CAPÍTULO 1
La habitación estaba oscura, no entendía porqué estaba ahí, Pero mis ojos se van acostumbrando paulatinamente a las tinieblas. Figuras lentamente aparecieron de entre la oscuridad; un armario, un espejo, una puerta, un reloj, etc. Me preguntaba ¿En dónde estoy? No recordaba haber entrado a un lugar tan oscuro, ni reconocía el lugar, por lo que me dirigí a la puerta para ver qué había del otro lado. La luz iluminó la habitación tan rápido como abrir la puerta, inmediatamente me encontré en un pasillo iluminado, no sabía si ir a la derecha o izquierda para seguir explorando el lugar. A la derecha había unas escaleras que bajaban a quién sabe dónde y a la izquierda había más puertas, más cuartos.
Volví a voltear a la habitación de donde había salido, y con la nueva luz pude ver a una niña chiquita de unos ocho años tendida en la cama, durmiendo plácidamente.
Por un momento pensé que estaba bien a Inojin a esa edad pero sus riesgos eran más femeninos que los de mi hijo, el cuarto decolorado con muchos adorables adornos también delataban que era el cuarto de una niña, simplemente no conocía a esa pequeña pero algo en mi pecho me indicaba que era muy preciosa para mí. "Eris" era su nombre. Nadie me lo había dicho, nunca antes lo había escuchado ni había conocido a otra persona con ese nombre, pero de alguna manera ese nombre apareció en mi mente. Junto a un pequeño resentimiento de que ella no llevará un nombre que tuviera un INO, era simplemente una muestra de irrespeto a las tradiciones de los Yamanaka, ni siquiera conocía a la niña pero dentro de mi me decía que debía ser tratada como una de nuestro clan.
Su rubia cabellera se desparrama sobre la almohada como un torrente de oro líquido, me acerca lentamente temiendo despertarla, en ese momento veo como mi cuerpo traspasa una pequeña mesa de té con todos las tasas de juguete sin tan siquiera mover algo. Pero estoy tan concentrada en llegar con la pequeña que no le prestó importancia al hecho, tal vez hace unos momentos había traspasado esa misma mesa sin que la oscuridad me permitiría verlo, el pensamiento no dura mucho en mi mente después de todo estaba seguro que no era una fantasma.
llegó a mi objetivo, mi mirada observa fijamente a la pequeña, veo su hermoso rostro dormido y despreocupado. Su respiración tranquila que va en intervalos rítmicos, sus pequeños labios están cerrados formando una línea recta, duerme tan profundamente que no creo poder despertarla fácilmente.
Mis mano derecha se desliza lentamente hacia su cabeza para luego deslizarse a través de sus cabellos peinando a la pequeña, arreglando ese pelo desordenado y suelo, ¿Cómo mi mano podía tocar a la niña pero paso a través de la mesita? No lo sé ni me interesa.
Su manera de dormir es demasiado pura, demasiado perfecta. Ni un solo músculo de su rostro, ni una sola pestaña, se mueven. Su esbelto cuello blanco y su pequeña barbilla, no tenían ni una pequeña mancha ni imperfección, su piel hasta donde podía ver era simplemente perfecta. Parecía más una pintura que una persona real.
La imagen de la niña empieza a desaparecer lentamente, como si los años pasarán en segundos y pronto la pequeña niña ahora tiene veinte años con seis meses y tres días, ¿como sé su edad exacta? Ni idea. Ese tipo de información estaba llegando sola a mi mente, la habitación también cambió a una más acordé a su edad; los juguetes en el piso se convirtieron en ropa, había alguno que otro plato sucio de ramen en la habitación, un calendario indicando varios eventos en las siguientes semanas y productos maquillaje en todos lados.
Obviamente no era una persona limpia y ordenada, la habitación parecía salida de la casa Uzumaki una vez que Hinata volvió al complejo Hyuga, había un día señalado para la limpieza en el calendario pero aún estaba a una semana de distancia.
La joven adulta que ahora estaba durmiendo en la cama dejaba ver a través de sus sábanas el bello relieve orográfico de su hermosa forma corporal, por un momento la confundí con una versión más joven mia pero el color su cabello era de un rubio algo diferente, pero aparte de ese detalle la mujer enfrente mío parecería una copia exacta de mi persona.
La mujer dormida parece ajena a los extraordinarios sucesos que se pudieran producir en el interior del cuarto. Mi sola presencia era un hecho insólito para ella, una desconocida estaba en su habitación viéndola dormír, una presencia extraña que le había tocado el cabello y acariciando como una madre amorosa lo haría con su hija.
Tampoco muestra reacción alguna frente a los indiscretos sonidos que apenas notaba; eran pasos de personas a la distancia, cuántos de aves, las risas de los niños jugando, una mujer llamando su nombre. La aparición repentina de luces de colores atrajo mi atención, eran emitidas por el televisor que estaba sobre un ropero, ¿Cuántos tiempo había estado esa televisión ahí? Esa pregunta surgió y desapareció de mi mente tan rápidamente que se podía debatir si alguna vez pasó por mi mente.
Pasos se escuchan provenientes del pasillo, no tengo la necesidad de correr porque siento como mi cuerpo se deshace lentamente, No cabe duda de que algo está a punto de ocurrir en la habitación.
Una escena que por alguna razón siento que ha pasado muchas veces en esta habitación, algo que no podría ver a pesar de cuánto intenté permanecer en el lugar, lo último que vería sería otra mujer por lo menos dos décadas mayor llegar.
Ella no tenía parecido a la primera, por un momento la confundí con Hinata pero los rasgos de su rostro era muy distintos, ella vio en mi dirección pero no hubo cara de sorpresa o tan siquiera de ver algo mal en la situación que veía, por algún motivo sabía que era invisible para aquella mujer.
