Aquí les traigo el nuevo capítulo de semana, y debo decirles que será uno de mis favoritos antes de escribir el banquete de reyes. Espero que disfrutes.
Capítulo 28: La pequeña aventura de Kon y Rin parte 1
24/10/2022
Ya eran casi las dos de la mañana. Cualquier persona que se precie debería estar en casa en la cama en esta hora impía. Gran parte del distrito comercial de Shinto estaban desiertas sin ningún alma a la vista y únicamente la tranquilidad y la oscuridad de la noche era lo que reinaba sobre las frías calles de Shinto, aunque siempre hubo algo de luz proporcionada por las innumerables farolas que había por las carreteras iluminando algunos barrios. Sin embargo, esto no sirvió para quitar la nictofobia incluso para los que se creían los más valientes.
Debido al toque de queda establecido por la policía de Fuyuki en todo el vecindario, no hubo ningún transeúnte nocturno que paseaba en la zona y mucho menos cuando hay un peligroso asesino en serie suelto causando un reino de terror y sangre por doquier como si esta ciudad fuera suya y pudiera hacer lo que quisiese. De hecho, ya nadie se atrevía a aventurarse por las frías calles de la noche si no querían cruzarse con él y tampoco hubo alguien lo suficientemente valiente para plantarle cara. Al menos, no para este caso.
La pequeña Rin Tohsaka era la única que decidió atreverse a viajar en solitario a uno de estos barrios oscuros cuando bajó del autobús que la había transportado aquí.
'Así que esto es Fuyuki de noche, ¿eh?'
Como hija y heredera de la prestigiosa familia de magos de los Tohsaka, debería ser lógico recordar que algún día tendrá que convertir esta ciudad en su responsabilidad puesto que también son los segundos dueños (tradicionales) de Fuyuki. Sin embargo, a pesar de eso, en realidad no estuvo aquí para hacer un simple recorrido para que algún día tuviera que reconocer el terreno como la palma de su mano o hacer algún tipo de excursión nocturna.
'Ahora solo me queda encontrar a Kotone-chan…'
La principal razón de su atrevimiento por querer dar una pequeña aventura por la ciudad nocturna fue para intentar salvar a una amiga suya.
Todo empezó hace unos meses antes cuando su gran y admirado padre se estaba preparando para un evento que nunca había escuchado antes, aunque iba a tener lugar aquí, la llamada Guerra del Santo Grial, por lo que estuvo muy ocupado la mayor parte del tiempo sin ver a su mujer e hija. Su padre no le contó muchos detalles sobre ese asunto de la guerra, pero debió de ser algo muy importante. Ella quería saber más y si era posible, ser de alguna ayuda, pero su padre se lo negó rotundamente diciendo que aún era demasiado joven para saberlo. Aquellas palabras habían disgustado a la joven heredera entusiasta y fue un duro golpe contra su orgullo.
Desde que tenía memoria, Rin había comenzado a practicar algunos conceptos básicos de la magia como el Juwelen Magiekraft bajo la tutela de su padre, claro. Como futura heredera de la familia, era su máxima responsabilidad aprender algunos trucos básicos a una edad temprana de 5 años para que llegue el día en que deba suceder a su padre como jefa de la familia, segunda propietaria de Fuyuki y lo más importante, llegar hasta la Raíz. De hecho, Tokiomi tuvo buenas expectativas en que su hija pudiera ser algún día una gran maga, y mejor que él, debido a que nació con un número anormal de circuitos mágicos y hasta hace 2 años le había hecho una cresta mágica, algo sin precedentes en la historia. Lo único que le quedara por tener fue un escudo mágico.
De todos modos, con todo lo que ella había aprendido hasta ahora, creyó que este tipo ritual mágico sería como un primer paso para su carrera para convertirse en el mejor mago del que su familia estaría orgullosa, pero una vez más, su amado padre dijo que no y fue así como Rin había aceptado a regañadientes que aún no estaba lista para estar al lado de su padre.
Pero a pesar de ello, la pequeña Rin no pudo evitar estar tan demasiado preocupado por el bienestar de su padre. Todavía no sabía de sobra que era lo que su respetado padre tenía que participar, pero sí que parecía ser algo peligroso teniendo en cuenta que él la había prohibido bajo ningún concepto involucrarse en esto y mantenerse lo más alejado posible junto a su madre.
Aquellas palabras cayeron muy hondas en la mente de la niña por lo que no podía evitar temer que algo le ocurriera a su padre, o peor, que nunca regresara a casa de una sola pieza, y por ello no hubo una vez que no se preocupara por él. Sin embargo, a pesar de la incertidumbre en su mente, se dijo a sí misma que no se preocupara. Su padre era el mayor mago que conocía. Estaba obligado a ganar esta guerra, Rin lo creía con todo su corazón.
Incluso si eso significaba trabajar con ese idiota, Kirei.
Fue así que una vez que su padre hubiera hecho los preparativos para instalar su base de operaciones en su mansión, Rin y su madre Aoi Tohsaka fueron forzadas a buscar refugio en algún lugar lejos de Fuyuki para no verse involucradas en la contienda. Madre e hija se trasladaron a la residencia de los abuelos materno de Rin, los Zenjous, que resultaron ser seniles y sin prácticas en la hechicería, y a pesar de vivir temporalmente como refugiadas fuera de la ciudad, Rin pudo ir a la escuela sin problemas ya que la guerra no afectaba en nada la vida de los no involucrados, además de que los combates solo empezaban en mitad de la noche.
Pero a pesar de que ella y su madre no se verían involucradas en el conflicto, eso no significaba que no dejara de preocuparse por su padre pese a su reputación y mucho más al lado de ese extraño sacerdote de aspecto sospechoso, pero se los tragó al menos mientras estaba con su madre y en medio de la clase donde transmitía un aire de confianza y seguridad.
De hecho, en su clase, ella fue toda una celebridad entre sus compañeros, no simplemente porque su familia sea multimillonaria y que hayan sido los propietarios originales de Fuyuki incluso poco antes de que terminara el Periodo Edo. Confiada y orgullosa, la joven fue una de las mejores alumnas de su clase, ya que sobresalió en cada lección y prueba. Muchos comentaron su dedicación en sus estudios, algunos de sus compañeros incluso la miraron con asombro y como un modelo a seguir.
Algunos podrían decir que sería un estilo de vida solitario, pero Rin estaba feliz con su única mejor amiga, Kotone, con quien se llevaba muy bien con ella.
Fue gracias a su compañía, que la pequeña heredera Tohsaka pudo disfrutar sin preocupaciones por los eventos de esa Guerra del Santo Grial y siempre creyendo que al final su padre saldría victorioso. Sin embargo, sus días de paz terminaron abruptamente cuando comenzó a tener un mal presentimiento en su escuela. Los niños no se presentaban, los maestros hablaban, incluso algunas clases se interrumpieron. Aunque la mayoría de los demás estaban encantados con este último desarrollo, Rin no pudo evitar inquietarse. Especialmente cuando escuchó un informe de noticias de un televisor sobre secuestros recientes en la ciudad de Fuyuki y sus alrededores. Rin se consideraba una damita inteligente, pero incluso un idiota habría considerado que había una conexión entre el informe y la Guerra del Grial.
Y luego su mejor amiga Kotone no apareció por dos días.
Al principio, Rin había tratado de mantener la calma al respecto; tal vez Kotone acababa de contraer algo. Después de todo, era una chica amable y dócil. Pero cuando trató de llamar a su casa para saber si estaba bien, nadie respondió. Y esa fue la última gota para que ella recolectara las gemas que había logrado cargar con su madre, comprara un boleto para el teleférico y se dirigiera a Fuyuki.
Rin no podía pedirle a su padre que la ayudara con esto. La Guerra del Grial fue un evento importante, y él representó el nombre de Tohsaka en ella, tal como ella tendría que hacerlo algún día. Además, él ya le había dado lo que necesitaría para encontrar a Kotone como un regalo de cumpleaños anticipado: una brújula mágica que detectaba la mayor concentración de magia alrededor.
A decir verdad, la pequeña Rin no supo decir si esta fue la mejor decisión de escabullirse de su casa sin el consentimiento de su madre y solo podía imaginar lo preocupadísima que estaría ella si se enterara de la ausencia de su hija en casa. Normalmente Rin fue una niña muy obediente con sus padres y nunca los había desobedecido. Bueno, casi nunca, pero esto no venía para el caso. La preocupación por su amiga secuestrada fue muy grande hasta tal punto de romper su juramento de obediencia y arriesgarse a ir a una enorme ciudad en mitad de la noche y probablemente ya sea un campo de batalla. Ya tendrá tiempo de disculparse con su madre y afrontar el castigo que se la impusiera una vez que salvará a su amiga.
