Hola! cómo está? Perdónenme por la tardanza pero es que tuve que escribir este capituló tres veces porque no me acababa de gustar. Con mi último arreglo espero que les encante como a mi y prometo no demorar en el que sigue porque para ser honesta me parece que quedó muy emocionante.
Este capituló quedó largo porque para. I era un crimen cortarlo, quería ponerles mas pero después de leerlo varias veces no encontré mejor final, modifiqué varias cosas inspirándome en el manga y otra vez volví a convinarlos , como les he dicho no me canso de los momentos de Terry y Candy en el colegio porque a pesar de lo estricto que era, ellos siempre se divertían y no me he cansado de escribir de estos días porque siento que son todos los momentos robados que no nos incluyeron en el anime.
Bueno las dejo que disfruten de la lectura, nos leemos pronto.
P.D. Bienvenidas a las nuevas lectoras, gracias por sus comentarios tan alargadores , gracias por leerme y también gracias a mis leales lectoras que no se pierden ni un capituló nuevo.
La historia de Candy Candy no me pertenece es de la escritora Kyōko Misuki, yo solo se la tomo prestada sin fines de lucro para divertirnos un poco con los personajes.
El siguiente contenido puede tener escenas que dañen la sensibilidad de las personas, si no les gusta este tipo de historias absténganse de leerla
CAPÍTULO 59
El sábado llego con gran expectativa, Lydia de la emoción no había podido dormir hasta muy tarde, Luisa de los nervios por no haber conseguido pareja le había pasado lo mismo, Annie tampoco había dormido bien y Patty no quería presentarse al festival ya que sentía una gran culpa por lo ocurrido a Candy y pensaba que era una injusticia.
Elisa parecía ser la única que había dormido bien y estaba tranquila a las 7 de la mañana se baño para estar fresca, uso varias esencias que según ella creía podían ayudar a ser más sensual, a las 7:30 comenzó a arreglarse, su cabello lo peinaría en un moño alto estilo María Antonieta, sería exagerado pero ya que no era rubia y no quiso usar una peluca para que no pensara nadie que quería imitar a Caroline, Candy o Annie, pensó en verse como la Duquesa de Polignac, era obvio a quien se parecería, así que la insinuación estaría hecha y posiblemente podrían ver que ella también tenía madera de Duquesa.
Annie bajó a desayunar a las nueve en punto, ya estaba bañada pero aún no se vestía para estar en la carroza con la que se abriría el festival que comenzaría con el desfile a las 11 de la mañana, sentía que tenía el tiempo justo, fue a tocar a la puerta de Patty pero la de anteojos no estaba ahí, al darse cuenta que no la podía esperar bajo al comedor esperando que ya estuviera en el lugar.
Patty no bajo a desayunar, se había ido temprano a ver si había alguna carta que no hubiera recibido por el castigo, aunque había perdido las ganas de ir a la fiesta, estaba preocupada por la respuesta de su abuela Martha, por esa razón había querido ser la primera en recibir sus cartas, aunque ese día ninguna de las señoritas se pasó por la oficina del correo.
-Hola Patricia. Buscaré tu correspondencia.- le sonrió la hermana Margaret que ese día atendía la oficina.
-Gracias Hermana.- dijo Patty tranquila.
La hermana regresó con una nota para ella y con una caja grande y una carta.
-Solo tienes una carta, pero te quería pedir un favor. Este paquete llegó ayer en la noche para Candy, es de su tutor. Yo siempre veo que espera muy emocionada las cartas de su familia y supongo que este regalo ha de ser para disculparse porque no podrá venir debido a sus ocupaciones. Te quiero pedir de favor que se lo lleves a Candy pero ve mientras es el desayuno para que nadie te vea y no nos reten a ninguna de las tres, me da mucha pena que se pierda el festival. Anda Patty y ten cuidado de que nadie te vea.- termino la hermana, Patty asintió muy contenta y se fue deprisa a la celda de castigo.
Annie desayuno sola, no sabía donde estaba todo el mundo y comenzó a intranquilizarse, al regresar a su habitación volvió a tocar con Patty pero no respondió, sabía que tenía menos de una hora para arreglarse, porque las hermanas la habían citado a las 10:45 para acomodarlas en el carro decorado, se dio prisa en su arreglo, ya buscaría a Patty después del desfile.
La castaña de anteojos tardo más en entregar el paquete de lo que esperaba porque la hermana Kleis subió a dejar el desayuno de Candy, además por lo que escucho parecía que La pecosa se había quedado dormida porque la estaban regañando, en cuanto la monja se fue Patty subió aprisa a darle el paquete, la rubia se puso feliz, platicaron pocos minutos y Patty se fue del lugar.
