Capítulo 12. Una clase magistral.


El haberse quitado a Rumble de encima había sido un arma de doble filo. Por un lado, dejaron de molestarlo y se ganó el respeto de sus compañeros, incluso, cuando Cheerilee le preguntó si ya se había disculpado con Rumble, una simple mirada hacia este fue suficiente para que asintiera, reconociendo así que él ahora estaba a cargo; pero por el otro, ahora era temido por los demás, huyendo de él a su paso. Al principio no le desagradaba la idea, llegando a veces de aprovecharse de la situación, desquitándose con muchos de ellos y, especialmente, con Rumble.

Con el tiempo, los demás potros comenzaron a alejarse más de Comet, pues llegaron a considerarlo peor que su predecesor. Rumble era tranquilo mientras no te metieras con él, pero Comet era más irascible y respondía de forma más agresiva ante la más mínima provocación, incluso si no era intencional. Pero ¿qué otro trato podía darles a quienes lo habían humillado en el pasado?

Comet se sentía más sólo que antes. Incluso Rumble siendo un bravucón tenía amigos; pero él seguía sin ser aceptado por sus contemporáneos. ¿Qué estaba haciendo mal? ¿Por qué no podía encajar con ellos? El día en que intentó disculparse con la potranca de color azul que había intimidado en el salón, ésta salió huyendo por miedo a que le fuera a hacer algo. Hasta las Cutie Mark Crusaders habían desistido de sus intentos por unirlo a su club. La única compañía que tenía volvían a ser nuevamente sus libros y, esporádicamente, a Diamond Tiara y Silver Spoon, de las cuales era difícil saber sus intenciones, pues en ocasiones iban a molestarlo y otras a intentar "halagarlo" si se le podía decir de alguna forma.

-¡Espera, Scootaloo! –se oyó un grito que lo sacó de sus pensamientos, mientras dibujaba unas notas en su cuaderno.

Anteriormente habría ignorado el grito, pero de un momento para acá, Comet había cambiado su lugar para almorzar a uno más cerca del grupo, esperando, quizás, lograr algo.

-¡Atrápala, Sweetie Belle! –Exclamó la pegaso al momento de arrojar una pelota que inevitablemente fue a golpear a Comet, pues la pequeña unicornio tropezó al intentar alcanzarla; derramando su bebida sobre su cuaderno, barriendo la tinta con ella.

Los demás potros que se encontraban ahí no pudieron evitar dar gritos ahogados al ver la escena, comenzando a murmurar temerosos del desenlace.

Pasada la sorpresa, y después de ver su cuaderno, les dio una mirada furibunda a las crusaders. Había estado trabajando en esa melodía por semanas y ya había logrado unos cinco acordes, no era mucho, pero había puesto mucho esmero en ellos; y ahora, todo su esfuerzo, todo su progreso, se habían esfumado.

Las crusaders dieron un paso atrás, excepto Sweetie Belle quien aún permanecía en el suelo, sorprendida de ver a quién había golpeado la pelota. Comet se levantó lentamente, lo cual las puso más nerviosas, cogiendo la pelota con su magia y avanzó unos pasos hacia ellas. Cuando Comet se detuvo a centímetros de Sweetie Belle, ésta se cubrió los ojos, agazapándose lo más que pudo mientras comenzaba a temblar. Sin embargo, él la ignoró.

-C-Comet… l-lo siento mucho… no estas herido, ¿cierto? –dijo temblorosamente Scootaloo, riendo nerviosamente.

-Te parece gracioso –respondió Comet respirando pesadamente y con una voz que les dio escalofríos a las dos.

-¿Qué?... No. Fue un accidente –respondió Apple Bloom, igual de nerviosa que su amiga.

-No era mi intención… -dijo Scootaloo intentando explicarse.

-¡Ella te advirtió! –la interrumpió, señalando a Sweetie Belle.

-Lo sé, debí escucharla –concordó Scootaloo con él, pensando que sería mejor darle la razón-. Por favor, Comet, perdóname.

