Los personajes de Twilight no son míos sino de Stephenie Meyer, yo solo me divierto un poco con ellos.
Capítulo beteado por Yanina
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Capítulo 5
Bella
Había visto tan solo dos veces a esa mujer en mi vida y en ambas ocasiones nos había dejado muy en claro lo poco que le agradábamos.
Sabíamos que Rosalie venía de una familia de la alta sociedad, nacida en cuna de oro, viviendo la vida de una princesa. La vida que Ray había estado llevando hasta que la prueba dio negativo.
Ray se escondió detrás de Edward la última vez que vimos a esa mujer.
Lauren King era una mujer atemorizante.
Había ordenado conocer a Claire y aunque nos quisimos negar a toda costa al encuentro, no pudimos contra el hecho de que era su abuela biológica y tenía derecho a conocerla, por lo que mi pequeña se había presentado de buena manera ante Lauren; incluso durante su segunda visita, al principio se mostró de un muy buen humor.
Quizás algo debió alertarme cuando Rayza parecía estar muy feliz con no ser el centro de atención de la que se suponía era su abuela. Me quedó bastante claro el porqué cuando Lauren comenzó a querer ordenar a Claire el cómo debía sentarse, comportarse y actuar.
Le puse un alto.
—Mi hija, mis reglas.
—Solo que no lo es —se burló.
El abogado de los King estuvo presente, recordándonos que esta no era una visita amistosa, ellos estaban ahí con toda la intención de tener una relación con Claire para eventualmente llevársela.
Solo que mi pequeña tenía la capacidad de pasar de ser una niña carismática y risueña a levantar a los muertos con su berrinche.
No que Edward y yo le permitiéramos salirse con la suya, pero su grito definitivamente podía acabar con la paciencia de cualquiera.
El temperamento de Claire era de esa manera, podía pasar de cero a cien en cuestión de segundos, por lo que incluso el menor empujón podía causar un verdadero drama, aunque de igual manera se tranquilizara.
Por lo que cuando Rayza chocó con Claire y la hizo terminan en el piso, ella gritó e hizo drama.
Tomé a Rayza y la tranquilicé, asegurándole que Claire estaba bien, mientras que Edward tomó a Claire en brazos y la arrulló, era la manera más rápida de calmarla.
Pero no lo suficiente rápido, ya que su llanto hizo que Lauren se marchara murmurando lo incompetentes que éramos para educar a su nieta.
—No te preocupes, Claire —murmuró Rayza acariciando su espalda una vez el llanto desapareció—, ella siempre ha sido desagradable con todos.
Verla nuevamente solo me daba ganas de marcharme.
Interrogué a Rayza sobre su relación con Lauren en una de nuestras noches en cama.
…
—¿Pasabas mucho tiempo con Lauren? —pregunté mientras estábamos recostadas en su cama, tenía la pijama puesta, el cabello trenzado y los dientes limpios, solo pasando el rato antes de que llegara la hora de dormir.
Apartó la mirada del libro de cuentos, me encantaba saber que tenía esto en común con ella, a Claire le encantaba que le leyera historias, pero a Rayza le gustaba leerme a mí y se estaba volviendo una de mis actividades favoritas con ella. Aún seguíamos con cuentos infantiles, pero más de una vez la había visto acercarse al librero que teníamos en la sala principal.
No tenía una pronunciación tan buena y su lectura no era la mejor, pero verla intentarlo me tenía cautivada.
—Antes sí, cuando participaba en concursos de belleza, pero como nunca gané, dejaron de llevarme y ya casi no la veía.
—¿Te gustaban los concursos?
—No, siempre estaban gritándome y de mal humor, se enojaban aún más cuando no ganaba, decían que no me esforzaba lo suficiente. —Se llevó las manos a la boca, comenzándose a morder las uñas, pero rápidamente las apartó para comenzar a tirar de los rizos que se habían escapado de la trenza.
—Ya veo.
—Ya no volvimos a ir y después me trajeron aquí.
—¿Extrañas hacerlo?
—Me gustaba usar los bonitos vestidos, pero no peinarme, siempre me jalaban el cabello y me dolía la cabeza, además tenía que usar pelucas o extensiones, Rosalie decía que mi cabello era un desastre.
