CAPITULO DOS

Naruto Uzumaki.

Un nombre que por buena parte de mi juventud me hubiera hecho enojar con simplemente nombrarlo después de todo lo consideraba como una peste o peor que eso si no hubiera Sido por su actitud y forma de ser, tal vez hubiera habido una pequeña posibilidad de llevarnos bien después de todo era un buen amigo tanto de Shikamaru y Chonji, pero incluso después de convertirse en el gran héroe de la guerra la idea de pasar mucho tiempo cerca de él me resultaba algo fastidiosa.

Si tan solo lo pudiera juzgar por solo su aspecto físico lo pudiera tratar mejor pero me era imposible verlo sin sentir fastidio; su cabello rubio, un rostro decente y que estaba en buena forma física lo hacían algo atractivo. Lo suficientemente atractivo como para en la situación correcta permitirle llevarme a la cama pero lastimosamente su actitud no cambió y cuando Sakura empezó a apoyar a Hinata para que lo conquistara cuando estábamos en nuestros veintes, se volvió algo prohibido para mi, es curioso que esta primera haya sido quien terminaría comiendo la fruta prohibida que ella misma había ayudado a sembrar.

No voy a mentir muchas veces durante mi vida, tuve la tentación de hacer el amor con él, en especial desde que me enteré de la aventura que tenía con Sakura. ya sea para simplemente decir que me acosté con el Héroe de Konoha, por la emoción de lo prohibido o simplemente por curiosidad. Realmente no importaba la razón, toda lujuria que sentía por él moría rápidamente cuando los recuerdos de su juventud volvían a mi mente.

La mayoría de personas hoy en día lo ven como un héroe inmaculado, ignorando toda crítica negativa que pueda haber a su alrededor, pero la verdad es que era un perdedor en ese entonces y sigue siendo en cierta manera un perdedor. Esta era la manera que el mundo veía a Naruto Uzumaki antes de la guerra, claro que eso cambió para él después de la guerra, entonces se convirtio en un perdedor que tenía privilegios especiales con el sexo opuesto. Lo que lo volvió en el súper confiado Naruto que vemos hoy en las entrevistas que da en la televisión, me da risa que la opinión pública se escandalizó al saber que tenía una hija bastarda, imaginen si supieran que su antiguo club de fans era más bien un harem privado de chicas que estaban felices de meterse a su cama a la menor oportunidad.

Sin importar cómo lo viera era el candidato perfecto para mis necesidades; totalmente dispuesto a entrar en la falda de cualquier mujer, faltó de moral para no importarle que sea una mujer casada con uno de sus amigos y lo más importante un hombre con una gran lujuria comprobada en repetidas ocasiones. No había candidato mejor, el único problema era que realmente no me atraía, había momentos cuando mi lujuria me hacía verlo lo suficientemente atractivo pero no duraban.

"Soy realmente una cobarde"

Si hubiera querido engañar a mi esposo con Naruto lo hubiera podido hacer en repetidas ocasiones en la última década pero preferí permanecer leal a Sai porque simplemente no sentía atracción, no necesitaba un plan tan complicado ni hacer nada de lo que he hecho hasta ahora para eso, solo necesitaba quitarme la falda durante mis reportes semanales para encontrarme a Naruto cinco segundos después dentro de mi. Pero claro que mi orgullo no me permitiría meterme con alguien como él, tenía una historia de indiferencia y desprecio contra él, así que entregarle mi cuerpo era señal inequívoca que él era mejor que yo. En cierta manera era humillante que después de dos meses no hubiera conseguido con quién acostarse, sabía que estaba envejeciendo pero esto era ridículo, hasta ahora no había encontrado ningún hombre lo suficientemente bueno para justificar engañar a mi esposo.

"Hay un grafiti lascivo sobre ti en los cubículos del baño de chicos" me informó Anko con un tono monótono y aburrido. "El conserje está pintando sobre él mientras hablamos, pero estará listo de nuevo en poco tiempo. Te llama puta caliente. No creo que hayan roto la palabra p todavía. Pero dales unos meses y pasarán a la palabra con Z".

Los ojos permanentemente entreabiertos de Anko tenían una forma de mirar más allá de mi cara cuando hablaba; parecía estar mirando hacia el futuro cercano y viendo las decepciones del mañana.

"Los chicos siempre serán chicos" declaré, antes de continuar con mi camino, estos incidentes se habían convertido en algo muy habitual, claro que el grupo de Boruto intentaban acabar con eso a su manera pero había Sido hasta ahora inútil, lo único que había logrado era que el chico terminara en detención varias veces.

Las demostraciones públicas de adulación no me atraían en lo más mínimo pero los chicos seguían intentando impresionarme, lo que era irónico porque había logrado atraer a muchos chicos pero ningún hombre, incluso si fueran hombres: estos estudiantes no serían mi público objetivo. Alguien lo suficientemente audaz como para desfigurar la propiedad de la escuela ciertamente no podría guardar ningún secreto, aunque serían increíblemente fáciles de seducir. Naruto era preferible a ellos en todo aspecto.

Mi tiempo como profesora en la academia había sido una llamada de atención a lo tonto que eran en realidad mi forma de pensar. Inicialmente esperaba que con solo tener la oportunidad sería suficiente, para que los hombre se acercarán a mí con intenciones de llevarme a la cama, ahora entendía que tenía que ser la que iniciará todo.