-¿Podrías devolvernos la pelota? No volverá a pasar, lo prometo –añadió Apple Bloom, creyendo que se había arreglado todo.

-Sí, me encargaré de eso –dijo fríamente Comet.

Inmediatamente, el cuerno de Comet se iluminó más, estrujando tanto la pelota hasta reventarla. Acto seguido, simplemente la dejo caer al piso mientras se alejaba ante las estupefactas miradas de las tres potrancas.

Una expresión de tristeza se comenzó a dibujar en el rostro de Apple Bloom mientras se acercaba a la masa de hule sin forma en el suelo.

-Gasté toda mi mesada en esta pelota –dijo lastimosamente.

-Lo siento, Apple Bloom. Te conseguiré otra –se disculpó Scootaloo, sintiéndose culpable.

Sweetie Belle finalmente se levantó, acercándose a su amiga para intentar también reconfortarla

-Sí, así que ya saben, no molesten a Comet –dijo una voz que hizo parar en seco a Comet.

Al voltear, ahí estaba nada más y nada menos que Blink, el escuálido potro esbirro de Rumble. Al verlo metiendo las narices donde no lo llamaron, todos los potros, incluyendo Comet, lo miraron con desprecio.

-¿Y tú qué crees que estás haciendo? –le recriminó Comet, dirigiendo ahora toda su furia hacia él.

-Pues, como el nuevo jefe de la escuela, necesitas un amigo y lacayo que te apoye y te siga y… pues… creí que yo podía ser ese amigo –dijo poniéndose cada vez más nervioso ante la mirada inquisidora de Comet-. E-Estoy de tu lado.

Las palabras de Blink no hicieron más que incrementar la ira de Comet. Las crusaders habían quedado en el olvido. ¿Cómo se atrevía ese embustero a pensar que podría ser su amigo? Su cuerno comenzó a centellear y a emitir mucha energía de la rabia que sentía en ese momento.

-¿Amigo?... ¿De ti?... –Dijo en un tono de voz que hizo estremecer a todos los presentes mientras Blink se encogía al ser encarado por Comet, nuevamente sintiéndose diminuto ante la intensa mirada que le daba-. Después de todo lo que dijiste; después de todo lo que me hiciste; ¿tienes el descaro de creer que voy a ser amigo de alguien como TÚ? –Muchas chispas comenzaron a salir de su cuerno-. Tienes suerte que no te di tu merecido antes y no lo esté haciendo ahora. Ahora lárgate de mí vista antes de que me arrepienta.

Completamente aterrado, el potro salió corriendo lejos de todos. Una vez estuvo lejos de todos, Comet se dio la vuelta y se alejó también. El resto, veían aterrados al potro alejarse, agradecidos que no eran ellos los que estaban en esa posición. Comet realmente los asustaba, jamás lo habían visto tan enojado, las crusaders por lo menos tenían el consuelo de que con ellas había sido más "blando".


Conforme se iba calmando y su mente se iba despejando, ayudado por el sonido del agua y las ondeantes hojas del sauce, Comet comenzó a sentirse terriblemente mal. Lo había hecho de nuevo. Dejo que su ira tomara control nuevamente de él. Sin darse cuenta, se había convertido en uno de los bravucones que él tanto había repudiado. No podía decir que Blink no se lo había ganado, pero las crusaders no se merecían ese traro.

Había sido un accidente; ninguna de ellas lo habría hecho a propósito y él lo sabía. Y lo que dijo Apple Bloom no hacía más que empeorar las cosas. Si él quería algo, tan solo debía pedírselo a Twilight, ella se lo daría, además de su generosa mesada; pero sabía que otros no tenían la misma suerte y muchos de sus compañeros tenían que ahorrar el poco dinero que les dieran sus padres. Pero se sentía tan frustrado consigo mismo, celoso de sus compañeros; tenía tanta envidia de lo que los demás tenían y él no podía conseguir, que terminó desquitándose con ellas. ¿Cómo conseguir amigos si nadie quiere serlo?

