Capítulo 4.

Marcy y Sasha.


Recorría los pasillos de la biblioteca de la escuela una joven asiática pelinegra, su nombre era Marcy Wu una de las mejores estudiantes de la academia Saint James.

Después de dejar un par de tomos de ciencia e historia humana para una tarea tomo su mochial y emprendió el camino a casa, no sin antes darse cuenta que por poco se había dejado el cuaderno donde precisamente había estado haciendo sus anotaciones más importantes, por lo que en el acto se dio una fuerte palmada en la frente y procedió a tomarlo y guardarlo rápidamente en su mochila.

-Ella ya no está aquí para solucionar tus tonterías- se reprendió así misma.

Mientras caminaba sumida en sus pensamientos, se encontró también con Sasha, agradecía que el encuentro la alejara un poco de sus pensamientos negativos.

-Hola Mar-Mar de nuevo hasta tarde en la biblioteca- dijo la rubia.

-Sí, ¿de nuevo hasta tarde en los entrenamientos?- dijo a modo de respuesta.

-Así es - dijo Sasha al tiempo que tocaba la funda de su espada.

Caminaron juntas de regreso a casa, a la vez que también pasaron por un helado, Marcy como siempre pidió uno de chocomenta, mientras que Sasha optó por uno de chocolate.

Si bien se podría decir que aquello era un momento ameno para las dos, pero la verdad es que ambas chicas hacían en falta a alguien más, su también amiga Anne Boonchuy. La verdad es que ya nada era lo mismo desde que se la llevaron.

Marcy maldecía aquel incendio por el cual los padres de Anne perdieron casi su restaurante y todo eso desencadeno su esclavitud. Si bien se habían logrado recuperar nunca imaginaron que las claúsulas de su deuda tenían a su hija como garantía, literalmente; evidenciando así una vez más lo injusto del trato de los anfibios a los humanos.

En tanto que Sasha si bien tenía pensamientos similares, también estaba enojada, sobre todo consigo misma.

-Si hubieras sido más fuerte la hubieras podido proteger.

Se recriminaba así misma y no era la primera vez que lo hacía.

A veces se imaginaba que la tenían trabajando como "mula" en los campos o como una "perrita" fiel para una familia noble haciendo de niñera o cocinera para una familia adinerada, o quizás trabajando arduamente en alguna fábrica sin apenas ningún derecho básico, quizás hasta ya le había dado unos buenos azotes para disciplinarla; el solo pensarlo la enfurecía.

-Quizás se muere en unos pocos años si es afortunada, cuando terminen de exprimirla por completo y luego tirarán su cuerpo a una inmunda zanja, sin últimas palabras ni una despedida adecuada de su familia- hablo de pronto una voz en su cabeza que siempre que lo hacía susurraba veneno.

Realmente odiaba pensar así, comenzaba a odiar esa parte de ella.

-Eh Sasha todo bien- dijo de pronto Marcy al tiempo que agitaba su mano frente a sus ojos.

Vio que su amiga de repente se puso muy pensativa y con la mirada absorta a saber en que pensamientos preocupando algo a la pelinegra.

-Mira se te derrite el helado Sashy- dijo tratando de sonar comprensiva, al tiempo que trataba de agarrar unas servilletas.

Aunque una inoportuna corriente de aire se llevo varias de sus manos, quedandole solo una.

-Rayos- se reprendió mentalmente.

-Descuida Marcy, estoy solo algo pensativa- respondió amablemente la rubia.

-Es por Anne verdad- inquirió Marcy.

Sasha solo asintió en respuesta con una triste mirada.

-Yo también la extraño sabes- agrego Marcy antes de que su amiga pudiera decir algo más.

-Su mejor opción sería caer en una familia que valore su trabajo duro y lo sociable que es, ya sabes como es nuestra Anne, se da a querer, sabe como ganarse a la gente- termino de analizar Marcy, al tiempo que se acomodaba sus gafas de los laterales.

Sasha se recobró un poco ante aquellas palabras.

-Vamos Sasha se hace tarde, tú padre se preocupará, será mejor que nos pongamos en marcha- dijo Marcy al tiempo que agarraba del hombro a Sasha.

Al ver la confianza y cierta autoridad que mostraba Marcy en ese momento, hizo que Sasha esbozara una ligera sonrisa.

-Vaya Marcy desde cuando empezaste a volverte tan madura; esa es mi chica- pensó con orgullo.

Después de un rato llegaron primero a la casa de la familia Wu, ambas amigas se despidieron entonces.


