Hola, perdón por la tardanza pero estaba muy ocupada. Aquí dejo otro capitulo y espero que puedan comentarlo y hacerme saber como va la historia.
En el cálido y acogedor ambiente de Granny's, Emma y Regina se sientan con Henry y Amy para compartir un momento. Entre risas y anécdotas, la conversación toma un giro serio cuando comienzan a hablar sobre los recientes descubrimientos de la magia que la chica posee.
Regina inicia, -Hemos estado investigando, y realmente me frustra no poder contar con mucha información, todo llega a lo mismo, realmente es única y diferente, Amy- su tono es serio, pero hay un brillo de fascinación en sus ojos.
Henry, siempre el curioso, se inclina hacia adelante, -¿En qué sentido es diferente? ¿Es más poderosa?
La Sheriff toma la palabra, -No diría más poderosa, exactamente. Es… distinta. Tiene propiedades que no hemos visto en la magia tradicional aquí en Storybrooke o en el Bosque Encantado, bueno por lo que Regina dice.
Amy, quien había estado escuchando con atención, pregunta, -¿Pero qué significa eso para mí? ¿Es peligroso?
La Alcaldesa ofrece una sonrisa tranquilizadora -No necesariamente peligroso, Amy. Pero sí significa que debemos ser cuidadosos en cómo la manejas y aprendes sobre ella. Hay mucho que no entendemos todavía.
Henry añade, -Podríamos usar el libro de cuentos. Quizás hay algo en él sobre este tipo de magia.
Emma asiente, -Eso es una buena idea. Podríamos encontrar algo en la biblioteca o incluso en los archivos de la alcaldía.
La propuesta de Amy despierta un destello de emoción en el grupo -Realmente quiero pasar más tiempo contigo, Henry. Creo que juntos podríamos descubrir un poco más sobre mi magia y cómo controlarla mejor- dice con un brillo de determinación en sus ojos.
Regina, siempre cautelosa pero apoyando la iniciativa, mira a Henry. -Mientras a ti te parezca bien, Henry. Es importante que ambos se sientan cómodos explorando este aspecto de la magia de Amy.
Henry, con una sonrisa amable, responde sin dudarlo. -No tengo ningún problema con eso. De hecho, durante los últimos días, he notado que Amy maneja su magia bastante bien cuando no está bajo presión. Creo que si seguimos practicando juntos, podríamos ayudar a hacer que su control sea aún más fuerte.
La chica ojos verde azulados le sonríe a Henry, agradecida por su apoyo y confianza. -Eso suena genial. Siento que cuando estoy contigo, puedo controlar un poco más mis emociones.
Emma observa la interacción entre los dos jóvenes -Creo que es una idea excelente. Henry, tú has aprendido tanto sobre la magia a lo largo de los años, y con tu ayuda, Amy podría realmente hacer progresos significativos.
La conversación se llena de planes y posibilidades, todos alrededor de la mesa compartiendo ideas y sugerencias sobre cómo Henry y Amy pueden trabajar juntos mostrando su apoyo, pero entre más pasa los días más peligroso se pone la llegada de la chica a Storybrook.
Mientras caminan hacia la escuela de Hope, el ambiente entre Regina y Emma es contemplativo, marcado por una mezcla de preocupación y determinación. La Reina rompe el silencio, su voz teñida de inquietud. -Lo que sucedió hoy con Hook en la comisaría… no puedo dejar de pensar en ello. Estoy realmente preocupada, Emma.
La salvadora asiente, sintiendo el peso de la situación. -Lo sé, Regina. Y te entiendo. Pero estaremos bien. Tenemos que ser fuertes, especialmente por Hope. Necesito hablar con ella, explicarle que por ahora, tiene que haber un tiempo hasta que Hook pueda verla de nuevo. No sé cómo reaccionará, pero no puedo arriesgarme a que le haga daño.
La sinceridad en la voz de Emma refleja su determinación de proteger a su familia a toda costa. Regina, al escucharla, siente un renovado sentido de confianza en la fuerza de su unión.
-Emma, sé que no es una situación fácil, pero tienes mi total apoyo. Lo más importante ahora es asegurarnos de que Hope se sienta segura y amada. Y respecto a Hook… si necesita tiempo para reflexionar sobre sus acciones y cómo afectan a los demás, especialmente a la niña, entonces es lo correcto. Solo espero que pueda ver el daño que está causando- dice Regina, su tono lleno de esperanza y un toque de preocupación.