-Con Celestia como testigo, prometo jamás volver a ser un bravucón; nunca más –se dijo a sí mismo.

Al ver la hora que era, pues Twilight le había comprado un reloj de bolsillo a capricho suyo, se apresuró a regresar a la escuela. El almuerzo terminaría pronto. De regreso, encontró a las crusaders no muy lejos de donde las había dejado, aún con un triste semblante.

La campana sonó y las tres se encaminaron hacia el salón de clases. Comet fue el último en entrar, quedándose viendo la pelota desinflada por unos momentos. Sin saber muy bien qué hacer, la cogió y la llevó hasta su alforja, donde la metió sin que nadie lo viera.

-Muy bien, alumnos, espero que disfrutaran su recreo –dijo la Cheerilee al empezar de nuevo con su clase. sin embargo, las caras de algunos de los potros ahí presentes podrían decir lo contrario-. Como ya sabrán, realizamos algunas excursiones a lugares importantes o históricos como parte de las actividades escolares.

En cuanto Cheerilee dijo la palabra excursión, todas las orejas de los estudiantes se alzaron y los ojos de éstos se volvieron a ella muy atentos a lo que diría, cambiando completamente su animo a uno más entusiasmado. Una excursión significaba un día sin clases, salir del pueblo, algo que muchos normalmente no hacían, y una experiencia llena de juegos y diversión.

-En esta ocasión, vamos a ir Canterlot. Será un viaje largo, estaremos ahí por dos días. El primero, haremos un recorrido por la ciudad y el castillo de las princesas; y el segundo día, visitaremos los jardines de reales y culminaremos asistiendo al famoso Festival de las Flores de Canterlot.

Voces de emoción y asombro comenzaron a escucharse por todo el salón de clases, hasta Comet compartía el sentimiento con sus compañeros, aunque por distintas razones. Para él, visitar Canterlot no significaba otra cosa que ver nuevamente a Cary.

-Por lo que necesito que sus padres firmen estos permisos –continuo la maestra, mostrando unas hojas en las que explicaba a más detalle en qué consistiría el viaje, dónde se hospedarían, etc.-. Es muy importante que no olviden dárselos, pues quien no tenga su permiso firmado no podrá acompañarnos. ¿Entendido?

Todos los potros asintieron fervientemente, haciendo que todos, hasta las crusaders, se olvidaran momentáneamente del mal sabor de boca que les había dejado el altercado en el patio.

Cheerilee pasó al asiento de cada potro para entregarle una copia personalmente. La gran mayoría en cuanto tuvo el papel en sus cascos inmediatamente los guardaron a excepción de Comet, quien se puso a leerlo rápidamente. El paseo sería hasta la siguiente semana, no tendría mucho tiempo para entregarle el permiso a Twilight, lo mejor sería hacerlo cuanto antes.

-¡Ma…! ¡Twilight! ¡Twilight! –Entró muy emocionado el potro al castillo, intentando comenzar a llamarla mamá, aunque aun no sintiéndose muy acostumbrado a ello.

-Comet, que bueno que llegas –dijo Twilight

-Tengo algo importante que decirte… -Dijeron los dos al unísono-. ¿Cómo? ¿Tú también? –Los dos comenzaron a reír.

-Tu primero –dijo Twilight.

-Va a haber un viaje escolar la próxima semana; nos llevarán a Canterlot, al castillo y al Festival de las Flores. Sólo necesito que firmes este papel para poder ir –dijo muy emocionado sacando el permiso.

-Que coincidencia –exclamó Twilight tomando la hoja-. La Princesa Celestia justamente nos ha enviado invitaciones para asistir a la ceremonia –dijo mostrándole la carta a Comet-. Yo debo partir un día antes que tú, supongo que nos veremos allá.

-Eso significa… -dijo Comet intuyendo la respuesta.

-Ajá, puedes ir al viaje –respondió sonriente Twilight mientras firmaba la autorización-. De una manera u otra, creo que habrías ido a la celebración.

