Hay muchos ships en Kimetsu, y aunque estoy escribiendo un AU de este anime, luego hay varias escenas (como la que leerán) que no tienen cabida en el curso de la historia, porque lo acabo de tomar la decisión que este fic será de historias aleatorias de los ships que se me vayan ocurriendo, podrá ser en un universo alterno o dentro del mismo del Kimetsu pero con variantes, no sé lo que se me ocurra sinceramente jajajaja
Pero aquí tienen el primer ship, espero que les guste.
Percance en la montaña
Ship: Aoi x Inosuke
-eres muy lenta Aoko – Inosuke le grita a su compañera de expedición, quien apenas y con esfuerzo subía por el alta pendiente de aquel bosque montañoso – a este paso se nos hará de noche antes de llegar a la cueva.
-en primer lugar, me llamo Aoi, A-O-I – aun apenas pudiendo respirar, sube lo que le falta para alcanzar a Inosuke y corregirlo – ya te lo he dicho un millón de veces – finalmente le da alcance, por lo que se inclina un poco para recuperar el aliento – y, en segundo lugar, yo no estoy tan acostumbrada como tú a andar por cada rincón de la montaña, no entiendo cómo es que dices hacer esto cada fin de semana.
-fácil, porque soy el rey de la montaña - se galardona con una extensa sonrisa y apuntándose con el dedo meñique
-si, como sea ¿cuánto nos falta para llegar? - cuestiona acomodándose la pesada mochila que llevaba en la espalda
-solo hay que caminar un poco más, vamos – orgulloso de hacer de guía por su amada montaña, se adelanta para que Aoi, quien a duras penas podía seguirle el paso, lo siguiera.
Como si fuera cosa del destino, a ambos les toco hacer un proyecto de herbolaria juntos, en el cual, tenían que reunir varias plantas y hablar de sus propiedades. Por supuesto, Aoi hizo el trabajo de investigación, aunque, debía darle méritos a Inosuke por saber exactamente dónde encontrar varias plantas extrañas, lo que les daría un gran puntaje en sus calificaciones.
Aunque nunca imagino que tuviera que subir la montaña para encontrar la planta, y debía admitir que sentía algo de envidia de ver que mientras ella apenas podía con el peso de su propio cuerpo, Inosuke parecía que estaba dando un paseo matinal. Si no fuese porque lo conocía casi desde que eran niños, no hubiese puesto en duda que fue criado en las montañas.
-Shinobi, es por aquí - le hace señales a la entrada de una cueva – apúrate
-Aoi, no puede ser que no te lo aprendas, es un nombre sencillo, AOI – era la misma discusión desde hace varios años. Cuando era un niño se justificaba, pero ¿ahora? - y dame unos momentos, hemos caminado demasiado.
-eres muy quejumbrosa, vamos – de la nada, la toma de la mano, prácticamente arrastrándola al interior de la cueva, sin percatarse que sus mejillas habían adquirido un fuerte sonrojo.
-e-espera, no veo nada, déjame sacar mi linterna – pide forcejeando con el agarre de Inosuke, pero él continúa caminando sin soltarla
-ja, no hace falta, conozco esta cueva como la palma de mi mano – presume – tu solo sígueme
No le quedaba de otra, si lo soltaba, era muy seguro que se perdería, además, una parte de ella disfrutaba que Inosuke la llevara tomada de la mano y, como factor extra, este no podía ver que sonreía por ello.
Efectivamente no era solo presunción, pese a que no veía nada, Inosuke la guiaba como si él poseyera vista nocturna. Realmente sabía a donde ir, aunque a Aoi empezaban a dolerle los pies demasiado, de verdad necesitaba un descanso. Estaba por decirle que pararan un momento cuando la cueva de repente empezó a iluminarse como si estuvieran bajo el cielo nocturno con miles de estrellas iluminándolo, era realmente algo asombroso, por unos momentos se olvidó que estaba dentro de una cueva, se sentía como si estuviesen en el espacio.
-mira Aoki, aquí están las flores – Inosuke pone frente a ella unas hermosas flores que parecían tener luz propia.
