FRAGMENTOS
¡Hola! Nuevo capítulo.
- Annie Perez: ¡Hola! ¡Sí! Es muy lindo ver cómo Inuyasha está formando un vínculo con Moroha y está decidido a descubrir la verdad sobre el accidente ¿Qué pasará? Pronto lo sabremos jeje ¡Estoy emocionada por ver cómo se desarrolla esta búsqueda de la verdad y cómo Inu fortalece su relación con Moroha! Espero que disfruten el capítulo, nos leemos.
- joiscar: ¡Gracias por tu review y por seguir de cerca la historia! Me alegra ver que estás intrigada con los nuevos desarrollos jeje. Estoy trabajando duro para resolver los misterios pendientes, incluyendo el paradero de Kagome y el origen de los moretones en los brazos de Moroha. ¡Espero que sigas emocionada por lo que está por venir en los próximos capítulos! :3
- Rosa. Taisho: ¡Hola linda! ¡Me encanta tu entusiasmo y tus nuevas teorías! Es fascinante ver cómo tu mente está trabajando para descifrar los misterios de la historia jeje ¿Podría ser que Kikyo esté involucrada en algo oscuro? (Tal vez) Y la conexión con Naraku añade una capa adicional de intriga. Es genial ver cómo desarrollas tus ideas y cómo cada capítulo te trae nuevas teorías. ¡Los nervios y la emoción son parte de la historia! ¡Gracias a ti por tu apoyo constante y por estar tan involucrada en la historia! ¡Nos vemos en el próximo capítulo para más emociones! ¡Besos!
- Karii Taisho: ¡Hola, hola! ¡Gracias por tu review lleno de emociones y reflexiones sobre el último capítulo! Comparto tu indignación hacia Toga y la situación en su casa, menos mal que abrió los ojos. Es comprensible que desees proteger a Moroha a toda costa (quien no, es solo una niña). Lo bueno y reconfortante es ver cómo Inuyasha ha cambiado su actitud hacia Moroha, Y su gesto de acompañarla en la noche demuestra su creciente vínculo con ella. :) Y sobre la forma en cómo llamó a Inu ¡Parece ser una pista clave sobre la verdadera identidad de su madre! ¡Qué emoción! Y sobre Sango, ¡su papel en la historia sigue siendo un misterio intrigante que pronto descubriremos! Gracias por tus buenos deseos, creo que ya me voy acostumbrando a la rutina jeje. ¡Espero que disfrutes mucho del capítulo! ¡Nos leemos!
- Valentinehigurashi: ¡Oh, qué lindo comentario! :) ¡Me alegra mucho que hayas disfrutado de la ternura de Moroha en el último capítulo! ¡Realmente es un personaje encantador y adorable! Gracias por seguir la historia y por tu apoyo constante, Ladyahomehigurashi. ¡Significa mucho para mí tener lectoras tan valiosas como tú! Espero que disfrutes mucho de los próximos capítulos y que acompañes la historia cada domingo. ¡Un abrazo y nos vemos en el próximo capítulo! Saludos.
- Cbt1996: ¡Hola! ¡Me alegra mucho que hayas disfrutado del último capítulo y que Moroha te haya robado el corazón con su ternura! Es cierto que los niños pueden percibir mucho más de lo que creemos. Estoy encantada de que hayas apreciado la valentía de Toga y la protección de Inuyasha hacia Moroha. ¡Es un momento realmente conmovedor! Entiendo tus sentimientos hacia Kikyo en mis historias jaja ¡cada lector tiene sus preferencias y aversiones! (Y como escritora también, no tengo nada contra ella en el anime, pero cuando escribo... todo fluye jaja) Y sobre Sango, su decisión de dejar a Moroha ahí definitivamente agrega un giro intrigante a la trama ¿Por qué lo hizo? Bueno... pronto lo sabremos :) ¡Gracias por tu apoyo constante y por compartir tus pensamientos! ¡Espero que sigas disfrutando de la historia en los próximos capítulos! Nos leemos.
