Hola hola!
Aquí un nuevo capítulo, para continuar con esta trama tan loca que se me ocurrió. Bueno aquí hay varios panoramas bonitos de Terry y Candy, espero que los disfruten.
Solo les voy a aclarar que Candy no es hija del señor Leagan, las pistas nos dan otro nombre que muchas de ustedes ya adivinaron.
Es que no se si a todas las que escriben les pasa pero luego se me ocurren cosas que encajan a la perfección como si la historia misma me marcara un rumbo.
Ya les debo muchos comentarios personalizados, prometo ponerlos en el que sigue lo que quiero es que lean este capítulo ya y darle los toques restantes al siguiente porque les juro que los que vienen se van a poner mas buenos.
Las leí a todas y me encantan sus conjeturas y deducciones, me divierten y amo cada uno de sus comentarios. Gracias Cecilia Monroy, Cora Pau, Grace, Australia77, Fabiola R, Yelani, Mia8111, Iantheyumi, Analilit y mis queridas Guest. Créanme con lo que me dicen me dan ganas de escribir diario, aveces no puedo por el trabajo pero me hacen tener muchas ideas que cuando hay tiempo las vengo a plasmar aquí.
• La historia de Candy Candy no me pertenece es de la escritora Kyōko Misuki, yo solo se la tomo prestada sin fines de lucro para divertirnos un poco con los personajes.
•El siguiente contenido puede tener escenas que dañen la sensibilidad de las personas, si no les gusta este tipo de historias absténganse de leerla
•Este capítulo contiene escenas Candy/Terry.
CAPÍTULO 67
El Duque de Granchester estaba sentado en su gran escritorio, su mayordomo entró con la correspondencia en una charolita de plata. El empleado se retiró haciendo una reverencia pero sin cruzar palabra, Richard Granchester estaba enfadado, un día antes había recibido dos misivas de Eleanor Baker en su casa, no sabía cómo se había atrevido a escribirle. Lo que no le quedaba duda es que Terry la había ido a buscar después de escapársele a los custodios en Paris, su enojo no era solo por el atrevimiento de la mujer, también era por sus errores como padre y en su mayoría por haber mandado a Terry el verano pasado a Francia, cuando el sabía de antemano que la Actriz americana iba a estar de gira por Europa. Si no hubiera sido que la duquesa no lo quiso en la nueva villa de Escocía nada de eso hubiera pasado.
La carta que había recibido un día antes decía que iría a Londres para las fiestas y esperaba poder ver a Terry, ya que había tenido un infortunado encuentro y quería disculparse. Richard ignoraba a qué se refería ya que Terry jamás mencionó nada, llevaba un día preocupado, con esta noticia sus planes debían cambiar y estaba pensando en aceptar la invitación de la familia de la duquesa a pasar las fiestas en Irlanda, así no quedará más remedio que cancelar la gran recepción que quería llevar acabo, el único dilema era su primogénito estaba seguro que Terry no aceptaría viajar con la familia, la resolución a sus problemas apareció en la bandeja, había llegado un mensaje de la familia Andrey donde pedían expresamente un permiso especial para que Terry pasará las vacaciones con ellos. El mensaje venía acompañado de una nota de su hijo que decía:
"Pasaré las vacaciones en compañía de unos amigos a los que si les place mi compañía, nos vemos en febrero."
P.D. Felices fiestas.
Atte. T.G.
El duque se sorprendió que tuviera amigos y averiguaría quienes eran los Andrey lo más rápido posible, pero esta invitación le caía perfecta para este momento.
Prendió el velero y sacó de su cajón con llave la carta de Eleanor dirigida a él y la que iba dirigida a Terry que aún estaba cerrada, sin contemplamiento las quemo y de inmediato hizo llamar a su mayordomo Bruce.
-Me llamó mi Lord.- pregunto servil.
