Aquí vengo con el decimo sexto capítulo de la semana, y esta vez no será tan largo como el original además de escenas extras. Espero que lo disfrutéis.

Capítulo 17: Encuentro y sospecha

14/08/2021


"A-ano, ¿es esta la residencia de los Mackenzie?" Preguntó un cartero con nerviosismo frente a la casa de los Mackenzie. Desde hacía un día, habían recibido la llamada de un tal Iskandar, Rey de los Conquistadores, que pedía un envío especial de ropas hacia dicha residencia, y dicho cartero fue el encargado de traérselo en persona.

El problema fue que cuando tocó la puerta para anunciar su llegada, no esperaba ser recibido por un hombre de constitución tal alta y musculoso como si hubiera tomado esteroides y con un atuendo bastante extraño. Era como estar frente a un oni (demonio tradicional japonés) pero sin Kanabō (porra), además de faltarle también su expresión demoníaca y aterradora según contaban los folclores japoneses. En cambio, este parecía ser un tipo amigable, pero su enorme figura solo sirvió para incomodar al cartero y ponerlo con una sonrisa tensa.

"Sí. Ese es el nombre de los que viven aquí." Respondió Rider con su barítono profundo.

"Etto, ¿está aquí Iskandar-san el Rey de los Conquistadores?" Preguntó el cartero.

"Ese soy yo." Respondió un momento después.

"Oh, vaya, ya veo…" Sus ojos temblaron ligeramente al procesar que este individuo imposiblemente enorme para un humano fuera el cliente que le había llamado. Luego soltó una ligera risa nerviosa mientras gesteaba hacia su portapapeles encima del paquete.

"¿Me lo firmas, por favor?" Pidió como sacaba un bolígrafo del bolsillo de su camisa y se lo acercó al gigante pelirrojo.

"¿Mi firma? ¡Pues claro, hombre!" Exclamó cómo cogió el bolígrafo y el portapapeles para poner la firma antes de devolvérselo. "Tienes mi gratitud."

"G-gracias por su amabilidad…"


Ya dentro, Rider comenzó en desempacar el paquete recién recibido y sacó una gran camisa blanca casi sin mangas y se la puso.

¡Hmm…! Flexionando sus pectorales y los bíceps de sus brazos, Rider exhibió una gran musculatura en su cuerpo como si realmente hubiera tomado esteroides haciéndole el hombre más musculoso del mundo y la gran camiseta le quedaba pequeña y estrecha, pero él no le importó.

"Jajajaja, ¡Qué gran sensación esta de tener el mundo ceñido en mi pecho!" Exclamó Rider con orgullo.

La audiencia frente a él se quedó mirando totalmente atónitos, no solo a la vestimenta del Servant gigante, también los increíbles músculos exhibidos frente a ellos como si él se estuviera exhibiéndose en un concurso de musculatura.

"¿Qué os parece?" Preguntó Rider sin inmutarse por las reacciones de los demás.

Fue solo después de unos instantes de shock, que Waver fue el primero en recuperar la compostura y protestar con su Servant.

"¿Por qué llevas esa ropa justo ahora?"

"Pues verás, después de ver a nuestra Saber lucir con esa ropa de esta época, se me ocurrió a mi también llevar uno de esos, pero no para lucir bien." Explicó Rider sin problemas. "He comprendido que la gente de aquí se siente muy cómoda llevando este tipo de cosas y pueden ir a donde les plazcan, y es por eso qué yo también quiero hacer lo mismo para que no tenga que estar siempre en mi forma espiritual, ¿entendéis?"

Waver solo podía soltar un pequeño suspiro de cansancio.

"Al menos debería llevar pantalones, ¿no crees?" Murmuró Ichigo con el sarcasmo no faltando en su voz. Aquellas palabras fueron escuchadas por el propio Iskandar.

"¿Pantalones dices?"

"Pues claro, no creo que todo el mundo vaya a quitarse la vista al ver ese pantalón corto que llevas y esas botas de cuero. ¿Qué opinas, Ishida?"

Tomando esto como una señal, el joven Quincy ajustó sus anteojos antes de responder.

"Bueno, dejando a un lado la camisa, yo creo que estoy a favor de Kurosaki de que es muy llamativo que lleves ese atuendo sin ponerte algo delante." Respondió Ishida eligiendo cuidadosamente las palabras para no ofender al gigante.

"Estoy de acuerdo." Respondió Inoue también.

"Sí." Fue el siguiente Kon.

Rider tomó nota de lo que le dijeron los demás y empezó a plantearse en llevar pantalones.

"Pero si Saber también lleva pantalones cortos como yo." Dijo mirando a dicha persona, esta última captó lo que dijo y parecía no gustarle.

"Eso no tiene nada que ver, idiota." Replicó Mordred molesta. "Siempre qué nadie dice algo estúpido de mi vestimenta, no tendré ningún problema en llevarlos."

"Oh, ya veo, entonces tendré que conseguir uno de esos pantalones de algún modo."

"Pues claro que sí." Añadió Waver de repente. "Y para que te quede claro, no voy a darme el paseo para comprarte unos pantalones de la talla XXXL."

"¿Qué has dicho?" Preguntó Rider sorprendido por la respuesta de su Master. "Chaval, ¿te interpondrás en mi camino hacia mi conquista triunfante?" Preguntó sonando ofendido.

"La conquista y los pantalones no tienen nada que ver, ¡ni la más mínima cosa tienen que ver!" Gritó Waver. "¡Y antes de que te pongas a hacer el tonto por ahí, ve a cargarte unos cuantos Servants! Si lo haces, te compraré unos pantalones, o lo que quieras."

"Entendido. Muy bien." Dijo Rider asintiendo en respuesta. "¿Me juras que cuando derrote a un enemigo me compraras unos pantalones?" Preguntó seriamente mirando intensamente a su joven Master.

Waver se quedó un poco tenso por la mirada que le estaba dando y la precisión de su tono como si fuera un asunto muy serio.

"Tú… ¿En serio tienes tantas ganas de vestir ropa de esta época e ir por ahí?"

"Tanto el Caballero de la Rebelión y el Rey de los Caballeros lo hacían. Y como rey que soy, no puedo quedarme atrás." Respondió Rider con un tono de hecho.

