Capítulo II:
#2.Prométeme una vida juntos.
Aunque sea mentira.
Yo si te creo.
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DEMONS HIDE
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Once de cada diez promesas son mentiras.
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A mi toda la vida me habían hecho demasiadas promesas.
―Si te portas bien papá se quedara con nosotras todo el fin de semana―
Yo sonreí mientras mi madre me arrullaba entre las frazadas. Serian cerca de las once de la noche y cada vez llovía con más fuerza. Mi madre me sonrió con cariño y me arropó entre las cobijas. Se sentó en la cama junto a mi y acaricio mi mejilla. Su sonrisa se veía tan extraña pero tenia seis años y no pude notar lo mal que estaba.
―Recuerda que no puedes decirle papá―
―¿Y cómo le digo? ―
Ella largo un suspiro acomodándose a mi lado, pase mis manos por su vientre acomodándome en su pecho y sentí sus caricias en mi espalda.
―Mamá― La llame.
Ella fingió una sonrisa, no le di importancia en ese momento.
―Dile Hizashi―
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―Sakura Haruno ¿Verdad?―
Yo asentí clavando mis ojos en aquella castaña que estaba parada en la puerta de mi dormitorio. Luego de que aquel chico de ojos azules me hiciera el recorrido el día anterior que llegue a ese lugar, me indicaron un dormitorio dentro del Colegio donde pasar la noche, era bastante pequeño y nada cómodo pero había vivido en lugares peores.
―Dime―
Ella se sonrojo hasta las orejas y yo levante una ceja divertida ante su actitud. Abrí más la puerta del dormitorio y la castaña clavo sus ojos en mis piernas desnudas, había estado durmiendo toda la tarde asique lo único que llevaba puesto era un holgado remeron color azul.
―Ah, disculpa― Chillo avergonzada ―Soy Tenten Ama, voy a enseñarte el Colegio― Se presentó.
―No es necesario― Hable seria, me había costado bastante ayer deshacerme del rubio que también me quería hacer de guía.
―Es mi trabajo― Comentó ―Soy delegada de la clase y además no tenemos muchos estudiantes nuevos― Me explicó ―Eres la nueva atracción― Dijo divertida.
―Bien― Suspire rendida ―Deja me pongo un pantalón―
Ella asintió victoriosa, deje la puerta abierta volviendo a la cama y me coloque un pantalón deportivo color rosa por debajo del remeron y unas converse, la vi de reojo voltear la mirada y yo acabe de acomodar mi cabello y algo de labial para tapar mi cara de dormida. Sonreí cerrando la puerta detrás de mi y la seguí por el corredor escolar, aquel lugar era inmenso. Muy elegante y lujoso.
―Esta noche es la ceremonia de bienvenida― Yo fruncí el ceño sin comprender ―Todos los años que hay estudiantes nuevos hacen una ceremonia de iniciación― Dijo avanzando por el lugar sin mostrarme nada en particular, más parecía que quería charlar en lugar de hacerme de guía ―Hay tres fraternidades en este Colegio― Dijo deteniendo la marcha ―Los salones― Comentó sin interés señalándome las aulas escolares con su mano derecha y siguió su camino.
Yo apresure el paso para poder seguirla.
―¿ Fraternidades?― Le pregunté curiosa.
―Esa escalera da al gimnasio― Yo rodé los ojos haciéndola reír ―Yo estoy en los Genin― Dijo con una sonrisa algo extraña ―De las tres es la de rango más bajo― Susurro entre molesta y triste ―Luego en la escala vienen los Chūnin y finalmente en la cúspide los Jōnin― Comentó exagerada y detuvo su marcha llegando al patio escolar ―Esta noche decidirán a cual ingresas―
―¿Cómo sabrán a cual pertenezco?― Le pregunté acomodándome en una mesa de mármol que adornaba el jardín escolar ―¿Me van a colocar el sombrero seleccionador? ― Me burle y ella largó una carcajada.
―No― Contesto divertida sentándose a mi lado.
Serían cerca de las seis de la tarde y el sol ya comenzaba a bajar, había un extraño vientito que de seguro acarreaba tormenta y hacia bastante calor esa tarde. El campus era enorme, había muchos árboles y varios edificios cerca del principal que suponía eran de aquellas fraternidades de las cuales hablaba la castaña.