La atraje aún más a mi pecho, era tan reconfortante tenerla entre mis brazos.
—Rosalie se equivoca, tienes el cabello más lindo, se parece al de Edward, y a mí me encanta su cabello.
—Ayer le dijiste que parecía un nido de pájaros.
—Eso es porque nunca usa acondicionador cuando se baña —tomé su manita y se la besé—, pero tu cabello es demasiado bonito.
Se ruborizó y se acurrucó aún más contra mi pecho, me dolía pensar en las veces que Rosalie le negó un abrazo, me detestaba al pensar que yo también se los estuve negando.
—Podemos jugar con Claire a las pasarelas —dije para llamar su atención—, les conseguiremos unos bonitos vestidos y al final ambas pueden ganar tiaras.
—Eso me gustaría, ¿crees que Claire quiera?
—¿Yo qué voy a querer? —preguntó mi pequeña entrando en la habitación junto con Edward, ambos con sus respectivos pijamas, esta vez Claire optó por uno de sus enterizos de ositos.
—Jugar a los concursos de belleza, podemos usar vestidos y pintarnos la boca y hacer trucos en el escenario y después nos ponen las coronas cuando ganemos.
Claire lo meditó por unos segundos antes de asentir de acuerdo y acomodarse entre Rayza y yo, mientras Edward se recostó junto a Rayza, dejando a nuestras chicas en medio de ambos.
—¿Estás bien?
Le sonreí a Edward intentando tranquilizarlo, podríamos hablar después, ahora era momento de pasar tiempo con nuestras pequeñas.
…
Habíamos jugado a las pasarelas y concursos, al final tenía a dos niñas felices con tiaras en la cabeza y usando vestidos hechos con mi ropa, la de Edward o con las sábanas de las camas.
Ambas eran felices en su mundo de arcoíris, ajenas por completo al terrible miedo que nos acechaba de perder a una.
—Señora King, ¿cuándo se dio cuenta de que Rayza no era su nieta? —La voz del abogado me hizo poner atención.
La mujer en el estrado era muy guapa, su cirujano plástico definitivamente sabía cómo mantenerla con esa apariencia joven.
—Siempre tuve mis dudas, pero mi hijo estaba embelesado con la niña, no me hizo caso de hacerse una prueba de paternidad aun cuando era evidente para cualquiera que la niña no era de él.
—¿Hicieron la prueba de paternidad?
—Una parecida, ya que mi hijo lamentablemente falleció, la prueba la hicimos conmigo y salió negativa, no fue ninguna sorpresa.
—¿Ha conocido a Claire?
—Claro que sí, ella sí que es una verdadera delicia, es igual a mi hijo.
Sentí a Edward tensarse junto a mí, puse mis manos sobre su pierna, sabía lo que esa afirmación causaba. Carlisle, el padre de Edward, se había derretido cuando conoció a Claire, era su adoración, nuestra pequeña ayudó a que la relación fracturada entre ambos mejorara.
La relación en este momento, en el mejor de los casos, era tensa.
—¿Ha convivido con ella?
—En dos ocasiones, son reservados para dejarnos convivir con Claire, pero ellos sí tienen a Rayza en todo momento.
—Mis clientes, aunque aprecian el fácil acceso que les han permitido tener con la menor —interrumpió Garrett—, no lo solicitaron, los señores McCarty han dejado a Rayza al cuidado de los Cullen prácticamente desde el primer día.
—Los McCarty solo buscan la mejor manera para la adaptación de las niñas, tenemos un documento firmado y notariado por el psicólogo Whitlock.
—Mismo documento que solicitamos sea anulado, pues el psicólogo que lo acredita pertenece al hospital en donde ocurrió el acontecimiento, lo que pone en duda la credibilidad de su reporte ya que, de igual manera, los McCarty y los King pertenecen a los socios del hospital, por lo que cualquier reporte podría ser modificado a beneficio de ellos y no ser imparcial.
—El documento queda fuera de las evidencias —sentenció la jueza—, pero será necesario que ambas niñas se sometan a una prueba psicológica para ver su estado actual y cómo llevar el cambio con ellas.
—¿Cambio? —susurró Edward.
Tomé su mano, nuestro mayor miedo en boca de la jueza.
—¿Cómo fue su convivencia con Claire, señora King? —prosiguió el abogado con las preguntas.