Mordred solo resopló mentalmente por lo último que dijo el Rey de los Conquistadores. ¿Solo estaba siguiendo el mismo ejemplo que ella y su padre para lucir tan grandioso? Qué infantil.

"Además, me gusta el diseño de esta camiseta. ¡Parece hecha para todo un dominador!" Comentó con orgullo señalando el eslogan de su camiseta.

El joven británico solo soltó otro suspiro cansado por la afición de su Servant por esta era olvidando casi por completo que estaba metido en una guerra.

Ichigo y los demás también dieron su opinión al respecto.

"En serio, ¿de verdad este tipo es quien dice que casi conquista el mundo entero?" Preguntó Ichigo en un susurro.

"No sabría cómo decírtelo." Respondió Uryū a cambio en un estado de confusión.


En algún lugar de Shinto

Kirei Kotomine no era un hombre feliz. No, no lo era en absoluto. No después del fiasco que ocurrió ayer por la noche en la que por primera vez desde que decidió trabajar para las maquinaciones de tanto Tokiomi Tohsaka y su padre para poder en ganar en secreto esta guerra, había decidido desviarse del plan de su maestro para encontrar aquello que había estado buscando desde que decidió entrar en esto.

Justo cuando terminó la 'segunda' matanza entre Espíritus Heroicos, uno de los remanentes de Assassin vino a él con urgencia para entregarle un regalo inesperado (no de ella) siendo el cadáver de un familiar en forma de murciélago. Unida a la cintura de la criatura había una cámara CCD. Era solo uno de los muchos familiares merodeando por la iglesia, pero este se destacó entre los demás. A diferencia de todos los demás familiares que eran de origen arcano o animal, este tenía un equipo de espionaje moderno atado a él.

Kirei solo podía pensar en uno de los Masters capaz de tal cosa. Era el mismo hombre cuyo historial había provocado el raro fuego de interés en el frío corazón muerto de Kirei. Kiritsugu Emiya, el llamado Asesino de Magos.

Técnicamente hablando, se suponía que Kirei se haría pasar por un Maester derrotado que se refugiaba en la Iglesia de Fuyuki. Las órdenes de su maestro Tokiomi habían sido permanecer en la iglesia hasta nuevo aviso. Aunque el punto de tal acción puede haber desaparecido después de la aparición de Caster y su 'supuesto' Master. Pero, aun así, en contra de los deseos de Tokiomi, Kirei dejó los límites de la iglesia y se dirigió lentamente hacia el centro de Shinto.

Estudió el hechizo lanzado sobre el murciélago familiar y lo rastreó hasta el mago con facilidad. Curiosamente el rastro lo había conducido hasta una gran estructura de acero en construcción que pronto sería el edificio más alto de Fuyuki, pero lo más curioso fue que estaba justo al lado del hotel Hyatt, que hace apenas una hora fue víctima de un aparente 'ataque terrorista' detonando una serie de explosivos que demolieron la estructura casi en su totalidad. Kirei encontró sospechoso esto. El momento de tal incidente era demasiado sospechoso para ser pura coincidencia.

Fue así como Kirei tomó su decisión y usando una nigram clavem (llave negra en latín) rompió la cerradura de la puerta del sitió de construcción y entró con indiferencia el umbral de la cerca y encontró las escaleras. Solo tenía que subirlas hasta lo más alto del edificio donde se encontraba la señal de energía mágica.

Al llegar a lo más alto, no se encontró con el hombre que quería ver, sino a una presunta 'compañera'. Una mujer joven por lo que veía, vestida como una mercenaria quien sostenía un rifle francotirador apuntando a cualquier lugar abajo como si estuviera buscando un objetivo al que disparar desde gran altura. Naturalmente, Kirei la interrumpió repentinamente arrojando una de sus nigram clavem en el arma de la mujer haciendo que esta última lo arrojara y se encondiera en uno de los pilares de construcción. Por lo visto ella sabía quién era él mencionando su nombre con un gruñido lo que hizo que Kirei tuviera curiosidad. El mismo Kirei trató de confrontar a la mujer, pero ella evitó el enfrentamiento logrando escapar usando una granada de humo del ejército de, cegando temporalmente al Ejecutor. Aprovechando la abertura, la mujer logró escapar arrojándose hacia el hueco de ascensor sin decir palabra por 38 pisos de un rascacielos sin terminar.

Cuando Kirei se dispuso a seguirla, vio la peligrosa caída. Un humano normal no habría sobrevivido a una caída tan alta. Pero esa mujer con equipo de grado militar solo había dejado unas gotas de sangre de su herida abierta y nada más. No había ningún cadáver ensangrentado que recoger en el fondo. Ella obviamente también estaba entrenada en magia.

De cualquier manera, al final todo resultó un fracaso. El haber desobedecido las ordenes de su maestro y su padre de permanecer en la iglesia quedó infructuoso y no tendría ninguna justificación para aclarar lo sucedido excepto el familiar muerto. Fue así como abandonó el lugar antes de que algún testigo viniera y regresó con seguridad a la iglesia. No le sorprendió encontrarse con la expresión severa y de desaprobación de su padre nada más regresar, y él sabía por qué ese comportamiento.

No le importó mucho lo que él lo regañara por su imprudencia y desobediencia. Para él, encontrar al Asesino de magos, era su principal misión para entender el vacío de su corazón. Sin embargo, todavía no podía evitar sentirse decepcionado por el hecho de no encontrarse con dicho hombre, y en su lugar, aquella mujer que actuaba como su ayudante adjunto.

"Kirei…"

La voz de su padre hizo que el joven Ejecutor despertara de sus pensamientos para mirar a su viejo padre frente a él. Ambos estaban de pie frente a la misa de la iglesia.

"¿Estas bien?" Preguntó el anciano Kotomine hacia su hijo. Ya no parecía enmarcar el mismo rostro severo de la noche y en su lugar estaba un poco preocupado.

Kirei no cambió de expresión mientras se fijaba en su padre. "Sí, padre. Perdona por no haberte escuchado."

Risei asintió un poco con compresión antes de seguir hablando. "No importa. Supongo que debes de estar agotado por el incidente que cometiste ayer."