Sin embargo, uno de los problemas más grande que tuvo que afrontar fue como orientarse en una gran ciudad en mitad de la noche. Si bien, su madre a menudo la llevaba de paseo por los alrededores, pero solo por el distrito tradicional de Miyama, y con poca frecuencia visitaban Shinto que es por donde sucedían los secuestros y que en algún lugar estuviera secuestrada Kotone. Otra cosa fue que aún no sabía quién era el secuestrador, donde se escondía y, sobre todo, cuan peligroso es él. Lo único que sabía (al menos sospechaba) de él fue que probablemente sea un mago, debido a que precisamente hoy, la ciudad se había convertido en el escenario principal para un ritual de combate mágico solo por las noches, y el secuestrador también actuaba por las noches.
Si eso fuera así, podría localizarlo gracias a esta brújula y dar con él en algún lugar de esta vasta ciudad. Pero incluso si lograra localizar su guarida y encontrar Kotone, no supo decir que hacer a continuación. Sería fácil decir que una vez que encontrara a su amiga, no perdería el tiempo en sacarla de ahí y huir a cualquier lugar lejos como una comisaría y confiar en que la policía las protegiese, pero tampoco supo si eso funcionaría si, por el contrario, se encontrara cara a cara con él y no tuviera más remedio que confrontarlo. Pese a su despreocupación y plena confianza en sí misma, Rin todavía seguía siendo una niña pequeña que todavía no sabía casi nada del mundo de los adultos y los peligros que conllevaba sin la tutela de sus padres, por lo que la joven niña maga-aprendiz no tendría ninguna posibilidad de encarar a un adulto aparentemente peligroso siendo o no siendo un mago.
Sabía que había tomado una decisión errónea e imprudente de arriesgarse a escabullirse en secreto de la casa de sus abuelos para iniciar una peligrosa búsqueda e intentar salvar a su amiga y podría estar lamentándolo más tarde, pero también sabía que ya era demasiado tarde para retroceder. Había tomado una decisión, salió de la casa de sus abuelos lejos de las miradas de su madre y sus abuelos, tomar un autobús rumbo a Fuyuki y dejándola completamente sola en mitad de la noche en una parada de autobús al lado de un parque en medio de una ciudad de aspecto prácticamente desierta rodeada de varios edificios y algunos rascacielos un poco iluminados, por lo que ya no hubo vuelta atrás.
Ahora solo tenía que seguir hacia adelante dando sus primeros pasos que lo alejaría aún más y centrarse en su misión de salvar a su amiga.
Por Kotone.
Y así empieza su pequeña aventura...
"Veamos." Dijo la niña inspeccionando primero la brújula mágica que la ayudaría a localizar a Kotone. Lo primero que vio fue para su sorpresa que la brújula había comenzado a pitar al mismo tiempo que la aguja había comenzado a girar libremente en un círculo completo sin señal de detenerse como si se hubiera vuelto loca o por algo.
'Nunca lo había visto reaccionar de esta manera.'
Según lo que le contó su padre cuando se la regaló fue que la brújula funciona instantáneamente dependiendo de la intensidad del maná a su alrededor. Si solo hay una fuente de energía mágica en una sola dirección, solo indicaba dicha dirección, pero si la fuente fuera tan tensa cuya extensión abarcara toda un área o si hubiera múltiples fuentes, la aguja señalaría en todas las direcciones posibles, tal como estaba viendo ahora.
'¿Eso significa que hay rastros de maná por todos lados?' Preguntó Rin mientras miraba en todas las direcciones a su alrededor en la que supuestamente señalaba la aguja.
Esto iba a ser un gran problema. Ella ya sabía una vez que llegara aquí que esto no sería tan fácil como jugar al escondite ya que tendría que registrar cada parte donde provenía energía mágica en todos los alrededores, y a saber cuánto le costaría encontrar la que donde estaba Kotone. Sabía que esto podría ser una autentica pérdida de tiempo y no quiso registrar hasta el último tramo de este distrito tan moderno hasta el amanecer ya que para ese entonces es posible que ya sea demasiado tarde, y todo lo que había hecho hasta ahora para llegar aquí hubiera sido en vano.
No. Ella no permitiría que todo fuera en vano y disgustar a sus padres. Tenía que seguir hacia adelante y encontrar a su amiga de una vez por todas.
Con eso decidido, primero cruzó una de las calles para llegar al otro lado y empezó a correr entre la acera poco iluminado para buscar un atajo que la llevaría a la fuente que resonaba a su alrededor. Hizo bien en correr sin hacer ruido ya que no quiso llamar la atención. Uno de los grandes riesgos en que una niña pequeña como ella quedara aislada en medio de una gran ciudad es que podría encontrarse con algún maleante como ladrones, secuestradores de niños (como el caso de Kotone), asesinos o un policía patrullando la zona.
Lo último que quería Rin sería que la atraparan husmeando por estos barrios inquietantemente silencioso en mitad de la noche sin la protección de sus padres, y aunque estos últimos (la policía) hicieran bien su trabajo en acogerla para llevarla a un lugar seguro, eso obstaculiza estrepitosamente su misión y solo podría esperar que su madre disgustada apareciera para recogerla y todo lo que había hecho sería en vano.
'Espero que no me vea nadie.' Pensó mientras seguía corriendo por la acera y de vez en cuanto, miraba su brújula para ver si había algún indicio de energía mágica más latente.
No fue hasta que después de recorrer todo un sector, se detuvo para pararse en frente de un posible atajo en forma de callejón poco iluminado que conducía a otro barrio. Rin se quedó mirándolo con vacilación hasta que volvió su atención hacia la brújula. Vio que seguía pitando y la aguja seguía girando sin parar, pero hubo un patrón que la llamó la atención, y fue que cada vez que la aguja señalaba hacia el callejón su punta se iluminaba en rojo durante un breve momento cuando ya no señalaba al callejón, y volvía a encenderse cuando apuntaba hacia allí.
Aquello era un indicador de que tenía que ir por allí.
A pesar de su vacilación inicial de entrar en uno de esos callejones oscuros, decidió arriesgarse y se tragó sus miedos antes de dar unos pasos hacia adentro. Mientras inspeccionaba el entorno casi oscuro a su alrededor, Rin solo se centró en la actividad de la brújula y ver si marcaba una dirección diferente, pero parecía que todo iba igual y siguió caminando por la oscuridad.
"Maldito seas Ichigo, ¿cómo pudiste hacerme esto?" Refunfuñó Kon molesto mientras caminaba en solitario por un pavimento de las calles de Shinto. "Si al menos estuvieras aquí, te daría una buena paliza por haberme dejado caer al suelo."
El desafortunado Alma modificada no podía estar en la peor situación posible debido a que mientras Ichigo junto con Saber y Uryū corrían por las calles de Shinto en busca de ese maniático asesino en serie y su compinche, Kon se había aferrado con fuerza sobre el hombro del pelinaranja todo el tiempo hasta que de repente se detuvo bruscamente haciendo que el peluche se resbalara del traje y cayera al suelo. La razón de aquel repentino movimiento fue porque vieron acercarse un coche de la policía haciendo guardia, y como no quisieron que los atraparan en medio de la calle, los adolescentes no perdieron el tiempo en girar a otro lado tan rápidamente y alejándose de la escena dejando al pobre Kon recién recuperado de su aturdimiento.
Sólo fue gracias al foco del coche patrulla que lo hizo volver a la realidad y no perdió el tiempo también en huir y tratar de alcanzar a Ichigo. Kon había tratado desesperadamente de alcanzar a su dueño/amigo como sus pequeñas piernas de algodón podían llevarlo a través de las aceras de la ciudad, pero por más que corría y gritaba a Ichigo para que lo escuchara no encontró ni rastro del adolescente pelinaranja, el Quincy de 4 ojos, ni de la salvaje caballero marimacho por ningún lado como si se hubieran esfumado de la faz de la Tierra.
Fue después de un pequeño rato que el Alma modificada detuvo su carrera al darse cuenta de que se había extraviado y que el grupo de idiotas debían de estar muy lejos, a saber, dónde. Al saber esto, Kon maldijo su suerte y a este maldito universo de mierda por ponerlo en esta situación. Sabía muy bien que ya no podía regresar al motel ya que no sabía dónde estaba y lo peor aún es que estaba perdido en medio de un gran distrito que posiblemente sea más grande que Karakura. Realmente estaba en una situación bastante jodida y no sabía qué hacer al respecto salvo caminar ya que no quería quedarse aquí parado en medio de la noche y tratar de encontrar Ichigo o que ellos lo encuentren a él primero.