- Kayla Lynnet: ¡Hola! ¡Me alegra mucho que hayas disfrutado de ese momento tan tierno entre Inuyasha y Moroha! Es conmovedor ver cómo su relación se desarrolla según avanza la historia. Comparto tu frustración hacia Kikyo y Naraku. Sus acciones han sido bastante cuestionables y ciertamente hay sospechas en torno a la supuesta muerte de Kagome. ¡Espero que el misterio se desentrañe poco a poco en los próximos capítulos! Y sí, la revelación sobre Sango definitivamente añade un nuevo giro a la trama y muy pronto sabremos más de ella y el papel que tiene en la historia. ¡Gracias por compartir tus pensamientos y por seguir disfrutando de la historia! (Por cierto, estoy esperando pacientemente por tu próxima actualización jeje)
- Ferdy Arevalo: ¡Hola! ¡Me alegra mucho que hayas disfrutado tanto del último capítulo! Es genial ver cómo te has emocionado con cada momento, especialmente con la forma en que Inuyasha protege y cuida a Moroha. Comprendo tu sentimiento hacia Kikyo en la historia, ¡es parte del drama y a veces los personajes nos despiertan emociones intensas! Tus teorías sobre el accidente de Kagome y la posible implicación de Naraku son realmente interesantes jeje. ¡Estoy ansiosa por ver cómo se desarrollará la trama y saber si se confirman tus teorías! Gracias por tu apoyo y comprensión. ¡Me esfuerzo por equilibrar mis estudios con la escritura y tus palabras me dan ánimos para seguir adelante! ¡Muchas gracias! :) Muchos besos, abrazos y bendiciones para ti también. ¡Nos vemos en el próximo capítulo!
- Lin Lu Lo Li: ¡Exactamente! Toga mostrando su lado compasivo realmente trajo alivio a más de uno de nosotros jeje Y sí, Izayoi es realmente la abuela cariñosa que todos adoramos. En tanto a los Taisho ¡Definitivamente tienen mucha historia! Estoy de acuerdo contigo, parece que Kikyo será la fuente de muchos problemas en la familia Taisho (qué se puede hacer). Y ¡Pobre Moroha, realmente no merece ese tipo de problemas! Y sobre Naraku, sus planes siempre son una incógnita que iremos descubriendo poco a poco. Y ¡Esperemos que Sango tenga un papel importante en la historia después de su misteriosa acción! ¡Gracias por compartir tus pensamientos! ¡Nos vemos en el próximo capítulo para más revelaciones!
- kcar: ¡Hola! Sii ¡Es tan reconfortante ver la conexión entre Inuyasha y Moroha! Es genial ver cómo Inu protege a su pequeña! Estoy completamente de acuerdo contigo, espero que Inuyasha se vuelva más decidido en su búsqueda de la verdad. Y sobre Kag, ¡también esperemos que esté con vida! Gracias por tu apoyo y por seguir emocionándote con la historia. ¡Nos vemos en la próxima actualización para más emociones y revelaciones!
- MegoKa: ¡Hola! ¡Me encanta que hayas disfrutado de la referencia de "ojos bonitos" y de la conexión entre Inuyasha y Moroha! ¡Realmente es un momento hermoso y conmovedor! Estoy emocionada por la evolución de la relación entre Inuyasha y Moroha, ¡y estoy segura de que el momento en que Moroha diga el nombre de su mamá será muy emocionante! Jeje Por otro lado, Sango llevando a Moroha a donde Inuyasha y las preguntas sin respuesta sobre Kagome, realmente añaden un giro intrigante a la trama. ¡Estoy ansiosa por ver cómo se desarrollarán estos misterios! ¡Tus teorías sobre Naraku y Kikyo son muy interesantes! Realmente mantienen la expectativa y la intriga de la historia. ¡Gracias por tu apoyo y por tus palabras tan amables! Me esfuerzo por seguir entregando capítulos emocionantes para ustedes. ¡Nos vemos en la próxima actualización! Saludos.
¡AL FIN ES DOMINGO! Y como lo dije, tenemos actualización :) espero que todos se encuentren bien, porque se vienen cositas jaja
Siento que me estoy adaptando un poco más a la nueva rutina entre mi casa, las prácticas y la universidad. Es un poco agotador, ¡sí! Pero es lo que toca y ¡vamos con todo! :D
Y bueno, creo que hay algunos puntos que necesitamos aclarar sobre los personajes de esta historia. Empecemos con Inuyasha. En la actualidad, Inu tiene 30 años y Kagome tendría alrededor de 27 (digo "tendría" porque aún no sabemos si Kag está viva o no, ¡jeje!). Sesshomaru, por su parte, tiene unos 33 y Kikyo 28.
Ahora que eso está aclarado, podemos pasar a disfrutar de la historia. ¡Nos leemos!
