Y las travesuras continúan, fufufu ^u^ Hola a todos, aquí Coco, quien sigue con la misión de pasar todas sus obras de Wattpad para acá, y que hoy tiene el placer de anunciar que será doble entrega. Halloween en plena primavera, ¿qué podría ser mejor? 3 Lo único que se me ocurre es... ¡ir a leer ya! ^0^ Por tanto, los dejo ir a disfrutar. Les mando un beso, un abrazo y, como siempre digo, ya saben qué hacer.
Cuando volvieron a entrar, no parecía que nada hubiera cambiado dentro de la casa. Los invitados comían y bebían a gusto, la música resonaba en cada rincón y los adornos seguían todos en su sitio.
—¡Fue un fiasco, Vivian! ¿De qué nos sirvió tanta tontería si…?
—¡Silencio Jericho! Mejor vamos a esperar. La noche es joven, y puede que sea muy pronto para…
—¡Chicas, miren! —Un prendedor en forma de araña saltó de la cabeza de una de sus invitadas y salió corriendo por el pasillo—. ¡Y allá! —Alguien había perdido su nariz roja de payaso, y mientras la buscaba, un adorno de calabaza comenzó a reírse a carcajadas—. ¡Están cobrando vida! —La bruja líder sonrió mientras se relamía los labios.
—Sí, ya veo, ya veo…
—Vi… vi… ¿Vivian? —dijo la peliazul temblando—. ¿Podrías repetirme las reglas? Me estoy asustando…
—Está bien. ¡Reunión! —Las cinco la rodearon andando con saltitos juguetones, y entonces ella les contó lo que iba a suceder—. Verán, entre más oscura se ponga la noche, más y más fuerza irá cobrando la magia.
—¿Y qué pasará ahora?
—Lo que dice el hechizo: primero, lo más probable es que los disfraces dejen de serlo y se vuelvan reales.
—¡¿Qué?! ¿Quiere decir que se convertirán en mons… en mons... ?
—Después —dijo la bruja sin detenerse—, comenzarán a mostrar sus personalidades ocultas. Así veremos si alguien es tan feo por dentro como lo es por fuera, fufufu. Y finalmente…
—¡Espera! Pero si hay monstruos aquí… es decir, hay zombies, hombres lobo, fantasmas, ¡vampiros! ¿Cómo sabes que no nos atacaran?
—Esa es la segunda fase del hechizo, linda. ¡La parte divertida! Después de revelar quienes son en verdad, mostrarán sus más oscuros y pecaminosos deseos. Estarán demasiado ocupados tratando de satisfacerse a sí mismos como para ponerse violentos. Y los que no lo logren hacerlo, irán desapareciendo de la casa.
—¿Cómo?
—Así, ¡puff! —Jenna hizo el gesto como de lanzar diamantina a la cara de Jericho, asustándola tanto que cayó de nalgas, logrando que las demás comenzaran a reír a carcajadas.
—Serán transportados mágicamente fuera de la casa. Y no recordarán la fiesta ni lo que pasó. Pero aquellos que se queden…
—¡Perderán todo el control! —gritó Melascula.
—No podrán con la lujuria y darán rienda suelta a sus pasiones. —dijo la gemela pelinegra, ruborizándose.
—Ahí es donde entramos nosotras.
—Así es. La fase final del hechizo: solo aquellos que hayan encontrado a su pareja permanecerán aquí. Y al amanecer, serán los únicos que recuerden lo que pasó —Las diabólicas mujeres guardaron silencio, deleitándose en lo que eso significaba—. Pero es muy pronto para ejecutar nuestro plan. Chicas, disfruten la fiesta. Nos encontraremos aquí a las diez, y entonces les daré mi obsequio final del Día de las Brujas.
—¡Vámonos! —Cada una tomó direcciones diferentes, y comenzaron a recorrer la enorme casa en busca de evidencias de que el hechizo estaba funcionando. La primera en hacerlo fue Melascula.
—Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí? —En un rincón del invernadero, ocultos por una enorme enredadera, estaban sus amigos Drole y Gloxinia, besándose con pasión. No habían querido reconocer lo suyo delante del resto del grupo, pero ahora estaban permitiéndose todas las locuras que no hacían en frente de la gente. Y no había ninguna duda de que la magia estaba funcionando, porque al más alto la piel se le estaba poniendo azul, y al más bajo le salieron alas. De un momento a otro, el gigantón metió la mano en el pantalón del pelirrojo y comenzó a acariciar su pequeño trasero.
—Drole… —Siguieron con su juego hasta que Gloxinia comenzó a temblar, tensando todo su cuerpo y abrazándose al cuello de su compañero con fuerza—. ¡Sí! ¡Así!