Al llegar a la escuela, ambas mujeres se paran mirándose a los ojos.
Regina se acerca a la rubia, su adiós teñido de una suavidad implícita, y le deja un beso en la mejilla. -Estaré en la alcaldía si necesitas algo-, murmura con un tono que mezcla profesionalismo y cuidado personal, antes de alejarse, dejando a Emma con la tarea pendiente de hablar con Hope.
Mientras Emma y Hope se encaminan a casa, la madre ensaya mentalmente cómo abordar una conversación delicada con su hija de cinco años. Una vez en la seguridad y comodidad de su hogar, la sheriff se arrodilla para estar al nivel de Hope, mirándola directamente a los ojos con una mezcla de determinación y ternura.
-Hope, mi amor, necesito que entiendas algo muy importante-, comienza Emma, escogiendo sus palabras con cuidado. -Por algunos días, no vamos a ver a papá. Hay algunas cosas de adultos que tenemos que resolver, y solo va a tomar un poquito de tiempo.
La niña, con su mirada inquisitiva y el ceño ligeramente fruncido, intenta comprender la magnitud de lo que su madre le está explicando. -¿Como cuando esperamos que la lluvia pare para salir a jugar?-, pregunta, intentando hacer una conexión con su propia experiencia.
Emma sonríe, asintiendo, impresionada por la capacidad de su hija para buscar entender la situación. -Exacto, cariño. A veces, los adultos también tienen que esperar a que pasen las cosas para poder hacer lo mejor. Es solo por un poquito de tiempo, y quiero que sepas que mamá, tu hermano Henry,tus abuelos, tú tío Neal y Regina siempre estamos aquí para ti, pase lo que pase.
Hope asiente, todavía procesando la información pero claramente esforzándose por mostrar empatía. -Está bien, mamá. Yo espero.- Su voz es firme, aunque hay una leve sombra de confusión en sus ojos; una señal de su esfuerzo por adaptarse a las complicaciones del mundo adulto desde su perspectiva infantil.
Emma la abraza fuerte, con un corazón lleno de orgullo y amor por la fortaleza y comprensión de su hija, incluso a tan temprana edad. -Eso es todo lo que necesitamos hacer, amor. Esperar juntas. Te quiero mucho.
Y en ese abrazo, se sella un momento de conexión profunda, un entendimiento tácito entre madre e hija de que, sin importar lo que venga, el amor y la paciencia pueden atravesar cualquier temporal.
Regina, inmersa en el torrente de papeleo y decisiones que caracterizan su día a día en la alcaldía, se ve interrumpida por una presencia que llena la habitación con una aura de poder y misterio. Maléfica aparece, envuelta en humo, con una elegancia que desafía el ambiente mundano de la oficina de Regina.
La recepción de la alcaldesa es fría, una mezcla de irritación y cautela ante la visita inesperada. -Maléfica-saluda, su voz cargada de una tensión apenas contenida. -No esperaba verte aquí.
Con un aire de confianza, la rubia mayor intenta acercarse, sus movimientos llenos de una gracia peligrosa. Pero Regina, firme en su posición, levanta una mano, deteniendo el avance de ella con una claridad de límites. -Estoy aquí por negocios, no por placeres pasados- aclara la pelo negro, su tono dejando poco espacio para malinterpretaciones.
Maléfica sonríe, un gesto que roza los límites entre la provocación y la decepción. -Vengo a ofrecer mi ayuda con el asunto de Amy- dice, su voz suave pero cargada de una promesa oscura. -Sé que podemos encontrar una solución juntas.
Regina asiente, reconociendo el valor de la propuesta, pero con una cautela que no deja pasar. -Si ese es el caso, encontraré un lugar en Granny's para ti. Mi hogar no es una opción.
La pregunta de la Dragona corta el aire, cargada de un interés personal que va más allá de la magia. -¿Es por la Salvadora?-, pregunta, insinuando antiguas complicaciones y sentimientos no resueltos.
-No- responde Regina, su respuesta es tan firme como el muro que ha construido alrededor. -Es por mí. Lo nuestro fue en otro tiempo, en circunstancias que ya no existen. No podemos dejar que los fantasmas del pasado nublen nuestro juicio ahora.
