Capìtulo 1

La Subasta.

Con cada desición se forma un mundo, si el mundo pudiera renacer a tú imagen, ¿sería el paraíso o la perdición?.

Estas palabras han calado hondo en mí a la hora de crear historias, tantas posibilidades, tantos mundos, tantos caminos formados a partir de decisiones. Llamenlos puntos nodales, nexos, eventos canónicos o encrucijadas del destino, siempre lo cambian todo.

Entonces acompañenme en estas "visiones" de lo que ha sido, puede ser y pudo ser en el mundo de Amphibia.


"Un Universo donde Andrias logró su cometido y Leif nunca toco la Caja de la Calamidad, por lo cuál no tuvo las visiones que le advirtieron del futuro de su civilización si seguían usando su poder por el hambre de ambición y conquista".

"En este mundo la Tierra y sus habitantes fueron invadidos y sometidos bajo el yugo del Imperio de Amphibia y para evitar ser exterminados, se hizo una especie de "pacto", donde una parte de la humanidad sería dada al Imperio como esclavos y los más afortunados como siervos, mientras el resto de los habitantes de la Tierra podrìan seguir viviendo en su mundo de origen, siempre y cuando ofrecieran tributos anuales, asì como todos los descubrimientos y avances científicos de la humanidad serían revisados, supervisados y "compartidos" con los gobernates del mundo anfibio".

"Mil años habían pasado desde que los invasores llegaron y sometieron a la humanidad bajo su yugo, mil años anhelando la verdadera libertad, los hijos de Adán y Eva, mil años esperando que una antigua profecía se cumpliera".


Aquella mañana el viejo Abu-Hop llevaba a sus nietos Sprig y Polly con él a la Subasta de Esclavos, realizada cada tres o cuatro meses en Bosque Verruga. Esperaba encontrar una buena oferta, pues si bien todos esos años había podido manejar la granja junto a su familia, la edad ya empezaba a pasarle factura, además quería que sus nietos pudieran concentrar un poco más de tiempo en otras habilidades y sus estudios para garantizarles un futuro mejor cuando el ya no estuviera.

La verdad las cosas no habían sido fáciles desde la fatídica muerte de los padres de Sprig y Polly y la verdad no le vendría mal una mano extra.

En estas divagaciones se encontraba mientras manejaba a su fiel Bessie, la caracol que servía de medio de transporte para la familia Plantar; cuando fue interrumpido por las preguntas de sus nietos.

-Espero que nuestro esclavo humano sea fuerte- dijo Polly.

-Yo espero que sepa trucos divertidos o tocar algún instrumento, me vendría bien un compañero de violín- y acto seguido el niño rana saco el susodicho instrumento soltando unas alegres y ritmícas notas.

-Niños, niños se que tienen sus expectativas pero lo que necesitamos es alguien que nos sirva para trabajar en las cosechas y ayudarnos con las labores de la casa, alguien joven y saludable acoto el anciano rana.

-Que aburrido- suspiraron sus nietos.

Tras unos minutos más de viaje llegaron a la plaza del pueblo, donde ya varios puestos y locales abrían sus puertas y sendos letreros holográficos anunciaban las ofertas del día.

Sobre una gran tarima en la plaza y custodiado a ambos lados por un par de Ranabots, el Maestro de esclavos y sus ayudantes un par de sapos verdes conducían desde una especie de vagón a un grupo de humanos de distintas edades y razas, todos ellos encadenados por las muñecas y el cuello. Sus miradas reflejaban en algunos de ellos, miedo, en otros tristeza y otros más, desesperación.

El Maestro de esclavos de nombre Osmund, era un sapo de piel parda y de traje elegante con un sombrero de copa, este anunciaba el comienzo de la Subasta con una especie de megáfono.

-Esclavos fuertes y ágiles para tareas pesadas, esclavos listos para tareas más intelectuales y hogareñas, esclavos diestros en los números para la administración de su negocio, esclavos hábiles con las manos para ayudar al artesano y finalmente esclavos jovenes para que los moldeé a su gusto- Termino por anunciar aquel sapo.

.-Dos monedas de oro por el fortachón- ofreció una rana.

-Yo ofrezco cinco- acotó otro anfibio.

-Doce- agrego un sapo.

-Veinte de plata por la chica de manos hábiles- ofreció Leopoldo Leños.

-Veinticinco de plata por ella- agrego una anciana.

-Treinta entonces- dijo el ajolote negandosé a perder una buena ayudante para su taller.

-Cincuenta de plata y setenta de cobre por el anciano inteligente- ofreció Felicia Rocío.

-Setenta de plata es lo que yo ofrezco por él- agrego un ajolote morado y barrigón.

-Ochenta de plata entonces- grito Felicia ganando al poco tiempo la subasta.

-Una moneda de oro y cuarenta de plata por la chica hábil y otra de oro por el hombre listo- dijo Stumpy dueño de un restaurante local.

Y así siguieron por un largo rato las ofertas y contra ofertas de los compradores anfibios.

Abu-Hop le fue un poco difícil decidirse por alguien pero optó por un esclavo joven, para así enseñarle bien las "artes" de la agricultura, además de adecuarse a lo que buscaba en un principio.

Fue entonces que reparo en una chica humana de piel algo morena y un curioso peinado con forma de arbusto (por así decirlo). Llevaba ropas algo desgastadas que consistían en una camiseta gris y una falda azul, además de andar descalza.

-Cuánto por esa niña- preguntó Abu-Hop a uno de los ayudantes del Maestro de esclavos, apuntando a la chica tailandesa.

-La puja comienza con cuarenta de plata abuelo- respondió el sapo verde con un gentil guiño.

-Cincuenta de plata- anunció para su sorpresa una rana con su pequeño renacuajo, pensaba que la chica sería una buena niñera para su retoño.

