¡Más! Para que recordeis os dejo algo.


Resumen:

Hinata siempre ha deseado ser la mánager de alguien, preferentemente un escritor, novelista o hasta director de cine. Tiene una última oportunidad para pasar las audiciones y que alguien se interesa en ella, pero es tan desastre que teme que no la cojan y terminar por echar por tierra sus sueños.

Extrañamente, un grupo de rock decide que ella ha de ser su mánager. Muy afamados como guapos y fieles a sí mismos, el grupo decide hacerle pasar una prueba para ver qué tal será su futuro con ella.

Lo malo de todo es que existe una regla principal que han de cumplir a rajatabla…


Capítulo 3º

Mánager e investigación


Actos y responsabilidades.

Si haces algo, has de tomar la responsabilidad.

Incluso aunque tú no seas el culpable.

.

Cuando el despertador sonó Hinata tenía la cara pegada entre las hojas. Al sacudirse para apagar el despertador una se le quedó enganchada y las gafas cayeron sobre las carpetas con un ruido sordo, aunque, por suerte, la distancia no era tan grande como para romperlas.

Se las colocó de nuevo y miró a su alrededor.

Estaba en pijama y con todas las hojas que Sakura le había llevado en carpetas y archivadores el día anterior. Le habían dado las tantas mirándolas y sin darse cuenta, se había quedado dormida tras tantas emociones y una relajante ducha después.

Miró su despertador con el ceño fruncido sin poder comprender por qué diablos lo había puesto a las cinco de la mañana.

Hasta que la idea llegó a su mente al mismo instante.

Dio un salto y buscó ropa para ponerse, recogiéndose el cabello enmarañado en una coleta. Estuvo a punto de caerse al tropezar cuando los pantalones sin terminar de subírselos resbalaron por sus piernas y casi se le cae la leche sobre la blusa.

Cuando finalmente salió por la puerta tuvo que volver para recoger los papeles que había separado y, finalmente, salir.

Era su primer día oficialmente como mánager y lo primero que tenía que hacer era reservar una plaza para que pudieran ensayar. Si la fastidiaba con algo tan pequeño como eso sería el fin de su comienzo. Algo temprano para su gusto.

Se había preparado el despertador antes de la hora con la idea de llegar de llegar las primeras a la ventanilla correspondiente y no tener que hacer cola y pasar el mismo bochorno que anteriormente. Ahora tenía un grupo a sus espaldas.

Corrió por los pasillos y atravesó el enorme parque que separaban los dormitorios de la escuela para llegar ante la taquilla justo a tiempo. No había nadie por el lugar todavía.

Se acercó a la ventanilla y comprobó los horarios marcados. Había un hueco perfecto para los chicos.

Solo necesitaba hacerse con él.

—¿Estás en la cola?

—Sí.

Hinata se volvió hacia el muchacho de cabellos oscuros y tez pálida. El chico le sonrió y se colocó tras ella educadamente. Portaba unas cuantas hojas en una carpeta que sostenía junto a un lienzo de pintura.

Al percatarse de su escrutinio él carraspeó.

—Soy Sai, del comité de arte. Doy tercero de arte.

—¡Ah! —Se ruborizó al haber sido descubierta—. Hinata Hyûga, mánager en prácticas de RC.

Él le estrechó la mano.

—Ah. Sí. Sakura me habló de ti.

—¿Sí?

El chico asintió.

—Sí. Dijo que Naruto no había podido dejar de mirarte las tetas. Pero no te preocupes, creo que ese chico no tiene pene, no te hará nada malvado.

Hinata enrojeció hasta la raíz. Mientras que él sonreía como si no acabara de soltar nada vergonzoso y fuera lo más natural del mundo.

—¿Disculpe? —cuestionó aturdida.

—Dije que…

—Ya vale, Sai, maldito.

Ambos se volvieron hacia la voz. Naruto estaba tras ellos, rascándose la nuca y bostezando. Tenía el cabello completamente despeinado y todavía tenía una arruga en la cara de la almohada. Sai le sonrió como respuesta, pero Naruto pasó de largo para detenerse junto a ella.

