirroja ya no la soportaba, la creía una Annie Britter más rubia solamente. El desayuno se llevó acabo casi en silencio, Anthony estaba resentido con la tía abuela porque no había invitado a Candy y entonces entendió porque la rubia jamás le escribió y muy seguramente si lo hizo la anciana había interceptado las cartas. Sarah y Elroy salieron terminando el desayuno a buscar algunas cosas para el nuevo departamento de los Leagan. Así que los jóvenes tuvieron que pasar el día juntos en el jardín. Elisa pronto desplazó a Cathy del brazo de Anthony, aunque ya no le interesaba el rubio quería dejar en claro que ella era más importante que cualquier mujer. Stear y Archie siempre caballerosos la escoltaban y trataban de platicar con ella, aunque Elisa intentaba acaparar toda la atención. Neal se había ido a sentar, tenía resaca y no le apetecía participar en tan absurda reunión si no había alcohol de por medio.
-En el colegio soy la más importante, debería verme todas quieren ser mis amigas. Y desde que se disolvió nuestro compromiso he sido muy popular con los caballeros, no me mal entiendas Anthony yo estaba muy devota a ti pero la verdad es que éramos muy jóvenes y nos falta experiencia para un compromiso serio, me alegro que seamos libres sólo el tiempo dirá que es mejor para nosotros.- dijo Elisa tratando de incomodar a Cathy.
-Elisa creo que vamos a colegios diferentes, porque yo nunca he visto que haya una fila de caballeros para visitarte.- dijo Stear viéndola con cara de no tiene remedio.
-Las reglas no nos permiten interactuar con las señoritas, pero en el salón de recreo o en el patio si nos ponen juntos, aunque bajo estricta supervisión. Y siendo sinceros nos damos nuestras mañanas para poder conversar con las chicas de vez en cuando.- explicó Stear.
-Ves, por eso nunca se dan cuenta de quienes me buscan. El hijo de un Duque está muy interesado en mi, espero no ponerte celoso Anthony pero es un joven muy simpático, tal vez lo conocen se llama Terruce Granchester.- siguió Elisa
Archie no aguanto y se carcajeo, la palabra simpático y Terruce en la misma oración le causaban hilaridad.
-Elisa creo que no hablamos del mismo Granchester, es un tipo arrogante que se la pasa en problemas y yo nunca le he visto amigos ni amigas, es un solitario que se cree demasiado para codearse con gente común como nosotros.- explicó Archie después de su ataque de risa.
-Yo si le he visto amigas, Candy es una de ellas y no lo van a negar.- dijo la pelirroja para ver la reacción de Anthony.
-No soy de los que juzgan sin conocer, ya lo conoceré cuando en enero vaya con ustedes al colegio.- termino Anthony.
Archie no se equivoco aquel quinto domingo en compañía de los Leagan iba a ser horrible, no veía la hora en poderse escapar de ahí.
En Harrods Candy, Annie y Patty veían maravilladas todo, el almacén era nuevo estaba estrenando sus escaleras mecánicas y un ascensor muy espacioso, Annie había comprado antes en NY pero nunca había visto un almacén tan grande y lujoso, Patty como Candy nunca había tenido oportunidad de conocer un lugar así, ya que ella había vivido en el internado desde que tenía diez años y sus padres nunca habían tenido tiempo de llevarla a esos lugares, su vida la había pasado encerrada en casas de ciudad, de campo o en el colegio San Pablo. Las tres llevaban un rato viendo el lugar y las tiendas, Candy aprovechó para comprar un sombrero nuevo, Patty compro unos guantes y unos pendientes. Annie no podía parar a cada tienda que iban compraba algo así que ya iba muy cargada pero parecía que alguien le había inyectado mucha energía.
Terry por otro lado había ido a comprar un traje con características de disfraz como si fuera para una mascarada y cuando iba saliendo de una de las tiendas de Oxford street, curiosamente se encontró con Albert.
-Albert!?Hola! Qué haces aquí?- saludo y pregunto Terry a la vez.
-Hola Terry! Estaba viendo unos trajes pero son muy costosos para mi, pediré a mi amigo que si me preste uno.- dijo Albert un poco sorprendido y no dejaba de mirar hacia adentro del local un poco nervioso.
Terry volteo a ver que estaba mirando su amigo, pero se distrajo al ver en el escaparate los trajes de Romeo y Julieta y por un momento sonrió pensando que el y Candy podían haber ido vestidos así.
-Son hermosos verdad, ¿porque no te compras el de Romeo?- pregunto Albert observando a Terry.
-Ya compre mi traje, para la otra será, ademas si no tengo una Julieta a mi lado será difícil que las señoritas del colegio se controlen.- dijo Terry un poco engreído.