Comet, no pudiendo contener la emoción, abrazó fuertemente a Twilight para luego correr hacia su habitación y dejar sus cosas. Sin embargo, ninguna emoción era suficiente para hacerle olvidar el hambre que sentía, haciéndolo bajar inmediatamente para comer.


A la mañana siguiente, nuevamente en la escuela, Comet fue de los primeros en llegar. Estaba un poco nervioso, no tanto por el viaje, pues ese ya estaba asegurado, sino por una misión que se había hecho ese día. A sólo un par de sillas frente a él, se encontraba una pelota solitaria esperando a ser recogida por cierta pony.

La razón de su nerviosismo era por saber qué reacción tendría. Había dudado mucho sobre dejar una nota en la que se disculpara con la dueña, al final no dejando nada más por vergüenza que por otra cosa, únicamente reparando la pelota con su magia e inflándola nuevamente. Sin embargo, sus planes estuvieron a punto de ser arruinados.

-Wow, mira –exclamó una de sus compañeras-. Alguien debió olvidarla, ¿crees que al dueño le moleste si… -le dijo a su a miga.

-Deja eso ahí –la interrumpió Comet-. No te pertenece.

-Oh vamos, como si tu no hubieras pensado en tomarla –espetó la potranca.

-De haber sido así, esa pelota no estaría ahí –refutó Comet-. Ahora, déjala donde está –añadió seriamente Comet.

-Está bien. Tranquilo –dijo la potranca, algo alertada. No dejando de pensar en lo extraña que era la situación. Comet molesto por algo que no lo involucraba y defendiendo los intereses de otro, quien lo habría dicho.

Poco después del encuentro con ella, entraron las tres potrancas a quien esperaba ver. Inmediatamente, levantó el libro que tenía consigo, pretendiendo que leía. Se escondió detrás de éste para poder escuchar a las tres sin que ellas se dieran cuenta.

-¿Qué es esto? –Dijo Apple Bloom al momento de prestar atención a su asiento-. Chicas, miren. Es mi pelota. Esta cómo nueva –Exclamó Apple Bloom felizmente.

Comet no pudo evitar también sonreír al escucharla. Había solucionado su desastre de ayer, más o menos. Pero eso lo hizo sentir bien.

-¿Quién la dejó ahí? –Preguntó Scootaloo, volteando a todas partes.

-No lo sé, ya estaba aquí –respondió Apple Bloom.

-¿Creen que haya podido ser Comet? –Peguntó inocentemente Sweetie Belle, algo que sorprendió a Comet.

-Él fue el quien la rompió en primer lugar, ¿por qué habría de repararla? –dijo Scootaloo escéptica.

-Bueno, tal vez se arrepintió de haberlo hecho y quiso enmendar las cosas –sugirió Sweetie Belle.

-Ay, por favor, Sweetie Belle. Ese potro se molesta por la menor de las razones y no le importa a cuantos lastime. Dudo mucho que tenga remordimientos siquiera –rechazó la idea nuevamente Scootaloo.

-Sí. Creo que tienes razón –concordó Sweetie Belle.

Detrás del libro, la sonrisa del potro se desvaneció al escuchar la plática. Sweetie Belle, la única que le había dado el beneficio de la duda, también aceptó el que Comet no habría hecho tal cosa. Quizás había llegado demasiado lejos. ¿Así era como lo veían todos ahora? Un potro desalmado que no le importaba lastimar a los demás. Aunque no le agradaba nada oír eso, mucho menos de las crusaders, quienes nunca dejaron de molestarlo por su cutie mark hasta hace apenas un par de semanas, le hizo entender la gravedad de la situación.

-Buenos días, alumnos –saludó Cheerilee al entrar tras el repicar de la campana-. Antes de empezar la clase, ¿alguno ya tiene su permiso firmado? Si es así, háganme el favor de ponerlos sobre el escritorio.

