Hola hechiceros soy Giselle JR, quería aclararles que no he abandonado la historia y he intentando actualizar antes, pero lastimosamente no he podido ya que hace unos meses me diagnosticaron síndrome del túnel carpiano en ambas manos y el dolor en mi mano es muy fuerte lo que me impide escribir con regularidad y lastimosamente las actualizaciones seguirán tardando hasta que compre las férulas que me recetaron así que les pido pacencia con todo mi amor Giselle JR.


Todo mundo hablaba en el gran comedor algo casados de la lectura, aunque al mismo tiempo querían saber que iba a pasar en la historia, después de unos minutos el profesor Dumbledore se levantó para anunciar la cena y trasformar los sillones en mesas, todos se pusieron a comer mientras charlaban de lo sorprendente de que era que hubiera habido un dragón en el colegio sin que nadie lo descubriera, Harry, Ron y Hermione estaban comiendo algo alejados de los Weasley porque Ron no quería que sus padres lo empezaran a interrogar cuando se acercara a ellos, los señores Weasley trataron de darle a Ron su espacio, pero estaban decididos a hablar con él en cuanto la lectura terminara.

Cuando la cena termino Dumbledore volvió a trasformar las mesas en sillones, para este momento todo mundo lucía bastante cansado y parecían querer irse a la cama lo antes posible.

- Muy bien jóvenes después de esa maravillosa cena quien desea leer el siguiente capitulo. Pregunto Dumbledore dando un aplauso de forma animada

- Yo lo hare señor. Dijo Draco de mala gana, por un lado, él ya sabía que iba a pasar en este capítulo y quería alejarse de sus padres para que no pudieran regañarlo por hacía en este capítulo y por otro si el leía el capítulo podría asegurarse de terminar lo antes posible

- Muy bien señor Malfoy. Dijo Dumbledore complacido mientras Draco tomaba el libro y se sentaba enfrente

- Muy bien el capítulo se llama El bosque prohibido. Anuncio Malfoy con algo de incomodidad

- Harry James Potter como se te ocurrió ir al boque prohibido. Le reclamo Lily furiosa a su hijo

- No fui porque quisiera. Aseguro Harry a la defensiva

- Esas son excusas jovencito tu estas castigado. Aseguro Lily molesta

- Que injusticia. Objeto Harry molesto

- Es suficiente Harry guarda silencio. Le ordeno James con severidad y Harry se limitó a cruzarse de brazos indignado mientras se encogía en su asiento de mala gana

- Hermione, pero en que estabas pensando. Le pregunto John sumamente molesto

- Pero si no fue nuestra culpa. Dijo Hermione a la defensiva

- Esa es una frase que últimamente usas mucho Hermione. Dijo Jean algo molesta

- Pero es la verdad mamá o dime que se supone que debemos hacer quedarnos con los brazos cruzados y dejar que se salgan con la suya como cobardes. Le pregunto Hermione a la defensiva

- Si, exactamente eso es lo que esperaría. Aseguro Jean molesta

- Pues no puedo mamá no soy una cobarde y mis amigos tampoco, no me quedare de brazos cruzados viendo como algo peligroso pasa si puedo tratar de evitarlo. Dijo Hermione furiosa

- Pero son unos niños no tienen por qué meterse en eso. Aseguro Molly con algo de desesperación

- Dices eso ahora, pero no creo que pienses igual al final del libro. Aseguro Ron frunciendo el ceño con cierta molestia

- Es que no entiendes Ron el bosque prohibido es muy peligroso, ni siquiera deberías acercarte a ese lugar. Lo regaño Molly molesta

- Pero yo ni siquiera fui al bosque prohibido y aun así me regañas. Dijo Ron indignado

- No fuiste. Le pregunto Arthur sorprendido – Porque no fuiste. Le pregunto Arthur sorprendido

- Se enojan si voy, se enojan si no voy, yo no los entiendo. Dije Ron molesto

- No estoy enojado Ron, solo me pregunto porque no fuiste. Aseguro Arthur con tranquilidad

- No teníamos elección en ir o no, yo simplemente no pude ir. Aseguro Ron sin darle importancia

- Eso fue lo mejor. Aseguro Molly algo aliviada de que Ron no estuviera ahí – Aunque preferiría que ninguno tuviera que ir. Dijo Molly haciendo una mueca de preocupación

- Debería continuar leyendo señor Malfoy. Ordeno McGonagall frustrada a lo que Malfoy obedeció fastidiado

Las cosas no podían haber salido peor. Filch los llevó al despacho de la profesora McGonagall, en el primer piso, donde se sentaron a esperar; sin decir una palabra. Hermione temblaba. Excusas, disculpas y locas historias cruzaban la mente de Harry, cada una más débil que la otra. No podía imaginar cómo se iban a librar del problema aquella vez. Estaban atrapados. ¿Cómo podían haber sido tan estúpidos para olvidar la capa?

- Siendo sinceros ese no fue su movimiento más brillante. Dijo un Slytherin de quinto año viéndolos de forma burlona y al mismo tiempo con algo de pena

- Fue un movimiento bastante estúpido la verdad. Aseguro una Ravenclaw de quinto año de forma menos amable

- No fue estupidez fue descuido. Aseguro Hermione a la defensiva – Simplemente no nos dimos cuenta de que habíamos dejado la capa. Aseguro Hermione luciendo algo molesta

- Pero como se les pudo olvidar algo tan importante. Les pregunto una Hufflepuff de quinto año algo apenada

- Estábamos aliviados de que Norberto finalmente se hubiera ido y de que Hagrid no se hubiera metido en problemas no pensamos en otra cosa. Aseguro Harry sin darle importancia

- Ustedes en verdad son muy buenos amigos. Aseguro una Gryffindor de quinto año con cierta admiración – Se pusieron a arreglar un problema que ustedes no causaron. Comento el Gryffindor con cierta admiración

- Pues era lógico que fuéramos nosotros los que lo hiciéramos. Aseguro Ron como si fuera obvio – Si a nosotros nos descubrían talvez nos expulsaban, pero si descubrían a Hagrid él podría ir a Azkaban, cárcel aterradora o expulsión fue una elección obvia. Dijo Ron mientras balanceaba sus brazos como si estuviera equilibrando algo – Ya habíamos acordado que seriamos nosotros los que llevaríamos al dragón antes de que Norberto me mordiera. Aseguro Ron haciendo una mueca de desilusión

- Y no les preocupa que los expulsaran. Pregunto un Ravenclaw de segundo año sorprendido

- Si, pero nos preocupaba más que encarcelaran a Hagrid. Dijo Ron como si fuera obvio

- Pues hubiera sido su culpa. Dijo un Slytherin de quinto año con indiferencia

- Y acaso eso importa. Pregunto Hermione con indiferencia – Ya fuera por su culpa o no Hagrid solamente lo hizo porque es tan noble que ve la bondad incluso en un animal que podría carbonizarlo vivo no debería ir a prisión por algo que no daño a nadie sería injusto. Aseguro Hermione con cierta seguridad

- Daño a Ron. Objeto un Hufflepuff de último año

- Oh claro porque Ron quiere que Hagrid valla a prisión por eso. Dijo Harry de forma burlona – Dime Ron quieres que Hagrid valla a prisión porque Norberto te mordió. Le pregunto Hermione fingiendo seriedad

- No prefiero una compensación por daños en forma de chocolate. Dijo Ron medio en burla medio en serio

- Ya sé que regalarte en navidad entonces. Dijo Hagrid divertido

- Una cosa es el mi regalo de navidad otra mi compensación por daños. Bromeo Ron divertido

- Lo tendré en cuenta entonces. Aseguro Hagrid que parecía que la conversación le resultaba muy divertida

No había razón en el mundo para que la profesora McGonagall aceptara que habían estado vagando durante la noche, para no mencionar la torre más alta de Astronomía, que estaba prohibida, salvo para las clases. Si añadía a todo eso Norberto y la capa invisible, ya podían empezar a hacer las maletas. ¿Harry pensaba que las cosas no podían estar peor? Estaba equivocado.

- Que podría ser peor. Pregunto un Slytherin de quinto año sorprendido

- Tal vez descubrieron que Hagrid estaba involucrado. Sugirió un Hufflepuff de cuarto año

- Si lo hubieran descubierto McGonagall no estaría tan sorprendida. Comento una Gryffindor de quinto año

- Es cierto tiene que ser otra cosa. Aseguro una Ravenclaw de sexto año

Cuando la profesora McGonagall apareció, llevaba a Neville.

- Cariño que hacías ahí. Le pregunto Alice dulcemente

- Les quería avisar, para que no se metiera en problemas. Se justificó Neville avergonzado

- Eso fue muy considerado Neville. Aseguro Frank con orgullo

- Fue muy tonto me descubrieron. Aseguro Neville avergonzado

- Fue muy gentil de tu parte cariño. Aseguro Alice dulcemente – Incluso si no salió como tu esperabas estabas tratando de ayudar a tus amigos. Aseguro Alice con indulgencia a lo que Neville sonrió algo apenado

—¡Harry! —estalló Neville en cuanto los vio—. Estaba tratando de encontrarte para prevenirte, oí que Malfoy decía que iba a atraparte, dijo que tenías un drag...

- Hay no, lo siento tanto señor Longbottom, lo castigué y le estuve gritando por ser ingenuo. Dijo McGonagall apenada

- No se disculpe profesora McGonagall, yo si estaba fuera de la sala común. Dijo Neville quitándole importancia

Harry negó violentamente con la cabeza, para que Neville no hablara más, pero la profesora McGonagall lo vio. Lo miró como si echara fuego igual que Norberto y se irguió, amenazadora, sobre los tres.

—Nunca lo habría creído de ninguno de vosotros. El señor Filch dice que estabais en la torre de Astronomía. Es la una de la mañana. Quiero una explicación.