-Entiendo, tu título, tu apellido y has de ser uno de los más apuestos del colegio.- Albert comenzó a reír.
-Vamos Albert te invito a almorzar.- dijo Terry contento de no tener que pasar solo su quinto domingo.
-Vamos pero tendrás que dejarme en el zoológico a las cuatro en punto o los animales tendrán hambre.- dijo Albert caminando junto a su amigo y volteando a ver cómo George salía de la tienda y le hacía cara de reprobación.
Los dos amigos entraron a un pub irlandés que se estaban poniendo de moda y que mejor lugar para encontrar uno que en una de las calles más modernas de Londres, dentro del lugar les sirvieron pronto y pudieron degustar una cerveza.
-¿Y donde dejaste a Candy? Pensé que saldrían a pasear ya que tenían el día libre.- comentó Albert, Terry casi se ahoga con su cerveza.
-No siempre estamos juntos, ella hoy está con unas amigas, la invitaron a tomar el té y a ir de compras, supongo que no siempre puede ser una chica Tarzan.- Terry alzo los hombros y se comenzaron a reír.
-No lo niegues Terry a ti te encantaría pasar más tiempo con ella, mi experiencia no me falla.- le dijo Albert riendo aun.
-Por ahora solo somos amigos.- insistió Terry.
-No tardarán en profundizar la amistad.- termino Albert.
La comida llegó a tiempo, Terry estaba muy acalorado por lo que dijo Albert y no quería contestar alguna cosa que lo evidenciara más.
Annie, Candy y Patty se probaban vestidos. Candy había escogido uno color azul zafiro inconscientemente, aunque las otras dos no le creyeron, tenía un escote cuadrado muy hermoso que la hacía resaltar su piel blanca, en los últimos meses Candy había adquirido cuerpo de señorita pero al ir con el uniforme y usar ropa cómoda, no era muy perceptible para los ojos de los demás, ella misma se sorprendió al verse tan linda en el espejo.
-Debería cambiar tu peinado Candy, eres hermosa y creo que ya no eres para nada una niña, le comento Patty- Ella también se veía en el espejo junto a Candy, traía un vestido color burdeos que le hacía verse más blanca y resaltaba sus ojos color chocolate, el corset que debía usar para el vestido le daba una cintura diminuta y resaltaba su amplio busto, con ese vestido pudo notar que ella también tenía el cuerpo de una señorita, miro a Candy sorprendida y le deshizo las coletas, le acomodó el cabello dejándolo caer como una cascada de rizos dorados, fue hasta el mostrador y trajo unas peinetas con las que le despejó el rostro, la imagen de Candy era como una musa de Botticelli pero con pecas, Candy se sonrojó.
Annie salió del probador y las observo, las dos eran muy hermosas, se vio en el espejo y se desilusionó. A diferencia de Candy y Patty, Annie aún no se desarrollaba en lo absoluto, si busto era plano como el de una niña pequeña, tampoco tenía caderas prominentes como las de Candy, su vestido color champagne era hermoso pero sentía que no le lucia como los suyos a sus amigas.
-¿Que pasa Annie? ¿No te gusto el vestido?- pregunto Candy
-Si me gusto pero no me veo tan hermosa como esperaba, yo sigo siendo una niña.- dijo la ojiazul desilusionada.
-No es cierto, te ves muy bella. Debes tener paciencia cada quien crece a su ritmo, eso dice mi abuela.- Annie trato de alegrarse y así las tres pagaron los vestidos y se fueron a casa de Patty.
El almuerzo en casa de los Andrey fue nefasto, las amigas de Elisa no hacían más que criticar y coquetear a los tres primos Andrey y a Neal. El moreno aprovechando el descaro de las amigas de Elisa estuvo muy cínico con Lydia, Luisa se molestó pues pensaba que Neal era su pretendiente, Cathy decidió retirarse a descansar porque repentinamente se sintió mal y más que eso fue que no soportaba a las tres señoritas que estaban ahí, Elisa era muy resbalosa con Anthony y él a pesar de que la ignoraba no lograba quitársela de encima. Por suerte para todos el carruaje de ellas llegó a las 4 pm muy a tiempo de llevárselas, Neal se quedó solo en la mansión disfrutando de la cava del tío abuelo. Anthony a pesar de que insistió a Cathy para que los acompañara no pudo convencerla y le dijo que ya la conocería otro día porque estaba indispuesta. El rubio se fue con un poco de remordimiento pero cuando ya se iban la tía abuela llegó y dijo que salieran a cumplir la cita de Stear que ella estaría al pendiente de la invitada. Así los tres subieron a uno de los automóviles de los Andrey y se fueron rumbo a casa de Patty que estaba a cuarenta minutos de la mansión.
