Motivos

Advertencia: Muerte de personajes canónicos, mención de pérdida de sangre.

2 de Mayo de 1998

Hermione aún no entendía como alguien a quien admiraba tanto como Dumbledore había sido capaz de tal cosa. Ella fue a ver los recuerdos de su ex profesor de pociones, luego de despedirse de Harry, ya que necesitaba saber qué era lo que hizo que él abrazará a la muerte, como si fuera una amiga, tan fácilmente.

Después de verlos todos, ella comprendió que morir era su destino desde el inicio o al menos el que habían orquestado para él. Harry era un horrocrux y Dumbledore lo había preparado como un cerdo para el matadero, él era el arma secreta del fallecido director.

Los había dejado en la sombra todo este tiempo, sólo para explotar el sentido de justicia y sacrificio de su mejor amigo cuando fuera más conveniente. El viejo sabía que si la batalla estaba avanzada Harry nunca permitiría que nadie más se sacrificara por él, no iba a tolerar más muertes en su nombre ¡Los había manipulado a todos, todo el tiempo! y al parecer ni el Profesor Snape, se había salvado de eso.

Por su parte Hermione estaba furiosa, volteó a ver el retrato de Dumbledore, quien tenía una mirada llena de culpa, aunque si ella mirase bien, parecía como si estuviera rogando, en silencio, que ella lo perdonara.

— ¿Cómo pudo? ¿Cómo pudo mirarlo todos los días y saber que lo estaba preparando para morir? ¿Cómo pudo enviarlo a casa de sus tíos para que abusaran de él, llenándolo de ilusión de que una vez que termine la guerra él podría ser feliz? ¡Sabía que iba a morir, que no tenía futuro y ni siquiera fue capaz de darle algunos momentos de felicidad!

El cuadro parecía no querer defenderse ante ella. Si alguna vez alguien le hubiera dicho que ella, Hermione Granger, le gritaría sin remordimiento al gran Albus Dumbledore, lo llevaría directo a San Mugo. Porque su antigua yo, lo consideraría una locura y algo imperdonable, pero ahora, se dio cuenta que él le había quitado lo último que le quedaba, su hermano, ese que ella no esperaba encontrar, aquel que la protegió; que pasó hambre hasta la desnutrición con ella en la tienda de campaña en aquel bosque helado; quien la había defendido hasta del mismo Ron cuando la ataco, siendo que teóricamente estaba enamorado de ella. Eso fue lo peor, al parecer ella tendía a confiar y admirar a los hombres equivocados.

Ahora entendía cómo se sintió Harry al ver a Sirius caer por el velo y su odio hacía Bellatrix, porque así se sentía ella en este momento. Odiaba a su ex director de la misma forma, pero a diferencia de su amigo, sabía que, si el hombre aún estuviera vivo, si recibiría un imperdonable de su parte con todas las intenciones hacerle daño, uno por venganza.

—Tengo fe de que no está muerto, Señorita Granger

— ¿A qué se refiere? Estaba claro en los recuerdos que Voldemort debe matarlo

—Tengo la teoría de que—Hermione soltó un resoplido burlesco, que el cuadro ignoró y continuó—Tom al intentar matarlo, en realidad matará la parte de su alma que habita en Harry. —Ella levantó el índice con pura ira, reflejada en el rostro.

—No debería ni siquiera decir su nombre—Espetó envenenada—Esperaré a que vuelva, pero créame profesor cuando le digo, que, si él muere, usted será quemado.

—Nunca creí verla tan llena de odio Señorita Granger, esa es una emoción bastante peligrosa—Eso provocó que la castaña suelte una carcajada, una que hizo que todos los antiguos directores se estremecieran en sus cuadros, por la similitud con cierta Black.

—Usted director acaba de quitarme lo último que tenía, he perdido demasiados amigos, mis padres no saben que existo—Se levantó la manga izquierda— siempre me enorgullecí de mi origen, pero sé que perdí la poca dignidad que me quedaba mientras rogaba a esa loca mujer que se detuviera, al mismo tiempo que imploraba con la mirada a mi peor enemigo que detuviera a su desquiciada tía, mientras que él veía como mi "sangre sucia" manchaba sus pisos— Se burló al darse cuenta de la ironía en sus palabras— Una guerra sólo deja destrucción a su paso director, me dice que el odio es una emoción peligrosa, pero es lo único que me mantiene respirando, porque le aseguró que si Harry está vivo, pelearé a su lado en nombre de nuestras infancias perdidas y nuestras familias asesinadas pero si él está muerto, juro por mi magia que vengaré su vida y su muerte.