Candy cómo era de esperarse se sintió curiosa por el regalo y lo comenzó abrir. Estaba junto a la cama a punto de abrirlo cuando escucho la pirotecnia que daba inicio al festival, Candy corrió a ver un poco a la ventana y se lamentó por no poder estar abajo con todos disfrutando del desfile, se dio ánimos a ella misma y regreso abrir el regalo llevándose una alegre sorpresa al encontrar los trajes de Romeo y Julieta. En lo que todos estaban entretenidos ella aprovecharía para escaparse y poder llegar disfrazada de Romeo justo en el momento que estuvieran en el Hall donde se llevaría acabo la recepción.
Annie había llegado corriendo, de nuevo fue regañada por las monjas pero no fueron tan severas al ser el día del festival, Archie la esperaba junto a los caballeros que las escoltarían. Cuando la ojiazul estuvo en su lugar en la carroza y Archie ya estaba en el lugar que le correspondía para ser acompañante le pregunto.
-Annie ¿Por qué se te hizo tarde? Me estaba poniendo nervioso, como ayer no pudimos vernos.
-Lo se, pero me tarde más de lo que pensé en arreglarme, es que estuve buscando a Patty para que me ayudara, pero no la encontré, nadie bajo a desayunar y perdí mucho tiempo pensando en donde estaría.- dijo Annie un tanto angustiada y molesta.
-Stear bajo conmigo así que no estaba con él, pero tampoco la encontramos en los lugares asignados para ver el desfile, tal vez fue a ver a Candy, no te preocupes en un rato la buscaremos.- dijo el castaño para tranquilizarla.
-Me siento muy mal por Candy, ella debería bajar a divertirse con nosotros.- siguió triste la rubia.
-Tranquila, por ahora no se puede hacer nada.- dijo triste Archie.
La carroza comenzó a moverse y la música comenzó a sonar dando inicio el festival, mientras los espíritus del otoño lanzaban confeti a los invitados para darles la bienvenida.
Terry subió al cuarto de meditación, habían dos celdas que daban hacia el techo de la iglesia pero las dos estaban vacías, había ido a animar a Candy y ya estaba vestido para el festival, traía una casaca azul con adornos dorados y un sombrero estilo Napoleón. Su intuición no le fallaba, Candy seguramente había escapado, pero no sabía si se arriesgaría a mezclarse en el festival o iría nuevamente a buscar a Albert para pasar el día.
Decidió bajar y ver si la veía entre la gente, el desfile ya estaba por terminar, en los lugares reservados para los Andrey estaba Stear vestido de soldado francés solo que no prestaba mucha atención y veía a su alrededor como si buscara a alguien, a su lado estaba Anthony Brown vestido de Luis XVI y estaba hablando con una señorita rubia que traía un vestido muy elaborado y elegante, con su cabello recogido no tan exótico pero estaba seguro que se había inspirado en María Antonieta para su disfraz. Terry bufo de molestia, parecía que todos los Andrey se habían inspirado en Francia para elegir disfraces y se arrepintió de no haber comprado el traje de Romeo, como no tenía deseos de convivir con nadie se alejó un poco hasta que acabara la conmoción y todos fueran al Hall para comenzar con el baile.
Elisa criticaba junto con sus amigas los vestidos de los espíritus de otoño, estaba más maquillada de lo usual, hasta parecía muñeca de porcelana, el corset lo traía tan apretado que le había dado una diminuta cintura y hacía que los senos se le fueran a salir, se había vaciado casi todo el frasco de perfume y aunque se veía bonita no dejaba de verse recargada y artificial.
Candy ya había bajado del techo con su traje de Romeo, no era muy alta pero si parecía un varón, tuvo que apretarse el corset un poco más para que no se le viera el busto, no era que tuviera exagerado pero debía parecer un muchachito, entró al salón cuando ya todos estaban ahí, Archie había ido con Stear y Anthony en lo que Annie había ido a buscar su sombrero y su antifaz.
-Hermano ven te estábamos esperando, la señorita Van der Horst es una hermosa María Antonieta, pareciera que todos nos hemos puesto descuerdo para usar temática francesa.- decía Stear muy animado.
-Hola Tony, Hola Cathy, me alegro que hayan podido venir. Yo estoy esperando a Annie que fue por sus complementos, como iba en la carroza y yo la escoltaba no pudimos traerlos.- dijo Archie.
-¿No has visto a Patty? Estoy tratando de localizarla pero no la encuentro, espero dar con ella antes del baile.- dijo Stear aún un poco distraído.
-¿Y Candy? No la hemos visto ni nos ha saludado.- dijo el rubio viendo a su alrededor.
