Capítulo 48

La cara del agente Hotchner no mostraba ninguna emoción visible, estaba tan seria e inexpresiva como siempre. Sin embargo, por dentro, sus emociones bullían como una olla a presión.

Volvió a mirar los papeles en la mesa, y a continuación, alternativamente a los tres agentes frente a él, que lo observaban ansiosos, esperando alguna reacción de su parte.

-¿Estáis seguros de esto? -habló finalmente.

-Completamente, Hotch. Llevamos meses tras Ian Doyle, y finalmente, lo tenemos. Vamos a atrapar a ese cabrón -Morgan, que permanecía de pie entre sus dos compañeras, apoyó las manos en el respaldo de las sillas y se inclinó hacia delante.

Hotch tomó aire, y lo soltó lentamente.

-Está bien. Morgan, ocúpate de organizar el operativo e informar al resto del equipo. Iré enseguida.

Los tres salieron rápidamente, y en otras circunstancias, hubiera hasta sonreído al escuchar a García decir que menos mal que no se había enfadado porque habían actuado a sus espaldas. Sin embargo, en ese momento tenía algo mucho más importante que hacer.

Esperó hasta que todo el equipo estuvo en la sala de conferencias y salió de la oficina. Rápidamente llegó a la de su jefa, y Lisa, al teléfono, le indicó por señas que podía entrar.

Llamó suavemente y entró sin esperar respuesta. Cerró la puerta y se sentó directamente. Strauss levantó la cabeza y supo, al ver su expresión, que era algo importante.

-¿Ocurre algo? -preguntó tentativamente.

-Ha llegado el momento. Debemos hacer que vuelva.

Hotch vio cómo su jefa tragaba saliva con dificultad antes de hablar.

-¿Crees que es lo mejor? ¿Es seguro? -preguntó con seriedad. Ambos sabían lo que se avecinaba.

-Morgan, García y Todd han estado buscando a Doyle estos meses. Sabían que iría en busca de su hijo, y lo ha encontrado. El chico está vigilado en todo momento, pero un paso en falso de Doyle, y es nuestro. Prentiss puede volver a casa.

Strauss asimiló sus palabras, y finalmente asintió. Era lo que querían, que la agente Prentiss volviera cuando el peligro hubiera pasado. El problema, que tendrían que someterse a la ira del resto del equipo.

-De acuerdo. ¿Cuál es el plan? -preguntó un momento después.

-Que vuelva cuando todo haya terminado. ¿Puede tu contacto avisarla o…?

-Lo llamaré. Avísame cuando sea seguro para ella.

Hotch asintió y se levantó. El equipo estaba reunido y necesitaban ponerse en marcha cuanto antes. Otro momento importante estaba a punto de cambiar sus vidas, aunque en este caso, sólo tres personas eran conscientes de ello.


Strauss se quedó mirando la puerta cerrada cuando Hotch abandonó su oficina. Sabía que lo mejor era ignorar que tres agentes habían actuado a espaldas de la Oficina y habían estado investigando la fuga de Doyle. Sabía que la CIA y la Interpol estaban tras el terrorista, pero nunca se habría imaginado que sus agentes fueran también tras él. Aunque conociéndolos, no debería sorprenderse. Sobre todo, sabiendo lo mal que estaban siete meses antes, justo después de la muerte de Prentiss. Y en el fondo sabía que había sido un shock para el agente Morgan haberse encontrado a su compañera al borde de la muerte. Por eso, llegaba a entender su sed de venganza. Aunque como solía suceder con la UAC, hacían las cosas a su manera.

Cogió su teléfono móvil y buscó un número en la lista. Luego dio una larga respiración profunda antes de coger el auricular del fijo y marcar con decisión. Escuchó con impaciencia hasta que en el tercer tono, contestaron.

-Soy yo. Ha llegado el momento…Asegúrate de que vuelve sin problemas…Sí, estoy segura…Me ocuparé de las posibles consecuencias…Gracias.

Colgó y volvió a suspirar. La agente Prentiss volvería a casa, pero a Aaron y a ella les esperaban unas duras consecuencias por sus decisiones.


El corazón de Emily latía con fuerza al colgar el teléfono. Por nervios, y por anticipación. Por fin volvía a casa.

Corrió a recoger sus cosas. Le gustaba París, pero no lo iba a echar de menos, al menos esta vez.