Maléfica se inclina ligeramente, una sonrisa que no alcanza sus ojos adornando su rostro. -Parece que subestimas mi persistencia, querida Regina. Pero, por ahora, aceptaré tus términos.
En la alcaldía, el diálogo entre las hechiceras toma un giro inesperado. Sentada frente a Regina, Maléfica se inclina hacia adelante, su interés palpable en el aire que las rodea. -Regina- comienza, su tono llevando una mezcla de curiosidad y seriedad, -¿Sabes realmente de dónde viene la niña? ¿Quiénes son sus padres?
Regina suspira, consciente de la complejidad de la situación. -No tengo todos los detalles - admite con un gesto de resignación. -Solo sé que proviene del futuro. Pero tienes razón, cuanto más tiempo pase aquí, mayores son las posibilidades de que altere algo… drásticamente.
La conversación toma un giro aún más profundo cuando la rubia plantea una observación que había hecho en la cafetería. -¿Te has dado cuenta del tipo de poder que emana Amy?- pregunta, su voz baja pero intensa. -Cuando estaba en la cafetería la vi con Henry, noté algo… el mana que desprende no es común. Parece ser una mezcla, potenciada por algo tan puro y fuerte como el amor verdadero.
Regina la mira, inicialmente incrédula, procesando las palabras. La posibilidad de que Amy no solo posea una magia poderosa, sino que además esté imbuida con las cualidades del amor verdadero, plantea tanto oportunidades como riesgos inmensurables.
-El amor verdadero- murmura Regina, reflexionando sobre la complejidad de lo que eso significaría. -Eso podría explicar la facilidad con la que maneja su poder, incluso sin entrenamiento formal. Pero también significa que podríamos estar frente a una fuente de magia más poderosa de lo que cualquiera de nosotros ha visto.
Maléfica asiente, su expresión seria. -Exactamente. Y si no somos cuidadosas, ese poder podría no solo cambiar el futuro de donde proviene, sino también el presente en el que nos encontramos. Tendremos que observarla de cerca, Regina. No solo por su seguridad, sino por la de todos en Storybrooke.
La conversación entre Regina y Maléfica da un giro ligero, un breve interludio antes de que la intensidad de su discusión sobre Amy y las implicaciones de su poder pudiera reanudarse. La rubia, con una mezcla de astucia y ligereza, propone, -Quizás deberíamos tomar algo esta noche, seguir discutiendo este tema en un ambiente más relajado.
Regina, anticipando el subtexto detrás de la invitación, responde con una sonrisa diplomática, -Es un buen intento, Maléfica, pero creo que será mejor que nos veamos otro día. Después de terminar aquí, estaré ocupada.- Su tono, aunque amable, deja poco espacio para negociación.
La conversación toma un tono más personal cuando Maléfica, con una curiosidad apenas disimulada, inquiere, -¿Hay algo entre tú y Emma?- La pregunta cuelga en el aire, cargada de implicaciones.
-No -responde Regina con firmeza, aunque su corazón late un poco más rápido al mencionar a Emma. -Al igual que tú, estamos intentando averiguar cómo ayudar a la niña. Eso es todo lo que hay entre nosotras en este momento.
Maléfica asiente, una sonrisa enigmática curvando sus labios. -Esta vez te dejaré tranquila, pero mañana será otro día- advierte, antes de desaparecer en una nube de humo, dejando a Regina sola con sus pensamientos.
No pasa mucho tiempo antes de que el teléfono de Regina vibre con un nuevo mensaje, sacándola de su ensimismamiento. Es su rubia, preguntando si le gustaría ir a su casa a cenar. La propuesta ilumina instantáneamente la expresión de la alcaldesa, su corazón se siente más ligero, una sonrisa genuina adornando su rostro por primera vez desde que la conversación con Maléfica comenzó. Sin dudarlo, acepta la invitación, la expectativa de cenar con Emma y posiblemente hablar sobre todo, desde Amy hasta lo que sea que esté floreciendo entre ellas, llenándola de una calidez anticipada.
Esta cena podría ser más que una simple comida; es una oportunidad para Regina y Emma de explorar el terreno que están pisando juntas, tal vez aclarando los sentimientos y las complicaciones que han comenzado a enredarse alrededor de ellas. Mientras Regina se prepara para la noche, hay una sensación de esperanza y, posiblemente, de comienzo. La noche promete ser interesante, con conversaciones que podrían definir el futuro de su relación y su colaboración para proteger y guiar a Amy.
