De camino al sitio donde presuntamente se encontraban Eren e Historia; Zoey, Levi, Mikasa y Hange se encontraban conversando en una de las carretas.

La Sargento de lentes comenzó a hablar sobre un incidente ocurrido el mismo día de la destrucción de la Muralla María. Según la investigación llevada a cabo por el abuelo de Zoey, Rod Reiss tenía cinco hijos. La mayor, Frieda, era una chica humilde y muy querida por los ciudadanos del territorio. Erwin descubrió que una noche, hace cinco años, ocurrió una tragedia. Un grupo de bandidos aprovecharon el caos y quemaron la única capilla de la aldea. La familia Reiss se encontraba rezando allí esa noche, por lo que todos ellos –a excepción de Rod Reiss– fueron masacrados por los bandidos. Según lo descubierto por Kitz, ese suceso ocurrió apenas unos días antes de que la Policía Interior asesinara a la madre de Historia, llamada Alma. El hombre contactó a Historia justo después de perder a su familia, obligándola a que ocultara su verdadera identidad y pasara a llamarse Krista Lenz. Tiempo después, Rod reconstruyó la capilla usando sus fondos personales.

Se creía que el motivo por el que estaba tras Historia, era por algo relacionado con su sangre real. Además, las sospechas respecto al relato del incidente y el hecho de que no se mencionaran titanes en ningún momento, eran motivos suficientes para dirigirse hacia la capilla; la misma a la que Zoey había ido en busca de pistas cuando su abuelo desapareció.

Cabía la posibilidad de que Kenny el Destripador y su Escuadrón Anti-Personas se encontraran allí, siendo ellos su mayor obstáculo. Kenny era su principal amenaza al ser poseedor de ciertas habilidades que lo volvían aún más peligroso que Levi.

—¿Cómo es que sabes tan poco de ese tal Kenny, si tú has vivido con él de pequeño? —Le cuestionó Hange al pelinegro.

—Es un sujeto muy reservado. Ni siquiera sabía su apellido. —respondió, volteando hacia Mikasa. —Tú también eres Ackerman. ¿Acaso es un pariente tuyo?

Ante su pregunta, Mikasa agachó su cabeza pensativa.

—No lo sé… De lo poco que me contaron mis padres, mi papá era un Ackerman. Sé que su familia era perseguida en las ciudades. La familia de mi mamá provenía del oriente, y por sus diferencias étnicas, fueron seres marginados.

Zoey se cruzó de brazos y piernas al rememoran la persecución de dicho clan en el pasado.

—No creo que ese sea el motivo. El gobierno tenía algo personal en contra de los Ackerman. Tanto así, que los inculparon por la muerte de mi bisabuelo para que la policía los exterminara.

—Es posible. Dudo mucho que la razón sea por un rasgo étnico como mi madre.

Levi se mantuvo un momento pensativo y luego le preguntó a la chica Ackerman:

—¿Alguna vez sentiste que un poder despertó dentro de ti de forma repentina?

—De hecho, si —confirmó ella sorprendida.

—Kenny Ackerman también experimentó esa sensación. Es como si una fuerza descomunal invadiera todo tu cuerpo sin previo aviso. —explicó Levi. —Lo sé porque yo también lo sentí.

Todos se quedaron en silencio. Ahora sabían la verdadera razón por la que ellos tenían ese impresionante poder.

—¡Vaya!, ahora todo tiene sentido. Creí que estaban poseídos por alguna especie de entidad demoníaca.

Aunque el comentario de Zoey sonara como una broma, ella había llegado a considerarlo en más de una ocasión.

Cuando llegaron a la Capilla Reiss, el escuadrón encontró una compuerta que los llevaría directo a una caverna de cristal donde el enemigo los esperaba.

~

En una mazmorra, Eren despertó encadenado, encontrándose con Historia, quien parecía estar del lado de su padre tras reunirse con él después del secuestro.

Historia y Rod tocaron la espalda de Eren con la intención de que éste recuperara sus recuerdos perdidos respecto a cómo obtuvo sus poderes de titán. Ante aquel contacto con dos personas de sangre real, el muchacho comenzó a ser atacado por una serie de visiones donde se veía a sí mismo transformándose en titán y devorando a su padre, después de que éste le inyectara un suero y le entregara la llave del sótano de su casa. Por su parte, Historia logró recordar a su querida hermana Frieda Reiss, quien la visitaba con frecuencia en la granja donde vivía, hasta el momento en el que decidió borrarle sus recuerdos. Ante la curiosidad de Historia, su padre le explicó lo sucedido hace cinco años cuando el padre de Eren, Grisha Jaeger, asesinó a Frieda y el resto de su familia al transformarse en titán y destruir la capilla, robando el poder del Titán Fundador que ahora estaba en manos de Eren.