―Por el examen de aptitud― Explicó, yo la mire confusa ―¿No lo presentaste antes de ingresar?― Me preguntó con curiosidad.
―Ah, si claro― Mentí.
― Jōnin es la más prestigiosa de las tres, es solo para hijos de ex alumnos e hijos de gente perteneciente a los clanes más importantes de Konohagakure ― Me explico ―Los que no tenemos clan que nos respalde acabamos siendo Genin― Dijo con tristeza y clavo sus ojos en aquel grupito de chicos que se ubicaban a unos metros de nosotras.
―Ojalá me toque ahí contigo― Comente intentando animarla y ella me sonrió observándome de reojo pero volvió la vista enseguida hacia aquellos chicos observándolos muy seria ―¿Los conoces? ― Le pregunté señalando a aquel grupito con la cabeza.
Cuatro chicos entre ellos el rubio que me había hecho de guía ayer estaban sentados en una de las mesas de piedra del campus a unos cuantos metros de nosotras.
―Si― Asintió ―Son de Jōnin, una manada de clasistas de mierda― Los insulto con el ceño fruncido, yo levante una ceja curiosa ante su cambio de actitud ―El rubio es Naruto Uzumaki, el mejorcito de los cuatro― Comentó, yo voltee a verlo y el rubio me saludo con una sonrisa agitando su mano, levante la mía a modo de saludo y voltee a ver a mi nueva amiga evitando que el Uzumaki se viniera a saludar ―El pelirrojo es Gaara No Sabaku, es un año menor que todos― Siguió con la presentación y suspiro haciendo contacto visual con aquel castaño que estaba un poquito más alejado del resto.
―Supongo que el de ojos raros es tu ex―
―Es un imbécil― Me interrumpió y yo quise darle la razón pero eso solo delataría el motivo por el cual llegue a ese Colegio ―Clasista de mierda― Lo insulto entre dientes ―Neji Hyuga, demasiado importante para estar con alguien como yo― Explico ―Me dejo hace un año―
Yo asentí observándola con lastima porque se notaba a leguas que aun tenia sentimientos hacia ese niño, volví la vista al grupo al sentir esa mirada sobre mi y un escalofrío recorrió mi espalda cuando nuestros ojos se cruzaron.
―¿Y el de ojos negros? ― Pregunte sin dejar de verlo.
No sabía porque me ponía tan nerviosa.
―Otro imbécil― Río ―Es Sasuke Uchiha, ha estado con media población femenina. Meno yo, obviamente― Se excuso divertida, yo largue una risa baja rompiendo el contacto visual con aquel chico.
―¿Y que tiene de especial?― Pregunte divertida ―¿La tiene de oro? ―
―No se― Rió ―Creo que le mide más de veinte centímetros― Bromeó logrando que largara una carcajada y nuevamente mis ojos se cruzaron con los de él ―Pero jamás ha tenido novia― Susurro en mi oído.
―Entonces algo malo debe de estar con él― Comenté sin cortar contacto visual con el Uchiha.
Tenten sonrió a mi lado.
―Averígualo―
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Me escabullí por el jardín hasta llegar a la ventana abierta que daba a aquella vieja habitación que mi madre y yo compartíamos. Mi padre había llegado hacia un par de horas a casa con regalos para ambas, había almorzado con nosotras y por el bolso que había traído suponía se quedaría todo el fin de semana, cosa que pasaba muy pocas veces.
―Debes prometerme que vas a cuidar de ella―
Yo me agache quedando debajo del marco de la ventana cuando oí la voz de mi madre, sabía que hablaban de mi porque me habían obligado a salir a jugar al jardín hacia unos minutos.
―Sabes que no puedo prometerte eso― Su voz se escucho grave y autoritaria, siempre me había causado terror oírlo, no me gustaba estar a solas con él ―Nadie se puede enterar de su existencia―
―Es tu hija, Hizashi― Reprocho y supe que lloraba ―Prométeme que no vas a abandonarla―
―Ay Hikari― Se quejó resignado.