Aunque no lo mostraba, Kirei frunció el ceño y aún seguía perturbado por lo ocurrido anoche.

"¿Realmente estas bien?" Insistió una vez el padre. Ver actuar a su hijo de esa forma no era muy propio de él. Se le había ordenado estrictamente que bajo ningún concepto saliera de este lugar, y de repente había desobedecido esa orden suya.

Ninguna vez desde que el viejo sacerdote tenía memoria, su hijo nunca había desobedecido una orden o petición suya y se aseguraba de que él la siguiera al pie de la letra. Lo que hizo anoche fue bastante desconcertante y no entendió a que había venido con eso. No fue hasta que él le había explicado lo ocurrido sobre que alguien había estado monitoreando la iglesia con un familiar en forma de murciélago y una Cámara atado en su cuello. Su hijo había seguido el rastro mágico de dicho familiar hasta llegar a un edificio en construcción justo al lado del destruido hotel Hyatt para confrontar a una 'supuesta' ayudante de Kiritsugu Emiya.

Aquello lo había asombrado aún más por el hecho de que uno de los Masters participantes haya violado una de las reglas de la guerra de no enviar un ejército privado. Sin embargo, aquello no era excusa para que su hijo se arriesgara a neutralizarlo incluso sin su consentimiento. Podía haber sido descubierto por un Master enemigo o un familiar patrullando por la zona. Si algo así volviera a suceder, todo el plan de Tokiomi se echaría a perder.

"Por supuesto que sí." Respondió Kirei automáticamente.

Aun así, el viejo Kotomine no sabía que decir ante esto. Sinceramente, estaba algo preocupado por la nueva actitud de su hijo por el Asesino de magos. Desde que descubrió por parte de Tokiomi de que Kiritsugu Emiya iba a ser uno de los participantes en el conflicto, últimamente Kirei estuvo ausente con sus propios pensamientos y estudiando más cuanto podía sobre Emiya. No podía entender cuál era su obsesión por el infame asesino, pero en verdad era bastante preocupante que su hijo siguiera por este camino.

"Por cierto…" La voz de su hijo hizo que volviera a la normalidad. "¿Qué tiene planeado hacer el maestro a partir de hoy?"

Justo cuando Reisei iba a responder a su hijo, de repente el sonido de la puerta golpeada desde el exterior se hizo eco en el interior alertando a los 2 hombres quienes fijaron su mirada hacia dicha puerta. Parecían que iba a tener visita.

Decidiendo dejar la conversación a un lado, Risei se dirigió hacia la puerta mientras su hijo permaneció inmóvil en su lugar mirando a su padre caminando hacia la puerta. Cuando el viejo Kotomine estuvo frente a la puerta de madera, medio abrió la puerta para ver una cara familiar. Frente a él había un hombre rubio de unos 30 años vestido con un extraño atuendo tradicional japones de color verde y un llamativo sombrero de cubo con rayas verde. El visitante ofreció al viejo sacerdote una grata sonrisa.

"Buenos días, padre."

Desde un principio Risei miró al extraño sin comprender quien era él hasta que su mente hizo clic al recordar haberlo visto antes cuando vino el octavo participante hace unas noches.

"Oh, eres tú… eh…" A pesar de haber reconocido al hombre rubio que presuntuosamente era un mago que venía de otro mundo, no pudo recordar su nombre con total precisión.

"Urahara. Urahara Kisuke." El tendero de otro mundo ayudó al sacerdote sin problemas recordar su nombre.

"Oh, Urahara Kisuke, muchas gracias. ¿En qué puedo ayudarte?"

El tendedero rubio solo miró al sacerdote con una sonrisa misteriosa.

"¡Wow, esta es la primera vez que vengo aquí!" Exclamó Kisuke tan jovialmente como un niño mirando el interior de la capilla con entusiasmo. Cierto que esta no era la primera vez puesto que ya estuvo aquí cuando él y su grupo llegaron a este mundo, pero en aquel entonces se veía muy oscuro ya que era de noche además de que tenía que ser cauteloso.

El anciano Kotomine miró al rubio un poco confundido y algo desconcertado por su actitud infantil. "¿Nunca habías visitado una iglesia?"

"¿Eh? Ah, no. Yo prefiero más estar con mis raíces ancestrales." Respondió el cómico rubio mirando al sacerdote. "Mis antepasados se mantuvieron neutrales ante la influencia occidental incluso después del final del periodo Tokugawa."

Risei no dijo nada mientras seguía mirando al tendedero y Kirei también con algo de indiferencia.

"¿Puedo preguntar a qué se debe tu visita?" Preguntó el viejo sacerdote cambiando de tema para eliminar este ambiente extrañamente cómico.

"Ah sí, me gustaría hablarte de algo importante. Por cierto, ¿Quién es este?" Preguntó Kisuke fijando su mirada en el joven sacerdote al lado de Risei inmóvil como una estatua.

"Oh, él es mi hijo Kotomine Kirei." Risei presentó a su hijo. "No te preocupes por querer hablar en privado, él también en consciente del ritual."

"Oh, ya veo…" Asintió Kisuke con la cabeza dando una extraña mirada inquisitiva en el hijo de Risei. Este último apenas lo notó al igual que su padre.

Dándose cuenta de esto, Kisuke disipó el ambiente misterioso y cambió de tema para decir sin rodeos lo que sucedió ayer por la noche. Tanto Risei como Kirei escucharon atentamente las circunstancias en la que el joven octavo Master se encontró con Caster y haber revelado su identidad como uno de los asesinos en serie más infames de la historia.

"Ya veo, así que tu aprendiz Ichigo-kun se encontró con Caster cuya identidad es Gilles de Rais, y aparentemente confundió a la segunda Saber con la Santa Francesa, ¿no es así?"

"Sí, fue toda una sorpresa." Respondió Kisuke ajustando un poco su sombrero. Kirei solo observó este evento con indiferencia como nada que valga la pena su interés.

Kisuke prosiguió contándole sobre su teoría de que el Master de Caster podría ser el asesino en serie que estuvo haciendo estragos por la ciudad desde hace 2 meses, y este último podría haberlo invocado usándose a sí mismo como catalizador basado en su propia personalidad. También le contó sobre la posibilidad de que esta pareja vaya a cometer una serie de asesinatos en masa según el historial de ambos. Risei tomó cada palabra que el comerciante dijo con interés, aunque Kirei no cambió de expresión.

