¡Llegamos a un capítulo más! :D Espero que os guste. Siento la tardanza, peor ya os digo que por un tiempo, voy a tardarme algo más en actualizar, pero lo haré. ¡Mil disculpas! :D
Capítulo 13
Fans
Parte 1.
Hinata tomó aire mientras observaba el título del dorama. Por más vueltas que le diera no iba a cambiar nada sólo mirándolo y los chicos esperaban, en la biblioteca, con un Kiba intrigado, por recibirlos.
La inquietud de ver a Naruto después de todo lo sucedido, no era tan intensa como el peso incómodo que cargaba en el corazón. Sin embargo, si algo había aprendido de esa vida de dificultades, es que por más que quisiera rezagar un acto, era inútil. Decidió afrontarlo.
Empujó las puertas de la biblioteca y avanzó hacia ellos. Kiba en seguida corrió hacia ella, asiéndola de los hombros.
—¡Dime que te han dado el nuevo guion!
A Hinata le costó mucho no reírse.
—Lo tengo —confirmó—. Pero no sé si os va a gustar —indicó mirando al grupo.
Sasuke extendió el brazo en seguida. Hinata dudó.
—Hay unos cambios que… no sé si os vaya a gustar —sopesó una vez más, reacia a entregárselos.
—Si no nos dejas ver, no podremos opinar —intervino Naruto. Le guiñó un ojo y extendió su mano. Hinata tardó en entregarle a él más el guion que a Sasuke—. ¿Hinata?
—Ah, sí. ¡Perdón!
Tras entregárselo, se sentó en una de las sillas, nerviosa. Sakura le frotó el brazo, sonriente y Kiba se mantuvo a la espera, como si fuera un perrito. Notó que Naruto extendió sus piernas mientras leía. Las puntas de sus pies se tocaron y ella retrocedió un poco los suyos.
Naruto volvió a acercarlos. Levantó un momento la mirada del guion hacia ella y levantó levemente las comisuras, mirando de nuevo hacia el guion. Hinata comprendió entonces y empujó levemente sus pies hacia él. Mirándose las manos, sintió que podría explotar de felicidad. Un acto pequeño y tan intenso para su corazón.
—Hinata. ¿Te sientes bien?
Kiba posicionó una mano en su frente, preocupado. Ella parpadeó, sorprendida.
—¡Ah, sí! —exclamó levantando las manos—. Estoy bien. Sólo preocupada.
—No será para tanto —descartó Kiba apoyándose sobre ella—. ¿O sí?
Sakura había fruncido el ceño mientras miraba lo escrito en el guion de Sasuke y, Naruto, quien frunció el ceño al mirar hacia ellos, lo cerró sin más.
—No veo el problema. Sólo es actuar. ¿Verdad, Teme?
—Sí —confirmó Sasuke con algo más de tranquilidad de la normal.
Hinata notó que Sakura ya estaba enderezándose.
—Chicos —advirtió antes de que abrieran la boca—. Mejor en el dormitorio.
Sakura se volvió hacia ella. La asió del codo para levantarla.
—Vamos —ladró.
Hinata sabía que no era para ella esa orden. Más bien, parecía necesitar asirla para no crear un caos en ese momento.
—Ey, que me pierdo siempre las cosas buenas.
—Lo siento, Kiba —se disculpó—. Te prometo que luego te cuento.
—¡Vale! Cuento contigo —indicó guiñándole un ojo.
Se despidieron en silencio y subieron hasta la habitación de Sakura. Esta, ya dentro, no dudó en gruñir y aplastar un cojín como si deseara que fuera la cabeza de otra persona.
—Sakura —advirtió Sasuke cerrando al ser el último.
—¡Ni te atrevas a intentar convencerme! —advirtió—. ¿O tengo que recordarte tus palabras con el cartel?
Hinata tomó aire, preocupada. ¿Cómo podría detenerlos? No se le ocurría nada en ese momento. Consideraba que era algo más privado y que en realidad, ni ella ni Naruto deberían de estar presentes.
—Eso es diferente —corrigió Uchiha decidido.
—¿Por qué? Sólo estaba en ropa interior.
Naruto se cruzó de brazos a su lado, pensativo. Se preguntó cuánto tardaría en intervenir.