Atte. XideVill
Disclaimer: Los personajes de esta historia son de Rumiko Takahashi.
CAPÍTULO 3.
INUYASHA
¿Sango? ¿Quién podría ser esa mujer?
Mi mente estaba llena de interrogantes sobre eso. Sentía la necesidad de investigar más a fondo, pero ¿y si en realidad era algo trivial que Moroha había mencionado sin pensar? Después de todo, ella aún era una niña y, al decirlo, estaba luchando contra el sueño. Es muy probable que haya confundido las cosas. Sí, esa era una posibilidad bastante creíble. Con esa conclusión en mente, cerré los ojos.
Hacía mucho que no dormía con plenitud, quise moverme, pero sentí algo cálido sobre mi pecho y aquello me hizo abrir los ojos de inmediato.
Tenía a Moroha sumida en un sueño profundo mientras se aferraba a mi cuerpo con sus pequeñas manos. Sonreí al ver la forma tan desastrosa en la que su hermoso cabello le tapaba el rostro, intenté peinarla, pero me detuve cuando la escuché quejarse, aquello se sintió como un déjà vu por alguna razón.
(Nueve años atrás)
–Mmm… no… –Se quejó antes de taparse con las sábanas.
Sonreí y atraje su cuerpo junto al mío.
–Inuyasha… –Me regañó– ¿Por qué me despiertas tan temprano?
–¿Temprano? –cuestioné tapándome al igual que ella.
La blancura de las sábanas hizo resaltar aún más la belleza de sus ojos.
–¿Sí sabes que son más de diez?
–¡¿Qué?! –Ella soltó aterrada al tiempo que se incorporaba– ¿Por qué no me despertaste?
Sonreí. Me era imposible no hacerlo al ver su expresión de enfado.
–Lo intenté, pero cada vez que intentaba peinar tu cabello me gruñías.
Me miró mal.
–Eso no es cierto.
–Kag…
–Yo no gruño –Se defendió– No soy un animal.
Reí mientras la veía buscar su ropa.
–Sí que lo eres –murmuré– Eres un gato, mira mi espalda –dije al verla enojarse.
–¿Qué…? –Se acercó– ¡Santísimo! ¿Te duele?
Sonreí, no era necesario que se preocupara por algo que disfruté en su momento, pero así era ella.
–No sonrías –reprochó.
La atraje desde la cintura y pegué mi rostro en su pecho.
–Es que me encantas cuando haces eso.
–¿Lastimarte?
–No, tonta –corregí con una sonrisa– Amarme.
Atrajo mi rostro y pegó sus labios con los míos antes de mirarme con una sonrisa.
–Me tengo que ir… –susurró acariciando mis mejillas– No puedo estar aquí cuando tus padres lleguen. No sería nada agradable que mi madre se entere que dormí con el hijo menor de su amiga.
–Kag…
–No lo digas –advirtió.
–Quédate un poco más –pedí.
Luego de un largo silencio, se subió sobre mí y me besó con aquel fuego que solo ella podía transmitir.
–Te dije que no lo digas ojos bonitos.
Sonreí cuando, una vez más, nos dejamos llevar por el placer en lugar de la prudencia.
(Actualidad)
Me resultó inevitable dejar escapar un suspiro profundo al recordar cosas que había enterrado hace tiempo y en lo más profundo de mi memoria.
Me estremecí al sentir una mano sobre mi mejilla.
–Papi ¿por qué estás triste?
La miré y dejé escapar un nuevo suspiro.
–Porque recuerdo.
–¿Recuerdas? –soltó confundida y yo asentí– ¿Qué recuerdas, papi?
Miré el techo y cerré los ojos tratando de recordar hasta el más mínimo detalle de su rostro.
–A una persona –respondí– Una a la que amé mucho, hace años.
Descansó su cabeza en mi pecho y sentí sus pequeñas manos dejar suaves toques sobre el.
–Mi mami siempre dice que, si extrañas a alguien, un abrazo te calma.
–¿Un abrazo? –solté mirándola.
–Sí, por eso cuando extraño a mi mami yo abrazo a Kuma.
–¿Kuma?
–Sí, mi oso –soltó mientras se levantaba para enseñármelo– Papi, este es Kuma, mami me lo dio, dijo que si la extrañaba en las noches cuando no podía dormir, podría abrazarlo y eso me calmaría.