No le dieron mucha información, solamente le dijeron que la recogerían en una hora y que volvía a casa. ¿Significaba eso que estaba completamente a salvo? ¿Habrían atrapado a Doyle?

No quiso pensar demasiado en eso, porque con lo único que quería ocupar su mente era con los rostros y recuerdos de sus compañeros. Eso es lo que la había mantenido cuerda los últimos siete meses. Eso, y la esperanza de volver a casa.


Strauss y Hotch miraban concentrados y serios a través del cristal cómo Morgan interrogaba a Doyle. Lo habían arrestado, sí, pero alguien que también lo había estado siguiendo a él se había llevado a Declan antes de que pudieran hacer nada. Las cosas se estaban complicando por momentos.

-¿Alguna idea de quién se ha podido llevar al niño? -preguntó Strauss en voz baja.

-Ninguna. Espero que tengamos algo pronto, porque Declan ahora mismo es nuestra prioridad.

Las palabras no dichas quedaron flotando entre los dos, porque ambos sabían que la culpa de que se hubieran llevado al niño, era de ellos. Estaba vigilado y protegido, pero algo falló para que se lo llevaran.

El teléfono de Strauss emitió un pitido, rompiendo el silencio y los pensamientos de ambos.

-Acaba de llegar -dijo volviendo a guardar el móvil.

-Reuniré al equipo.

Antes de que se fuera, compartieron una mirada. Ella le dijo que se responsabilizaría de todo, y él que compartirían las consecuencias. Fueron capaces de comunicarse con esa simple mirada, y eso calmó sus corazones.


El equipo estaba ya reunido en la sala de conferencias, sin saber exactamente qué ocurría. Hotch y Strauss volvieron a encontrarse justo antes de entrar.

-¿Preparada? -ella asintió con seguridad.

Entraron y todos los miraron. Cada uno se sentó en su sitio habitual mientras ellos se quedaron de pie. Hotch se cruzó de brazos y Strauss posó sus manos en el respaldo de la silla más cercana, para tener un apoyo.

-Hace siete meses tomé una decisión que afectó a este equipo. Soy la única responsable, así que si tenéis algo que reprochar, decídmelo a mí -vio que Hotch estaba a punto de protestar, pero lo calló con un gesto de la mano.

-¿Qué ocurre exactamente? -preguntó Rossi, impaciente.

-Tras el brutal ataque de Doyle, la agente Prentiss pasó varias horas en quirófano. A pesar de la gravedad de sus heridas, consiguió salir adelante -se fijó en las diversas reacciones de los agentes, desde la incredulidad, el dolor hasta el enfado-. Cuando estuvo lo suficientemente estable, fue trasladada a Bethesda, hasta su completa recuperación. Luego se le dio una nueva identidad y mandada a París, donde a permanecido hasta ahora.

-¿Y por qué no se nos ha informado? ¡Teníamos todo el derecho a saberlo! -Morgan gritó lleno de ira, levantándose y dirigiéndose hacia Strauss.

-¡Morgan, tranquilízate! -Hotch se adelantó, colocándose entre los dos y obligándolo a sentarse de nuevo.

-Era necesario preservar su seguridad ante todo. Si Ian Doyle descubría que seguía viva, iría a por ella -Strauss contestó sin inmutarse.

-¿Y de verdad era necesario ocultarnos la verdad a nosotros, Erin? -Rossi preguntó mordaz.

-Era lo mejor para todos -respondió Hotch antes de que ella pudiera contestar.

-¿Tú lo sabías? -Morgan volvió a levantarse.

Hotch y Strauss miraron hacia la puerta en ese momento, y el resto siguió su mirada. Prentiss entró tímidamente, esbozando una ligera sonrisa. El tiempo pareció congelarse hasta que García se acercó a ella y la abrazó. El resto del equipo la siguió, aún en estado de shock.

-Os prometo que os lo explicaré todo -mientras hablaba, se acercó a Morgan y lo abrazó brevemente. Él tardó unos segundos en devolvérselo-. Pero ahora necesito saber qué está ocurriendo con Declan. ¿Qué es lo que sabemos?

Se acercó a la pizarra y cogió la foto del niño. Fue como una señal para que el equipo se pusiera a trabajar de nuevo.

Strauss les echó un último vistazo, cruzó una mirada con Hotch y abandonó la sala. Todo volvía a la normalidad.