En ese momento un aura mágica la envolvió, tomando sus palabras en un juramento mágico. Al notarlo ella sonrió y comenzó a caminar por la oficina, tomando todo lo que considerará útil, sobre todo los libros de magia oscura; la espada de Gryffindor que brilló desde dentro del sombrero seleccionador, sobre el escritorio, cuando ella pasó a su lado; tomó todos los recuerdos almacenados, no sólo los actuales sino todos los que alguna vez Dumbledore guardo; las pociones del despacho privado, que estaba segura eran de Snape en su tiempo como director y por último antes de irse, redujo el pensadero, para guardarlo junto a lo demás en su bolso de cuentas, que poseía el encantamiento de extensión indetectable, aquel que se había convertido en una extensión de ella durante el último año.

—Señorita Granger—Ella se detuvo con la mano en el pomo de la puerta, sin voltear—Sólo quiero que sepa que realmente lo siento, pero debe entender que todos aquí tenemos un deber, un destino, algunos más importantes que otros, pero todos teníamos que hacer sacrificios. Lastimosamente el de Harry fue el más grande.

—Se equivoca nuevamente—Cerró los ojos para contener las lágrimas antes de mirar al cuadro— Harry sólo fue uno de los peores destinos, el profesor Snape es un claro ejemplo. Pasó toda su vida culpándose por haber sido el causante de la muerte de Lily Potter y pagando su pena cuidando a su hijo, niño que también era la viva imagen de su peor enemigo. Pero eso no era lo peor, sino que al final tampoco pudo salvarlo, es más usted lo obligó a ayudarle en la preparación de su muerte, sin que pudiera hacer nada para evitarlo.

Sirius vivió con la esperanza de que el hombre al que admiraba lo ayudaría, pero en cambio lo dejó pudrirse en Azkaban y manipuló a dos chicos de trece años para que hicieran su trabajo. Después lo encerró en la casa que odiaba, donde fue torturado durante su niñez, aquella de la que apenas pudo escapar a los dieciséis años, hasta que murió en manos de su propia sangre, rompiendo nuevamente y no por su culpa, su juramento como padrino de cuidar a Harry—Ella no se había dado cuenta que se encontraba de nuevo frente al cuadro—Dejó que todos creyeran que Remus era el traidor al principio, haciendo que las única personas que lo aceptaban dudaran de él, luego usó su condición para tenerlo donde lo quería, cuando lo quería. Dejándolo en la oscuridad acerca de la verdad sobre su mejor amigo y ahora está muerto, dejando un hijo huérfano… al parecer dejar huérfanos con sus decisiones, es su talento oculto profesor.

La ira era demasiado y su magia crispaba a su alrededor, Dumbledore quería hablar, defenderse, pero no podía y no entendía por qué. Al mismo tiempo, los demás cuadros la miraban con temor, desconcierto, comprensión y algunos hasta con admiración, de que al fin alguien le dijera al viejo director la verdad sobre sus acciones.

—Pero sabe, le doy la razón en que todos tenemos que hacer sacrificios, pero los peores destinos, son para los que quedamos vivos, juntando los pedazos que dejaron las personas que se fueron, para ver si son suficientes como para volver a armarnos o al menos si son los suficientes como para seguir viviendo.

En ese momento se escuchó un alboroto en el patio, por lo que una mirada rápida a la ventana, le permitió a Hermione ver, a lo lejos, como los Mortífagos avanzaban hacia el castillo nuevamente.

—Ya llegaron.

Fue lo último dicho al aire, antes de salir corriendo de la oficina sin mirar atrás.

— Te has equivocado con ella, Albus. Creo que aún más de lo que te has equivocado con el Señor Tenebroso o Potter. —Hablo el cuadro de Snape, cuando se dejaron de escuchar pasos fuera de la oficina.

—Solamente espero que no se deje consumir también por la oscuridad, viejo amigo. Porque el mundo mágico, puede que no esté listo para una Dama Oscura.