-si tengo muchas ganas de conocerla, por todo lo que han hablado de ella.- dijo Cathy tratando de sonar tranquila, la ponía nerviosa sentirse opácada por tan extraordinaria muchacha.
Stear y Archie se miraron un tanto tristes.
-Candy está castigada, no la dejaron participar en el festival porque le dijo unas palabras nada educadas a la rectora del colegio.- dijo Stear.
-¿Qué?¿porque se comportó así?.- dijo Cathy sorprendida.
-No la mal entiendan, ella estaba defendiendo a su amiga Patricia, pero aveces Candy no sabe medirse y dice las cosas como las piensa. Esta en una celda de castigo en la torre.- dijo Archie triste.
-por suerte la tía abuela, ni los Legan pudieron venir para que no la reten.- termino Stear que termino desviando la conversación del grupo a temas menos interesantes
Terry estaba merodeando el Hall en busca de Candy, tenía el presentimiento de que pronto la encontraría, estaba distraído y levantando mucho revuelo cuando escucho una voz.
-Terruce, si buscas pareja para el baile te complaceré reservándote uno.- dijo Elisa coquetamente mientras le cerraba un ojo.
-Muchas gracias señorita, pero soy muy mal bailarín siempre termino pisándole los pies a mi compañera.-contestó el inglés para rechazarla
Después de eso se alejó del lugar, sabía que pronto comenzarían los acosos de sus compañeras aspirantes a ser duquesas, decidió descansar en un árbol donde se podía ver el desarrollo de la fiesta y el patio decorado con sombrillas de colores para prevenir las lluvias de la temporada.
Candy entró al hall por la puerta principal, vio en una esquina a los tres primos y una señorita, que debía ser la invitada de Anthony, pero no vio a Annie ni a Patty y decidió buscarlas para darles la sorpresa, no encontró a Patty pero vio a Annie en un rincón como perdida, traía un sombrerito de princesa color rosa como su vestido y se le acercó en el momento que la banda comenzaba a tocar.
-Disculpe señorita me permite esta pieza.- dijo Candy fingiendo la voz.
-Si, gracias.- contestó Annie un poco desconcertada y sin pensar.
-Annie soy yo.- le dijo Candy en un susurro.
-Can….- Annie se tapó la boca antes de revelar algo.- ¿Cómo? ¿De donde salió ese disfraz?
-El abuelo William me envió los disfraces de Romeo y Julieta, son maravillosos no es así, para bajar con más facilidad decidí usar el de Romeo primero. Así nadie puede reconocerme.- dijo Candy feliz.
-Te ves muy buen mozo con ese disfraz.- dijo Annie y comenzaron a reír.
Sin darse cuenta ya estaban en el centro del salón y comenzaron a llamar la atención. La pieza las hizo recordar su infancia y entre tanta felicidad sin querer chocaron con Luisa que estaba parada platicando con Elisa.
-Mira Elisa, parece que Annie ocupa el lugar de Candy, se ha vuelto el centro de atención como normalmente hace ella.- dijo Luisa molesta
-Esa tonta, ¿pero con quien está bailando? Ese no es Archie.- Elisa se preguntaba y contestaba sola.
-Es muy guapo, no se si sea del colegio, el antifaz no me deja reconocerlo, pero es un verdadero Romeo, cuando lo suelte Annie le preguntaré si no quiere que sea su Julieta para la siguiente pieza .- dijo Luisa divertida.
-mmm mira allá están mis primos, y Stear es de tu agrado ¿no?.- dijo Elisa para sacar de la jugada a Luisa y así ella poder conquistar al misterioso Romeo.
Las dos amigas se acercaron al grupo de Archie y Stear, esperaron el momento en que Candy y Annie bailaban cerca de ellos cuando interrumpió.
-Hola Archie, pensé que eras tú el que bailaba con Annie. Se ve que lo está pasando de maravilla.- dijo insidiosa la pelirroja.
-Que tipo tan agradable, me iré a presentar, disculpen.- dijo Archie sin darle importancia.
-Disculpe caballero ¿me permite quitarle su pareja?.- pregunto el Americano de forma amistosa.
-Claro que si Archie.- dijo Candy que se dirigió hacia donde estaba Stear y Anthony.
-¿Cómo sabe mi nombre?.- pregunto a Annie, la ojiazul que estaba más que feliz le contó el secreto de Romeo.
Elisa se quedó con Anthony y Stear, ignoró a Catharina y dijo melosa.
-Anthony, porque no vamos a la pista
-Lo siento Elisa pero le prometí a Cathy que bailaríamos todas las canciones que le gusten y esta es una de sus preferidas, si nos permites.- dijo el rubio y jalo a Cathy a la pista cerca de Annie y Archie.
