Los personajes de Twilight no son míos sino de Stephenie Meyer, yo solo me divierto un poco con ellos.
Capítulo beteado por Yanina
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ MG ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Capítulo 3
Bella
—Señora Cullen, ¿cómo es su relación con Rayza?
Sonreí ante la pregunta de Garrett.
—Creo que bastante buena.
—Pasa mucho tiempo con ustedes.
—Así es.
—¿Por qué?
—Bueno, Rosalie tiende a mandarla a nuestra casa día por medio o a veces todas las noches, ha pasado semanas enteras con nosotros.
—¿Y Claire?
—Naturalmente también está con nosotros.
—¿Cómo se llevan las niñas? ¿Cómo llevan este proceso de adaptación?
—Ha sido… complicado.
—¿Puede explicarse?
—Claire estaba acostumbrada a ser el centro de nuestra atención, le ha costado adaptarse a que Ray esté presente, pero…
—Claro que mi hija merece ser el centro de atención, es mi hija después de todo, y que tú no la trates como la princesa que es, es inaceptable.
—Abogado Vulturi, es la segunda vez que su clienta actúa de esta manera.
—Lo siento, su señoría, mi clienta está muy alterada, pero…
—Claro que estoy alterada, esta muerta de hambre intenta tratar a mi hija del mismo modo que su mocosa, ¿acaso no ve que no son iguales? Y todavía se atreve a…
—Señora McCarty —dijo la jueza golpeando su mazo contra su escritorio—, es mi última advertencia, o se controla o haré que la arresten.
Rosalie frunció el ceño pero asintió, era la misma mueca de enfado que Claire hacía cuando algo no se hacía como ella quería.
—Prosiga, señora Cullen.
—Gracias —le sonreí a la jueza—. A Claire le costó un poco más de trabajo, pero últimamente eso ha quedado en el pasado, ahora las niñas se llevan muy bien, hay una que otra ocasional discusión, pero son discusiones de hermanas, nada que…
—¡No son hermanas! Y entre más pronto terminemos con esto, más pronto mi hija se olvidará de ustedes.
—Oficial, arreste a la señora McCarty por desacato.
Los oficiales se acercaron a Rosalie quien renegó y peleó para evitar el arresto, lo que hizo que usaran la fuerza.
—El juicio queda suspendido hasta el día de mañana. Abogado Vulturi, no voy a volver a tolerar ninguna falta de respeto en mi tribunal.
—Entiendo, su señoría.
—Su señoría —dijo Garrett llamando la atención de todos—, los señores Cullen solicitan que la menor Rayza King-McCarty quede bajo su custodia temporal hasta que concluya el juicio, de igual manera, solicitamos suspender las visitas supervisadas hasta que concluyamos.
—¿Bajo qué criterios? —preguntó Alec.
—Bajo el hecho de que Rayza ha estado bajo el cuidado de los señores Cullen desde hace dos semanas, además de que, como se ha demostrado, la señora McCarty no puede guardar compostura, lo que tememos que sea perjudicial para la relación con las niñas a largo plazo.
—Están haciendo afirmaciones sin fundamentos.
—Han habido dos accidentes previos en donde la señora McCarty ha gritado a viva voz que Rayza no es su hija, dejando a la niña llorando confundida y a Claire atemorizada al ver su estado tan alterado.
—La señora McCarty solo pide más tiempo con su hija biológica, tiempo que se han negado a otorgar.
—Y el juez en su momento accedió a las visitas supervisadas, ya que había posibilidad de que la señora McCarty escapara junto con Claire.
—Se le ha revocado el pasaporte a la señora McCarty por solicitud de los señores Cullen, y mi clienta lo entregó sin ninguna queja ni molestia.
—Eso no evita que conduzca o tome un bote, tiene los recursos para escapar.
La jueza golpeó el escritorio con el mazo.
—Señora Cullen —me miró la jueza—, ¿tiene alguna objeción de que la señora McCarty vea a las niñas?
—Tengo muchas, su señoría, y preferiría que no se acercara a nosotros —suspiré—, pero eso no es justo para Rayza. Puede seguir visitando a Claire si es lo que quiere, pero no confío en la seguridad de mis hijas con ella, Claire está bajo nuestra tutela, por eso pido que Ray se quede con nosotros, para darle un poco de estabilidad en estos momentos.
La jueza asintió y después de ver a la audiencia y a los abogados, nos concedió el que mi niña se quedara con nosotros.
—Mañana reanudaremos la sesión.
…
—¿Me voy a quedar aquí?
Abracé a mi niña, la cuestión no era si se quedaba o no, su permanencia aquí había quedado clara desde el principio.
—Claro que sí, bonita.
—¿No me voy a tener que ir con Rosalie?
—No, no creo.
—¿Pero sigue queriéndonos a las dos?
—Sí, pero no te debes preocupar, nuestro abogado lo está resolviendo.
Asintió y se acurrucó aún más en mis brazos, podía escuchar la risa de Claire y Edward en el baño contiguo, claro que esos dos no podían tomar una ducha rápida e ir a la cama.
Besé el tope de la cabeza de Ray mientras ella hojeaba el libro de cuentos.
¿Cómo era que Rosalie no podía quererla?
¿Cómo podía no quererla yo?
Me dolía pensar que estuve a punto de perder a mi preciosa niña solo por mi terquedad.
…
El reloj marcaba las cuatro y siete de la mañana, era extraño que yo despertara a esta hora.
Edward decía que tenía el sueño pesado, podía hacer una fiesta en la habitación contigua y jamás lo descubriría.