Ésa fue la primera vez que Hermione no pudo contestar a una pregunta de un profesor. Miraba fijamente sus zapatillas, tan rígida como una estatua.

—Creo que tengo idea de lo que sucedió —dijo la profesora McGonagall—. No hace falta ser un genio para descubrirlo. Te inventaste una historia sobre un dragón para que Draco Malfoy saliera de la cama y se metiera en líos. Te he atrapado. Supongo que te habrá parecido divertido que Longbottom oyera la historia y también la creyera, ¿no?

- La verdad es que sin contexto es lógico que McGonagall pensara que Potter y Granger utilizaron a Longbottom para engañar a Malfoy. Comento un Slytherin de quinto año a nadie en partícula

Harry captó la mirada de Neville y trató de decirle, sin palabras, que aquello no era verdad, porque Neville parecía asombrado y herido. Pobre metepatas Neville, Harry sabía lo que debía de haberle costado buscarlos en la oscuridad, para prevenirlos.

- Trataste de avisarle para que no se metieran en problemas. Dijo Lily conmovida

- Si señora Potter. Dijo Neville tímidamente – Pero no funciono la profesora McGonagall me encontró casi enseguida. Aseguro Neville avergonzado a lo que Lily sonrió de forma indulgente

—Estoy disgustada —dijo la profesora McGonagall—. Cuatro alumnos fuera de la cama en una noche. ¡Nunca he oído una cosa así! Tú, Hermione Granger, pensé que tenías más sentido común. Y tú, Harry Potter... Creía que Gryffindor significaba más para ti.

- Ese es un golpe muy bajo. Dijo James ofendido y enojado con su maestra favorita

- Tal vez, pero en ese momento eso es lo que parecía. Aseguro McGonagall que parecía algo arrepentida

Los tres sufriréis castigos... Sí, tú también, Longbottom, nada te da derecho a dar vueltas por el colegio durante la noche, en especial en estos días: es muy peligroso y se os descontarán cincuenta puntos de Gryffindor.

- Tienes que estar bromeando Minerva, cincuenta puntos son demasiados. Aseguro Sirius con incredulidad

- No para una segunda infracción. Aseguro McGonagall viendo a Sirius con severidad

- Aun así, está exagerando. Dijo Sirius muy molesto

- Tenía que hacerlo, además yo no sabía que estaban tratando de ayudar a Hagrid, pensé que solo querían fastidiar a Malfoy y que habían utilizado a Longbottom para eso. Aseguro McGonagall un tanto arrepentida

—¿Cincuenta? —resopló Harry. Iban a perder el primer puesto, lo que había ganado en el último partido de quidditch.

- Grabe error jamás debes cuestionarla cuando te está regañando. Dijo Remus viendo a Harry con indulgencia

- Si, lo aprendí muy tarde. Aseguro Harry haciendo una mueca

- Mejor tarde que nunca. Dijo Remus de forma comprensiva

—Cincuenta puntos cada uno —dijo la profesora McGonagall, resoplando a través de su nariz puntiaguda.

- Esos son 150 puntos. Dijo Sirius con la voz entrecortada

- Oh Merlín esto va a terminar muy mal. Aseguro Lily preocupada

- Los Gryffindor los van a tratar muy mal. Aseguro James con pesar

- No solo los Gryffindor, los de Hufflepuff y Ravenclaw tambien, Slytherin lleva 6 años ganando la copa de las casas las otras casas deben estar ansiosas porque otra casa gane la copa. Aseguro Remus con algo de preocupación

—Profesora... por favor...

—Usted, usted no...

—No me digas lo que puedo o no puedo hacer; Harry Potter. Ahora, volved a la cama, todos. Nunca me he sentido tan avergonzada de alumnos de Gryffindor.

- Eso ya es demasiado McGonagall. Dijo James apenas conteniendo el enojo en su voz – No tiene derecho a decirle algo así. Aseguro James muy molesto

- Esta en lo correcto señor Potter fue muy inapropiado. Aseguro McGonagall algo arrepentida – Lo lamento señor Potter, no debí decir le eso, fue cruel e inapropiado de mi parte. Aseguro McGonagall arrepentida

- No se preocupe profesora McGonagall usted tenía motivos para estar molesta con nosotros. Dijo Harry de forma comprensiva

- Aunque así fuera ese comentario no era necesario y fue cruel porque yo sabía que le dolería que le dijera eso. Aseguro McGonagall que parecía algo avergonzado

- No se preocupe profesora McGonagall. Aseguro Harry encogiéndose de hombros

Ciento cincuenta puntos perdidos. Eso situaba a Gryffindor en el último lugar. En una noche, habían acabado con cualquier posibilidad de que Gryffindor ganara la copa de la casa. Harry sentía como si le retorcieran el estómago. ¿Cómo podrían arreglarlo?

Harry no durmió aquella noche. Podía oír el llanto de Neville, que duró horas. No se le ocurría nada que decir para consolarlo. Sabía que Neville, como él mismo, tenía miedo de que amaneciera. ¿Qué sucedería cuando el resto de los de Gryffindor descubrieran lo que ellos habían hecho?

- Eso no es justo ellos solamente estaban ayudando a Hagrid. Dijo Lily con pesar

- Lo lamento chicos nunca debí involucrarlos en eso. Dijo Hagrid muy arrepentido

- Por supuesto que no, pero eso debió haberlo pensado antes. Dijo Umbridge con falsa preocupación – Esos pobres niños pudieron haber resultado muy heridos. Dijo Umbridge falsamente afligida el Harry mayor soltó una risa de amargura y burla a lo que Umbridge lo veía mal

- No te preocupes Hagrid tu no nos involucraste nosotros nos involucramos solos. Aseguró Harry sonriendo con indulgencia

- Teníamos que ayudarte. Aseguro Hermione con obviedad

- Además, no hay mejor lugar para un dragón que una reserva de dragones. Aseguro Ron con amabilidad

Al principio, los Gryffindors que pasaban por el gigantesco reloj de arena, que informaba de la puntuación de la casa, pensaron que había un error.

¿Cómo iban a tener súbitamente, ciento cincuenta puntos menos que el día anterior? Y luego, se propagó la historia. Harry Potter; el famoso Harry Potter, el héroe de dos partidos de quidditch, les había hecho perder todos esos puntos, él y otros dos estúpidos de primer año.

De ser una de las personas más populares y admiradas del colegio, Harry súbitamente era el más detestado. Hasta los de Ravenclaw y Hufflepuff le giraban la cara, porque todos habían deseado ver a Slytherin perdiendo la copa. Por dondequiera que Harry pasara, lo señalaban con el dedo y no se molestaban en bajar la voz para insultarlo.

- Ni siquiera tendrían la mayoría de esos puntos si no fuera por ellos. Dijo Lily sumamente enojada

- Bueno si los demás no tenían el contexto completo de la situación es normal que estuvieran molestos. Aseguro Alice de forma comprensiva, aunque aun así parecía molesta

- Pero esa no es razón para tratarlos mal. Aseguro Frank molesto

Los de Slytherin, por su parte, lo aplaudían y lo vitoreaban, diciendo: «¡Gracias, Potter; te debemos una!».

- Pero que mezquinos. Dijo Charlie con amargura

- Son unos malditos. Les dijo Sirius furioso dejando ver su locura

Sólo Ron lo apoyaba.

- Eres un gran amigo Ron, estoy muy orgulloso. Lo felicito Arthur orgulloso de su hijo menor

- Gracias papá. Dijo Ron algo apenado

- Bien hecho querido. Dijo Molly con orgullo

—Se olvidarán en unas semanas. Fred y George han perdido puntos muchas veces desde que están aquí y la gente los sigue apreciando.

- Pero nosotros nunca hemos perdido 150 puntos al mismo tiempo Ronnie. Dijo George en tono burlesco

- Aunque deberíamos hacerlo. Sugirió Fred con los ojos en forma de malicia – Solo hay que resolver como. Dijo Fred emocionado

- Ni se les ocurra jovencitos, les aseguró que si llegan a hacer algo los voy a castigar por lo que les queda de vida. Les aseguro Molly con severidad, Fred y George hicieron muecas de resignación

—Pero nunca perdieron ciento cincuenta puntos de una vez, ¿verdad? — dijo Harry tristemente.

—Bueno... no —admitió Ron.

Era un poco tarde para reparar los daños, pero Harry se juró que, de ahí en adelante, no se metería en cosas que no eran asunto suyo. Todo había sido por andar averiguando y espiando. Se sentía tan avergonzado que fue a ver a Wood y le ofreció su renuncia.

- Y eso de que les serviría a los Gryffindor, si no ganas más partidos, perderán la copa de Quidditch. Le dijo Alastor molesto

- Y entonces como recuperarían los puntos que perdieron. Dijo Tonks como sonriendo con indulgencia

- Estaba muy avergonzado de todos los problemas que había causado y creía que lo menos que podía hacer era renunciar al Quidditch. Aclaro Harry con cierta resignación

—¿Renunciar? —exclamó Wood—. ¿Qué ganaríamos con eso? ¿Cómo vamos a recuperar puntos si no podemos jugar al quidditch?

Pero hasta el quidditch había perdido su atractivo. El resto del equipo no le hablaba durante el entrenamiento, y si tenían que hablar de él lo llamaban «el buscador».