Rod estaba dispuesto a entregar la humanidad de su hija transformándola en titán para que devorara a Eren, aprovechando que Historia estaba cegada por el rencor luego de saber acerca de la muerte de su media hermana.

Mientras tanto, en la entrada a la caverna, el Escuadrón de Supresión Anti-Personas planeaba una emboscada contra los Capitanes y su escuadrón, pero ellos ya se encontraban preparados ante cualquier eventualidad. Los soldados arrojaron unos barriles con pólvora y aceite escaleras abajo. Acto seguido, Sasha lanzó una flecha de fuego provocando que ardieran en llamas. Aprovechando el humo de la explosión, el escuadrón se dividió en tres equipos: Levi, Mikasa y Zoey se dirigieron con sus EDM3D hacia el enemigo del lado izquierdo, mientras que Jean, Connie y Hange hicieron lo mismo del lado derecho. Armin y Moblit se encargaban de lanzar bengalas de humo para que los demás pudieran escabullirse, al mismo tiempo que Sasha cubría a sus compañeros usando su arco y flecha.

Armin había descubierto una debilidad del Equipo de Maniobras Anti-Personas; el cañón de fuego y el cable apuntaban en la misma dirección, por lo que el enemigo no podía disparar a su espalda. Además, si disparaban dos veces, necesitaban tiempo para recargar municiones. Teniendo ésto como ventaja, los soldados luchaban contra ellos escondiéndose entre el humo y atacándolos por la retaguardia.

Levi y Mikasa aniquilaban a la mayoría de los soldados del bando enemigo con una velocidad y destreza imparables. Zoey se esforzaba al máximo para poder seguirles el paso. En cuanto divisaba a un enemigo, la pelirroja no dudaba en decapitarlo o atravesar su cuerpo con sus afiladas cuchillas.

En medio de la batalla, Levi se encontró con Kenny Ackerman, lo que los llevó a iniciar un feroz enfrentamiento. Kenny parecía tener ventaja al haber sido quien le enseñó a Levi a pelear, pero para su sorpresa, el Capitán de la Legión logró herir a su antiguo mentor haciéndole un profundo corte en el estómago.

Hange se había topado con una mujer rubia llamada Traute Caven; la segunda al mando del escuadrón de Kenny. Al ver que el equipo contrario tenía la ventaja, la soldado rubia estaba decidida a incapacitar a uno de ellos. Traute disparó dos veces hacia Hange, atrayéndola hacia ella y poniéndola en una posición vulnerable. Cuando la castaña estuvo lo suficientemente cerca al creer que la mujer ya no tenía municiones, Traute disparó el gancho de su Equipo de Maniobras y enganchó a Hange de su hombro derecho, para luego lanzarla hacia uno de los pilares de la caverna. Ante el fuerte impacto de su espalda y nuca contra el duro cristal, Hange cayó inconsciente dejando un rastro de sangre. Todos sus compañeros voltearon hacia ella y vieron su cuerpo desplomado en el suelo.

—¡SARGENTO HANGE! —gritó Moblit angustiado.

—Maldición. —pronunció Zoey al ver a la castaña herida.

Levi, dejando de perseguir a Kenny, fue junto al resto para auxiliar a Hange. Sin embargo, Zoey no estaba dispuesta a dejar escapar a la responsable de lastimar a su amiga, por lo que fue detrás de Traute.

Al percatarse de que la Capitana la perseguía, la rubia comenzó a dispararle, pero cada tiro era evadido por Zoey.

Cuando logró acercarse a ella, Rivaille lanzó con fuerza una de sus cuchillas como si fueran navajas intentando clavarlas en un blanco. La cuchilla voló con un gran impulso de forma recta, pero apenas logró rozar a su rival. Zoey volvió a tomar su otra cuchilla para hacer su segundo lanzamiento, el cual estuvo mucho más cerca de ser atinado en su objetivo. Sin embargo, Traute logró cubrirse al ocultarse detrás de una de las columnas, provocando que la cuchilla se rompiera al estrellarse contra el cristal.