-Quiero que le digas a Spencer que averigüé quiénes son los Andrey, el ya sabe que quiero saber todo sobre esa familia. Y tu organiza todo para viajar a Irlanda mañana mismo, no quiero perder el tiempo.- ordeno el duque de Granchester.
Como era de esperarse su mano derecha Spencer, obtuvo toda la información que requería, una familia muy adinerada sin sangre noble pero de los más importantes en America, descendientes de escoceses, seis jóvenes en el rango de edad de Terry cuatro varones y dos doncellas. Sin quedarse a averiguar más dio su autorización. Estaba seguro que su hijo estaba interesado en alguna de las dos señoritas que integraban el grupo de la más joven generación de los Andrey, decidió dar su consentimiento y mandó la misiva aceptando que Terry fuera un invitado especial en esa casa durante todo el invierno.
No quería estresar más las cosas con su primogénito y sabiendo que Eleanor pronto estaría en la ciudad lo mejor era actuar como si nada importante pasará.
Terry estaba alistándose para bajar a cenar no pudo evitar recordar lo que acababa de pasar en la tarde, el señor Johnson había regresado pasando las cinco de la tarde, aún los encontró divirtiéndose en el salón de té grande, los acompaño un rato como chaperon y les informó que el lunes habría una cena especial a la que todos estaban invitados, la noticia de que Anthony regresaría en esos días no le gusto en lo absoluto y ya que su mente se desconcentro lo único que había entendido era que se haría un gran anuncio y al siguiente día los que partirían al mediterráneo se irían.
Después de eso Candy y él estuvieron recorriendo la casona en compañía de Stear y Patty y de Archie y Annie, cuando llegaron a los jardines se dieron cuenta que Annie y Archie habían desaparecido y Stear y Patty decidieron dejarles solos también a los pocos minutos.
Candy y Terry solo habían estado paseando y platicando, Terry le robó dos besos en el jardín pero la rubia estaba tan nerviosa e incómoda de no conocer nada en esa casa o eso quería creer él, que decidió dejarla de molestar, ya habría tiempo para ser románticos, tenía dos días enteros donde sus primos entretendrían a sus amigas y después del posible alboroto la familia partiría y Candy y él se quedarían casi solos. Al ver la hora los dos regresaron a sus habitaciones para estar listos para la cena.
El Inglés fue sacado de sus recuerdos por un sonido que escuchó a través de su pared y estaba seguro que identificó la voz de Annie Britter, se desconcertó un poco pero dedujo que la habitación contigua era la de Archibald.
-Realmente es idiota.- dijo Terry en susurro y al ver lo bien que había quedado sonrió frente al espejo.
A pesar de todo lo que habían hablado Archie se las había ingeniado para escabullirse con Annie, la había estado besando en el cuarto de lectura donde estudiaban, pero cuando se le ocurrió sentarla en sus piernas ella se alejó y lo hizo parar, pensando en que Annie se sentía expuesta se le ocurrió llevarla a su recámara.
-Tranquila Annie aquí vamos a estar tranquilos y nadie nos verá.- había dicho el casi rubio. Ella no estaba segura pero aun así accedió.
Archie la sentó en un diván que estaba en su recamara y la comenzó a besar apasionadamente, en el ardor del momento el la cargo y la llevo hasta su cama, le había desatado el corset y la tenía con el dorso descubierto mientras el besaba su pequeño busto, Annie estaba tan sonrojada que parecía se había afiebrado, Archie la volvió a besar y fue subiéndole la falda mientras acariciaba sus piernas. Annie le correspondía pero comenzó a incomodarse cuando el acercó su mano a la ingle, sin permiso Archie acaricio su intimidad, Annie abrió los ojos sorprendida.
-Archie, Archie…- dijo en un murmullo la rubia.