—No es lo mismo.
—Ah, ¿no? —cuestionó Sakura colocando las manos en las caderas—. ¡A ver, ilumíname por qué no! Y ojito, Uchiha, con decir según qué cosa.
Hinata comprendió a qué se refería. Sakura no iba a aceptar cualquier idiotez de celos cuando justamente era eso lo que estaba sucediendo ahí y que Sasuke despreciara sus sentimientos de esa forma cuando él lo exponía abiertamente, era molesto para ella.
—Qué confuso —susurró Naruto, a su lado.
—Para nada lo es.
Esa vez, el rostro de Naruto apareció frente a ella.
—Espera. ¿Entiendes a lo que se refiere Sakura?
—¡Claro que Hinata me comprende! —intervino Sakura irritada—. No te entrometas en esto, Naruto —advirtió.
Naruto levantó ambas manos en rendición.
—Dios me libre de meterme, ttebayo. Que luego seguro me pegas a mí y siempre haces daño —añadió. Eso último, muy bajito y, aún así, Sakura rechinó los dientes en advertencia.
Se percató de que Sasuke la estudiaba con la mirada y tragó, inquieta. ¿Acaso quería que le echara una mano? Como mánager debía de hacerlo, pues las discusiones internas del grupo podrían provocar una caída en las estadísticas. Pero como mujer, consideraba que eso era más cosa de pareja que de ella.
Intento pensar en ella y Naruto en esa posición y lo principal, es que ella no se sentiría cómoda con público. Si ya le costaba no huir de las conversaciones con él, menos un tema tan delicado. Además, prefería a Naruto enfocándose bien en lo que sucedía entre ellos que llevando las cosas a más por terceros.
Finalmente, su lado de mánager tomó poder por encima de su parte flan como mujer insegura.
—Sólo es actuación —intervino. Tomó mucho aire antes de decirlo y sintió la mirada de todos clavada sobre ella—. Me refiero que, tal y como Sakura dice, lo de su fotografía a ojos de todo el público es actuación. Lo mismo sucede con el drama. La escena de sexo, es algo ficticio, no real. Dudo mucho que Sasuke, quien ha sido muy reservado con lo vuestro, realmente enfoque ese momento con otra actriz.
—No lo compares —gruñó esa vez Sasuke.
Sakura se golpeó las piernas, irritada.
—¡Ahí está de nuevo! —exclamó—. Ese gesto condenado de Uchiha, porque Hinata, puede que no lo sepas, pero todos parecen hechos por el mismo condenado molde en su familia. ¡Ese condenado gesto y esa cabezonería insufrible! ¡Es exactamente lo mismo, Sasuke! Mis fotografías son ficticias. No estoy seduciendo a nadie imaginario.
—El problema es que hay mucho pervertido… —interrumpió Naruto.
Hinata clavó la mirada en él, frustrada porque no ayudara correctamente. Naruto no fue capaz de morderse la lengua.
—Tienes que reconocer que en ese poster se ve mucha carne, Sakura.
—¡Ni te atrevas con eso, Naruto! —advirtió Sakura—. ¿O tengo que recordar las fotografías para el disco donde básicamente vais casi en bolas? Mientras que yo tengo que tener un toque angelical porque soy a la que corrompéis.
—Eso es una cosa y esta otra —recalcó Sasuke.
—¡Obvio! —afirmó Sakura levantando los brazos—. Y todavía no hemos pasado la fase en la que tengo que hacer poses con otros modelos. ¿Verdad, Sasuke? ¡Porque las habrá!
Hinata asintió con la cabeza cuando Sasuke se volvió hacia ella. Por un momento, sintió pánico, porque su mirada parecía enrojecer de furia.
—¿Podéis dejarnos a solas? —cuestionó Sasuke. Aunque sonó más a invitación obligada.
Hinata estaba por negarse cuando Naruto la atrapó del codo.
—Sí, mejor nos vamos.
—¡Oh, no, no! ¡Ni os…!
Pero Hinata logró captar qué fue lo último que Sakura iba a decir, pues la puerta se cerró y Naruto soltó tras suspiro aliviado que ofuscó la voz a través de la puerta.
—Será mejor que nos alejemos —indicó—. ¿Tu dormitorio?
