¡Hola! ¡¿Cómo están?! ¡Primero que nada, quiero desearles un lindo inicio de semana! Gracias por acompañar a Candy y a Anthony hasta este punto en sus vidas. ¡Bendiciones!

"UNA VISIÓN DE AMOR"

CAPÍTULO XXXVIII

En la pequeña Iglesia de Santa Catalina en Lakewood, el Bautizo de la pequeña Hope fue todo un suceso, el elegante grupo que acompañaba a los orgullosos padres no pasó desapercibido para todos en la comunidad. Todos veían con curiosidad la presencia de tan distinguidas familias acompañando a la conocida familia Andley. Tanto Annie como Patty habían llegado el día anterior junto con sus padres, a tiempo para asistir a la ceremonia, hospedándose todos en la casa Brower. Era finales de abril y el clima, aunque frío, había mejorado bastante y ya no había nieve en el pueblo.

Muy elegantes y distinguidos, pero también muy felices, Charlotte Stewart y William Andley, madrina y padrino de la bebé, escoltaron a la pequeña a la pila bautismal, y William respondió al padre en nombre de la pequeña a todas las preguntas y Charlotte la sostuvo en sus brazos mientras el sacerdote la bendecía y luego bañaba su cabecita dorada con el agua bendita en la pila de bautismo, ante una conmovida y emocionada Candy y un orgulloso Anthony. "Yo te bautizo Hope White Brower Britter, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.", dijo el padre solemne al terminar.

"Amén.", respondió la distinguida concurrencia.

Y sin querer, la pequeña haló la estola del sacerdote al él incorporarse de echarle el agua bendita, causando la suave risa de sus padrinos y familia alrededor, ganándose una sonriente admonición de parte del padre al lograr soltarse de su pequeña manita traviesa. Su carita despierta y sus ojos que ya se vislumbraban de un profundo azul miraban a sus padrinos con interés.

Tras la ceremonia, todos se trasladaron en un desfile de autos poco común de ver en el pueblo de Lakewood, rumbo a la Mansión Brower, donde un desayuno familiar fue servido a todos los invitados. Más tarde, todos se reubicaron en la mesa, Candy platicaba feliz con Annie, Patty, Charlotte y la tía abuela, sentadas a la mesa, junto a la señora Britter que cargaba a Hope, dándole su biberón, mientras platicaba con la esposa del doctor Miller y la señora O'Brien y la señora Brighton, frente a ella. Los caballeros reían felices en el otro extremo de la gran mesa, tío y sobrinos juntos por primera vez departían contentos contándose anécdotas de los últimos meses, mientras los mayores, el señor Stewart y el señor Britter conversaban con el doctor Miller, el señor Brighton y el señor O'Brien amenamente, platicando sobre la guerra y la situación económica del país, así como de la futura boda de Charlotte y de William en menos de tres meses.

Al terminar el extendido desayuno y luego de unas memorables fotos familiares en el gran salón de la casa Brower - de Hope en su bello traje blanco de bautizo acompañada de sus padres, otra con todos los invitados presentes y otra junto a sus dos atentos y sonrientes padrinos, cortesía de la cámara de Stear -, la familia completa e invitados se movilizaron a la gran sala a departir y seguir tomando té y deliciosos pastelillos, teniéndose planeado un almuerzo tardío para más tarde. Todos eran atendidos en todo momento por la atenta servidumbre de la mansión Brower, mientras Archie y Annie deleitaba a todos con música de fondo desde el gran piano de cola perteneciente a Candy, turnándose con piezas conocidas, mientras todos conversaban.

William platicaba en aquel momento con Anthony sobre algunos nuevos avances en su fundación, cuando uno de los mayordomos se aproximó a ellos.

"Señor Brower," dijo uno de sus mayordomos menores.

"¿Sí, Roger?", preguntó Anthony.

"Señor, hay una llamada en el despacho para el señor Andley."

William se sorprendió. "¿Quién es?", preguntó extrañado el patriarca, quien junto con su futuro suegro y prometida habían llegado tan solo el día anterior desde Chicago. La ceremonia se había atrasado una semana más de lo planeado para que los padrinos pudieran asistir.

"Es el señor George Johnson. Dice que necesita hablar con usted un momento."

William suspiró.

"El patriarca no descansa." Sonrió su sobrino. "Ve, tío. No te preocupes. Sabes que estás en tu casa.", le dijo Anthony comprensivo.