Lo único que pude pensar al abrir los ojos después de aquello, fue si había sido un sueño o algo más, aparte de mi presencia en el cuarto todo se había sentido tan real. Como si hubiera irrumpido en la vida cotidiana de alguna familia. Sai continuaba durmiendo a mi lado e incluso él parecía menos real que aquella niña que se volvió mujer enfrente de mis ojos, mi habitación estaba justo y como estaba cuando me fui a dormir, incluso el vaso con agua que dejé la noche anterior continuaba ahí.
¿Que había sido aquello? No parecía haber sido un sueño normal, estaba segura que no había sido un genjutsu o otro tipo de técnica, tal vez no era la mejor Kunoichi pero tampoco era tan mala para no reconocer una técnica como está. Así que solo me quedaba una pregunta real de todo aquello.
"¿Quién era aquella chica?"
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Había pasado la noche anterior sin poder dormir ni un solo momento después del extraño sueño, el bucle interminable de masturbación silenciosa (sin poder satisfacer mi lujuria) que había experimentado las últimas semanas lo que me impedía volver dormir. Me había puesto como de costumbre una camisola de seda ligera y unas bragas transparentes para dormir, por supuesto que como de costumbre mi marido ni se daba cuenta de lo sexy que lucía todas las noches al irme a dormir, esto siempre me arruinaba cualquier pensamiento de hacer el amor con él. Me parece chistoso que la gente piense que Sai y yo somos la pareja perfecta basándonos únicamente en nuestro aspecto. Durante el discurso de Naruto en la recepción de nuestra boda, dijo: "Ustedes dos sin duda son los ganadores en lo que se refiere a la mejor boda en la que he estado, todo es perfecto, incluso ustedes se ven muy bien juntos".
¿Encontraba a Sai innecesariamente atractivo después de todos estos? La respuesta era SÍ, como muchas de mis conocidas lo hacen. "Es demasiado guapo", admitió una miembro del clan Yamanaka la noche después de nuestra primera cita doble, otra ya estando ebria me dijo "Ni siquiera puedo mirarlo sin sentir que me golpean entre las piernas". Entonce se preguntaran ¿por qué había pasado los últimos meses como loca durante las noches en lugar de tener el sexo más apacionado que se puedan imaginar? Mi verdadero problema en realidad era el libido de Sai.
Al igual que los maridos de la mayoría de las mujeres, su interés sexual disminuyo a medida que pasaba más tiempo dentro del matrimonio, no era como si hubiera tenido mucho al inicio de nuestra relación siendo superado por el mio de una forma abrumadora. No me considero como una ninfómana que quiera tener sexo tres veces al dia ni nada parecido pero es mucho pedir tener relaciones minimo una vez a la semana, hoy en dia solo tenemos relaciones una vez cada al mes o dos veces al año sino le rogara para hacerlo, realmente pense que no seria importante en mi vida solo un inconveniente menor y asi fue durante años hasta hace unos meses. Cuando me arte de la situación y empecé a tomar la iniciativa muy agresivamente, en un principio pensé que finalmente estaba calmando ese fuego ardiente dentro de mi pero fue entonces cuando Sai me pidió parar porque lo estaba sobre exigiendo, me indigne y me enoje pero no dije nada simplemente me disculpe por mi comportamiento.
En ese momento decidí que lo engañaría, no quería hacerlo pero la verdad era que no me puede satisfacer de la manera que busco, tengo una hermosa familia y una muy buena reputación como para arruinar ambas cosas por una simple aventura. Por lo que pase los últimos 6 meses pensándolo hasta que al fin me decidí, supongo que de alguna manera romper mis promesas matrimoniales con Sai valdrá la pena si calmo este ardor entre mis entrepiernas: masturbarme a un ritmo frenético todas las noches por mientras que pienso en todos los hombres idiotas me coqueteaban durante los recados diarios me ayuda a calmarlo pero cada vez es menos eficaz.
Mi libido puede ser algo muy peligroso para mi bien, así que tiene que ser eliminado por cualquier medio.
Un incidente muy serio pasó hace un par de años atrás, pude sentir mi libido gritando con toda su fuerza en una de nuestras vacaciones en grupo, cuando me di cuenta que algunos de los hijos de nuestros amigos me estaban espiando cuando me estaba cambiando. Sabía casi instantáneamente que Inojin no podía estar entre ellos porque había salido con su padre, así que a pesar que sabía sobre ellos antes de quitarme tan siquiera la primera prenda de ropa, procedí a desnudarme lentamente mientras que escuchaba como se peleaban para poder verme. Inclusive me puse a cepillarme el cabello e inclusive me pude hacer algunos estiramientos para hacer tiempo para que me pudieran apreciar la gloria que era mi cuerpo. Estoy segura que todos los amigos de mi hijo se han masturbado múltiples veces pensando en lo que hice ese día. Durante la cena en ese día tuve que sentarme con las piernas apretadas dolorosamente juntas por temor a que si las abría, aunque fuera un poquito, pudiera salir de mi entrepierna un choro estridente por la excitación que sentía al recordar lo que había hecho.
Todo en lo que podía pensar eran en los adolescentes sentados en la mesa, a los que había enseñado en su totalidad mi cuerpo, sabía que no dirían nada porque todo sería su culpa pero eso no quitaba las miradas de deseo que muchos de ellos me daban cada vez que miraban en mi dirección.
Sea o no la causa de mi insomnio la lujuria, finalmente había convencido a Iruka de darme una oportunidad de dar una clase en la academia, lo que serviría de coartada perfecta para desaparecer por horas o estar hablando con hombres desconocidos. Ni siquiera tenía a un amante pero suponía que me sería fácil encontrar algún interesado entre los profesores, los padres de los estudiantes o paseando en mi tiempo libre por la aldea. Mi puesto anterior en la unidad de inteligencia e interrogación como encargada de la barrera que protege la aldea estaba simplemente muy vigilada por personas que conocen a mi esposo.
