Para la pequeña Ichikawa Akari, su vida dio un giro de 360 grados al casi morir por culpa de la malvada organización Venenum, quienes se dedican a esparcir el miedo y terror en donde quiera que iban.

Ahora, la joven peli roja se dedicaría a batallar a ir en busca de los miembros de Venenum, aunque lo más importante para ella, era acabar con el sujeto que traicionó a los Arashi, Kurobe, a quien consideró su tío alguna vez.

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Kirameku inazuma todoroku raimei

¡Fuke yo Arashi!

¡Yobe yo Arashi!

¡Arashi yo sakebe!

Kenshin kenshin...

kage utsushi

Seigi no ninja sora kake kenzan

¡Arashi, Arashi!

¡Waga na wa Arashi!

¡KENSHIN NINJA ARASHI KENZAN!

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Uzumaku tatsumaki todoroku jinari

¡Fuke yo Arashi!

¡Yobe yo Arashi!

¡Arashi yo sakebe!

Kenshin kenshin...

kage utsushi

Seigi no ninja chi owari kenzan

¡Arashi, Arashi!

¡Waga na wa Arashi!

¡KENSHIN NINJA ARASHI KENZAN!

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Hizen, Prefectura de Saga.

Todo parecía ir normal en la región.

Akari iba caminando hacia ahí pensando en si habría alguna pista sobre el paradero de Kurobe o Venenum.

Una personas curó sus heridas y una vez que se recuperó, se fue, no obstante, siempre estaba pensando en quien fue la persona que la curó, no pudo ver bien su rostro, aun así, estaba agradecida por ese cuidado.

Llegando casi al pueblo en donde pensó que hallaría algo, justo empezó a escuchar algo de rumores, cosas que la verdad era difícil de creer para las personas normales.

- ¿Entonces esa casa está maldita?

- Dicen que sí, otra vez atacó ese gato demonio.

- Yo digo que matemos a todos los gatos del pueblo – los aldeanos decían entre sí, Akari solo oyó esto.

- Disculpe, ¿Qué es lo que pasa? – preguntó a uno de los pueblerinos.

- ¿No sabes que ha pasado? – Akari negó – ya veo, tú no eres de por aquí, pues es algo muy duro la verdad.

- ¿Qué ha ocurrido?

- Desde hace un tiempo, algo ha pasado con un gato el cual dicen que se transforma en humana. Cuando este demonio escoge una casa en donde ir, mata a los dueños que se encuentran dentro.

- ¿Un gato que se vuelve humano? – Akari se quedó pensando un poco, ella sabía que pasaba en realidad – no era un demonio, posiblemente es un miembro de Venenum el cual está haciendo estos problemas.

- Y por cierto, ¿Qué haces aquí forastera?

- Ando de viaje nada más.

- ¿Eres una especie de ronin o algo así? Eres muy joven para ser ronin, además, no estamos en el periodo Edo.

- No exactamente, solo ando de viaje… además, soy huérfana.

Después de eso, el pueblo entró en una especie de vigilancia nocturna para evitar que el gato monstruo atacara. La peli roja se reunió con algunos habitantes del pueblo para hablar sobre eso.

- ¿Cómo mata este monstruo gatuno a sus víctimas?

- Tiene muchas formas, a una muchacha la atacó con fuego – contaba un hombre – yo la conocí, no éramos tan amigos, pero si conocidos. Fue una desgracia.

- A mi vecino lo atacó usando unas espinas que se clavaron en el cuerpo, una de ellas fue a su corazón y lo mató, fue horrible cuando descubrí su cadáver.

- Creemos que esto es una especie de maldición – exclamó otro de estos – y tiene que ver con el jefe del pueblo.

- ¿Con su jefe?

- Sí, no es por nada, pero se dice que él robó unas tierras, o al menos eso es lo que dicen – la peli roja se quedó pensando un poco en eso.

La gente seguía en lo suyo, aunque sus suposiciones no iban muy lejos ya que justo en la casa del que era el jefe del pueblo, se notaba una silueta parecida a la de un gato que iba caminando por el techo e ingresó al interior de la casa.

Este felino tiró un jarrón con toda la intención como si quiera ser escuchado, esto alertó al hombre, de cabellos azabaches y ojos azul oscuro.