Por supuesto que había visto en libros de herbolaria aquellas flores, unas petunias que tenía una hermosa peculiaridad; poseían bioluminiscencia. Pero, aunque también las podías encontrar en exteriores, no en todos lados brillaban en la oscuridad. Según lo que había investigado y consultado con sus profesores, solo presentaban aquella bioluminiscencia en ciertas condiciones de humedad y bajo el suelo con ciertos minerales. Seguramente aquella cueva debía tenerlos, por eso en las paredes y techo se veía como si hubiese estrellas.
Verlas con sus propios ojos, contemplar aquella bella luz que emitían era asombroso, pero al alzar la vista y ver a Inosuke tan de cerca, extendiéndole las flores, aunque sabía perfectamente que su única intención era mostrárselas y alardear por haberlas encontrado, le causo un extraño estremecimiento en el corazón, un palpitar tan fuerte que por un momento temió que fuese a retumbar por toda la cueva, dejándola en evidencia.
Debía ser por el efecto de las luces que veía los ojos verdes de Inosuke más resplandecientes, que veía su rostro muy atractivo. Si, debía ser por eso.
-te dije que estaban aquí - habla, regresándola a la tierra - ¿verdad que soy asombroso? -
-sí, buen trabajo Inosuke – como si lo que buscara fuese ignorar sus sentimientos, voltea a otro lado, ignorando la extensa sonrisa de su amigo por el alago – llevemos una muestra y tomemos algunas fotos – saca su celular, fotografiando las flores que estaban plantadas mientras Inosuke guarda las que tenía en la mano.
Una vez recolectaron lo que necesitaban para su proyecto, salieron de la cueva, encontrándose que el cielo estaba muy nublado y que empezaban a caer unas cuantas gotas.
-¿deberíamos esperar? - pregunta Aoi mirando al cielo
-no, si nos da la noche será más complicado salir de la montaña, mejor hay que darnos prisa antes de que empiece a llover -
-de acuerdo – se adelanta
Iba tan sumida al pensar en la sensación que sintió en la cueva, además de que ahora caminaba incluso más aprisa que Inosuke, quien iba detrás de ella, que no se dio cuenta al pisar en una orilla, cayendo al precipicio. Lo último que vio en aquellos segundos de pánico, fue a Inosuke, lanzándose detrás de ella.
...
Escuchaba algo, una voz que se escuchaba lejana pero que decía insistentemente su nombre, casi con urgencia y pánico. Sentía unas gotas cayendo en su rostro ¿lluvia? No estaba segura, pero la hizo abrir lentamente sus ojos, viendo, primeramente, de forma borrosa, un rostro, enfocando de a poco a Inosuke, quien claramente le estaba hablando, se le notaba sumamente preocupado y... ¿estaba llorando?
-Aoi... Aoi... - le llamaba sin parar - ¿me escuchas? Maldita sea, di algo
-Inosuke... - apenas murmura - ¿qué paso?
-tonta... ¿por qué no despertabas? - grita, recriminándola de algo que ella no comprendía, pero se le notaba muy asustado.
No se sentía con las fuerzas suficientes para responderle, entre la confusión de estar apenas recordando que había caído por una pendiente y ver a Inosuke de esa forma, llorando, definitivamente llorando, era demasiado que asimilar en tan poco tiempo. Nunca la había visto llorar, ni aun cuando siendo más pequeños Inosuke tenía la peligrosa costumbre de escalar cuanto árbol se le cruzaba en su camino, y, aunque varias veces se caía de estos, haciéndose varios raspones, nunca lloro, todo lo contrario, su rostro infantil y sucio mostraba una extensa sonrisa.
-contéstame... ¿porque no dices nada? - le exigía hablar, era una petición tonta por lógica, pero sí de por si Inosuke carecía de todo razonamiento, peor aún al estar tan notablemente angustiado por ella.
En otras circunstancias lo reprendería por gritarle cuando era obvio que apenas estaba despertando sin saber que había pasado, pero era tal el desconcierto de verlo así, que no podía asimilar que era el bruto de su amigo. Además, ahora se daba cuenta que su rostro tenía golpes y varios rasguños algo profundos, estaba sucio. Y, al voltear al resto de su cuerpo notaba que su camisa estaba rasgada, que su pecho también tenía varias cortadas y golpes, así como sus brazos.