En las últimas noches me había tomado tantas molestias para prepararme perfectamente, tanto por dentro como por fuera, como una casa en venta lista para ser vista por los futuros compradores. Me afeitaba las piernas, las axilas, el pubis y luego me ponía tanta crema con aroma de fresas que toda la habitación olía a fresas. Quería que mi piel pareciera por lo menos una década más joven. Quería que en lugar de tener la apariencia de una mujer que ha envejecido por tres décadas tuviera la apariencia sexy que tanto atrae a los hombres, quería atraer la mirada de todos los hombres por donde pase tal y como hacía cuando era adolescente, incremente mi rutina de ejercicio estos seis meses simplemente para tener la piel más tersa.
La anterior noche a diferencia de las otras noches cubrí cada uno de mis senos con una capa de mascarilla especial y la dejé reposar durante diez minutos para asegurarme que mis pechos se vean extra suaves en el vestido escoltado que usaré.
¡Imagínense la diversión que podría tener pronto me resultaba emocionante!
Mi día empezó temprano, ese era un inconveniente de enseñar en la academia: las siete y media de la mañana eran dos horas más temprano que en mi anterior trabajo. Los chicos hormonales de 16 años babiando por mí cuerpo serían otro inconveniente pero nada que no pudiera manejar, probablemente las chicas serían más difíciles de manejar por los celos que pudiera ocasionar mi fantástica figura, en mi juventud tenía mucho ese tipo de problema con las novias de los chicos que siempre me veían pasar. Una ventaja que conseguí en la reunión de profesores a la que asistí hace una semana fue poder conseguir el salón de clases temporal; básicamente un cuartucho detrás de la escuela, feo como nada que hubiera visto pero que tenían puertas que se cerraban con llave, estaba lejos de todo y un aire acondicionado tan ruidoso que era imposible escuchar lo que estaba sucediendo adentro.
Tener esa aula significa que realmente podía hacerla mía; poner cortinas opacas, ambientar el lugar con mi perfume favorito y esconder algunas bebidas alcohólicas para la ocasión.
Aunque todavía no sabía cómo escoger al primer hombre que llevaría al salón ¿cuál debería ser mi criterio para escoger entre los posibles hombres con los que me podría acostar? Cada vez que visitaba el salón de clases en los días previos al inicio de la escuela, me acostaba sobre él y presionaba mi columna contra su madera mientras miraba el techo, no sabía quién sería el afortunado pero sabía que vería muy seguido ese techo. Movía mis caderas mientras hacía esto al imaginarme a necesitar un hombre fuerte y varonil haciéndome el amor hasta que la última gota de lujuria saliera de mi cuerpo.
Quería quedarme recordando las fantasías que tuve en ese escritorio pero tenía que bańarme, pronto sentí correr el agua por mi cuerpo por mientras que el sudor de la noche anterior era llevado por esta, después de esto me dirijo al espejo que se empañó y lo borró de la vista. Lo limpio con la mano para ver un cuerpo envejecido por el pasar del tiempo, no me gusta lo que veo así que simplemente me retiró a la recamara por mientras que me seco con la toalla, pronto le demostraré a todo el mundo que este bello cuerpo aún tenía su encanto de antaño. Mis uñas pintadas de cereza que relucían como vinilo rojo, contrastando con el morado de mi vestimenta o el rubio de mi cabello, al igual que mis ropa interior negra contrastaba con la blancura de mi piel. Mi corazón se hundió cuando vi el pronóstico meteorológico del día: teníamos una humedad récord. Me vestí pensando en como mi maquillaje y mi cabello se verían al final del día. Mientras maldecía no poder usar el vestido que había escogido con anticipación, Sai entró en la habitación "Buena suerte, con tu primer día como docente", la culpa nació en mi corazón rápidamente al verlo pero mi lujuria la mató tan rápido como había nacido. "Si necesitas algo me llamas, estaré cerca." Cerré la puerta de entrada al salir.
La temperatura dentro de la sala de profesores era casi insoportable, como todas las veces que había estado ahí. Nos habíamos reunido en la oficina del director Iruka, quien no perdió el tiempo para lanzarse a una animada charla. Como todos sus discursos públicos, se basó en gran medida en el recurso retórico de preguntar repetidamente ¿Tengo razón? después de cada oración. "Dios" murmuró el señor el profesor que estaba a mi lado, probablemente harto de Iruka, ya había descartado a ambos por sus avanzadas edades.
"Como si los niños no tuvieran suficiente munición. Ahora tengo que entrar a clase con las axilas mojadas " mención para sí misma Anko, la cual continuó haciendo fuertes crujidos por mientras que comía como si no fuera un barril lleno de grasa; Supuse que estaba comiendo puñados de alguna fruta, pero después de algunas miradas de investigación me di cuenta de que en realidad eran aspirina.
"Señora Yamanaka, le recuerdo que si tiene algún problema no dude consultar a cualquier otro docente, usted viene del área de inteligencia por lo que sería algo inapropiado usar los métodos que usan en sus alumnos."
"No sé preocupe maestro Iruka, no les haré nada malo a mis alumnos."
"Perfecto, pero te recuerdo que ya no soy tu maestro, soy tu superior."
"Entiendo" A veces el tiempo pasa sin que nos demos ni cuenta, un día eres una alumna de una escuela y al otro la profesora. En fin, quería correr a la entrada de la escuela; los padres de los alumnos de los primeros años se estarían reuniendo allí ahora.
"Recuerden los alumnos no son el enemigo", enfatizó el director; el resto de los profesores estallaron en carcajadas concisas.