"Entiendo. Si lo que dices es cierto, creo que esto nos va a dar problemas." Dijo Risei con gravedad ante la idea de que ese maniático asesino en serie fuera uno de los participantes del ritual. Y si es así, no quería ni imaginar lo que tendría planeado hacer dependiendo si quiere o no quiere ganarse el Santo Grial para pedir un deseo.

"Estoy de acuerdo." Asintió Kisuke. "Dígame, se supone que usted es el mediador de este ritual y por tanto deberías saber sobre lo que está ocurriendo alrededor de los Masters participantes, ¿no es así?"

"Sí, así es. Cada Master que quiera participar en esto tienen que venir primero aquí para registrarse y decirme su objetivo para querer tener el Grial en sus manos tal como lo hizo tu chico." Explicó Risei. "La verdad es que es bastante desconcertante que algo como esto haya ocurrido."

Kisuke arqueó una ceja al oír eso. "Eso es muy raro de ti teniendo en cuenta de que tu sabías de la llegada de Kurosaki-san como octavo Master."

"Sí, pero lo que pasó fue que el octavo Master es un participante extra en el ritual, y el Grial nos avisó de su llegada, pero no el de Caster. Nunca vimos venir esto." Respondió Risei.

"Entiendo." Asintió Kisuke una vez más ajustando su sombrero viendo que ya no hacía falta seguir interrogando al viejo sacerdote. Sin embargo, todavía quedaba una cosa más. "Entonces, ¿qué planeas hacer ante esta situación."

Risei se tomó un momento de silencio para responder. "Bueno, teniendo en cuenta del que presunto Master de Caster no se presentó aquí para poder participar oficialmente en el ritual, y tenga la intención de abusar del poder de la Taumaturgia o revelarla al público general, se tomará medidas severas para deshacerse de dicha amenaza, y como juez del ritual, tendré que modificar las reglas y establecer una pausa temporal y por tanto suspender los combates para que los demás Masters colaboren y acaben con Caster y su Master."

Los ojos del tendedero se abrieron con curiosidad.

"¿Vas a interrumpir la guerra?"

"Como he dicho, solo es temporal hasta que Caster y su Master hayan sido eliminados de una vez." Corrigió Risei al tendedero. "Y si te interesa saberlo, he decidido dar a quien haya localizado a Caster y eliminarlo como recompensa uno de los sellos adicionales." Dicho esto, el sacerdote levanta su brazo izquierdo y se quita una prenda para mostrar una serie de tatuajes que discurre alrededor del brazo. Kisuke observó los dibujos con curiosidad y fascinación y enseguida supo de qué se trataba.

"Estos son sellos sin usar dejados por los Masters caídos en guerras anteriores. De sin duda deberían ser de enorme valor para los Masters dispuestos a colaborar en la cacería de Caster."

Kisuke levantó la cabeza al escuchar la última frase y entendió que esto era un medio para instar a los participantes de que cesaran sus peleas y se centraran en Caster.

'Un movimiento muy audaz.'

"Entonces, una vez que se confirme la muerte de Caster, la guerra por el Grial se reanudará, ¿no es así?"

"Así es." Respondió Risei mientras cubría el brazo con su prenda y lo bajaba. "Ahora mismo comunicaré a los demás Masters sobre este hecho y emitiré el alto el fuego temporal."

El Shinigami rubio sonrió audazmente por este movimiento. "Muy buen movimiento, Kotomine-san. Supongo que Kurosaki-san le interesara esta noticia. Gracias por haberme atendido."

Y con un gesto de despedida, Kisuke dio media vuelta y se dirigió hacia la salida de la iglesia ahora reunido algo de información.

"Espera un momento." La voz del anciano Kotomine resonó dentro de la iglesia haciendo que el tendero se detuviera en seco. "Si no te importa, me gustaría que me explicaras algo."

Kisuke se volvió hacia el sacerdote para mirarlo a distancia. "Como ya sabrás, soy el juez de este evento y por tanto estoy al tanto de lo que ocurre sobre todo de los combates que sucederán como el de hace dos días."

Kisuke hizo una nota al saber de qué quería hablar el anciano.

"Según lo que vi a través de un familiar, Berserker casi había logrado derrotar a la segunda Saber, pero justo cuando estuvo a punto de dar el golpe final, de repente tu aprendiz saltó imprudentemente y recibió el golpe en lugar de su Saber y ya no sabemos nada más."

Kisuke no cambió de expresión mientras seguía mirando despreocupado a la cara impasible del sacerdote.

"Por lo que nos has contado, parece que ese chico sobrevivió, ¿no es así? ¿Cómo?"

El rubio ajustó su sombrero antes de empezar. "Verás, es cierto lo que ocurrió en aquella noche y mi joven aprendiz estuvo casi al borde de la muerte, pero logré salvarlo gracias a mi magia curativa." Respondió elaborando rápidamente una historia para enmascarar los increíbles poderes de Orihime que dé sin duda era un fenómeno extraño incluso para los magos.

Risei simplemente se quedó en silencio mientras analizaba las palabras del hombre frente a él y se preguntó si era verdad eso, pero después de pensarlo, concluyó que era cierto eso puesto que existía magia curativa capaz de salvar a la gente incluso de las fauces de la muerte solo hasta cierto punto.

Sin embargo, Kirei no parecía estar demasiado convencido con ese hecho, además de que vio algo más a través de los ojos de Assassin. Viendo el escepticismo en el ambiente, Kisuke decidió cambiar de tema.

"Os preguntareis por qué Kurosaki-san hizo tal locura, ¿verdad? Veras, esa es su forma de ser." Ambos sacerdotes escucharon atentamente. "Como ya os conté, Kurosaki-san fue un gran héroe de guerra cuyas proezas fueron descritas por salvar y haber protegido a la gente que apreciaba y siempre daba lo mejor de sí mismo. Incluso después de haber perdido sus poderes y volverse un humano normal, todavía conserva ese espíritu de lucha. Aunque claro, a veces se le olvida de que ya no es un superhéroe y es por eso qué se interpuso en el camino para salvar una vida, en este caso a su Servant."