El ojiazul estaba tan apasionado que no le hizo caso y le comenzó a besar el cuello y bajo a los senos nuevamente con su boca mientras acariciaba la intimidad de su novia, regresó a su cuello y en ese momento se le ocurrió introducir dos dedos en la vagina de Annie, la rubia sorprendida por la intromisión le rasguñó el pecho y sin querer le mordió el cuello, el dolor por la mordida que le hizo lo dejó de lado y siguió intentando explorar a su novia, para Annie la extraña sensación de sentirse invadida la hicieron incomodarlo al grado de empujarlo con todas sus fuerzas terminando con el apasionado momento.
Ella saltó de la cama al borde de las lágrimas y en el descuido había tirado un jarrón que decoraba la habitación. Archie aturdido por la lujuria se quedó aún en la cama sorprendido por el empujón que le había dado Annie. Su rostro aunque mostraba sorpresa, se veía realmente apuesto y atractivo, la camisa la tenía desabrochada y su reluciente cabello se veía ligeramente alborotado. Con cautela se acercó a ella mientras la ojiazul se intentaba arreglar la ropa.
-¿Qué pasa Annie? ¿Te hice daño?.- pregunto en un susurro con la voz más ronca de lo usual, se fue acercando hasta que la tuvo frente a él y coló sus manos en la fina cintura de la joven mujer.
-Es que vas muy rápido, mira lo atrevidas que son tus caricias.- dijo ella recargándose en su pecho. Archie aprovecho y ya que la enagua estaba tirada en el suelo aun, la sujeto de las nalgas sin ningún pudor.
-No te haré nada malo Annie mi amor, ¿a caso no te gustaría que hiciéramos el amor?.- pregunto Archie apretándole el trasero y comenzando a besarle el cuello con desesperación.
-Archie Basta, lo estás haciendo de nuevo.- dijo Annie separándose de él y recogiendo sus prendas que le faltaban.
-Annie solo quiero demostrarte que te amo, nos iremos en dos días y por dos meses, no quiero irme sin sentirte mía completamente.-suplicaba el rubio, que intentaba disimuladamente y sin éxito ocultar su erección.
-Es lo que no quiero, si te vas y me dejas aquí sola después de hacer lo que quieres que hagamos, me sentiré muy mal como si solo me usaras. Archie yo deseo esperar a que hayamos pasado este tiempo separados y así estaremos seguros de que nuestra relación es más sólida.-dijo Annie firme y terminado de arreglarse la ropa.
-Pero solo esperaremos a que yo regrese no es así, cuando vuelva estarás lista para ser mía, lo prometes.- dijo Archie y se acercó a Annie para verla a los ojos.
-Si, si, si te lo prometo.- dijo Annie no muy segura, estaba consciente de que disfrutaba las caricias de su novio pero pensaba en el dolor que había sentido durante su primera regla y pensaba que no había algo bien en ella, además no entendía como a Archie le gustaba tocarla tanto si su cuerpo no tenía nada en especial. Archie la beso introduciendo su lengua en la boca de ella. Annie termino el beso con calma pero decidió salir de ahí o Archie terminaría robándole su virtud esa misma noche.
-Me iré a cambiar.- Annie se deshizo de los brazos de su novio y salió de la recámara con cautela, al caminar se sintió diferente.
Archie se acostó en la cama aun con la energía sexual que sentía sin haberla liberado, sin pensarlo se metió la mano dentro del pantalón y decidió auto complacerse antes de cenar, la ventaja de estar en su recámara es que no tenía que esconderse de Stear.
Annie entró a su recámara y corrió al servicio, estaba un poco asustada pensando que Archie le había hecho daño al introducirle los dedos, al observar que no era sangre se relajó, no podía negar que todo ese rubor que tenía era a causa de lo que su novio provocaba en ella, se observó en el espejo y vio las marcas en su cuello y escote, volvió a sentir una oleada de excitaciones y comenzó a frotarse los senos. De no ser porque Patty llamaba a su recámara seguro podría haber disfrutado más de recordar las caricias de su novio.