Emily sintió un alivio momentáneo cuando el agua fría golpeó su cara. Volvió a mojársela un par de veces, hasta que la ansiedad pareció disolverse. Se miró en el espejo y se vio diferente. Es que era una mujer diferente a la que había salido de ese edificio siete meses antes.

Se secó la cara con una toalla de papel, mientras repasaba mentalmente lo que había pasado en las últimas horas.

Ver a Doyle de nuevo le removió muchas cosas por dentro, aunque en ese momento, su prioridad era Declan. Cuando Reid sugirió hacer un intercambio del terrorista por el niño, pensó que era una malísima idea. Aunque luego la convenció de que si querían salvar al niño, era lo mejor. ¿Qué importaba si el hombre terminaba en manos de alguien de su calaña y terminaban con él? Al menos Declan estaría a salvo.

Y aunque finalmente Doyle acabó muerto, Declan estaba a salvo. Que siempre era lo que ella había querido.

Se miró al espejo por última vez y salió del baño. Antes de irse a casa quería hacer algo. Ya había hablado con Hotch, pero también quería hacerlo con ella. Aunque jamás pensó que iba a tener una conversación así con la jefa de sección.

Su despacho estaba a oscuras, a excepción de la luz de la lámpara que tenía en la mesa. Strauss estaba sentada, con la silla un poco girada hacia la ventana, con aire pensativo.

-Señora, ¿podemos hablar un momento?

La mujer se giró hacia ella, y con un gesto de la mano le indicó que se sentase. Prentiss se fijó en lo cansada que parecía ella también. Habían sido dos días intensos para todos.

-Aunque al principio me costó entender porqué tenía que alejarme de aquí, de mis amigos, mi familia, finalmente comprendí que era lo mejor para salvarnos a todos, no sólo a mí. Sé que Doyle iría a por la gente importante para mí sí supiera que había sobrevivido.

"La culpé a usted y a Hotch por mi muerte, hasta que entendí que había sido lo mejor. Entonces supe que en realidad me salvaron la vida, dos veces. Así que quería darle las gracias por eso, aunque haya sido difícil para todos"

Strauss la miró fijamente antes de hablar. Se inclinó un poco y cruzó sus manos en la mesa.

-Mi objetivo siempre ha sido, es y será proteger a todos mis agentes. Aunque a algunos les cueste creerlo haré todo lo posible siempre para manteneros a salvo.

"Cuando tomé la decisión de fingir su muerte, agente Prentiss, pensé primero en su seguridad, en que cuando Ian Doyle estuviese entre rejas, pudiese volver sin peligro alguno. Cierto es que no informar a su equipo, nos puede traer ahora algún que otro problema. Pero era necesario mantener el secreto para todo el mundo"

Prentiss asintió ante sus palabras. Sabía que tanto para ella como para Hotch había sido muy difícil guardar el secreto de que seguía viva. Su jefe de Unidad era un libro abierto más veces de las que él se pensaba.

-Sólo quería que agradecérselo. Y por toda la ayuda en este caso.

-No hay de qué. ¿Cómo está Declan? ¿Qué pasará con él?

-Se quedará con mi amigo Tom. Aunque se mudarán, por supuesto. Creo que es lo mejor para el niño.

Ambas callaron, así que Prentiss se levantó y se despidió. Justo antes de salir, se volvió de nuevo.

-Sé que ya ha pasado algún tiempo, pero creo que no lo he hecho antes…yo…quería decirle que siento mucho lo que le pasó.

Strauss sonrió levemente, y le dio las gracias. Prentiss se sorprendió devolviendo la sonrisa.

Ya en el ascensor, se dijo que esos siete meses sí la habían cambiado, puesto que nunca se hubiera imaginado tener una charla tan amigable con Strauss. Apoyó la cabeza en la pared y suspiró profundamente. No era solamente eso. Se sentía cambiada por dentro, y no sabía si eso iba a ser bueno. Debía "arreglar" sus relaciones con gran parte del equipo, pero también debía profundizar en cómo se sentía realmente.

Estaba totalmente exhausta cuando llegó al hotel (había un montón de cosas que debía resolver), así que se dejó caer en la cama, todavía vestida. Cerró los ojos y trató de no pensar en nada. Lo primero era descansar, tanto cuerpo como mente, y después, ya se ocuparía de volver a organizar su vida.

Continuará…