Ella asintió, demasiado pensativa con lo que ocurría tras esa puerta como para enfocarse en el verdadero asunto.
No es que fuera la primera vez que Naruto estaba allí, desde luego. Pero sí era la primera desde que salían, desde que era más consciente de que ese hombre se había ofrecido a ella y estaban intentando algo que no tenían con una salida clara.
Igualmente, Naruto encabezó su sendero y no se detuvo hasta que ella tuvo que abrir la puerta y dejarle entrar.
Una vez cerró la puerta y encendió las luces, se percató de que Naruto ocupaba mucho más espacio del que jamás se había dado cuenta y que pasar junto a él para dejar las carpetas que sostenía, era peligroso.
—¿Qué opinas tú?
Volvió en sí al escuchar sus palabras.
Al girarse hacia él, se percató de que se había sentado descuidadamente sobre la cama, cruzando las piernas por los tobillos y apoyando los brazos hacia atrás sobre el colchón. La miraba fijamente y levantaba las cejas, con los labios tensos.
—Espero que no se peleen y termine mal —confesó.
Naruto chasqueó la lengua.
—No hablo de esos dos. Estoy seguro de que tendrán sexo y el que gane, tendrá razón.
Hinata parpadeó sin comprender, demasiado inocente para entender qué diablos podría ganar uno o cómo podría llegar a ello siquiera.
Naruto se percató de su gesto y se echó a reír.
—No lo has entendido. ¿Verdad? —Ella negó y él se hecho hacia delante, dejando sus manos colgando sobre las rodillas, habiendo recogido las piernas—. El primero que llegue al orgasmo pierde. El que más aguante, es el ganador y el que tomará la decisión de todo.
Enrojeció tanto que hasta podría haberse desmayado. Mientras Uzumaki extendía maravillado la boca en una sonrisa traviesa, ella parecía estar a punto de necesitar un carro de paradas cardiacas.
—¡No pueden jugarse algo tan importante de esa forma!
Él arrugó la nariz.
—Si supieras la cantidad de parejas que se juegan cosas importantes de esa manera…
Por un instante, el recuerdo de Ino regresó a memoria. Bajó la mirada, incómoda.
—De todas maneras, si Sasuke se negara, no sería correcto. RC perdería mucha fama por ello y empezarían a sospechar que Sasuke tiene una relación y no sería bueno para el grupo ni su fama.
Igual que si se interesante que ellos estaban saliendo.
—No lo dejará —aseguró Naruto extendiendo una mano hacia ella, que tomó algo reacia. Naruto tiró de ella con suavidad. Abrió sus piernas para acercarla más a él y la giró para sentarla entre sus piernas, con su espalda apretándose contra su pecho—. Pero mi pregunta original era hacia ti. ¿Qué opinas de todo ello?
—Yo… —dudó.
La cabeza le daba vueltas y el corazón parecía volar en su pecho. Si es que eso era posible, claro…
—La mujer, Hinata —recalcó él tan cerca de su oído que tembló.
Y sí, Naruto consiguió despertar más a esa parte irracional en todo eso que a la mánager que debía de ser.
—No quiero… —susurró acurrucándose para cubrirse los labios con los dedos, como si así pudiera evitar que su verdad fuera menos dolorosa—. Cuando… lo de Shion tampoco me gustó y ahora, pensar que ocurrirá algo más intenso… no quiero.
Naruto la abrazó. Con fuerza y firme. Pegó su boca a su mejilla, deslizándose hacia su oreja.
—Si quieres que lo deje…
—¡No! —exclamó. Forcejeó con él para liberarse y se planto firme frente a él, con las manos en las caderas—. ¡Ni se te ocurra pensar eso! Has de hacerlo. Que no me guste es otra cosa, pero que tú tengas que perder esta oportunidad por mí, me dolería para siempre en el alma.
Naruto mantuvo el tipo durante un tiempo, hasta que, finalmente, una sonrisa estalló en su rostro.
—¡Eres realmente imprevisible, Hinata! —exclamó—. Creí que te decantarías por el lado como mujer, pero ser mánager es definitivamente, lo que quieres hacer. Tener la cabeza fría y serena, es bueno. Porque el idiota de mí podría haber comido en tu mano y obedecerte.