Tras saludar a sus padres y dejar sus cosas en su habitación decidió tomar un baño, le caería bien después de aquel ajetreado día.

Mientras sumerjía su cuerpo en el agua caliente de la bañera, se dejo cavilar sobre un tema que le causaba cierta fascinación, La Tierra el mundo original de su raza y sus ancestros. Se le hacía curioso el hecho de que mientras Amphibia era un único y gran continente con forma de nenúfar, el planeta Tierra contaba con cinco continentes principales (América, Europa, África, Asia y Oceanía), seis si se contaba también a la Antártida, aunque aquel lugar estaba poblado mayoritariamente por la fauna local y algunas expediciones científicas que iban por temporadas a explorar aquel gélido continente.

Pero lo que más le intrigaba eran "las constantes y variables" entre cada civilización, pues antes de la llegada de la armada anfibia a la Tierra hace ya mil años y su posterior sometimiento, había muchos inventos o descubrimientos en los cuales llegaron a coincidir pese a estar separados por tiempo y espacio.

Ambas especies habían desarrollado la agricultura y ganadería, así como la equitación, aunque la fauna exótica de Amphibia les había permitido domesticar insectos y aves de gran tamaño a sus habitantes.

La carpintería, alfarería, herrería, las artes culinarias para la elaboración y mejora en la conservación de los alimentos.

Las bellas artes como la pintura, escritura, escultura, teatro y cine.

Incluso la robótica e informática, aunque esto último el Imperio Anfibio siempre sostendría que los humanos solo copiaron lo que ellos hicieron primero.

Pero a pesar de todo era innegable las muchas coincidencias entre los avances científicos y culturales, de la raza humana y batracia.

¿Pero porqué era todo esto así?, ¿Acaso había una especie de "instrucciones" en el código genético de todos los seres que alcanzaban un alto nivel evolutivo?

Y de ser así, ¿quién, qué o quienes, habían hecho eso?, ¿Cuál era el propósito de todo eso?

¿Fueron Seres más Elevados, Dioses, los Administradores de esa Realidad o Matrix?, ¿Y habría más razas como ellos en la vastedad del Cosmos?

Ya a ese punto a Marcy casi le sangra la nariz al sobrecargar su cerebro, además de que sus ojos tenían un fulgor esmeralda.

Decidió mejor detenerse ahí en esas reflexiones y zanjar el asunto, por ahora. Pues se suponía que estaba ahí para relajarse, no para hacer lo contrario.

Así que hundió el resto de su cuerpo en el agua, sintiendo algo de paz mientras el agua caliente recorría todo su cuerpo. Después de varios segundos emergió su cabeza tomando una buena bocanada de aire, para después buscar a su alrededor, entre cerrando un poco sus ojos; al menos no necesitaba sus anteojos para las cosas cercanas.

Finalmente dio con lo que buscaba un pequeño frasco lavanda que contenía sales de baño, tomo un puñado y lo echo en el agua, disfrutando del agradable efecto y relajandose por fin.


Sasha Waybright siempre recordaría con aprecio la primera misión a la que su padre la llevo cuando tenía ocho años y las lecciones que aprendió.

Aquella vez habían llegado a lomos del caballo de su padre, Trotingham así llamaron al equino perteneciente a una de las especies introducidas a Amphibia por los humanos.

El lugar era una amplia zona boscosa y por lo que se podía apreciar poco frecuentada tanto por ranas como humanos.

La tarea era "simple" eliminar a unos cuantos bichos que habían estado molestando las caravanas de mercaderes y a algunos traseuntes del asentamiento humano.

Al adentrarse y llegar a una especie de meseta el padre de Sasha se bajo con cuidado del caballo indicandole a la pequeña Sasha que se mantuviera en su sitio, tras asegurarse de atar correctamente las riendas y luego de darle unos binoculares y un comunicador de tecnología más humana que anfibia, comenzo a descender saltando y columpiandose hábilmente por las ramas de los árboles.

-Pon atención pequeña- indico su padre al tiempo que se ponía a rastrear unas extrañas huellas en los alrededores.

Sasha asintió, en su inocencia no se percataba que su padre podía oirla, más no verla como tal.

De repente su padre se percato de unos ruidos algo inusuales y conocidos a la vez, sujeto el mango de su espada listo para cualquier cosa.

Entonces un grupo de cinto mantis religiosas salio de entre los arbustos, emitiendo su característico sonido extendiendo sus brazos de forma de hoz, amenazantes.