—¿Qué haces aquí, Hinata?

—Hago cola para coger la primera oportunidad del escenario para ensayar —explicó mostrándole la circular que había firmado y rellenado.

Naruto leyó por encima y asintió. Ella le miró con curiosidad.

—¿Qué hay de ti?

—Soy el líder de la banda, así que tengo que firmar como que te acepto como mánager. Sasuke me ha tirado de la cama y creo que hasta me ha vestido, ttebayo.

Dudó cerrando los ojos de esa forma que a Hinata se le hacía muy graciosa y dulce.

—No le pasa nada a tu ropa —aseguró.

—Es decir; vas a colarte —interrumpió Sai rodando los ojos.

Naruto sonrió con malicia y la aferró de los hombros para pegarla contra él.

—Con todas las de la ley.

Hinata firmó el papel bajo la atenta mirada de la directora, una mujer rubia y de ojos firmes. Le había hecho preguntas bastante incómodas y finalmente, cuando había parecido estar conforme con que era adecuada para ser la mánager de RC le permitió firmar.

Todavía con su firma plasmada en el papel no podía creérselo del todo. No solo el día estaba yendo redondo tras haber conseguido el horario que deseaba para que su grupo pudiera ensayar sin que nadie les interrumpiera, si no que era oficialmente, una mánager. Ahora sí que sí.

Shizune, la secretaria de la directora le hizo entrega de la banda de color rojo que los mánager de músicos deberían de portar. En toda la escuela, se diferenciaban cargos por la misma banda. El rojo era música. El amarillo era arte. El verde actuación. El gris baile. Luego estaba el rosa que identificaba a los escritores y al que tanto tiempo ella había apostado.

Pero estaba realmente feliz con su banda roja.

Salió sonriente y se tiró de la manga con los dientes dispuesta a ponérsela.

—Espera.

Se detuvo y casi chocó espalda contra pecho con Naruto. El chico la rodeó y le cogió la banda. Sonrió y miró la bandita con los ojos entrecerrados.

—¿Y si la ponemos todos juntos?

—¿Todos juntos? —cuestionó confusa.

—Claro. Vamos a reunirnos.

Sacó el móvil y envió un mensaje que alguien respondió. Sonriente, la tomó de la mano y antes de que le diera tiempo a concienciarse, echó a correr.

Con el corazón casi saliéndosele por la boca gracias a la carrera y, por razones obvias con su mano, lo siguió por fuerza. Atravesaron el jardín y llegaron a los dormitorios. Cuando estaban saliendo llegando al piso se encontraron con Sasuke saliendo de su propio complejo para dirigirse hacia el de Sakura.

—¡Teme! —exclamó Naruto soltándola.

Hinata se quedó un instante sin mover la mano. Mientras los dos chicos entraban un rifirrafe sintió que los dedos se le acalambraban. Quería mirarse la mano. Ver si tenía puesto un calentador o algo, porque la sensación cálida no se marchaba para nada.

—¿Hinata? ¿No entras?

Volvió en sí al escuchar la voz de Sakura. Dio un respingo y corrió para entrar. La chica se le echó encima nada más verla y sacudió la cinta frente a sus ojos.

—¡Felicidades!

Naruto se unió a la celebración dando saltitos mientras Sakura se apartaba para preparar cuatro tazas de café con las que brindaron.

—Finalmente, tenemos mánager oficial —dijo Sakura apoyándose contra la nevera —. ¿Sabéis lo que eso significa, chicos?

—Que lo hemos conseguido —gaznó Naruto apretando la mano en forma de puño.

—Ya podemos dejar de vaguear —ironizó Sasuke.

—Yo nunca holgazaneo —protestó Naruto.

—Ya, eso lo sabemos todos —bromeó Sakura dándole un tirón en la mejilla—. El caso es que podemos ir.

Hinata se lamió los labios, perdida entre tanta euforia. Repentinamente, se sintió como si fuera incapaz de seguirles el ritmo.

—Chicos —nombró hasta que finalmente recordaron que ella estaba ahí—. ¿Dónde es que queréis ir? Os pediré un hueco.