"Bien. Ya regreso, Anthony", dijo William Albert y levantándose de uno de los sillones, se retiró, dejando a la alegre familia departiendo, notando cómo Candy, rodeada de Patty y de la tía abuela, recibía a la bebé de vuelta, de brazos ahora de la señora O'Brien, con una alegre sonrisa, mientras Charlotte, a su lado, viéndolo que él salía del salón, le sonreía de manera adorable. William le sonrió de vuelta también a su prometida, guiñándole el ojo.

Tras atravesar la mansión solo, al insistir que sabía el camino al atento mayordomo que lo seguía, el patriarca llegó al despacho y tomó asiento en el sillón ejecutivo de su sobrino y alcanzando el auricular en espera del teléfono candelabro negro sobre el escritorio, llevándolo a su oído, sonrió alcanzando el resto del aparato para hablar por su receptor. "Menos de 48 horas ¿y el Consorcio no puede seguir adelante sin mí, George?", bromeó cordial a su amigo y empleado desde Chicago.

"Lo siento, William.", dijo una voz familiar desde el otro lado de la línea.

"Descuida, George.", rió el patriarca. "¿Qué sucede?"

"Me temo que tengo noticias sobre el asunto importante que me encomendaste hace unas semanas."

La expresión de William cambió. "¿Tan pronto?", se sorprendió.

"Sí. Mi gente de Nueva York hizo múltiples averiguaciones y con la ayuda de la foto y carta que el joven Grandchester nos facilitó, creen haber descubierto el paradero de la muchacha."

"¿En dónde está?"

"Parece ser… que falleció."

"¡¿Que qué?!" dijo William, sorprendido, poniéndose de pie, con el aparato aún en sus manos. "Pero… ¿Cómo es eso posible?", dijo el joven patriarca impactado de escuchar semejante conclusión, sintiéndose de pronto triste por su amigo.

"Parece ser que la señorita Marlowe tomó un tren el 28 de octubre y viajó a Cleveland, Ohio, donde se hospedó por una semana con una conocida de su infancia, la señorita Lilian Harrison. Allí parece haber comenzado a usar un nombre diferente ya que, a pesar de tener pocos encuentros con gente del lugar, pidió a su amiga que se refiriera a ella no con el nombre Marlowe, sino con el apellido de soltera de su madre, el cual usó para la compra de una pequeña propiedad en las afueras de la ciudad de Akron, en ese mismo estado, la cual resultó ser una estafa y perdió el dinero. Se marchó luego de allí sin dejar razón la tercera semana de noviembre, aduciendo un viaje corto a Michigan, del cual ya no regresó. Su amiga se preocupó porque según tenía entendido, la señorita Marlowe había gastado todo su dinero en la compra de esa propiedad y, a pesar del robo, no quiso presentar una denunciar formal para que no la ubicaran. Allí le perdimos la pista, ya que no se comunicó más con la señorita Harrison. Sin embargo, uno de los investigadores, siguiendo la información que les habíamos entregado, basado en el contenido de la carta, revisó en Lakewood si alguien se había hospedado con las características de la señorita Marlowe o con su nuevo nombre en el pueblo, con la esperanza de que hubiese tenido el impulso de conocer a la señora Candy en algún momento, como mencionaba."

Silencio.

"Y bien, George, ¿encontraron algo?", presionó el rubio al notar que su amigo se había quedado callado.

"No encontraron información de ella en el hotel del pueblo o en ningún hostal aledaño en los pueblos vecinos, pero… uno de los cocheros que se utilizó para movilizarse por el área, comentó haber visto a una joven parecida en el pueblo de Lakewood."

Silencio otra vez.

"George, por favor. No es momento para suspensos. ¿Por qué dices que ha fallecido entonces?"

"Porque tras charlar con el cochero, se estuvo haciendo averiguaciones entonces en el pueblo de Lakewood, de manera discreta, y le comentaron a nuestro agente sobre esta joven - de quien desconocían el apellido -, con rasgos parecidos, que había sido enterrada en el cementerio del pueblo recientemente. Fueron sin embargo a comprobar al registro al cementerio y allí el nombre coincidió. Averiguaron que había muerto tras dar a luz a una pequeña mientras trabajaba para una tal señora Weber del pueblo. Suponemos seguía utilizando el nombre de soltera de su madre, como en Ohio, ya que también se hacía llamar Susana Mackenzie."