"Podría haberme engañado", ladró Anko.
De repente, los ojos de Anko se clavaron en mi. La risa educada de acuerdo en la habitación se había suavizado hasta convertirse en estática de fondo y ella había escuchado mi silencio en respuesta a su broma resonando como un grito; había recogido mi expresión, una mirada sarcástica de inconfundible desprecio. Años de enseñar en la academia probablemente le habían otorgado un inigualable sensor de burla a su oído. Al verla mirarme, inmediatamente derretí mi rostro en una sonrisa, pero ella no respondió. Miré el reloj y fingí pensar en sus palabras con contemplación. Después de treinta segundos miré hacia atrás y todavía me miraba.
Con el sonido de cientos de estudiantes atravesando los pasillos más allá de la puerta, por un momento pareció como si su llamada hubiera provocado una estampida de ganado.
Fui el primer miembro de la facultad en salir por la puerta. En el pasillo, el aire había adquirido el peso acre del sudor adolescente. Fuertes carcajadas y chillidos, del tipo asociado con el cosquilleo forzado, vinieron de todas direcciones. Mientras me dirigía a las puertas de salida, pronto la población de los pasillos se transformó en una manada en movimiento. Para mí desgracia solo pude ver a un grupo de madres platicado en la entrada por mientras que cualquier hombre que venía dejaba a sus hijos y se iba, en un punto tuve que dirigirme a mi propia clase, en el pasillo por el que caminaba se estableció una velocidad constante entre los estudiantes se dirigían a las aulas. Un chico aprovechó la oportunidad para poner su cabeza entre pechos simulando un choque, "Lo siento" me susurro con una gran sonrisa y claro que no bastar para calmar algo lo enojada que estaba por el atrevimiento pero no había forma de probar que lo hizo a propósito sin romper la promesa que le hice a Iruka, antes que pudiera hacer algo un puño apareció golpeando al chico.
Era Boruto quien siguió peleando con el otro chico por mientras que Inojin aparecía de la nada sujetándome la mano para llevarme lejos de ahí, estaba tan metida en mi propio problemas que se me había olvidado que ellos estaban aún en la academia, "Ese maldito realmente lo hizo" fue lo único que dijo Inojin sobre el asunto después de dejarme enfrente de mi salón y que se aseguraría que no volviera a suceder. ¿Qué fue eso? ¿Por qué Boruto lo atacó? Sabía que él era uno de los chicos malos de la academia y que se metía en problemas cada cierto tiempo pero meterse en problemas por protegerme me resultaba algo excesivo, yo misma podía defenderme sola así que tenía que hablar con él la próxima vez que lo viera.
Mi corazón dio un vuelco cuando vi a dos chicas correr hacia la puerta de mi salón de clases por un momento pensé que pudiera ser Sarada, ella sin duda sería una gran piedra en el zapato en mis planes, cualquiera de los hijos de mis conocidos lo sería pero más ella. Por la lista, sabía que tenía diez niños en el primer período y doce niñas, nadie que conociera. Traté de armarme de valor, incluso si sabía que ellos estarían en la academia ninguno estaría en mis clases aún tenía opciones adecuadas.
"¿Eres la maestra?" Por esta voz masculina moví mi cuello para ver la fuente, dejando que el aire acondicionado entrara dentro de mi bluso por la forma en que quedaba, lo que ocasionó que se enfriara la parte posterior de mi blusa y endureció mis pezones tanto que estaba segura que se verían perfectamente si estiraba la mano hacia arriba.
"Yo soy ******, Hace mucho calor ahí fuera". Toqué el lápiz dentro del moño retorcido de mi cabello para apuntar lo que me decía sin prestar atención a lo que era, solo quería que se terminará ese día para salir a pasear por la aldea, en cierto sentido parecía que hubiera vuelto en el tiempo a mis días de estudiante.
"Preséntense", logré decir por mientras que intentaba recordar que era lo que tenía que enseñar primero, "Expresen sus gustos, sus metas para el futuro y lo que más quieren".
Al final de mi segunda clase, me pregunté si debía o no abandonar por completo durante la pausa del almuerzo, después de todo la intervención de Inojin y los demás chicos demostraba que estaban vigilando mis acciones. Algo que no pensé que pasaría, simplemente pensaba que ellos se meterían en sus propios asuntos ignorándome.
un último grupo de tres rezagados masculinos, susurrando y riendo, pasó frente a mi escritorio. "Los veo a todos mañana,"
Fue entonces que noté una pequeña nota en mi escritorio que decía "creó que estás caliente" soltó una pequeña risa, por lo menos sabía que estaba sexy.
En los minutos previos al tercer período, cada vez que la puerta se abría para revelar un nuevo estudiante, debido a que venían del exterior brillante, al entrar en el aula oscurecida, sus cuerpos estaban iluminados a contraluz, sus rostros sin rasgos distintivos y sombríos. De hecho, no vi la entrada de Boruto pero lo vi un poco después de que sonara el timbre, ya sentado. No se suponía que estuviera en la clase por lo que tenía que hablar con Iruka acerca del cambio. Parecía ser más grande que la última vez que lo vi, aún tenía que agradecerle por golpear a aquel chico y probablemente obtener una detención por mí culpa, estaba mirando en mi dirección aunque no a mi clase sino a mi cuerpo. Imaginaba que aún recordaba el pequeño accidente del vestidor hace cinco años, probablemente imaginándome desnuda mientras explicaba la clase; de vez en cuando un amigo le susurraba algo, él volvía la cabeza, asentía o se reía.
En ese momento me di cuenta con un poco de vergüenza que era la primera vez que me acordaba de pasar lista en todo el día. Eso ya no importaba, lo haría antes de salir.