Una de las mantis se abalanzo sin previo aviso sobre su presa, pero el padre de Sasha en el acto bloqueo con presteza el ataque del insecto sobredesarrollado con su espada de tal modo que hizo retroceder un poco al insecto. Lo cual aprovecho para dar una rápida arremetida que le cerceno uno de los brazos.

Y antes de que pudiera hacer algo más, le atravesó parte del toráx y el cuello.

-Cuidado papá- advirtio Sasha por medio del intercomunicador.

Y es que un par de mantis se acercaban coléricas al guerrero humano. Rodó para esquivar su ofensiva y acto seguido lanzó una bomba de humo, más no a sus atacantes próximos como se pensaría sino a las otras dos mantis rezagadas.

Esto parecio desconcertar un poco a los otros insectos, para luego verse hostigados por los rápidos ataques del humano.

Uno , dos, tres, cuatro y hasta cinco cortes directos para romper su defensa y finalmente una estocada directa a la cabeza. Al otro rápidamente le dio una fuerte patada que lo desequilibro y con un ataque giratorio rebano a la mantis por la mitad.

Finalmente de su espalda saco una especie de rifle de caza con una tecnología en su visor que le permitía ver el rastro de calor de su objetivo, con lo cual acabo con un par de tiros perforantes al resto de las mantis.

Finalizada su tarea, cambio de canal de su intercomunicador y reporto a sus superiores los pormenores de su misión recién cumplida.

Mientras esperaban al equipo de limpieza, el señor Waybright volvió con su hija y Trotingham.

-Aupa- dijo al tiempo que bajaba con cuidado de la grupa a la pequeña Sasha.

-Recuerda pequeña aunque te especialices en un arma siempre es bueno tener "más de un as bajo la manga"- aseveró su padre.

-La versatilidad es también importante en el campo de batalla; combate cuerpo a cuerpo, a distancia, trampas o explosivos pueden cambiar el curso de tu victoria o inminente derrota en cualquier momento.

Ante todo eso Sasha asentía animadamente. Y de pronto y de forma algo inesperada, sintió como su padre acariciaba su cabeza.

-Gracias pequeña por hacer tu parte y advertirme de eso bichos con esteroides- rio por lo bajo.

Sasha se emociono y sonrojo levemente por el cumplido.

La verdad es que el padre de Sasha siempre estuvo en control de la situación y previo a sus otros atacantes, pero no iba a hacer menos el mérito de su hija en su primera incursión.

Después de un rato un grupo conformado por humanos y sapos vino a recoger los cadáveres de las mantis religiosas y procedieron a carnearlas ahí mismo, dejando unos buenos cortes para el padre de Sasha, así como una generosa cantidad de monedas de plata por sus servicios.

-Vaya parece que hoy cenaremos muy bien, no crees pequeña- dijo con ánimo el señor Waybright.

-Ya lo creo que sí papá- respondió alegre la infante.

Sí, sin duda ese había sido un día ameno, de "trae a tu hija al trabajo".


Volviendo al presente...

Sasha uso una tarjeta codificada para tener acceso a su hogar, una vez dentro acomodo sus cosas y llamo a su padre, más no tuvo respuesta alguna.

Al llegar a la cocina encontró una cena congelada y a su lado una nota y un par de monedas de plata también.

"Lo siento hija tuve que salir a hacer algunos encargos para los sapos, te dejé algo de comida en la mesa y algo de dinero por si prefieres ordenar otra cosa".

"Llegaré tarde, más te vale no quedarte hasta la noche viendo televisión jovencita".

"Te quiero". Papá. Terminaba firmada aquella nota.

Sasha suspiro levemente y se dispuso a calentarse su cena en el microondas, mientras eso sucedía se cambio de su uniforme a unas prendas más casuales.

Una vez lista la comida se sentó en el sofá y encendio la televisión, encontró una especie de película o serie humana que trataba sobre una especie de hongo que infectaba a la humanidad, "Cordyceps" creyó haber escuchado.

El cual convertía a la gente en una especie de zombies-hongo.

Y del viaje de un hombre y una chica por un país devastado para encontrar una posible cura. La verdad se veía bastante entretenido, quizás incluso a su padre le hubiera gustado acompañarla a verla.

-Porqué ya no pasamos tiempo juntos como antes, pá- pensó Sasha con un dejo de nostalgia.


Aquí les traigo un nuevo capítulo esta vez desde el punto de vista de Marcy y Sasha, que les ha parecido?, parece que las cosas ya no son las mismas sin Anne.

Sin más que decir tengan un excelente día y saludos. ;)