Esto lo aprendí bien hace una semana, cuando pensé que finalmente encontraba el hombre perfecto, lo había estado viendo por dos semanas. Tiempo en que desarrollé un enamoramiento platónico por él, se llamaba Oturan, un hombre desafortunadamente muy moralista y recto. Era encargado de la clase de atletismo y coordinador entrenamiento de combate de la academia; No pude evitar usarlo en varias ocasiones en mis fantasías, a pesar que me disgustaba su barba.

Cuando estaba cerca de él me aseguraba de que mis manos chocarán contra sus brazos mientras me inclinaba en cada oportunidad posible para enseñar mi escote; Con frecuencia le di a su espalda y hombros un toque tranquilizador cuando pasaba por su escritorio. Después de que no pudo dar una clase por problemas personales, me ofrecí como voluntaria para cuidar y supervisar su clase: finalmente cuando volvió al día siguiente, vino a mi salón en dónde solo estábamos nosotros dos sin preocupaciones de ser molestados. Cuando terminó de agradecerme, le pregunté si me podía recompensar yendo a cenar en algún lugar y me incliné sugestivamente sobre mi escritorio dejando ver más mis pechos.

Sus ojos se congelaron con horrorizada incredulidad. Quizás fue la prisa por juzgar mal la situación, pero mi primer pensamiento era que fue por mi culpa, tal vez era el enfoque equivocado con una persona como él. De repente me miró como si hubiera visto a un demonio aparecer en mi hombro o haber visto el Sharingan aparecer en mis ojos. Quería recordarle que el deseo era solo humano, pero pensé que probablemente eso era justo lo que él esperaba que dijera una mujerzuela.

"Sra. Yamanaka —dijo en tono firme y con su voz de porcelana —, creo que está confundiendo mi gratitud por algo más, estoy felizmente comprometido y usted es casi una década mayor que yo."

"Entiendo" Exclamé desinflado mi entusiasmo. Salté del escritorio para disculparme y caminé hacia la puerta. "Lo siento".

Había retrocedido con un pie y luego con otro. La mirada de incredulidad en su rostro me dijo que ya lo había perdido antes de decir algo, de alguna manera él había visto a través de mí, o tal vez era hábil para presagiar. Desde entonces lo he estado evitando. Por lo que en lugar de comer en la sala de profesores como todos los demás profesores simplemente iba al tejado de la academia a comer ahí, lo que pareció molestar algunos estudiantes que veían ese lugar como su santuario lejos de los profesores pero no me importaba arruinar sus sesiones de besuqueos.

Así que por mientras que comía sola en medio del tejado de la accademia simplemente podría maldecir mi suerte, era obvio que era esperarme hasta encontrar a otro buen candidato o tomar mi única opción disponible, en ese momento me decidí quitando el anillo de mi dedo del medio para guardarlo en mi bolso.

/

Algo que me había enseñado la vida era que todas las familias felices se parecen entre sí; los mismos pilares, las mismas ideas y las mismas sonrisas de felicidad. Pero aun así, cuando las desgracias las impactan, cada una reacciona a su manera particular.

En la casa Harudo parecía que en lugar de reinar el caos después de revelarse la noticia de la infidelidad de su hija, reinaba un ambiente de felicidad y de fiesta, que no se vio interrumpido ni cuando la esposa legítima apareció en su puerta con toda intención de confrontarla. La destrucción causada a su casa por aquel incidente fue también motivo de festejo en los miembros de aquella casa, ya que el famoso Clan Hyuga estaba obligado de reparar la vieja y desgastada casa a un estado mejor que antes, realmente no era sorprendente que con padres como esos Sakura hubiera recibido bullying en el pasado.

Por este motivo era que me había negado cada vez que podía a visitar esta casa o interactuar con los padres de esta, me puse el anillo antes de tocar a la puerta, necesitaba saber la situación amorosa de Naruto antes de verme involucrado con ese cabeza hueca y Sakura era la mejor persona para darme una actualización. Claro que no seria dificil hacerla hablar de sus problemas.

"Pero si es la señora Yamanaka, supongo que vino a ver a Sakura, cuanto tiempo sin vernos"

"Si, cuanto tiempo" sabía que esas palabras dulces eran una falsa, ella seguía viéndome como otra persona que su familia podía usar para sus propósitos tal y como me veía cuando era niña. De igual manera agradeció que llamara a Sakura, si esta no destruyera sus casas tan seguido no tendría que venir a este lugar, salude a Sarada que se encontraba hablando por teléfono con lo que parecía ser una amiga.

Me pregunté en ese momento que tanto la mentalidad de su abuela se había arraigado en su pequeña cabeza en ese momento, aún recordaba una noche que me invitaron a comer y escuche el discurso más perturbador que puede escuchar a mis catorce años de edad, en ese momento pensé que se habían olvidado de que estaba ahí pero ahora entiendo que ni siquiera le importaba la opinión de una chiquilla como lo era en ese entonces. Si recuerdo bien ella dijo algo como:

"Es una verdad reconocida universalmente que un hombre soltero en posesión de una bella fortuna necesita de una esposa. En especial de un chico tan talentoso y de un clan tan respetado como es el joven Uchiha, tal vez aun sea muy chico para pensar en esos asunto pero algun dia lo hara, por lo tanto nuestra pequeña Sakura tiene que trabajarlo para hacerlo caer por ella antes que otra chica se lo pueda ganar.