Fue así como el desventurado Alma modificada se encontraba caminando por el pavimento durante un gran rato desde que se separó de Ichigo y todavía no encontró ni el más mínimo rastro de ellos como si hubiera sido abandonado como un trapo sucio. Esta situación era mucho más jodida cuando todo el equipo de rescate llegaron al interior del Seireitei y tuvieron que separarse en grupos (Kon le había tocado con Ichigo y Ganju) ya que ahora no tenía ningún compañero a su lado o para hablar por lo que se conformó aún refunfuñando y maldiciendo al destino por su situación, y lo peor fue… ¡LE IMPORTABA UNA MIERDA QUE UN TRANSEÚNTE NOCTURNO QUE PASEA CASUALMENTE POR AQUÍ SE DETUVIERA Y VIERA A UN LEÓN DE PELUCHE QUE CAMINA Y HABLA GRUÑENDO SIN PARAR!
Esto es un mundo de magia, ¿no? Aquí a estas horas de la noche debe de haber un número de magos junto a sus respectivos Servants paseando también y no creyó que les importara ver a un Alma modificada dentro de un león de peluche.
'Solo espero encontrarme con esos imbéciles para hacerles saber por la mierda que estoy sufriendo.' Pensó Kon mientras reflexionaba en cómo llevar a cabo su venganza sobre todo contra ese idiota pelinaranja.
Sí, cuando tenga la primera oportunidad, le dará una fuerte sacudida en la cara que-
De repente su línea de pensamientos fue cortado cuando escuchó un estrepitoso sonido que sonaba como un objeto sólido como un cubo volcarse y caer al suelo provocando que Kon se detuviera abruptamente sobre sus pies deteniendo su marcha. Luego giró la cabeza hacia el origen del sonido mientras todo rastro de frustración e ira se esfumaron como el viento y fueron rápidamente reemplazados por susto y temor.
"¿Qué fue eso?" Preguntó Kon temerosamente mientras seguía mirando al lugar donde se supone que escuchó el ruido siendo un callejón oscuro donde apenas podían verse varios cubos de basura.
Si al menos tuviera garganta y lengua de verdad hubiera tragado saliva pensando temerosamente lo que había causado ese ruido. Casi hubiera deseado que fuera un gato callejero de la zona que podía haberlo hecho por accidente o simplemente estuviera peleando con otro por territorialidad. También deseó que no fuera un perro grande ya que son bastante agresivos y quién sabe lo que le haría si se fijara en él y decidiera usar su delicado cuerpecito de algodón para despedazarlo con sus dientes y lo que quedaría de él solo sería un conjunto desordenado de relleno en medio de la calle. Eso sería lo último que quisiera que pasara.
'O peor aún… ¿qué pasaría si fuera uno de esos Servants?'
Podría ser una posibilidad, y muy alta. Daba la casualidad de que aún estaba en plena guerra entre magos y sus respectivos Servants, y a pesar de que ahora hubo un momento de pausa, algunos les importaba una mierda las reglas ya que lo único que pensaban fue en coger ventaja y aprovecharse de los desvalidos.
Si fuera realmente ese caso, Kon empezó a hacerse la idea ante la posibilidad de cruzarse con uno de ellos en un giro desafortunado del destino. Empezó elaborando una lista de los candidatos posibles con lo que podría encontrarse.
Recordó primero a ese tipo Lancer de aquella noche, y por lo que vio, parecía un tipo que no le gustaba abusar de los débiles, alguien que piensa siempre en el honor como todo buen caballero. Quizás sí esté lo encuentra, seguramente no le hará nada y lo dejaría tranquilo para su alivio.
Pero, ¿y su Master?
Todo lo que recordaba de él fue que era un auténtico gilipollas y un profesor de mierda que le gustaba intimidar a sus alumnos como a Waver seguramente por un retorcido placer sádico, y fue demasiado lejos como para obligar al pobre Lancer a unirse con Berserker y luchar contra la otra Saber a pesar de que este le suplicara luchar al lado de este último. Ciertamente no podía ser más mezquino que aquello.
Pero dejando a un lado eso, Kon pensó en las posibilidades de encontrarse cara a cara con él.
Un pequeño e impotente Kon se vio obligado a mirar hacia arriba a la cara macabra del Master de Lancer luciendo con una vil sonrisa plasmada en su cara mirando al pobre Alma modificada como un vulgar gusano al que aplastar con tanta facilidad. Una vez más, Kon hubiera tragado saliva si pudiera ante esta posible situación predestinada. Realmente esperaba que este no fuera el caso.
Prosiguiendo con su lista de candidatos de Masters-Servants que podría encontrarse, se centró en el caso de la Master del otro Saber. No supo demasiado de ella salvo que era una mujer albina, y aunque no parecía tener buenos pechos, lo compensaba con una extraordinaria belleza sobrenatural.
Realmente parecía ser tu tipo, y casi podía fantasear en abalanzarse sobre ella para abrazarla y sentir su calor (si es que puede sentir, claro), solo para ser interrumpido por el balanceo de una espada invisible que golpeó como un bate de béisbol el cuerpo de peluche lejos del alcance de la mujer y se estrellara sobre una pared. Su atacante sería esa otra Saber (supuestamente el padre de Mordred) poniendo una postura defensiva, no permitiendo que el pequeño pervertido tocara incluso acercarse a su Master bajo ningún concepto, típico de un caballero que protege a una dama.
A continuación, pensó en la posibilidad de que sea el Master de Archer. Para empezar, no conocía casi nada del Master salvo que según las descripciones de Kisuke y Urahara, parecía ser un respetuoso caballero, pero su Servant era justo lo contrario. Desde la perspectiva de Kon, Archer era un tipo completamente pomposo que parecía ser un aficionado a la moda y al lujo si su armadura revestida de oro fuera una completa indicación de su personalidad extravagante. Era realmente egocéntrico y arrogante que incluso a Kon le molestaba seriamente creyéndose superior a todos. Casi fue refrescante ver como Berserker le había puesto en su lugar durante un momento y que se había retirado con el rabo entre las piernas.
Sin embargo, ¿qué pasaría si fuera él que acabará de causar aquel ruido y se topará frente a él? Sólo pudo imaginarse la expresión de un imponente Archer mirándolo con la misma mirada vil y una gran sonrisa cruel que la del profesor de mierda, y él mismo empalado de bajo hasta arriba por una de sus armas estando a su merced. La mera idea de encontrarse con esa tensión hizo que quisiera fundirse si pudiera.
Por último y no menos importante, ¿qué pasaría si se topara con Berserker y su Master? Hasta hoy todavía no había visto al Master de ese loco, pero su verdadera preocupación fue su Servant que definitivamente era una bestia salvaje e implacable que le recordaba bastante al temido capitán de la Onceava División. La mera idea de cruzarse con él le habría dado el mismo temor y miedo que le hubiera dado Archer y saldría huyendo media vuelta como en el caso en que huyó del Grand Fisher cuando lo confundió por Ichigo (en ese momento estaba en el cuerpo de Ichigo).
En resumidas cuentas, ninguna de las posibilidades de quién podría encontrarse eran buenas y solo fue su suerte que probablemente hizo que se encontrara con cualquiera de ellos. Casi tuvo la necesidad de tragar saliva, pero no pudo mientras seguía observando fijamente a la oscuridad que emanaba del callejón esperando lo que sea que emergiera de ahí. La tensión fue muy alta con cada instante que pasaba y casi estuvo a punto de perder la cabeza.
Afortunadamente para el desventurado Alma modificada, no pasó mucho tiempo cuando de repente, emergió de entre la oscuridad, un gato de aspecto callejero con todo el pelaje erizado y gruñó salvajemente a Kon como a un perro o un intruso, y esta repentina reacción provocó que Kon gritara asustado antes de salir corriendo a toda prisa. El Alma modificada dentro de un león de peluche corrió tan rápido como sus piernas podían como si le estuviera persiguiendo un terrorífico hollow.
"¡COMO ODIO ESTE MUUUNDOOO!"
Al final, Kon se perdió aún más en las calles.
Rin se asomó a otro callejón y sintió que su rostro se arrugaba con disgusto. Miró de nuevo la brújula y respiró aliviada; la aguja apuntaba hacia la izquierda, lejos de la basura. 'Buena por dos razones' Decidió antes de continuar.
Habían pasado unos 15 minutos desde que llegó aquí en su pequeña misión de rescate y desde entonces había empezado a aventurarse por cada rincón posible de la urbe más moderna de su ciudad asomándose por las calles y los callejones más oscuros, donde cantaba la aguja. El proceso no fue fácil, por supuesto. Más de una vez, la niña tuvo que esconderse de la vista de un coche de policía que pasaba. Sabía que había un toque de queda debido a los secuestros y que la llevarían ante su padre si la policía la detenía. Eso no podría pasar. Todavía no.