El ambiente en la casa de Emma se llenaba de calidez y aromas caseros esa noche. Mientras los spaghetti con salsa boloñesa burbujeaban suavemente en la estufa, la esencia de un hogar se tejía alrededor de los espacios, acogiendo la noche especial que la salvadora había planeado. Hope, con la inocencia y energía de sus cinco años, jugaba alegremente en la sala, creando un fondo de risas y charlas imaginarias que llenaban el aire de vida y alegría.
El timbre resonó, anunciando la llegada de Regina. Emma, con un leve rubor adornando sus mejillas, acudió a la puerta. Al abrir, se encontró con la figura de la alcaldesa, cuyo vestido negro se ceñía a su figura de manera elegante y sofisticada, complementado con botas largas y medias negras, y una chaqueta color vino que añadía un toque de color y distinción. Su cabello, perfectamente peinado, y su maquillaje, sutil pero impactante, capturaban la esencia de su presencia magnética. Emma, vestida de manera más casual pero no por ello menos encantadora, con sus jeans, camisa blanca y botas, se sentía un tanto deslumbrada por la elegancia de su morena.
Regina, notando el rubor en las mejillas de Emma, le dedicó una sonrisa que mezclaba calidez y un atisbo de coquetería, antes de entrar al hogar que emanaba una atmósfera acogedora. Hope, siempre emocionada por las visitas, particularmente por la de Regina, corrió hacia ella con los brazos abiertos. El abrazo entre Hope y de la alcaldesa fue un momento de ternura pura, un recordatorio de los lazos afectivos que se habían formado entre ellas.
Con una invitación de la niña, Regina se dejó guiar al sillón, donde se sumergió en el mundo de juegos, demostrando una vez más la facilidad con la que podía pasar de la elegancia sofisticada a la calidez y simplicidad de los momentos compartidos con Hope. La salvadora, mientras tanto, aprovechó para finalizar los detalles de la cena, poniendo la mesa con cuidado y atención, asegurándose de que todo estuviera perfecto para sorprender a su invitada.
La cena se desenvolvía bajo una atmósfera llena de sorpresas y calidez. Regina, claramente impresionada, no podía evitar mostrar su admiración. -Emma, esto está increíble. Realmente te has superado-, comentó, mirando el plato ante ella con una mezcla de sorpresa y aprecio.
La rubia, con una sonrisa y un brillo travieso en sus ojos, restó importancia a su esfuerzo. -Bueno, no siempre puedo servir macarrones con queso, ¿verdad? A veces me gusta elevar el nivel-, bromeó, provocando una risa compartida que llenaba la habitación de una energía ligera y agradable.
La velada estaba envuelta en una familiaridad reconfortante, interrumpida solo por los bostezos de Hope, que finalmente cedía al sueño. -Mami, estoy cansada-, susurró la niña, sus ojos luchando por permanecer abiertos. Regina, observando este intercambio con una sonrisa tierna, aseguró a Emma, -Voy a esperar aquí. Tómate tu tiempo- Su tono llevaba una promesa silenciosa de compañía, apreciada en profundidad por Emma.
Tras asegurar que Hope estuviera acomodada y en el umbral del sueño, la salvadora regresó abajo, solo para encontrar que Regina había limpiado y ordenado todo post-cena. La sorpresa y gratitud de Emma eran palpables. -Regina, no tenías que hacer todo esto-, dijo, su voz teñida de un profundo agradecimiento.
La alcaldesa, con una sonrisa suave y ojos que revelaban su afecto, respondió con calma, -Quería hacerlo. Es lo menos que puedo hacer después de una cena tan maravillosa- Había algo entre líneas en sus palabras, una capa de cuidado y consideración que trascendía el simple acto de limpiar.
El momento se llenó de una tensión suave, una anticipación palpable que Emma decidió romper. Se acercó a Regina, movida por un impulso de afecto y gratitud. "Gracias", susurró, justo antes de que sus labios se encontraran en un beso que era tanto una confirmación como una exploración de los sentimientos que habían estado tejiendo entre ellas.
El beso, dulce y medido, hablaba de posibilidades, de un futuro que aún no estaba escrito pero que, definitivamente, querían explorar juntas. Se separaron con sonrisas tímida, compartiendo una mirada que decía más de lo que cualquier palabra podría expresar.