Inmediatamente, alrededor de la mitad del salón se levantó a entregar el papel, entre ellos: Comet, Apple Bloom, Scootaloo, Diamond Tiara y Silver Spoon.

Sweetie Belle, por otra parte, tenía que preguntarle a la señorita Cheerilee algo sobre su permiso, pues sus padres habían salido de viaje, otra vez, y se estaba quedando con su hermana Rarity, quien había estado cuidando de ella últimamente. Pero esperaría hasta el final de la clase para ello. Por el momento, solo se quedó mirando fijamente a Comet por un momento, aún tenía sus dudas sobre el potro, desviando la mirada rápidamente a otro lado cuando el potro volteó hacia ella al sentir su mirada.

Una vez recogido el último permiso, la clase dio comienzo. El tema de hoy, Cutie Marks, otra vez. Ya eran varias las veces que el tema salía al aire en clase, Comet no entendía por qué tanta fascinación y había tres potrillas que escuchaban con especial atención a la explicación. Pero para Comet era muy diferente, ya se estaba volviendo aburrido y algo cansino estar escuchando la misma cosa una y otra vez, no pudiendo evitar que el sueño le empezara a ganar, cabeceando en reiteradas ocasiones.

-Comet, ¿estás prestando atención? –llamó su atención una voz al lado suyo que se escuchaba estaba molesta, haciéndolo despertar rápidamente de su letargo, una pequeña desventaja de estar casi hasta el frente y no en su anterior lugar al fondo del salón-. Entiendo que el tema no te sea tan interesante como a los demás, pero no te duermas en clase –lo reprendió Cheerilee.

-Con todo respeto, señorita Cheerilee, esta es como la quinta vez que explica este tema. ¿Qué más puedo aprender de él? –Dijo Comet, causando algunas expresiones de asombro entre sus compañeros por la osadía en sus palabras.

-Oh, ¿así que ya te consideras un experto? Muy bien, Comet, ¿por qué no das la clase tú, entonces? –Espetó Cheerile irritada por su insolencia.

Comet suspiró algo fastidiado, pero luego sonrió pícaramente. Haría que Cheerilee se arrepintiera de esas palabras. Esta sería una buena oportunidad de sorprender tanto a ella como a sus compañeros, educarlos un poco y de presumir, claro está.

Se levantó de su asiento y caminó hacia el frente del salón, para sorpresa de Cheerilee, quien creyó que el potro dudaría con sus palabras, al igual que lo haría cualquier otro de sus estudiantes. Pero no Comet, con mucha seguridad se plantó enfrente de todos, listo para dar su explicación.

-Te escuchamos, Comet –dijo Cheerilee, volviendo a su escritorio, algo dubitativa

Comet inhalo profundamente para prepararse mentalmente. Entonces, comenzó:

-La Cutie Mark o Marca de Belleza, como se le llama en otras regiones, es uno de los temas más conocidos y, contradictoriamente, de los que menos se sabe al respecto.

» Muchas son las preguntas que hay por contestar y pocos son los datos obtenidos de las escasas investigaciones que se han hecho en un intento por entender mejor algo tan cotidiano como lo es una Cutie Mark.

» Pero, ¿qué es una Cutie Mark? La descripción más simple que podemos encontrar es: "Una marca que aparece en el flanco de un pony, la cual puede variar de individuo a individuo." Esto nos indica que es característica de nuestra especie, pues, a pesar de que existen otras criaturas mágicas, como grifos, hipogrifos, dragones, serpientes marinas; jamás se ha visto que alguna de ellas pueda tenerlas.

» Desde siempre se nos ha dicho que representa el talento especial de un pony, que es lo que está destinado a hacer, siendo esta la explicación que les dio Clover la Sabia desde tiempos anteriores a Celestia, quedando como la aceptación vigente por milenios, y que está aparecerá en algún momento u otro. Pero de ser así, ¿por qué no nacemos con ella en lugar de tener el flanco liso? ¿Por qué tenemos que esperar a encontrar dicho talento para que aparezca? Y, si esta está destinada a aparecer, ¿por qué ésta no está programada a aparecer a determinada edad como los dientes? Las teorías más aceptadas que explican esto, son: 1) Está ligada con la madurez mágica del pony; 2) El pony decide cuando aparece y qué aparece; y 3) Es a causa de una tarea con la cual se tiene mucha práctica y maestría.