- Tambien ustedes. Les pregunto Molly a Fred y George con una voz muy seria que contenía su enojo

- Bueno es que no sabíamos que estaban ayudando a Hagrid. Dijo Fred con vergüenza y miedo de su madre

- De haberlo sabido los habríamos defendido. Aseguro George con nerviosismo

- Y tú Percy. Le pregunto Molly después de fruncir los labios con decepción – Tu tambien los trataste mal. Le pregunto Molly volteándolo a ver

- Mamá yo no sabía que ellos habían ayudado a Hagrid si lo hubiera sabido. Empezó a decir Percy de forma apresurada

- Estoy tan decepcionada de ustedes tres. Dijo Molly dolida viendo a Fred, George y Percy y estos se veían sumamente dolidos y parecían a punto de llorar

- Señora Weasley está bien, no importa. Dijo Harry tratando de defender a los Weasley, aunque la señora Weasley no parecía dispuesta a ceder

- Si ellos no lo sabían, no les dijimos a nadie, todos pensaban que solamente estábamos vagando sin motivo. Dijo Hermione tratando de defender a los Weasley que tenían un aspecto muy lastimero

- Eso no es excusa. Escupió Molly furiosa – Así hubieran destruido el castillo esa no era razón para tratarlos mal. Aseguro Molly molesta

Hermione y Neville también sufrían. No pasaban tantos malos ratos como Harry porque no eran tan conocidos, pero nadie les hablaba. Hermione había dejado de llamar la atención en clase, y se quedaba con la cabeza baja, trabajando en silencio.

- Y así como van a recuperar los puntos. Le dijo Ojo loco aún más molesto

- Yo lo intente, pero al terminar la primera clase me dijeron que mejor me quedara callada. Dijo Hermione recordando un poco triste

- Son todos unos hipócritas, cuando ganan partidos para ustedes los aman y son uno héroes, pero si se equivocan los detestan y son unos criminales. Escupió Lily con odio a todos

- Espera a que leamos el siguiente libro y tu madre matara a todos. Dijo Ron para que solo Hermione y Harry escucharan y ellos asintieron de acuerdo

Harry casi estaba contento de que se aproximaran los exámenes. Las lecciones que tenía que repasar alejaban sus desgracias de su mente. Él, Ron y Hermione se quedaban juntos, trabajando hasta altas horas de la noche, tratando de recordar los ingredientes de complicadas pociones, aprendiendo de memoria hechizos y encantamientos y repitiendo las fechas de descubrimientos mágicos y rebeliones de los gnomos.

Y entonces, una semana antes de que empezaran los exámenes, las nuevas resoluciones de Harry de no interferir en nada que no le concerniera sufrieron una prueba inesperada.

- Me pregunto cuanto tiempo duro esa resolución. Le pregunto Tonks con cierta picardía, Harry bufo en respuesta

- Digamos que tardo lo suficiente como para que nos aburriéramos. Comento Ron algo divertido

- Pero no lo suficiente como para que nos relajáramos. Aseguro Ron lanzando un suspiro de resignación

- Nunca podemos estar tranquilos. Aseguro Harry frustrado

- Las desventajas del valor. Comento Tonks divertida

Una tarde que salía solo de la biblioteca oyó que alguien gemía en un aula que estaba delante de él. Mientras se acercaba, oyó la voz de Quirrell.

—No... no... otra vez no, por favor...

Parecía que alguien lo estaba amenazando. Harry se acercó.

—Muy bien... muy bien. —Oyó que Quirrell sollozaba.

Al segundo siguiente, Quirrell salió apresuradamente del aula, enderezándose el turbante. Estaba pálido y parecía a punto de llorar.

Desapareció de su vista y Harry pensó que ni siquiera lo había visto. Esperó hasta que dejaron de oírse los pasos de Quirrell y entonces inspeccionó el aula. Parecía vacía, pero la puerta del otro extremo estaba entreabierta. Harry estaba a mitad de camino, cuando recordó que se había prometido no meterse en lo que no le correspondía.

- Pobre profesor Quirrell debe estar muy asustado. Comento un Hufflepuff de quinto año apenado

- No sé porque, pero ese profesor no me da buena espina, es demasiado raro. Dijo Dora pensando con desconfianza

- Estoy de acuerdo. Dijo Remus haciendo una mueca – No lo sé parece demasiado. Dijo Remus tratando de encontrar una palabra adecuada

- Inocente, tonto, u oportuno. Comento Dora con desinterés

- Si, eso. Acepto Remus haciendo una mueca de sospecha

Al mismo tiempo, habría apostado doce Piedras Filosofales a que Snape acababa de salir del aula y, por lo que Harry había escuchado, Snape debería estar de mejor humor... Quirrell parecía haberse rendido finalmente.

- Nos debes doce piedras filosofales. Dijo Hermione por lo bajo de manera burlona

- Lo pagare junto con la escoba. Dijo Harry y se soltaron a reír los tres

- Te perdono la escoba solo dame las piedras. Dijo Ron en son de broma

Harry regresó a la biblioteca, en donde Hermione estaba repasándole Astronomía a Ron. Harry les contó lo que había oído.

—¡Entonces Snape lo hizo! —dijo Ron—. Si Quirrell le dijo cómo romper su encantamiento anti-Fuerzas Oscuras...

—Pero todavía queda Fluffy —dijo Hermione.

—Tal vez Snape descubrió cómo pasar ante él sin preguntarle a Hagrid — dijo Ron, mirando a los miles de libros que los rodeaban—. Seguro que por aquí hay un libro que dice cómo burlar a un perro gigante de tres cabezas. ¿Qué vamos a hacer, Harry?

La luz de la aventura brillaba otra vez en los ojos de Ron, pero Hermione respondió antes de que Harry lo hiciera.

—Ir a ver a Dumbledore. Eso es lo que debimos hacer hace tiempo. Si se nos ocurre algo a nosotros solos, con seguridad vamos a perder.

- Eso es exactamente lo que debieron haber hecho. Comento Madame Pomfrey con severidad

- Nos hubieran creído. Pregunto Ron con incredulidad

- Por supuesto. Aseguro Madame Pomfrey con incredulidad a lo que Harry, Ron y Hermione sonrieron de forma burlona

—¡Pero no tenemos pruebas! —exclamó Harry—. Quirrell está demasiado atemorizado para respaldarnos. Snape sólo tiene que decir que no sabía cómo entró el trol en Halloween y que él no estaba cerca del tercer piso en ese momento. ¿A quién pensáis que van a creer, a él o a nosotros? No es exactamente un secreto que lo detestamos. Dumbledore creerá que nos lo hemos inventado para hacer que lo echen. Filch no nos ayudaría, aunque su vida dependiera de ello, es demasiado amigo de Snape y, mientras más alumnos pueda echar, mejor para él. Y no olvidéis que se supone que no sabemos nada sobre la Piedra o Fluffy. Serían muchas explicaciones.

- Ese es un buen punto. Comento un Gryffindor de sexto año – Si lo acusan sin pruebas nadie les va a creer. Aseguro el Gryffindor con interés

- Bueno es que la verdad si suena como algo que dirían unos niños de primer cuando les cae mal un profesor. Aseguro una Ravenclaw de último año como si fuera obvio

- Aunque así sea la piedra es muy importante como mínimo tiene que asegurarse de que no sea mentira. Aseguro un Slytherin de quino año con vehemencia

- Y desde cuando los adultos les creen a los niños. Pregunto una Hufflepuff de cuarto año con incredulidad

Hermione pareció convencida, pero Ron no.

—Si investigamos sólo un poco...

—No —dijo Harry en tono terminante—: ya hemos investigado demasiado. Acercó un mapa de Júpiter a su mesa y comenzó a aprender los nombres de sus lunas.

A la mañana siguiente, llegaron notas para Harry, Hermione y Neville, en la mesa del desayuno. Eran todas iguales.

Vuestro castigo tendrá lugar a las once de la noche.

El señor Filch os espera en el vestíbulo de entrada.

Prof. M. McGonagall

- Genial lo que faltaba. Dijo James fastidiado

- Bueno están castigados eventualmente tenían que cumplir el castigo. Dijo Remus después de soltar un gran suspiro

- Pero es injusto, ellos intentaban ayudar a Hagrid no deberían estar castigados. Protesto Sirius molesto

- Pero nadie sabía eso Sirius. Dijo Lily que no parecía nada feliz de que su hijo estuviera castigado

En medio del furor que sentía por los puntos perdidos, Harry había olvidado que todavía les quedaban los castigos. De alguna manera esperaba que Hermione se quejara por tener que perder una noche de estudio, pero la muchacha no dijo una palabra. Como Harry, sentía que se merecían lo que les tocara.

A las once de aquella noche, se despidieron de Ron en la sala común y bajaron al vestíbulo de entrada con Neville.

- Eso fue muy tierno y muy dulce. Comento una Hufflepuff de quinto año viendo a Ron con ternura

- Que cosa. Le pregunto Ron viéndola con extrañeza

- despedirte de tus amigos antes de que se fueran al castillo. Le respondió un Ravenclaw de cuarto año de forma amable

- Estaban muy tristes por el castigo y por como los estaban tratando los demás, necesitaban apoyo. Comento Ron sin darle importancia

Filch ya estaba allí y también Malfoy. Harry también había olvidado que a Malfoy lo habían condenado a un castigo.

—Seguidme —dijo Filch, encendiendo un farol y conduciéndolos hacia fuera—. Seguro que os lo pensaréis dos veces antes de faltar a otra regla de la escuela, ¿verdad? —dijo, mirándolos con aire burlón—. Oh, sí... trabajo duro y dolor son los mejores maestros, si queréis mi opinión... es una lástima que hayan abandonado los viejos castigos... colgaros de las muñecas, del techo, unos pocos días. Yo todavía tengo las cadenas en mi oficina, las mantengo engrasadas por si alguna vez se necesitan... Bien, allá vamos, y no penséis en escapar, porque será peor para vosotros si lo hacéis.

- Ese hombre es horrible, como les dice esas cosas a unos niños. Le pregunto Jean a Dumbledore molesta

- El señor Filch trabajaba en Hogwarts cuando el antiguo director estaba a cargo y esos castigos estaban permitido en ese entonces. Le respondió Dumbledore viendo a Filch con algo de molestia – Pero esos castigos están completamente prohibidos en este momento. Aseguro Dumbledore para después sonreírle a Jean con indulgencia

Marcharon cruzando el oscuro parque. Neville comenzó a respirar con dificultad. Harry se preguntó cuál sería el castigo que les esperaba. Debía de ser algo verdaderamente horrible, o Filch no estaría tan contento. La luna brillaba, pero las nubes la tapaban, dejándolos en la oscuridad. Delante, Harry pudo ver las ventanas iluminadas de la cabaña de Hagrid. Entonces oyeron un grito lejano.