Aunque con el rostro sereno y tranquilo, Risei no pudo evitar sentirse perplejo ante el hecho de que una persona normal arriesgaría la vida de esa forma para salvar otra vida ya que eso era propio de los grandes héroes de antaño, pero también lo encontró admirable y no pudo evitar elogiarlo por su valor a pesar de su imprudencia.

En cuanto a Kirei, simplemente se burló con sarcasmo por la terquedad de aquel chico por salvar la vida de su propio Servant ya que lo encontró absurdo y sin sentido. Además, a pesar de su 'heroísmo', aquello fue solo en vano ya que Berserker volvió su atención hacia la segunda Saber para terminar el trabajo. Solo fue un milagro que ambos se salvaran.

Solo era un milagro. No volverá a repetirse.

"Entiendo. ¿Y cómo esta Ichigo-kun?" Preguntó Risei con curiosidad de saber el estado actual del heroico muchacho.

"Oh, gracias a mi magia logré curar sus heridas, pero no despertó hasta mañana, aunque Saber-san no estuvo muy contenta con él y le reprendió por haber cometido tal imprudencia." Respondió Kisuke mientras recordaba los acontecimientos del día siguiente.

Risei se sintió aliviado por ello mientras la expresión de Kirei siguió sin cambiar.

"De todos modos me siento responsable por lo ocurrido ya que tal como dije antes él es como un sobrino para mí, pero esta vez lo vigilaré mejor para que cometa nada estúpido esta vez. Y aunque no lo creas, aún está dispuesto a seguir con la guerra y lo hará con más cuidado." Agregó Kisuke.

Risei asintió un poco, aunque no muy seguro de la decisión del chico. "Bueno, siendo así eso, supongo que no puedo oponerme dada las circunstancias."

"Gracias, padre. Bueno, si me disculpan, me tengo que ir con los chicos que los he dejado ahí solos." Con un gesto de despedida al anciano sacerdote, se volvió hacia el joven Kotomine.

"Kirei-kun."

Dicho esto, el rubio dio media vuelta y caminó hacia la puerta. Mientras lo veían alejarse más, Risei mantuvo su rostro neutral mientras que Kirei mantuvo su expresión habitual, pero con los ojos estrechos. Por primera vez, sintió una punzada de molestia además de que él lo estaba mirando a propósito para ver a través de su alma.


Castillo Einzbern

"¿Qué tienes, Maiya?" Preguntó Kiritsugu a su asistente Maiya. Ellos estaban en una de las salas del castillo, el mercenario sentado frente a su esposa Irisviel y su Servant Saber.

El tema en cuestión fue que después del incidente provocado para eliminar a Keyneth Lord El-Melloi y el encuentro de Maiya con el hombre al que el Asesino de Magos le había preocupado, Kirei Kotomine, habían decidido ir más cuidadosos a partir de este momento. Sin embargo, poco después recibieron un mensaje del juez de la Iglesia dirigido a todos los Masters para darles información importante sobre Caster, sus intenciones y sobre su Master. Por supuesto, aquello sorprendieron a las 3 personas al escuchar que la última pareja de Master-Servant no estuvieran siguiendo las reglas sobre cómo participar en el ritual, y en vez de eso se dedicaban a cometer atrocidades como el asesinato indiscriminado.

Pero Maiya aún no había terminado allí, y les contó que en respuesta a las atrocidades de Caster, la Iglesia ha ordenado a hacer pausa y detener los combates, y que cada fuerza se uniera para detener a Caster. El que logrará detenerlo, recibiría como recompensa uno de los sellos adicionales. Tras escuchar la información, Saber estaba más que dispuesta en dar caza a ese monstruo y poner fin a sus fechorías, pero Kiritsugu tenía otros planes en mente.

"¿Qué hacemos?" Preguntó Irisviel a su esposo esperando una respuesta para iniciar su movimiento. "Supongo que nosotros deberíamos participar en este movimiento, ¿no?"

"No creo que sea necesario eso." Respondió el Asesino de Magos. "Por lo visto, tenemos una ventaja que el propio Caster desconoce. Su locura, le hace creer que Saber es Jeanne d'Arc, lo cual nos beneficia."

"Espera, Kiritsugu. Creo que me has entendido mal." Dijo repentinamente Irisviel llamando la atención del hombre. "Si bien, es cierto que cuando Caster apareció frente a Saber y a mí, llamó a Saber Jeanne, pero también la llamó impostora." Contó Irisviel mientras recordaba el evento en que Caster apareció frente a ellas con intenciones hostiles.

Saber también reflexionó sobre su encuentro con esa bestia demente quien de repente había empezado a juzgarla e insultándola 'impostora' 'farsante' y otros tipos de maldiciones que finalmente la hicieron enfurecer y saltó a la ofensiva para hacerle callar de una vez. Sin embargo, aquel bastardo estaba bien preparado invocando a sus familiares para defenderse. Naturalmente, el Rey de los Caballeros se las arregló para atravesar y deshacerse de aquella horda de gusanos monstruosos y llegar hasta el psicópata francés, pero este último se las arregló para evitar la hoja invisible y retirarse sin antes de darle un mensaje.

"La próxima vez que nos veamos, estará también mi queridísima y verdadera Jeanne y luchareis las 2 como la última vez en aquel puerto, y ella tendrá todo mi apoyo para vencerte, sucia impostora. Solo puede haber una sola Jeanne."

"Así que él piensa que hay otra Jeanne, ¿eh?" Reflexionó Kiritsugu mientras ponía una mano sobre la barbilla.

"Creo que sí, pero también pienso que también pueda referirse a la otra Saber." Respondió Irisviel haciendo que Kiritsugu y Saber prestará más atención por lo último que dijo.

"¿La otra Saber?" Preguntó Kiritsugu.

"Si, es la Servant que vimos en el puerto cuando llegó Rider. Ya te conté quien era." Contestó Iri mientras recordaba el rostro del caballero rojo y le sorprendió las similitudes que había con el Rey de los Caballeros.