La mujer sonrió sabiendo que su relato sería bueno para ella.
…
La mujer sostuvo la manita de Claire, quien tenía una enorme sonrisa al ver los regalos que le habían llevado.
Claro que mi pequeña, siendo la extrovertida que era, se había parado frente a Lauren y presentado.
—Hola, soy Claire Cullen, gusto en conocerte.
La sonrisa de Lauren hizo que mi estómago se revolviera, no quería que le gustara, no quería que quisiera a mi pequeña, odiaba sentirme tan confundida.
Mi Claire merecía que todos la amaran, pero odiaba que ellos la quisieran.
Edward y yo habíamos trabajado en la confianza de Claire, motivándola a hablar, a hacer nuevos amigos y perder la pena con los extraños, alentándola a dar siempre su punto de vista, pero ahora esas enseñanzas nos estaban mordiendo el culo.
Era su personalidad vibrante y enérgica lo que los atraía a ella.
—Eres muy bonita.
—Gracias, señora King.
—Nada de señora King, preciosa, puedes llamarme nana.
Claire nos miró, sin estar segura de qué hacer.
Mi madre era su nona Renée y la madre de Edward era su abu Esme, incluso la nueva pareja de su abuelo la trataba con el mismo cariño que una abuela, por lo que su cuota de abuelas estaba más que llena.
—Dale un poco de tiempo —dijo Edward tomando mi mano.
—Eventualmente sabrá cómo son las cosas. —Su tono de voz nos indicaba que solo estaba respetando nuestra presencia porque no tenía de otra, pero que en cuanto pudiera nos apartaría de Claire sin ningún remordimiento.
—¿Podemos jugar con esto? —preguntó Claire tomando el costoso juego de té que había en una de las bolsas—. Yo tengo uno, pero este es aún más colorido, ¿verdad, papi?
—Sí —le sonrió Edward—, es muy bonito, ¿cómo se dice?
—Gracias por los obsequios —le sonrió a Lauren—. ¿Puedo abrir otro? ¿O cuáles son para Ray? No abriré esos, esperaré a que Ray me los muestre y así ambas podemos jugar juntas.
—Todos son para ti, pero eres muy amable al acordarte de ella —sonrió Lauren aún más complacida—. Pero cuéntame más de ti, ¿qué tal te va en la escuela?
Mi pequeña periquita comenzó a hablar de sus clases en casa, de sus clases de natación y de su grupo de juegos.
Para cuando llegó la hora de terminar la visita, era bastante claro que Lauren estaba más que fascinada.
—Es como estar hablando con mi hijo a su edad —dijo cuando la acompañamos a la puerta—, será bueno tenerla en casa pronto. Nos veremos muy pronto, querida niña.
Lauren se marchó dejándonos un mal sabor de boca.
…
—¿Cómo siguen las visitas? —preguntó el abogado.
—No hemos tenido oportunidad de reunirnos.
—Objeción, su señoría —intervino Garrett—, la señora King se presentó para una segunda visita, solo que en esa ocasión Claire se encontraba indispuesta, lo que ocasionó una rabieta.
—No quisieron controlarlo, además fue culpa de la chiqui… de Rayza.
—Fue un accidente —intervine llamando la atención de todos, miré a la jueza que me miraba con una ceja alzada—. Lo siento, su señoría, fue un accidente de juegos, Rayza no se fijó y aventó a Claire, no pasó a mayores, simplemente un golpecito al caer, solo que mi pequeña es un tanto vocal durante los primeros minutos, pero su berrinche no duró mucho, todo estuvo tranquilo en cuestión de minutos, algo dolorida pero ni siquiera le salió un moretón.
—¿Rayza cómo estaba?
—Se disculpó, ambas siguieron jugando sin ningún inconveniente después de que Lauren se marchara, no hemos podido coincidir, ya que Lauren pide que estemos solo Claire y nosotros, sin Ray.
—¿Por qué? —preguntó, esta vez viendo a Lauren.
—Quiero estrechar lazos con mi nieta, pero no puedo hacerlo si Rayza está involucrada en todo momento; como he sido su abuela todo este tiempo, demanda mi atención y no me permite acercarme a Claire como me gustaría.
La jueza asintió y escribió en sus anotaciones.