—¿Eres tú, Filch? Date prisa, quiero empezar de una vez. El corazón de Harry se animó: si iban a estar con Hagrid, no podía ser tan malo.

- Gracias Merlín los castigos con Filch son una tortura. Dijo James recordando con amargura

- Si se la pasa hablando sobre los castigos de antes y como estos eran mejores. Dijo Sirius quejándose aburridos

- Cada vez que recuerdo esos castigos me da dolor de cabeza. Se quejo Remus mientras se sobaba la cien vigorosamente

Su alivio debió aparecer en su cara, porque Filch dijo:

—Supongo que crees que vas a divertirte con ese papanatas, ¿no? Bueno, piénsalo mejor, muchacho... es al bosque adonde iréis y mucho me habré equivocado si volvéis todos enteros.

- Los envió al bosque prohibido. Le grito Lily furiosa a McGonagall mientras lucia horrorizada

- Tenían que aprender la lección. Dijo McGonagall arrepentida

- Enviándolos al bosque prohibido. Pregunto James bastante alterado

- Como es que estar fuera de la cama a deshora justifica enviarlos a un bosque lleno de criaturas. Pregunto Jean que lucía muy asustada

- Que sucede si alguna criatura ataca a los niños. Pregunto John bastante molesto

- Que más podía hacer, Harry es un buen niño, pero se parece demasiado a ti James, siempre se mete en problemas y no acaba de salir de uno cuando ya está en otro, la señorita Granger por otro lado se estaba dejándose influenciar por sus compañeros así que pensé que si su castigo era ejemplar talvez eso haría que se metieran en menos problemas al menos por un tiempo, solamente intentaba mantenerlos a salvo, pero parece que nada de lo que hago funciona. Explico McGonagall alterada al borde del llanto – Yo ya no sé qué hacer, como se supone que los mantenga a salvo si siempre están en problemas. Pregunto McGonagall bastante alterada

- Tiene razón Minerva no puedes mantenerlos a salvo sí siempre están en problemas. Dijo Lily que lucía bastante frustrada al darse cuenta de eso

- Lamento haberle gritado Minnie. Se disculpó James avergonzado

- No importa. Dijo McGonagall quitándole importancia

Al oír aquello, Neville dejó escapar un gemido y Malfoy se detuvo de golpe.

—¿El bosque? —repitió, y no parecía tan indiferente como de costumbre— . Hay toda clase de cosas allí... dicen que hay hombres lobo.

Remus se movió algo incomodo en su asiento ante la mención de los hombres lobos a lo que Dora lo volteo a ver con curiosidad, pero se limitó a negar con la cabeza y a ver a Malfoy que seguía leyendo luciendo cada vez más nervioso porque estaban a punto de leer como había huido después de ver como esa criatura

Neville se aferró de la manga de la túnica de Harry y dejó escapar un ruido ahogado.

—Eso es problema vuestro, ¿no? —dijo Filch, con voz radiante—. Tendríais que haber pensado en los hombres lobo antes de meteros en líos.

Hagrid se acercó hacia ellos, con Fang pegado a los talones. Llevaba una gran ballesta y un carcaj con flechas en la espalda.

—Menos mal —dijo—. Estoy esperando hace media hora. ¿Todo bien, Harry, Hermione?

- Muchas gracias Hagrid seguro que se sintieron más tranquilos al verte ahí. Dijo Lily aliviada

- No te preocupes Lily no fue nada. Dijo Hagrid con amabilidad

—Yo no sería tan amistoso con ellos, Hagrid —dijo con frialdad Filch—. Después de todo, están aquí por un castigo.

—Por eso llegáis tarde, ¿no? —dijo Hagrid, mirando con rostro ceñudo a Filch—. ¿Has estado dándoles sermones? Eso no es lo que tienes que hacer. A partir de ahora, me hago cargo yo.

- Bien dicho Hagrid. Lo felicito Sirius complacido

- Ese imbécil siempre atormentando a los niños. Dijo Hagrid con amargura

- Y tú siempre consintiéndolos gigantesco bruto. Le respondió Filch viéndolo con desprecio

- Bueno ya basta. Los interrumpió Sprout fastidiada

—Volveré al amanecer —dijo Filch— para recoger lo que quede de ellos — añadió con malignidad. Se dio la vuelta y se encaminó hacia el castillo, agitando el farol en la oscuridad.

- Como permite que les hable así a los alumnos. Le dijo Jean a Dumbledore molesta

- Le aseguro señora Granger que hablare seriamente con el señor Filch. Aseguro Dumbledore viendo a Filch con severidad a lo que el pareció repentinamente nervioso

Entonces Malfoy se volvió hacia Hagrid.

—No iré a ese bosque —dijo, y Harry tuvo el gusto de notar miedo en su voz.

—Lo harás, si quieres quedarte en Hogwarts —dijo Hagrid con severidad—. Hicisteis algo mal y ahora lo vais a pagar.

- Que tienes miedo Malfoy. Pregunto un Gryffindor de quinto año de forma burlona

- Sinceramente no lo culpo, yo tampoco querría ir al bosque prohibido de noche. Aseguró una Ravenclaw de cuarto año haciendo una mueca de desagrado

- Y yo tenía razón en tener miedo. Aseguro Malfoy a la defensiva

- Paso algo. Le pregunto una Hufflepuff de quinto año con interés, pero Malfoy no le respondió

—Pero eso es para los empleados, no para los alumnos. Yo pensé que nos harían escribir unas líneas, o algo así. Si mi padre supiera que hago esto, él...

- No te serviría nada, así es como funciona Hogwarts. Le pregunto Lucius con severidad a su hijo que se avergonzó

- Escribir unas simples líneas a lo mucho te ayudaría a mejorar tu caligrafía. Dijo Narcisa con indiferencia

—Te dirá que es así como se hace en Hogwarts —gruñó Hagrid—. ¡Escribir unas líneas! ¿Y a quién le serviría eso? Haréis algo que sea útil, o si no os iréis. Si crees que tu padre prefiere que te expulsen, entonces vuelve al castillo y coge tus cosas. ¡Vete!

- Esa sería una explicación interesante de escuchar. Aseguro Narcisa viendo a Draco molesta

Malfoy no se movió. Miró con ira a Hagrid, pero luego bajó la mirada.

—Bien, entonces —dijo Hagrid—. Escuchad con cuidado, porque lo que vamos a hacer esta noche es peligroso y no quiero que ninguno se arriesgue. Seguidme por aquí, un momento.

Los condujo hasta el límite del bosque. Levantando su farol, señaló hacia un estrecho sendero de tierra, que desaparecía entre los espesos árboles negros. Una suave brisa les levantó el cabello, mientras miraban en dirección al bosque.

—Mirad allí —dijo Hagrid—. ¿Veis eso que brilla en la tierra? ¿Eso plateado? Es sangre de unicornio. Hay por aquí un unicornio que ha sido malherido por alguien. Es la segunda vez en una semana. Encontré uno muerto el último miércoles. Vamos a tratar de encontrar a ese pobrecito herido. Tal vez tengamos que evitar que siga sufriendo.

- Eso es horrible. Dijo Ginny al borde del llanto al igual que muchos de los niños

- Si el unicornio está herido es lo más piadoso. Aseguro Hagrid resignado

- Pero es tan triste. comento un Ravenclaw de tercer año entristecido

—¿Y qué sucede si el que hirió al unicornio nos encuentra a nosotros primero? —dijo Malfoy, incapaz de ocultar el miedo de su voz.

- Algo que hay que admitir es muy sensato de su parte. Dijo Tonks comprensiva

- Gracias. Dijo Draco alzando las manos al techo exasperado

—No hay ningún ser en el bosque que os pueda herir si estáis conmigo o con Fang —dijo Hagrid—. Y seguid el sendero. Ahora vamos a dividirnos en dos equipos y seguiremos la huella en distintas direcciones. Hay sangre por todo el lugar, debieron herirlo ayer por la noche, por lo menos.

—Yo quiero ir con Fang —dijo rápidamente Malfoy, mirando los largos colmillos del perro.

—Muy bien, pero te informo de que es un cobarde —dijo Hagrid—. Entonces yo, Harry y Hermione iremos por un lado y Draco, Neville y Fang, por el otro. Si alguno encuentra al unicornio, debe enviar chispas verdes, ¿de acuerdo? Sacad vuestras varitas y practicad ahora... está bien... Y si alguno tiene problemas, las chispas serán rojas y nos reuniremos todos... así que tened cuidado... en marcha.

- Pusiste a Longbottom y a Malfoy estás juntos Hagrid acaso estás loco. Le reclamo Ojo loco incrédulo

- La verdad es que no lo pensé. Admitió Hagrid arrepentido

- Evidentemente no lo pensaste. Dijo Ojo loco molesto

El bosque estaba oscuro y silencioso. Después de andar un poco, vieron que el sendero se bifurcaba. Harry, Hermione y Hagrid fueron hacia la izquierda y Malfoy, Neville y Fang se dirigieron a la derecha.

Anduvieron en silencio, con la vista clavada en el suelo. De vez en cuando, un rayo de luna a través de las ramas iluminaba una mancha de sangre azul plateada entre las hojas caídas. Harry vio que Hagrid parecía muy preocupado.

—¿Podría ser un hombre lobo el que mata los unicornios? —preguntó Harry

- Los hombres lobos no son tan rápidos como para alcanzar a un unicornio. Aseguro Dora a lo que Remus parecía bastante incomodo

—No son bastante rápidos —dijo Hagrid—. No es tan fácil cazar un unicornio, son criaturas poderosamente mágicas. Nunca había oído que hubieran hecho daño a ninguno.