Sonreí ante su tierna inocencia y tomé en mis manos el pequeño oso, pero me incorporé de inmediato cuando sentí algo extraño en su interior. No era el relleno habitual de un peluche, este se sentía diferente.
–Moroha, ¿puedo abrirlo? –pregunté al encontrar el cierre invisible que tenía en la espalda.
La niña me miró confundida y algo preocupada.
–¿Quieres matarlo, papi?
Reí mientras peinaba su cabello.
¡Pero qué ocurrencia!
–No mi amor. Solo quiero ver lo que tiene adentro –Le dije con una sonrisa–, mira, siéntelo.
Sus manos tocaron el cuerpo del oso y me miró.
–Papi ¿Qué es eso?
–Lo sabremos una vez que lo abramos, pero para eso ¿Me das el permiso de abrir a Kuma? –pedí al sentirlo necesario, después de todo, estaba a punto de abrir el regalo que su madre le había dado.
Ella asintió sin dejar de mirar al oso.
–¡INUYASHA!
Sentí a Moroha tensarse al oír ese grito y antes de que pudiera decir algo, la puerta se abrió de golpe.
–¡Se puede saber! ¡¿Qué demonios estás haciendo aquí?! –exclamó Kikyo apenas me vio– ¡¿Por qué no viniste a dormir a la habitación?!
Me levanté y la tomé del brazo.
–Por favor, baja la voz, asustarás a Moroha–pedí en un susurro.
–¡Pues que se asuste! –gritó apartando mi mano– ¡A ver si así se va de una maldita vez!
–¡Basta, Kikyo! –exclamé con el mismo tono.
–¡No! y ¡Ya suéltame, Inuyasha!
Forcejeamos por unos segundos, segundos necesarios como para causar terror en Moroha, que se puso a llorar de inmediato.
–¡Por dios! –Tuvo que aparecer mi madre para poner un poco de orden– Pero ¿qué está pasando aquí? –cuestionó en tono de enfado.
Entró y tomó a Moroha en brazos sin siquiera mirarnos.
–Puedo entender que discutan, pero si lo hacen, por lo menos no lo hagan frente a la niña.
–La niña. La niña. La niña –exclamó Kikyo– ¡¿Por qué todo tiene que girar en torno a esa maldi…?!
–¡Kikyo! –Solté, molesto– Te lo advierto, ten mucho cuidado con lo que vas a decir de ella.
–¡Es que no entiendo tu obsesión! –reprochó.
Miré a mi madre y no hizo falta decir nada más, ella salió llevándose a Moroha.
–¿Tanto anhelas ser padre?
–¿Qué? –solté confundido.
–Si es eso, yo puedo darte los hijos que quieras…
–Kikyo…
–¡Sí! Lo digo enserio –dijo acercándose a mí– Inuyasha, no me has tocado ni una sola vez desde la boda.
–Tengo mucho en mente como para pensar en eso –fui sincero.
–Por favor ¿Quieres que crea eso?
–Es la verdad, Kikyo.
–Bien…
Atacó mis labios con desesperación.
–Kikyo, para.
Aparté su mano cuando quiso adentrarse en la camisa.
–Inuyasha, solo una noche –pidió agitada– Por favor…
Solté un suspiro pesado antes de arreglar mi ropa.
–Lo siento, tengo que ir a ver cómo está Moroha.
–¡Inuyasha! –exclamó a mis espaldas– ¡Si sigues ignorándome así, te juro que te vas a arrepentir!
Con aquel último grito desaparecí por las escaleras. No hacía falta que me lo dijera, de todas formas, yo ya me estaba arrepintiéndome de las múltiples malas decisiones que había tomado a lo largo de mi vida. Una de ellas, claro, era el haber aceptado casarme con Kikyo, y las otras venían relacionadas con la supuesta muerte de Kagome.
Al entrar al comedor, me sorprendí al no encontrar a Moroha y a Izayoi allí.
–¿Buscas algo?
Miré a Sesshomaru que al parecer acaba de llegar a casa.
–No creo que tu tardanza se deba al trabajo –Preferí cambiar de tema.
–Tienes razón –soltó adentrándose para ocupar su asiento en el comedor– Más bien se debe a una bella pelinegra que se movía muy bien.
–Ahórrate los detalles –dije con cara de disgusto y él sonrió.
–¿No te interesa saber quién es?
Enarqué una ceja.
–Kagura Hirano.
–Debes de estar bromeando –solté de inmediato– ¿No es ella la prima de Kikyo?