—No lo creo —descartó arrodillándose frente a él—. Naruto, tú eres un hombre increíble que ha llevado las riendas de su vida perfectamente. Y puedes hacer mucho más. Con esto, voy a pedirte algo. ¿De acuerdo?
Él frunció el ceño, preocupado.
—¿Qué?
Ella asintió, tragando, con el corazón pesado.
—Nunca permitas que nuestra relación impida que cumplas tu sueño. Por ningún medio has de elegirla ante lo demás.
—Hinata…
—Prométemelo.
A Naruto le costó horrores hacerlo.
Pero lo hizo.
El capítulo del dorama salió con tal expectativa que en la escuela se preparó la sala de cine para verlo. Hinata se negaba a ello, pues era muy consciente de qué iba a ver y qué sucedería. Sin embargo, el gran éxito que eso despertaba era algo muy bueno para RC.
Así que aceptó todo cuanto fuera necesario y acompañó al grupo al estreno como si fuera un mini evento especial.
Se negó a entrar al set de rodaje, así que también sería la primera vez que, lejos del guion, viera todo eso. Naruto y Sasuke no solían hablar de ello. Especialmente, porque sacaba gruñidos de frustración de Sakura, la que, al parecer, había perdido la apuesta. Hinata agradecía eso, aunque habría preferido no saber cómo llegaron a ello esos dos. Porque por culpa de Naruto y su explicación, ahora le costaba un poco mirar a sus amigos a la cara.
—¿Está libre el asiento?
Hinata levantó la mirada hacia la mujer. Ino Yamanaka sonreía amablemente mientras señalaba el sitio a su lado.
—Generalmente me siento más atrás, pero hoy no hay ni sitio. ¿Te molesta?
—Para nada —negó sorprendida—. Adelante.
Ino se sentó y saludó con la mano a Sakura, quien enfocó su mejor cara y sonrisa hacia ella, aunque no pareció convencer mucho a la mujer rubia.
—Vaya. Está cabreada —susurró.
Hinata la miró sorprendida.
—Oh, venga. Sakura siempre ha sido fácil de leer. Cuando se enfada su mentón se tensa y el puente de su nariz se arruga cuando fuerza una sonrisa. Siempre estoy atenta a los detalles y la conozco muy bien. ¿Qué ha sido esta vez?
Hinata no supo que responder exactamente.
—Digamos que una canción no va como quiere —respondió tras meditarlo.
Ino se cruzó de brazos.
—Ya. Una canción —aceptó sarcástica. Luego, se inclinó hacia ella tanto que llegó su perfume con un agradable aroma de flores—. Que no se te olvide que estuve saliendo con Naruto. Sé ciertos secretos entre esos dos de los que nunca hablaré, pero que puedo deducir al porqué de su molestia.
Le guiñó un ojo al separarse y ambas tuvieron que retroceder cuando Naruto apareció.
—Cuidado, chicas, que piso —advirtió mientras pasaba frente a ellas. Hinata retrocedió lo suficiente y él se sentó a su lado, con un gruñido de protesta—. Kurama me ha mordido de lo lindo —protestó.
—Eso te pasa cuando decides acercar tu dedo a su boca, idiota —bromeó Ino.
Naruto se volvió hacia ella y levantó el dedo corazón como respuesta.
—Tan encantador como siempre —zanjó Ino encogiéndose de hombros, aunque sonreía, divertida.
Hinata miró la pantalla oscura con el ceño fruncido. No llegaba a entender del todo cómo debería de sentirse en ese momento. Naruto y Ino se conocían mucho. Era natural que sus bromas fueran entendibles entre ellos, que se sonrieran cómplices por ciertas cosas o que ella se sintiera fuera de su honda.
Había un pasado ahí que no se podía olvidar y que dilataba de muchas horas y cercanías que probablemente le sacarían más de un sonrojo o un mar de lágrimas.
Sintió que algo le rozaba el codo y lo alejó, inquieta, hasta que miró. Se percató de que eran los dedos de Naruto, buscando el contacto con ella. Volvió a la misma postura y notó que le rodeaba cuanto pudo el brazo. Él se había cruzado de brazos para evitar ser descubiertos y no sería raro que ella se inclinara, pues debía de escuchar a su grupo en preguntas o demás.