- Los hombres lobos no atacan animales solo a los seres humanos. Aseguro Dora como si fuera obvio y Remus se veía cada vez más incomodo

- Eso es un gran consuelo. Dijo Harry de forma sarcástica

Pasaron por un tocón con musgo. Harry podía oír el agua que corría: debía de haber un arroyo cerca. Todavía había manchas de sangre de unicornio en el serpenteante sendero.

—¿Estás bien, Hermione? —susurró Hagrid—. No te preocupes, no puede estar muy lejos si está tan malherido, y entonces podremos... ¡PONEOS DETRÁS DE ESE ÁRBOL!

- Oh Merlín ahora que paso. Pregunto Molly muy preocupada

- Nos avisarían si los hubieran atacado verdad. Pregunto Jean nerviosa

- Solo si estuvieran gravemente heridos. Aseguro Narcisa preocupada

- Eso no me consuela. Dijo Lily pálida como una hoja

Hagrid cogió a Harry y Hermione y los arrastró fuera del sendero, detrás de un grueso roble. Sacó una flecha, la puso en su ballesta y la levantó, lista para disparar. Los tres escucharon. Alguien se deslizaba sobre las hojas secas.

Parecía como una capa que se arrastrara por el suelo. Hagrid miraba hacia el sendero oscuro, pero, después de unos pocos segundos, el sonido se alejó.

—Lo sabía —murmuró—. Aquí hay alguien que no debería estar.

—¿Un hombre lobo? —sugirió Harry.

- Que tienes tu con los hombres lobos. Pregunto un Gryffindor de tercer año divertido

- No sé, creo que fue porque acababa de leer un libro que hablaba de hombres lobos. Respondió Harry encogiéndose de hombros Remus parecía cada vez más nervioso

—Eso no era un hombre lobo, ni tampoco un unicornio —dijo Hagrid con gesto sombrío—. Bien, seguidme, pero tened cuidado.

Anduvieron más lentamente, atentos a cualquier ruido. De pronto, en un claro un poco más adelante, algo se movió visiblemente.

—¿Quién está ahí? —gritó Hagrid—. ¡Déjese ver... estoy armado!

Y apareció en el claro... ¿era un hombre o un caballo? De la cintura para arriba, un hombre, con pelo y barba rojizos, pero por debajo, el cuerpo de pelaje zaino de un caballo, con una cola larga y rojiza. Harry y Hermione se quedaron boquiabiertos.

—Oh, eres tú, Ronan —dijo aliviado Hagrid—. ¿Cómo estás? Se acercó y estrechó la mano del centauro.

—Que tengas buenas noches, Hagrid —dijo Ronan. Tenía una voz profunda y acongojada—. ¿Ibas a dispararme?

—Nunca se es demasiado cuidadoso —dijo Hagrid, tocando su ballesta—. Hay alguien muy malvado, perdido en este bosque. Ah, éste es Harry Potter y ella es Hermione Granger. Ambos son alumnos del colegio. Y él es Ronan. Es un centauro.

—Nos hemos dado cuenta —dijo débilmente Hermione.

—Buenas noches —los saludó Ronan—. ¿Estudiantes, ¿no? ¿Y aprendéis mucho en el colegio?

—Eh...

—Un poquito —dijo con timidez Hermione.

- Si solo estas aprendiendo un poquito como seria si estuviera aprendiendo un montón. Pregunto Ron con curiosidad

- Viviríamos en la biblioteca. Dijo Harry simplemente como si eso fuera lo más obvio del mundo

- Qué bueno que solo está aprendiendo un poquito entonces. Dijo Ron viendo a Hermione de forma burlona

- Que exagerados son ustedes dos. Dijo Hermione rodando los ojos

- Por qué vivirían los tres en la biblioteca, no lo haría ella sola. Pregunto un Ravenclaw de quinto año burlón

- Claro que no, si lo único que les falta hacer a juntos a estos tres es ir al baño. Dijo Seamus burlón

- Ya se los dijimos no duraríamos ni dos días sin ella. Dijo Ron como si lo estuviera explicando – Si ni siquiera llegamos a tiempo a clases sin ella imagínense si no viviera en la torre de Gryffindor como nos iría. Comento Ron divertido

- Es cierto, así que si quiere irse a vivir a la biblioteca pues nos tocara dormir con libros como almohada. Explico Harry de una manera muy segura

- Están exagerando. Dijo Hermione, aunque parecía bastante complacida con ella misma

—Un poquito. Bueno, eso es algo. —Ronan suspiró. Torció la cabeza y miró hacia el cielo—. Esta noche, Marte está brillante.

- Merlín ya empezaron con martes. Dijo Charlie con cansancio

- Ya no van dejar de mencionar a marte. Aseguro Emma suspirando con fastidio

—Ajá —dijo Hagrid, lanzándole una mirada—. Escucha, me alegro de haberte encontrado, Ronan, porque hay un unicornio herido. ¿Has visto algo?

Ronan no respondió de inmediato. Se quedó con la mirada clavada en el cielo, sin pestañear, y suspiró otra vez.

—Siempre los inocentes son las primeras víctimas —dijo—. Ha sido así durante los siglos pasados y lo es ahora.

—Sí —dijo Hagrid—. Pero ¿has visto algo, Ronan? ¿Algo desacostumbrado?

—Marte brilla mucho esta noche —repitió Ronan, mientras Hagrid lo miraba con impaciencia—. Está inusualmente brillante.

—Sí, claro, pero yo me refería a algo inusual que esté un poco más cerca de nosotros —dijo Hagrid—. Entonces ¿no has visto nada extraño?

Otra vez, Ronan se tomó su tiempo para contestar. Hasta que, finalmente, dijo:

—El bosque esconde muchos secretos.

Un movimiento en los árboles detrás de Ronan hizo que Hagrid levantara de nuevo su ballesta, pero era sólo un segundo centauro, de cabello y cuerpo negro y con aspecto más salvaje que Ronan.

—Hola, Bane —saludó Hagrid—. ¿Qué tal?

—Buenas noches, Hagrid, espero que estés bien.

—Sí, gracias. Mira, le estaba preguntando a Ronan si había visto algo extraño últimamente. Han herido a un unicornio. ¿Sabes algo sobre eso? Bane se acercó a Ronan. Miró hacia el cielo.

—Esta noche Marte brilla mucho —dijo simplemente.

- Por qué no se callan con el estúpido marte. Dijo James con fastidio

- Los centauros leen los cielos y marte es el dios de la guerra romano, si marte brilla es porque se avecina una guerra. Respondió Dora luciendo algo preocupada

- Pero eso ya lo sabíamos por eso vieron los libros no es así. Comento un Slytherin de quinto año con indiferencia

- Lo sabemos ahora, pero en el libro no lo saben. Le recordó un Ravenclaw de sexto año

- Entonces los centauros les están tratando de avisar sobre la guerra. Pregunto una Gryffindor de quinto año con interés

—Eso dicen —dijo Hagrid de malhumor—. Bueno, si alguno ve algo, me avisáis, ¿de acuerdo? Bueno, nosotros nos vamos.

Harry y Hermione lo siguieron, saliendo del claro y mirando por encima del hombro a Ronan y Bane, hasta que los árboles los taparon.

—Nunca —dijo irritado Hagrid— tratéis de obtener una respuesta directa de un centauro. Son unos malditos astrólogos. No se interesan por nada más cercano que la luna.

- Pues no deberían, porque ellos viven en la tierra. Dijo Emma con cierta molestia

- Exactamente, a ellos tambien les afecta. Dijo Molly moleta

- Los centauros son seres espirituales, las cosas mundanas como la muerte incluso la propia les resultan insignificantes. Comento Dumbledore con cierta admiración

—¿Y hay muchos de ellos aquí? —preguntó Hermione.

—Oh, unos pocos más... Se mantienen apartados la mayor parte del tiempo, pero siempre aparecen si quiero hablar con ellos. Los centauros tienen una mente profunda... saben cosas... pero no dicen mucho.

—¿Crees que era un centauro el que oímos antes? —dijo Harry.

—¿Te pareció que era ruido de cascos? No, en mi opinión, eso era lo que está matando a los unicornios... Nunca he oído algo así.

Pasaron a través de los árboles oscuros y tupidos. Harry seguía mirando por encima de su hombro, con nerviosismo. Tenía la desagradable sensación de que los vigilaban. Estaba muy contento de que Hagrid y su ballesta fueran con ellos. Acababan de pasar una curva en el sendero cuando Hermione se aferró al brazo de Hagrid.

—¡Hagrid! ¡Mira! ¡Chispas rojas, los otros tienen problemas!

- Merlín, chispas rojas algo anda mal. Dijo Alice mientras parecía que iba a desmayarse – Seguro que están heridos. Dijo Alice desesperada

- Estoy seguro de que Neville está bien mi amor. Le aseguro Frank mientras abrazaba Alice para consolarla, aunque parecía que tambien se estaba tratando de convencer así mismo, los Malfoy estaban completamente pálidos y Narcisa estaba sujeta al brazo de Lucius de tal forma que parecía que así evitaría desmayarse

—¡Vosotros esperad aquí! —gritó Hagrid—. ¡Quedaos en el sendero, volveré a buscaros!

Lo oyeron alejarse y se miraron uno al otro, muy asustados, hasta que ya no oyeron más que las hojas que se movían alrededor.

—¿Crees que les habrá pasado algo? —susurró Hermione.

—No me importará si le ha pasado algo a Malfoy, pero si le sucede algo a Neville... está aquí por nuestra culpa.