-Esta noche… ha sido perfecta-, murmuró Emma, su voz apenas un susurro, pero cargada de significado.
-Ha sido más de lo que esperaba-, admitió Regina, su tono revelando la profundidad de sus sentimientos. -Y creo que… hay mucho más que podemos descubrir juntas.
Emma toma la mano de su morena para estar en la comodidad del sillón, el ambiente cálido y el suave resplandor de las luces creaban un espacio íntimo perfecto para conversaciones profundas. La salvadora inició, su voz llevaba un tono de cautela mezclada con alivio. -Hablé con Hope sobre Hook… le dije que necesitaríamos algo de tiempo antes de que pudiera verlo nuevamente. Afortunadamente, no ha dado señales de vida desde entonces, lo cual es, en cierto modo, un alivio.
Regina escuchaba atentamente, su expresión era una mezcla de preocupación. Notando la tensión en Emma al mencionar a Hook, decidió compartir su encuentro del día. -Maléfica me visitó hoy en la oficina- comenzó, su tono era calmado, diseñado para no alarmar. La reacción instantánea de Emma fue de tensión, un cambio sutil en su postura que Regina apaciguó con un suave apretón en su mano. -Fue… una conversación interesante, más que otra cosa.
Regina detalló el intercambio con Maléfica, tocando la teoría emergente sobre la magia de Amy, tejida posiblemente del amor verdadero. La salvadora, absorbida, interrumpió ocasionalmente con preguntas perspicaces, su mente trabajando febrilmente para ensamblar este nuevo rompecabezas mágico.
La curiosidad de la Sheriff sobre el alojamiento de Maléfica llevó la conversación en una nueva dirección. Al saber que se quedaría en Granny's, un destello de algo indefinido cruzó su rostro, rápidamente escondido detrás de una expresión neutral que no lograba ocultar completamente una sonrisa furtiva.
Regina, captando este cambio, no pudo evitar una risa suave y cariñosa. -No tenía idea de que la señorita Swan pudiera ser celosa- comentó, una chispa de diversión en sus ojos al observar la reacción de la rubia.
Emma, sorprendida por la observación pero encontrando confort en la familiaridad de su interacción, respondió con una mezcla de sorpresa. -Supongo que hay muchas cosas sobre mí misma que no sabía… hasta ahora- Era una confesión tanto de su sorpresa ante sus propios sentimientos como de la influencia que Regina había tenido en ella, revelando capas y emociones que Emma no había explorado antes.
Regina, con una cercanía que reducía el espacio entre ellas a un susurro, posó sus manos con delicadeza en las mejillas de la salvadora, buscando sus ojos con una intensidad suave pero inquebrantable. -Confía en mí- susurró, sus palabras cargadas de una sinceridad palpable -Estamos descubriendo lo que sentimos a nuestro propio ritmo. La confianza es nuestra base.
Emma, visiblemente movida por el gesto, compartió su preocupación. -Confío en ti, Regina, más que en nadie. Pero Maléfica… Hay algo en la forma en que te mira, como si… como si te estuviera desvistiendo con los ojos.- Su voz temblaba ligeramente, revelando la inquietud sobre la mirada que la bruja provocaba.
Con una risa suave y cariñosa que disipó la tensión, Regina bromeó, -Bueno, no es la única que me mira así.- La mirada que le lanzó dejó en claro el doble sentido, provocando que la rubia se sonrojara profundamente. La alcaldesa aprovechó ese momento para plantar un beso suave en los labios de Emma, un gesto tierno que parecía sellar su comprensión mutua.
Emma, aún sonrojada mira a los ojos marrones- Me siento como una adolescente, de esas que se emocionan por todo y con un simple gesto están nerviosas- confesó - No quiero que esta noche termine, Regina, pero tampoco quiero precipitarnos y asustarnos. Todo lo que alguna vez reprimí está floreciendo contigo, y… me siento cómoda, más de lo que imaginé posible.
Regina, con una sonrisa que reflejaba su propia vulnerabilidad y esperanza, respondió, -Me siento igual, Emma. Siempre me he sentido cómoda contigo, incluso antes de que pudiéramos admitir lo que esto significaba. Las cosas deben fluir; somos adultas, podemos manejar nuestros sentimientos y lo que esto se está convirtiendo.