La mujer rubia volvió a abrir fuego contra Rivaille, obligándola a resguardarse. Zoey, entonces, recurrió al Plan B. Sacó su pistola de bengala y comenzó a disparar contra Traute haciendo que la mujer saliera de su escondite para alejarse del humo. Rivaille comenzó su persecución una vez más sin dejar de disparar y formar un espiral de humo alrededor de su contrincante, haciendo que las bengalas rebotaran estratégicamente contra las columnas. Esto le imposibilitaba a Traute saber en qué dirección iba a atacar.

La soldado rubia llevó sus manos a su rostro ante la gran cantidad de humo que estaba invadiendo sus ojos y pulmones. Zoey aprovechó para aparecer frente a ella blandiendo sus dos cuchillas de repuesto, dispuesta a apuñalar a la mujer sin piedad, pero cuando estaba a pocos metros de lograr su cometido, Kenny apareció de repente posándose sobre una de las columnas.

—¡Por aquí, Capitana Rivaille! —La llamó.

Zoey volteó hacia él y vio a Kenny sostener una pequeña pistola en su mano. Viéndose en peligro, optó por desistir a la idea de apuñalar a Traute para poder esquivar el disparo del hombre. La bala apenas le hizo un pequeño rasguño, pero su maniobra de evasión fue tan precipitada que perdió el control de su Equipo, por lo que cayó al suelo con todo el peso de su cuerpo sobre su brazo izquierdo, dislocándose el hombro. Pero Rivaille no tenía tiempo para quejarse del dolor, puesto que debía ponerse de pie y huir de prisa antes de que Kenny efectuara un segundo disparo.

Sus compañeros habían oído el ruido a lo lejos y se preguntaron qué había pasado, hasta que vieron a Zoey aterrizar junto a ellos notablemente adolorida.

—Hange, ¿estás bien? —Fue lo primero que preguntó Rivaille. Su amiga ya había recuperado el conocimiento, pero aún estaba aturdida por el golpe.

—¿Qué pasó, Capitana? —Le preguntó Jean al notar que Zoey sujetaba su brazo.

—Fue ese maldito de Kenny. Intentó dispararme y caí al suelo.

—¿Le duele mucho? —preguntó Armin.

—Un poco. —aclaró mientras sobaba su hombro.

Tan pronto como terminó de decirlo, Levi se acercó a ella y puso su brazo en ángulo recto. Sujetó la muñeca de Zoey con firmeza y jaló con fuerza, reacomodándo su brazo de un tirón. Ante la inesperada y algo brusca acción de Levi, Rivaille exclamó un quejido de dolor. No sabía si agradecerle o reclamarle por su falta de delicadeza.

—Eres tan suave como la patada de un burro. —dijo con ironía.

Como el Escuadrón de Kenny había conseguido escapar, los soldados optaron por ir en busca de Eren e Historia.

~

De regreso en la mazmorra, Rod comenzó a contarle a su hija acerca del misterioso poder titán y cómo éste se usó para modificar los recuerdos de la especie humana. También habló acerca de cómo a Frieda se le confirieron sus poderes y con ellos las memorias de la humanidad. Luego de esto, Rod se preparó para convertir a Historia en titán, pero Kenny quien había estado escuchando todo, desvela sus verdaderas intenciones. El maleante comenzó a hablar acerca de los secretos de la familia Ackerman y como ésta, junto a otros clanes, no podía verse afectada bajo el lavado de memorias, por lo que la monarquía decidió perseguirlos hasta erradicarlos. Es por eso que Kenny planeaba traicionar a Rod y hacerse con el poder del titán de Eren.

Después de amenazar a Rod, Kenny fue hacia Eren y lo liberó para que él e Historia pudieran combatir en sus formas de titanes. Sin embargo, el joven Jaeger se negó, pidiéndole a Historia que lo devorara, ya que ella era quien podía salvar a la humanidad. Pero para sorpresa de todos, cuando estaba a punto de inyectarse el suero, Historia se reveló contra su padre y aventó la jeringa. En ese momento, Rod ingirió un poco del líquido derramado en el suelo y comenzó a transformarse en titán, haciendo que el techo de la caverna comenzara a colapsar.

Ante el riesgo de ser aplastados por los escombros, Zoey y Moblit se apresuraron a llevar a Hange hacia el exterior, mientras Levi y el resto se dirigieron hacia la mazmorra.