Sin embargo, poco se sabe de los sentimientos del chico o por lo menos nadie del vecindario tiene alguna idea de cual clase de chicas le atraen, sin importar su opinión del tema. La verdad es que la idea de hacerlo el prometido de alguna de las chicas de la aldea está tan presente en la cabeza de sus madre, que algunas ya le consideran de la legítima propiedad de sus hijas"

Su mente era un lugar que realmente no quisiera entrar, aunque no necesitaba hacerlo para saber que estaba feliz que Sakura asegurara todos los bienes que habían dejado los Uchihas y que aún así tuviera la audacia de tener una aventura con el Hokage, aunque era verdad que pocas mujeres terminaban embarzada de los dos hombres más poderosos del planeta.

Unos momento después bajó la persona que vine a ver cargando a su pequeña niña: ojos azules, cabello rubio y la frente de su madre. Realmente rezaba por quien fuera su futuro esposo, ya que no me quería ni imaginar cómo sería su personalidad al combinar la de sus padres

La actitud feliz que tenía al bajar claramente contrastaba con la infelicidad que veía en el rostro de Hinata cada vez que la visitaba, en momentos como esos me preguntaba si realmente nos había visto como amigas alguna vez o tan solo como herramientas como su madre, aunque tenía que agradecerle ya que no sería la responsable de arruinar el matrimonio de alguien gracias a ella.

La primera vez que fui a visitar a la Uzumaki (que se niega a cambiar su apellido) después de que se diera a conocer la noticia; la encontré vestida con un vestido sucio, rodeada de un completo desastre y lucía una cabellera apenas arreglada hace unos momentos con dos o tres pasadas rápida de algún cepillo. Sus ojos, agrandados por la demarcación de su rostro, ofrecían una expresión que parecía sacada de una película de terror. Para ese momento ya llevaba tres días tratando en vano de reunir sus pertenencias y las de sus hijos para ir a refugiarse con su clan, estaba simplemente tan devastada que le resultaba imposible tomar cualquier objeto sin que los recuerdos la hiciera llorar por media hora.

La maldita zorra como la llamó en ese momento, la había usado los últimos meses para que la cuidara y le acompañará a sus citas en el médico por mientras que cargaba en su vientre al hijo de su esposo, que los cálculos mostrará que debió quedar embarazada por la fecha de su aniversario de bodas con Naruto solo fue la cereza sobre el helado.

Recuerdo que Boruto termino peleandose con su padre pasando un mes en la casa de Shikamaru hasta que se calmó lo suficiente para irse con su madre al complejo Hyuga, en aquel momento fue cuando me di cuenta que este era realmente popular entre las chicas al enterarme que cada dia iba una chica diferente a visitarlo, me recordaba a Sasuke en mis días de Academia excepto que al parecer este si estaba interesado en convivir con las chicas. sabía cómo usar su encanto y posición para coquetear con las chicas. En cierta manera me sentía celosa que fuera el hijo de Hinata y no el mio quien fuera el galán de esta generación.

Mi charla con Sakura fue realmente inutil, la situación no había cambiado desde nuestra última plática, empecé a caminar hacia mi casa cuando fui alcanzada por una agitada Sarada.

"¡Señora Yamanaka espere!"

"¿Sarada?"

"¿Me puede hacer un favor?" supongo que mi cara de sorpresa debió ser evidente, porque sarada empezó a explicar lo que quería que hiciera y las razones de una forma tan rápida que no me dejaba procesar lo que decía, básicamente quería que culpara todos los actos hechos en mi contra a una chica llamada Sumire Kakei. La conocía y era una buena chica así que no lo haría.

"Lo siento Sarada pero no voy a destruir la vida de esta chica simplemente porque no te agrada, sé lo de su pelea de años con ella y no quiero meterme en medio de este drama adolecente."

Me di la vuelta sin darle importancia la cara de enojo que había puesto, sabía que al igual que Sakura en su juventud intentaría tomar algún tipo de venganza pequeña por no hacer su voluntad. Pare de caminar un momento para ver en su dirección para ver cómo se iba enojada a su casa, una sonrisa se dibujó en mi rostro al recordar como hace unos días durante un enfrentamiento de entrenamiento en la clase que sustitui al idiota que me rechazo, Sumire a costo de una herida grabe en su brazo derecho había cortado la ropa de Sarada dejandola expuesta ante todos.

En mi defensa no sabía que por ninguna razón debía poner a esas dos a pelear entre ellas. Rivales en el amor, en lo académico y en cualquier otra cosa en donde las pongas juntas. En cierta manera me recordaba mi relación con Sakura a esa edad pero llevada al extremo de lo absurdo.

/

"¿Qué hace usted comiendo en un lugar como este?" está pregunta me sorprendió ya que era muy raro que alguien me hablara cuando estaba comiendo mi almuerzo, los alumnos preferían permanecer lejos y los profesores no venían a la terraza, aunque rápidamente reconocí a Boruto quien parecía no tener problema en tratarme como si fuera uno más de sus amigos.