Los tres se miraron entre sí. Sasuke bufó. Naruto se rascó la nuca y Sakura sonrió. Se acercó a ella, con la banda todavía entre los dedos y comenzó a colocársela.

—Al estrellato, Hinata. Al estrellato.

La primera vez que le hablaron de las reuniones de los mánager fue cuando hizo su segundo evento y fue desechada. Un grupo de tres jóvenes que habían sido escogidos intercambiaban conversaciones acerca de lo interesantes que resultaban.

Hinata no podía estar más de acuerdo.

Era la primera vez que acudía a una y en ese momento, estaba maldiciéndose por haber escogido sentarse en la parte trasera por timidez.

La joven representante estaba sentada sobre la mesa, con las piernas cruzadas y ahuecándose el pelirrojo cabello mientras se subía las gafas y los miraba a todos y cada uno de ellos con suma atención, mientras que un hombre joven explicaba las bases importantes. Era albino y su sonrisa casi le recordaba a la boca de un pez. Pese a todo, no podía evitar pensar que era atractivo.

Cuando la charla comenzó a estar más interesante, la mujer saltó del escritorio para dirigirse hacia ella. Todos callaron para mirarla.

—¿Tu nombre? —exigió.

—Ah. Soy… Hinata Hyûga —se presentó.

—¿Eres la chica que escogieron los RC?

—Así es —respondió.

Ella se frotó la barbilla, pensativa.

—Según tu curriculum estabas enfocada en ser la mánager de un escritor o artista. ¿Por qué has aceptado un grupo de música y con tanta fama? ¿Ambición?

Hinata sintió que el rostro le ardía.

—No, yo… ellos me eligieron.

—Ellos te eligieron —repitió mecánicamente. Se inclinó hacia delante, bajándose más gafas—. ¿Por qué? Estás diplomada en artes y literatura. ¿Sabes algo de historia de la música o sus credenciales?

—No, pero… estoy estudiándolo. No voy a permitir que caigan.

La mujer se incorporó.

—Eso mismo dijo su anterior mánager.

Se volvió hacia el resto de la clase.

—El peor pecado que puede cometer un mánager es olvidarse de quién es y para qué está trabajando. El sueño de un mánager es que alguien cumpla su sueño con el esfuerzo que se merece. Nosotros tenemos que estar ahí para aguantar el duro percance de lo que supone una gran caída y ayudarles a levantarse. Algunos otros… —clavó la mirada en ella, con una mueca divertida en el rostro—, están para hacerles caer.

Hinata tragó y cerró la carpeta. El timbre le dio la libertad de marcharse antes de que el bochorno convirtiera su vergüenza en lágrimas.

—¿Kiba?

El chico asomó la cabeza castaña por encima de la mesa de los ordenadores. Estaba de rodillas y con la cara enrojecida. Hinata casi estuvo tentada a volver sobre sus pasos hasta que lo vio levantarse, sujetando un destornillador y secándose la frente con un pañuelo. La boca se le abrió en una sonrisa cuando giró la mesa hacia ella.

—Hinata. Cuánto me alegro de verte. Creí que nunca vendrías a visitarme. En realidad, desde que salieron esos dichosos móviles con capacidad de ordenador, poca gente viene aquí. Pero tú me eres fiel. ¿Verdad?

Hinata no pudo reprimir una sonrisa.

—Desde luego. Aunque esta vez vengo por si me puedes ayudar con algo.

—A tus órdenes siempre, princesa —bromeó sentándose sobre la mesa a su lado—. ¿Qué necesitas?

Hinata miró a su alrededor. La sala de ordenadores realmente estaba vacía a esas horas. Mientras que en las clases donde la informática era necesario o cualquier otra persona necesitara buscar un tipo especial de información que no encontraría en internet tan fácilmente, Kiba siempre estaría dispuesto a ayudarla.

—Me han aceptado como mánager —explicó.

Kiba agrandó los ojos y su sonrisa fue tan sincera que la hizo enrojecer.

—Eso es genial.

—De un grupo de rock —terminó.