–Acertaste –señaló con una sonrisa triunfal.
–Si nuestro padre se entera que te estuviste cogiendo a la sobrina de Naraku, te mata.
–¿A quién debo matar?
Toga Taisho apareció en silencio como de costumbre, y vi a Sesshomaru atragantarse con la comida.
–Padre –saludó de inmediato y yo contuve una sonrisa.
–Y bien, ¿de qué hablaban? –cuestionó ocupando su lugar en la mesa.
–Nada importante –dijo él– Le decía a Inuyasha, que mañana en la noche tenemos un evento al que no podemos faltar.
–¿Evento? –solté al mismo tiempo que nuestro padre, y este me miró por unos segundos.
–Inuyasha, ¿puedes decirme a qué evento asistirán mañana?
–Padre, me temo que me perdí un poco en la explicación y no capté muy bien la información sobre el evento de mañana –solté mirando a Sesshomaru de reojo y de mala gana.
–Creí que hablaban de eso.
–Sí…
–No…
Sesshomaru se aclaró la garganta.
–Padre, ¿recuerdas a los Okami?
–Bienes raíces, gran influencia mediática y, sobre todo, estatus –respondió Toga– Cómo no recordarlos ¿Pero a qué viene todo esto?
–Sí, ¿a qué? –solté hastiado.
–El mayor de sus hijos, Koga Okami, celebrará su cumpleaños y fuimos invitados.
–¡Vaya! Esa sí que es una grata sorpresa –exclamó mi padre– ¿No lo crees Inuyasha? Creo que ese muchacho y tú se conocían.
–Eso fue hace mucho padre –solté– Y nunca llegó a agradarme.
Vi que Sesshomaru contenía una sonrisa.
–Me parece una buena forma de reforzar las alianzas –comentó Toga, ignorándome por completo– Está decidido, mañana iremos todos a ese gran evento.
–Pero, padre…
–¿Dónde está tu madre? –cuestionó volviendo a ignorarme.
Me encogí de hombros mirando a Sesshomaru.
–Probablemente esté en el jardín regando sus rosas.
¡Claro! ¿Por qué no lo había pensado antes?
–Inuyasha, ¿a dónde vas?
–Vuelvo enseguida –Le dije a Toga antes de salir.
Sesshomaru tenía razón. Cuando llegué al jardín vi a mi madre mostrarle cada una de sus rosas a Moroha. Se me estrujó el corazón al verla sin zapatos y solo con medias, supongo que tenía algo de culpa en eso. Carraspeé para llamar la atención y cuando lo hice, ambas se giraron para verme.
–¡Papi! –soltó Moroha corriendo hacia mí.
Creo que podría acostumbrarme a ese tipo de recibimiento. Su sedoso cabello bailaba con el viento mientras venía hacia mí, y aquella sonrisa solo me hizo mirarla aún más embelesado.
(Seis años atrás)
–¡Basta! Inu… basta –dijo entre risas.
No paré y continué haciéndole cosquillas en las costillas. Su risa era todo lo que estaba bien en esta vida.
–¡Inu…! –protestó tratando de recuperar el aliento– Amor ¡Basta!
Me detuve en seco.
¿Qué acababa de decir?
Dijo ¿amor?
¿Me llamó amor?
Mi respiración y la suya fue todo lo que se escuchaba en el bosque. Bosque, donde toda mi familia y la suya nos habíamos reunido para celebrar el cumpleaños de mi madre.
–¿Qué…? –soltó agitada, mientras me contemplaba con el cabello despeinado sobre el pasto.
Me incliné hacia ella y la besé suavemente, con calma. Dejándome envolver por su aroma y el sabor de sus labios.
Al separarnos, me dejé caer junto a ella.
–Puedes decir que no, si quieres.
–¿De qué hablas? –preguntó.
–Sabes de lo que hablo.
–Y si mi respuesta es sí…
–¿Lo sería? –cuestioné.
–Aún no he escuchado la pregunta.
–Mi novia –solté aún sin mirarla.
El silencio se adueñó del momento, y tuve miedo de haber arruinado todo entre nosotros.
–Puedes decir que no…
–Sí –dijo mirándome– Sí quiero ser tu novia.
Sujetó mi rostro y me atrajo hacia ella reclamando mis labios. Yo hice lo mismo mientras se subía sobre mí para intensificar el beso.
–¡Hermanita! ¿Dónde estás?