Elisa que estaba enfureciéndose vio como caminaba por el salón el supuesto Romeo que iba directo hacia Stear y ella junto con Luisa lo interceptaron.
-Hola mi amiga Luisa y yo buscamos algún caballero que quiera bailar con nosotras, Stear porque no bailas tu con Luisa.- el de lentes no supo cómo escabullirse a la situación en que Elisa lo había puesto, así que tuvo que ir con Luisa y bailar.
-¿Y?¿no vas a invitarme a bailar?- dijo Elisa pestañeándole con descaro.
-Estoy muy acalorado, iré a buscar una bebida, será mejor que te busques a alguien más para bailar.- Candy siguiéndole el juego se inclinó caballerosamente como había visto que Terry lo hacía, a pesar del rechazo Elisa quedó encantada.
Terry que observaba desde lo alto llevaba unos minutos pensando en que ese muchachito no lo había visto nunca antes, y le recordaba a Candy, comenzó a pensar que era ella en el momento en que bailaba muy divertido con Annie y después de ver cómo se deshacía de Elisa estaba casi seguro que lo era, comenzó a observarlo y vio que no era alto y estaba más delgado de lo normal para ser hombre, en el momento que se dio vuelta por el patio para alejarse de Elisa le vio la cara llena de pecas y ya no tuvo duda Romeo era Candy.
La pieza acabó y siguió otra pero Stear se alejó de Luisa lo más rápido que pudo, no quería que Patty fuera a mal interpretar la situación y más porque no había podido dar con ella, Candy que volvió a entrar al Hall después de dar una vuelta por el patio lo vio parado junto a una columna.
-¡Hola Stear!.- Saludó Candy con la voz fingida viendo que Elisa todavía merodeaba cerca.
-Hola, mucho gus….- siguió Stear
-Stear soy yo, el tío abuelo me regaló los disfraces de Romeo y Julieta.- le dijo Candy muy alegre
-¡Candy! Que sorpresa, que regalo tan curioso. Y le debes otra buena noticia, la tía abuela no pudo venir y tampoco la tía Sarah.- dijo Stear alegre
-Que bien, podré bailar sin preocuparme.- dijo Candy alegre.
-Resérvame un baile con la bella Julieta.- pidió el de lentes.
-Claro que si, será tan divertido como en Lakewood, quizá mejor. Mira ahí está Patty ¿Por qué no la invitas a bailar en lo que yo vuelvo con un disfraz más adecuado?.- pregunto la rubia
-Lo haré.- Stear fue a buscar a Patty y enseguida ya estaba en la pista junto a su hermano y su primo.
Candy al ver la escena y sonreír con alegría, regreso al patio. Elisa la veía intrigada, primero bailaba con Annie y después estuvo muy amistoso con Stear, no podía dejar de preguntarse quién era, como Luisa bailaba con un amigo de Neal, decidió seguirlo cuando vio que se dirigía al bosque, no recordaba ningún amigo de sus primos que ella no conociera, se escondió detrás de un árbol y vio cómo se quitaba la peluca, estaba muy sorprendida y más porque le había parecido un chico interesante.
Terry que estaba recostado en la rama de un árbol alto pudo observar todo, Elisa no le gustaba para nada su sonrisa malévola le dio más recelo y cuando la vio marcharse ya tenia decidió ir por Candy para llevarla a otro lugar más alejado y evitar que Elisa fuera a volver para sorprenderla. Estaba apunto de incorporarse para poder saltar del árbol cuando vio a Candy desabotonarse el disfraz de Romeo, dejando sus hombros al descubierto. El inglés sintió cómo se le subió el color al rostro y giró la cara tratando de darle privacidad a la pecosa pero ver a Candy de esa forma había causado un efecto de imán sobre él y ya no pudo apartar la vista del lugar donde Candy se cambiaba.
Terry tuvo que agarrarse hasta con las uñas de la rama porque se había puesto muy nervioso al momento en que Candy había aflojado un poco el corset para que le quedara mejor el atuendo de Julieta, él ya había visto a un par de mujeres desnudas, una regalo de su padre cuando cumplió 15 años y a otra en un bar de mala muerte mientras estaba borracho, no era un experto de eso estaba seguro pero no se comparaba a ver a la mujer de la que se esta enamorado y eso que en realidad no la estaba viendo sin nada puesto, Candy era muy hermosa y era tan pura, con su piel de porcelana salpicada de pecas y sus sutiles formas que aun estaban desarrollándose lo estaban volviendo loco, respiro profundo un par de veces debía controlarse antes de bajar, la rubia ya se estaba terminando de abrochar el vestido y se sentía graciosa y hermosa con el puesto.