Una de las maneras para que me despertara era que Claire me llamara —cosa que no había ocurrido— y la otra era porque Edward quería ponerse cariñoso, tampoco estaba pasando eso.
Fruncí el ceño y volví a acomodarme para seguir durmiendo, pero no podía encontrar un buen lugar.
Volví a mirar el reloj, ya habían pasado quince minutos.
Aparté las mantas y me levanté, lo último que necesitaba era despertar a Edward, todos en casa sabíamos lo que la falta de sueño le hacía.
Salí de nuestra habitación y entré a la de mi pequeña para verla profundamente dormida, oculta debajo de las mantas amarillas con su peluche de serpiente junto a ella.
Ese peluche era su adoración, en el juego de la feria le habían ofrecido un unicornio, pero ella era una niña de ideas claras y cuando vio la serpiente era todo lo que quería.
Mi pequeña aventurera.
Nunca dudé de que era mi pequeña, desde que la pusieron en mis brazos en el hospital supe que era mía.
Recordaba su carita redondita, tan rosadita, con su nariz de botón y su pequeña boquita.
Fuimos un perfecto trío.
Muchos nos sugirieron la idea de tener otro bebé, buscar la parejita, pero nos negamos, estábamos felices siendo una familia de tres.
Además de que la idea de pasar de nuevo por los desvelos, cólicos y llantos no era de nuestro agrado.
Estábamos felices de ser padres de una sola princesa, siendo la fortaleza que nuestra pequeña necesitaba para crecer de la mejor manera.
Hasta que no pudimos serlo.
Salí de la habitación cuando nuestra pequeña se removió debido a mi sollozo, no interrumpiría sus dulces sueños.
Bajé las escaleras, necesitaba calmarme antes de regresar a la cama.
Fruncí el ceño al ver al ver el bulto en el sofá, estuve a punto de gritar, pero alcancé a ver los diminutos deditos que se asomaban ya que la manta no alcanzaba a cubrirlos.
Me acerqué lentamente solo para ver unos asustados ojitos chocolate.
Era tan difícil mirarla.
—¿Qué haces aquí?
—Se me quitó el sueño… ¿estoy en problemas?
Sentí un nudo en la garganta, no había entrado a su habitación, ni siquiera se me ocurrió revisarla.
Con Claire me sentía segura, sabía qué esperar con ella, pero Rayza era una historia completamente diferente.
No sabía cómo interactuar con ella por largos periodos de tiempo, no era una desalmada, me asegura de que tuviera la barriga llena, estuviera limpia y cumpliera con los deberes, la escuchaba reír cuando jugaba con Claire, incluso cuando lo hacía con Edward, pero nuestro contacto era realmente limitado.
—No, no lo estás, pero vamos, regresemos a la cama.
—No puedo.
—¿Cómo?
—No puedo volver.
—¿Por qué? —Se cubrió el rostro con la manta—. ¿Qué ocurre? ¿Por qué no puedes volver?
Escuché un murmullo, pero no logré entender bien, rodeé el sofá y me acuclillé junto a ella.
»No te entendí, ¿qué ocurrió? ¿Necesitas que revise abajo de la cama o en el armario?
Bajó solo un poco las mantas para enseñarme sus ojitos llenos de lágrimas.
Sentí que me caía.
Edward me había dicho que mis ojos eran demasiado sinceros, no podía esconder mis emociones, no había manera de que mis ojos mintieran.
La primera vez que… se disculpó, lo perdoné, claro que lo hice, y no volvió a hacerlo, aún seguía sin hacerlo; tiempo después me confesó que ver el terror en mis ojos lo había derribado. Prometió no volver a ver ese sentimiento en mí y lo cumplió.
No había entendido a qué se refería hasta que vi las lágrimas y la profunda tristeza en esos ojos achocolatados tan iguales a los míos.
—No llores, preciosa, no ha pasado nada malo.
Aparté las mantas, la sostuve en brazos y la falta de sus pantalones del pijama, me daban un indicio de que era lo que había pasado.
—Lo siento —sollozó escondida en mi cuello.
—No pasa nada, bonita. —La aparté de mi cuello para mirarla a los ojos.
Eran dos enormes pozos tristes, ¿yo era la causante? ¿Había hecho sufrir a mi niña?
Mi pequeña dormía plácidamente arriba, sabiendo cuánto la amaba, pero esta era mi niña, la que cargué por nueve meses, la que di a luz, la niña de cabello rojizo que tanto imaginé cuando estaba embarazada.
—Fue solo un accidente. —Besé su frente—. ¿Qué te parece si tomas una ducha?
—¿No estás enojada? —sollozó.
—No, los accidentes ocurren —acaricié su mejilla—, ya no llores, ¿sí? Anda, regálame una linda sonrisa.
Sonrió solo un poco, pero las lágrimas seguían fluyendo.
—Esa no es una buena sonrisa, anda, dame una mejor, o iré a buscarla yo.
Claire odiaba que le hiciera cosquillas, siempre terminaba llorando, pero Ray parecía amarlas.
—Para, Bella, para…
Ahora las lágrimas eran de felicidad, eso estaba mucho mejor.
…
Me gustaría que fuera más fácil, pero no era posible, solo quería tomar a mis dos chicas y huir a un lugar en donde nadie nos encontrara.
Pero eso no iba a pasar, o por lo menos no aún.
Hola!
Nuevo capitulo, que espero disfrutaran.
Yanina muchas gracia por ayudarme con la revisión del capitulo, eres la mejor por siempre y para siempre
Déjenme sus comentarios, opiniones, criticas, teorías o lo que quieran compartir conmigo en un review, recuerden que son libres de compartir su opinión libremente.
Nos vemos en el siguiente capitulo