Kag se bajó de inmediato y la vi acomodarse el vestido floreado que traía puesto con un ligero rubor en el rostro. Sonreí al verla tan avergonzada.
–Rin… ¡Aquí estoy! –La llamó.
Rin era la hermana menor de Kag, y a sus 17 años ya era una niña demasiado madura para su edad.
–¿Qué hacen acá? Mamá los ha estado buscando desde que llegamos –Se quejó.
–Sí, ya vamos.
–De eso nada –solté y volví a recostarme sobre el pasto, llevando a Kag conmigo.
–¡Ah! –exclamó Rin con asombro– Le diré a mamá que están aquí los dos solos.
–Adelante –La provoqué– Después de todo no tiene nada de malo que esté a solas con mi novia.
–¡¿Novia?! –chilló mirándonos desde arriba– Hermanita, por qué te hiciste su novia.
–Vamos Rin, no es tan malo –dijo Kag– Inu no es como Sesshomaru que te molesta a cada rato.
–Agh, no me hables de él, no ha dejado de fastidiarme desde que llegamos, por eso quiero que vengas conmigo, allá me siento sola si tú no estás.
La vi mirar a Kag con cara de cachorrito y suspiré al saber el efecto que provocaba en ella.
–Bien… –soltó Kagome– Iré contigo.
–Espera un momento –La detuve– Rin, ¿esa es una cámara?
Apunté lo que tenía colgado en el cuello.
–Sí, ¿por qué?
–Quiero que nos tomes una foto.
–¿Para qué? –Volvió a cuestionar.
Miré a Kag, aun recostados en el pasto, y le sonreí.
–Quiero conservar este momento.
Ella me sonrió mientras acariciaba mi mejilla y se acercó a mí para mirar a la cámara que sostenía Rin. El destello no tardó en aparecer, y supe que este día permanecería grabado en mi memoria para siempre.
(Actualidad)
–Papi… –musitó muy bajito en mi cuello– Perdón…
Me separé un poco de ella para mirarla mejor.
–¿Por qué te disculpas? –cuestioné acomodando sus mechones rebeldes.
–Es que te prometí que ya no iba a llorar… pero…
Besé su mejilla para detenerla.
–No, princesa. Soy yo quien debería de disculparse por haberte asustado.
Escondió el rostro en el hueco de mi cuello y se aferró a mí.
–Esa mujer me da mucho miedo, papi…
Izayoi se acercó a nosotros y dejó unas palmaditas sobre la espalda de Moroha.
–Ya le dije que Kikyo no es mala, solo que, no estaba de buen humor.
–Gracias madre –dije soltando un suspiro– Y perdóname por lo que pasó.
Izayoi acarició mi mejilla y me sonrió.
–Solo espero que no se repita hijo, no le hace bien a Moroha presenciar ese tipo de situaciones.
–Lo sé –afirmé– No volverá a pasar.
–Papi, tengo hambre.
Sonreí al escucharla decirlo con aquel tono tan tierno.
El desayuno se tornó algo incómodo con todos sentados alrededor de la mesa. Kikyo me veía muy fijamente desde su lugar frente a mí, mientras que mi padre ocupaba el asiento principal junto a mi madre.
–Y Sesshomaru ¿no bajará a desayunar? –preguntó Izayoi.
–Ya lo hizo –dijo mi padre– Justo antes de irse a la clínica.
Sonreí malvadamente, ya podía imaginar su semblante de trasnochado atendiendo como si nada. El silencio volvió a reinar una vez más cuando mi padre dejó de hablar.
–Papi… puedo comer más de eso.
Miré las moras en mi plato, a las que señalaba.
–¿Te gustan? –pregunté mientras se las entregaba.
–¡Sí, mucho!
Miré a mi padre de reojo. Yo odiaba las moras, de hecho, nunca me gustaron desde que era pequeño, pero a mi padre, sí que le fascinaba. Lo escuché aclararse la garganta antes de llamar a Kaede.
–Dígame señor Taisho –dijo la mujer al aparecer en el comedor.
–Kaede por favor, trae un poco más de moras para Moroha.
–En seguida señor.
La niña me sonrió contenta al escuchar aquel pedido a su favor. Mi madre no dejaba de mirarnos con una sonrisa y aquello solo terminó por incomodar a Kikyo, soltó con brusquedad los cubiertos sobre la mesa y recorrió la silla hacia atrás.
–Hoy iré a ver a mi padre –soltó.