Todavía tenía que encontrar a su mejor amiga Kotone y si era posible, al resto de sus compañeros de clase secuestrados también. Sin embargo, a pesar de su determinación, la pequeña Rin había empezado a pensar que esto se estaba convirtiendo en una pérdida de tiempo ya que, a pesar de tener un dispositivo detector de maná en sus manos, de poco le servía de mucho. No era que no le estuviera funcionando, ya que lo que pasaba fue que, debido a la gran cantidad de maná extendido por los alrededores, le fue muy difícil orientarse.
Rin suspiró cansadamente ante este pensamiento. Esto sí que resultó ser un revés en su búsqueda y uno pensaría por cuanto tiempo duraría esto hasta que encontrara a su amiga cautiva. Quizás una noche o-
'¡No! No pienses en eso ahora.'
Tenía razón. No podía tomarse el lujo de darse por vencida ahora que aún seguía aquí y ya no había vuelta atrás. Tenía que seguir avanzando confiando en las direcciones de su brújula hasta que encontrar a su amiga y salvarla de una vez. Con esa resolución renovada, la joven heredera Tohsaka entró en otro callejón, uno donde al menos no había cubos de basura salvo 2 contenedores pegados a la pared, pero a Rin no le importó demasiado cuando caminó hacia dentro en dirección a otra calle.
Justo cuando iba a llegar al final, de repente se detuvo abruptamente sorprendida al ver pasar otro coche de la policía en la calle que la hizo retroceder unos pasos hacia atrás. El coche apenas se detuvo justo al lado del callejón obligando a Rin a refugiarse en uno de los contenedores para que no la descubrieran. Una vez a salvo, Rin contuvo la respiración para oír bien si uno de los policías pudo haberla visto. Para asegurarse, apenas asomó su cara para ver el coche aún quieto en su sitio y apenas pudo ver a sus conductores a pesar del fuerte parpadeo rojo y azul bailando al unísono.
Al ver que no hubo ningún movimiento dentro del coche, Rin se permitió suspirar de alivio al saber que no la han atrapado.
'Eso estuvo cerca.'
Aún así, sabía que esto se estaba complicando cada vez más. No dejaba de ver coches de la policía rondando por cada carretera que pasaba y aunque no eran de manera habitual, todo el distrito estaba plagado de ellos. Se preguntó si este escuadrón de policías sería suficiente para localizar la guarida del secuestrador y rescatar a Kotone. Esa fue una muy buena posibilidad, pero en seguida de retractó de ello.
Por muy bien que hicieran su trabajo y esfuerzo en localizar el escondite del secuestrador, dudó que pudieran hacer algo al respecto contra él o ellos. Según lo que sabía de ellos, todo el cuerpo de policía de Fuyuki no son magos y por tanto son completamente ignorantes del mundo de la magia y por supuesto de esa Guerra del Grial en la que participa su padre. En cambio, de alguna manera ella sabía que el secuestrador era un tipo de mago y estaba usando su hechicería para cometer esos delitos y secuestros masivos por la ciudad sin que nadie pudiera detenerlo. Como tal, no creyó que ni la policía de Fuyuki pudiera hacer algo para detenerlo.
También sería inútil en tratar de colaborar con ellos ya que los no-magos son muy ignorantes respecto a este campo y tampoco querrán que una pequeña niña los ayudara, y seguramente se la llevarían de vuelta con su madre y así terminar con su pequeña aventura.
No pudo permitirse tal cosa aún hasta encontrar a Kotone y salvarla y luego acudirían a la policía para que las protegiesen y regresaran a sus respectivas casas. Así fue como lo vio y por tanto esperó a que este molesto obstáculo saliera de su camino.
De repente, los oídos de Rin percibieron un ligero sonido en el aire que no sonaba demasiado pesado, pero que sirvió para alertarla por lo que enseguida volteó la cabeza hacia atrás por donde había venido el sonido. Cuando lo hizo, al principio vio que no había nada que había causado ese sonido por el resto del callejón. La niña ladeó la cabeza confusa por eso. ¿Había sido un gato o una rata? Esperaba que no fuera lo último.
De pronto, sus ojos se enfocó más hacia abajo, al suelo, y finalmente captaron algo tirado en medio del suelo. Algo dentro de Rin le dijo que aquello no estaba allí cuando entró en el callejón y llevada por la curiosidad, caminó cautelosamente por donde había venido antes hacia el objeto en el suelo. Cuando más se acercaba, más evidente fue lo que era.
Un peluche. Un león de peluche tumbado bocarriba en el suelo por alguna razón. Cuando Rin se paró frente al león de peluche, lo cogió por uno de los hombros y lo levantó hasta la altura de su cara para examinarlo mejor.
Por lo general, parecía un muñeco animal de aspecto no muy realista, ya que parecía ser sacado de una serie de dibujos animados infantil además de que tenía forma bípeda. El muñeco tiene un cuerpo de color canela claro con costuras que recorren todo arriba y abajo. Su cabeza es rodeada y más grande que el resto de su cuerpo y tiene una melena marrón y puntiaguda. Posee 2 ojos negros y brillantes y orejas pequeñas con rosa por dentro. En sus manos y pies tienen cada uno 4 garras blancas y planas.
En su vientre tiene un gran botón blanco que disimula su ombligo y por detrás posee una cola.
Rin solo miraba con curiosidad al peluche en sus manos preguntándose que hacía esto aquí tirado en la calle.
'¿Lo habrá perdido alguien?'
Sin que ella fuera consciente de lo que estaba sosteniendo ahora mismo, el aparente 'inanimado' león de peluche dio gracias a que esta niña humana no tuviera poderes para leer sus pensamientos y así poder reflexionar sobre su nueva situación.
'¿Qué diablos hace aquí esta niña en medio de la calle a estas horas?'
Perderse en esta maldita ciudad fue más que extenuante para el pobre alma Modificada que ni siquiera le importó que un simple transeúnte lo atrapara desprevenido, pero tampoco esperaba que se encontrara con una pequeña niña de todas las cosas vagando por los alrededores. Hizo bien quedarse inmóvil en su forma habitual inanimada mientras ella seguía mirándolo detenidamente.
Después de su repentina carrera iniciada por el repentino susto que le dio ese maldito gato callejero, Kon terminó en otra punta del barrio y dejó de correr para seguir caminando y continuó maldiciendo su suerte hasta que terminó en este callejón. Cuando entró, lo primero que vio para su sorpresa fue a esta niña escondida detrás de un contenedor evitando que la viera un coche de la policía. Kon también quiso esconderse, pero entonces sintió que se tropezó con algo y cayó de espalda al suelo. Fue así como la niña lo vio y terminó en esta situación en sus manos inspeccionándolo detenidamente.
En ese lapso, Kon no paraba de preguntarse mientras mantenía su fachada de ser 'inerte' por qué había una niña aquí en medio de las calles sin sus padres o un adulto que la acompañara. ¿Se habrá separado de su madre y se habrá perdido? o ¿quizás sea uno de los niños secuestrados y de alguna habrá logrado escapar? Eso último parecía ser una buena posibilidad, pero no estaba del todo seguro. Entonces, en un momento de contemplación, se dio cuenta del objeto que portaba como collar o algo y sabía exactamente qué eso no era lo último.
'¿No se parece eso a esa brújula que rastrea maná?'
Puede que no haya visto mucho sobre aquel extraño objeto que regaló Kisuke a Ichigo para poder rastrear a Caster y su Master, pero recordaba más o menos la forma y el color, y el objeto redondo que llevaba la niña cómo colgante era muy similar.
¿Por qué? ¿Por qué ella llevaba un artefacto mágico? No creyó que se lo hubiera quitado a Ichigo. Puede que el idiota pelinaranja sea despistado mentalmente de vez en cuanto, pero no fue lo bastante idiota y lento para dejar que una niña se lo quitara de encima así cómo así y más aún cuando lo necesita más que a nada en este momento.
Fue así que solo pudo llegar a una explicación tangible. ¿Acaso está niña es una maga o algo? No pudo seguir reflexionando cuando de repente un foco de luz se cernió sobre la espalda de la niña y cubrió casi toda su forma desde la cabeza hasta el suelo. La niña volteó su cuerpo hacia atrás y cuando lo hizo, levantó inmediatamente un brazo sobre sus ojos para evitar cegarse por el resplandor.
"Eh, ¿qué haces tú aquí?" Preguntó una voz adulta que sonó con sorpresa evidente en su voz.