- ¡¿Quién anda ahí?! – este se levantó de golpe y fue en busca del motivo de ese ruido.

Aunque no se esperaba lo que encontraría ya que al llegar, solo vio el jarrón roto. No obstante, este escuchó un maullido el cual provenía de arriba. Y al levantar la mirada, lo encontró.

- ¡El monstruo!

- Miau – el gato, ahora era una especie de mujer de aspecto horrible la cual veía con sus ojos brillantes hacia el hombre – oh, claro que lo soy, aunque no me gusta que me digas monstruo.

- ¿Q-Que harás?

- Maldito… a nosotros, la familia Ryuusei, usurpaste nuestras tierras, ahora lo pagarás caro.

- Ustedes… ¡no eran dueños de esas tierras!

- ¡Arte Ninja Secreta! ¡Maullido agudo! – al decir eso, la criatura maulló de una forma muy fuerte, creando un sonido muy agudo, tanto que era insoportable y causó que el hombre cayera al suelo tratando de taparse los oídos.

No obstante, el sonido era tan agudo que los oídos le comenzaron a sangrar, siendo esto una agonía bastante fuerte para él, cosa que lo hizo desmayarse.

- ¡Jefe!

- ¿Qué le pasa jefe? – la criatura escuchó los gritos de los sirvientes del jefe, pero eso no fue lo que la hizo irse de ahí, sino que sintió una presencia extraña, pero fuerte a la vez.

Subiendo de nuevo al techo, la gata humana buscó con su mirada hasta que encontró a quien buscaba, al menos así podía percibir.

- ¿Quién anda ahí?

- Sabía que no eras un demonio como dicen en el pueblo… ¡eres un ninja metamórfico de Venenum! – gritó Akari que estaba transformada en su forma Arashi. No perdió tiempo en lanzarse al ataque usando su espada – ¡morirás!

Akari lanzó su ataque, pero la criatura saltó encima de ella y al final, no le dio a su objetivo. La cosa siguió aumentando de dificultad debido a lo escurridizo que era su rival. En un momento, la gata humana se colocó frente a frente con la peli roja.

- ¡Arte Ninja: Ojos Felinos Paralizantes! – de las cuencas oculares salió una luz la cual conectó con los ojos de Akari quien se quedó sin poder moverse.

- M-Maldición… mi cuerpo… no se mueve… – la peli roja batallaba por moverse, pero no podía, el efecto del Arte Ninja era duro.

Su rival no desaprovechó esa oportunidad y fue a morder con fuerza el cuello de la guerrera que emitió un quejido de dolor sintiendo los filosos colmillos en esa parte de su cuerpo.

Al final, Akari no pudo aguantar más y su transformación se perdió, dándole la victoria a la gata humana. La peli roja terminó desmayada y con su espada cayendo del techo de esa casa.

Todo estaba a oscuras.

Akari se encontraba en una especie de limbo en donde no había nada.

No veía nada.

No oía nada.

Su alrededor era de color negro.

-¡Miau!

- Miau.

- ¡Miaaaaau! – varios maullidos finalmente despertaron a la joven que quiso levantarse, pero frente a ella había una mujer que evitó que se pusiera de pie.

- No puedes levantarte todavía, sigues lastimada. Aun sigues bajo el efecto de un veneno.

- ¿D-Donde… me encuentro?

- En la Mansión Gato del clan Ryuusei, mi abuela te trajo hasta aquí luego de encontrarte tirada – la mujer, de cabello café oscuro y ojos del mismo color le decía – me llamo Meme.

- Meme.

- No te muevas por favor.

- ¿Por qué no? ¿Por qué no me mató? – susurraba la peli roja.

- Mi abuela no es mala persona, confía en mí. Ella está luchando contra el alcalde del pueblo, todo en nombre de nuestro clan – la mujer se fue de ahí.

Arashi solo miró a su alrededor notando la presencia de muchos gatos que lo miraban como cuidándolo. A pesar de las palabras de la castaña, eso no convencía para nada a la peli roja.

- Es mentira lo que dice.

Unos momentos después, Akari se levantó y decidió salir afuera, había notado que su espada no se encontraba, esta era clave para adquirir su transformación.

De lejos, notó a alguien cerca de un pequeño estanque y se fue acercando sigilosamente, notando a la misma mujer gato con la que peleó, estaba cazando pescados los cuales al atrapar, devoraba como si nada.