"Podía preguntar lo mismo"

"Es la semana que tengo que permanecer con mi padre, así que no traigo lonche." Me surgió la duda si solo me veía como una forma de pasar el tiempo o si quería que le compartiera mi comida. Hinata había invitado muchas veces a mi hijo a comer con su familia cuando esté iba a comer, así que sentí que era mi deber compartir algo de mi lonche, simplemente levanté mi plato y le ofrecí algo de comida. No lo dudo ni un momento antes que tomara algo de la comida con las manos, sentía que era antihigiénico pero no dije nada limitándose en no tomar ningún bocado más de esa parte, también tomó un trago de mi botella y por desgracia no podía evitar beber en peligro de asfixia por la comida.

Le pregunté por el asunto de Sarada y Sumire, si al fin había logrado salir de esa situación, solo para recibir la respuesta que esperaba "NO"

"No me gustaría estar en tu posición con esas dos. Por cierto aquí entre los dos ¿Sabes si Inojin tiene alguien en especial? Digo tiene 17 años y no me ha presentado a nadie"

"Bromea ¿Cierto?... Su hijo se la pasa dibujando todo el tiempo, incluso cuando le hablo de videojuegos, todo lo que él puede decir es algo como; sí tenía un hermoso paisaje ese juego o la perspectiva de este dibujo está toda mal, lo debió de dibujar un novato"

"Como su padre"

"Bueno, ya está casado con usted asi que supongo que tiene permiso de perderse en su pasatiempo"

"mm... Si…. Tienes razón, ¿Quieres la última bola de arroz?"

"Si, muchas gracias, estuvo rico" la forma que lo dijo está última frase, con esa alegría infantil me recordó a alguien. "Jajaja… Eres igual que tu padre"

"No es cierto, no soy igual a ese perdedor" me reí un poco al saber que su propio hijo lo considerará un perdedor, era obvio que aunque salvarás el mundo un perdedor sería un perdedor a pesar de todo, si no estuviera desesperada ni lo consideraría en mis planes.

"Es normal que el hijo se parezca al padre, siempre que no seas un maldito maniqueista como tu padre, todo estará bien"

"¿Un maní… maní… maniqueta? ¿Que es eso?"

"¡Maniqueista! En pocas palabras una persona divide a todas las personas en dos grupos; los buenos y los malos"

"No entiendo ¿Qué hay de malo en distinguir a los tipos malos de los buenos?" Suspiré lentamente entendiendo, claramente si Naruto no sabría algo tan básico en la política menos lo haría su hijo, supongo que era mi deber enseñarle el concepto para que no terminará como su padre. Termine de dar mi último mordisco antes de empezar a considerar mis ideas para encontrar una forma de explicarle el asunto de una forma clara, su padre era un terco de mierda que seguía pensando de esta manera después de tantos años y que sería difícil cambiar la forma de ver el mundo de sus hijos. Sus ojos estuvieron todo el tiempo enfocados en mí, con interés a lo que iba a decir, me levanté para tocar su frente para ser un enlace mental para enseñarle bien lo que quería decir. Después de todo faltaban 5 minutos para volver a clases y de esta forma podrías tener hasta años si fuera necesario.

"¿Dónde estamos?"

"En tu mente, tendremos todo el tiempo del mundo para hablar aquí"

"Empecemos por tu pregunta;

El principal problema es que ¿Cómo definimos quién es el malo y quién el bueno? Muchas personas que usan este tipo de ideologías creen que ellos son los buenos y los malos son todos lo que se le enfrenten o contradigan son los malos" le puse a varios tiranos de los libros de escuela de la academia, quería usar la imagen de Uchiha Mandara pero era ilegal usar su imagen o de cualquier Uchiha para algo como esto, así que al no estar segura de no ser acusada por Boruto decidí no arriesgarme. "Tu padre no es un caso muy extremo, en el peor de los casos, estas personas pueden justificar cosas terribles con la excusa de que las demás personas se lo merecen al ser los malos en sus cabezas.

Si me lo preguntas es una forma muy infantil de ver al mundo, nadie es totalmente malo ni totalmente bueno"

Mi lección continuó por lo menos 8 horas debido a que saltábamos de tema en tema, era como si me hubiera convertido en una maestra particular para el joven rubio, con preguntas y respuestas de ambas partes de cada tema que tocábamos. La falta del sentido del tiempo dentro de las mentes humanas era una de los elementos más peligrosos de este tipo de técnicas. Por un momento pensé seriamente que está debía ser la mejor forma de enseñar a cualquiera lo que sea; rápido, eficaz, claro y preciso. Sin ningún tipo de malentendido o tener que repetir todo dos veces.

Ahí fue cuando lo peor que nos pudo pasar ocurrió.

Cometí un error de novata, al no suprimir bien mi subconsciente dejando que usará el enlace mental que teníamos para hacer contacto con el subconsciente de Boruto, normalmente esto significaba que tenía que estar peleando con mi oponente y con las monstruosidades que eran creadas por la interacciones de ambos subconscientes. Nada parecido a una advertencia ocurrió por lo que no note a tiempo que nuestros cuerpos se estaban moviendo por instinto en lugar de por decisión. Ninguno de los dos recuerda lo ocurrido durante esos cinco minutos exactamente. Cuando volvimos al mundo real ambos estábamos bajando las escaleras hacia nuestras respectivas clases, vimos alrededor y al entender lo que debió haber pasado me disculpé por mi descuido, no pudimos hablar mucho porque ya que no teníamos tiempo pero era obvio para ambos que algo había pasado. Inmediatamente pensé en hacer el jutsus para la reconstrucción mental de la memoria perdida, pero lo descarté porque realmente no parecía haber pasado nada malo.

mi mente no había registrado nada pero la memoria muscular sin duda servían para saber lo ocurrido, aparte de un cosquilleo en los glúteos y un sabor raro en mi boca probablemente proveniente del almuerzo, no había nada que indicará que hubiera pasado algo malo.