El Asesino de Magos reflexionó esa parte cuando Iri y su Saber le contó el resto de la batalla. La identidad de esa Servant que presumiblemente era un Saber era nada más ni nada menos que el Caballero de la Traición, Mordred. Todavía estaba debatiendo el motivo de que porque había otro Servant de la misma clase que el suyo y por el hecho de que eso implicaría de qué ahora había 8 Servants en esta guerra, algo que no tenía lógica.

Dejando esos pensamientos a un lado, también estaba pensando el hecho de que al igual que su Saber, Caster también la había confundido con la Santa francesa o eso parecía, puesto que el antiguo mariscal francés referenció a su Saber cómo una impostora y a la otra como la auténtica. Teniendo en cuenta estos esquemas, lo más probable es que tanto el Caballero de la Traición y el antiguo mariscal vayan a hacer una alianza y eso complicaría más las cosas.

Al mismo tiempo, Saber también estaba reflexionando sobre lo que estaba ocurriendo. De hecho, ya había estado como en trance desde que terminó la primera batalla y todavía no había dejado de pensar en su hijo rebelde, Mordred. La verdad es que nunca hubiera esperado de todas las personas en encontrarse con aquel fantasma con su misma imagen y semejanza frente a ella desde la última vez que se vieron en el clímax de la batalla de aquella colina donde ambas perdieron la vida.

Desde un principio solo sintió inquietud y conmoción al volver a verlo, pero durante el fragor de la batalla solo sintió pura aversión hacia dicha persona por lo que había dicho mientras hablaba con Irisviel antes. No había duda de que el título del Caballero de la Traición se lo tenía muy bien merecido por lo que hizo en su vida pasada.

Su forma de luchar se jactaba muy bien a la clase Berserker pero luchaba cómo un auténtico Saber, y apenas la hizo sudar como aquella en su última batalla. A pesar de su pendenciera, bravura y jactancia, Mordred no era un oponente a quien debería ser subestimado de ninguna manera ya que era una gran guerrera de renombre y sus 2 últimas batallas con ella la hicieron aprender eso. Por eso, la próxima vez que la encontrará tendría más cuidado ya que pese a que ahora estaba concentrada en Caster, su hijo podría ser una verdadera amenaza si en verdad está obsesionada por encontrarla.

Otra cosa que se estaba preguntando sobre ella es que fue de su Master después de haber recibido aquel golpe tan mortal de Berserker para salvarla. Todavía le sorprendió aquel extraño cambio de los acontecimientos cuando Berserker estuvo a punto de acabar con la vida del caballero traidor y de repente su Master se interpuso recibiendo el golpe en su lugar como si nada. Poco después de que terminara la batalla, ella estaba acompañada por 2 personas que podrían ser amigos del Master y también un sustituto para este último en caso de que hubiera muerto.

Ahora el hecho de que Caster pudiera haber confundido a Mordred como la 'auténtica' Jeanne le pareció ridículo y descabellado. Puede que nunca hubiera conocido a la Santa francesa en vida, pero su información obtenida por el enlace con el Trono de los Héroes le explicó que ella era una persona devota a su Dios y fue una guerrera y heroína famosa en Francia por su hazaña en la liberación de Orleans por lo que se le ganó el título de la 'Doncella de Orleans'. En cambio, Mordred no era exactamente el tipo de persona como una santa o algo. Al igual que ella era una guerrera valiente pero salvaje e impulsiva que no dudaría en acabar con sus enemigos y dar misericordia. Aunque desde un principio siguió los pasos de la caballería cuando estaba bajo su servicio, no creía que fuera una creyente o una santa de ninguna manera. Le pareció increíble la locura de Caster por confundir al Caballero de la Traición con la Santa francesa.

"Si es así eso, probablemente vaya a donde se encuentra el Master de esa otra Saber." Dedujo Kiritsugu al llegar a esa conclusión. "Pero lo más probable también es que intente atraernos a hacia ellos tal como él os lo dijo, ¿no es así?"

Irisviel asintió recordando lo último que dijo Caster antes de irse. Saber estuvo de acuerdo con el aviso y se previó otro encuentro con su hijo rebelde. Sinceramente no le importó mucho volver cruzar espadas con ellas, pero le preocupaba que era probable que Caster se uniera a ella en la pelea, lo que dificultaría bastante la lucha. Sin embargo, siendo realista, tal vez Mordred no poseyera sentido común pero no creía que se uniera a una vil criatura como Caster ya que también la hubiera asqueado.

Sin embargo, ese no era su principal preocupación.

"Incluso si es así, ¿crees que Saber tendrá la capacidad de victoria?" Preguntó Irisviel preocupada. "Recuerda que nuestro verdadero problema es la maldición de la mano izquierda de Saber." Ella recordó entonces el incidente que ocurrió en aquel hotel. "Han pasado dieciocho horas desde que acabaste con Kayneth, y Saber aún no se ha recuperado."

Saber sabía que tenía razón. Durante su enfrentamiento con el primer caballero de Fianna, ella había recibido de lleno en el brazo izquierdo el golpe de una lanza maldita conocida como Gae Buidhe que pese haber recibido una leve herida fue suficiente para cortarle los cordones lo que redujo su límite máximo de salud, lo que le limitaba sus habilidades de curación y regeneración. Prueba de ello fue cuando Irisviel fue incapaz de respaldarla con su magia para la curación. Aquello representaba un buen problema ya que podría ser inconveniente para que ella pudiera ejecutar su Noble Phantasm de manera correcta cuando lo necesite, pero aun así se las arregló para lidiar con Lancer durante un buen rato incluyendo con Mordred también. Sin embargo, sabía que no podía seguir así por mucho tiempo si tendría que enfrentarse con oponentes más fuertes como Berserker o Archer.

La única manera de romper esta maldición que la entorpecía era encontrar a Lancer y vencerlo de una vez. Por lo visto, Kiritsugu trató de hacer eso bombardeando el hotel donde se alojaba el Master de Lancer. Honestamente, a Saber no le gustaba el método que utilizaba su Master pero resultó ser en vano cuando aún sentía la influencia de la lanza maldita.

"Creo que Lancer aún sigue con vida. ¿No deberíamos centrarnos en Lancer primero, para poder enfrentarnos a Caster con todas nuestras fuerzas?" Preguntó Irisviel.