―Promételo―
El miedo me paralizó al oírla llorar.
―Prometo cuidar de nuestra hija―
A mi madre también le habían hecho demasiadas promesas.
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Acomode la toalla en mi brazo izquierdo mientras ingresaba al baño, aún me quedaba como una hora para aquella ceremonia de iniciación a la cual obviamente no quería ir. Escuche la llave del agua y supuse seria alguna de las chicas dándose un baño, avance despacio por el baño, los cubículo de las duchas se separaban por pequeños muros de la altura del pecho que obviamente dejaban a la vista casi cuarta parte del cuerpo. Quise ignorar a quien se estaba duchando pero fue inevitable verlo, era Sasuke Uchiha.
Estaba de espaldas a mi, el chorro de agua le caía sobre el cabello pegándolo a su nuca y bajaba por su espalda desnuda, mis ojos recorrieron sus músculos marcados pero los que más llamo mi atención fueron esa cantidad de cicatrices que tenía en su espalda.
―¿Tanto te gusta mirar?―
Era la primera vez que oía su voz y para ser sinceras, me estremeció de solo oírlo. Sonrió de lado volteando a verme y fue inevitable que mis ojos bajaran por sus pectorales, su abdomen hasta su miembro. No tenía una regla pero definitivamente le media más de veinte centímetros.
―Lo siento. No sabía que los baños eran mixtos― Comente desviando la vista y voltee para encaminarme a la salida ―Vuelvo en otro momento―
―Descuida, yo no miro― Bromeó y yo voltee a verlo confundida ―Puedes bañarte tranquila, dudo que tengas algo que me interese― Comentó despectivo y volteo nuevamente hacía la pared de la ducha para continuar bañándose.
Yo rodé los ojos fastidiada con ese niñito. ¿Quién se creía que era para hablarme así? Bufé enojada avanzando a la ducha frente a él y deje el pequeño bolso con el shampoo y el jabón sobre el banco de madera a un lado de la ducha, me quite la ropa sin verlo y abrí el grifo templando el agua, mi cuerpo tembló ante el cambio de temperatura y pase el shampoo por mi cabello generando espuma, aún escuchaba el agua caer a mis espadas, no quería ni dar media vuelta y tener que verlo. Ya casi acababa de ducharme cuando sentí una caricia en mi espalda, voltee de prisa observándolo a unos centímetros de mi completamente desnudo.
―¿Qué haces?― Le pregunte sería, él sonrió de lado y se acerco más a mi pasando su mano por mi cintura y dejándome casi pegada a su cuerpo, podía sentir en mi bajo vientre lo duro que estaba ―Sasuke― Me queje.
―Muy bien, ángel. Ya te sabes mi nombre― Comentó divertido ―Te lo tienes que aprender si vas a estarlo gimiendo los próximos meses― Bromeo.
Yo lo mire enojada pero no me aleje, pase la yema de mis dedos por su pecho, tenia una cicatriz bastante profunda en su pectoral izquierdo pero se notaba que era muy antigua, sentí como se tensaba bajo mi tacto. ¿Cómo se había hecho todas esas heridas?
―¿Sabes? Tenten dijo que te has acostado con media población femenina de este Colegio―
―No fueron tantas― Me interrumpió orgulloso.
―Bien― Suspire ―También dijo que de seguro te media más de veinte centímetros ― Bromee y él aumento su sonrisa acariciando mi espalda despacito con sus dedos ―Pero creo que se equivocó― La sonrisa se le fue borrando de los labios ―No llega ni a quince― Me burle arrugando la nariz y me acerque más a su rostro.
Realmente era perfecto. Con razón media población femenina estaba enamorada de él, si era realmente hermoso.
Un demonio con rostro de ángel.
La sonrisa se le esfumó ante mis palabras y frunció el ceño quedando más lindo de lo que ya era. Abrió la boca para replicar cuando escuchamos los pasos de alguien ingresar al baño.
―Sasuke―
Yo me agache de prisa ocultándome detrás del murito de la ducha y evitando que nos vieran, no podía meterme en problemas cuando ni siquiera habían comenzado las clases. Él se quedó de pie junto a mi muy quieto y yo sonreí al ver ese enorme trozo de carne erecto a un lado de mi rostro.