-¿Cómo me veo tío abuelo William?- pregunto al aire la pecosa y continuó hablando sola – con tan solo la peluca será suficiente, y ahora ¡a divertirme!
Unas carcajadas rompieron el silencio, Terry no pudo evitar reír de la divertida escena que le regalaba su pecosa.
-¿Quién dice "el hábito no hace al monje"?- Terry seguía riendo.
-¡Terry! ¿Me viste mientras me cambiaba?- Candy estaba sorprendida y muy alarmada.
-Tranquilizaste pecosa, te vi pero no te mire.- dijo Terry intentando sonar indiferente, aunque no pudo verla a la cara porque sabía que se delataría.
-Eres un grosero.- dijo Candy mientras se cubría avergonzada.
-La que si te descubrió fue Elisa o al menos descubrió a tu Romeo, ¿Qué pasa si va a tu habitación?- pregunto el inglés curioso mientras bajaba del árbol.
-Arregle la cama, para que parezca que estoy durmiendo.- dijo Candy un poco preocupada
-Deberíamos ir a la colina, es probable que Elisa vuelva aquí, vamos Candy andando.- Terry tomo la caja con el disfraz de Romeo y las pelucas, con la otra mano sujeto a Candy y la llevo corriendo hasta la segunda colina.
Ambos iban riendo muy contentos, en verdad estar juntos los hacía estar completamente felices, el la llevaba de la mano para que le siguiera el paso, al llegar a la colina se dejaron caer entre carcajadas y quedaron recostados juntos, los dos se giraron y por un momento sus rostros quedaron demasiado cerca, él se reflejaba en sus verdes ojos y ella estaba perdida en su penetrante mirada azul, sintió como se le ruborizaban las mejillas, la mirada de Terry decía te amo y Candy se sintió cohibida frente a esa ventana abierta de su alma, se volvió a girar para quedar viendo hacia el cielo y el inglés se arrepintió de no haberla besado en ese momento que hubiera sido perfecto.
Terry siguió viéndola y dijo.- ¡Que hermoso día!
Después de eso se acomodo y se sentó sobre la hierba, viendo la ciudad que era una linda postal vista desde la colina. Candy se dio vuelta, miro lo que él veía, después lo vio a él y aunque no dijo nada se sentó poniéndole atención.
-En un día así fui de picnic con mis padres, ese día estábamos muy felices, no me acuerdo bien porque era muy pequeño, pero se que el cielo estaba así de azul y era un día maravilloso como este.- dijo Terry con nostalgia.
-Es un hermoso recuerdo.- dijo Candy alegre
-Pero es solo uno.-el inglés se había puesto melancólico.
-Algún día ese recuerdo será suficiente para hacerte feliz, yo en cambio no tengo ninguno, deberíamos ir un día de picnic para poder tener recuerdos maravillosos.- dijo Candy recargándose en él y dejándose llevar por sus ensoñaciones.
-Candy.- Terry lo dijo muy tierno, y sintió compasión de lo que Candy había querido decir.
La música llegó traída por el viento y Terry que no sabía cómo darle ánimos para que ambos salieran de la nube de nostalgia que los había cubierto le extendió su mano.
-Me gusta esa canción, ¿princesa Julieta le gustaría bailar conmigo? pregunto muy galante.
-si Terry.- Candy le dio la mano y se puso a bailar con él.
Candy se quedó bailando y pensando "Era increíble, seguramente si hubiera regresado a tiempo esa pieza la hubiera bailado nuevamente con Anthony pero en cambio estaba en la pequeña colina bailando con Terry"
-¿Te pasa algo?.- pregunto Terry viéndola un poco distraída.
-Nada, solo recordaba que esta canción la baile con Anthony en mi primera fiesta.- dijo Candy alegre.
Terry se detuvo bruscamente y explotó.
-Otra vez pensando en él, ¿Por qué siempre tienes que compararnos? Dime Candy ¿yo te gusto porque te recuerdo a él? Deberías aclarar lo que sientes antes de ilusionarme como un títere. Tu sientes algo más fuerte por mi que por él pero te niegas a verlo.- dijo rotundo y muy molesto el inglés.
-Basta Terry no me gustas cuando te pones así, no quiero seguir contigo.- dijo Candy.
-A mi tampoco me gusta que siempre que estamos juntos estás pensando en él. Si te gusta ve y pídele que baile contigo.- gritó el inglés.
-Terry no me gustas.- dijo Candy al borde de las lágrimas.