"No será necesario." Respondió Kiritsugu. "Solo necesitamos saber cómo movernos en esta área para poder confundir al enemigo y mantenerlo alejado de Saber."

Saber arrugó más el puño por donde le había infligido la maldición de Gae Buidhe, pero no fue la maldición que la persuadió hacerlo. Un malestar fue creciendo en el antiguo rey de Gran Bretaña por lo que estaba diciendo su Master. ¿Pretendía mantenerla al margen de la batalla así por las buenas como si no esperara nada de ella? ¡Eso era un insulto!

"¿No harás que luche con Caster?" Cuestionó Irisviel también sorprendida por la respuesta de su marido de dejar a su Servant al margen.

"Alguien le derrotará, aunque no lo hagamos nosotros." Respondió Kiritsugu simplemente con una pequeña sonrisa confiada. "Los que se lancen a la caza de Caster se convertirán en objetivos fáciles. Los flanquearemos para acabar con ellos."

Aquello fue suficiente ya.

"Master, eres un…" Murmuró Saber con enojo.

Había tenido ya suficiente de las maquinaciones o métodos de su Master para ganar ventajas. Una cosa es mantenerla al margen de la batalla al menos temporalmente para hacer el movimiento sorpresa en vez de enfrentarse al enemigo de frente. Otra es utilizarla para distraer al Servant enemigo mientras que su Master se encargaría de eliminar a los demás Masters enemigos por sorpresa como lo haría un cobarde por la espalda.

Y por último y el más rastrero es aprovecharse de la atención del resto de los demás Masters y Servants dirigidas en Caster para atacarlos cuando menos lo esperen. ¡Realmente deshonroso!

"¿¡Hasta dónde pretendes hundir ni orgullo!?" Espetó ella liberando su ira e indignación. "Acabas de insultar a los Espíritus Heroicos. ¿Por qué no me mandas a luchar?"

A pesar de sus exigencias, la expresión del Asesino de Magos se mantuvo imperturbable con un estoico silencio.

"¿¡Significa eso que no puedes confiar en mí, tu propia Servant!?"

La habitación se había quedado en un silencio mortal entre sus residentes sin que nadie se molestara en responder a las exigencias del Rey de los Caballeros indignada. Irisviel vio esto con incomodidad y decidió hablar.

"Hay una tregua temporal para acabar con Caster, ¿verdad?" Dijo ella buscando una manera para arreglar las cosas y hacer recapacitar a su marido sobre lo que estaba haciendo. Sin embargo, él no se mostró nada preocupado por ello.

"No pasará nada. Ese juez no es de fiar." Respondió con seguridad. "Está encubriendo al Master de Assassin, y no ha mencionado nada al respecto. Probablemente esté compinchado con Toshaka."

Tanto Irisviel como Saber mostraron unas expresiones de leve sorpresa al escuchar por ese hecho y también parecía que era reacio en confiar en los demás.

"Deberíamos tener cuidado con lo que haga. Eso es todo, podéis retiraros."

Incluso después de haber puesto fin a la conversación, Saber todavía estaba firmemente en contra con los métodos que estaba utilizando su Master al respecto y también estaba muy enojada en cómo parecía no querer confiar ni siquiera en ella. Si bien era cierto que Saber hizo un contrato con el infame Asesino de Magos por la convocatoria del Trono de los Héroes para poder participar en la Guerra del Grial y reclamar el omnipotente Grial a toda costa para poder pedir su deseo, y nunca esperaba llevarse bien al final.

Nunca esperó ganarse la amistad de su Master o llevarse bien siempre que se mantenga firme con un objetivo común, pero ahora estaba viendo los verdaderos colores de este hombre conocido como Emiya Kiritsugu y ahora había descubierto de qué se trataba de una persona que tiraría su orgullo y honor para conseguir lo que quería a toda costa e incluso tiraría la suya si era necesario. Realmente le desagradaba la impertinencia de este hombre y solo podía esperar que no cayera tan bajo.


Residencia de los Mackenzie

"Mmm, siempre es agradable regresar a casa." Comentó Glen Mackenzie acompañado de su esposa Martha Mackenzie mientras caminaban de regreso a su residencia.

"Siempre dices eso cuando volvemos aquí." Le dijo su esposa en respuesta.

"Ya, pero siempre es un alivio regresar para descansar. Cuando uno es viejo, sientes que tienes la necesidad de tomarse un descanso."

"Eso no suena muy propio de alguien quien me había invitado a mudarme aquí hace mucho tiempo, ¿recuerdas?" Argumentó Martha con una sonrisa mientras miraba a su esposo, y este último hizo lo mismo en respuesta.

De hecho, este hombre originario de Australia nunca se arrepintió de su decisión de mudarse junto a su familia a este país que en aquel tiempo habían pasado una década era su enemigo durante la Segunda Guerra Mundial. Por fortuna, Fuyuki no había sido objetivo de los bombarderos estadounidenses ni sufrió daños colaterales, por lo que el resentimiento anti-gaijin era mínimo, aunque no se libró de la ocupación de las fuerzas aliadas tras la capitulación del país.

La razón de su traslado aquí fue que él era un buen hombre de negocios y dejó su anterior empresa y empezó su propio negocio independiente de importación y exportación como comerciante, aunque carecía de ambiciones. Sin embargo, fue la metrópoli de Miyami que lo cautivó y decidió vivir aquí de forma permanente. Al decidir vivir el resto de sus vidas allí, Martha le pidió dos cosas, que su casa se construyera en una colina en Miyama y que hubiera un tragaluz que permitiera un fácil acceso a la azotea. Al retirarse de su empresa y empezar su propia empresa, tenía una gran capacidad de gestión, pero carecía de ambiciones como comerciante. Trabajó durante 40 años evitando trampas y quiebras, y logró traspasar la empresa a un sucesor una vez que hubo ahorrado suficiente dinero. Comenzó a pasar su tiempo en una tranquila tranquilidad mientras trabajaba a tiempo parcial como profesor en una escuela de conversación en inglés.