El episodio comenzó un minuto después, cuando la sala estaba tan llena que había gente de pie incluso. El silencio se mantuvo hasta las escenas más candentes, las que anunciaban qué iba a ocurrir.
Las vidas paralelas del personaje de Sasuke y Naruto teniendo sus primeras veces con las chicas que habían escogido para siempre. Un desnudo inesperado sacó algunos gemidos de sorpresa y anhelo. Aunque poco duraría, por supuesto, pues las sábanas pasaron a cubrir esas zonas y la timidez de la chica remarcó el hecho de que ellos cubrieran las escenas y la cámara se enfocara más en los besos y unas manos furtivas.
Ino chasqueó la lengua a su lado.
—¿Ocurre algo? —le preguntó.
Ino asintió.
—Se nota que es ficción. Demasiado, para mi gusto.
Hinata miró la escena con cierta discrepancia. Para ella, estaba demasiado bien hecho y no estaba siendo fácil para su corazón ni para sus ojos, quienes parecían no ser capaces de recordar que llorar no estaba permitido. Y, aunque Naruto la sostenía del brazo, sentía que no estaba a su lado, sino en la pantalla de verdad, besándose con esa otra chica.
Aunque lo que dijo Ino después la dejó helada.
—Te aseguro, Hinata —susurró—, que Naruto no folla así.
Se quedó boquiabierta durante el resto del episodio. No podía gesticular y empezaba a dudar que pudiera respirar. Nada más aparecer las letras, se levantó como un resorte y caminó hacia la salida.
Para su desgracia, Ino la había seguido.
—Perdona si he dicho algo fuera de lugar. Se supone que un mánager es capaz de ocultar secretos y que sabe mucho. Pensé que él te había explicado…
—Lo hizo. Lo sé —se corrigió—. Y os vi.
—¿En el…?
—¡No, no! —exclamó azorada—. Te vi salir de su cuarto. Sé que tienes una relación abierta con Sai también.
Bajó mucho la voz, pero a Ino no parecía importarle que se conociera su vida sentimental con el pintor.
—Sí. Por eso te aseguro que sé perfectamente que eso era pura actuación. Naruto no actúa así. Creo que mis palabras no fueron las adecuadas y que tú, que eres muy dulce y delicada, te pueden haber afectado. Perdón.
Hinata lo descartó. Ino estaba muy equivocada de por qué le molestaba tanto. Y era frustrante. Le gustaría ser capaz de decirle que ella estaba saliendo ahora con Naruto y que, obviamente, no quería saber los ideales de Ino en cuanto a su novio y una cama de por medio.
Se preguntó por un instante qué cara pondría ella.
¿Un bombón cambiado por una chica de lentes, acné y entrada en carnes? Bueno, debía de ser novela. El típico cliché que muchas odiaban.
Aunque debía de recordarse que lo de Naruto y Ino dejó de funcionar mucho antes, claro está. Por sus diferencias, en especial.
—Chicas. —La voz de Sakura interrumpió sus pensamientos—. ¿Qué diablos le haces a mi mánager, Ino-cerda?
—¿Yo? Nada de nada. Lleva un rato con una cara que me parece divertida. Pasa de la seriedad a la rojez. Del llanto a la firmeza. Es interesante. Como un cuadro movible.
Sakura suspiró, agotada.
—Pues deja de divertirte a su costa y lárgate a escribir algo sexual, para variar.
Hizo un gesto con la mano como si espantara moscas y Ino, lejos de molestarse, la abrazó.
—Ay, Sakura. Debes de arreglar esa faceta tuya. Desde que estoy abierta a algo más, soy más feliz que cerrada.
—Bien por ti —zanjó Haruno cruzándose de brazos.
Ino se encogió de hombros y se alejó. Sakura se volvió hacia ella.
—¿Ese llanto es por mí? —cuestionó—. Porque te lo agradezco mucho.
La abrazó antes de que pudiera negarse. Hinata se dejó llevar por un momento y se reconfortó en un abrazo que, claramente, no era por ella.
—¿Sabes qué nos merecemos? —cuestionó Sakura de imprevisto—. Una tarde de palomitas y karaoke.