Terry molesto se dio la vuelta y se iba a ir cuando se detuvo, se movió rápidamente regresando sobre sus pasos para acercarse a Candy, la tomó por la cintura y la acercó tanto a él que le plantó un beso en los labios, Candy se sorprendió, tenia los ojos abiertos desmesuradamente, al sentir los labios de Terry ella iba a decir algo, así que la intromisión en la cálida boca de la rubia fue más de lo que creía, al darse cuenta de lo que pasaba lo empujó con todas sus fuerzas y lo abofeteó.
Terry molesto, ofendido y dominado por sus celos, lo hicieron pensar que lo rechazó porque ella estaba enamorada de Anthony y sin pensarlo le regresó la bofetada, Candy se enfureció y todo su enojo lo descargó dándole un puñetazo en la mejilla, Terry se sorprendió por la fuerza que tenía Candy, su apariencia era pequeña pero sin duda era la mujer más valiente que había visto en su vida.
-Eres malo, malo para mi pero no para las mujeres.- dijo Candy por fin llorando y con las mejillas ardiendo.
-Estoy seguro que si hubiera sido tu adorado Anthony no dirías lo mismo, en cambio me .- los celos volvieron hablar por él.
-cállate Terry, deja de decir tonterías. No lo entiendes es mi primera vez.- Candy se fue corriendo hacia el bosque llorando. Terry solo se quedó viendo por donde se fue y aunque sintió una gran culpa, se sintió orgulloso de ser el único que había besado a la pecosa. La culpa no se dejó esperar, se arrepintió de haberle dado una bofetada y el golpe en su mejilla dolió más, seguramente a Candy le dolería la mano, después se recriminó mentalmente por lo que le dijo, los malditos celos lo dominaban, no había podido controlarlos.
Desde que vio a Anthony sentado observando el desfile se había sentido inseguro y amenazado, saber su presencia en el colegio lo hacía sentir vulnerable y Candy lo había sumido sin darse cuenta en ese estado por estar tan acostumbrado a su cercanía y su compañía. Sin darse cuenta emprendió el camino hacia donde la rubia se había ido, aunque él se dirigía al establo, necesitaba despejar su mente, pero no pudo giró a la derecha y fue hasta el hall, cuando llego Candy ya estaba con sus primos se veía aun muy colorado y un poco desaliñada, la pelea seguida después del beso la había dejado así, pero se aprestaba que ella trataba de controlar su nerviosismo ya que todos estaban por bailar, como lo pensó Candy estaba por bailar con Anthony, una nueva oleada de calor e ira comenzaron a apoderarse de él.
Stear y Archie estaban con sus novias, sin saber cómo Sebastian estaba bailando con la invitada de Anthony, iba a robarle la pareja al rubio americano cuando Elisa lo volvió a interceptar.
-Terry volviste para bailar conmigo ¿verdad?.- dijo La pelirroja, Terry que vio como Candy le sonreía a Anthony tuvo un arranque y le hizo un movimiento afirmativo con la cabeza.
-Vamos Elisa, bailemos ya que me lo has pedido tanto.- Terry mientras bailaba se fue acercando a Candy, para que lo viera y aunque Candy se desconcertó por verlo con Elisa, no cambió su expresión y siguió hablando amenamente con Anthony, aunque realmente no le prestaba atención a lo que decía el rubio.
-Desde hace mucho tiempo quería decirte todo, mi compromiso fue cancelado porque éramos muy jóvenes, pero entiendes lo que quiere decir eso ¿verdad? Porque no me acompañas lejos de aquí para hablar con más calma.- Anthony condujo a Candy fuera del Hall por donde estaban las sombrillas.
Terry vio todo con horror pero no podía desembarazarse de Elisa, la pieza aún no había terminado y se iba a ver muy grosero si la dejaba repentinamente, ademas sabiendo el tipo de sanguijuela que era Elisa seguramente terminaba siguiéndolo y descubriendo a Candy, ya desesperado buscó con la mirada para ver quien estaba disponible y vio llegando a un chico francés que conoció en el verano qué pasó en Paris, el joven era muy bien parecido, de cabello rubio ondulado, alto y de ojos azules, era el hijo menor de una familia importante y si no mal recordaba tenían rangos militares muy altos y hasta habían luchado a lado de Napoleón, si su memoria no fallaba era Michael Leblanc.
-Elisa me permites presentarte a un amigo francés, hace mucho no lo saludo y es una suerte que se encuentre aquí mismo.- dijo Terry fingiendo estar calmado.
-Hola Michael, espero aun puedas recordarme, soy Terruce Granchester y ella es la señorita Elisa Leagan.- siguió Terry
-Claro que me acuerdo de ti Terruce, señorita es un placer conocerla.- Michael le besó la mano a Elisa
-Es una grata coincidencia encontrarte aquí, pensé que estabas en Francia.- dijo Terry y aunque volteo a ver en dirección donde se fueron Anthony y Candy ya no los veía.