» Sin embargo, cada una de estas teorías tiene sus limitaciones y contraargumentos, pues hay ponies que no saben usar magia o son muy jóvenes y obtienen su Cutie Mark; hay ponies que obtienen una Cutie Mark espontáneamente y no saben qué es o por qué; y hay quienes la obtienen a la primera vez que hacen algo y descubren que les gusta. Hay incluso quienes dicen que es una mezcla de estos o más factores, pero nunca logran fundamentar lo suficiente o describir los demás factores que influyen.

» Todo esto sin salir de la idea de que la Cutie Mark representa el talento del pony.

-¿Sin salir de esa idea? ¿Entonces hay otras? –preguntó una potranca de pelaje color crema y melena pelirroja que usaba lentes y frenos.

-Es una muy buena pregunta -respondió Comet, sintiéndose halagado de que le estuvieran prestando atención-. Sí. Hay muchas otras aceptaciones sobre el significado de la Cutie Mark. Como ya dije, la explicación de Clover la Sabia, ha sido la más difundida por todos lados, incluso fuera de Equestria. Pero, actualmente, es un razonamiento arcaico y seguir utilizándola sería incorrecto, a pesar de la sencillez con la que se entiende.

-¿Y cuáles serían esas otras explicaciones? –preguntó Apple Bloom algo escéptica, pues en eso se basaba todo su club, dejando de lado sus conflictos con Comet, al menos por un momento.

-A eso iba. Hay quienes dicen que representan nuestras afinidades; otros, que son nuestro destino a seguir; algunos autores sugieren que las Cutie Mark se heredan como una especie de magia familiar; unos pocos creen que están influenciadas por nuestro entorno o dónde vivimos; incluso hay quienes aseguran que aparecen aleatoriamente.

-¿Cuál de todas es la correcta? –dijo la pony de pelaje azul que Comet había intimidado tiempo atrás.

-No se ha podido llegar a una respuesta –afirmó Comet-. Todas tienen su respaldo, hay ponies que tienen Cutie Marks por cosas que les gusta hacer…

-Como Rainbow Dash, a ella le gusta ganar –dijo Scootaloo.

-…hay familias enteras que tienen las suyas con una misma temática…

-Como la mía –interrumpió Apple Bloom-. Toda mi familia tiene Cutie Marks sobre manzanas.

-…y se ha sabido de ponies que tienen Cutie Marks por vivir en las montañas, por ejemplo, o que la suya no tiene nada que ver con lo que hacen o les gusta.

» De éstas teorías y muchas otras que no ganaron mayor importancia, es que se empezaron a hacer clasificaciones para intentar agrupar, describir y explicar de una manera más rápida y menos confusa a las Cutie Mark.

» La primera fue dada por Saddle, quien las clasificó por el número de dibujos es ellas, como simples, si solo poseía un dibujo; y compuesta, si eran un conjunto de varios.

» Otra sería por Greathoof, enfocándose más en las razas. Clasificándolas en sólo pegasos, sólo unicornios, sólo terrestres y cualquier raza. El problema con esta clasificación es que no explica mucho, sólo se centra en la raza y hay muchas Cutie Marks que pueden compartir las diferentes razas de ponies.

» Trotten, intentó una en la cual las dividía en objetos, plantas, animales y ambiguas. Su mayor problema fue la cantidad de subclasificaciones que podrían salir de ellas; herramientas, música, siembra, clima, entre muchas otras; las cuales, a su vez, se subdividían en muchas otras más.

» La ultima clasificación que se ha intentado introducir, es la de Glowing. La cual considero la más adecuada y correcta.