La cena transcurrió tranquila, Patty y Stear habían estado revisando los posibles experimentos de Stear en el laboratorio entre pequeños beses furtivos, pero sin llegar a más.
Terry y Candy conversaban entre ellos, pero la rubia no se olvidaba de conversar con el resto, Annie casi no hablo esa noche y se disculpo para irse temprano a su habitación. Todos voltearon a ver a Archie y solo bebió un trago de agua para no tener que contestar.
La cena termino unos minutos después de que Annie se retiró.
-¿Candy te gustaría acompañarme a la biblioteca? Me gustaría ver la colección de libros que tiene tu tío abuelo y me gustaría leerte un poco.- pregunto Terry formal, al darse cuenta que George lo observaba con mucho interés.
-Yo iré a ver cómo se encuentra Annie.- dijo Patty y salió del comedor.
-Hermano ven, juguemos ajedrez como es nuestra costumbre.- dijo Stear llevándose a Archie al salón pequeño.
Cuando el tablero estuvo puesto Archie se animó a confesarse con su hermano.
-Me vas a tomar por poco caballero pero necesito un consejo.- dijo Archie un poco apenado.
-¿Qué clase de consejo?.- pregunto Stear sin quitarle la vista de encima al tablero.
-Estuve con Annie en mi habitación, no pasó mucho, digamos que ella sigue siendo una doncella pero yo si quiero que pase y pronto, ¿crees que ella lo tome a mal si la desfloro antes de casarnos?.-pregunto el rubio como si preguntara el clima.
-¿Qué? Estás loco. ¿Quieres hacer eso aquí cuando pasado mañana llegan sus padres? Deberías respetarla más, estoy seguro que no sabes lo que dices.-dijo Stear regañándolo sin ningún reparo.
-Estoy seguro de que la amo y no quiero esperar hasta acabar la universidad Stear.- el de anteojos se quedó desconcertado con la mano suspendida en el tablero intentando acabar de acomodar las piezas del juego y las ideas en su cerebro porque quizás había entendido mal.- Estoy seguro de lo que siento y tampoco podemos amar todos de la misma manera, no quisiera decirlo pero creo que yo soy más apasionado que tu y sabes que olvida lo que dije, cuando Anthony vuelva lo consultaré con él, estoy seguro que si me va a entender.- Archie salió enojado de la habitación, dejando a un Stear sorprendido y contrariado sin poder articular palabra.
Candy tuvo que suspender la lectura debido a que mientras Terry le hablaba con su hermosa y aterciopelada voz, ella no aguantó el cansancio y se quedó dormida con la cabeza sobre una de las piernas de Terry, no podía echarle la culpa a la lectura, pero el inglés había sujetado el libro con una mano mientras que con la otra le hacía mimos en sus rizos, provocando una sensación de relajación más tranquilizadora que el olor de las flores de Bach, sumado a estar aspirando el olor de su perfume mezclado con su aroma particular, hizo que la pecosa durmiera plácidamente.
Terry al ver la situación y pensando en que el tutor de Candy estaba por ahí cerca, decidió despertarla con un beso en los labios antes de que los sorprendieran, era la segunda vez que la besaba mientras ella estaba sumida en su inconsciencia, aunque esta vez podía ver y sentir lo segura que ella se sentía a su lado y siendo ahora su novio no veía en mal besarla hasta que despertara, así que dejo el libro en una mesilla junto al reposabrazos y sujeto a Candy como si la acunara, tiernamente la beso en los labios, la rubia no se movió, después se le ocurrió besarle todo el rostro. La rubia se removía y sonría de vez en cuando, el pensando que ya no estaba tan dormida volvió a besarla, efectivamente Candy ya estaba casi despierta y correspondió el beso con mucho amor.
Abrió sus lindos ojos verdes frente a su amado y ambos pudieron ver a la perfección de sus iris, uno azul profundo como los zafiros y los de ella verdes como dos de las más puras esmeraldas. Candy se sintió nerviosa y decidió recargarse en el escondiendo su cara en el cuello del inglés.