-Acabó de terminar mis estudios, el próximo enero entraré a la escuela de Medicina, obviamente en la milicia como el resto de mi familia.- siguió el francés.
-Me alegra oírlo, bueno no quisiéramos robarle más tiempo y privarte de la compañía de los que te han invitado.- dijo el inglés.
-No te preocupes, de hecho me hicieron compañía, soy amigo de los McKenzy y como ves Sebastian está bailando.- siguió el rubio.
-Pues deberías imitarlo, esta es una fiesta y para que veas que soy un caballero te concedo el honor de bailar con mi bella acompañante, te aseguro que Elisa es una gran compañera de baile y tiene una belleza única, ninguna de las señoritas presente la iguala.- dijo Terry encontrando la excusa perfecta.
-¿Le gustaría bailar conmigo, mademoiselle?.- pregunto Michael, Elisa se desconcertó pero no quería ser grosera con un amigo de Terry. Además tantas alabanzas del inglés la habían hecho atontarse.
-por supuesto, los amigos de Terruce son mis amigos.- enseguida se dirigieron a la pista.
Terry camino muy aprisa, sin ver donde estaban los rubios. No quería dejar a Candy con Anthony porque seguramente le hablaría de sus sentimientos y se maldijo a sí mismo por no haberle pedido que fuera su novia antes del festival y haber sido un canalla con ella.
Anthony y Candy caminaban cerca del bosque casi no hablaban, la pecosa se sintió un poco fuera de lugar.
-Candy quería preguntarte si tú sabes ¿que ya no estoy comprometido con Elisa?.- dijo Anthony.
-Solo escuche algo por ahí, pero supuse que es cierto porque tu trajiste pareja al baile.- dijo Candy sin darle importancia.
-Cathy solo es mi amiga, la acompaño y me preocupo por ella porque está muy delicada de salud y fue muy amable conmigo el tiempo que estuve recuperándome del accidente.- explicó el rubio.
-Anthony discúlpame por no escribirte pero me lo prohibieron, dijeron que no te haría bien tener contacto conmigo porque querrías venir de inmediato y tú debías estar en Suiza, yo no me opuse porque quería que te recuperaras pronto cómo pasó.- dijo muy apenada la rubia.
-Te entiendo Candy y se también como es la tía abuela sobre mi amistad contigo, ¿que te ha parecido el colegio?- Anthony no quería entristecer a la rubia, así que decidió darle una buena noticia.- yo vendré en enero y podré estar junto a ti.- Anthony quería sondear la actitud de la rubia.
-Será lindo que los tres estén aquí, me divierto mucho con Stear y Archie, aveces los voy a visitar antes de que pase la ronda y otras veces visito a Albert en el zoológico, cuando estés aquí seguro podremos tomar el té los cuatro juntos, si Annie y Patty fueran más valientes las llevaría conmigo pero le temen demasiado a las monjas.- dijo Candy muy suelta y alegre
-Candy no deberías comportarte así, no es digno de una señorita, las personas pensarán que no eres decente, como hoy me habían contado que estabas castigada y no se como lograste estar aquí.- Anthony trato de aconsejarla pero Candy lo interpreto más como una crítica.
-Supongo que no todas nacemos para ser grandes damas, por eso te habían comprometido con Elisa, yola verdad soy un caso perdido. No te puedo prometer que cambiaré Anthony porque me divierte mucho ser como soy.- dijo Candy alegrándose de no tener que quedar bien con él.
-¿Tienes una amistad muy cercana con Terruce Granchester?.- pregunto de golpe el ojos azul celeste.
-Somos muy buenos amigos y nos gusta pasar el tiempo juntos.- dijo Candy un poco molesta.
-No me mal interpretes pero creo que él no es un caballero que sea digno de acompañarte, deberías tratar de ser más tranquila y recatada, imitar un poco más a tus amigas o a la misma Elisa.- dijo El rubio viéndola a los ojos. Se habían detenido cerca de las sombrillas después de haber caminado, Terry estaba atrás de un árbol, hizo lo mismo que hacía Candy moverse entre los árboles para poder alcanzarla y tratar de escuchar lo que el rubio quería decirle.. Cuando escucho su nombre y la crítica que se le hizo iba a salir a reclamar pero Candy lo sorprendió con la respuesta que dio a pesar de su mal rato de hacía poco.
-Me parece menos caballeroso hablar de alguien que no conoces y creo que es descortés de tu parte que trates de decirme que sea más como Elisa Legan cuando se dicen cosas terribles de ella en este mismo colegio.- Candy por fin se había enojado, Anthony le parecía snob como todos los chicos de ese colegio.