―Karin― La saludo, ella largó una risita baja. Otra enamorada ―¿Qué quieres?― Le preguntó de muy mala manera.
―¿Qué hacías? ― Respondió ella coqueta.
Yo pase mi mano derecha por su miembro envolviéndolo con mis dedos y lo presione levemente en la punta, él se quejo por lo bajo ante el contacto, el agua aun seguía corriendo junto a nosotros y me mojaba la espalda y parte de la nuca.
―¿Te estas masturbando?― Preguntó divertida.
Yo aproveche ese momento para metérmelo en la boca y sentir su sabor, Sasuke gimió por lo bajo cuando lo chupe con fuerza.
―No― Dijo en voz baja pero más se escucho como un gemido y enredo sus dedos en mi cabello mojado casi atragantándome con su verga.
―¿Quieres que te ayude? ― Pregunto la chica.
Yo seguí succionándolo con fuerza mientras él apretaba mi cabeza mostrándome el ritmo que quería.
―No, lárgate ― Prácticamente gimió y escuché como ella bufaba enojada.
―Bien, no vengas después a mi habitación en la madrugada― Se quejó indignada marchándose del baño.
Yo escuche el taconeo al alejarse furiosa por el rechazo del Uchiha.
―¿Se fue?― Pregunté levantándome de prisa del suelo, él asintió rojo hasta las orejas y yo aproveche a tomar la toalla de encima del banco y envolverla en mi cuerpo.
―¿Qué haces?― Se quejó al verme tomar mis cosas y mi ropa.
―Debo irme, tengo la ceremonia de iniciación esta noche y no puedo llegar tarde― Dije divertida alejándome de él y lo vi mirarme completamente indignado.
―¿Vas a dejarme así?― Pregunto enojado y bajo la vista a su miembro erecto, de la punta chorreaba ese líquido pre seminal demostrando lo excitado que estaba.
―Lo siento, bebé― Dije divertida dando media vuelta para avanzar a la salida ―No duermo con menores de edad― Comente saliendo del baño.
―Hija de puta― Escuche su insulto de fondo.
Yo solo me reí a modo de respuesta.
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―¿Nerviosa? ―
Yo sonreí ante su pregunta y negué con la cabeza, Tenten se acomodo a mi lado en la silla. Estábamos en el salón de actos, frente a nosotros estaba aquel enorme escenario. El lugar comenzó a llenarse con mis compañeros de clase y yo evite ver aquellos ojos negros que parecían querer comerme viva.
―¿Sakura?―
Yo asentí y clave mis ojos en aquella chica pelinegra y de ojos perlas. Hyuga. Reconocería esos ojos donde sea.
―Mi nombre es Hinata Hyuga― Se presento y su voz sonó sumamente dulce y tierna ―Por favor, acompáñame para la ceremonia―
Yo voltee a ver a Tenten, quien hasta el momento era la única persona en quien confiaba en ese lugar, la castaña asintió dándome ánimos y yo me levante de mi lugar para seguir a la pequeña Hyuga. Llevaba el uniforme escolar, la falda tableada, la perfecta camisa planchada, el saco y la corbata color verde, todos íbamos igual, con el mismo pulcro uniforme escolar.
―Lo siento― Susurró avergonzada mientras me guiaba por detrás del escenario, yo la mire confundida ante su disculpa sin sentido ―Pero pareces mayor que nosotros―
―Porque lo soy― Respondí con simpleza ubicándome junto a los otros cuatro estudiantes ―Tengo diecinueve― Ella me miró sorprendida.
―Bueno. Nunca es tarde para volver― Comentó ―La ceremonia ya va a empezar. Suerte― Se despidió con una sonrisa.
Yo asentí y la observe marcharse, había una chica que simplemente me ignoro y tres chicos ubicados en línea recta junto a mi. El telón se abrió y observe a todos nuestros compañeritos de clase ubicados frente al escenario. El director, Ibiki Morino dio un discurso muy emotivo y comenzó a llamarnos uno por uno para indicarnos a qué fraternidad iríamos.