«Vaya que debe tener dedos largos ese tipo», pensó la pelimorada, y justo acababa de hacerlo cuando lo vio bajar de golpe los pantalones al hada y lo voltearlo para entrar en él. «Creo que ya vi suficiente. Travesura realizada, muchachos». La noche apenas acababa de empezar.
—No queda duda, ¿verdad hermana? —En el rato en que habían estado juntas, las gemelas habían presenciado la transformación de sus invitados, el "puff" de dos personas, y habían tenido que destrozar un par de adornos que tras adquirir vida propia se estaban tornando un poco rebeldes. Pero Zaneri parecía tener la cabeza en otro lado—. Vamos, no te desanimes. Estás buscando a cierto rubio, ¿no? —La pelinegra negó con la cabeza y frunció el ceño—. ¿Entonces?
—Primero quiero asegurarme de que "esa perra" no interfiera.
—Oh, ya. Entonces, busquemos a las hermanas Liones —Así lo hicieron, y después de preguntarle a una momia y una extraña pareja de demonios, por fin dieron con el lugar—. Vaya, qué atrevida es para tomar la oficina —Ambas pegaron la oreja a la puerta, y los gemidos que oyeron dentro las pusieron por completo en alerta—. ¡Ups! Parece que se nos adelantaron.
—¡¿Qué?! —Zaneri abrió la puerta, y la escena que vio la hizo ruborizarse completamente. Una chica de pelo corto morado y ojos cafés se estaba reclinando en una silla mientras un enorme hombre musculoso estaba detrás de ella, rozando sus intimidades. A ella le habían salido orejas y cola de perrito, y él obviamente había venido disfrazado de hombre lobo.
—Te digo que… ¡Au! —dijo con un sonido que sonó a ladrido—, si entra.
—Pero Verónica, eres tan pequeña. No quiero lastimarte.
—¡Soy yo la que decide, Griamor! —La chica comenzó a hacer su trasero hacia atrás, insertándose ella sola en la punta. Él no pudo resistir y la penetró de un solo golpe.
—¡Auuuu! —Ambos se quedaron quietos un momento antes de seguir—. ¿Lo ves?, te dije que si entrabaaaaah… —El lobo comenzó a mover sus caderas hacia adelante y hacia atrás, y las gemelas brujas no pudieron ver más, porque un chico vestido de zombie se les acercó, interrumpiéndolas.
—¿Qué hacen?
—Na… ¡nada! —Tartamudearon a la vez-
—Así es, nada de nada. Eres Hauzer, ¿verdad?, ¿se te ofrece algo?
—Estaba buscando a mis amigos. Me estoy sintiendo muy raro, y quiero irme de esta fiesta antes de que… —. ¡Puff! Se hizo humo azul justo ante ellas.
—Otro que se va. ¿Es que acaso el pobre estará para siempre soltero? –rieron burlonas. Y siguieron buscando a sus víctimas y afectos.
Jericho sentía que se iba a orinar del miedo. Entraba y salía de todas las habitaciones de esa casa siendo testigo de cosas macabras, y cuando no daban miedo, lo que veía la ruborizaba como una manzana. Había visto al menos seis transformaciones en monstruo, cuatro parejitas haciendo "aquello", y también descubierto un extraño efecto secundario del hechizo del que no sabían: al parecer, si después de aceptar sus deseos terminaban por no ser "compatibles", entonces eran mágicamente expulsados de la casa. Desaparecían en cuanto demostraban que sus sentimientos eran superficiales. Al parecer, si llegaban a la fase de entregarse sin sentir amor de verdad, igualmente eran "puffeados" en el acto.
—Se supone que este hechizo es sobre la lujuria. Entonces, ¿Por qué los únicos a salvo de la magia parecen ser las parejas que sienten algo real? —De pronto escuchó rechinidos por donde iba caminando, y se quedó quieta a la espera de problemas. Trago saliva y, motivada por la curiosidad y el morbo, se acercó a la puerta de dónde provenía el ruido. Giró la perilla un poco y se puso a espiar por la abertura.
—Vamos Gowther, más rápido.
—Mi vida… —El chico de cabello magenta estaba arrodillado a los pies de la cama mientras una chica muy parecida a Verónica, estaba sentada con las piernas abiertas ante él.
«¿Esa no es la prima de las hermanas Liones?», pensó Jericho entre la burla y el asombro. La más mojigata, la más tímida y callada, la que nunca salía. Nadja se retorció un poco con la respiración agitada mientras se escuchaba un sonido como de zumbido. Era difícil verlo desde ahí, pero en definitiva era un vibrador. «¿Por qué ese cuatro ojos pervertido lleva un vibrador consigo?», se preguntó la peliazul, pero no tenía caso hacerlo, pues igual el aparatito ya estaba dentro de ella. La menuda chica se arqueaba de placer sin cerrar las piernas mientras comenzaba a tocarse a sí misma.