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Estaba en medio de pasar la asistencia cuando noté un nombre que solo había escuchado mucho en los rumores que circulaban entre las mujeres de la aldea hace años, por lo que continúe pasando la lista por mientras que me aseguraba de identificar al chico que sin saberlo era parte de los rumores de la aldea debido a su padre, su nombre era Denki Kaminarimon: un chico pequeño, delgado y que no llamaba mucho la atención.
La historia que había escuchado empezaba mucho antes de que él naciera, y como los únicos que la conocen son las personas de mi generación dudo que sepa las turbias circunstancia del asunto o lo maldito que podía ser su padre, tenía que vigilarlo para determinar si era necesario advertir a Inojin y a lo demás para que nos hicieran amistad con alguien que tiene un mal ejemplo de padre como ese.
Yo misma había ignorado a mis padres acerca de hacerme amiga de cierta persona y aunque nunca me pasó algo malo, debo admitir que realmente me puse en un riesgo innecesario que afortunadamente le termino explotando a otra persona, tal vez los chicos no me hagan caso a mi advertencia pero es mejor que decidan eso ellos mismos sabiendo la verdad.
Hasta donde sabía todo el hecho había empezado antes que el señor Kaminarimon fuera asquerosamente rico, cuando tan solo tenía un decente nivel de riqueza sin llegar a ser considerado rico y cuando el poder no se le había subido a la cabeza, durante el tiempo cuando visitaba a una pareja de amigos (los Hataraka) con su esposa como recién casados. Ellos tenían una tradición desde hacía años de ir cada sábado noche para jugar cartas, platicar sobre la semana y beber algo de alcohol aprovechando que ninguna de las parejas tenían hijos.
Un verdad poco conocida en aquel momento que era que él si tenía dos hijos pero no con la esposa que tenía en aquellos momentos, con ella solo se había casado por cuestiones relacionadas a sus negocios, y curiosamente moriría poco antes de que pudiera iniciar el procedimiento de divorcio. Volviendo al tema ambas parejas se había conocido por siete años para cuando estos sucesos tomaron lugar, en ese entonces la pareja Hataraka que eran en promedió 7 años menores que sus amigos estaban algo desconcertados de la posibilidad que alguno de ellos fuera infértiles, tenían tres años casados después de estar otros tres años de novios y quince años de amigos de la infancia que se gustaban pero no se podían declarar.
La mejor historia de amor de una pareja que había en Konoha. Ellos eran ambos altos, estaban en forma, alegres, amistosos y estaban perdidamente entre enamorados. Eran perfectos el uno para el otro a la vista de todos los habitantes de la aldea, claro que ambos tenían defectos como cualquier humano, ella se solía vestirse muy provocadora aún para mí gusto y él podía ser super denso respecto a las relaciones sociales.
Después de estar junto por tanto tiempo sin tener un hijo empezaban a rumorease que alguno de los dos era infértil, cuando ella admitió que rara vez usaban anticonceptivos todos asumieron equívocamente que era ella la infértil, después de todo otros rumores que resultaría falsos decían que su esposó tenía un bastardo en otra aldea. Resultó que ninguno era infértil sino que a pesar de tener esposa, el señor Hataraka tenía una adicción al porno desde su temprana adolescencia, lo que con el tiempo hizo que su cuerpo se acostumbrara a casi no liberará espermatozoides debido al exceso de masturbación.
El señor Kaminarimon escuchó estos rumores y consideró que era una señal del cielo, ya que siempre le había parecido atractiva la esposa de su amigo, él estaba trabajando mucho esos días para crear su futuro imperio empresarial así que rara vez pasaba tiempo con su esposa. Está última entendía el sacrificio que estaba haciendo así que no se quejaba o sospechaba que su esposo estaba teniendo una aventura de años con su secretaria.
Al parecer que al igual que su hijo él era pequeño, débil, introvertido, tranquilo, adicto al trabajo y un pervertido de closet. No estaba segura que esto último fuera también el caso del hijo. La gran diferencia con su amigo era que él era increíble fértil, había embarazado a su secretaria a penas tres meses después de tomar su cargo y a la hermana menor de ésta con tan sólo hacerlo una vez, la verdad era que muchas veces la cuestión de cuál hombre dejará descendientes es una cuestión de su forma de vivir y de su actitud en la vida.
En una noche en particular después de que comer y cenar en un restaurante para variar, ambas parejas se dirigían a la casa Hataraka para después despedirse, los dos menos acostumbrados a tomar alcohol estaban en un estado inconveniente casi cayendo dormidos en plena calle siendo llevados por sus respectivas parejas; el señor Kaminarimon y la señora Hataraka. Nadie sabe lo que pase en esa noche exactamente pero todos notaron el cambio en el comportamiento de ambos, él salía temprano de trabajar y ella empezó a distanciarse de su esposo. Algunos aseguran que empezaron jugando cartas y cuando perdió todo el dinero, ella empezó a postear la ropa que llevaba puesta, otros dicen que después de dejar a sus parejas dormidas en diferentes habitaciones ambos quisieron ver una película pero al encender la televisión había una película Porno (probablemente dejada por el señor Hataraka).
Según los rumores de aquella época, esa fue la razón por la que ella fue contratada en su empresa en un alto cargo, su condición física empeoró por las constantes cenas y por faltar a sus entrenamientos pero mantuvo su figura, ocho meses después de aquella noche de copas ella se encontró embarazada de Denki. Para ese entonces su relación estaba muy deteriorada, además que el fallecimiento de la primera esposa había ocurrido un mes antes, igualmente que cuando la relación inició nadie sabe qué ocurrió ese día pero la versión más confiable dice que la esposa se dió cuenta de que se estaba acostando con su esposo y la atacó. Siendo una Kunoichi contra una civil, era obvio el resultado, pero públicamente se dijo que había Sido la culpa de asesinos enviados por el sindicato de la empresa con los cuales estaban enfrentados.