"Es mejor que vayamos a clase ¿me toca con ustedes?"

"Si, es mejor que estés en clase, no quieres que te repruebe. No creas que te pasaré por ser amigos"

"¿Así que me considera un amigo?"

"Eres el amigo de mi hijo y el hijo de mi amiga, supongo que no es tan raro que te considere algo más que un conocido" entonces coloque mi mano derecha sobre la parte superior de su cabeza, sonriendo como si estuviera acariciando un niño pequeño "Aunque para mí, siempre serás el pequeño Boruto que parecía más un desastre natural que un niño pequeño"

/

La vía alejándose después de acariciar mi cabeza, me quedé en ese lugar unos segundos para evitar que nos vean bajar juntos de la azotea, malos rumores podrían surgir si alguien nos viera hacerlo. Inojin, Sarada y Sumire estaban entre los primeros nombres que se me ocurrían de una gran lista que no estarían felices de que me acerque tanto a la señora Yamanaka. Aprovechó la situación para verle el trasero por mientras que caminó atrás de ella, en momentos como esos la cruzada emprendida por su hijo para evitar que los demás chicos hablarán vulgarmente sobre ella era obviamente un caso perdido, claro eso no me importaba ya que no perdería ni una sola oportunidad de quedar bien ante su madre.

"Eres igual que tu padre" ella tenía mucha razón cuando dijo está frase, aunque me seguía molestando, después de todo estaba usando hasta mis días desafortunados para acercarme a ella. Igual que mi padre había hecho con la señora Uchiha.

Aunque supongo que la atracción que siento hacia ella era muy diferente a la que había sentido hacia Sarada, Sumire o cualquier otra chica que he llevado a la cama. Con sarada era sólo una atracción física por mientras que con Sumire es una atracción emocional. Será por ello que termine en tan malos términos con Sarada cuando rompimos, por mientras que llevó años con Sumire aún como cuando perdí hace años el interés en ella. La señora Yamanaka era diferente, sentía una atracción tanto física como emocional, cuando hablamos tenemos tanta química que simplemente pierdo la noción del tiempo, incluso puedo sentir como ella también le gusta hablar conmigo.

No es como si esto hubiera iniciado de la noche para la mañana o cuando ella se volvió maestra. Supongo que todo debió empezar cuando tenía seis años e iba a las casas de los amigos de mis padre a jugar con los demás niños, en cada casa siempre había una actividad diferente para hacer; en la mía jugábamos videojuegos, en la casa de shikadai jugábamos en el bosque y con Sarada nos ponían a estudiar. El único lugar que solía odiar era la casa de Inojin, ya que solo nos ponían a dibujar o nos enseñaban sobre Flores, lo que obviamente no me interesaba por lo que solía usar cualquier excusa para salir de ahí lo más rápido posible.

Los únicos días que me quedaba por más tiempo del necesario era cuando la Señora Yamanaka estaba en su hogar, me solía enlazar mentalmente para mantenerme tranquilo por mientras que ella hacía labores de la casa, siempre me ponía a ver películas o programas que había visto en el pasado no creyendo necesario poner medidas de seguridad para un niño. Supongo que ella no pensó en que algo malo pasaría o estaba tan ocupada que ni notaba el pequeño error que hacía, tal vez estaba acostumbrada a hacerlo con Inojin u otros niños Yamanakas, quienes nunca en su sano juicio se le ocurriría invadir la mente de alguien tan superior en poder.

Claro lo que ella no supiera que aún a esa corta edad ya podía moldear chakra y por lo tanto interactuar con su jutsu pudo ayudar, entonces fue cuando empecé a ver sus recuerdos sin ningún tipo de filtros, hice eso por lo menos unas mil veces desde los seis hasta los díez años cuando las citas de juego pararon por algunos problemas ocasionados por nuestro mal comportamiento.

Claro que no ví su vida completa pero sí muchos de sus momentos felices y tristes, además de aprender muchos secretos que nadie le diría a un niño, tres años después del primer incidente realmente ya no me llamaba la atención ninguno de los recuerdos que quedaban. Así que solía ver los nuevos recuerdos que se guardaban, aunque nunca pude salir de la memoria hacia otras partes de su mente, simplemente no tenía el conocimiento de cómo hacerlo.

Técnicamente todo eso era ilegal en muchos niveles, los efectos eran parecidos a la técnica para cambiar cuerpos, con la excepción que no se borraba mis recuerdos para implantar los de otra persona. Sino que la conexión me permitía copiar los recuerdos de la señora Yamanaka. Normalmente sería difícil de encontrar todo el tiempo necesario para esto o personas dispuestas a hacerlo voluntariamente, después de todo la visión de recuerdos tenía una velocidad límite, por lo que necesitan grandes cantidades de tiempo para transmitir la información.

Esto a su vez cambiaba rápidamente mi forma de ser, al permitirme madurar más rápido, además de cosas adicionales como que me resultaba muy fácil tener largas conversaciones con mujeres.