Cuando el foco se desvió más hacia abajo, lejos del alcance de sus ojos, Rin apartó su brazo para poder ver bien a sus captores, y cuando lo hizo, se quedó congelada de sorpresa al ver que son los 2 agentes de policía como había temido.
'¡Mierda!' Gruñeron tanto Kon como Rin al mismo tiempo.
Los 2 policías que habían bajado del coche continuaron mirando a la niña hasta que uno de ellos habló.
"¿Te has perdido? ¿Dónde están tus padres?"
Demasiado conmocionada para hablar o contestar, Rin solo se quedó congelada en su lugar mirando a los 2 policías sin saber que hacer ahora que la habían atrapado. Ella sintió la necesidad de retroceder, dar media vuelta y escapar de estos adultos, pero por alguna misteriosa razón no pudo.
Al ver que ella no podía formular una pregunta, los 2 agentes decidieron que lo primero que tenían que hacer es acogerla y llevarla a un lugar seguro antes de interrogarla.
"¿Estas bien?" Preguntó antes de que él y su compañero empezaran a caminar hacia ella.
Por fin, Rin sintió que sus piernas retrocedían al ver que los 2 adultos comenzaron a acercarse hacia ella y sintió que el agarre sobre el peluche que sostenía antes se abrió, dejando que cayera al suelo por donde lo encontró. Kon simplemente se quedó en su tapadera de objeto inerte mientras veía a la niña retroceder más y también vio pasar los 2 agentes a su lado, y sin pisarlo afortunadamente.
"Y-yo..." Tartamudeó Rin haciendo todo lo posible por mantener la compostura mientras los 2 hombres estaban ya casi por encima de ella.
"No te preocupes. Somos agente de la policía, no te haremos ningún daño." Aseguró el agente mirándola suavemente tratando de tranquilizar a la niña asustada. "Dinos que estás haciendo tu por aquí. ¿Te has perdido?"
A Rin le costó un poco formular una palabra mientras buscaba desesperadamente una forma de escapar de estos hombres. Sabía que ellos no eran malas personas, o eso es lo que creía, y estaban aquí para poder rastrear al secuestrador, pero no sabía si le iba a permitir que iniciara con su propia búsqueda.
"Yo-yo no estoy perdida." Dijo finalmente. "Yo también estoy aquí para buscar a ese secuestrador y rescatar a mi amiga."
Los 2 agentes adoptaron expresiones sorprendidas sin poder creer lo que estaban escuchando. ¿Esta niña que podría tener entr años estaba perdida en medio de estas oscuras calles para tratar de salvar a una amiga secuestrada?
"¿Qué dices? ¿Hablas en serio?" Preguntó el otro agente con incredulidad.
"S-sí." Respondió Rin con apenas vacilación recuperando un poco de valor. "Estoy buscando a mi amiga Kotone-chan que desde hace días no viene a mi clase al igual que otros niños de mi clase. Escuché que hay alguien que está secuestrando a muchos niños por aquí, y por eso decidí escapar de la casa de mis abuelos para ir a buscarla."
Al terminar, todo el ambiente se volvió en un incómodo silencio entre la niña y los 2 adultos quienes seguían mirando a la niña con una expresión indescifrable que decía que aún estaban tratando de digerir la explicación que ella les había dado. No hizo falta decir que este silencio también incomodó a la niña. Sin embargo, recuperó algo de iniciativa para volver a hablar.
"Etto, ¿podéis ayudarme a encontrarla?" Preguntó poniendo la cara más tierna que pudo.
"Espera, espera. Repasemos esto paso por paso." Uno de los agentes reaccionó de inmediato logrando salir de su estupor. "Dices que saliste de tu casa para intentar buscar una amiga tuya, ¿verdad?"
Rin asintió antes de que el policía prosiguiera.
"Entonces, tú no eres uno de esos niños secuestrados, ¿no?"
De nuevo Rin asintió, pero está vez en señal de negación.
"¿Y qué hay de tus padres?" Preguntó el otro.
"Oh, mi padre está ocupado con algún asunto de trabajo en la iglesia." Ella respondió eso para encubrir el verdadero 'asunto' que estaba llevando su padre. "Mi madre está en casa de mis abuelos y no sabe que estoy aquí."
Los guardias absorbieron esto con desconcierto al escuchar eso.
"Espera, ¿estás diciendo que te escabulliste de tu casa y tu madre y abuelo no lo saben?"
"Uh, sí. No quise preocuparlos por lo que me fui a hurtadillas y como dije antes cogí un autobús para llegar hasta aquí." Confirmó Rin un poco incómoda por las miradas desconcertadas de los agentes quienes la miraban como si fuera un bicho raro.
De hecho, ambos agentes estaban un poco estupefactos por el atrevimiento que hizo esta pequeña niña al aventurarse ella sola en una gran ciudad como esta y sin la protección de un adulto y aún más con la presencia de un peligroso asesino en serie y secuestrador de niños suelto.
"¿Y bien? ¿Podéis ayudar-
"¿¡Te has vuelto loca!?" Exclamó un agente un poco más alto de lo que pretendía por la imprudencia de la niña. "¿De verdad no eres consciente de lo que haces? Las niñas pequeñas no deberían estar aquí en mitad de las calles y mucho menos por la noche."
Rin apenas se estremeció por el volumen del agente y trató de contraatacar.
"¡Y-yo no me he vuelto loca! Ya os dije que estoy tratando de buscar a mi amiga que-
"Eso no es excusa." Interrumpió el agente. "¿No te das cuenta de que aquí corres peligro? ¿Qué te pasaría si ese secuestrador te encuentra y a saber lo que te haría?
"Si, ¿no ves que estás perdida?" Argumentó el otro agente.
"Yo no estoy perdida. Mira esto." Dijo Rin mientras mostraba su brújula de maná a los agentes. "Tengo una brújula mágica."
Los agentes observaron con algo de curiosidad el objeto que tenía la niña.
"¿Es algún tipo de juguete?"
"¿Qué? ¡Claro que no! Es una brújula que me regaló mi padre y puede rastrear cualquier cosa. Con esto podremos encontrar al secuestrador y salvar a los niños."
Realmente Rin esperaba que estos 2 adultos la creyeran por muy exagerada y descabellado que sonara ya que no son magos, y que colaboraran con ella, sin embargo, después de un momento de pausa, quedó claro que estos 2 adultos-no magos no la creyeron y decidieron no perder más el tiempo.
"Venga, será mejor que dejes de juegos y vengas con nosotros." Dijo el agente sin rodeos sorprendiendo a Rin. "Te llevaremos ahora mismo a tu casa."
Sin perder ningún instante, Rin dio media vuelta y se echó a correr lejos de estos idiotas y que no la estorbaran en su misión. Sin embargo, los 2 adultos fueron más rápido y no le costó mucho alcanzarla y atraparla.
"¡Nooo! ¡Sueltame!" Gritó Rin tratando de liberarse desesperadamente del agarre de su captante quien la mantenía inmóvil agarrándola de un brazo.
"Escúchame bien, no deberías estar aquí sola en medio de la calle. Es muy peligroso." Exclamó el agente que retenía a Rin.
La niña se burló de tal afirmación ridícula. Como si no lo supiera.
"¡Pero todavía no puedo regresar a casa!" Protestó una vez más.
"¡Nos da igual tú opinión! Vendrás con nosotros quieras o no."
Para este punto, la joven heredera Tohsaka lo veía todo perdido y poco podía hacer para poder persuadir y librarse de estos idiotas-no magos. Si al menos hubiera aprendido más trucos en la hechicera, más de lo que le estaba enseñando su padre, tal vez podría haber noqueado a estos idiotas y seguir con su camino. Podría haber vencido a ese secuestrador y haber salvado a Kotone y al resto de los niños. No sólo eso, también podría estar ayudando a su padre en ese asunto de la Guerra por el Grial y quién sabe, quizás podría estar más orgulloso de ella.
Por desgracia, la realidad quiso que aún ella no estuviera del todo preparada para entrar en el mundo de la magia ya que todavía no era más que una niña en pleno entrenamiento. Fue muy frustrante todo eso, pero lo peor fue que su búsqueda por su mejor amiga fue completamente frustrada debido a que estos 2 idiotas la descubrieron y como no quisieron que una niña pequeña los ayudara, decidieron llevársela a su casa donde seguramente la estaría esperando con una expresión de preocupación y disgusto total por su la imprudencia de su hija.
Una vez más, no le hubiera importado que su madre la hubiera castigado siempre que hubiera logrado su objetivo de salvar a su mejor amiga, pero al final, su misión parecía estar condenada al fracaso por culpa de estos idiotas y todo lo que había hecho será en vano. Pero la peor parte sería que probablemente nunca vuelva a ver a Kotone.