-¿Por qué? –Preguntó ahora la señorita Cheerilee.

-Por qué a diferencia de los anteriores, no se centra en una sola idea o aceptación de las Cutie Marks. Parte de tres de los postulados anteriores, modificando uno. Glowing dejó de lado la idea de una única explicación para su significado y dejó de centrarse tan sólo en el dibujo para irse a la interpretación del mismo. Llegando así a las categorías de talento, puesto que sigue siendo válida y las más comunes; personalidad, cuando un rasgo de la misma es muy dominante o marcado, entrando ahí también las afinidades ya que pueden llegar a determinar la personalidad de uno; y, por último, las de tipo destino, siendo las menos comunes y confusas para quienes las obtienen.

» La ventaja de ésta clasificación sobre las demás, es que se pueden desglosar el resto a partir de ella y nos da una idea general y concisa de la Cutie Mark que se tiene.

-Para ti, ¿qué significado tienen las Cutie Marks? –preguntó nuevamente la señorita Cheerilee.

-Nada –dijo tras pensarlo unos segundos.

Varios de los potros ahí presentes se quedaron boquiabiertos por tal aseveración del potro. Luego de toda esa explicación, las ideas con las que dijo estar de acuerdo y lo arraigada que tenían la idea de las Cutie Mark los ponies, el que lo dijera de forma que parecieran cosa de poca importancia, chocaba completamente con sus ideas.

-Son palabras fuertes para un flanco en blanco –se burló Diamond Tiara, seguida de una risa acompañada de la de Silver Spoon.

-Diamond Tiara –la reprendió la maestra, pero a la potrilla le dio poca importancia-. Comet tiene su propia manera de pensar y no es…

-Si me permite, me gustaría responder –la interrumpió Comet con una mirada astuta.

-¿Eh?... claro –dijo Cheerilee algo confundida.

-Gracias. No tengo prisa en conseguir mi Cutie Mark, como muchos otros potros. En algún momento llegará, porque tiene que llegar. Así funciona nuestra especie, no ha habido un solo pony que no la haya obtenido. Lo que tu llamas despectivamente "Flanco en blanco", no es un insulto para mí, sino un recordatorio del potencial casi infinito de lo que puedo llegar a ser, además de una irónica forma de llamarme ya que tengo una mancha blanca en mi costado, como muchas otras en mi cuerpo.

-Entonces, ¿por qué dices que no significan nada? –respondió Diamond Tiara, molesta al sentirse humillada porque Comet no viera su sobrenombre como algo malo, dejándola a ella en ridículo.

-Luego de lo que he leído al respecto y las diferentes formas en que se ha intentado explicar la existencia y significado de las Cutie Mark, llegue a esa conclusión. Una Cutie Mark no significa nada, es sólo un dibujo en tu flanco. El significado se lo da él pony al que le pertenece. Él y solo él puede interpretar y decidir qué representa. Tomando a la señorita Cheerilee por ejemplo, su Cutie Mark son tres flores sonrientes. Cualquiera que no la conozca diría que su talento es la jardinería, pero ella lo interpreto como vernos florecer a nosotros como sus estudiantes. Le dio su propio significado.

» Siguiendo con esa idea, puedo obtener la Cutie Mark que sea y yo haría que significara lo que yo quisiera que significara y aun así seguiría entrando en las clasificaciones y teorías que mencioné –finalizó Comet con una sonrisa de orgullo y una mirada arrogante por haber hablado dejado boquiabierta a Cheerilee, quien no podía creer que Comet hubiera superado sus expectativas de un potro dando clase-. ¿Me olvidé de decir algo? –Dijo Comet, ya siendo pedante.

La campana sonó.

-No, Comet. Creo que lo has explicado muy bien –respondió Cheerilee, aún atónita-. Pueden salir –les indicó.