Un automóvil rojo MG TC deportivo también se dirigía a la mansión de los O'Brian, pero a diferencia del auto de los Andrey a este le faltaban sólo cinco minutos para llegar. Un guapo ingles manejaba un poco nervioso el automóvil, el aire le despejaba la mente pero aun así no podía dejar de sentir la ansiedad que Candy provocaba en él, no estaba seguro de estar haciendo lo correcto, después de dejar a Albert se dio cuenta que tenía toda la tarde de libertad, no quería irse al castillo de su padre y tampoco al colegio y la mansión O'Brian estaba a unos 10 min en auto, sabía que era de mala educación llegar sin ser invitado así que compro una caja de bombones para agasajar a la anfitriona y así cumplir su cometido. Al decir en la entrada que era el hijo del Duque de Granchester no tuvo problema al entrar sin avisar. El mayor domo lo recibió, un joven tan apuesto que buscará a la señorita y al parecer de apellido noble causó revuelo hasta en la servidumbre. Hicieron pasar a Terry a la sala donde le ofrecieron algo de beber en lo que esperaba, él pidió un té Ceylon que esperaba lo tranquilizara.
Una mucama tocó un poco más apresurada de lo normal.
-señorita Patricia un joven vino a verla.- La mucama entró a la recámara de la señorita donde Candy y Annie estaban sentadas viendo las compras
-Es temprano para que llegue Stear ¿no?- pregunto Candy
-¿Abra venido solo?- pregunto Annie un poco triste
-¿Quién es el caballero? Lane- pregunto Patty un poco desconcertada pues habían acordado que llegarían a las cinco.
-Su apellido es Granchester, dijo que lamentaba venir sin avisar.-
-¡Es Terry!- gritaron las tres a la vez
-¿Qué le digo señorita?-pregunto la mucama soprendida por la reacción de las señoritas
-Vamos para allá, rápido Candy arréglate, que tu cabello se vea más lindo- la apuro Annie
-¿Qué?¿ porque a mi?- dijo Candy mientras se dejaba retocar por las otras dos.
-Es obvio que viene a verte a ti, llevo casi cuatro años en el colegio y el nunca me había venido a ver, sabe que tu estás aquí y de inmediato viene. Vamos bajemos pero calmadas.- dijo Patty, aunque sabía que no era para ella la visita, la emoción de recibir al primer muchacho sin invitación en su casa la puso muy alterada.
Las tres fueron abajo, Candy traía puesto un vestido verde agua de mangas largas ideal para el otoño, y se había dejado las peinetas que le había puesto Patty en el almacén, Terry se quedó con la boca abierta al tratar de dirigir la taza de té a su boca, en seguida dejó lo que iba a hacer y se puso de pie, tomó la caja de bombones y se dirigió a ellas.
-Buenas tardes señoritas, lamento interrumpir su día de descanso, pero me tome el atrevimiento de pasar a saludarlas y obsequiar a modo de disculpa esta caja de bombones a la anfitriona de la casa.- después de tan elegantes modales tomó la mano de Patricia y la beso, dejó la caja en las manos de la inglesa y procedió a saludar a Annie, que también recibió un beso en la mano y se sintió muy halagada, Candy fue la última en recibir sus atenciones y cuando la beso en la mano tardando más tiempo en posar sus labios en la piel de la pecosa, termino diciendo- se ve muy hermosa este día Señorita pecosa.
-Toma asiento Terry- dijo Patty impidiendo que Candy fuera a protestar, aunque en realidad no sabía que decir estaba muy sonrojada, Candy se sentó a lado de Terry para que no se sintiera extraño.
-¿Y qué tal va tu quinto domingo?- pregunto Patty, Annie no sabía que decir se había quedado muda después del halago.
-Bastante tranquilo, al ver que tenía tiempo de sobra y estaba cerca de aquí decidí visitarlas para invitarlas a pasear en mi auto que está haya afuera.- dijo el inglés aun muy pomposo en sus maneras.
-Lamentó rechazar la invitación pero estoy esperando algunos invitados que pasarán a saludarme, Los hermanos Cornwell, creo y supongo que Annie también tendrá que declinarla.- dijo Patty, pero Annie adelantándose a Candy dijo con un poco de timidez.
-Ya que nosotras no podemos acompañarlo por nuestro compromiso, esperamos que Candy si pueda, si me permite informarle ella tiene la tarde libre.- dijo Annie mas roja que nunca
-¿Yo?¿pero no preferirías quedarte aquí a tomar el té?- pregunto Candy
-Como sabrán el señor Archibald Cornwell y yo no nos llevamos para nada bien y no deseo incomodarlos en su estancia aquí.- dijo Terry
-No nos incomodas, ¿verdad Candy? Porque no se van de una vez, antes de que se ponga el sol, nosotras te llevaremos tus cosas al colegio.- termino Patty.