—No —negó rápidamente.
Sólo de pensar en lo que eso haría en sus caderas la ponía nerviosa.
—Sí —confirmó Sakura frunciendo el ceño—. Necesitamos tener un momento de chicas.
—Sakura, no podemos…
—Hinata —interrumpió ella—. Siento que estas cargando con algo que no puedes contar. Y creo que necesitas soltarlo. Por favor.
Dudó.
Descubrió que Sasuke y Naruto salían ya. Tragó, inquieta. ¿Cómo podía mirar a Naruto a la cara?
—Vale —aceptó—, pero sin los chicos.
—Sin los chicos —confirmó Sakura.
Ambas dieron la espalda al mundo y se refugiaron en el dormitorio de la segunda.
—¿Cómo te encuentras?
Sakura cerró el bote de caramelos sin azúcar después de ofrecerle uno que ella descartó. Estaba completamente empachada por las patatillas y la pizza y estaba segura de que eso repercutiría después en sus caderas, pero mandó a la mierda completamente esas preocupaciones al primer bocado.
—Me siento… confusa —respondió tras meterse el caramelo en la boca—. Es como si necesitara estar enfadada, pero a la vez fuera extraño estarlo. Puede que no me comprendas, lo sé. Por suerte para ti, tu novio no sale en pantalla comiéndose a otra actriz.
Sí. Su novio lo hacía. Tuvo que morderse los labios para no decir nada.
—Puedo empatizar contigo —dijo, en cambio.
Sakura le dedicó una sonrisa de agradecimiento que no hizo más que hacerla sentir mal por su mentira.
—El caso es que es complicado. Tú no sabes la bronca que tuvimos por mis fotos en ropa interior. Puede parecer que no, pero Sasuke es más celoso de lo que a simple vista se ve. Sin embargo, llegamos al punto de comprender que era trabajo. Sin embargo… hoy le entiendo. No obstante, esto es claramente el pecado de la fama. Mientras otras mujeres pueden verlo en la pantalla; yo lo tengo en la vida real.
—¿Y eso te reconforta?
Sakura tardó en asentir. Hinata intentó sopesarlo desde su punto de vista. Era cierto y consciente a su vez, que era trabajo. Naruto no se había acostado realmente con esa actriz, pero sí con Ino. Quizás le molestara más la cercanía de la escritora que la serie en sí.
—¿Cómo lidias con las ex de Sasuke, Sakura? —cuestionó pensativa.
La nombrada elevó las cejas.
—Las ex son eso, Hinata —respondió—. Si no están juntos aún es porque algo no funcionó. Igualmente, Sasuke no tiene mucho repertorio debido a su fama y… a que estaba enamorado de mí —añadió enrojeciendo—. Cuando pienso en todo eso, siento que el resto de igual. Que a la única mujer que va a mirar es a mí. Eso debe de ser importante. ¿No crees?
—Sí.
Desde luego. Dudaba mucho que Naruto decidiera comenzar algo con ella para luego, a buenas de primera, irse con la primera que pasara frente a él o que ocupase una cama ficticia.
La tranquilidad comenzó a amoldarse en su cuerpo y percató de que la tensión aliviaba tanto su cuerpo que sentía sueño.
Hasta los golpes que acontecieron después en la puerta le parecieron lejanos.
—¿Quién será? —cuestionó Sakura pasando frente a ella.
—Estamos cerrados —murmuró soñolienta.
Sakura sonrió pero abrió la puerta.
—¿Qué diablos son esos golpe…? ¡Kiba!
El nombrado la hizo un lado hasta dar con ella. Hinata parpadeó, confusa y mecida por el letargo.
—¿Cómo puedes estar vagueando de esa forma cuando tenemos un holocausto ahora mismo encima?
—¿De qué estás hablando? —cuestionó incorporándose y aceptando las manos del muchacho para levantarse.
—¿Qué ocurre? —preguntó Sasuke, quien alertado por los golpes pareció interesado por lo que sucedía. Naruto no tardó en aparecer y tras mirar a uno y otro, bajó la mirada hacia sus manos enlazadas con la de Kiba, frunciendo el ceño.