―Como saben hay tres fraternidades en este Colegio― Murmuró frente al micrófono ―Y todas son iguales de importantes y respetadas―
Yo observe los rostros burlones de algunos de los chicos ante esas palabras, por lo visto se tomaban muy en serio esto de las fraternidades.
―Asique hoy decidiremos cual será su hogar por el resto del año escolar― Comentó y apretó aquella tarjeta blanca en su mano ―¿Rock Lee?― Lo llamo frunciendo el ceño.
Aquel extraño chico de cejas pobladas y un horrible corte de cabello avanzo hacia donde estaba ubicado el director en el escenario, el sujeto lo miro de arriba abajo.
Que idiota.
―Apuesto que es una rata― Susurraron a mi lado izquierdo.
Yo lo mire enojada, era muy alto, muy pálido y tenía una horrible sonrisa fingida que me dedico al verme a los ojos, el albino ubicado a mi lado izquierdo largo una risita burlona.
― Genin― Sentencio el director con voz grave.
―Te dije― Volvió a susurrar el pelinegro a mi lado.
―Si era una rata― Le siguió la charla el albino ignorando por completo que yo estaba en el medio de ambos.
Rock Lee sonrió con tristeza y el director coloco aquel broche de plata en su corbata que llevaba la insignia de su fraternidad. Volvió a su lugar observando la escarapela que ahora adornaba su corbata color verde.
―Suigetsu Hozuki― Volvió a llamar el director y el albino avanzo hasta quedar frente a frente con aquel sujeto, la secretaria se volvió a aproximar con aquella cajita de terciopelo color bordo ― Chūnin―
El albino sonrió ensañando sus dientes afilados, observó el broche en su corbata y volvió a mi lado.
―Nada mal, preciosa― Me susurro al oído.
―No me hables― Me queje entre dientes y él volteo el rostro enojado.
―Ino Yamanaka― La rubia avanzo con una sonrisa agitando su coleta rubia al oír su nombre ― Chūnin― La de ojos celestes sonrió orgullosa ―Sai Inomura― Volvió a hablar el director.
El pelinegro junto a mi avanzo, volteo a verme con esa horrible sonrisa y me guiño un ojo.
― Jōnin― Hablo con una sonrisa el director y yo rodé los ojos con fastidio, con razón hablaba así de su compañeros de clase si era otro clasista de mierda.
Ibiki coloco su ingenia de plata en la corbata del pelinegro con orgullo y lo dejo volver a su lugar ubicándose a mi lado. Bien, era mi turno. Que sea Genin así podía irme en paz de una buena vez, esa ceremonia no terminaba mas.
―Se que siempre tenemos solo un cupo para los Jōnin pero este año tendremos dos nuevos miembros― Comentó con una sonrisa y volteo a vernos, yo podría jurar que quede más roja que un tomate en ese momento ―Sakura Haruno―Me llamo y yo lo mire atónita sin poder creérmelo, el adulto clavo sus oscuros ojos en mi aumentando mi nerviosismo ―Ven, pequeña― Me llamo fingiendo dulzura.
Yo trague saliva y observe los ojos pardos de Tenten que me miraba entre sorprendida y confundida desde la tribuna, fue la castaña quién me hizo una señal con la cabeza obligándome a volver a la realidad. Apreté los puños y me obligue a avanzar hacia el director, este me sonrió forzado y coloco aquella insignia de plata en mi corbata.
―Bienvenida a tu nuevo hogar, pequeña―
Yo asentí fingiendo tranquilidad y regrese a mi lugar, Ibiki volvió a tomar el micrófono para acabar con la ceremonia, yo podría jurar que todos en ese lugar podían oír mi corazón de lo rápido que iba, mis manos me temblaban y estaba sudando frío, hacia mucho tiempo no me sentía así.
Aterrada.
Sobre todo cuando sentí las miradas de los Jōnin sobre mi, supongo que yo no tenía derecho a fornar parte de su fraternidad tan selectiva. Sai se inclino junto a mi y sentí su respiración en mi oído.
―Van a hacerte pedazos―
Maldito sea Hizashi Hyuga.
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Esta bien, mi amor.
Yo tampoco cumplo mis promesas..
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