–¿Quieres que vaya contigo? –Intenté llevar la fiesta en paz.
–No. Ya veo que tienes otros planes para hoy –dijo mirando a Moroha– No quiero ser una molestia para ti.
Y se fue haciendo resonar sus tacones altos. Miré a Moroha, que se encontraba sujetando mi brazo como un cervatillo herido, y pasé las manos sobre su cabello a modo de peinarla.
–Madre, hoy tengo una cirugía programada, podrías quedarte con Moroha por favor.
–Hay hijo –soltó con cariño– Hoy tengo una reunión en el club, pero si quieres la puedo cancelar…
–No hace falta –intervino mi padre– Tú ve a la clínica –Miró a mi madre– Y tu cariño, vé a esa reunión.
–Pero…
–Yo me quedaré con la niña –Sentenció– Hoy es mi día libre y siento que podríamos tener muchas cosas en común.
–No hace falta que lo hagas, aún puedo pedírselo a Kaede –propuse.
–Puedes, sí. Pero ya te estoy diciendo que puedo quedarme con ella, no te hagas tanto problema.
–Pero…
–Moroha, ¿tú qué opinas?
La niña miró a mi padre y luego a mí.
–Iremos al lago a ver a los patos.
–¿Patos? –soltó ella emocionada antes la propuesta de mi padre– ¡Sí, patos!
Entonces ya no había más que hacer. Moroha había elegido pasar el día con mi padre hasta que regresara de la clínica. Pero, como siempre la jornada fue agotadora, sin embargo, volver a casa temprano me mantuvo activo hasta que llegara el momento de retirarme. Y cuando lo hice, sentí un gran alivio y ansiedad de ver a Moroha otra vez.
La casa estaba muy silenciosa, por lo que podía suponer que mi madre aún no había llegado y por lo visto tampoco estaban mi padre y Moroha. Subí las escaleras y entré a la habitación para cambiarme, Kikyo tampoco estaba y aquello me causó un poco de alivio.
Luego de unos minutos fui a la habitación de Moroha y me sorprendió al ver la puerta entreabierta, me asomé y vi a Kaede limpiando el lugar con semblante de angustia.
–Kaede…
–Oh, joven Inuyasha –soltó al verme.
–¿Qué pasó aquí? –Pregunté al ver todo el lugar totalmente desordenado.
La mujer dudó en decírmelo o no, pero al final lo hizo.
–Fue la señora Kikyo, cuando regresó vino directamente aquí y empezó a romper todo, traté de detenerla, pero no pude…
–Tranquila –Le dije al verla tan agobiada– No fue tu culpa.
–Pero las cosas de la niña, todas están destrozadas.
Miré hacia la cama y pude ver varias de las cosas nuevas que le había comprado completamente en pedazos. Solté aire y traté de calmarme.
–Está bien… –dije– No te preocupes, mejor ve a la cocina a supervisar que todo esté listo para la cena.
–Pero…
–Yo me quedaré aquí y trataré de limpiar un poco –Le dije– Ve Kaede, mis padres no tardarán en llegar.
–Sí, joven.
Salió de la habitación dejándome completamente solo.
Kikyo. Kikyo. Kikyo.
Me repetí varias veces mientras recogía los pedazos de tela del piso. Mi enojo aumentó cuando vi los pedazos de Kuma sobre la alfombra. Pasé mi mano bajo la cama y pude sacar gran parte del relleno del oso, solo que en medio de tanta ruina encontré su cuerpo totalmente cortado por las tijeras.
Era imposible volverlo a su estado original, y sin duda Moroha estaría muy triste al perder el único recuerdo que tenía de su madre. Me incorporé, y al hacerlo algo salió del cuerpo del oso cayendo sobre la alfombra como si nada.
Era un pedazo roto de una fotografía y mi corazón se paralizó al ver mi rostro en ella. Podría reconocer aquella foto. La tomé en mis manos y salí disparado en dirección a mi estudio, una vez dentro, busqué frenéticamente entre los cajones de mi escritorio, cuando encontré lo que buscaba me dejé caer sobre la silla.
Lentamente uní ambas partes de la fotografía y no pude evitar soltar el aire al ver que encajaban a la perfección. Éramos Kagome y yo, echados en el pasto, era la misma foto que Rin había tomado en el bosque.
–¡Papi!
Escuché el llamado de Moroha y una lágrima abandonó mis ojos.
Continuará...