-e-estas lastimado -
-por supuesto que estoy lastimado, caímos desde muy alto – grita alzando su brazo para mostrar desde donde habían caído – estas diciendo muchas tonterías ¿acaso te golpeaste en la cabeza? - y aunque estaba siendo bastante brusco, como era usual en él, empieza a revisarla, tocando con suavidad su nuca, lo que sorprende a Aoi – creo que no tienes golpes -
Ahora es cuando termina de reaccionar y se da cuenta de algo más, ella estaba recostada sobre el regazo de Inosuke, por lo que, recobrando de súbito la conciencia y fuerzas, se incorpora, aunque no evitando que su rostro se pusiera completamente rojo.
-más bien deberías preocuparte de los golpes y rasguños que tienes, mírate -
-¿cómo quieres que me preocupe por eso cuando llevabas más de una hora sin despertar? - y aunque expresaba su preocupación por ella, lo decía como alegata, dejando a Aoi sin más argumentos.
Se da cuenta de que ella no tenía tantos golpes, acaso algunos rasguños en sus brazos, pero nada que ver con las heridas de Inosuke. Eso quería decir que, al caer y quedar inconsciente, él la protegió con su cuerpo, por ello estaba tan lastimado. Pero, pese a sus heridas, él se encontraba tan preocupado porque no despertaba que no le presto importancia a sus propias heridas.
-gracias, por... protegerme... - dice conmovida, bajando la mirada – pero hay que curarte, traje vendas y primeros auxilios en mi mochila – acerca su mochila, buscando en ella lo necesario.
-yo también traigo esas cosas – presume
-¿enserio? Quien diría que eres del tipo precavido – comienza a poner un poco de alcohol en un algodón.
-mi mamá no me deja salir a explorar si no traigo todo eso -
-era de suponerse... - la mamá de Inosuke es enfermara, al igual que la de Aoi, por eso se conocían desde que eran niños, ambas han trabajado en el mismo hospital durante muchos años - ahora... no te muevas.
Limpia primero con el algodón las heridas de su cara, ocasionando que le ardiera un poco. Procede a hacer lo mismo con las heridas de sus brazos y en sus costados, debiendo, para ello, alzar un poco su camisa, lo que le provoca un leve sonrojo que hizo lo posible por olvidar. Solo estaba curándolo, era todo.
-tengo que vendarte, no son heridas graves, pero es mejor que no se infecten – comienza con sus brazos, pero para vendar su torso, necesitaba que se quitara toda la camisa – ti-tienes... que quitarte la camisa – no se atrevía a mirarlo al pedirle aquello, siendo peor que Inosuke, sin pena alguna, obedeció.
No era extraño que no le incomodara mostrar su torso desnudo, después de todo, eran amigos desde hace varios años y alguna que otra vez, de pequeños, iban a fiestas de piscina. Pero claro, el tiempo ha pasado, ambos ya tenían 19 años y han cambiado. No podía evitar notar que Inosuke había adquirido un buen físico ya que siendo tan competitivo le gustaba hacer ejercicio y estaba en varios deportes, sin contar su pasatiempo de recorrer las montañas.
Se esforzó por dedicarse solo a curarlo, diciéndose a sí misma que solo estaba haciendo eso, que solo lo atendía.
-tenemos que subir – habla Inosuke mirando hacia arriba, lo que Aoi agradecía para distraerla, o por lo menos agradecía que no se estuviera dado cuenta de lo cohibida que estaba al venderla el torso – hay que retomar el sendero para poder salir de la montaña.
-no estarás diciendo que hay que escalar todo eso – ruega que no fuese lo que decía, era mucha altura - ¿no es más fácil salir por aquí mismo?
-caímos en una especie de zanja, aunque caminemos nos toparemos con otra pendiente – Aoi mira hacia arriba, sintiéndose insegura – no esta tan inclinado, no será tan difícil - se pone de nuevo la camisa una vez que Aoi termino de vendarlo.