- Como te atreves a decir eso niño insensato, eso es horrible. Le recrimino Narcisa muy molesta

- De la misma manera en la que el aposto que me caería de la escoba y me rompería el cuello en mi segundo partido de Quidditch. Se defendió Harry molesto

- Realmente hiciste eso Draco. Le pregunto Narcisa con severidad

- Fue solamente una broma. Dijo Draco a la defensiva

- Tú y yo vamos a tener una conversación muy larga jovencito. Dijo Narcisa molesta a Draco no parecía gustarle esa conversación

Los minutos pasaban lentamente. Les parecía que sus oídos eran más agudos que nunca. Harry detectaba cada ráfaga de viento, cada ramita que se rompía. ¿Qué estaba sucediendo? ¿Dónde estaban los otros?

Por fin, un ruido de pisadas crujientes les anunció el regreso de Hagrid. Malfoy, Neville y Fang estaban con él. Hagrid estaba furioso. Malfoy se había escondido detrás de Neville y, en broma, lo había cogido. Neville se aterró y envió las chispas.

- En qué demonios pensabas Draco. Le grito su madre

- Fue una broma. Se trató de justificar Draco

- Y si Longbottom te atacaba o se lastimaba al pensar que los estaban atacando. Le pregunto Narcisa molesta

- Fue una estúpida broma no es mi culpa que Longbottom sea un cobarde. Dijo Draco a la defensiva

- Sí que eres idiota niño estúpido. Dijo Kingsley enfadado por la imprudencia de Malfoy que parecía algo avergonzado por la reprimenda del Auror

- Y tú niño no debiste confiarte de ese muchacho, no deberías ser tan ingenuo. Reprendió Ojo loco a Neville que parecía sumamente avergonzado – Alerta permanente muchacho. Grito Alastor asustando a muchos especialmente a los que estaban cerca de el

- Alastor que te dije de gritar. Le reclamo Tonks molesta mientras se sobaba el oído

- Lo siento. Se disculpo Alastor de mala gana – Pero ese muchacho no puede ser tan ingenuo. Aseguro Ojo loco con severidad

- Lo siento señor estaba muy asustado. Dijo Neville sumamente avergonzado

- El miedo no importa muchacho lo que importa lo que importa es como reaccionas. Aseguro Ojo loco con vehemencia – Si sabes que el otro es un idiota no te dejes manipular. Le dijo Ojo loco exasperado

- Bueno ya Ojo loco, cálmate es un niño y está dentro del bosque prohibido buscando a una criatura que ataca unicornios y para colmo de males lo asustan. Lo reprendió Tonks de tal forma que parecía que estaba regañando a un niño

—Vamos a necesitar mucha suerte para encontrar algo, después del alboroto que habéis hecho. Bueno, ahora voy a cambiar los grupos... Neville, tú te quedas conmigo y Hermione. Harry, tú vas con Fang y este idiota. Lo siento —añadió en un susurro dirigiéndose a Harry— pero a él le va a costar mucho asustarte y tenemos que terminar con esto.

- Sinceramente Hagrid eso debiste haber hecho desde el principio. Le dijo Tonks en forma de reprimenda

- Si probablemente, pero no lo pensé en ese momento. Acepto Hagrid lamentándose por su decisión – Estaba muy distraído pensando en que podría haber atacado al unicornio. Aseguro Hagrid con cierto arrepentimiento

Así que Harry se internó en el corazón del bosque, con Malfoy y Fang. Anduvieron cerca de media hora, internándose cada vez más profundamente, hasta que el sendero se volvió casi imposible de seguir, porque los árboles eran muy gruesos. Harry pensó que la sangre también parecía más espesa.

Había manchas en las raíces de los árboles, como si la pobre criatura se hubiera arrastrado en su dolor. Harry pudo ver un claro, más adelante, a través de las enmarañadas ramas de un viejo roble.

—Mira... —murmuró, levantando un brazo para detener a Malfoy Algo de un blanco brillante relucía en la tierra. Se acercaron más. Sí, era el unicornio y estaba muerto. Harry nunca había visto nada tan hermoso y tan triste. Sus largas patas delgadas estaban dobladas en ángulos extraños por su caída y su melena color blanco perla se desparramaba sobre las hojas oscuras.

- Eso es tan triste. Dijo una Hufflepuff de tercer año luciendo desolada

- Seguramente sufrió mucho cuando lo atacaron. Comento un Ravenclaw de quinto año desanimado

- Lo atacaron y se siguió moviendo quien sabe por cuanto tiempo, de que sufrió, sufrió. Respondió una Slytherin de sexto año mortificada

- Qué tipo de criatura ataca a un unicornio. Pregunto una Gryffindor de último año preocupada, pero nadie supo que responderle

- No hay muchas criaturas que ataquen a los unicornios. Le respondió Hagrid entristecido – Los unicornios no tienen depredadores naturales por eso no saben cómo defenderse cuando los atacan. Aseguro Hagrid desanimado

Harry había dado un paso hacia el unicornio, cuando un sonido de algo que se deslizaba lo hizo congelarse en donde estaba. Un arbusto que estaba en el borde del claro se agitó... Entonces, de entre las sombras, una figura encapuchada se acercó gateando, como una bestia al acecho. Harry, Malfoy y Fang permanecieron paralizados. La figura encapuchada llegó hasta el unicornio, bajó la cabeza sobre la herida del animal y comenzó a beber su sangre.

—¡AAAAAAAAAAAAAH!

Malfoy dejó escapar un terrible grito y huyó... lo mismo que Fang. La figura encapuchada levantó la cabeza y miró directamente a Harry. La sangre del unicornio le chorreaba por el pecho. Se puso de pie y se acercó rápidamente hacia él... Harry estaba paralizado de miedo.

- Dejaste a Potter solo con una criatura que ataca a unicornios. Le pregunto un Gryffindor de cuarto año preocupado e indignado

- Vaya cobarde. Dijo una Hufflepuff viendo a Malfoy con deprecio

- Bueno tampoco es culpa de Malfoy, estaban atacando a un unicornio sería un tonto si no huía. Lo defendió un Slytherin de quinto año

- Obviamente tenía que correr, pero no tenía por qué dejar a Potter solo. Dijo un Ravenclaw de último año molesto

- Bueno yo no pensé que Potter fuera tan estúpido como para quedarse donde estaban matando a un unicornio. Dijo Draco ofendido

- Bueno sin ofender, pero Malfoy tiene un punto. Aseguro Kingsley viendo a Harry de forma apenada

Entonces, un dolor le perforó la cabeza, algo que nunca había sentido, como si la cicatriz estuviera incendiándose. Casi sin poder ver, retrocedió. Oyó cascos galopando a sus espaldas, y algo saltó limpiamente y atacó a la figura. El dolor de cabeza era tan fuerte que Harry cayó de rodillas.

- Por Merlín que está pasando. Dijo James sumamente aterrado

- Dolor, porque siente dolor lo ataco la criatura. Pregunto Lily que estaba tan asustada que parecía que los ojos se le saldrían de las cuencas

- No fue eso, no se preocupen. Dijo Harry nervioso al ver a sus padres tan preocupados

- Entonces que paso. Le pregunto Lily mortificada

- Bueno en el libro se va a explicar. Dijo Harry nervioso

Pasaron unos minutos antes de que se calmara. Cuando levantó la vista, la figura se había ido. Un centauro estaba ante él. No era ni Ronan ni Bane: éste parecía más joven, tenía cabello rubio muy claro, cuerpo pardo y cola blanca.

—¿Estás bien? —dijo el centauro, ayudándolo a ponerse de pie.

- Bendito sea ese centauro. Dijo Sirius sumamente aliviado

- Pero porque está ayudando a Harry. Pregunto Remus desconcertado

- Eso que importa lo están ayudando. Dijo James exasperado

- Pero es inusual, los centauros no suelen meterse en los asuntos de los magos. Aseguro Remus sorprendido

- Pues talvez tengan algún motivo que aún no conocemos. Comento Lily tambien algo desconcertada

—Sí... gracias... ¿qué ha sido eso?

El centauro no contestó. Tenía ojos asombrosamente azules, como pálidos zafiros. Observó a Harry con cuidado, fijando la mirada en la cicatriz que se veía amoratada en la frente de Harry.

—Tú eres el chico Potter —dijo—. Es mejor que regreses con Hagrid. El bosque no es seguro en esta época en especial para ti. ¿Puedes cabalgar? Así será más rápido... Mi nombre es Firenze —añadió, mientras bajaba sus patas delanteras, para que Harry pudiera montar en su lomo.

- Oh Merlín santo. Dijo Charlie con los ojos sumamente abiertos – Ese centauro en verdad dejo que un mago lo montara. Pregunto Charlie con algo de incredulidad

- Eso no les gustara a los demás centauros. Dijo el profesor Silvanus Kettleburn apenado por el centauro

- No pueden expulsarlo de la manada por algo como eso. Pregunto Emma algo preocupada

- Claro que pueden, sería un milagro si no lo hicieran. Aseguro Kettleburn preocupado

Del otro lado del claro llegó un súbito ruido de cascos al galope. Ronan y Bane aparecieron velozmente entre los árboles, resoplando y con los flancos sudados.

—¡Firenze! —rugió Bane—. ¿Qué estás haciendo? ¡Tienes un humano sobre el lomo! ¿No te da vergüenza? ¿Es que eres una mula ordinaria?

- Serán malditos. Dijo Molly con una voz fría y casi en un siseo – Está ayudando a un niño en peligro porque lo molestan. Pregunto Molly sumamente enojada

- Los centauros son muy orgullosos y no tienen permitido interferir con el destino por eso están molestos con Firenze. Respondió Hagrid resignado

- Aun así, Harry es solo un niño y estaba en problemas. Empezó a decir Lily sumamente molesta

- Paro ellos eso es irrelevante, creen que el destino de los individuos es insignificante y que ellos no deben intervenir. Aseguro Hagrid que no parecía muy contento por eso

—¿Te das cuenta de quién es? —dijo Firenze—. Es el chico Potter. Mientras más rápido se vaya del bosque, mejor.