Caminó un poco más y notó un objeto delante de ella, su espada. Ya sin más, la tomó, pero el ruido fue apenas suficiente para ser escuchado por la gata humana quien fijó su mirada en donde se encontraba.

- ¡Te encontré vieja gata! – la peli roja empuñó su arma lanzándose contra la mujer, pero esta saltó sobre el árbol que estaba al lado del estanque.

- Has despertado, pero te diré algo… aun no estás libre de mi poder – esta movió sus manos que eran como las patas de un felino.

- No digas tonterías.

- Mi Arte Ninja de los Ojos Hipnotizadores aún tiene efecto en ti y no me podrás dañar, Ichikawa Akari.

- ¡No caeré en tus mentiras!

- Estréllate contra el árbol – ordenó la mujer y de la nada, el cuerpo de la peli roja obedeció esa orden y fue directo hacia el árbol golpeándose con fuerza.

- ¿C-Como es posible que mi cuerpo no reaccione por mi cuenta?

- Muy bien, ahora estrella tu cabeza en el suelo – al decir eso, de nuevo su cuerpo hizo lo indicado por la mujer gato.

- ¡¿Qué demonios haces?! – exclamó un hombre saliendo de la casa – ¡abuela, ¿Por qué no lo matas de una vez?!

- Nietecito, esto es una rata apenas, ¿acaso no sabes cómo jugamos nosotros los gatos? Nuestras presas sufren antes, jugamos con ellas para finalmente devorarlos.

- No me creo una mierda eso, ¡hay que matarlo! No vaya a ser un puto espía – el hombre usó su espada para darle un golpe mortal en el cuello a Akari, separando su cabeza de su cuerpo.

Meme solo miró esto aterrada, pero antes de que pudiera ver todo, el hombre entró a la casa, pero la chica se dio cuenta de que no fue el cuerpo de Akari el que resultó herido, fue una estatua.

Un jutsu de cambio.

La mujer gato se llevó a Akari a otro lado. Una chica de cabello negro se daría cuenta de donde estaba, encerrada y atada en una bodega, además de que aún no despertaba del todo luego del golpe que se hizo en la cabeza.

La chica llegó a donde estaba la peli roja, sacó un cuchillo y comenzó a romper las ataduras que mantenían así a Akari así.

- ¿Quién es?

- Una amiga, no te preocupes – en eso, alguien más llegó al sitio, siendo esta Meme.

- Kinu, ¿Qué crees que haces? – la peli negra se quedó en silencio pensando en que había sido descubierta ayudando a la pequeña – pues parece que vinimos con la misma intención de ayudar a Akari-chan.

- ¿También venias a eso? – Meme asintió.

- Akari-chan, ¡si vas a huir, hazlo ahora! – la chica decía – ni yo, ni mi abuela te queremos matar, pero tarde o temprano alguien más lo hará, es mejor que huyas para que no te veas involucrada.

- No… no lo haré – la chica se levantó mirando a ambas féminas – sé que apenas tengo 12 años y que soy una niña… pero no voy a huir.

- Akari-chan – Meme se quedó ahí parada – eres una tonta testaruda, si mi abuela te mata, no digas que no te lo advertí.

A pesar de las advertencias, Akari no iba a retroceder, además de que sabía que algo pasaba con esta chica que desde que la ayudó, sintió algo extraño.

Pero sin más que perder, la peli roja solo alistó su espada para la batalla.

Al salir, esta hizo una reverencia a ambas féminas, aunque la peli roja notó algo en la mano de Kinu.

- ¿Qué te pasó ahí? – la herida que poseía Kinu era como una estrella de 4 puntas

- Oh, una herida de pequeña, solo eso – ya sin más que discutir, Akari se fue de ahí, pero lo que no sabía es que esos detalles minúsculos, son los que traerían consecuencias grandes.

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Akari ga hashiru hate shinaki gen'ya o

Akari ga sakebu taiyō ni mukatte

Roshi ga Roshi ga

Roshi ga naite iru

Mabuta no shichi wa ima doko ni

Furimuku na Akari

Ashita wa omae no mono

¡ROSHI SHOJO AKARI!

Akari ga yuku...

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Continuará…