-Si, acompaña al caballero, no es de buena educación que todas lo desairemos, nosotras estaremos bien y podemos atender a los invitados.- dijo Annie
-Si nos permiten, nos retiramos.- Terry se acercó a Annie y a Patty y les dio otro beso en la mano.- que tengan buena tarde, no es necesario que nos acompañen.
-Las veo después.- dijo Candy y dejó que Terry la condujera a la salida.
Patty y Annie en cuánto se fue estallaron en carcajadas y conjeturas.
-Ya no tengo duda Terry está enamorado de Candy.- dijo Annie
-¿Viste como la veía con su peinado nuevo? Y que buen mozo eso, jamás había tenido la oportunidad de verlo tan de cerca, con razón todas se vuelven locas por él.- siguió Patty
-Tiene unos modales exquisitos y es tan galante, que no creo que Candy no sienta nada por él, seguro debe estar enamorándose de semejante príncipe.- supuso Annie.
-Su voz es cautivadora, tenemos que preguntarle a Candy qué pasa con él, ¿porque viste como le brillaban los ojos a ella?- la de anteojos estaba fascinada con la aventura del día.
-No pude observar bien, me quede muy impresionada con los ojos de él, es que me parece que es un hombre Perfecto, me sigue asustando un poco pero Candy parece estar muy cómoda a su lado.- Annie siguió recordando
-Tenemos que pensar que decirle a Archie y a Stear, dudo mucho que les agrade la idea de lo que acabamos de ver y supongo que se molestarán si saben que la invitamos a hacerlo.- dijo Patty previniendo.
Candy y Terry salieron de la casa de los O'Brian, Terry la tomo de la mano y se puso frente a ella mientras bajaban la escalinata del portal. La vio con unos ojos tan apasionados que Candy sintió un chispazo de calor en la mano que le sujetaba. No hablaban pero Terry quería transmitirle con su mirada todo lo que sentía, sin pensar de nuevo se llevó el dorso de su mano hasta sus labios y disfrutó ese contacto por unos segundos de más.
-Su carruaje la aguarda mi Lady Tarzan- dijo Terry
-Mocoso insolente, ni cuando despliegas todo tu repertorio de buenas costumbres puedes dejar de embromarme.- dijo Candy pero realmente no estaba molesta.
-Te digo de esta forma porque creo que no sería caballeroso como te quisiera decir o por lo menos por ahora no sería lo correcto y piensa que me estoy muriendo por decírtelo.- dijo Terry muy apasionado mientras la conducía a su lugar para abrirle la puerta y subir al auto.
-¿Estás diciendo que decirme Tarzan pecosa o señorita pecas es tu forma de ser atento? Que curioso yo te digo Mocoso engreído o insolente porque correspondo a si a tus cumplidos.- dijo Candy, Terry se sonrió de lado en lo que subía al lugar del conductor.
-Vaya, vaya la señorita pecas ya recuperó el habla después de la tan fuerte impresión que le cause. No te enojes pero cuando te ruborizas por mi galantería hacia ti tus pecas se encienden al grado que parecen pequeños fuegos artificiales en tu rostro.- dijo Terry riendo y arrancando el auto.
-¡Terry! ¿Y eso como lo interpretó?- Candy se tapo las pecas por el sonrojo y pregunto mientras atravesaban las puertas de la mansión en dirección a la calle.
Terry la vio sin disimular su enamoramiento, le acababa de decir "Terry" de la forma más linda que le podían decir y se sintió el hombre más dichoso del mundo, tuvo que detener un momento el auto porque en su mente solo podía pensar en que su nombre se escuchaba tan bien en sus labios que no quería que lo dejara de pronunciar nunca.
-Interprétalo de la mejor forma Candy, porque aquí entre nos a mi me gustan mucho las pecas- Terry, le dedicó una de sus miradas intensas y estaba tan cerca su rostro del de ella, que de no ser porque el motor de un carro los interrumpió la hubiera besado en ese momento, así que decidió seguir andando antes de que cometiera una imprudencia.
El auto qué pasó junto a ellos no era otro que el que traían Stear, Archie y a Anthony. El castaño que venia viendo por la ventana en la parte de atrás, pudo observar el mismo auto que desde la ventanilla del carruaje de la mañana había visto y aunque no alcanzó a ver del todo le pareció ver una cabellera rubia junto al que también estaba casi seguro era Granchester, porque en primer lugar dudaba que hubieran 20 carros iguales en todo Londres.