Dos días después de saberlo ella tuvo una gran pelea con su esposo por un tema diferente dejándolo, ni una semana había pasado desde su separación cuando empezaron a vivir juntos y se casaron el mismo día que el divorcio fue finalizado, tendrían otros tres hijos juntos a través de los años. Claro que su nuevo marido también la engañaría teniendo muchos más bastardos, pero su nivel de vida sería tan bueno que simplemente ignora ese mal hábito de su esposo.
El ex-esposo por su parte dejó su mal hábito con el tiempo, conoció a una civil con la que tendría varios hijos, claro que pasó por un mal momento durante su divorcio después de todo había estado enamorado de ella desde su infancia. Saber que nunca pudieron tener hijos juntos pero que su ex-amigo lo había logrado tan fácilmente lo entristecía, ya que siempre había soñado de cómo se verían sus hijos, la familia de ella lo apoyó durante el divorcio pero con el tiempo empezaron a dejar de hablar con él para estar en buenos términos con ella.
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Continúe la clase normalmente sin dar la impresión que estaba vigilando al chico. Supongo que estaba siendo hipócrita pero nada en este mundo se logra sino eres algo cínica en la vida, lo necesitas ser para lograr lo que quieres.
Continúe con la lección otros treinta minutos hasta que se terminó pero antes de dar la salida dije "Boruto Uzumaki por favor te quedas, quiero hablar contigo antes de que te vayas".
Unos momentos después cuando ya no había nadie más a parte de él y yo finalmente se paró para venir a pararse enfrente de mi escritorio, esa era la primera vez que lo veía bien de cerca en tal vez cuatro años hasta este momento siempre había estado lejos o corriendo cada vez que lo veía, su cara era de fastidio como proveyendo que lo regañare como seguramente era costumbre para los demás profesores. Por lo demás parecieron que el tiempo le cayó muy bien al joven Uzumaki porqué al igual que su padre a su edad obtuvo un estirón que lo hacía más alto que yo, sus músculos era prueba del entrenamiento constante al que era puestos los miembros del clan Hyuga y lo hacían lucir unos años mayor, aunque no me gustaba esa actitud de chico malo que intentaba dar pero se por buena fuente que muchas chicas de su generación eran atraídas por él. "Me necesitaba para algo señora Yamanaka."
"No necesitas ser tan formal Boruto, te conozco desde que usabas pañales, dime solo Ino o si quieres tía Ino. En fin, tan llame para agradecerte por lo de esta mañana con aquel chico."
"Se refiere a Kobe, no es nada realmente, ese perdedor siempre está acosando a las chicas de la escuela, le aposté a Inojin que lo intentaría con una mujer tan hermosa como usted y gane la apuesta."
"Gracias de todas formas" tome una forma mental para investigar a este Kobe y ver que pagará por sus crímenes, por mientras que tomaba mi bolso "Se lo comentaré a Iruka para ver qué se puede hacer respecto a ese chico, si necesitas algo no dudes en pedírmelo, veré en que te puedo ayudar".
Boruto sonrió un poco con esas palabras pero no una risa de felicidad y orgullo sino de vergüenza por algún motivo.
"Realmente si hay algo en lo que me puede ayudar, vera tengo algo asi cómo una apuesta con Shikadai"
"¿Qué clase de apuesta?"
"No es una apuesta lo admitió, sino que los chicos me están pidiendo que…. la distraiga por el resto del día, así que por favor podría ayudarme y no buscar a Inojin después de la escuela. Incluso la invitaré a comer una hamburguesa si es necesario"
Realmente no estaba planeando en buscarlo pero ahora realmente quería saber lo que traían entre manos mi propio hijo pero eso significaría que le diría que vernos todos los días en la escuela era normal y eso arruinaría mis planes, además estaba el hecho que estaba segura que Boruto había cambiado lo que me iba a decir e había escogido algo inofensivo pero que me preocuparía para evitar el tema, así que tenía dos opciones; ser la madre responsable e ir a ver que estaba haciendo mi hijo o ignorar el tema yendo a comer con Boruto.
"Está bien, dejaré que me compres algo de comer como soborno, siempre que me prometas que los demás chicos no estarán haciendo nada malo. ¿Lo prometes?"
"Lo prometo"
Cuando pisé afuera por primera vez después de estar ahí por horas, me parecía que el sol de la tarde era cegador, pudiendo sentir como el frío que se encontraba en mi cuerpo desaparecía por el calor del sol. Los jóvenes que caminaban a casa parecían como que gritaban de felicidad a mi parecer y entrecerró los ojos por un momento al no estar acostumbrada a tanto caos, en ese momento sentí una sensación de placer que rápidamente se extendió por toda mi cuerpo rápidamente, Boruto me había dado una palmadita en la espalda para que siguiera avanzando por mientras que con su otra mano estaba sosteniendo las pilas de carpetas que le había pedido llevar. Lo seguí pero algo incómoda sabiendo que mi cuerpo había escogido el peor momento para ponerse sensible. Supuse que ser puesta en mi situación con un montón de adolescentes en un cuarto había Sido un error que pronto solucionaría, mi sexy cuerpo había alborotado las hormonas de los chicos lo que a su vez mi cuerpo había detectado en el aire haciendo que liberará mis propias hormonas en el aire lo que terminaba de a completar un circuito de auto alimentación de mi excitación, por lo que era precisó encontrar al hombre perfecto para el trabajo lo más rápido posible.
"Cada verano se hace más corto", dijo una voz ronca en mis espalda, tan pronto como escuché las palabras, olí el cigarrillo.