—¡Que estamos en problemas, eso pasa! —anunció Kiba tirando de ella finalmente. Le pasó un brazo por los hombros—. Tienes que venir ahora mismo a la biblioteca. ¿Naruto?
Hinata se percató de que estaba justo en medio de la puerta. Aunque Sasuke se había apartado, él no. Continuaba ceñudo, fijándose en el agarre.
—¿Estáis saliendo? —preguntó arrastrando la voz de una forma que le resultó escalofriante.
Hinata no pudo evitar preguntarse a qué venía esa cuestión cuando él sabía perfectamente que no. Pero Kiba enderezó la espalda.
—Claro que no —respondió—. ¿Qué te importa a ti, de todos modos? Quítate.
Naruto señalo entonces su brazo.
—¿Y esas confianzas?
Kiba siseó.
—¿Qué parte de emergencia no puedes entender? —cuestionó a su vez—. Además, Hinata y yo siempre hemos sido así. ¿Por qué diablos te molesta ahora?
Como si esa pregunta lo sacara de su ensoñación, Naruto reculó, frotándose los cabellos.
—Perdona. —Tras disculparse, metió las manos en los pantalones y desvió la mirada.
Eso, la inquietó. El no poder verle los ojos, ser capaz de leerle.
—Igualmente, Kiba —dijo—, iremos más rápido si me sueltas. Si es tan importante, no perdamos tiempo.
Kiba asintió y empezó a bajar las escaleras junto a ella. Miró hacia arriba, sabiendo que los demás los seguían a cierta distancia.
—Joder, si no fuera porque sé que no puede ser, casi diría que es tu novio. Nunca he visto a Naruto celarte de esa forma desde que os conocéis. ¿Es que ha pasado algo?
—Si yo te contara —susurró—. Al trabajo, vamos —incitó casi empujándolo escaleras abajo.
Por supuesto, las alarmas de Kiba eran ciertas. Cuando vio lo que estaba ocurriendo en la página web se quedó congelada. ¿Cómo habían llegado a ese punto? ¿Y cómo iba a solucionarlo?
[Fan 112]: No sé ni cómo sentirme con esto. Estaba expectante con el drama, pero jamás pensé que llegarían a eso. Me duele mucho ver que están con otra mujer.
[Fan 03]: Es que nuestros chicos están destinados a estar juntos. Sólo hay que percatarse de cómo se miran. Son el uno para el otro.
[Fan 90]: No sé por qué tanto revuelo. A mi me ha gustado mucho. Es un drama, algo ficticio. Esa obsesión que tenéis con creer que son solo vuestros os creará un problema algún día. Son humanos y pueden amar.
[Fan 14]: ¡Mira, Fan 90, tu pensamiento puede estar bien, pero yo he gastado mucho dinero en ellos y quiero algo a cambio! Qué menos que respeten mi amor.
[Fan 90]: Yo también he gastado mucho dinero y soy consciente de que es drama, una serie de televisión. Si no eres capaz de comprender eso, quizás tengas un problema. Por otro lado, no es como que ellos te pidan que compres las cosas: lo haces tú porque quieres y te gustan. ¡Estaría bueno que te debieran celibato por tu derroche de dinero!
[Fan 12]: Claramente, no sabes lo que dices tú, Fan 90. Empiezo a cuestionarme que seas su fan de verdad.
[Fan 90]: Llevo siguiéndoles desde que eran mocosos sin curtir. Créeme que sé de lo que hablo. Inclusive cuando decayeron por su anterior mánager. Así que no me digas que no soy un buen fan o cuestiones mi integridad hacia ellos. Es más, leed vuestros comentarios y dudad de si es correcto o no.
[Fan 35]: Yo lo único que digo que sería mil veces mejor que hicieran una serie entre ellos dos (Con Sakura animándolos, porque sé que ella los shippea por dentro, tengo fuentes de ello), y todos estaríamos contentos.
[Fan 90]: ¿Y de qué fuentes hablamos? Porque no se tiene conocimiento para nada de sus relaciones y menos, que Sakura esté a favor o en contra de ellos.