—Gowther, estoy lista.
—Yo también, princesa. —Al levantarse el chico, Jericho pudo ver que se había transformado en una especie de muñeco desarmable, igual que su novia. En cuanto ambos se acomodaron frente a frente en la cama, fue como si los hubieran construido para ensamblar. Entró a ella súbitamente, sacándole un gemido y haciendo un extraño sonido como de succión.
—¡Ahhh¡ ¡Gowther! —Comenzaron a abrazarse y besarse, meciendo las caderas atrás y adelante a un ritmo perfecto. Luego ella se abrazó a su cuello con tanta fuerza que parecía que fuera a zafarle la cabeza… y lo hizo. Apretó con tanta fuerza a su muñeco que terminó desarmándose y rodando por el suelo.
—¡Buuuaaaaah! —gritó Jericho, quien sintió tanto miedo que salió corriendo sin quedarse a presenciar cómo terminaban. Lo más seguro era que simplemente se armaran de nuevo y siguieran con lo suyo hasta el amanecer. Después de todo, parecían ser de esas pocas parejas que se amaban lo suficiente como para que la magia los dejara disfrutar de su noche de lujuria en paz.
El reloj marcó las diez de la noche y las brujas volvieron a juntarse en el recibidor.
—¿Y bien chicas? —preguntó Vivian impaciente—. ¿Qué vieron?
—Yo corrobore que Drole y Gloxinia son gays.
—¡Noooo! —rieron y aplaudieron las otras—. ¡¿En serio Melascula?!
—¡Qué lindo! Yo siempre lo supe.
—¿Y ustedes? —Las cortó su líder dirigiéndose a las gemelas—. ¿Qué vieron?
—Zaneri y yo nos topamos con la Liones equivocada. Pero comprobamos que el hechizo en verdad hace que saques todo lo que has reprimido.
—Suena divertido —Se relamió Vivian, y por primera vez, la chica que ideó todo aquello por fin se animó—. ¿Y tú Jericho? ¿Por fin se te pasó el susto para disfrutar de la fiesta?
—Yo prefiero no contar lo que vi —El resto de las chicas se partieron de risa, y la peliazul tuvo que esperar para volver a hablar—. Pero descubrí algo interesante: si las parejas no son compatibles o mienten sobre sus sentimientos, también se "puffean". No basta con tener sexo para quedarse. Deben amarse, o el hechizo los banea también. —Todas guardaron silencio y pusieron caras serias ante tan impactante revelación. Todas menos Vivian, que hizo un sonido despectivo y siguió hablando con confianza.
—Tranquilas. Sospeché que algo así podría pasar, después de todo, es un hechizo de mi maestra. Para eso es mi último regalo —De su escote sacó una serie de frasquitos de colores que contenían cada uno el equivalente a un trago, y se los mostró a todas—. Solo pude rescatar cuatro, así que aprovéchenlas bien.
—¿Qué es? —rió burlona Melascula—. No me digas que robaste los restos de las pociones de tu maestra.
—¡Cállate ingrata! Las repartiré. Jericho, esta es tuya —La peliazul recibió la botella que resplandecía con un tono morado oscuro—. Es la pócima Tenebris Mallum, perfecta para ti. Así podremos comprobar tu teoría. La persona que la bebe revelará lo más oscuro en ella. Si Elaine no se separa de Ban después de beber esto, yo soy una rana parlante. —Ella dudó solo un momento, y luego apretó el cristal en su puño.
—Mela, a ti te toca el Imperium Totalis. Sirve para controlar a alguien. Dale la mitad a la persona que quieras y conserva el frasco. Así, él o la chica que lo haya bebido tendrá que obedecerte por completo. —La pelimorada suspiró frustrada, pero igual se lo recibió.
—No sé de qué me servirá, porque yo sin ayuda siempre logro que mis conquistas hagan lo que quiero. —Vivian la miró con expresión avinagrada y luego la ignoró para seguir con la repartición.
—Gemelas, a ustedes les toca compartir la Veritas Verissi. Sé cuánto les gusta el chisme, y tú quieres sacarle la verdad a cierto rubio de ojos verdes que te gusta mucho, ¿no linda? —Zaneri apretó el frasco blanco mientras su hermana le ponía una mano en el hombro.
—Oye Vivian, ¿qué pócima tienes tú?
—¿Esto? —La bruja alzó el frasco de intenso color rosa y lo agitó frente a todas—. Esto es Libidinis Pulchra, y la usaré para que mi amado Gil me dé una noche de pasión como nunca he vivido. Bueno chicas, hasta aquí llega nuestro trabajo juntas. Suerte con sus presas, y ojalá les toque dulce y no truco.
Fufufu. No se vayan todavía, recuerden que hay doble capítulo hoy °u^ Nos vemos en la siguiente página.