Volviéndome hacía atrás ví a Anko, le dije a Boruto que dejara los documentos en la sala de profesores y que lo vería en la salida.
Ella miraba con desdén al Uzumaki pasador por un lado. Seguía sin saber si me había estado hablando a mí o a mí misma pero no quería permanecer en la academia por más tiempo, presioné un poco más mi autocontrol, necesitaba calmar mis hormonas así que tenía que salir de ahí. Tal vez mañana pudiera ser más precavida y no me auto excitaría con mis propios pensamientos durante la escuela.
"¿Sabes lo que daría por una semana más de verano?" Había un temblor en su voz que hablaba de un conflicto interno. La suya era una irá reforzada con acero contra la piedra de décadas sin alegrías. No era la primera vez que veía una mujer infelizmente solterona, que tenía odio hacía todo aquello que nunca había conseguido en su vida, conocía su historia por lo que no la culpaba de terminar de aquella forma.
Repentinamente tosió y soltó un pedo algo que me sorprendió pero no dije nada, supongo que atrás habían quedado esa sexy Kunoichi que había visto durante los exámenes chunin, suponía que su propia imagen así como su auto respecto estaban por los suelos después de todas esas noche locas de las que había escuchado durante mi juventud así que importaba si su imagen caía un poco más. Lo que me decía reflexionar acerca del acto que quería hacer.
"Solo una maldita semana más de ser adolescente libre". Aunque el resto de su cuerpo permaneció encorvado en su lugar, vi las bolas de sus ojos moverse en mi dirección: dos exploradores enviados para evaluar si valía la pena el esfuerzo de girar su cuello. Sentí pena por los jóvenes que el destino había asignado a sus clases.
En el momento en que solté una risa nerviosa, el largo gusano de ceniza de su cigarrillo cayó al suelo. "¿Quizás tendrás un grupo mejor este año?" Dije.
Cuando su cabeza giró en mi dirección, casi pude escuchar el chirrido de una roca de mucho tiempo que se movía. Sus ojos asimétricos se clavaron en mi cuerpo en una mirada láser de apreciación que comenzó a mis pies. Este diagnóstico continuó tan lentamente, con tal rigor metódico, que me empezó a picar la piel.
"¿Cuántos años tienes de todos modos?" Ignoró mi comentario y simplemente preguntó algo que no se le debía preguntar a una mujer, mi cabeza seguía procesando está pregunta, tal vez no se acordará de mí después de todo, nunca hablé directamente con ella antes. "Definitivamente aún conservas una gran figura".
"Grácias." Sonreí, quizás con demasiado orgullo "Me esfuerzo mucho para conservarla".
"¿Te gusta beber?"
"Por supuesto." Aclaré mi garganta, realmente esperaba que no me invitará a beber, no estaría mal un bar para conocer hombres pero juntarme con Anko sería una carta abierta de mis intenciones. "Suelo beber cada vez que me junto con mis amigas."
"Hablas de Harudo ¿Cierto?, o debería decir la señora Uchiha, o tal vez la nueva señora Uzumaki. Te diría que te cuides de esa perra pero al final todas las mujeres somos unas malditas que se robaran los hombres de otras mujeres". Anko se puso de pie y comenzó una amplia navegación de girar ciento ochenta grados para dirigirse a la salida, la aventura de Sakura al igual que su embarazo había pasado hace más de dos años pero al parecer seguía sin ser olvidado.
Anko soltó el gruñido largo de una morsa y subió unos escalones, luego gritó bruscamente: "¡Oye! ¿Por qué estás enseñando de todos modos? Te aburrió el área de inteligencia"
Sin que nadie le dijera hizo una mueca de estar dándole un trabajo vocal a un hombre, insinuando que tal vez me había metido en problemas indebidos en mi anterior trabajo, supongo que el ladrón piensa que todos somos de su condición. Aunque realmente está vez no estaba tan equivocada.
Normalmente, la pregunta era bastante fácil de esquivar: solo quiero marcar la diferencia o es genial ver a un niño aprender, mirarlo a los ojos en el momento en que se enciende la bombilla, pero estas respuestas enlatadas no van a apaciguar a Anko ni disipar sus sospechas.
"Veranos libres y todo" dije, tratando de sonar casual.
"Yo también"
El sudor empezaba a formarse en mi frente, hacía demasiado calor para mí gusto, no estaría tan mal si no fuera porque sabía bien que pronto mis pechos empezaran a sudar también y lo último que necesitaba era estar más incómoda. Ya que estaba segura que mi panty está totalmente empapada, la idea que alguien estuviera sospechando de mi intenciones me estaba excitando, aunque esta persona fuera Anko "Parece una muy buena idea, ¿eh?"
"Sin duda. Trabaja nueve meses del año, salir temprano y tener los fines de semana libres. Lo que no te dicen es que te pasas todo el verano con la idea que tendrás que volver en el maldito agosto. ¿Has leído ese cuento sobre 'El zorro y el niño'? Yo tampoco, pero lo enseñó todos los años. Nadie lo recuerda después de una semana de haberlo leído".
En ese momento Boruto volvió corriendo, agradecí de todo corazón que el chico fuera tan imperativo, tenía que darle algo especial por sacarme de esta situación.
"¡Realmente fue agradable charlar!"
"Si, Si, Si. Te veo mañana."