La conversación entonces tomó un giro aún más íntimo cuando la salvadora, con cierta hesitación mezclada con esperanza -Quédate esta noche conmigo, solo a dormir - aclaró, queriendo estar cerca de ella, anhelando su presencia más que cualquier otra cosa.
Regina, leyendo la sinceridad y el deseo en los ojos de su rubia, asintió suavemente -Me gustaría quedarme, Emma. Nada sería más reconfortante que dormir a tu lado esta noche -Su acuerdo no solo reafirmaba la confianza y el respeto mutuo en su relación en desarrollo, sino que también marcaba un paso significativo hacia la intimidad emocional, donde el simple acto de compartir un espacio de descanso se convertía en un vínculo profundo, un reconocimiento de su conexión y el confort que encontraban en la presencia de la otra.
En la intimidad de la habitación, la atmósfera entre Emma y Regina cambió sutilmente, teñida de una anticipación silenciosa y un descubrimiento mutuo. La sheriff extendió a los ojos marrones un conjunto de pijama que constaba de unos shorts negros y una camiseta blanca, un gesto simple pero profundamente personal. Regina aceptó la ropa con una sonrisa y se retiró al baño para cambiarse.
Emma, mientras tanto, se había vestido con un pijama similar, sus shorts adornados con un estampado a cuadros que agregaba un toque hogareño a su apariencia, ella fue al baño de invitados para asearse. Llegando a su habitación se deslizó bajo las sábanas, su corazón latiendo con una mezcla de nerviosismo y anticipación.
Cuando Regina regresó, la atmósfera en el lugar se cargó con una nueva electricidad. Emma no pudo evitar quedar fascinada por la visión de Regina tan natural, tan relajada. Nunca la había visto así, libre de la armadura del maquillaje y de la formalidad de su vestimenta habitual. Era como si la Regina que conocía se hubiera despojado de todas las capas para revelar a la mujer verdadera y vulnerable debajo.
-Te ves preciosa- susurró Emma, honestidad pura en su voz, sus ojos no disimulando la admiración y el deseo. -Así, sin maquillaje… con esta ropa para dormir.
Regina soltó una risa suave, la luz en sus ojos reflejando el afecto y la complicidad compartida mientras se deslizaba bajo las sabanas junto a Emma. -No me viste en mis días como Roni en Hyperion Heights- dijo, evocando recuerdos de una vida pasada con un toque de nostalgia y humor. -Hubieras disfrutado la vista.
La sheriff sintió un pellizco de arrepentimiento por no haber compartido ese tiempo con Regina, pero la risa de la morena disipó cualquier sombra de tristeza. La forma en que Regina apartó un mechón de pelo rubio de su frente y lo colocó suavemente detrás de su oreja fue un gesto lleno de ternura, desencadenando en Emma un deseo irrefrenable.
Sin resistirse al impulso, la salvadora se lanzó hacia Regina para unirlas en un beso apasionado, un beso que hablaba de meses, quizás años, de emociones contenidas. Era un beso que borraba cualquier distancia entre ellas, un reconocimiento del amor emergente y profundo que compartían. En ese momento, todo lo demás se desvaneció, dejando solo la verdad de lo que sentían una por la otra, un deseo de explorar hasta dónde podría llevarlas esa conexión.
Bajo el tenue resplandor de la luna, el cuarto se llenaba de la respiración entrecortada y los susurros de ellas, cada beso más profundo y embriagador que el anterior. Emma, con cada roce de sus labios contra los de Regina, se sentía más embargada por la intensidad de su conexión, confesando entre jadeos, -Esto se está volviendo adictivo.
Regina, en un gesto audaz y lleno de deseo, mordió suavemente el labio de Emma, sus palabras envueltas en la misma urgencia, -A mí me pasa lo mismo. Me arrepiento de no haberlo hecho antes.-Esta confesión encendió aún más el fuego entre ellas, profundizando el deseo que compartían hasta que los límites se difuminaban, y los labios de ambas quedaban hinchados por la pasión.
Mientras la rubia exploraba la suavidad de las piernas de Regina, ambas se sumergían más profundamente en su recién descubierta intimidad, hasta que un llanto distante las sacó de su trance. Hope, en algún lugar de la casa, había roto el encanto con su llanto.