Debido a la gran explosión generada al culminar la transformación, Historia salió disparada, pero fue salvada por Mikasa. Sus compañeros ayudaron a Eren a liberarse de sus cadenas e intentaron refugiarse del inminente derrumbe. Ante la grave situación, Eren pensó en rendirse al no encontrar una solución, pero el Capitán Levi le pidió que pensara y tomara una decisión. Eren entonces se transformó en titán, endureciendo su cuerpo y protegiendo a sus compañeros.

Estando en el exterior, todos pudieron ser testigos de la inmensidad del titán de Rod Reiss, quien se dirigía hacia el Distrito Orvud. En el camino, el escuadrón se encontró con la Legión y el Comandante Erwin Smith, a quien le reportaron lo sucedido.

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Al arribar a la sede de Orvud antes del amanecer, Levi le informó a Historia las nuevas órdenes de Erwin, las cuales eran que asumiera el trono y se convirtiera en reina al terminar la batalla. A sus compañeros les resultaba algo cruel forzarla a asumir ese papel, sabiendo que Historia deseaba liberarse de la carga de su familia.

Ante la negativa de la jovencita rubia al no querer llevar semejante peso sobre sus hombros, el Ackerman comenzó a impacientarse.

—Es tu destino. Tendrás que hacerlo, aunque no te guste.

—P-pero yo… N-no podría.

El pelinegro se acercó a ella y la tomó con fuerza del cuello de su camisa. Los presentes se alarmaron ante la repentina y violenta reacción de su Capitán.

Zoey estalló de cólera al ver a la joven suspendida en el aire.

—¿¡Qué carajos haces!?

Levi la ignoró y siguió:

—¡No tenemos tiempo! ¡Decídete ahora! —demandó.

Rivaille apretó la muñeca del pelinegro con fuerza.

—¡Suéltala ahora mismo!

—¡Responde mocosa! —volvió a exigir él.

—¡Te he dicho que la soltaras! —exclamó la pelirroja enfurecida. A Historia ya se le estaba dificultando respirar.

—¡Está bien! ¡Lo haré! —respondió Historia, logrando que Levi la soltara, cayendo de rodillas al suelo. —Mi siguiente misión… es ser reina. Lo entiendo… voy a hacerlo. —dijo la chica mientras intentaba recuperar el aliento.

Levi, más calmado y sintiéndose mal por haber perdido el control, le extendió su mano a la muchacha para ayudarla a ponerse de pie.

—Contamos contigo, Historia. —dijo suavemente, poniendo sus manos sobre los hombros de la chica.

Los soldados se dirigieron al auditorio para una reunión estratégica. En ella se resolvió que lo mejor era no evacuar a la gente de Orvud, ya que el titán era un excéntrico que se sentía atraído por las altas concentraciones de gente.

Historia también estuvo presente en la asamblea. Mikasa, que se encontraba a su lado, le comentó discretamente:

—Cuando seas reina, podrás golpear a ese enano. —Refiriéndose al Capitán.

Zoey sonrió al escuchar la atrevida sugerencia de Mikasa y pensó que Levi se lo merecía por haber sido tan rudo con Historia.

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En la cima de la muralla exterior del Distrito, los soldados de las Tropas de Guarnición intentaban atacar al enorme titán con sus cañones, pero los disparos no surtían efecto en Rod, quien ya estaba a pocos metros de la muralla. Los soldados no tuvieron más remedio que retroceder y dejar el resto en manos del Cuerpo de Exploración.

La Legión comenzó a montar unos explosivos de mayor potencia usando pólvora, cuerdas y redes; siendo supervisados por la Sargento Hange, quien llevaba un vendaje en su brazo derecho.

La castaña volteó a ver a Zoey sentada sobre unas cajas. Ella había dejado de aplicarse hielo en su hombro para empezar a afilar sus cuchillas.

—Oye, Zoey… ¿Acaso piensas participar? —Le preguntó preocupada.

—Claro, ese golpe no fue nada. —respondió Rivaille confiada. —Además… Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que corté la asquerosa piel de un titán.

Determinada a no quedarse fuera del operativo, la Capitana se puso de pié y fue junto a sus subordinados para ayudarlos a amarrar unas cuerdas.

—¡Erwin! ¿Vas a permitirlo? —Le preguntó Hange a su Comandante, parado junto a ella y Levi.

—No me escucharía de todas formas. —respondió el rubio, sabiendo lo obstinada que podía ser la pelirroja.