—¿Qué le has estado diciendo? —gruñó Bane—. Recuerda, Firenze, juramos no oponernos a los cielos. ¿No has leído en el movimiento de los planetas lo que sucederá?

Ronan dio una patada en el suelo con nerviosismo.

—Estoy seguro de que Firenze pensó que estaba obrando lo mejor posible —dijo, con voz sombría.

También Bane dio una patada, enfadado.

—¡Lo mejor posible! ¿Qué tiene eso que ver con nosotros? ¡Los centauros debemos ocuparnos de lo que está vaticinado! ¡No es asunto nuestro el andar como burros buscando humanos extraviados en nuestro bosque!

De pronto, Firenze levantó las patas con furia y Harry tuvo que aferrarse para no caer.

- No te asustaste en ese momento Potter. Le pregunto un Hufflepuff de quinto año asombrado

- Asustado de que. Pregunto Harry desconcertado

- Como que de que. Pregunto un Ravenclaw de sexto año sorprendido

- Viste a un unicornio morir, te ataco una criatura, estabas en medio de una pelea entre centauros y casi te caes de un centauro yo estaría aterrado. Aseguro una Gryffindor de quinto año impresionada

- Ah si estaba asustado. Aseguro Harry con indiferencia

- Pues no parece, lo dices muy tranquilo. Aseguro una Slytherin de cuarto año con cierta envidia

- Bueno estaba asustado, pero no me podía poner a gritar en ese momento. Dijo Harry a la defensiva

—¿No has visto ese unicornio? —preguntó Firenze a Bane—. ¿No comprendes por qué lo mataron? ¿O los planetas no te han dejado saber ese secreto? Yo me lanzaré contra el que está al acecho en este bosque, con humanos sobre mi lomo si tengo que hacerlo.

- Ese centauro si me agrada. Dijo James que estaba bastante aliviado porque alguien estuviera dispuesto de cuidar a su hijo en medio de esa situación

- Es muy valiente por hacer eso. Aseguro Lily que tambien estaba aliviada porque estuvieran cuidando a su hijo

Y Firenze partió rápidamente, con Harry sujetándose lo mejor que podía, y dejó atrás a Ronan y Bane, que se internaron entre los árboles.

- Como es que no te caíste. Le pregunto Ron impresionado

- La verdad no lo se. Dijo Harry soltando una carcajada divertida – Pero pensé que me iba a caer. Aseguro Harry divertido – Nunca me había subiendo a un caballo, mucho menos a un centauro así solo me sujeté lo mejor que pude. Aseguro Harry algo apenado

- Y no te dieron nauseas. Le pregunto Hermione con interés

- Casi vomito encima de Firenze. Aseguro Harry divertido

Harry no entendía lo sucedido.

—¿Por qué Bane está tan enfadado? —preguntó—. Y a propósito, ¿qué era esa cosa de la que me salvaste?

Firenze redujo el paso y previno a Harry que tuviera la cabeza agachada, a causa de las ramas, pero no contestó. Siguieron andando entre los árboles y en silencio, durante tanto tiempo que Harry creyó que Firenze no volvería a hablarle. Sin embargo, cuando llegaron a un lugar particularmente tupido, Firenze se detuvo.

—Harry Potter, ¿sabes para qué se utiliza la sangre de unicornio?

—No —dijo Harry, asombrado por la extraña pregunta—. En la clase de Pociones solamente utilizamos los cuernos y el pelo de la cola de unicornio.

- Claro que no, eso sería algo abominable. Aseguro Snape al que parecía horrorizado por la sola idea

- Pero porque señor. Le pregunto Verónica con interés

- Los unicornios son criaturas sagradas, puras, matarlas o incluso herirlas es un crimen, incluso es ilegal iría a Azkaban si lo hiciera. Aseguro Snape viendo a Verónica sorprendido porque se atreviera a hacerle una pregunta directamente

- Entonces como obtienen los cuernos y el pelo de unicornio para las pociones. Le pregunto Verónica con interés

- Los cuernos se obtienen en invierno por el desmogue de los unicornios y el pelo se obtiene cepillándolos, si se obtuvieran de otra forma perderían sus propiedades mágicas. Explico Snape con indiferencia

—Eso es porque matar un unicornio es algo monstruoso —dijo Firenze—. Sólo alguien que no tenga nada que perder y todo para ganar puede cometer semejante crimen. La sangre de unicornio te mantiene con vida, incluso si estás al borde de la muerte, pero a un precio terrible. Si uno mata algo puro e indefenso para salvarse a sí mismo, conseguirá media vida, una vida maldita, desde el momento en que la sangre toque sus labios.

Harry clavó la mirada en la nuca de Firenze, que parecía de plata a la luz de la luna.

—Pero ¿quién estaría tan desesperado? —se preguntó en voz alta—. Si te van a maldecir para siempre, la muerte es mejor, ¿no?

- Muchos no piensan de esa forma al algunos en verdad les aterra la muerte. Aseguro Tonks encogiéndose de hombros con resignación

- Tanto como para maldecirse así mismo. Le pregunto un Ravenclaw de quinto año con incredulidad

- El miedo hace cosas extrañas con las personas. Comento Tonks con indiferencia

—Es así —dijo Firenze— a menos que lo único que necesites sea mantenerte vivo el tiempo suficiente para beber algo más, algo que te devuelva toda tu fuerza y poder, algo que haga que nunca mueras. ¿Harry Potter, sabes qué está escondido en el colegio en este preciso momento?

—¡La Piedra Filosofal! ¡Por supuesto... el Elixir de Vida! Pero no entiendo quién...

—¿No puedes pensar en nadie que haya esperado muchos años para regresar al poder, que esté aferrado a la vida, esperando su oportunidad?

- Merlín no puede ser. Dijo Lily aterrorizada – Esta muerto. Dijo Lily atónita – Murió al principio del libro. Recordó Lily al borde de las lagrimas

- Tiene que ser alguien más, nadie vuelve de la muerte es imposible. Aseguro James desesperado. Sirius se soltó a reír a carcajadas luciendo sumamente desquiciado

- Están muertos, el los mato, ustedes dos están muertos. Empezó a decir Sirius mientras seguía riendo como desquiciado – Los mato y fue para nada. Dijo Sirius y se soltó a llorar desesperado – Fue para nada. Repitió Sirius desconsolado

- No puede estar vivo, es imposible que este vivo. Dijo Remus mientras se sujetaba la cabeza con desesperación

- Esto no puede ser. Dijo Euphemia desesperada – El mato a nuestro hijo y sigue vivo. Dijo Euphemia mientras lloraba siendo consolada por su esposo

- No está vivo, tiene que ser alguien más nadie vuelve de la muerte y Harry lo mato. Le aseguro Fleamont mientras consolaba a su esposa al mismo tiempo que parecía que quería convencerse así mismo

- Señores Potter deberíamos seguir leyendo. Dijo McGonagall viendo a los Potter con pena

Fue como si un puño de hierro cayera súbitamente sobre la cabeza de Harry. Por encima del ruido del follaje, le pareció oír una vez más lo que Hagrid le había dicho la noche en que se conocieron: «Algunos dicen que murió. En mi opinión, son tonterías. No creo que le quede lo suficiente de humano como para morir».

—¿Quieres decir —dijo con voz ronca Harry— que era Vol...?

—¡Harry! Harry, ¿estás bien?

Hermione corría hacia ellos por el sendero, con Hagrid resoplando detrás.

—Estoy bien —dijo Harry, casi sin saber lo que contestaba—. El unicornio está muerto, Hagrid, está en ese claro de atrás.

—Aquí es donde te dejo —murmuró Firenze, mientras Hagrid corría a examinar al unicornio—. Ya estás a salvo. Harry se deslizó de su lomo.

—Buena suerte, Harry Potter —dijo Firenze—. Los planetas ya se han leído antes equivocadamente, hasta por centauros. Espero que ésta sea una de esas veces. Se volvió y se internó en lo más profundo del bosque, dejando a Harry temblando. Ron se había quedado dormido en la oscuridad de la sala común, esperando a que volvieran.

- Los estabas esperando. Le pregunto una Hufflepuff de tercer año con curiosidad

- Claro que sí. Aseguro Ron casi ofendido de que Harry pensara que se irías a dormir sin ellos

- Eres adorable. Aseguro una Ravenclaw de quinto año enternecido

- Otra vez con eso. Dijo Ron fastidiado – Que tipo de amigos tienen todos ustedes que se irían a dormir tranquilos mientras todos sus amigos están castigados. Le pregunto Ron indignado

- Bueno no es como que fuéramos a ser de ayuda esperando en nuestras salas comunes o sí. Dijo un Gryffindor de quinto año a la defensiva

- No se trata de ser de ayuda. Aseguro Ron poniendo los ojos en blanco

- Entonces porque lo haces. Le pregunto un Slytherin de quinto año con curiosidad

- Porque pensé que el castigo seria con Filch y supuse que los iba a torturar. Aseguro Ron con indiferencia – Aunque después de que me contaron lo del bosque prohibido desee que el castigo hubiera sido con Filch. Aseguro Ron desanimado

Cuando Harry lo sacudió para despertarlo, gritó algo sobre una falta en quidditch. Sin embargo, en unos segundos estaba con los ojos muy abiertos, mientras Harry les contaba, a él y a Hermione, lo que había sucedido en el bosque. Harry no podía sentarse. Se paseaba de un lado al otro, ante la chimenea. Todavía temblaba.

—Snape quiere la piedra para Voldemort... y Voldemort está esperando en el bosque... ¡Y todo el tiempo pensábamos que Snape sólo quería ser rico!

- Porque no fue así. Pregunto James desanimado – Porque no puede ser simple ambición. Pregunto James a nadie en particular

—¡Deja de decir el nombre! —dijo Ron, en un aterrorizado susurro, como si pensara que Voldemort pudiera oírlos. Harry no lo escuchó.