Con una mirada llena de complicidad y promesa, Regina instó a Emma a atender a su hija. -Ve-dijo suavemente, y Emma, a regañadientes pero sabiendo que era lo correcto, se levantó para consolar a Hope.
Regina quedó sola en la cama, envuelta en las sábanas y los ecos de sus besos con Emma, reflexionando sobre la velocidad vertiginosa con la que su relación había evolucionado. ¿Qué eran ahora? ¿Cómo definir lo que estaba floreciendo tan rápidamente entre ellas? La noche había revelado profundidades de sentimiento y conexión que ni siquiera ella sabía que existían, dejándola a la vez emocionada y contemplativa sobre el futuro. El llanto de Hope había pausado su momento de pasión, pero la pregunta de lo que vendría a continuación permanecía, flotando en el aire como un deseo aún por explorar.
Con un suspiro de alivio, Emma regresó a la habitación, encontrando a la alcaldesa dormida serenamente. Con cuidado, se deslizó en la cama, tratando de no perturbar el sueño de su amada. Al sentir el movimiento, las ojos marrón se acercó instintivamente, rodeando a su rubia con sus brazos.
Emma se acomodó junto a Regina, sintiendo su calidez y su cercanía reconfortante. Pasó un brazo alrededor de ella, atrayéndola aún más cerca, como si quisiera mantenerla segura en su abrazo en el cual se sumergió en un profundo agradecimiento por tener este momento con la mujer de la que estaba enamorada desde hacía tanto tiempo. Con Regina a su lado, se sentía en paz y completa, como si finalmente hubiera encontrado el lugar al que pertenecía. Con estos pensamientos reconfortantes acunándola, la salvadora se dejó llevar por el sueño, sintiendo la tranquilidad y el amor que emanaban de la mujer a su lado.
Emma se levantó con la luz del amanecer bañando su rostro, sintiendo un vacío a su lado. Al bajar, la escena ante sus ojos la sumergió en un mar de calidez: la alcaldesa concentrada en preparar el desayuno, mientras Hope relataba emocionada sus pequeñas aventuras mientras comía sus tortitas. La mirada de Regina se cruzó con la de la salvadora, enviándole una sonrisa que le calentó el alma. La niña se levanta saludando a su madre, antes de correr a su habitación para prepararse a la escuela.
-¿Cómo amaneciste? -preguntó Emma, acercándose a ella.
-Bien, desperté temprano. Hope ya desayunó -respondió Regina, su voz suave pero llena de energía.
Emma se perdió por un momento en los profundos ojos marrones de Regina. Algo en su interior se removió con fuerza al tenerla tan cerca en la cotidianidad del hogar.
-Estoy feliz de que estés aquí -confesó la sheriff, su corazón latiendo con fuerza ante la sinceridad de sus palabras.
La respuesta de Regina fue un beso apasionado, sus lenguas danzando en un encuentro que les robó el aliento. Justo entonces, Hope regresó pidiendo ayuda para vestirse, inyectando un toque de realidad a su burbuja de intimidad. La reina y la rubia compartieron una sonrisa cómplice, disfrutando del caos hermoso que era su vida juntas.
Pero la paz se vio interrumpida por el sonido del timbre. Emma abrió la puerta, encontrándose con Hook, su rostro un mar de emociones contenidas. La tensión era palpable, un recordatorio de los desafíos que aún enfrentaban.
-¿Puedo entrar? -preguntó Hook, su voz cargada de un intento desesperado por mantener la calma hasta que vío a Regina a unos metros.
Emma lo miró, buscando las palabras correctas. La presencia de Hook era un recordatorio de un pasado complicado y de las decisiones que debían tomarse hacia el futuro.
-Tenemos que hablar -fue todo lo que dijo la salvadora, consciente de que el camino a seguir no sería fácil.
Mientras tanto, Regina observaba desde la cocina, preparada para apoyar a Emma en lo que viniera.
Hook miró fijamente a Emma, la confusión y la frustración marcadas en su rostro. -¿Por qué no puedo ir con mi hija? Habíamos acordado que hoy la llevaría a la escuela- dijo, su voz cargada de un intento de mantener la calma.
La sheriff, con la mirada afilada y la postura firme, respondió con un tono que no admitía réplica. -Eso fue antes de lo que pasó en la comisaría, Hook. Fuiste agresivo, no solo conmigo, sino también con Regina. No voy a permitir que Hope esté cerca de eso.