Aunque su participación no era propicia, a los tres soldados les dio gusto que Zoey se estuviera comportando como la soldado que solía ser.

Erwin caminó hacia ella y los demás soldados, pero el Comandante solo se concentró en uno de ellos en específico y se dirigió hacia la jovencita rubia:

—Historia, debido a que te convertirás en reina, no puedo permitirte estar en primera línea.

—¿Cree que la gente obedecerá a una reina solo porque se declare como tal? Debo hacer algo para que me reconozcan. —argumentó la chica.

—Comprendo tus motivos, pero no puedo permitirte combatir.

—Por favor, Comandante. Esa es mi misión. Por eso estoy aquí.

Zoey se acercó a ambos rubios y se mostró de acuerdo con Historia.

—Yo me encargaré de resguardar su seguridad. —Le aseguró a su Comandante.

Erwin dudó unos instantes y después aceptó. Historia sonrió entusiasmada y le dió las gracias a ambos, especialmente a la Capitana.

La operación finalmente dio inicio. Los soldados lanzaron los explosivos consiguiendo darles a las manos que el titán usaba para trepar la muralla, provocando que perdiera el equilibrio.

Erwin dio la orden a Eren para que éste se transformara en titán e insertara más explosivos en la boca de su oponente, haciendo que el cuerpo de Rod explotara en mil pedazos. Los Capitanes y su escuadrón saltaron al ataque, cortando con sus cuchillas los trozos de carne del titán esparcidos por el aire. Historia logró dar con el pedazo donde se alojaba la médula espinal de su padre, para acto seguido, cortarlo por la mitad y poner fin a su vida.

A causa del abundante vapor, los soldados fueron empujados en distintas direcciones.

—¡HISTORIA! —gritó Zoey al verla salir disparada al interior de la muralla, pero la presión del vapor no le permitía llegar a ella. Para su suerte, Historia aterrizó encima de una carreta con suministros.

La gente de Eldia, al ver el impresionante acto de heroísmo de la chica, comenzó a preguntarse quién era esa jovencita. Sintiéndose llena de valor, la soldado rubia se puso de pie y respondió con firmeza:

—Soy Historia Reiss. La auténtica reina de estas murallas.

~

Kenny Ackerman se encontraba recostado con graves heridas y quemaduras a causa del derrumbe, siendo el único sobreviviente de su escuadrón. En su estado moribundo, el hombre comenzó a recordar su pasado cuando conoció a Uri Reiss, el hermano menor de Rod y rey de las murallas en ese entonces, con quien luego forjaría un estrecho vínculo. En ese entonces, Uri poseía el poder del titán fundador que años más tarde le heredaría a su sobrina Frieda. Al morir éste, Kenny decidió trabajar para la familia Reiss y se unió a la Policía Interna. Su tarea consistía en asesinar a todo aquel que suponía una amenaza para la familia real. Entre sus víctimas, se encontraban la madre de Historia y Dimo Reeves.

Cuando Kenny fue a visitar a su hermana Kuchel Ackerman al prostíbulo de la Ciudad Subterránea donde trabajaba, encontró sentado en un rincón de la sucia habitación a un pequeño y desnutrido Levi, quien le dijo que su madre había muerto por una enfermedad. Sin decirle su verdadera identidad, Kenny vivió un tiempo con su sobrino y le enseñó a sobrevivir en el subterráneo. Cuando el niño aprendió a cuidarse por sí solo, el hombre lo abandonó a su suerte.

Informado por un soldado, Levi había encontrado el paradero de Kenny. Al ver su penoso estado, el pelinegro bajó su escopeta.

—Con esas quemaduras y perdiendo tanta sangre, no te vas a salvar.

—¿Eso crees? —preguntó Kenny, sacando de su chaqueta un estuche que contenía una jeringa con el suero de titán. —La robé del bolso de Rod.

Sin embargo, el hombre parecía no tener intenciones de usarlo.

—Antes tenías más tiempo y fuerzas para inyectarte eso. ¿Por qué no lo hiciste?

—Si no lo hago bien… podría transformarme en un titán defectuoso.

—Tú no esperarías a morir sentado sin más. ¿No tienes una mejor excusa?

—No. No quiero morir… siempre deseé más poder.

—¿De qué te sirve tener tanto poder, si lo utilizas para matar personas inocentes?

—Aunque pareciera un pasatiempo… mi trabajo era eliminar a todo aquel que interviniera en los asuntos del gobierno.