"Al fin te encuentro ¿Dónde habías estado?"

Suspiré al ver a Sarada atrás de mí con una cara de pocos amigos, la señora Yamanaka también escucho esto por lo que volteó un poco para verla antes de continuar caminando y alejarse del asunto, realmente debía ser agradecido de que Sumire aún seguía en recuperación por la herida de su último encuentro con Sarada.

¿Cómo diablos la suspensión de Sarada había sido mucho menor que la de Sumire? Supongo que debe ser mayor por su tiempo de recuperación.

"¿Para que me buscabas?"

"No es obvio, para comer juntos"

"Sumire me mataría si hiciera eso"

"No necesitas permiso de esa tonta chiquilla"

No era tan tonto para no ver a través del engaño de Sarada, ella había jurado su deseo que volviéramos a ser pareja nuevamente, la verdad era que le había dolido que fuera yo quien terminará con todo. Dejándola en una mala posición, lo que empeoró cuando mi próxima pareja fue su detestada rival, ahora era cuestión de orgullo para ella tomarme de vuelta y probablemente dejarme después de conseguirlo. No por nada había actuado especialmente amable conmigo estos días, no ayudaba que por mientras estuviera quedándome con mi viejo ella pudiera seguir a su madre en sus visitas repentinas, actuar hostil tampoco estaba entre las opciones si quería proteger a Himawari.

"Aunque eso ya no importa, mañana comeremos juntos"

"Pensé que pasabas la hora del almuerzo con Denki" Su sonrisa se borró tal vez preguntándose ¿cuánto sabía? Pero claro el asunto no era de conocimiento público así que no podía saltar defensivamente.

¿Dónde había quedado la Sarada que conocí cuando tenía 12 años? Está pregunta surgía en mi mente en momentos como este; recordando el tiempo en que era una persona confiable, respetuosa, sería, idealista, ambiciosa y con modales. La caída moral de su madre le había afectado de una forma profunda, supongo que tampoco ayudó que rompieramos por eso.

"Fueron las demás chicas las que lo invitaron, yo me opuse pero ellas eran mayoría."

"Ya veo" Hubo un tiempo en que había Sido amigo de Denki como la mayoría de hombres pero él paulatinamente se separó de los chicos, era asquerosamente rico así que atrajó la atención de muchas chicas interesadas y a diferencia de otros, él no tenía que cuidar el prestigio de un clan. No pasó mucho tiempo después de esto para que los rumores acerca de las chicas que se juntaban con él empezarán a circular.

Sarada no era la excepción a estos rumores.

La campana sonó en ese momento, salvándome de tener que continuar con esa conversación, la siguiente clase de la Uchiha estaba del otro lado del edificio así que empezó a correr. Solo diciendo "Habláramos a la salida", yo por mi parte continúe mi camino al salón en dónde la maestra estaba hablando con unas chicas, por lo que me dirigí a mi asiento sin decir ninguna palabra.

"Que fastidió"

Cuando inició a dar clase la señora Yamanaka inició escribiendo como loca enfrente de la clase, tantos movimientos trajeron una memoria feliz a mi mente pero era mejor que no pensara en aquello en medio de la clase.

/

La noche de póquer de mi padre me proporcionó una cobertura perfecta para mi primera diversión en un tiempo. Cada fin de semana, después de su caminata por el parque, varios de sus viejos compañeros de equipo venían a la casa a jugar a las cartas. Aunque en los últimos dos meses por varias circunstancias no habían podido llevarla a cabo. Así que ahora que la rutina volvía a la normalidad, era hora de volver a vigilar aquel asunto, me puse la ropa negra debajo de mi ropa común y me prepare para salir.

Dudaba que mi padre sospechara algo de mis actividades fuera del complejo pero no quería preocupar lo de forma innecesaria. Hace unos meses casi me descubre por olvidar limpiar el lodo de mi casado, desafortunadamente mi padre seguía con un sentido muy agudo para ver pequeños detalles, por suerte logré convencerlo que los había pisado algo desagradable antes de volver así que lo limpié con agua y por eso tenía el lodo en mis sandalias. Mi pensamiento inmediato fue que él sabía que estaba haciendo algo pero prefirió dejarme lidiar con todo como la cabeza del clan, no sabía realmente si lo había engañado o si estaba vigilando mis actividades desde lejos, incluso estaba el pánico ilógico de que se las había arreglado para leer mi mente con la ayuda de un Yamanaka.

De todas formas saldría está noche para hacer la vigilancia necesaria, mi hermana probablemente permanecerá encerrada en su habitación como cada noche, así que solo tendré que pasar por el pasillo junto al cuarto en dónde se jugaría póquer. Mi padre no fuma, no bebe y no va con las mujerzuelas como sus ex-camaradas. Pero todas esas cosas estaban presentes en aquel cuarto, traídas por sus amigos, hombres ricos y poderosos de avanzada edad que pocos en la aldea conocen pero que tenían mucho peso en esta. Una escena incómoda de ver para una dama de la alta sociedad como lo era yo, bueno sería incómodo para cualquier mujer ver a un montón de viejos reunidos jugando por mientras que una mujer más joven que una misma está en sus piernas dándole de comer y beber por mientras que siguen jugando, una vez que terminan estos simplemente se llevan a sus acompañantes a sus mansiones.