Embriagada de felicidad de alejarme de ella, recorrí el largo camino a la salida rápidamente saludando a uno que otro estudiante preguntándome si alguno de ellos podían saber lo excitada que estaba con solo verme, cuando recordé estaba pasando un letrero con un gran reloj digital que reconocí fácilmente, era la entrada al área comercial de konoha en donde esperaba encontrar un baño para solucionar mi pequeño problema. Mi acompañante no dejaba de hablar de lo fastidiosa que era la maestra Anko y que no debía juntarme con ella, sin dar ningún indicio que supiera lo que me pasaba. Intento dirigirme a su restaurante favorito de hamburguesas pero me negué a ir, era mi soborno para no moverme al asunto acerca de lo que hacía Inojin, así que yo elegiría lo que comeríamos por lo que me dirigí a la dónde vendieran carne asada. Antes de llegar a mi lugar favorito de carne asada había una tienda para adultos con el logo lobo con la leyenda ¡PODER DEL SEMENTAL! que estaba escondida en plena luz del día por lo que mi acompañante ni siquiera la noto.
La visitará una vez que me separe de Boruto, quería comprar lencería erótica y algunos condones.
En ese momento una idea intrusiva y asquerosa pasó por mi mente, me imagine que llevaba al chico a la tienda para elegir cuál atuendo se me veía mejor para después llevarlo a un callejón oscuro y finalmente calmar toda la excitación que le causaría con mi propio cuerpo. En ese momento el chico me tocó después de hacer una broma haciendo que por muy poco casi dejara salir un gemido.
Mi mente enseguida volvio al comino, sacando de esos pensamientos de mi mente haciendo matematicas, ví la figura de Boruto a mi lado y sonreí sobre algo tonto que dijo, considere una tontería mi propio pensamiento así que simplemente lo olvide.
Esa noche Sai me dió mi regalo de aniversario al ponerlo en la mesa durante la cena, sacándolo de debajo de su silla: una preciosa falta de color morado.
"Es preciosa" dije por mientras que él sonrió con un orgullo tonto de haberlo hecho bien, asumiendo que no me daría cuenta que me había regalado algo similar hace tres años. Yo por mi parte le regale un perfume junto a un traje completo para cuando a una reunión formal "Es de un material fino pero resistente".
"Eso es tranquilidad, no tendré que preocuparme si algo pasó y lo traigo puesto", No dije nada a esta réplica de su parte. Ya iban varios varios trajes que se arruinaban por motivos imprevistos o porque los esposos se ponen ebrios, al terminar de cenar Inojin se fue a su habitación por mientras que Sai se fue a probar el traje, yo por mi parte estaba viendo la falda. ¿Alguien se daría cuenta si saliera sin panties solo usando esto? Esa pregunta pasó por mi mente al ver lo conservadora y larga era la falda, la falda transformaría mi cuerpo en un cilindro asexual y agregaría visiblemente quince libras. La única forma en que usaría ese falda en público era si estuviera completamente desnuda abajo para no arreglar más volúmen a mi figura, supongo que tendría que mandarla a arreglar un poco para acentuar mejor mi figura.
En ese momento Sai volvió captando mi expresión complacida con la falda y me preguntó cómo le quedaba el traje, por supuesto que le quedaba perfecto yo misma lo había escogido, entonces ví sus ojos vidriosos y teñidos del ligero color amarillo; había estado bebiendo antes de venir a casa.
"¿Tomaste?", le vaciló brevemente con una sonrisa, antes de admitirlo abiertamente agarrando su vaso vacío diciendo que solo fueron unos tragos con su jefe.
Naruto se había convertido en un ebrio de mierda desde que lo atraparon en su infidelidad, técnicamente seguía casado con Hinata pero las cosas entre ellos nunca volvieron a ser las mismas, sino fuera por su extremadamente bajo líbido tendría también mis dudas de la lealtad de Sai. Aunque eso sería muy hipócrita de mi parte al estar activamente buscando un hombre para engañarlo.
Guardé una serie de pastillas para dormir trituradas previamente dentro de bolsitas de té vacías en la parte trasera de la despensa, donde él nunca las miraría. Sai gustaba el té, así que decidí que sería la mejor forma de dárselas, en ese momento sería la primera prueba que haría para ver si detectaba el sabor. "Bebe, te quitará lo ebrio."
Tomó un gran sorbo que dejó una pequeña mancha púrpura en sus dientes pero de la que no se dió cuenta por lo que continuó hablando un rato más de su trabajo. Finalmente empezaron a hacer efecto y Sai concedió lentamente la victoria al sueño. Lo guié hacia la cama, jugando a la buena esposa que se preocupa por su esposo, era lo menos que merecía por la traición que le iba hacer.
Una vez dormido en la cama había iniciado mi rutina nocturna de belleza, finalmente decidí no hacerle ninguna modificación a la falda y usarla el día de mañana, eso evitará que la incómoda sensación de éxtasis involuntario de hoy volviera a pasar.
"Y dígame Séptimo Hokage ¿cómo es la relación con sus hijos con su medio hermana ?" Mi concentración se vio repentinamente enfocada en la televisión que Sai había encendido justo antes de dormir, me sentí algo molesta por tantos recordatorios a Naruto durante el día ¿Era tal vez que el universo me decía que no hiciera lo que tenía planeado? Pero ya era muy tarde, literalmente estaba teniendo fantasías despierta imaginándome teniendo relaciones con media konoha.
La idea de engañar a Sai no necesariamente me excitaba, pero la sola idea de hombres atrevidos coqueteando conmigo me encendía de tal modo que no podía contener las ganas de empezar a tocar mis lugares prohibidos.
Lo que siempre terminaba conmigo encerrada en un baño satisfaciendo mis necesidades, muchas veces eso significaba recrear en mi mente las historias que Sakura me había contado con lujo de detalle, lo que a su vez hacía que el padre de Boruto fuera uno de los primeros en mi lista. Aunque parte de mi sentía que era más por mi propia curiosidad que cualquier atracción real que pudiera tener hacía él, pero claro que escoger a Naruto para este asunto tenía sus ventajas después de todo suele guardar bien sus secretos. Cómo prueba está el hecho que solo le han descubierto una de tantas amantes que ha tenido a través de los años.