Al oír eso, Levi frunció el ceño y preguntó sin rodeos:

—¿Y por esa razón asesinaste al Comandante Rivaille?

Kenny se mantuvo en silencio, sin intenciones de responder a su acusación.

—Es inútil que lo niegues. Lo supe desde el momento en que vi la forma del corte en su garganta.

Kenny sonrió con cierto orgullo al saber que Levi había logrado reconocer la marca de su cuchillo. Finalmente, decidió hablar:

—El viejo parecía ser un hombre bondadoso y altruista… pero no era muy listo. Sabía perfectamente en lo que se estaba metiendo, y aun así, continuó con su estúpida investigación. —respondió Kenny mientras presionaba la herida de su estómago.

Aprovechando que ese día había salido tarde de su oficina, Kenny y su banda secuestraron al Comandante Rivaille, pero decidieron no matarlo de inmediato, ya que Sannes quería conocer hasta qué punto había llegado en su investigación. Sabiendo que su destino era la muerte, Kitz decidió revelarles todo lo que sabía, insistiendo en que su nieta no tenía conocimiento de sus acciones. Sannes consideró que podría ser beneficioso tener a un Rivaille como aliado y le propuso mantener el secreto a cambio de ciertos privilegios que la nobleza de Paradis le ofrecía. Sin embargo, Kitz se mantuvo firme en sus principios y se negó a traicionar sus ideales, especialmente sabiendo que el gobierno había envenenado a su padre. Fue entonces cuando Kenny le cortó el cuello y aprovechó el caos generado por la caída del Muro María para abandonar su cuerpo sin ser visto.

—Los Rivaille… siempre han sido unos entrometidos. El gobierno también mató a su padre por esa razón. Y su nieta… seguramente seguiría el mismo camino.

—¿Ese fue el motivo por el que intentaste dispararle? —interrogó Levi respecto a su repentino ataque a Zoey en la caverna.

El hombre sonrió con malicia.

—Tal vez.

Kenny comenzó a toser sangre y cada vez se le dificultaba más el hablar. Levi se agachó frente a él y lo tomó por los hombros

—Ahora dime, ¿Qué relación tenías tú con mi madre? —Le exigió.

Lejos de sentirse amenazado, Kenny lanzó una carcajada y levantó su cabeza para mirar a Levi con incredulidad.

—Que idiota eres… Yo era su hermano mayor. —respondió volviendo a reír y a toser al mismo tiempo.

Levi abrió su boca con asombro al descubrir su parentesco con ese hombre.

Recuperándose del shock momentáneo, el pelinegro le hizo una última pregunta:

—Quiero saber, por qué aquel día… me abandonaste. —Su voz sonó con cierta mezcla de dolor y enojo. Kenny se tomó unos momentos para responder, intentando atraer aire en sus debilitados pulmones.

—Porque yo… no podría ser… el padre de nadie.

Después de esa revelación, Kenny le entregó a Levi el estuche con el suero de titán, para luego fallecer frente a sus ojos.

~

Ese mismo día, Historia fue coronada como la nueva reina de las murallas, ante la admiración de los ciudadanos de Eldia quienes la reconocían como su salvadora.

Al finalizar la ceremonia, Levi se encontró con Zoey junto a un enorme ventanal del palacio real. La soldado estaba contemplando el anaranjado paisaje del atardecer. El pelinegro se acercó a ella y comenzó a contarle todo lo que había descubierto durante su plática con Kenny, sobre todo el hecho de que él había sido el asesino de su abuelo.

—Ya veo… —mencionó Zoey, procesando las palabras de su compañero. Ambos se quedaron callados por unos instantes. Zoey apoyó su cabeza en el vidrio y suspiró reconfortada al saber la verdad sobre la muerte de su abuelo. —Entonces, si ese tipo era tu tío… eso significa que tú también eres un ¿Ackerman?

—Así es. —respondió Levi, metiendo sus manos en los bolsillos de su abrigo y recostando su brazo sobre la pared.

—Creo que… te queda bien el nombre. —opinó Rivaille.

Ambos continuaron en silencio mientras el sol se filtraba por el ventanal y el calor impregnaba en la piel de sus rostros.

—Debí habértelo dicho antes. Sospeché de Kenny al momento de ver el cuerpo de tu abuelo, pero habría sido peligroso que te metieras con él. —dijo Levi, admitiendo su intención de mantenerla lejos de aquel asesino. Zoey se extrañó al descubrir sus buenas intenciones.