-tú lo dices sencillo, también haces rapel, yo jamás he escalado – a decir verdad, en ese momento le tenía cierta envidia.
-te ayudare, pero tenemos que darnos prisa, si llueve será más difícil - se pone de pie, mirando al cielo, que comenzaba a verse más gris por las nubes de tormenta – vamos – le extiende la mano.
La expresión de Inosuke era seria, pero segura, Aoi rara vez lo veía con ese semblante por lo que supo que realmente debían apresurarse, él mejor que nadie conocía las montañas y los peligros que había en estas, así que no dudo en hacerle caso y apresurarse a salir de ahí. Pero, cuando tomo la mano de su amigo para ponerse de pie, un intenso dolor en su tobillo la hizo sentarse de nuevo.
-¿qué pasa? - Inosuke de inmediato se inclina a verla.
-mi tobillo, creo que me lo torcí cuando caímos -
Sin pena alguna, Inosuke le quita el tenis y el calcetín, mirando que tenía el pie hinchado, casi se le ponía morado.
-no podrás escalar con el pie así - comienza a sacar varias cosas de su mochila, Aoi apenas alcanza a comprender que estaba sacando una venda y una especie de ungüento cuando empieza a sobar su tobillo, ocasionándole otro sobresalto.
-e-espera... yo puedo hacerlo... - pero Inosuke hace caso omiso, de hecho, parecía bastante concentrado, incluso ¿culpable? - déjalo, deberías mejor apresurarte y buscar a alguien que nos ayude.
-no seas ridícula, no te dejare aquí - termina de vendarla, cosa que, para sorpresa de Aoi, hizo bastante bien, seguramente su mamá le enseñó.
-tu no seas terco, no podre escalar y pronto comenzara a llover ¿qué propones que hagamos? - Por respuesta, Inosuke solo se dio la media vuelta, dándole la espalda y poniendo sus manos detrás de él.
-tendrás que sujetarte fuerte -
-¿que? ¿vas a escalar cargándome? - lo ve asentir – estás loco, también estas lastimado, no podrás.
-claro que si podre, no me subestimes y date prisa – Inosuke era muy orgulloso cuando alguien le decía que no podría hacer algo, pero esta vez, no parecía que fuese cuestión de orgullo – rápido - le ordena.
Aoi no replica más y se sube en la espalda de Inosuke. Muchas veces en su niñez el chico la llevaba a sus espaldas cuando jugaban, Aoi, para no caminar, lo retaba a que no podía correr tan rápido cargándola hasta su casa, y claro, Inosuke para demostrarle que se equivocaba, lo hacía. Sin embargo, ahora se sentía muy diferente a aquellos juegos infantiles, no sabría cómo explicarlo, pero además que ahora sus hombros eran mucho más anchos, el aroma de su amigo le era agradable y embriagante.
-no podré sostenerte, así que sujétate bien – ella asiente, aferrándose a su cuello al momento en que Inosuke comienza a escalar.
Tal como había dicho, no estaba demasiado inclinado, pero llevando a la chica a sus espaldas la tarea era mucho más difícil. Aoi podía escuchar los esfuerzos que hacía, podía sentir como comenzaba a sudar a chorros de su espalda, escuchaba su respiración agitada, pero, pese a todo, seguía, sin detenerse.
Faltaba poco cuando al agarrarse de una piedra, esta cedió, haciéndolos caer algunos metros hasta que Inosuke pudo aferrarse a otra roca, emitiendo un quejido que no logro ahogar del todo.
-Inosuke ¿estas bien? - Se asoma, y, aunque tenía las manos llenas de tierra, se notaba que estaba sangrando – tus manos...
-estoy bien, tu solo sostente – habla entre dientes, quizá por el esfuerzo, quizá por aguantar el dolor.
Sea por lo que fuere, Aoi no podía hacer más que abrazarlo con fuerza, no por temor a caerse, era más como apoyo, como para darle fuerzas.