-Sesenta aquí- apresuró a decir Abu-Hop.

-Setenta y cinco de plata- anunció nuevamente la mujer rana.

-Setenta y ocho de plata- dijo una vez más el anciano anfibio.

-Ochenta de plata- alzo una vez más la otra rana.

-Es todo o nada. -se dijo a sí mismo Abu-Hop- ofrezco cien de plata y tres monedas de cobre.

Dijo esto mientras se rebuscaba en sus bolsillos.

-¡Cien de plata y tres de cobre a la una!- anunció Osmund Maestro de esclavos.

-¡Cien de plata y tres de cobre a las dos! - La mujer anfibia ya no sé veía tan convencida.

¡Cien de plata y tres de cobre a las tres!- gritó el Maestro de esclavos y agrego:

-Vendida la niña humana con cabeza de arbusto al anciano rana.

-Me llamo Hopediah o Abu-Hop para los amigos- agrego con orgullo.

-Muy bien pase por aquí, usted y sus nietos para hacer el papeleo- ofreció amistosamente el sapo.

Cerca de la tarima y a un lado del convoy que traía los esclavos habían colocado una mesa de madera de donde Osmund despegó una especie de tableta digital con los datos de todos los esclavos.

Y luego de enviar los datos una impresora dejo terminado el documento de compra. Ahí decía que venía de un asentamiento humano del Este de Amphibia, que sus padres eran libres pero habían tenido que darla a modo de garantía para pagar una deuda grande, así como su nombre: Anne Savisa Boonchuy, y su edad doce años.

Entonces la tableta escaneo a la chica humana y acto seguido una especie de dron con forma de mosquito del tamaño de una mano promedio, se clavó en el cuello de Anne y esta emitió un corto quejido.

Usando una especie de nanotecnología en su cuello y en el antiguo idioma de Amphibia fue escrito su nombre y un número: 23871. Todo en brillantes letras naranjas.

Y con un apretón de manos la compra de Anne fue finalizada para la familia Plantar.


Tardaron poco menos de una hora para llegar a la granja. Una amplia variedad de cultivos demostraban el esfuerzo y la dedicación puestos en el lugar.

Campos llenos de maíz, papas, cebollas, zanahorias, calabazas, tomates (un "regalo" de la humanidad) y guisantes también crecían alrededor dando un ambiente lleno de vida y acogedor.

-Bueno niños finalmente estamos en casa- anunció Abu-Hop.

Aquella familia de ranas comenzó a descender de Bessie, Anne por su parte se mostraba un poco dubitativa y con algo de miedo a decir verdad.

-Vamos muchacha no tengas miedo, este ahora también es tu hogar- dijo amablemente el anciano.

-Gra... Gracias amo Hopediah- respondió torpemente tratando de sonar lo más respetuosa posible.

Polly se burlo un poco de ella al ver esa reacción, mientras Sprig la observaba un poco con lástima.

-No es necesaria tanta formalidad pequeña, puedes llamarme señor o amo Abu-Hop, si lo prefieres.

Anne solo alcanzo a asentir con la cabeza.

Termino por ser acomodada en el sotáno de la casa, ya había una cama individual instalada, así como un mueble de madera y una lámpara eléctrica encima de esta.

Así como una puerta blanca daba a un pequeño cuarto de baño al fondo del lugar.

Una ligera sonrisa se dibujo en su rostro, llego a pensar que la echarían sin más a dormir en el establo junto a la caracol. La verdad agredecía por esas comodidades, era más de lo que esperaba para alguien en su condición.

Su nuevo amo rana le mostró también el resto de la casa y la granja. Así como sus primeras tareas que consistían en limpiar las habitaciones, dar de comer a Bessie y ayudar a preparar la cena, algo en lo que la niña humana demostró tener buenas habilidades, para gusto de Abu-Hop.

Ya cayendo el atardecer se le permitió a Anne descansar y se le recompensó a la hora de la cena con una sustanciosa sopa de cebolla, algunas rodajas de pan integral y una roja y jugosa manzana.

Sprig le había traído aquello en una bandeja de acero, aunque después de entregarle su comida, volvió al poco rato con una especie de peluche que termino dandole a la chica humana. Este tenía la curiosa forma de una libélula azul.

-Para que te acompañe y ayude a dormir- dijo el chico rana al tiempo que se lo tendía.

-Gracias amo Sprig, cuidaré bien de este amiguito- dijo Anne al tiempo que agitaba la libélula a modo de juego.

Sprig sonrió al ver que su obsequio era bien recibido.

Anne tras terminarse se cena, se recostó en aquella cama, mirando al techo perdiendosé de a poco en sus pensamientos. Y tras un pausado silencio las lágrimas comenzaron a fluir, se permitió sacar las emociones que le oprimían desde hacía tiempo, insegura de su destino, extrañando a su familia; pese a todo no les guardaba ningún rencor a sus padres, la deuda se había generado por un desafortunado accidente en su negocio familiar, ¿quién lo hubiera prevido?

Sin duda su Corazón estaba lastimado.

Entre sollozos y sin que ella y nadie más se percatara pequeños destellos de luz azul salían de sus ojos.


"La era de la Humanidad, su tiempo ya llega".

Como pudieron observar me base en el diseño Beta de Anne para este mundo, así como en este versión de Amphibia podrán verse que hay tecnología avanzada, incluyendo electrodomésticos, ranabots, y telecomunicaciones como las que tenemos hoy día.

¿Qué será de Anne en esta situación?, tambíen veremos ¿lo que ha sido de Marcy y Sasha?, todo esto y más en futuros capítulos con favor de Dios.

Y bueno sin más que decir tengan un buen día, saludos a todos mis lectores, excelente inicio de semana.