Kiba se desinfló.

—Espera. ¿Qué pasa con tu sueño? Quería ver subir a la fama a un escritor.

—Lo sé… pero era mi última oportunidad y en realidad, ellos me escogieron.

—Ahora comprendo por qué tu primo estaba de tan mal humor el otro día cuando fue de visita a casa para hablar con Lee.

Hinata cabeceó aunque se guardó el secreto y el verdadero motivo porque el Neji había estado tan enfadado y que, desde luego, era completamente ajeno a su elección y tenía más que ver con su mujer.

—El caso es que… necesito toda la información que pueda de mi grupo. Especialmente de su anterior mánager —pidió bajando lo más que pudo la voz.

Por suerte, Kiba siempre había tenido un buen oído cuando se trataba de ella. Le sonrió y se levantó para ir con ella al ordenador de profesores. Gracias a sus clases de informática, Kiba había obtenido la capacidad de moverse por la red del profesorado libremente y sin que nadie preguntara.

Hinata se posicionó a su lado y esperó mientras él se zambullía en todas las redes. Cuando finalmente pareció hallar algo, silbó.

—Chica, creo que te va a costar muchísimo levantar a ese grupo. Sí que está entre los quince más importantes de la lista, pero van bajando y es gracias a que su anterior mánager les cerró muchas puertas. Cuando un mánager difama a su grupo, es lo peor que puede haber.

Sin comprender el porqué de sus palabras se inclinó con curiosidad hacia el ordenador, leyendo. Sus ojos se abrieron con sorpresa.

—Dios mío… yo no sabía esto…

Se hizo a un lado.

—Discúlpame un momento.

Buscó su móvil en el bolso y entró en sus contactos. Cuando llegó la respuesta desde el otro lado de la línea, la mujer jadeaba.

—Casa Hyûga, dígame.

—¿Tenten?

—Dime, Hinata —saludó la mujer—. ¿Alguna noticia candente?

—Una muy grande —asintió—. Pero necesito que me digas una cosa. ¿De qué año es la revista que me enseñaste?

—Ah. Pues no sé. Espera un momento que la miro.

Escuchó como dejaba el auricular sobre el mueble y esperó. Cuando Tenten regresó el ruido de las hojas al pasar fue lo primero que escuchó.

—Es de hace dos años. ¿Por qué? ¿Quieres compre una más actualizada?

Hinata miró hacia la pantalla del ordenador, pálida.

—No… no es necesario. Creo que ya tengo lo que necesitaba. Muchas gracias, Tenten.

Colgó y se acercó a Kiba.

—Esto es realmente complicado.

—Mucho, Kiba. Demasiado. Pero no me rendiré. Muchas gracias. Eres un sol.

Le dio un beso en la mejilla y echó a correr.

Jadeante, empujó la puerta que daría al escenario con la cadera. La música del bajo inundaba el lugar y alguien tarareaba por lo bajo, lejos del micrófono. Vio a Sakura sentada frente a la batería y a Sasuke inclinado sobre ella, como si ambos estuvieran viendo algo. Naruto era el que estaba apoyado contra una silla, con el bajo sobre las piernas y rasgando las cuerdas.

Los tres estaban sudorosos y la ropa se les pegaba al cuerpo.

—Chicos —llamó dejando las carpetas y su bolso sobre la silla cercana.

Ninguno reaccionó.

Aferró las tres botellas de agua que cargaba consigo y caminó sin mirar. Su torpeza hizo acto de presencia y dio de lleno contra el suelo, con las gafas y las botellas luchando contra la gravedad.

Un gritito escapó de su boca antes de que pudiera controlarlo.

El bajo dejó de sonar y los cuchicheos también. Luego todo fueron pasos correr hacia ella.

Unas grandes manos la asieron de las axilas para levantarla.

—¿Estás bien, Hinata?

Miró hacia el frente para ver el rostro de Sakura frente a ella y, a su lado, a Sasuke. Naruto estaba tras ella, ayudándola a estabilizarse.