-Discúlpame por haberme quedado dormida Terry.- dijo en un susurro la pecosa.
-No te disculpes, supongo que estás cansada ha sido un largo día, aunque lo que si no podrás evitar es que desde hoy te llame "Bella durmiente".- dijo Sonriendo de lado el inglés.
-Ese apodo si me gusta y más porque tú eres un príncipe, un príncipe que me espera siempre en la colina.- Candy dijo lo ultimo bostezando y abrazándolo por las costillas para estar más cómoda en sus brazos, Terry sonrió complacido.
-Lo mejor es que te vayas a dormir Pecosa durmiente, te escoltaré hasta la escalera para que puedas subir a descansar.- dijo el inglés ayudándola a incorporarse.
-¿Tu no vas a dormir aún?.- pregunto la rubia.
-Me quedaré en el salón pequeño para seguir leyendo un rato.- dijo el castaño y le besó la frente, mientras la encaminaba con su mano en la cintura de ella a la salida.
Llegaron pronto a la escalera y ella ya parada en el primer escalón se puso frente a él, tenían la misma estatura de esa forma.
-Hasta mañana Pecosa, que duermas bien.- dijo Terry en un susurro ronco.
-Hasta mañana mi amor.- dijo Candy y lo beso dulcemente mientras le sujetaba su rostro.
Terry sintió que el piso se le movía, cuando la pecosa se dio la vuelta él no pudo disimular su sonrisa y aunque moría de ganas por acompañarla hasta la entrada de su recámara, decidió que lo mejor era distraerse o no podría controlarse y mostrar los pulidos modales de caballero que tenia.
Terry se fue a instalar en el salón pequeño y ya que encontró a Stear contemplando su ajedrez decidió retarlo en una partida para matar el tiempo en lo que llegaba el sueño a ellos. Archie regreso un rato después por una copa y se sentó en la sala en un pequeño
Sillón que le permitía contemplar esa silenciosa partida sumido en su propio mutismo.
En el departamento de los Leagan había un ambiente muy cargado a reproche y tensión, Sarah se había encerrado en su alcoba y no salió para nada, no se ocupó ni de la pequeña Felicity dejándole toda la responsabilidad a la niñera, Elisa al escuchar que no había ni un solo ruido, se metió al cuarto de su hermano para hablar.
-Neal despierta.-decía la pelirroja sacudiéndolo.
-Que quieres Elisa.- dijo Neal fastidiado.
-Debemos aprovechar esta situación tensa con nuestros padres, si es verdad que se van a divorciar, es la excusa perfecta para pedir que nos dejen vivir con los Andrey debido a la inestabilidad familiar que existe, puedes decir que vas mal en el colegio por esto y yo fingiré una crisis nerviosa.- Elisa pensaba que todo estaba arreglado, hasta había pensado en ir a empacar de inmediato , así la huérfana no tendría tiempo de estar con Terry o mejor aun Pensaba que Terry las compararía y se daría cuenta que ella era mejor opción que Candice.
-Elisa no te emociones, dudo que mamá nos deje ir.- dijo Neal sentándose un poco en su cama.
-Por eso hay que planearlo bien, y pedírselo directamente a la tía abuela. No se tu Neal pero yo pienso sacar ventaja a esta situación.- dijo la pelirroja.
-Has lo que quieras, yo solo quiero dormir, así que vete de mi cuarto.- Dijo el moreno molesto por tener que levantarse de la cama para sacarla al pasillo.
El viernes los planes de todos los adolescentes se vieron interrumpidos con el anuncio de la pronta llegada de la tía abuela Elroy en compañía de Anthony y su prometida Catharina, antes del almuerzo.
Candy había estado en la biblioteca con Terry en su primera clase de francés que comenzó justo después del desayuno. Terry había comenzado con lo básico, presentarse, saludar y dar las gracias. El inglés viendo cómo se esforzaba trataba de no distraerla pero le fue imposible no enseñarle el beso francés.