—Está bien. De todos modos, es un gran alivio saber la verdad, aunque haya pasado tanto tiempo —aseguró con amabilidad —. ¿Tú no sientes lo mismo respecto a tu familia?

—Sí, supongo. Al menos ya conozco mi verdadera identidad. —respondió Levi.

—¿La de un demonio atrapado en el cuerpo de un enano? —bromeó la pelirroja. Levi fingió una insonora risa sarcástica. Era la segunda vez que lo llamaba demonio.

—Ahora que la verdad salió a la luz, creo que mi abuelo podrá descansar en paz. —dijo Zoey al suspirar. Luego volteó a ver a Levi, expresándose agradecida: —Muchas gracias… por contármelo todo.

El pelinegro volteó a ver a Rivaille quien le sonreía dulcemente, notando un brillo especial en sus ojos, iluminados por una luz en tonos dorados que traspasaba el marco de cristal. Levi se quedó boquiabierto, sorprendido ante lo que veía. Era la primera vez desde que se conocieron que Zoey le sonreía de esa manera tan agradable, o más bien, era la primera vez que le mostraba una sonrisa sólo para él.

Los pensamientos atorados que esa expresión le dejó, fueron interrumpidos al oír las voces de sus subordinados acercándose por el pasillo. Historia caminaba delante de ellos, con una clara intención de golpear al Capitán Levi como Mikasa le había sugerido.

Zoey caminó unos pasos hacia ellos e inclinó su cuerpo hacia adelante para estar a la altura de la pequeña Historia.

—Felicidades, su majestad. ¿Cómo te sientes?

—¡Muy bien! —respondió Historia feliz.

—Me alegra oírlo. Ahora tienes la autoridad y el poder para hacer lo que quieras… y golpear a quien quieras. —dijo guiñandole un ojo con picardía.

Incitada por Mikasa y ahora también por la Capitana Rivaille, Historia se acercó a Levi y, algo temerosa, reunió el valor suficiente para propinarle un golpe de puño en su brazo.

Levi ni siquiera se inmutó. Sus subordinados exclamaron aterrados por la forma en que su Capitán podría reaccionar, a excepción de Zoey y Mikasa que sonreían satisfechas.

—¿Qué tal eso? No puede quejarse ahora que soy la reina. —dijo Historia con tono vacilón.

Levi como respuesta, lanzó una pequeña carcajada seguida de una sonrisa.

—Se los agradezco, muchachos.

Los presentes se quedaron atónitos al ver al soldado más fuerte de la humanidad sonreír de esa forma. Rivaille, especialmente, estaba impactada al ver por primera vez en Levi una expresión que no fuera escéptica o gruñona. En ese momento, la habitual frialdad en el rostro del pelinegro había desaparecido, transmitiendo una peculiar calidez que hizo desear a Zoey que pudiera mostrar esa sonrisa con mayor frecuencia.

~

Tras dos semanas de la coronación de Historia, Eren logró dominar "la técnica de endurecimiento" y sellar el agujero de la Muralla María.

Cuando Hange concluyó con los estudios realizados sobre el suero de Titán, Erwin le confirió la jeringa a Levi, ya que al ser el más fuerte de los soldados era quien poseía mayores probabilidades de sobrevivir a la siguiente misión.

Eren había empezado a recibir recuerdos de su padre y en éstos, había logrado reconocer a su antiguo instructor de reclutas, Keith Shadis, por lo que él y los demás decidieron reunirse con él en busca de algunas respuestas.

Durante el camino a caballo, Hange les contó a los chicos que Shadis había sido el Comandante de la Legión antes que Erwin.

—Apuesto que le dará gusto volver a ver a su subordinada favorita. —le comentó animada a Zoey, pero ella se mostró dudosa de la reacción que podría tener su excomandante.

Al llegar a la academia de reclutas, Shadis se encontraba observando a los cadetes realizando sus entrenamientos. Ninguno de los chicos tenía el suficiente valor para acercarse a él, recordando el duro y aterrador carácter de su antiguo instructor. Hange entonces, empujó a Zoey para que se acercara.

La pelirroja se colocó unos pasos atrás del hombre e hizo el saludo de la Legión como acostumbraba hacerlo.

—Comandante Shadis. —llamó Zoey con firmeza.

Keith giró su cabeza hacia ella y abrió sus ojos con asombro al ver de quién se trataba.