Sin otro remedio pase por el cuarto para avisarle a mi padre de mi partida, ver está escena nuevamente simplemente hizo que se viera aún menos terrible de lo que recordaba, no era como si estas personas fueran sucias o descorteses sino todo lo contrario. Incluso haciendo estas cosas de dudosa moralidad se veían como hombres decentes.

Deslicé la puerta del patio para abrirla lentamente, tal como indicaba las buenas costumbres poniéndome de rodillas por mientras que indicaba mis intenciones. "Le informa a mi honorable padre que voy a salir a visitar a la señora Hong"

Todos miraron hacia arriba con sonrisas de aprobación demasiado grandes, el alcohol había dado a sus músculos faciales un mayor rango de movimiento.

"Entiendo, te agradezco de informar me con antelación. Aunque debe ser una molestia para la cabeza del clan Hyuga informarle de sus movimientos a un inferior."

"No es ningúna molestia" claro que lo era, pero los procedimientos aún seguían siendo importantes. El clan era más democrático de lo que muchos piensan y lo último que necesitaba era una pelea interna con mi padre.

"Lleva a mi hija contigo de vez en cuando, en una de tus salidas de chicas, ¿quieres?" Repentinamente dijo el señor Liu, ya algo medio ebrio, poniendo una cara de molestia. "Su idea de convivir en sociedad es ir a la librería y platicar con la anciana que la atiende sobre libros, a esta paso nunca se casará".

"Creo que se lo pides a la persona equivocada, mi hija hasta ahora no ha mostrado intenciones de casarse"

"Aún es joven, además después de lo que le pasó a la mayor dudo que casarse esté en sus planes"

Los hombres se rieron entre dientes al decir un chiste cruel de Naruto poco después de eso, algo relacionado a su promiscuidad y a la aprendiste de la quinta Hokage, muy a penas conocía de la persona de la que estaban hablando. Cerré la puerta y le dije adiós a mi padre.

Mi padre siempre supo la naturaleza del Uzumaki incluso antes de casarse con mi hermana, solo permitiéndole que se casará por la persistencia de esta última y por la posibilidad de asimilar la sangre de este en la Hyuga, no me pareció bien en ese entonces pero con el tiempo realmente creí que Hinata podría vivir toda su vida en la mentira. Me equivoqué. Realmente no importaba, ella hubiera terminado en un matrimonio por conveniencia tarde o temprano, solo le permitimos escoger su grillete.

Afuera me crucé con nuestro vecino, regando sus plantas, sosteniendo la manguera al ras con su ingle como una broma pesada para el mismo. Saludé con la mano fingiendo no saber sobre su broma privada, y él me miró con una mirada demasiado larga que resultó en que la manguera girara en la entrepierna de sus pantalones lo mojara, Sonreí un poco al ver esa escena. A diferencia de mi hermana, yo me doy cuenta de mi efecto en los hombres, me detuve justo frente a él. No tenía pensado darle una oportunidad pero tenía curiosidad de cuál sería su mejor estrategia de seducción, así que espere a que hablara primero, por mientras que daba una sonrisa amable que le invitaba a dar su mejor intento.

"Si necesitas veneno para hormigas bravas en tu patio, compré lo suficiente para enviar a cada uno de esos malditos mordedores directamente al infierno"

Cinco segundos y acaba de arruinar su oportunidad.

Bueno, supongo que por mientras que unos hombres nacían para esparcir su semilla en cada mujer que conocía, había otros como él que estaba destinado a morir sin hijos.

"En realidad, ya tenemos algunas preguntas encargadas del jardín y fueron ellos que sugieren mantener las hormigas como método Natural de control de pestes"

El vecino se mordió el interior de la mejilla y redujo la presión de la manguera a un hilo bajo e impotente al saber que su intento de coqueteó había fallado. Se retiró después de eso con una tonta excusa. Tenía que recordar mantenerme lejos de él, daba una impresión extraña y no dudaba que intentará algo malo en mi persona si se le daba la oportunidad.

Ya a una distancia considerable del complejo Hyuga me quite la ropa y la guarde en un escondite especial, mi traje negro era mejor para esconderme en la oscuridad que reinaba a estás ahora, revise por última vez el pequeño saco que traía desde que salí para revisar que aún trajera el recipiente de vidrio con el veneno. Tal vez no sea hoy pero algún día este líquido se va deslizar por la garganta de aquella persona.

Sin pensarlo mucho me dirigí a mi primer destino, la casa Uzumaki. Necesita ver cómo las cosas iban con Boruto y Himawari antes de proseguir con mis actividades, sabía que él acuerdo con Hinata decía que no me metería en los asuntos que incluyeran a su hijos, pero tenía que seguramente que mis dos preciados sobrinos estuvieran bien. Enviar a un miembro del clan normalmente era suficiente pero debes en cuando era mejor lidiar con estas cosas una misma.

En mi camino me encontré con un viejo borracho totalmente inconsciente en medio de un callejón, no lo pensé mucho cuando mi kunai pasó por su garganta, incluso si hubiera estado consciente en ese momento no hubiera podido llamar por ayuda. Mi corte fue precisó y mortal, me aseguré que la sangre fluyera por dentro de su ropa para que nadie se diera cuenta de su muerte hasta mañana, ni siquiera fue necesario detenerse para dar ese paso, así que me aleje de mi más reciente víctima tranquilamente. Era realmente fascinante lo rápido que podía quitar la vida a una persona random, de privar a una familia de su padre o a un nieto de su abuelo, siempre me había encontrado fascinada de la facilidad que el mundo de una persona podía ser destruído y modificado por cuestiones fuera de su poder.