William se sentó nuevamente en la silla gerencial y se recostó en el respaldo de ésta, asombrado. "No puede ser…", dijo entonces casi en susurro.

"Eso es lo que me informaron hasta ahora, William. Como entenderás no podía dejar de compartírtelo de inmediato."

"Pero ¿están seguros? ¿No se habrán equivocado? ¡Quizás es un homónimo! Podría haber más Susanas Mackenzies en todo el estado. ¡Incluso en todo el país!", dijo de pronto el patriarca, renuente a aceptar los resultados de la investigación.

"Una joven que dice haberla conocido de vista, ya que la muchacha parecía no hablar ni tener amistad con nadie, dijo, al mostrársele la foto, que sí se parecía mucho, pero que era una joven sencilla la que ellos habían visto, no alguien tan fina como la que les mostrábamos. Así que no estaba segura", dijo George.

"Ya veo."

"Sin embargo, tenemos pendiente de confirmar también la opinión del personal de la mansión de Lakewood que se encargó de su entierro y del doctor que la atendió. Buscamos a la señora Weber pero parece que se fue con unos parientes al otro lado del país y no dejó dirección. Aun trabajamos en ubicarla. Mi gente pedía tu permiso para abordar al personal de la mansión y al médico buscando una confirmación final."

William sacudió su cabeza y suspiró azorado, "No puede ser…", dijo con preocupación. Cuando Terry le llamó desde Nueva York varias semanas atrás, jamás pensó que aceptar ayudar a su amigo entonces representaría una tentativa catástrofe para su propia familia. Sobre todo, para su sobrino y qué decir de la dulce rubia que todos tanto querían. Sin olvidar que ella misma estaba a punto de ser madre.

El patriarca lo consideró unos momentos, repensando los pros y contras del asunto, y luego habló. "Tu gente está aquí en Lakewood entonces, ¿verdad?", confirmó.

"Sí."

"Envíalos mañana por la tarde a la Cabaña del Bosque de la mansión de las Rosas. Haré que el personal de la mansión involucrado se encuentre allí con ellos para que los entrevisten de manera discreta por la tarde. En cuanto al doctor Miller y a una de las mucamas, Dorothy, yo mismo hablaré con ellos. Haz que me envíen una foto de la señorita Marlowe. Esta misma tarde si puedes, que la traigan a la mansión Brower en sobre cerrado como información del consorcio. Pasaré aquí la noche."

"Veré eso de inmediato."

"¿Y si el joven Grandchester preguntara?"

"Por lo pronto, si se comunica buscándome, dile que salí de viaje de negocios. Que le hablaré a mi regreso. Por ningún motivo le digan nada sin que lo hayamos comprobado antes. Esta información, por lo pronto, para todos en la investigación, debe ser solo una sospecha. ¿Entendido? Déjaselo bien claro a tu personal. Que no lo hablen con nadie más. Es absolutamente confidencial. Solo lo pueden hablar contigo o conmigo."

"Sí, William. Se hará como tú dices.", respondió George, entreviendo la preocupación del patriarca. La posibilidad de una noticia así sería un impacto impensable para el joven matrimonio Brower.

"Que los demás sigan buscando su paradero en otras ciudades del país, sin embargo. No escatimes gastos. No daremos por terminada esta investigación todavía."

"Está bien. Lamento haberte increpado con este asunto en tu actividad familiar."

"No, George, te agradezco me contactaras. Pero ni una palabra a nadie."

"Descuida, William. ¿Te veo entonces la próxima semana?", preguntó.

"Aún no lo sé, George.", le dijo pensando en las posibilidades. "Creo que tardaré más en regresar."

"Pediré que te envíen la foto entonces a dónde estás."

"Gracias. Estamos en contacto."

"Sí, William. Feliz tarde."

"Feliz tarde, George.", ambos colgaron, quedándose el patriarca varios minutos solo en el despacho antes de regresar con los demás.

Candy venía saliendo del ascensor cuando William Albert salió del pasillo hacia la sala.

"¿Trabajando aún en fin de semana, William?", sonrió la pecosa. William la vio caminar hacia él a su paso de premamá. Inmediatamente le ofreció su brazo con una sonrisa. La pecosa lo aceptó, sonriendo también.

