Había una vez en un reino muy lejano llamado Reino Troll en el cual se decía que en el pasado en las montañas cercanas eran vislumbrados trolls que cuidaban la naturaleza y que los humanos de ahí aprendieron de ellos. Por eso el reino era abundante en alimentos, que los hacía unos grandes comerciantes de toda clase de frutas, flores, semillas y más. también junto con esto se apoyó la experimentación de remedios naturales lo cual los hizo grandes en avances medicinales herbolarios, pero esto último fue impulso del Rey Pepi quien desde que subió al trono ha hecho grandes avances en economía, infraestructura y política, el reino parecía prosperar en abundancia.

El rey se casó y tuvo dos preciosas hijas, la mayor una rubia niña llamada Viva y Poppy la princesa menor con un hermoso cabello rojo como las flores de amapola, las niñas crecían y el reino con ellas, pero, una desgarradora noche la princesa Viva a la edad de nueve años fue raptada de los jardines reales.

Nunca había pasado eso y mucho menos dentro del palacio, los caballeros y guardias buscaron por todas partes a la pequeña princesa.

Pasaron los días… las semanas… y los meses pero la reina cayó enferma y cada vez estaba más débil, a la princesa Poppy la mantenían resguardada en su habitación y el rey se ocupaba de que el reino no perezca junto con su esposa.

Un día de aquellos finalmente pasó, justo después de la hora del té la reina falleció soltando su taza y quebrándose en el suelo.

Hubo un funeral, todo el reino resintió la pérdida de una reina tan amable, atenta y bondadosa con el pueblo. Casualmente el cielo también lloró la pérdida de la reina sin embargo el rey le había prometido a su esposa tres cosas antes de fallecer: que Poppy no sería infeliz, que nunca dejaría de buscar a Viva y que el reino debía seguir prosperando.

Al regresar al castillo se podía sentir la tristeza en todos los salones, salones donde antes había gente y cotilleo, baile y música; ahora, solo hay solemnidad y ventanas cerradas.

Poppy a la corta edad de seis años con las extremidades cortas propias de una niña pequeña se ocultó en su alcoba, recordó que su hermana abría y cerraba las paredes y ella encontró cómo hacerlo y esa tarde escapó, quería encontrar a su hermana, quería que su madre regrese, quería ya no sentirse sola.

El pasadizo dio a la cocina y de ahí fue fácil escaparse a los establos, lugar donde se ocultó a llorar.

No fue hasta que un pequeño niño castaño le habló.

"¿Qué haces aquí? este no es lugar para una niñita"dijo el niño mientras cargaba una cubeta llena de tierra apestosa.

"Tu, ¿qué haces aquí? si también eres un niñito"le alzó la vista y frunció el ceño.

"Yo no soy un niñito, yo ya tengo 10 años"se jactó el pequeño para después voltear a ver a la niña, en ese momento vio sus ojos azules cristalinos y la luz reflejo un poco su cabello rojo cual amapola.

"¿Quién eres tú, niñita? ¿y por qué estás llorando?"él se arrodillo para estar a la altura con una mirada seria.

"Yo-yo sólo quiero que mi hermana regrese y extraño mucho a mi mamá"la niña rompió en llanto ocultando su cara entre sus piernas de nuevo.

"Oye, oye, tranquila. A veces las personas ya no están con nosotros pero tenemos que ser fuertes para enfrentar la vida por nosotros mismos"le tomó de su hombro.

"¿Tenemos?" respondió la niña.

"Si, yo igual perdí a mi abuela hace poco, mis hermanos me abandonaron, pero, ahora para poder comer algo estoy trabajando aquí en los establos"

"Pero, ya está oscureciendo, deberías ir a casa"

"Ya no tengo una casa donde regresar, aquí es donde paso las noches…" hizo una pausa, mirando al suelo "no es tan malo, la paja es cómoda y los caballos son mis amigos"

La niña sonrió "Eres gracioso" lo miró divertida y dijo "entonces, yo igual podría quedarme contigo y trabajar para comer "le dijo entusiasta.

El niño rió "No lo creo, debes tener a alguien esperándote, ¿no es así?" la tomó de las manos y la ayudó a levantarse.