Sintió más humedad al estar tan pegada a su espalda, pero se dio cuenta, que no solo era sudor, su camisa estaba tiñéndose de rojo. El hacer aquel descomunal esfuerzo estando herido provocaba que sus heridas estuviesen sangrando.
-" tonto, idiota, imprudente" - pensaba mientras pegaba su rostro a su hombro mientras lagrimas inevitables salían de sus ojos - "date prisa para que pueda gritarte por hacer esto" - y claro, luego curaría sus heridas.
Le dolía pensar que Inosuke obviamente estaba tolerando el dolor de una forma extraordinaria, pues a pesar de que seguramente estaba sintiendo el ardor de las heridas, seguía subiendo, podía escuchar sus quejidos, su mandíbula apretada, pero, su mirada, aunque reflejando dolor, decidida mirando hacia arriba.
Finalmente, tras lo que para Aoi y, seguramente también para Inosuke fuese una eternidad, llegan al borde, donde Inosuke se arrastra aun con Aoi a sus espaldas, jadeando, respirando agitado. Aoi estaba por bajarse de su espalda, pero vuelve a aferrarse a su cuello al sentir que Inosuke se ponía de pie y ponía sus manos agarrando sus piernas para sostenerla, comenzando a bajar por el sendero.
-¿qué haces? Tienes que descansar un poco, y debo curar tus heridas – se asoma por su hombro.
-no podemos perder el tiempo, si comienza a llover será más complicado bajar - Inosuke siempre tenía una expresión fanfarrona y presuntuosa en su rostro, pero ahora, toda su expresión era decidida, sumamente concentrada.
-no me tardare, bájame, estas sangrando – pero Inosuke sigue caminando, incluso se acomoda mejor a Aoi, impidiendo que esta pueda bajarse – Inosuke, te harás más daño si no te curo.
-ya cállate, te dije que estoy bien, lo importante ahora es bajarte de la montaña lo antes posible -
Normalmente ella discutiría de vuelta, siempre su relación amistosa ha sido así hasta que alguno de los dos cedía. Pero Aoi no refuta más al ver que en el rostro de su amigo había algo que nunca había visto, una mezcla de culpa y miedo, algo que no entendía pues a Inosuke no era la primera vez que lo sorprendía la lluvia estando en las montañas, una vez pesco una fuerte fiebre por eso ¿porque la urgencia de sacarla de ahí? Él sabía perfectamente como sobrevivir en las montañas, no importando el clima.
El descenso no fue tan tardado como el ascenso ya que ahora él era quien caminaba y no tenía que esperarla, así que, en cuestión de unos minutos, llagan al pie de la montaña donde estaba la moto del chico. Tampoco en ese momento permite que sus pies toquen tierra, el mismo Inosuke la acomoda en la parte de atrás, le pone un impermeable y le coloca el casco, tomando luego él su lugar para manejar. Todo esto deja más que desconcentrada a Aoi, es decir, tenía años de conocerlo, y nunca lo había visto comportarse de esa forma tan atenta con nadie, mucho menos con ella. Fuera de sentirse alagada esto le estaba preocupando.
Durante el camino lloviznó un poco, pero al cabo de una hora llegaron a la casa de la chica, donde tampoco la dejo caminar los pocos pasos que le faltaban. Nuevamente la cargo en brazos, ya para estas alturas Aoi no refutaba esto, conocía a ese bruto, sabía que cuestionarlo sería inútil, debía darle un poco por su lado y esperar a que bajara sus defensas.
-mi mamá no está, déjame bajar para sacar las llaves y abrir – Inosuke no refuta y la baja con cuidado.
Tan pronto abre la puerta, Inosuke la vuelve a cargar, llevándola hasta la sala donde la sienta en uno de los sofás.
Ya en un ambiente en el que se vieron a salvo, Aoi pudo poner más atención a las expresiones de su amigo, quien estaba inusualmente callado, inmerso en sus pensamientos, eso no era para nada común en Inosuke.
-¿te duele tu pie? - pregunta en un tono inusualmente bajo en él
-ya basta ¿qué ocurre contigo? - evade la pregunta, no podía más con el comportamiento del bruto de su amigo.