"Solo una llamada informativa, Candy. Nada más", le dijo simplemente.

"Aún así no deberías trabajar tanto. Charlotte me dijo que regresarás a principios de mayo a Chicago."

"Así es." Le dijo William. "Pero pienso que talvez retrase mi regreso unos días más. Tengo asuntos de la mansión que resolver antes de volver a Chicago. Aunque regresaré lo antes posible luego, Candy. No quiero perderme el nacimiento de mi nuevo ahijado", dijo haciendo referencia a que pronto daría ella a luz.

Candy se sorprendió. "¡¿Aceptarás ser también padrino de Matthew, William?!", dijo feliz.

"Anthony me lo había mencionado antes," dijo el rubio mayor. "Claro que si cambiaron de parecer y quisieran poner a alguien más ahora…"

"¡No, William!" le dijo sincera, deteniéndose en su caminar. William se le quedó viendo. "¡Nosotros encantados con que seas padrino de nuestros dos hijos junto a Charlotte!", le dijo emocionada. "¡Gracias, William!", le dijo. La expresión de Candy se volvió de pronto más seria. "No te he agradecido todavía el que hayas apadrinado a nuestra pequeña sin dudarlo. No sabes lo que ha significado para mí. Sé bien lo que significa para su futuro dentro de la familia, y te lo agradezco. Mi pequeña Hope tiene mucha suerte de contar con tu cariño. Gracias, William.", le dijo la pecosa con lágrimas en sus bellos ojos y una sonrisa.

William le sonrió de vuelta conmovido, y palmeó la mano de la pecosa apoyada aún sobre su brazo, de manera fraternal. "Gracias a ustedes dos, Candy, por confiarnos lo más valioso en sus vidas", le dijo. "Ten por seguro, que tanto Charlotte como yo siempre velaremos por el bienestar y la seguridad de ambos. Sin importar las circunstancias, la protegeré de todo", le dijo esto último con una convicción y una seriedad que la impresionó.

"Gracias…", le susurró la rubia conmovida.

"Conque aquí están.", dijo Anthony sonriente acercándoseles, había ido en busca de Candy que había subido momentos antes junto con Dorothy a dejar a la homenajeada a dormir tranquila en la guardería del segundo nivel.

"¡Anthony, William ha aceptado ser padrino también de Matthew!", le dijo feliz al verlo. El rubio menor no había mencionado el tema a su tío por pena, pero escuchar ahora la confirmación de parte de su pecosa en verdad lo alegraba.

"¡Qué bien!", dijo el rubio menor llegando junto a ellos, pasándose Candy a su lado contenta. "Te agradecemos mucho, tío." Le dijo Anthony sincero, abrazando a su pecosa junto a sí.

William asintió sonriéndoles a ambos. Se veían tan felices juntos.

Charlotte se asomó entonces a lo lejos, desde la sala, "¡Chicos, vengan! Stear y Archie quieren hacer un aviso especial." Les dijo. "¡Los esperan!", agregó sonriente. Los tres rubios se sorprendieron y William apresuró el paso, adelantándose hacia ella para tomar su mano con una sonrisa y entrar junto con ella.

"Vamos.", dijo Anthony. Y a paso más lento entraron tras Charlotte y William de vuelta a su sala.

Al entrar encontraron a Stear y a Archie de pie frente al piano mirando a todos en el salón, quienes los veían atentos desde los sillones. Las damas sentadas y los caballeros de pie. Candy sonrió emocionada.

"¡Candy! ¡Anthony!", dijo el apuesto joven de lentes al verlos entrar. "¡Los esperábamos!", sonrió Stear complacido.

Continuará…

¡Gracias por leer!

Muchas gracias por sus comentarios al capítulo anterior. ¡Gracias queridas Anguie, Sharick, Guest 1, Guest 2 y Julie-Andley-00! Gracias por seguir esta historia y darle una oportunidad.

Gracias también a Usagi de Andrómeda por darle 'favorita' y 'seguir' a esta historia. ¡Te lo agradezco mucho, y me alegro de que te haya gustado la historia!

Gracias también a las lectoras silenciosas que leen, espero también sea de su agrado en alguna medida.

¡Muchas bendiciones a todas!

lemh2001

10 de Marzo de 2024

P.D. Actualizaré el jueves 14 de Marzo. ¡Hgs!