Hinata muy avergonzada por lo que pasó con el Uchiha intentó levantarse pero no pudo, pues los brazos del último no la dejaron moverse de su posición. Ella cerró los ojos con vergüenza y la cara caliente, Sasuke sólo la veía embelesado por la belleza que ella tenía, aparte de que al tenerla en esa posición lo hacía no querer soltarla y por el contrario, pegarla más a su cuerpo.

Ella inconscientemente intentó volver a apartarse pues su cuerpo se sentía más caliente en especial en su zona íntima, dónde el miembro de Sasuke tocaba su vulva. Pero al hacerlo la fricción entre estos se hizo mas fuerte provocando que nuevamente ambos gimieran.

-si te sigues moviendo de esa manera te juro que no me voy a contener.

Hinata se sonrojó aún más por eso si se podía, al escuchar su voz más ronca de lo normal su entrepierna se sintió más húmeda de lo que la sentía al principio. Así mismo sentía que algo duro presionaba en esa zona.

Por fin Sasuke la soltó del agarre en la cintura y ella por fin pudo salir corriendo del gimnasio. Se dirigió a su habitación y se metió a la ducha, sentía mucha vergüenza por lo que había pasado. Al retirarse la ropa interior sintió el rose de esta y no pudo evitar sentir placer, al ver su zona íntima se dió cuenta que su clítoris estaba caliente e hinchado, lo tocó y estaba demasiado sensible, al retirar su mano la vió mojada, al parecer se había lubricado en gran manera, cuando se retiró el sostén sus pezones se sintieron demasiado sensibles, con mas pena que antes comenzó a bañarse evitando pensar en eso. Pero sin siquiera darse cuenta su mente comenzó a divagar en el pelinegro, recordó sus facciones, sus ojos completamente oscuros, sus labios entreabiertos la invitaban insistentemente a besarlos, su barbilla afiliada le parecía demaisado atractiva, si bajaba la vista más abajo podia notar sus bien formados músculos en su pecho y en sus brazos, se notaban mas por esa playera negra pegada a su cuerpo, y al igual que ella tenía unos pantalones cortos que dejaban ver sus bien trabajas piernas. Estaba claro que ya no era un niño, así como ella.

Asimismo, Sasuke se quedó un rato más en el suelo, sentía su miembro palpitar y muy caliente, su rostro aún tenía la sensación de que los suaves pechos de Hinata seguían ahí, al igual que su olor. Su sonrisa aún no dejaba su rostro, sin esperar más tiempo se paró del lugar y tomó el mismo camino que su amiga, escuchó el agua caer en su habitación así que también se fue a tomar una ducha, debía bajar ese dolor en su entrepierna con agua helada. Sabía que eso los iba a meter en un ambiente incómodo, ya vería como hacer para que eso no pasara.

Cuando terminó con su ducha bajó a la cocina, sabía que Hinata estaba cocinando pues era su manera de tranquilizarse. Sonrió al verla de espaldas cortando unas verduras.

-¿Necesitas ayuda?.

Soltó una risita cuando la vió brincar y voltear sorprendida y avergonzada.

-¿Podrías terminar de cortar esras verduras?. Comenzaré a preparar lo que falta.

Se acercó al lugar donde estaba antes ella y al pasar a su lado olió nuevamente su aroma suave. Ambos se concentraron en terminar su comida. Ninguno mencionó nada de lo ocurrido y era mejor, así no se sentirían incómodos.

Terminaron de cenar y se sentaron en la sala de la gran casa.

-¿Quieres ver una película?- rompió el silencio Sasuke.

-Está bien, pero esta vez yo elegiré- el azabache asintió, era seguro que iba a elegir algo de romance o alguna caricatura, pero estaba bien, se lo debía por haberla tocado de esa forma en el gimnasio, además quería verla poner expresiones de felicidad o fantasía cuando veía esas películas.

Eligió la del Rey león, típico de ella, Sasuke lo único que podía ver era el perfil de Hinata, veía sus reacciones de felicidad, pero cuando apareció la escena donde el rey león murió comenzó a llorar. Sonrió de lado y sólo la abrazó, esta correspondió el abrazó y lloró más fuerte. Él sabía que esa escena la hacía recordar a su madre, cuando se despidió de ella pero no obtuvo respuesta.

-está bien, tranquila- acarició su cabello, no sabía que hacer cuando se ponía de esa manera, no le gustaba para nada verla llorar. Su desesperación por hacer algo lo llevó a tomarla de la cara, la vió fijamente a los ojos y se abalanzó a sus labios, simplemente se quedaron así, con el contacto. Él no quiso abrir los ojos, pero sabía que tenía una expresión de asombro, sus mejillas se sentían calientes entre las palmas de sus manos. Se alejó lentamente de sus labios, no quería hacerlo pero sentía que en cualquier momento ella se iba a desmayar1, sólamente dejó que sus frentes tuvieram contacto mientras apreciaba la sensación en sus labios.

-Deja de llorar o te volveré a besar- su voz salió más ronca de lo normal. Ella estaba demasiado sorprendida que no sabía si estaba respirando o no, lo único que sabía era que su corazón iba a salir de su pecho y que los labios del Uchiha eran suaves. Parpadeó varias veces y salió de su shock instantáneo.

-¿p... porqué?- fue lo único que pudo pronunciar. Aún no se recuperaba de la impresión.

-Porque quiero- fue lo único que recibió como respuesta. Vió cómo ella se mordió el labio inferior y le pareció un gesto demasiado atractivo que se imaginó mordiendolo él mismo. -deja de morderte el labio de esa forma o lo haré yo mismo- le ordenó, ella en automático puso sus manos en sus labios pero este se las retiró. No pudo evitarlo y como si fueran un imán sus labios otra vez chocaron, pero ahora el azabache movió los suyos, saboreando los labios de Hinata. Ella lo único que pudo hacer fue seguirlo o tratar de corresponder a sus movimientos, pues era su segundo beso y con la misma persona.

Cortaron el beso cuando no pudieron contener mas la respiración, Sasuke subió a Hinata en sus piernas dejándolas separadas al lado de su cadera, la pegó a su torso y nuevamente sus sexos rozaron entre la ropa, Hinata dió un pequeño grito al sentir lo duro que estaba, lo que Sasuke aprovechó para volver a besarla pero ahora para explorar su boca con su lengua. Sus manos comenzaron a tocar sus glúteos, movía sus caderas para que sus roces sean más intensos y de esa forma sentirla más. Hinata estaba tratando de seguirle el ritmo a los besos pero oleadas de placer recorrían su columna vertebral haciendo que gimiera cada vez más seguido. No podía mover sus manos, parecía como si estuvieran pegadas a los anchos hombros de Sasuke, lo único que podía hacer era apretarlos o rasguñarlos cada que sus sexos rozaban para no quedar inconsciente por las nuevas sensaciones que estaba experimentando.