Casi sintió ganas de llorar, algo impropio de una heredera Tohsaka, pero no pudo evitar que casi se le salieran lágrimas de los ojos. Sin duda esto sería recordado como el peor momento de su vida.
¡Esto nunca debería de haber sucedido si ella no se hubiera fijado en ese estúpido león de peluche que encontró tirado en el suelo! ¡Maldijo al idiota que lo dejó abandonado por ahí!
Una vez que toda la atención hacia él se había ido, Kon se permitió dejar su tapadera de ser inerte y se levantó con cuidado del suelo para no causar ruido. Afortunadamente los 2 agentes estaban demasiado ocupados tratando de llevarse a la niña para notar el levantamiento de un león de peluche viviente. Una vez en pie, Kon decidió no perder el tiempo en aprovechar su oportunidad de escapar lejos de ellos y dejarlos en sus asuntos. Sin embargo, justo cuando iba a hacerlo, decidió echar un último vistazo a la escena viendo cómo la niña seguía luchando ante el agarre del policía que lo tenía agarrado del brazo insistiendo en dejarla ir para ir a buscar a su amiga secuestrada o algo por el estilo.
'Que niña tan rara.'
La verdad es que a él también le sorprendió sobre el motivo por el que ella estaba deambulando sola. Y pensar que ella fuera uno de esos niños secuestrados por ese maniático asesino en serie cuando en realidad sólo estaba buscando a su aparente amiga. Debía de admitir que, a pesar de su corta edad, era muy valiente en ir sola por las calles sin la compañía de un adulto. Se preguntó quién pudo haberla criado así.
De todas formas, seamos realistas. Incluso a pesar de su aparente bravuconería de poco la iba a servir cuando encontrara a ese asesino o a ese loco de Caster. Quién sabe lo que le podría hacer, pero prefirió no pensarlo.
Él vio como la niña aún trataba de liberarse obstinadamente de su captor insistiendo en dejarla marchar para ir a salvar a su amiga. Honestamente le sorprendió lo persistente que fue y también le daba un poco de pena. Pero una vez más, seamos realistas. Estos 2 agentes de policía sólo están haciendo su trabajo en salvaguardar a los niños extraviados del peligro que había afuera, incluso de su propia estupidez. La estaría haciendo un buen favor en llevarla lejos del peligro y evitar que se matara así mismo como cierto idiota pelinaranja.
Una vez que Ichigo se ocupe de ese bastardo, se asegurará de que la amiga de esa niña estuviera sana y salva para que regrese a su casa, y todos felices.
Justo cuando iba a reanudar su marcha, de repente recordó que él también estaba perdido en medio de la nada y no sabía cómo encontrar a Ichigo y compañía. Kon gruñó internamente ante su situación y tampoco supo como regresar al motel.
'Si al menos tuviera esa brújula.'
De pronto, al formular esa línea de pensamientos, Kon recordó que mientras esa niña lo estaba inspeccionando antes, notó que ella tenía un objeto bastante familiar siendo esa brújula dorada muy parecido al que le obsequió Kisuke a Ichigo antes y al final se confirmó que efectivamente era una brújula mágica que rastrea maná. Todavía se preguntaba por qué ella tenía una brújula hasta que recordó que ella mencionó que se la regaló su padre. Si eso fuera así, entonces eso significa que ella era una maga, ¿verdad?
De cualquier forma, si en verdad esa brújula funcionaba de verdad e indicaba a lo que uno deseara, entonces era posible que podría encontrar a Ichigo y compañía. Eso podría funcionar, pero el problema fue que la brújula lo tenía la niña quien aún seguía absteniéndose de ir con la policía y no había manera de conseguirlo con este follón.
Sus opciones fueron muy limitadas, pero al final se quedó con una idea.
Necesitaba la ayuda de esa niña para que ella pudiera a ayudarlo a cambio, y para ello necesitaba distraer a esos idiotas.
"Aquí Unidad 02, estamos en el Barrio de Kusakabe donde hemos encontrado a una niña de uno años en medio de un callejón." Informó un agente hablando con el comunicador. "Por lo que sabemos-
El hombre no llegó a terminar la frase cuando de repente su cabeza fue sacudida violentamente hacia adelante como si hubiera sido golpeado por algo detrás dejándolo aturdido y su gorra cayó al suelo. Su compañero lo miró perplejo y Rin detuvo su lucha en seco por la misma razón.
"¿¡Qué demonios!?" Gritó el agente recuperándose del golpe y miró al suelo para ver que había una piedra que había sido utilizada para golpearlo. Luego miró más hacia adelante por donde supuso que fue lanzada la piedra. Cuando lo hizo vio que no había nadie por ahí. Los 2 siguieron mirando sin poder encontrar al responsable de la pedrada.
Sin ser conscientes, oculto al lado de uno de los contenedores estaba Kon esperando la reacción del policía al que acababa de tirar la piedra. Aunque le gustara o no, el Alma modificada decidió ayudar a la niña a librarse de estos tipos para que pudiera ayudarla al menos usar esa brújula y encontrar a Ichigo. Por supuesto, también fue consciente de las consecuencias que implicaba realizar esta acción. No debería interferir en asuntos policiales y tampoco impedir que se llevaran a la niña lejos de esto ya que le estaría haciendo un favor para mantenerla a salvo, pero la necesitaba al menos por el momento.
"¿¡Quién está ahí!?" Gritó el policía seguramente al que golpeó. En lugar de hacer una respuesta verbal, Kon cogió otra piedra y esperó en su lugar.
Tal como esperó, el policía empezó a acercarse cautelosamente hacia el lugar donde se supone que se escondía el bastardo que le tiró la piedra y desenfundó su arma para la acción. Cuando volteó su cuerpo para asomarse detrás del contenedor con su arma lista, vio para su sorpresa que no había nadie ahí. Demasiado confuso y con la guardia baja, no pudo ver de dónde vino el siguiente golpe cuando era demasiado tarde. La siguiente pedrada fue directo a la entrepierna provocando que el policía gritara de dolor y retrocediera unos pasos hacia atrás.
Pero ahí no acabó la cosa cuando Kon arremetió su cuerpo y golpeó la entrepierna nuevamente haciendo que el hombre tropezara y cayera al suelo aturdido. Su compañero estaba tan desconcertado mirando con los ojos bien abiertos en el lugar donde estaba aún agarrándola de la mano y no hizo nada al respecto.
Rin, quien estaba igual de confusa por estos acontecimientos inesperados, sintió que el agarre del hombre se aflojaba un poco y decidió aprovechar esta oportunidad para librarse de su captor y dio una patada tan fuerte como pudo en la espinilla del hombre que provocó que este último gritara de dolor y Rin logró soltarse finalmente y no perdió el tiempo en salir corriendo de ellos.
"¡OI!"
Rin no hizo caso y salió del callejón para seguir corriendo sin parar por la acera seguido por Kon poco después. Ambos estuvieron corriendo durante un buen tiempo hasta que sintieron que esos hombres no los seguían, pero siguieron corriendo hasta que encontrara un refugio para esconderse.
Con el corazón aún palpitando y el pecho sobrecargado, Rin jadeó agotadamente como un animal y se permitió descansar sentada oculta en otro callejón. Su frente estaba sudorosa y sus piernas hecha polvo después de realizar aquel intenso maratón. En su vida jamás había corrido con tanta vehemencia y a larga distancia, y se recordó así misma de que le sirviera de lección para futuras competiciones de maratón. De cualquier forma, ahora parecía estar a salvo sin que esos policías la estuvieran persiguiendo.
El último jadeo que soltó tomó la forma de un suspiro de alivio, realmente aliviada de haber escapado de sus captores y de no tener más que correr para desgastar sus agotadas piernas. Realmente estuvo muy cerca de perderlo todo por culpa de un pequeño descuido llamado distracción por algo irrelevante en su misión y que podría estar lamentándolo más tarde si no consiguiera salvar a Kotone, o mucho peor no volverla jamás, y esta desgracia se añadiría más con el severo castigo que le impondría su madre.
No supo decir si fue un milagro o pura suerte que haya logrado escapar de esos policías, pero aún así tuvo que actuar con más prudencia a partir de ahora. Ahora sabían que había una niña deambulando por las calles y era más que probable esos 2 lo reporten al resto de sus compañeros que patrullan la zona y enseguida vayan a hacer una búsqueda más efectiva para poder localizarlos. Sólo sería su suerte que vayan a haber más obstáculos en su camino y ya no tendría tanta suerte si la atraparan de nuevo. Sólo esperaba encontrar a Kotone antes.