—Creo que sí —murmuró tocándose la cara. Veía borroso gracias a la falta de sus gafas—. Mis gafas…

Sakura se movió para cogerlas y se las entregó después. Tras colocárselas observó mejor los daños.

—Os traje agua.

—Al cuerno el agua —protestó Naruto sujetándola del mentón—. ¿Estás bien? ¿Herida? ¿Vamos a la enfermera?

—Frena la lengua o la marearas, Dobe —regañó Sasuke.

—¿Qué demonios, Teme? —gruñó el rubio soltándola finalmente.

Antes de que su corazón se fuera al traste. ¿Por qué diablos el contacto de ese chico no cesaba de hacer que su corazón deseara salir fuera de su pecho a bailar?

—No hace falta —aseguró levantando las manos—. Estoy bien, en serio.

Sakura la miró de arriba abajo, incluso observó sus rodillas. El escrutinio la hizo avergonzar. Comparada con Sakura ella era como un delicioso donuts relleno de crema o de mermelada. Sakura era el plato fuerte.

—Vale, parece no tener nada roto, de eso estoy segura —confirmó recogiendo las botellas de agua y dándosela a los otros dos.

—Solo es algo que acostumbra a pasar, no os preocupéis. En mi penúltima representación terminé cayéndome encima de todo mi proyecto —confesó avergonzada.

Sakura les miró a uno y otro antes de hablar.

—Ah. Aquel año nosotros teníamos vetado tener mánager, así que no fuimos a verte —confesó.

Hinata asintió.

—Puedo imaginármelo —murmuró poniéndose en pie y sacando algunos papeles—. He hecho un esquema con todo lo que quiero hacer. Lo que planeo hacer para ayudaros. Hace dos años estabais en el ranking número quince de la lista. Ahora tenemos que llegar al primero. ¿Verdad?

—¡Sí! —respondió animadamente Naruto. Los otros dos lo secundaron.

—Así que básicamente, aunque tenéis fama, el año de parón os ha dejado secuelas. He averiguado qué lugares os han vetado. Las cosas que habéis perdido. Comenzaremos poco a poco y de nuevo, la gente os querrá —aseguró llena de determinación.

Ese era su sueño. No pensaba tirarlo por la borda.

Vale. Al principio quería ser una mánager diferente. Era mucho más sencillo pelear en una editorial que enfrentarte a personas que iban a pisotearte y bajarte la moral por el solo hecho de defender a una banda tan importante.

Y seguro que estaban por caer muchas más desgracias encima, pero lucharía contra ellas sin cesar.

Naruto, Sakura y Sasuke confiaban en ella. La habían aceptado. Naruto había plasmado su firma como líder sobre un papel. Le habían entregado su banda como mánager. No iba a detenerse.

Estaba muerta de cansancio y lo único que quería era echarse en la cama y no abrir los ojos hasta el día siguiente. Por más determinación que tuviera iba a tener que comenzar a tomar otro tipo de alimentación que le aumentara las energías si no quería quedarse sin aliento.

Era cierto que no tenía ni idea de música Rock, pero seguirles el ritmo a RC era agotador y encima, su corazón no cesaba de saltar cada vez que Naruto hacía un gesto que la sorprendiera. Hasta Sakura se tomaba libertades hacia ella que nunca otra persona se había tomado. Se sentía sensacional, no obstante, el hecho de saber que había sido completamente aceptada en el grupo. Aunque todavía estaba temerosa de meter la pata.

Se llevó las manos a la parte de las caderas para quitarse la sudadera cuando alguien llamó a su puerta. Pensando que fuera Sakura no se molestó en mirar y abrió.

Frente a ella, un hombre alto sonreía.

—¿Hinata Hyûga?

—Sí —respondió sin comprender—. ¿Puedo ayudarle?

—Claro que sí. Soy Hatake Kakashi. El supervisor. Examen sorpresa. ¡Sorpresa!


Notas de autora:

Han aparecido nuevos personajes que en el futuro tendrán mucho que ver. Poco a poco se verá :3 En cuanto al misterio tras la pantalla y demás cosas saldrán próximamente, don't worry :3

¡Gracias por leer!