—Firenze me salvó, pero no debía haberlo hecho... Bane estaba furioso... Hablaba de interferir en lo que los planetas dicen que sucederá... Deben decir que Voldemort ha vuelto... Bane piensa que Firenze debió dejar que Voldemort me matara. Supongo que eso también está escrito en las estrellas.

—¿Quieres dejar de repetir el nombre? —dijo Ron.

—Así que lo único que tengo que hacer es esperar que Snape robe la Piedra —continuó febrilmente Harry—... Entonces Voldemort podrá venir y terminar conmigo... Bueno, supongo que Bane estará contento.

- No deberías decir ese tipo de cosas. Dijo Lily horrorizada porque su hijo pensara ese tipo de cosas

- No decirlas no cambiaría nada. Aseguro Harry sin darle importancia

Hermione parecía muy asustada, pero tuvo una palabra de consuelo.

—Harry, todos dicen que Dumbledore es al único al que Quien-tú-sabes siempre ha temido. Con Dumbledore por aquí, Quien-tú-sabes no te tocará. De todos modos, ¿quién puede decir que los centauros tienen razón? A mí me parecen adivinos y la profesora McGonagall dice que ésa es una rama de la magia muy inexacta.

- Bueno las predicciones de los magos son muy inexactas, pero las de los centauros son otra historia ellos predicen acontecimientos que le conciernen al mundo entero, no acontecimientos de una sola persona. Explico McGonagall y Trelawney la veía ofendida

- La adivinación solo es inexacta solo si no hay un buen clarividente descifrándola. Aseguro Trelawney indignada

- Pues ese es el principal problema Sybill no hay muchos adivinos competentes, tu misma me lo has dicho. Le recordó McGonagall con tranquilidad

- Eso es verdad. Dijo Trelawney de forma dramática

El cielo ya estaba claro cuando terminaron de hablar. Se fueron a la cama agotados, con las gargantas secas. Pero las sorpresas de aquella noche no habían terminado. Cuando Harry abrió la cama encontró su capa invisible, cuidadosamente doblada. Tenía sujeta una nota:

Por las dudas.

- Recuperaste la capa. Le pregunto James emocionado a lo que Harry asintió feliz por la emoción de su padre – Gracias Merlín. Dijo James sumamente aliviado

- Ya puedes respirar tranquilo. Dijo Lily divertida

- Y yo que pese que jamás la recuperarías y ahora la tienes que cuidar mucho, entendiste Harry. Le dijo Fleamont sujetando a Harry por los hombros

- Lo hare, lo juro. Aseguro Harry con vehemencia

- Eso espero, porque esa capa lleva generaciones en nuestra familia. Dijo Euphemia recalcándole el hecho

- Bien veamos el próximo recuerdo. Dijo McGonagall que parecía cada vez más preocupada por lo que se iba a leer

La pantalla se encendió mientras aparecía en la imagen aparecían Neville de unos 17 años que tenia puesta una bata de hospital con algunas heridas en la cara estaba caminando por el pasillo de San Mungo luciendo fastidiado mientras una medimaga lo reprendía por estar de pie

- Neville. Lo llamo Luna que tambien estaba vestida con una bata de hospital y tenia una cortada en el labio y un moretón en la frente saludándolo desde el otro lado de la habitación

- Luna. Respondió Neville emocionado ignorando por completo a la medimaga mientras corría en dirección a Luna y cuando llego a ella la abrazo y le hiso girar en el aire mientras Luna reía divertida

- Señor Longbottom no debería hacer esfuerzos. Lo reprendió la medimaga preocupada, pero Neville siguió ignorándola por completo y se puso a hablar con Luna mientras caminaban con los brazos entrelazados a lo que la doctora se rindió y se fue negando con la cabeza

- Como has estado Neville que te dijeron los medimagos. Le pregunto Luna con interés – Cuanto tiempo mas vas a estar en San Mungo. Le pregunto Luna preocupada

- Una semana. Dijo Neville fastidiado – Quiere vigilar que los hechizos y las maldiciones no me causen daños permanentes. Dijo Neville con cierta burla en la voz – Como si no hubiéramos sufrido lo suficiente. Dijo Neville con amargura

- Creerás que un medimago me recomendó a un terapeuta. Dijo Luna soltando una carcajada

- Que es lo que piensan que hablándolo vamos a olvidar todo lo que nos pasó. Pregunto Neville resentido

- Creo que eso piensan porque hablan como si ya estuvieran a salvo, como si ya no tuviéramos que preocuparnos de nada. Dijo Luna que lucia algo molesta

- De nada excepto de los demonios dentro de nuestras cabezas. Dijo Neville de forma sarcástica – Como sea que te dijeron los medimagos Luna. Le pregunto Neville tomando una bocanada de aire para tranquilizarse

- Bueno tambien tengo que quedarme aquí una semana para vigilar que las maldiciones no tengan efectos secundaros, pero más que nada porque dicen que tengo una conmoción cerebral ya les dije que son torposoplos que los escuché aletear, pero no me creen. Dijo Luna con su usual voz soñadora

- Bueno es mejor que te vigilen por cualquier cosa Lunita. Le dijo Neville preocupado acariciando con cuidado el moretón que tenia eh la frente – Incluso si son torposoplos es mejor prevenir que lamentar. Le recalco Neville de forma indulgente

- Bueno no es como que tenga elección verdad. Dijo Luna quejumbrosa – De todas formas, tengo que quedarme una semana, por lo menos podemos hacernos compañía. Dijo Luna de forma animada Neville lucia mas animado después de escuchar eso

La imagen se fue desvaneciendo y mientras otra imagen se iba formando en la pantalla donde aparecía una Luna de 17 años con una túnica formal que lucía muy inusual en ella mientras caminaba de un lado al otro algo impaciente en lo que parecía la sala de espera de un tribunal

- Luna. La llamo Neville desde el otro lado del pasillo

- Neville. Dijo Luna que parecía que la presencia de Neville la estaba calmando

- Viniste a testificar hoy. Le pregunto Neville con interés

- Si vengo a testificar contra los Malfoy. Respondió Luna mientras tomaba el brazo de Neville y empezaban a caminar en círculos – Y tú, tambien vienes a testificar. Le pregunto Luna con interés

- Si contra los Carrow. Dijo Neville mientras exhalaba con pesades – Y creo que Seamus viene a las 11:30 a otra audiencia. Comento Neville tratando de recordar si estaba en lo cierto – Todos estos juicios ya me tienen harto. Dijo Neville de mala gana

- Si te entiendo, yo podría estar buscando otro Snorkack de cuerno arrugado con mi padre y en lugar de eso estoy aquí en la audiencia número mil contagiándome de más torposoplos. Dijo Luna resignada soltando un gran suspiro soñador

- Cuanto tiempo más crees que dure todo esto. Pregunto Neville fastidiado

- Tal vez algunos meses o un año. Comento Luna pensativa

- Señorita Lovegood en 10 minutos entramos. Dijo un hombre de unos cuarenta años mientras leía unos papeles

- De acuerdo señor Davies. Dijo Luna mientras se acercaba a Davies con calma – Señor Davies le presentó a Neville Longbottom, Neville el señor Davies es el fiscal que lleva el caso contra los Malfoy. Los presentó Luna al ver que Davies veía con interés a Neville, Luna soltó el brazo de Neville para que Neville pudiera saludarlo

- Un placer conocerlo señor Davies. Dijo Neville dándole un fuerte apretón de mano

- Igualmente, señor Longbottom es todo un honor conocerlo. Dijo Davies emocionado sin soltar la mano de Neville

- Davies ya casi es hora. Le anuncio otro hombre a lo lejos

- Si ahí vamos. Dijo Davies finalmente soltando la mano de Neville – Es hora señorita Lovegood y recuerde lo que le dije aténgase a los datos, a lo que se puede comprobar, sea clara y concisa y todo saldrá bien. Le dijo Davies con seriedad

- De acuerdo. Dijo Luna que lucía algo nerviosa – A que hora es tu audiencia Neville. Le pregunto Luna con interés

- En una hora, vine antes porque necesito unos documentos. Respondió Neville con calma

- Quieres que te espere, podemos ir a desayunar después, hay una cafetería a la que voy por pay después de cada audiencia. Dijo Luna alegremente

- Claro Lunita te veo luego. Dijo Neville complacido

- Vamos señor Davies. Dijo Luna después de darle un beso en la mejilla como forma de despedida la imagen se fue desvaneciendo poco a poco

En el gran comedor todo estaba prestando especial atención al ultimo recuerdo, estaban desconcertados por la mención de los juicios, y quienes estaban siendo juzgados.

- Hubo juicios. Dijo una Ravenclaw de sexto año asombrada

- Si y muchos. Aseguró Ron de forma burlona

- Hubo una temporada en la que tuve al menos un juicio al día por dos semanas. Dijo Ginny que lucia cansada solo de recordarlo

- Al menos un juicio por semana. Pregunto un Slytherin impresionado

- Si saben que el que las guerras terminen no significa que todo mágicamente se resuelve verdad. Dijo Harry de forma sarcástica

- Si lo dicen de esa forma suena estúpido. Dijo el Ravenclaw avergonzado

- Si, pero es lo que todos queríamos, que acabara y olvidarnos de todo. Dijo Luna con aire soñar

- Y lo logaron. Le pregunto un Hufflepuff de tercer año con interés

- No, pero aprendidos a vivir con ello. Aseguro Hermione resignada

- Como lo hacen. Dijo una Gryffindor de cuarto año con interés

- No hay una formula exacta hay días bueno y otros malos solo tienes que vivir con ello y esperar hacerlo lo mejor posible. Dijo Neville resignado

- Bueno jóvenes es todo por hoy creo que deberían retirarse. Dijo Dumbledore después de un rato, todos se levantaron y se retiraron