Su hijo Chris estaba en la escuela primaria cuando se mudaron a Japón y, finalmente, formó una familia allí. Mientras disfrutaba del país, sentía una fuerte atracción por sus raíces y deseaba que su hijo se educara en Australia. Cuando su hijo tenía 10 años, su familia se mudó de regreso a Toronto y gradualmente perdió el contacto con sus padres. Llegó el punto en que apenas se escucharon el uno del otro, y finalmente pasaron 10 años desde que habían recibido una sola carta o una visita de la familia.

Solo fue así cuando 'recibieron' la noticia de que su supuesto nieto 'Waver Mackenzei' iba a hacerles una visita durante unas semanas mientras aún seguía estudiando en una universidad en Inglaterra. Al enterarse de eso, prepararon toda la casa para que disfrutara de su estancia aquí durante unos días. Lo que no esperaban a la pareja de ancianos fue que también vinieron con un 'compañero' del que nunca habían oído hablar, y, a decir verdad, su sola figura parecía causar pavor debido a que era enorme para un humano normal y corriente pareciendo un gigante, pero no parecía ser nada intimidante y era muy amigable.

Por lo que dijo su 'nieto' su nombre era Iskandar y era de Grecia, aunque para Glen ese nombre no le parecía nada griego. De cualquier modo, estaba a cargo de cuidar a Waver y asegurarse de que no se metiera en líos mientras viajaban por la ciudad. La verdad es que parecía un hombre bastante divertido y risueño, uno del que se podían hacer amigos, y eso era lo que el viejo Mackenzei quería.

"Bueno, veamos como esta nuestro nieto y nuestro amigo." Dijo Glenn antes de detenerse frente a la puerta y trasladó su mano a la manilla para abrirla. Cuando la puerta se abrió dejando acceso a los ancianos al interior de la casa, escucharon la voz de su 'nieto' hablar.

"Oh no, ya han vuelto." Ambos ancianos parpadearon al escuchar la voz de Waver que parecía venir del comedor, y por el tono con el que había hablado, parecía estar sorprendido o algo.

Ignorando eso, el anciano Mackenzei decidió hablar.

"Ya estamos aquí, Waver. ¿Cómo te fue con el señor Iskandar?"

Un momento después, se escucharon unos extraños sonidos procedentes de la cocina como unos murmullos. Llevados por la curiosidad, los propietarios de la residencia decidieron ir a investigar para saber qué hacía su nieto, y cuando doblaron una esquina para ver el comedor, se quedaron congelados en su lugar.

Frente a ellos, vieron que aparte de su nieto y su amigo, también había 4 personas que aún no habían visto y conocido. Todos son adolescentes; 2 chicos y 2 chicas. Tres de ellos estaban medio levantados de sus respectivas sillas mirando nerviosamente a los ancianos y al igual que estos últimos, estaban congelados en su lugar cuando estos los vieron. La chica rubia aún seguía sentada en su lugar sin preocuparse en lo más mínimo, y el chico peli naranja parecía que había tratado de instarla a que se levantará, pero parecía haber llegado demasiado tarde.

Los próximos minutos que pasaron en el comedor fueron bastante tensos como la pareja de ancianos siguieron mirando aturdidos a los 4 huéspedes, mientras estos últimos aún seguían mirando totalmente nerviosos a la pareja sin saber que hacer o reaccionar. Waver también se quedó mirando de la misma manera y no pudo aguantar este ambiente tan incomodo, por lo que decidió romperlo.

"Oh, veo que habéis vuelto. Hola, abuelos." Dijo con una sonrisa bastante tensa.

La pareja aún seguía mirando sin comprender lo que estaba pasando hasta que Glen fue el primero en recuperar la compostura y miró a su nieto.

"Waver, ¿quiénes son estas personas?"

"Ah, verás yo…" Dijo el joven Master mientras su mente trataba desesperadamente buscar una excusa rápida para aclarar el asunto. "Estos son amigos que acabo de conocer y les he invitado a casa. Espero que no os importen, ¿verdad?"

La pareja aún seguía mirando a su nieto mientras sus mentes aún trataban de procesar esta nueva información, y parecía que no se lo estaban tomando bien.

Al ver que esto no iba a una parte, Waver soltó un suspiro cansado antes de proceder a hacer algo.


"Oh ya veo, así que vosotros también sois amigos de nuestro nieto, ¿eh?" Dijo Glen de una manera feliz y entusiasmado.

"Me alegro de que nuestro Waver tenga gente cercana para pasar el tiempo con él." Dijo Martha de la misma manera.

Sin saber cómo interpretar este extraño cambio de los acontecimientos, nuestros protagonistas decidieron seguirle el juego mientras procesaban lo que había ocurrido. Lo que pasó fue que cuando la pareja los descubrió, Waver se acercó a ellos y por lo que vieron, les tendió la mano frente a ellos a la cara y luego les dijo. "Estos chicos de allí son mis amigos y les he invitado aquí."

Y tras esas palabras, la pareja se quedó congelada en su lugar y el joven británico se alejó de ellos hasta volver por donde vino. La expresión que estaban dando los ancianos desde el punto de vista de Ichigo y los demás parecía como si estuvieran en trance o algo. Solo fue después de unos instantes que los ancianos se recuperaron, pero se comportaron de una forma extraña.

"Uh, sí perdonad si no os he avisado de que llegaran aquí." Dijo Waver en tono de disculpa. "Pero quería invitarlos aquí para enseñarles un poco esto, ¿entendéis?"

"Es cierto." Dijo de repente Rider. "La mejor forma de fortalecer lazos de amistad es invitar a tus amigos a un buen banquete como este."

"Oh, entiendo. Si es así, no creo que nos importé." Dijo Glen asintiendo antes de fijarse en los demás adolescentes. "Podéis quedaros a comer aquí todo el tiempo que queráis. Lamento si mi nieto os a causado problemas."

Todavía no sabiendo cómo reaccionar ante esta nueva situación, Uryū fue el primero en responder.

"No, no hay problema."

"Realmente agradecemos vuestra hospitalidad." Orihime fue la siguiente.

"H-hai." Por último, Ichigo.

"Bueno, ¿qué tal si nos cuentan algo sobre ustedes para variar?" Pidió Martha queriendo conocer más de fondo a los amigos de su nieto.

Ichigo solo dio una mirada en blanco sin tener idea de que pudieran decirles para encubrir sus verdaderas identidades y su propósito aquí.