-¿a qué te refieres con que ocurre? Solo pregunte si te dolía el pie – ahí estaba de nuevo, alegando como era normal en él.
-sabes a que me refiero, has estado muy raro desde que salimos de esa zanja -
-¿cómo qué raro? No estoy haciendo nada raro -
-claro que sí, tú nunca eres tan atento, ni conmigo, siempre eres un bruto salvaje -
-¿ahora eso te molesta? Siempre me regañas de que no soy atento y ahora te molesta que lo sea – empieza a acercarse a su rostro, confrontándola - yo solo estoy... estoy... es que quería... - empieza a gruñir
-¿que? ¿qué ocurre, Inosuke? - también lo encara – no me gusta que te comportes de esa forma, así no eres tú.
Inosuke grita revolviéndose el cabello, estaba haciendo una de sus rabietas cuando no sabía que decir o se sentía frustrado por no entender algo, todo eso no era extraño para Aoi, pero, lo que paso a continuación si la dejo aún más desconcertada. De la nada, Inosuke la estaba besando, de forma algo brusca, casi demandante, pero la besaba, Inosuke la besaba. No lograba conectar lo que sucedía, por lo que no fue capaz de corresponderle.
-es que... nada salió como quería... - finalmente habla al separarse de ella, con la mirada baja, parecía un niño que fue regañado por una travesura – Montaro me dijo que, si quería pedirte que fueras mi novia, lo mejor es que te llevara a un lugar especial y por eso aproveche que teníamos ese tonto proyecto para llevarte a esa cueva con luces – Aoi abrió desmesuradamente los ojos al tiempo que su cara se ponía totalmente roja, esperaba que Inosuke se sincerara, pero nunca se imaginó que hubiese una confesión - pero terminaste lastimada, yo me asuste mucho porque no despertabas, todo termino siendo un desastre y por eso pensé que lo menos que podía hacer era traerte rápido a casa, no quería que, además de todo, pasaras por frio si nos pillaba la lluvia en la montaña.
No logra decir nada, primero estaba procesando y encajando en su lugar todo lo que Inosuke tan abiertamente le decía. Es cuando todo cobra lógica, era por eso por lo que Inosuke se empezó a comportar tan obsesivo de bajar de la montaña, y por eso estaba tan atento con ella. Se sentía culpable de que lo que debía ser una bonita salida cuyo principal objetivo era una confesión, se convirtiera en un desastre en el que ambos se vieron en peligro y heridos.
-tonto, eres un tonto – empieza a sollozar
-¿que? ¿ahora porque me dices tonto? - exige saber, preparándose para una de las usuales discusiones con su amiga, sin embargo, lo que recibe es un fuerte abrazo de la chica que se abalanzo a él, escuchándola estallar en llanto en su pecho - ¿qué te pasa? ¿porque estas llorando?
-tonto, tonto, tonto, eres un completo tonto – comienza a golpearlo en el pecho – yo también estaba muy preocupada de verte con esas heridas, más al saber que fue por mi culpa, tonto – comienza a calmarse, ya había cumplido en golpearlo por haber sido tan imprudente y terco, y no dejar que lo curara en la montaña - si querías pedirme que fuera tu novia, podías hacerlo en cualquier lugar, te hubiese dicho que si en donde sea y así no me hubieras preocupado por comportarte tan extraño, tonto – lo golpea una vez al decir esta última palabra, aun con su cara en su pecho, que estaba húmedo por la leve lluvia en su camino a casa, además por sus propias lagrimas - tú, me gustas desde hace mucho tiempo.
Inosuke se queda congelado ante esa confesión, alejándola un poco de él para verla de frente, aunque Aoi no lo encara, ya que aún tenía el rostro con rastros de lágrimas.
-¿qué dijiste? Repítelo – demanda
—que tú me gustas desde hace tiempo—grita cerrando los ojos, sonrojada – tonto
Inosuke toma su cara, haciéndola abrir sus ojos y mirarlo, y tras sonreír extensamente, vuelve a besarla, esta vez de forma más delicada y siendo correspondido por Aoi.