El pirata se tensó, sus puños se cerraron involuntariamente. -No fue mi intención- aseguró, intentando suavizar su tono, pero la firmeza en los ojos de la salvadora le indicaba que sus palabras poco podían hacer para cambiar la situación y su detector de mentira estaba activo.
-Voy a ser clara,- continuó la rubia, sin dar un paso atrás. -No vas a ver a Hope hasta que pueda confiar en que no habrá más problemas. Lo que pasó fue inaceptable.
La frustración de Hook se convirtió en enojo, pero antes de que pudiera dar un paso hacia adelante, la salvadora se plantó con autoridad, bloqueando su camino. Fue entonces cuando, impulsado por la tensión del momento, lanzó la pregunta que había estado danzando en la periferia de sus pensamientos. -¿Qué pasa entre tú y Regina? ¿Hay algo más que no me estás diciendo?
La rubia mantuvo su compostura, eligiendo no revelar nada. La privacidad de lo que ocurría entre ella y la alcaldesa no era algo que pensara compartir, especialmente no en medio de un conflicto.
-Lo que Regina y yo tengamos o no tengamos no es asunto tuyo, Hook. Esto se trata de Hope y de lo que es mejor para ella- replicó firmemente, marcando la distancia no solo física sino emocional entre ellos.
Hook, enfrentando la impenetrable barrera que Emma había erigido, comprendió que no había más que pudiera hacer en ese momento. Con un pesado suspiro, dio media vuelta, dejando un silencio cargado tras de sí.
La sheriff cerró la puerta lentamente, su mente abrumada por la intensidad del enfrentamiento. Regina, que había observado en silencio, se acercó, ofreciendo un soporte silencioso con su sola presencia. La complicidad y el entendimiento tácito entre ellas eran un faro en medio de la tormenta, un recordatorio de que, juntas, podían enfrentar cualquier cosa.
En la penumbra del bosque, dos figuras se encontraban en secreto, el ambiente cargado de planes y conspiraciones. Hook y Maléfica, unidos por un objetivo común, se enfrentaban a la tarea de separar a dos corazones que, contra todo pronóstico, parecían haber encontrado un camino el uno hacia el otro.
-Emma es mía- comenzó Hook, su voz un murmullo entre los árboles. -Nunca debió alejarse de mi lado. Y ahora, Regina… Ella está interfiriendo en todo.
Maléfica, con su característica serenidad que rozaba lo siniestro, lo observó con interés. -Me sorprende que estés dispuesto a ir tan lejos. ¿Es solo posesión lo que sientes por Emma?
El pirata frunció el ceño, sus pensamientos un torbellino. -Es más que eso. Pero no puedo permitir que Regina nos separe. ¿Y tú? ¿Por qué tanto interés en la alcaldesa?
La bruja sonrió, un destello de astucia en su mirada. -Regina siempre ha sido… intrigante para mí. Hace años que la observo, que siento esta… atracción. Recientemente, pensé en explorar algo más profundo, pero Emma se interpone.
Hook asintió, entendiendo la situación. -Y Regina, ¿qué piensa de todo esto?
Maléfica suspiró, la frustración evidente en su tono. -Hace unos meses, tuvimos algo. Pero Regina lo dejó muy claro: era solo sexual, sin lugar para los sentimientos. Acepté las condiciones, con la esperanza de estar cerca, de cambiar su perspectiva.
La complicidad entre ellos se fortalecía con cada confesión, cada plan compartido. -Entonces, ¿qué propones? ¿Cómo podemos separarlas sin que sospechen de nosotros?
Maléfica, siempre un paso adelante, esbozó un plan meticuloso. -Debemos ser sutiles, jugar con las inseguridades, con los celos. Hacerles creer que sus sentimientos no son correspondidos, que hay secretos entre ellas. Emma debe pensar que Regina aún siente algo por mí, y Regina… Regina debe dudar del compromiso de la salvadora contigo.
Hook asintió, impresionado por la astucia del plan. -Es arriesgado. Pero si funciona, podríamos tener una oportunidad.
Ambos sabían que el camino por delante estaría lleno de desafíos, pero la promesa de recuperar lo que consideraban suyo los impulsaba a seguir adelante, a tejer una red de intrigas y desconfianzas que, esperaban, separaría a Regina y Emma para siempre.