[Fan 12]: Si fueras fan como dices (sí, vuelvo a dudarlo), te darías cuenta cómo ella misma los incita a estar cerca uno de otro. Apoyo lo que ha dicho fan 35. Una serie con ellos como pareja y triunfa. (También necesito esas fuentes, por favor)
[Fan 35]: No puedo entregaros las fuentes, lo siento. Ya me gustaría a mí hacer más público esto. Pero creedme que es cierto. Sé por alguien cercano a ellos que eso ocurre. Y no puedo decir más. Si me dejan en adelante, lo diré, mientras, no puedo añadir más.
[Fan 1]: Mirad, estoy con vosotros con que es cierto que Naruto y Sasuke deberían de estar juntos y que un dorama con ellos enrollándose, sería la explosión de mi corazón (O, siendo más sincera, si los tres confesaran amarse, estaría de acuerdo), pero no puedo creerme que, como fans, os estéis quejando porque hayan hecho un dorama y fingido acostarse con actrices. ¿Tenéis idea de cuántos actores gays fingen ser heterosexuales? Por favor… A mi, mientras me den mis descamisados, feliz. Y, por supuesto, continuaré pagando mi subscripción para apoyar el dorama o cualquier cosa en la que ellos salgan. Recordad que es ficción y siempre se pueden editar los videos y poner vuestras caras para ser más felices. En cuanto al tema amoroso, eso es algo que ellos deberían de decir. ¿Se atreverán algún día? Espero que el mundo esté preparado, porque ellos lo estarán, seguro.
[Fan 12]: Oh, por favor… ni de broma. No soportaría algo así. Me suicidaría…
—Y así, infinitamente. Hay tantos mensajes de suicidio que la página ha recibido una alerta —explicó Kiba cruzándose de brazos tras dejar el ratón—. Os juro que no sé que pasa por la cabeza de estas personas. Miedo me daría estar en vuestro pellejo ahora mismo.
Sakura chirrió los dientes.
—Bueno, por suerte, es tarea de la mánager.
Se volvieron hacia atrás. El grupo y ella se habían enfocado tanto en el tema de los mensajes que no escucharon cuando Kakashi Hatake entró, quedándose en silencio hasta ese momento. Hinata continuaba erizándose cuando le veía, temiendo que decidiera despojarla de sus dotes en un abrir y cerrar de ojos.
—¿Y bien? —repitió retándola—. ¿Qué harás Hinata?
Intentó sopesarlo. Los sudores comenzaron a enfriarse en su cuerpo, creando escalofríos. Se mordió la uña e intentó hacer memoria de todo cuanto sabía hasta entonces. De una posible solución.
Entonces, la encontró.
—Me costará conseguir permisos de los encargados del drama, pero…
—¿Pero? —incentivo Kakashi interesado. Sonreía pese a que utilizaba uno de sus libros para cubrirse la boca.
—Podemos dar una rueda de prensa —anunció.
Los chicos se tensaron, inquietos, pero Kakashi levantó las cejas.
—Interesante. ¿Qué te propones?
Hinata caminó entre las mesas, pensativa.
—Hacer una rueda pero más hacia fans que hacia empresas. El grupo este año, a menos que esté relacionado con algo malo, tienen derecho a costear siete entrevistas públicas. Hemos gastado dos ya. Podemos utilizar una tercera. La publicidad puede ser puesta en el foro, para que sea dirigida especialmente a esos fans cercanos. Por supuesto, estos mismos fans se encargarán de correr la voz —continuó—. Tendremos que tener algo que regalarles, claro. Que hagan ellos las preguntas y, aquellas que sean de mal gusto, las censuraremos con educación.
Kakashi guardó un momento silencio. Elevó sus manos y empezó a aplaudir.
—Interesante idea —dijo finalmente—. Arriesgada, no diré que no. Me da mucha curiosidad cómo vas a solucionar todo y llevar eso a cabo. Ánimo, Hinata Hyûga. Levanta a RC tú sola.
Hinata enderezó la espalda.
—No estoy sola. Nunca lo estoy.
La sonrisa de los chicos fue un buen aliciente. Kiba y sus pulgares alzados también.
Aunque eso iba a agotarla de sobremanera.
Y también, quitarle tiempo con Naruto, el cual tendría que ponerse frente a un micrófono y mentir.
Rezó porque algún día la perdonara…
Continuará en la segunda parte...