-entonces si tú me gustas y yo te gusto, somos novios ¿verdad? - le pregunta entusiasmado, y cuando Aoi da un asentimiento, él la abraza fuertemente, a lo que ella le corresponde rodeándolo del cuello mientras mostraba una gran sonrisa feliz.
-ahora, déjame curar tus heridas – dice al separarse y limpiar sus mejillas – iré por el botiquín - hace intento de pararse, pero Inosuke la detiene.
-yo iré por el - Inosuke conocía aquella casa también como la suya, por lo que no tarda en volver con el botiquín y entregárselo a Aoi.
Ahora que eran oficialmente novios, el ver su espalda desnuda mientras lo curaba era un tanto más vergonzoso, pero no incomodo, de hecho, Inosuke tenía una extensa sonrisa en el rostro mientras estaba dándole la espalda a Aoi. Al final, aquel día no había sido tan desastroso, aunque no hubiese sido como lo había planeado.
-Inosuke... ¿podemos volver a ir a esa cueva? - pide Aoi mientras terminaba de vendarlo
-claro, iremos en cuanto tu pie este mejor – dice dándose la vuelta – esta vez me asegurare que no te pasé nada, así que déjaselo al gran Inosuke – se apunta con el pulgar, orgulloso. Aoi sonríe feliz al ver que su amigo, ahora novio, volvía a ser el mismo que conocía y quería tanto.
...
-Aoi ¿qué te pasó? - pregunta preocupada Kanao al ver a su amiga llegar en muletas a la escuela
-es una larga historia, luego les contare – la verdad si era mucho que contar – pero no es nada grave, solo debo usar muletas un par de días y estaré bien
-menos mal ¿pero segura que no te es difícil moverte? - pregunta Shinobu, hermana de Kanao
-para nada, ya empiezo a acostumbrarme a las muletas, pero mejor hay que darnos prisa para no llegar tarde a clases por mi culpa -
Las chicas comienzan a caminar al ritmo de Aoi, pero luego, una escandalosa voz gritando el nombre de la chica se escucha por todo el patio de la escuela, y, segundos después, esta es levantada en brazos por Inosuke. Dejando sorprendidos a todos, incluso a la misma a Aoi, excepto Shinobu, quien tenía una sonrisa divertida.
-¿qué estás haciendo? Te dije que me esperaras para yo mismo llevarte a tu salón - le dice como si nada, sin pisca de vergüenza a pesar de que ella tenía el rostro encendido porque todo el mundo los estaba viendo.
-y yo te dije que no tienes que llevarme cargando – refuta Aoi, moviéndose en sus brazos – yo puedo caminar sola.
-claro que no, yo soy tu novio, así que yo te ayudare – lo grita a los cuatro vientos, muy orgulloso, todo lo contrario, a Aoi que le salía vapor de las orejas – vamos, o llegaras tarde – comienza literalmente a correr por todo el patio con Aoi en brazos, reclamándole más que avergonzada.
-suéltame, esto es vergonzoso -
-¿porque estas avergonzada? Soy tu novio – le recrimina Inosuke – te llevare hasta tu asiento
-¿que? No puedes llevarme así hasta mi asiento – más roja no podía estar, esto era demasiado para ella
-¿qué tiene de malo? Soy tu novio – vuelve a gritar
Todo aquel debate es escuchado por Kanao y Shinobu, aun cuando aquel par ya estaba bastante lejos de ellas.
-vaya, al parecer tiene que contarnos muchas cosas – dice Shinobu escuchando divertida a esos dos.
...
Pues la verdad, era más del fandom Obamitsu, incluso tambien ya tengo un oneshot de ellos y otra historia en curso, pero, por casualidades de Youtube, me empezaron a salir comics de estos dos y como fanatica de este tipo de parejas conflictivas me fanatice de ellos y pues he aqui el resultado.
Le idea original era tener un fragmento para agregarlo a fanfic de Kimetsu, pero se me empezó a salir de las manos y al darme cuenta de que estaba quedando muy largo decidí subirlo como Oneshot.
Espero que les haya gustado, yo me divertí mucho escribiéndolo.