Rin suspiró otra vez, pero de cansancio. Esto iba ser mucho más difícil de lo que pensaba.
Entonces, otro pensamiento se coló en su cabeza cuando reflexionó lo que sucedió antes de escapar de la policía. Recordó que alguien le había tirado una piedra detrás de la cabeza y luego golpeándolo 2 veces en la entrepierna aturdiéndolo. En medio de la conmoción, Rin solo se había aprovechado para golpear al que la agarró y no se había molestado en ver o averiguar quién había causado esta inesperada distracción que la ayudó escapar.
'Me pregunto quién fue y por qué.'
Quizás nunca lo sepa. O quizás sí.
"Oh, por fin te encuentro."
La niña casi se sobresaltó poniéndose nuevamente de pie cuando sus oídos captaron una nueva voz, salvo que esta vez no pertenecía a ninguno de esos policías. Pero lo más le llamó la atención y le preocupaba fue que procedía de muy cerca de ella… justo a su lado.
Rin volteó vigorosamente la cabeza de lado a lado para buscar a la supuesta persona que estuviera parado justo a su lado o cerca. Estaba realmente harta y cansada de toparse con gente que podría obstaculizar su misión y ciertamente aquellos policías eran un dolor de cabeza del que no quisiera volver a vivir. Sólo sería su suerte volver a toparse con otros y no sabría qué hacer. Sin embargo, lo único que vio a su alrededor fue nada más que nada. No había algo que se pareciera al menos a una silueta humana remotamente cerca por ningún lado y esto provocó que creciera la confusión y ansiedad de la niña.
"¿Qué fue eso?" Preguntó con nerviosismo en su voz.
"Eh, estoy aquí."
Rin bajó instintivamente la cabeza al escuchar la misma voz que está vez parecía provenir de abajo, sobre sus piernas, y cuando lo hizo, su mirada quedó en blanco enfocada en el supuesto dueño de la voz que… la verdad era que no esperaba lo que estaba viendo.
Frente a ella, bajo sus piernas estaba el mismo león de peluche que había encontrado previamente abandonado y fue la causa de su descuido de que aquellos 2 policías la atraparan. Sin embargo, ahora tenía una nueva perspectiva del muñeco y era que ahora estaba justamente de pie, sobre sus patas traseras y la mirada en alto como si la estuviera mirando.
"Hola, me alegro de que estés bien."
…
El ambiente ahora se había reducido drásticamente como ahora los ojos de Rin estaban enfocados y la boca abierta en la extraña criatura parlante con forma de león de peluche que le acababa de hablar y su pobre mente todavía hacía lo posible por tratar de recopilar lo que estaba viendo.
Entretanto Kon estaba esperando la reacción de la niña, pero no pudo evitar ponerse algo nervioso por la expresión pálida que le estaba dando como si hubiera visto un fantasma o algo. Él entendió por qué.
"Bueno, yo…
"¡AAAAAHH!"
Todo el callejón y sus alrededores se llenó con el estridente y agudo chillido de la niña, tan fuerte que, si Kon hubiera tenido tímpanos, seguramente se los habría rotos. Pero eso no fue lo que le preocupó tanto.
Llevada por el pánico y el susto, Rin retrocedió hacia atrás hasta tropezar y caer sobre su trasero sin dejar de mirar al peluche parlante como un monstruo o algo. Ella lo señaló con el dedo como si fuera una señal de mal augurio.
"¡Un-un peluche que habla!"
Kon casi frunció el ceño por su reacción. No fue culpa suya que estuviera en este estúpido cuerpo de algodón. Dejando eso a un lado, trató de tranquilizarla.
"Oye, tranquila, yo solo…
Él trató de acercarse un poco, pero resultó ser un paso en falso cuando la niña empezó a coger piedras y arrojárselo sobre el peluche
"¡No te acerques! ¡Vete! ¡VETE!"
Llevado por el pánico, Kon movió su cuerpo de lado a lado tratando de esquivar con dificultad las piedras arrojadas, aunque no pudo evitar que algunas dieran en el blanco, pero dio gracias a que su recipiente no tuviera hueso o cualquier característica orgánica para sentir dolor. Aún así esto se estaba volviendo bastante molesto.
"Basta…" Trató Kon de hablar mientras seguía 'bailando' o tratando de esquivar las cosas que ella le estaba arrojando. "Basta…" Él continuó.
"¡BASTAAA!"
Y tras ese grito, la niña dejó de arrojarle cosas, aunque lo miró con temor y recelo al peluche. Una vez que terminó el bombardeo, Kon se recompuso y miró casi enojado a la niña.
"Oye, ¿¡cuál es tu problema!? ¿¡Así me agradeces de que te haya salvado de esos idiotas!?"
Rin solo parpadeó confusa por lo que dijo y desde un principio no entendía a lo que se refería hasta que en algún momento lo entendió.
"Espera, ¿fuiste tú quien atacó a aquel policía?"
"Pues claro. Lo hice para crear un tipo de distracción para que tu pudieras escapar." Explicó Kon antes de señalar acusadoramente a la niña. "Deberías estar agradecido de que lo haya hecho si no querías que esos idiotas te hubieran llevado lejos."
A pesar de la compresión de sus palabras, Rin para una niña de 7 años, no se mostró nada agradecida y se mantuvo escéptica. Ya superado su conmoción y susto de ver a un león de peluche parlante, se recompuso de pie y siguió mirando con recelo a Kon.
"Bueno, ¿y se puede saber que eres tú exactamente? ¿Por qué me salvaste?"
"Tú eres una maga, ¿verdad?"
Aquello cogió a Rin por sorpresa ya que no esperaba que preguntara algo tan trivial.
"Antes dijiste que esa cosa que llevas es una brújula mágica que detecta el maná a su alrededor, ¿verdad?
"Bueno, ¿y qué? Todavía no has respondido a mi primera pregunta; ¿qué eres exactamente?"
Por un momento, Kon no supo cómo responderle a eso. Ciertamente no podía decirle que era un producto fabricado de un mundo espiritual conocido como la Sociedad de Almas ya que en este universo no existe dicha Sociedad de Almas, y, por tanto, las Almas Modificadas, por lo que sería muy complicado al poder explicárselo y sería muy larga la conversación como cuando Ichigo les contó a Waver, Saber y Rider su historia.
Se tomó su tiempo para poder pensar en algo convincente y que no le llevara demasiado tiempo en explicar, algo relacionado con los magos. Fue entonces que afortunadamente recordó algo parecido a las Almas Sustitutas, pero de este mundo, y podría utilizarlo para encubrir su verdadero origen.
"Veras, yo… soy un familiar."
Las cejas de Rin se arquearon de sorpresa al oír eso.
"¿Un familiar?"
"Si, ya sabes, soy uno de esos aparatos con forma de animal que usan los magos para realizar tareas por ellos." Respondió recordando cada detalle de lo que explicó Kisuke sobre el funcionamiento de esas cosas que tenían algunas cosas en común con las Almas Artificiales, especialmente las de tipo Modificadas.
La niña no parecía estar demasiado convencida por la afirmación. Ciertamente había escuchado sobre los familiares que utilizan los magos, aunque relativamente poco. Según su padre, un familiar es solo una extensión separada de la influencia de los magos ya que existen como una conexión mental y física. Según lo que le explicó, la forma y la apariencia de los familiares variaban, pero siempre son animales muertos al que le inculcaba los pensamientos sobrantes de un alma ya fallecida, de un humano muerto, y poco después el mago debía transmitir una parte de su esencia para que cobrara vida y establecer un vínculo espiritual para que funcionase.
Aunque claro, su padre nunca le mencionó que también funcionaran en animales de peluches o que pudieran hablar.
"¿De verdad eres un familiar?" Preguntó con algo de escepticismo. "¿Quién es tu dueño?"
Kon se tomó un momento rápido para pensar un poco en cómo responderle, y enseguida encontró una respuesta muy válida.
"Mi dueño es un joven mago llamado Kurosaki Ichigo."
Rin asimiló el nombre, aunque no le resultó nada familiar.
"Bien, ¿y por qué estás aquí? ¿Te envió ese Ichigo para un recado o algo?"
"No, no. Lo que pasó fue que yo iba montado en su hombro, pero el muy idiota casi se topa con la policía por lo que me caí cuando se detuvo de golpe, y luego tuvimos que dispersarnos para que no nos pillaran." Exclamó Kon nada contento de relatar su accidente de perderse.
La niña asimiló eso en silencio sin mostrar alguna reacción aparente, aunque por dentro no pudo evitar pensar en lo extraño que sería eso.