—¡¿Rivaille?!

El hombre observó extrañado a Hange, Levi y sus antiguos cadetes que la acompañaban, los cuales lucían irreconocibles para él.

Los soldados se reunieron en una sala del cuartel de reclutas para conversar tranquilos.

—No sabía que habías regresado. —comentó Shadis, viendo a Rivaille sentada a su lado en la mesa. —Me alegra verte recuperada. No esperaba menos de mi mejor subordinada. —dijo manteniendo su expresión seria, pero con cierto tono animado.

—Ya le dije que no diga esas cosas... Es vergonzoso. —pidió la pelirroja mirando hacia abajo con algo de molestia.

—Por favor, Instructor. Cuéntenos todo lo que sabe. —Le pidió Eren, levantándose de su silla.

—No sé mucho, pero si no les importa oír una historia inútil para la humanidad, entonces hablaré.

El hombre comenzó a contarles acerca de la vez que encontró al padre de Eren amnésico fuera de las murallas, incapaz de recordar cómo había llegado a ese lugar. Grisha no tardó en adaptarse a la vida dentro de los muros, trabajando como médico, y posteriormente, casándose con Carla, la madre de Eren.

Una noche, vio a Grisha llevar a su hijo al interior del bosque. Tras ver la caída de un rayo, Keith fue a buscarlos, pero solo encontró a Eren inconsciente y ningún rastro de su padre.

Shadis también admitió haber renunciado al cargo de comandante del Cuerpo de Exploración, tras sus múltiples expediciones fallidas y creer que él no era lo suficientemente "especial" para pertenecer a la Legión.

—Así que no fue por los soldados que murieron, sino por una estupidez sentimental como que no era especial. —dijo Hange con enojo, sin disimular su decepción por aquel hombre que solía admirar tanto.

—Hange, basta. —Le ordenó Levi

Pero lejos de acatarse a la orden, la castaña siguió recriminándole.

—Tus complejos no importan. ¡No huyas de la realidad!

Zoey sintió una electricidad escalofriante recorrer su cuerpo ante esas palabras, porque era exactamente lo que ella había hecho después de su accidente.

Hange se puso de pie y apoyó su puño sobre su pecho.

—¡Eso es lo que significa entregar tu corazón!

La pelirroja agachó su cabeza. Hange tenía toda la razón. Esto hizo que Rivaille volviera a sentir repulsión por ella misma.

—Entiendo que estén decepcionados de mí. —expresó Shadis apenado.

Al haberles dicho todo lo que sabía, los soldados se retiraron de la sala de reunión. Sin embargo, Zoey volvió sobre sus pasos y se dirigió hacia su antiguo Comandante.

—Sería hipócrita de mi parte estar decepcionada de usted, cuando yo también renuncié a todo por creer que no era lo suficientemente especial para cambiar el mundo. —admitió con su mirada en el suelo.

—Te equivocas —respondió el hombre —. Tú eres muy especial, Rivaille. Lo supe desde tu primer día en la Legión. Eso le dije a tu padre el día que vino a suplicarme que te expulsara. Con el tiempo, él supo que no me equivocaba.

Rivaille levantó su cabeza y vio una sonrisa sincera en el rostro de su excomandante. Zoey también curvó sus labios. Por primera vez después de su accidente, pudo sentirse un poco mejor consigo misma.

—Gracias, señor. —Se inclinó agradecida. —Lamento que no se sintiera especial… pero yo aprendí muchas cosas de usted, como trabajo duro y disciplina. Y no olvidaré que fue una de las primeras personas que creyó en mí y jamás me subestimó, ni me trató diferente por ser una mujer.

Al oír las palabras de su antigua subordinada, la sonrisa de Shadis se hizo aún más grande. Antes de irse, Rivaille hizo el saludo de la Legión, demostrándole que siempre lo vería como su Comandante.

Sabiendo la verdad que envolvía a Grisha Jaeger, la Legión de Reconocimiento se preparaba para contender la Muralla María y descubrir los secretos que podrían ocultarse en el sótano de Eren. Era seguro que durante el operativo, los soldados tendrían que volver a enfrentarse a los titanes Bestia, Colosal y Acorazado.

Ambos bandos estaban decididos a ponerle un fin a esa guerra interminable en la que sólo uno saldría victorioso. En esa próxima batalla de humanos contra titanes, ¿Quiénes lograrán sobrevivir y quiénes perecerán en el camino?

Continuará…