Se la quedó viendo con dulzura mientras Candy trataba de presentarse, Candy se puso un poco nerviosa y lo volteó a ver pensando que se había equivocado, el estaba sentado en una silla de piel a lado de ella, a su espalda se veía la ventana abierta con el jardín de paisaje exterior, usaba su camisa color malva y su chaleco negro, se había remangado las mangas y una pequeña corriente de aire invernal se coló por la ventana moviéndole su cabello.
-Te ves muy apuesto hoy Terry.- dijo Candy y automáticamente se puso colorada.
-Tú también Candy, me encanta el color de tu vestido, hace que tus ojos destellen.- efectivamente Candy se había esmerado en su arreglo, su cabello estaba suelto solo sujeto con unas peinetas y el vestido que lucia ese día era de los nuevos que había encontrado en su armario de un color crema con bolados en encaje blanco.
Terry no pudo evitar acercarse a su rostro, estaba tan cerca de sus labios que cuando él habló los rozó.
-¿Sabes como besan los franceses?.- dijo él en un susurro ronco, la tomo da la barbilla y la acercó por completo a sus labios, con su lengua se hizo camino hasta invadir la boca de ella y comenzó a explorarla, Candy abrió los ojos sorprendida pero se dio cuenta que disfrutaba mucho ese contacto y comenzó a imitar los movimientos que hacía Terry en su boca.
Terry bajo una mano a su espalda y con la otra acarició su rostro, la falta de aire y el escuchar el oportuno golpe de la puerta los hizo separarse más rápido de lo que querían.
-Señorito Terruce, acaba de llegar un mensajero con una carta de su majestad El Duque de Granchester.- informó el mayor domo de los Andrey e hizo una inclinación con la cabeza.
-Gracias Kliff, ¿dijo algo más?.- pregunto Terry receloso, estaba sorprendido de que su padre no se hubiera presentado ahí mismo o hubiera ido por él de inmediato.
-No Señorito, solo pidió que a su yegua la enviáramos al mejor establo y que se le alimente con heno de alfalfa y se mantuviera en un ambiente agradable y también pidió un estacionamiento techado para su MG TC, lo hemos puesto en un lugar donde no le caiga nieve, y accesible en caso de que quiera usarlo rápidamente, algo más en que le pueda ayudar mi Lord.- pregunto el mayor domo.
-Solo una cosa Kliff, no me llames mi Lord, ese título es de mi padre. Gracias por avisarme.- dijo Terry y se levantó junto a la ventana para leer el mensaje.
-Como ordene Señorito. Señorita Candice permítame informarle que la señora Elroy mando un mensaje, dijo que disponga de un menú para recibirla de su viaje, el Señorito Anthony y su prometida la señorita Van der Horst vienen con ella. Llegará si no hay alguna demora a la hora del almuerzo. Con su permiso.- dijo el mayor domo y se retiró.
-Terry, voy a ir a buscar a Betsy para que me ayude con el menú para la tía abuela, y a preguntar a Stear y Archie que le gustaría comer a nuestros invitados, ¿me esperas aquí? ¿O prefieres que te busque en otra parte de la casa?.- pregunto Candy sin entender la expresión de su novio.
-Iré a montar a Teodora si no te molesta que te deje un rato sola y que concluyamos la clase por hoy.- dijo Terry secamente. Candy pensó que quería privacidad así que se acercó rápidamente, se puso de puntillas y le dio un suave beso en los labios, Terry la sujeto de la mano y la atrajo hacia él, la beso con pasión y puso en práctica el beso francés recién enseñado, cuando se separaron le dio un tierno beso.
-Creo que eres una muy buena alumna, te veo más tarde pecosa, y no te preocupes yo te busco.- dijo Terry y salió de la biblioteca.