"Bueno, por eso mismo cuando te vi de cerca mientras me cogiste, me di cuenta de que tenías una brújula muy similar a la de Ichigo, esa que puede detectar maná." Continuó Kon mientras señalaba la brújula de Rin.
"¿Y?" Cuestionó Rin sin saber aún que tenía de relación su brújula con el peluche-familiar o su dueño.
"Entonces se me ocurrió una idea. Si de verdad esa brújula funcionase, quizás me pudieras ayudar a encontrar a Ichigo quien también estaría rondando por estas calles. La verdad es que llevo no sé cuánto tiempo perdido aquí y tampoco sé cómo regresar. Por eso te salvé de esos idiotas para que tú me ayudaras. ¿Qué me dices?"
La mente de Rin aún estaba reflexionando todo lo que había escuchado y una parte se sumió en incredulidad cuando escuchó que se había perdido y no supo regresar. ¿Es una broma? Según sus padres, los familiares están especializados para servir como fuerza de reconocimiento para explorar todo su entorno y estaba dotada de una buena memoria por lo que sería remotamente imposible poder perderse. Bueno, seguramente eso dependería de cada tipo de familiar y no sabía nada del tipo peluche.
Se preguntó qué tipo de mago es ese tal Ichigo para implementar un alma dentro de un simple león de peluche en lugar de algo más convencional como un águila disecada.
Bueno, en cualquier caso, no importaba ahora, ya que no tenía tiempo para ayudar a este extraño familiar extraviado y debía proseguir con su misión original.
"¿Y bien? ¿Me ayuda-
"Lo siento, pero no puedo ayudarte en eso." Interrumpió Rin de forma resuelta sonando casi indiferente ante la situación del familiar-muñeco. Por supuesto, Kon no se tomó nada bien esto cuando dejó escapar un ligero "¿Eh?" desconcertado por la repentina e indiferente respuesta de la niña.
"Tengo un poco de prisa por lo que no creo que pueda ayudarte." Continuó hablando la niña cuando enseguida empezó a caminar fuera del callejón pasando al lado de Kon.
"¡Espera un momento!" Gritó Kon de repente casi entrando en pánico dándose la vuelta para mirar a la niña. "¿De verdad me vas a dejar plantado cuando yo te salve de esos 2 policías?"
La niña se dio la vuelta y miró al molesto peluche con un ceño fruncido y puso sus manos sobre las caderas.
"Oye, no es que yo quiera dejarte aquí abandonado y que no encuentres a tu dueño, pero yo tengo mis problemas ya que tengo que salvar a una amiga que ya lleva secuestrada Dios sabe cuánto tiempo, y no puedo perder el tiempo contigo. Lo siento, pero mi amiga es importante."
"Espera, dices que estas buscando a una amiga que fue secuestrada por ese maldito asesino en serie que ha estado causando estragos por toda la ciudad, ¿no es así?" Mencionó Kon recordando la razón por la que la niña se había aventurado sola por aquí.
"Sí, ¿sabes algo?" Preguntó Rin perdiendo algo de enfoque si por algún casual el familiar parlante supo algo al respecto.
"Uh, sí. Da la casualidad de que Ichigo también está tras ese bastardo para salvar a esos pobres niños secuestrados."
La sorpresa le llegó a la cara de la niña al enterarse de que ella no era la única que estaba deambulando por las calles para encontrar la guarida del secuestrador y salvar a los niños secuestrados. Sin embargo, un instante después, su perplejidad se convirtió en duda al preguntarse si la estaba engañando. Una de las cualidades que tuvo a pesar de su edad fue que aprendió a no confiar en lo que decían los demás excepto sus padres.
"¿Lo dices en serio? ¿Y cómo sé que no es una mentira?" Preguntó con escepticismo y los brazos cruzados.
"¡Lo digo en serio!" Insistió Kon con vehemencia. "Ichigo y yo vimos en la tele los niños que han desaparecido últimamente y este no pudo soportarlo por lo que decidió salir a la calle con una brújula idéntica a la tuya para poder rastrearlos. Créeme que él podrá encontrarlos incluso mucho antes que tú."
Aun así Rin se mantuvo escéptica ante las afirmaciones de Kon, sobre todo a que ahí afuera había un mago que estaba haciendo todo lo posible por encontrar a los secuestrados antes que ella. No sabía quién era exactamente ese mago o si tenía algún tipo de relación con su padre, pero le sorprendía lo decidido que estaba por salvar a su amiga y al resto de ese maniaco asesino. Quizás valga la pena colaborar con él puesto que de este modo sería mucho más rápido y sencillo localizar la guarida del secuestrador que seguir deambulando sin rumbo por todo el distrito infestado de molestos policías como había estado haciendo antes y no tendría que esperar tanto.
Para ello tendría que encontrarse con ese Ichigo y pedir su ayuda, pero tampoco supo si debería confiar en él. Tampoco tuvo otras opciones al respecto y siempre sería mucho mejor que deambular toda la noche sin encontrar absolutamente. Solo esperaba que no fuera tan tacaño que aquellos policías de antes.
"De acuerdo, si lo que dices de que ese chico está dispuesto a encontrar a mi amiga y salvarla, me fio. Solo espero que sea cierto." Dijo Rin decidiendo colaborar con ese mago por el momento hasta encontrar a Kotone.
Kon dibujó la sonrisa más grande que pudo al ver que la niña maga por fin quiso colaborar con ellos. Ahora solo quedaba encontrar a Ichigo.
"¿Y bien? ¿Cómo encontraremos a tu amigo?" Preguntó ella a continuación.
"¿Qué? ¿No se supone que deberías encontrarlo tú con esa brújula que tienes?"
"Bueno, sí, ¿pero cómo voy a encontrarlo? Por lo que veo en mi brújula, hay un rastro enorme o multitudes de fuentes de energía mágica por todas partes y no se por donde enfocarme."
Kon vio este revés con desconcierto ya que no esperó encontrarse con una dificultad así. Aún así, no importaba. Tenían que moverse lo más rápido posible y no darse por vencido.
"No importa, tu sigue inspeccionando cada área y estoy seguro de que lo encontrarás." Aseguró Kon tratando de no perder la esperanza.
Aún así, Rin siguió viendo esto con escepticismo, pero tampoco tuvo otra alternativa. Al menos no estará sola esta vez.
"Muy bien, vamos."
"¡Muy bien!" Exclamó Kon con entusiasmo antes de correr hacia ella y esta última no pudo reaccionar a tiempo cuando el familiar-peluche se posó por debajo de las piernas y empezó a treparlas hasta llegar a su hombro al igual que lo hacía con Ichigo.
"¿Q-qué crees que estás haciendo?" Preguntó Rin medio perpleja y molesta por la acción del peluche parlante ahora montado sobre su hombro derecho.
"Perdón, pero como hoy vamos a viajar juntos, pensé que sería genial que me montara encima." Se excusó sonriendo tímidamente. "Espero que no te importe."
A Rin no le hacía ninguna pizca de gracia que este extraño animalito de juguete se montara encima de su hombro como si estuviera jugando al caballito o como el loro de un pirata. Solo esperaba que nadie la estuviera viendo así. Sería toda una vergüenza de la que no podría soportar más adelante.
Dejando a un lado su vergüenza, Rin se centró en su misión ahora y miró su brújula para ver que la aguja ahora señalaba hacia el norte, y empezó a caminar allí de inmediato. Tuvo suerte de que el extraño familiar posado sobre su hombro no pesase tanto ya que eso la ralentizaría a paso de tortuga.
"Por cierto..." Habló Kon de pronto mientras la niña seguía caminando. "Aún no nos hemos presentado. Me llamo Kon, aunque puedes llamarme Kai. ¿Y tú?"
La niña ladeó ligeramente la cabeza para mirarlo con el rabillo del ojo y apenas se abstuvo de contestarle, pero al final decidió que no había nada de malo hacerlo.
"Rin... Tohsaka Rin."
Y así comienza la pequeña aventura de Kon y la pequeña Rin Tohsaka.
Como pueden ver, el capítulo en sí estaba ambientado en primer lugar en nuestra tsundere favorita y luego en Kon. La verdad es que disfruté bastante escribiendo sobre ambos, sus historias y todo eso hasta que se encuentran y trabajan juntos para encontrar la guarida del secuestrador. Se podría decir que este capítulo es como uno de esos episodios de relleno de anime (no canónicos) ambientados en el personaje secundario, y la verdad es que me gustó.
Desde el principio había pensado en extender el capítulo hasta que encontraran a Ryūnosuke, pero eso sería bastante largo así que decidí cortarlo hasta el siguiente capítulo. Espero publicarlo en otro momento.
ja ne!