Era incluso más extraño que no me importara en lo más mínimo lo que acababa de hacer. Acabar con la vida de una persona me resultaba tan irrelevante como haber matado a un insecto, está debió de ser la número 17 o talvez 18 que mataba, soy como una pequeña niña que vio un hormiguero y empezó a matar a las hormigas para quitarse el aburrimiento. Aunque claro que aún estaba aburrida. Por lo que había pasado a actividades más interesantes, como el proyecto primitivo, el cual ya habría terminado la tercera etapa según el calendario.

Realmente no tardé mucho tiempo en llegar a la residencia Uzumaki, era un viaje corto que toma tan solo catorce minutos, lo que había sido demasiado conveniente para mí hermana pero ahora era muy dolorosamente cercano. Me pude ocultar en el mismo lugar de siempre, justo al otro lado de la calle de la casa en un ángulo que permitía una vista del patio trasero entre su casa y su único vecino contiguo. Lo negro de mi traje me ocultaba perfectamente en la oscuridad, así que no tenía miedo de ser descubierta.

La primera cosa que me llamó la atención fue que Boruto se encontraba parado en la esquina con su noviecita besuqueandose, no me agradaba esa chica pero era una mejora de su Ex por lo que esperaba que la siguiente fuera una chica decente, Himawari estaba junto a ellos comiéndose un helado haciendo su mejor para ignorar a la pareja. Pobre niña, era ser la tercera rueda de un par de adolescentes o volver a la casa para ser la tercera rueda de su padre y la amante. Habla de la traidora podía ver por la ventana como estaba en la sala viendo una película.

Muchas personas pasan toda su vida con las persianas cerradas pero este no era el caso de mi ex- cuñado, la luz de la sala estaba apagada pero la luz de la pantalla era suficiente para que los viera sin que tuviera que encender el Byakugan, ¿tal vez estaban solos en casa? Todavía no conocía lo suficiente la situación como para arriesgarme a infiltrar la casa. La última vez había puesto yerba venenosa en su ropa interior y la vez anterior a esa había puesto laxantes en los ramen instantáneos. Era una venganza muy infantil pero no me divertiría matarlos, sería mucho más divertido llevarlos al abismo y que fueran ellos mismos que tomarán ese paso, aunque tenía que continuar lentamente con el plan ya que Hinata seguía muy apegada al rubio.

No valía la pena hacer nada arriesgado. Hubo un destello de luz en una de las ventanas traseras y me concentré más, de repente dejando escapar un largo suspiro de gratitud por mi suerte, Sarada estaba ahí por lo que sabía lo que tenía que hacer para tener algo de diversión. Esa noche no sería otra vigilancia aburrida.

Lancé un pequeño kunai con papel bomba a la puerta y me aleje rápidamente, yo podía ver lo que ocurriría desde lejos pero nadie de los presentes podía, incluso los Ambu que estaban cuidando la casa estaban sorprendidos por la repentina explosión.

Aunque a la distancia podía escuchar las voces de los caminantes rodeando el lugar de la explosión y acercándose desde todos lados. Fue espectacular ver a los ambus salir como abejas furiosas a las que le habían golpeado el panal pero sin ninguna idea a quien atacar, Boruto y compañía como anticipé fueron a investigar lo ocurrido en la casa de su padre, por mientras que todos los que estaban dentro de estos salieron por la puerta trasera para ver qué era lo que pasaba.

Sarada y Sumire se encontraron cara a cara, la primera vio a mi sobrino lleno de lápiz labial en sus labios y instantáneamente atacó a la segunda, la joven Uchiha al igual que su madre tenía una mentalidad retorcida que no acepta ser rechazada. Siendo tan cínicas que consideran a un hombre de su propiedad aún cuando tiene años con otra mujer.

"Lo juro", protestó una voz de mujer que estaba cerca de donde estaba oculta, era fastidioso tener que interpretar lo que ocurría por mientras que un par de señoras no dejaban de hablar al lado de mi. "¡Hice todo en mi….!"

Apagué mi Byakugan cuando las señoras se seguían acercando, maldije que mi diversión fuera interrumpida por aquellas señoras, pensé en matarlas pero una muerte misteriosa está noche era suficiente para llamar la atención. Reanudé mi vista. Boruto había entrado en la casa seguido por ambas chicas, al parecer Naruto había entrado en el modo Hokage y había parado la pelea, de forma incómoda pero todos los adolescentes presentes se sentaron juntos en la sala.

Sakura estaba ahí vigilando que las chicas se pelearán pero claramente estaba pasando por alto las provocaciones de Sarada al abrir sus blusa para mostrar su escote, levantar un poco su minifalda e intentar provocar a Sumire, la cual hacía lo mismo al abrazar al Uzumaki.

En ese momento recordé la pequeña bastarda de mi Ex- cuñado pero por más que intente no la veía en ningún rincón de la casa.

Me gustaría quedar me a ver el pequeño espectáculo pero sabía que mis sobrinos terminarían yendo a pasar la noche en el complejo Hyuga y aún tenía cosas de las que encargarme antes de volver. Así que me contente de arruinar la noche de esos malditos infieles.