Candy fue aprisa a buscar a Betsy porque no podía demorar más tiempo o la tía abuela la retaría, Terry al ir caminando solo pensaba en la nota, sin entenderla. Claramente le habían prohibido acercarse al castillo de Granchester en esa temporada, pero no entendía la razón, se comenzó a preguntar si habían mandado algunas instrucciones específicas a la matriarca de los Andrey o al señor Johnson.
Sarah seguía muy disgustada con Daniel, así que cuando sus hijos pidieron el carruaje para salir, no le dio importancia.
Después del aviso de Kliff las horas se fueron volando cuando todos se dieron cuenta ya faltaban cinco minutos para las dos de la tarde, todos se acercaron a darle la bienvenida a la tía abuela y Anthony.
Archie y Annie habían pasado el rato besuqueándose en el jardín, se habían escondido en el cobertizo del jardinero y Archie había comenzado con sus demandantes caricias y sus besos apasionados haciendo que Annie lo frenara a cada momento sin mucho éxito, pero decidieron salir al ver el carruaje de los Leagan que llegaron a la mansión sin aviso, Elisa había llevado su equipaje a pesar de que Neal le advirtió que no podrían quedarse pero habían decidido esperar a que apeteciera el carruaje de los Andrey para así no tener que soportar a Candy.
El momento llegó Anthony defendió del carruaje seguido de la tía abuela y por último Cathy.
-Bienvenida tía abuela.- dijeron Stear, Archie y Candy.
-Que agradable sorpresa verlos aquí Stear y Archie. Candy veo que has crecido muy poco desde la ultima vez que te vi.- dijo la anciana crítica y haciendo diferencias.
-Tia abuela permitame presentarle a Terruce Granchester y Patricia O'Brian mis invitados.- dijo Candy ignorando su comentario fuera de lugar.
Patty hizo una reverencia con cortesía y Terry tomo su mano para besarla después de hacer una reverencia.
-Un placer conocer a la familia de Candice, Madame.- dijo el inglés con su despliegue de buenos modales. Archie torció los ojos por el fastidio que le provocaba Terry.
-Es un gusto poder volver a saludarla, su señoría.- dijo Annie inclinándose ya que fue la última en presentar sus respetos.
-¿Señor Granchester es usted algún familiar de su alteza el Duque?.- pregunto la anciana curiosa.
-Es mi padre señoría.- dijo sin reparo.
-Entonces permítame agasajarlo como es debido y espero que haya sido atendido adecuadamente en estos días que no he podido hacerme cargo de las buenas funciones de esta morada.- dijo la altiva señora Elroy viendo un poco con desdén a Candy.
-Su sobrina la señorita Candice ha sido la mejor anfitriona que he podido tener y su casa es muy acogedora me he sentido como en el castillo de mi padre.- dijo Terry un poco aireado por la mirada que la anciana le había lanzado a Candy.
-Tenia que venir la realeza para que se sacara la plata, si no nunca la hubiéramos visto Stear.- dijo Archie ofendido, el de anteojos le pegó en las costillas para que se callara.
-Señor Granchester le quiero presentar a mi sobrino el señor Anthony Brown y a su prometida la señorita Van der Horst.- Dijo la anciana.
Terry se inclinó y besó la mano se Cathy galantemente y estrechó la mano de Anthony, el rubio lo vio molesto, no sabía que pensar o sentir sobre el inglés, para Tony ese joven aristócrata le había robado a Candy y no lo toleraba.
-Será mejor que todos entremos, la comida se servirá a las 3 de la tarde como es la costumbre y en caso de que alguien tenga hambre se dispuso un refrigerio en el salón grande.- dijo Candy mientras todos entraban, Terry se quedó cerca de ella y le extendió su brazo para acompañarla.