"bueno, mi papá se desesperaría si no me ve en los desayunos, esos momentos son cuando le comparto lo que hice el día anterior y se preocupa por que ese mismo día tenga lo que me falta"

"ves, tu papá te quiere mucho y se preocupará si no te ve pronto, te acompañare a tu casa ya esta oscureciendo y no es seguro para una niñita."

"¡no soy una niñita!" al decir eso dió un pisotón e infló los cachetes.

"De acuerdo, de acuerdo" rió por lo adorable que se veía " eres ya una niña grande, y ahora por tu mama y tu hermana serás cada día más fuerte"

La niña lo tomó de su mano y lo jaló hacia el palacio, el niño se detuvo extrañado, hasta que la luz del palacio alumbro su hermoso vestido que aunque fuera negro y gris era elegante y contrastaba con su hermoso cabello rojo. Ahí fue cuando cayó en cuenta que le había estado hablando a su alteza real la princesa Poppy

"Tu, tu eres la hija de su alteza el Rey Pepi" dijo el pequeño niño sorprendido.

La niña lo miró con confusión "Si, soy la princesa Poppy" exclamó

En ese momento las puertas del palacio se abrieron y muchos soldados se desplegaron por el jardín.

Uno de ellos gritó "¡Ahí está! cerca del establo" y en cuestión de segundos el rey la levantó en su hombro y los guardias apuntaron al chico

"¿Quién eres tú, niño?"

El niño se arrodilló y bajó su cabeza, "Mi nombre es Ramón. Su alteza" el niño tenía mucho miedo.

"Papi, papi. este niñito me encontró y me estaba llevando al castillo, es bueno ¡y quiero que sea mi caballero!"

El rey suavizo su mirada y dio media vuelta dirigiéndose al castillo. "Cariño, ese plebeyo no puede ser tu caballero, es débil y pequeño"

Ramón cerró los ojos con impotencia, pues era verdad. por eso no había podido ayudar a su abuela, por eso sus hermanos no se fueron con él…

"Pero, papi" exclamó la pequeña en un berrinche.

El rey sonrió de lado y se regresó donde Ramón, bajo de sus hombros a la pequeña, esta se paró a su lado con seriedad.

"Plebeyo, ¿hacia quien juras tu lealtad?, dímelo ahora."

El pequeño Ramón, levantó la mirada, observó al rey y a la princesa, se levantó con firmeza, y se arrodilló como un caballero recibiendo su título.

"Alteza, en esta noche juro solemnemente ante todos los presentes mi lealtad eterna hacia usted el Rey Pepi de Reino Troll, ante su majestad la Princesa Poppy y hacia vuestro reino. Prometo servir con honor y valentía, mi deber será proteger el honor de la familia real y defender vuestra causa en todo momento. Que mi corazón esté siempre a su disposición, para luchar y protegerlos de los enemigos. Que este juramento sea mi lazo más sagrado, y que nunca falle en cumplirlo. mientras respire y tenga vida en mi ser, así lo mantendré, Lo juro."

Esa noche Ramón no volvió a dormir en los establos, fue llevado al cuartel por los soldados, donde estuvo en un cuarto no tan grande, pero era cálido. había más muchachos, todos mayores que el. pero no tenía miedo.

Estaba feliz, todo parecía un sueño, no podía creer que había hablado con la princesa, era más linda de lo que se imaginó, ella lo quería a su lado, e iba a hacer lo que sea para lograrlo, no dejaría que la princesa pase más tristeza si estaba en sus manos,pensó.

Memorizó el juramento que recito, solo así pudo conciliar el sueño. no sabia que le esperaba al día siguiente pero todo era mejor que trabajar en los establos y dormir ahí.

El rey en un estado de desesperación, convocó a su escuadrón de élite la Hueste obsidiana, una fuerza de alto elite que se encargan de misiones peligrosas tomando acciones cuestionables por el bien del reino, pero, ni siquiera ellos habían podido rastrear a la princesa Viva.

Fue entonces que subieron a nuevos reclutas sobre destacados en el entrenamiento específicamente 4 jóvenes, uno de ellos era el primero en ser caballero a la edad de 16.

Se les dio el mandato de no regresar hasta que trajeran a la princesa Heredera de vuelta a casa. Entonces el escuadrón de 30 soldados salieron del castillo, y se esfumaron.

Desde entonces nunca se les volvió a ver en el palacio, ni en el reino, pareciera que su existencia fuese un mito.