—Si lo hace, tú serás el único culpable de haber creado otro monstruo. —Sentenció— Pero déjame decirte que creo que ella es más inteligente, aunque nunca se lo admitiría, que hasta que tu anciano. Estoy seguro que encontrará la forma de salvar a todos, aunque dudo que la forma en que lo haga sea de nuestro agrado.

Y como siempre, cuando Severus Snape seguía sus instintos sin dejarse influenciar, tenía razón. Porque algo se había roto en Hermione Granger y ella no mentía, cuando afirmo que solamente estaba esperando ver en qué estado se encontraba su hermano de otra madre.

Fue por ello que, cuando Voldemort gritó que Harry Potter estaba muerto y Draco Malfoy avanzó para reunirse con su "Señor", ella casi rompía la varita de Bellatrix en su mano, de la fuerza con la que la estrujaba mientras Neville daba su discurso. Pero la esperanza volvió cuando Harry saltó de los brazos de Hagrid, al mismo tiempo que Malfoy le quitaba la varita del azabache a su madre y corría para lanzársela.

— ¡Potter! — Harry volteó en el momento justo, para tomar su varita en el aire y lanzar un hechizo a Nagini.

— ¡Maldita mentirosa! Te volviste contra nuestro Señor ¡No eres mejor que una traidora de Sangre! — Gritó Bellatrix a su hermana, cuando se dio cuenta que había mentido en el bosque— ¡Avada Kedavra!

Narcissa Malfoy no tenía su varita para defenderse, ya que la tenía su hijo desde los acontecimientos en la mansión y desde el momento que vio la traición en los ojos de su hermana, sabía su destino. De hecho, sabía que lo había sellado cuando volteó a mirar al Señor Tenebroso en aquel bosque y mintió.

Pero una parte ilusa, esperaba que no fuera su amada hermana la que acabará con ella. Buscó la mirada de su hijo y le sonrió de forma tranquilizadora, al mismo tiempo que su esposo se hacía a un lado y el rayo verde impactaba contra su pecho.

— ¡Madre! — El grito desgarrador de Draco se escuchó por sobre todo el disturbio causado por los mortífagos huyendo y la Orden reagrupándose— ¡Sectumsempra!

El hechizo fue rápidamente desviado por su tía, pero para suerte del rubio impacto en el traidor de su padre, quien no tuvo tiempo de levantar un escudo, por lo que cayó y comenzó a desangrarse en el suelo, mientras que el heredero Malfoy se batía en duelo con su mentora.

Simultáneamente Harry se encontraba en duelo con Voldemort, por lo que no vio cuando la serpiente lo atacó, mordiéndole en la pierna.

— ¡Harry!

Gritaron al unísono el resto del trío dorado, mientras el pelirrojo corría hacia el azabache y la castaña comenzaba un duelo con un mortífago, para cubrir la espalda de su amigo. Sin embargo, dado que Nagini era un horrocrux, nada de lo lanzado por Ron le afectaba y tras un movimiento en falso fue mordido en el cuello, repetidas veces, mientras su amigo, aún con el veneno corriendo por su sistema, seguía en duelo con el mago oscuro.

La idea de ver morir frente a sus ojos a sus dos mejores amigos, hizo que Hermione lanzará por primera vez, con éxito, la maldición asesina, quitándose de encima al mortífago contra el que peleaba. Pero era demasiado tarde, Ron estaba muerto y ella sólo logró ver el destello dé luz verde, cuando superó al rojo, impactando contra Harry, cuando llegó a su lado.

— ¡No!

— ¡Cállate niña tonta!

Espetó Voldemort, mientras la inmovilizaba con la varita bajo su garganta, pero un hechizo logró desarmarlo, al mismo tiempo que otro la empujaba lejos de él. Fue allí cuando gris y avellana se encontraron por una milésima de segundo, el cuál fue suficiente para que la leona los viera brillar llenos de alivio, antes de que la vida se escapara de ellos, dejando el cuerpo de Draco Malfoy a los pies de Bellatrix Lestrange, quién con ese último Avada, logró extinguir a toda su familia.

En ese momento, antes de que ella siquiera pudiera procesar lo que acababa de ver, una mano se cerró con fuerza alrededor de su codo y el tirón en la parte baja de su abdomen, tan común de la aparición, se formó