La tía abuela llamó a Kliff para preguntar cómo estaba todo en la casa, el mayor domo rindió un informe detallado del funcionamiento y las medidas que se habían aplicado a las visitas
-La orden del señor Johnson fue irrefutable, la habitación del señorito Anthony fue ofrecida a nuestro distinguido invitado y me veo en la penosa situación de informarle que el señorito tendrá que ocupar una de las habitaciones grandes del tercer piso, ya se acondicionó a como le gusta y da al jardín donde están las rosas, solo un piso arriba.- informó el
Mayor domo.
-Entiendo y estoy de acuerdo con la orden de George, seguramente transmitida por orden del señor Williams, asígnenle una de las recámaras grandes a la señorita a Van der Horst y preparen la habitación de los Britter y la de los Van der Horst, me iré a descansar esta casa por primera vez está repleta y me preocupa un poco no estar a la altura de tan demandantes invitados, después de mi descanso que Betsy venga a organizar la cena para la fiesta de compromiso y manden a traer vestidos de fiesta con la modista para tantas señoritas que tengo hospedadas aquí, pregunten al futuro Duque si necesita un traje nuevo que no escatimen en gastos de todos modos el sastre tiene que venir para preparar a los niños, recuerden que los Andrey podemos ser muy generosos con el señorito Terruce también necesito que Candice vaya a mi habitación para...- la tía abuela estaba dando órdenes cuando fue interrumpida por Elisa y Neal.
-Buenas tardes tía abuela.- saludó Elisa melosamente. Neal hizo una reverencia exagerada.
-Elisa querida, me disponía a descansar pero puedes quedarte a comer si gustas.- decía la mujer mayor un poco atareada.
-Nos quedaremos con mucho gusto tía, ¿pero queríamos pedirte si podemos quedarnos aquí en la mansión? en casa hay varias complicaciones que nos hacen sentir incómodos.- dijo Elisa intentando controlar las lágrimas.
-Elisa querida no puedo recibirlos, tengo la casa saturada porque la familia Van der Horst se hospedará aquí para el compromiso de Anthony y Catharina.- la tía abuela hizo una pausa y se refirió al mayor domo.- Kliff puedes retirarte.
-¿Tia abuela podemos hablar un momento en privado?.- suplico Elisa.
-Neal puedes ir a servirte un refrigerio al salón grande, ahí están todos.- dijo la tía abuela Y Neal se fue caminando con desgano a donde lo enviaron.
La tía abuela y Elisa se dirigieron al despacho. Cuando la matriarca estaba sentada en el gran sillón junto a la ventana, Elisa se echó a llorar en su regazo.
-Tia abuela esto es tan bochornoso, primero Anthony se enamora de Candy y luego termina por darle sus afectos a Cathy, sin pensar en mis sentimientos, más aparte en casa mamá y papá se quieren divorciar y solo existen discusiones, me abruma pensar que va a decir la gente cuando se enteren de todo esto. Neal y yo no sabemos a quien más recurrir que a usted que siempre nos ha mostrado su cariño y comprensión.- decía Elisa entre unos sonoros lamentos.
-Elisa querida entiendo lo qué pasa con Anthony pero me tomas por sorpresa con lo de Sarah, hablaré con ella antes de que se cometa una locura, y me disculparas pero en verdad ya no queda espacio aquí en la mansión, la buena noticia es que solo estaremos a lo mucho tres días y partiremos a un lugar donde ustedes pueden sentirse tranquilos y relajados, tranquilízate Elisa, puedes quedarte durante todo el día si quieres y si me disculpas necesito descansar antes de ocuparme de muchos pendientes.- dijo Elroy tratando de darle ánimos a la pelirroja.
Después de eso Elisa se dirigió al salón grande donde todo mundo estaba tomando zumos y bocadillos, Neal estaba cerca del bar tomando una copa, Terry, Candy, Patty y Stear platicaban por momentos, ya que Terry y Anthony no dejaban de lanzarse miradas desafiantes, seguramente provocadas por la charla que sostenía con Archie, Cathy escuchaba la conversación de los dos primos y Annie veía preocupada a su novio y se desconcentraba a cada momento.