- discúlpame Candy no fue mi intención ofenderte ni a ti ni a tus amigos, es que no puedo sacarme de la mente que él y tú sean novios y me invaden los celos, todos estos meses yo estuve esperando el momento para volvernos a encontrar y poder pedirte que seas mi novia pero cuando llego aquí me doy cuenta que tú continuaste con tu vida.- por fin dijo el americano con un tono de desesperación, era obvio que le estaba reclamando a la pecosa el no haberlo esperado.
-Terruce y yo no somos novios, pero me agrada su compañía.- Candy no pudo terminar la idea porque Anthony la interrumpió, al escuchar esa declaración se creyó con el camino libre.
-Candy entonces crees ¿que aun tenga una oportunidad contigo? Yo sigo enamorado de ti y me gustaría que fuéramos novios, te visitaría cada quinto domingo y te ayudaría para que seas una dama digna de los Andrey.- continuo el rubio haciendo castillos en el aire.- y en enero cuando yo me prepare para ser un caballero, nadie podrá separarnos jamás.
Anthony le había tomado las manos a Candy y se le fue acercando como si la fuera a besar, pero Candy se alejó delicadamente. Terry estaba que echaba fuego por los ojos pero trato de controlarse para no hacer una escena que delatara la presencia de Candy en el festival.
Nadie se dio cuenta pero Elisa había salido a buscar a Terry al no encontrarlo le llamó la atención ver a Anthony platicando con una señorita que no era Cathy, su mente maquiavélica unió todo de inmediato y se fue corriendo a buscar a Luisa.
-Anthony no quiero herirte, pero yo no creo que podamos ser novios, te quiero mucho y eres muy importante para mi pero no correspondo a tus sentimientos, te agradezco a ti y a Stear y Archie que me ayudaran haciendo que adoptara el tío abuelo William, pero tú y yo somos muy diferentes y no creo que sea la dama que necesitas, lo siento.- Candy lo vio a los ojos por un segundo, intentando interpretar su mirada, Anthony no la veía, veía el vacío meditando.- Será mejor que regresemos con los demás.- lo interrumpió Candy. Ella comenzó a caminar y Anthony la siguió de cerca.
-¿Estás segura Elisa?hace un rato pensabas que ella era Romeo.- le dijo Luisa un poco harta, cuando la interrumpió bailaba y se sintió frustrada.
-Claro que era ella y ahora estoy segura que la que viene con Anthony es ella.- dijo Elisa furiosa
-¿La vas a desenmascarar ahora?.- pregunto Luisa admirada.
-Tengo una mejor idea, vamos con la hermana Grey si subimos a buscarla y no está ahí, nosotras podemos bajar muy contrariadas y escandalizadas, ella quedará muy mal vista de muchas formas y nosotras no quedaremos como chismosas.- dijo Elisa y le brillaron los ojos.
-Elisa me asustas, pero tienes razón.- dijo la castaña.
Las dos se fueron a buscar a la hermana Grey que estaba parada junto a la mesa que habían elegido Stear y Archie. No les importo ejecutar su plan frente a ellos, a Candy no le daría tiempo de regresar por mucho que se enteraran.
Terry se había molestado tanto que no sabía que hacer, no quería ir a buscar a Candy de forma arrebatada porque seguro terminaría dándole un puñetazo a Anthony y Candy le daría otro a él por ser un patan, vio a Elisa correr con la madre superiora y eso no le gusto, al no tener a donde ir y como seguía preocupado de que el plan de Candy fallara decidió ir a esperar en el cuarto de castigo, ágilmente robo la escalera del jardinero y subió al techo de la cocina, corrió sin dificultad por ahí, pero cuando llego al de la iglesia vio lo angosto que era el camino porque el techo caía en dos aguas, pensó en lo alto que estaba y no le ayudó ver que el césped se veía muy abajo.
-Candy en verdad eres una mona pecas y lo peor es que yo me estoy convirtiendo en un mono Ingles por tu culpa.- dijo Terry en voz alta.
Siguió caminando recto y con un ritmo que no le permitirá pensar, para darle más emoción los ladrillos ya se movían de lo viejo que era el lugar. Eran cerca de 400 metros y cuando tocó la cornisa del cuarto de meditación no dudó en meterse rápido para que nadie lo viera.
Al ver el cuarto se alegró de que al menos no era la cárcel real, solo el cuarto de meditación y la cama aunque era vieja estaba limpia, sin nada que hacer se quitó el saco y se acostó en ella, el saco lo escondió bajo la almohada y se quedó ahí sin pensar, su nariz captó el aroma de Candy y sonrió dichoso, no pudo evitar rememorar el fallido beso que le había dado a su pecosa.