Todos los potros salieron entusiasmadamente al patio, algunos todavía comentando sobre la clase que Comet les había dado, otros sorprendidos de que, en lugar de usar la pizarra y la tiza, Comet creó una serie de hologramas e imágenes con su magia mientras explicaba. Dejando a una pensativa y algo avergonzada Cheerilee dentro del aula.

Nota personal: nunca volver a decirle a Comet que dé la clase. Pensó para sí misma. Era hijo de Twilight, por Celestia, en qué momento se le había ocurrido que era buena idea. Era obvio que iba a ser un sabelotodo engreído, sus tareas debieron de haberla advertido.

-¡Cuidado! –Alguien gritó mientras, coincidentemente, la misma pelota volvía a dirigirse hacia Comet.

Todo el mundo se quedó en silenció, expectantes, cuando nuevamente lo golpeó, aunque esta vez ninguno de sus libros o cuadernos fue dañado. Cerrando así una increíble y cruel ironía del destino. La misma pegaso observaba temerosa que nuevamente estaría en problemas, y esta vez Comet sería menos considerado.

-¡Scootaloo! Acabo de recuperar mi pelota –le regaño Apple Bloom.

-Comet… lo siento… de nuevo. Y-Yo no quería, lo juro –dijo nerviosamente la pegaso.

-¿Creí que habías dicho que no volvería a pasar? –dijo Comet, obviamente molesto, pero intentando controlarse.

-Sí, lo siento. Me dejé llevar y-y no vi a donde estaba lanzando la pelota –Scootaloo cerró los ojos al final, dejando uno entreabierto, creyendo que ahora se desquitaría con ella.

-Ten más cuidado –dijo Comet, lanzándole la pelota nuevamente.

Scootaloo la atrapó, no sin poner una mirada de incredulidad y confusión que el resto de los potros compartían. ¿Acaso era posible? ¿Comet no hizo nada? Ninguno podía entender las razones del potro, era un comportamiento completamente extraño en él. Debió de haberle pasado algo muy bueno para ponerlo de tan buen humor ese día. Pero como hay que aprender a aceptar las cosas como vienen, nadie hizo más preguntas. Aun con su mente algo distraída por Comet, todos volvieron a lo suyo.


-Muy bien, alumnos, como ya todos me entregaron sus permisos firmados, necesito que escojan un compañero. Con él estarán todo el viaje y compartirán habitación, así que asegúrense de escoger bien –indicó Cheerilee apenas unos días después.

Como era de esperarse, muchos se juntaron con sus amigos para pasar el viaje juntos; las crusaders, al ser tres, tuvieron que decidir quiénes de ellas irían juntas y quien tendría que ir con alguien más, finalmente decidiendo que Sweeetie Belle y Scootaloo irían juntas y Apple Bloom iría con Twist, una amiga que tenía desde antes de las crusaders; alguien muy simpática y conociéndola, le compartiría muchos de los deliciosos dulces que ella hacía.

Comet, por otro lado, quedó rezagado en encontrar un compañero. Sin amigos o ponies con los cuales hablara y muchos de sus compañeros aun temiéndole, era una tarea muy difícil. Por un momento, estuvo a punto de ser emparejado con una unicornio de pelaje lavanda y melena rubia, Dinky Hooves, si recordaba bien. Apenas conocía a la potranca, nunca habían hablado, pero era de sus pocos compañeros que nunca le habían hecho algo; jamás había tenido problemas con ella, por lo que estar con ella tampoco lo sería. Sin embargo, al final, ella decidió juntarse con una pegaso de pelaje rosado, dejando a Comet solo.

Esto lo decepcionó un poco, pero era mejor así. Sería más fácil ir a visitar a Cary sin un compañero que estuviera arrastrando detrás de él diciéndole a cada rato que no estaba bien lo que hacía. Además, eso significaría que tendría una habitación para él solo, sin ningún ruidoso que lo molestara mientras leía. Tenía sus ventajas y desventajas.


Gracias a todos los que apoyan y les gusta mi historia. Todos sus comentarios son bienvenidos y los leo todos.

Un abrazo y un beso. Hasta el próximo capítulo.