Pero esos planes deberían esperarse un poco, porque fueron -ambos-, llamados a la corte; para un funeral.


Lady Alma -la esposa del Príncipe Dragomir-, cayó en una emboscada strigoi, y nadie se salvó.

Los encontraron drenados y rostizados por el sol, y no pudieron hacer nada por ellos.

Los strigoi no los mataron, pero los dejaron ahí; para que el sol los terminara de matar.

Sin agua, sin refugio, sin sangre y sin comunicaciones; su muerte fue muy lenta y dolorosa.

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Una llamada anónima alertó a la corte -seguramente, uno de los mismos strigoi que atacaron-, y sólo pudieron rescatar los cuerpos, que fueron enterrados en ataúdes cerrados, cómo era la costumbre moroi.

Simplemente, retiraron las joyas y los documentos, los envolvieron con una mortaja por sobre las ropas que llevaban puestas, y los metieron en ataúdes con flores secas de ajo, y un fino clavo de plata en el corazón; para evitarles volver como algo peor a un strigoi.

Y, cómo siempre; los médicos de la corte de la corte informaron una muerte por accidente de tránsito al departamento de defunciones del Estado, con la posterior cremación.

Y nadie preguntaría más.

Porque los guardianes sí serían cremados, y sus cenizas serían enviadas a la academia más cercana; la que buscaría a sus deudos. O almacenaría las cenizas. Sí es que, claro.


Ibrahim y Tony se hospedaron con los Dragomir en esa visita, a insistencia de Eric; a quién le urgía hablar con Ibrahim en privado.

"Mi padre quiere que corteje oficialmente a Mz Emma Szelsky", le confidenció. "Salimos en St. Vladimir, cómo era esperable. Pero yo lo terminé. Y no quiero retomarlo".

"Otra damisela, supongo".

"Sí, pero no es una que le vaya a gustar a mi padre... se llama Rhea. Rhea Ozera Daniels. Su madre es la Ozera, cómo supondrás. Y llevamos un tiempo viéndonos, ya".

"Y esta Mz Emma..., ¿no es un incesto o algo así, según tus propias leyes?".

"Emma es hija de una primo segundo de mi madre. Ella es Voda Szelsky. Y yo Szelsky Dragomir. No se superponen. O eso supongo. Ya no sé".

"O sea, es igualmente una prima tuya. Y el tema de la endogamia, ¿en dónde quedaría, entonces?, ni la familia de tu madre, ni la Voda de esta Mz Emma, ni la familia de tu padre deberían ser consideradas, Eric".

"Pero Rhea no es una Mz o una Lady, Ibrahim. Su madre es el equivalente a una Madame Ozera, es verdad. Pero su padre no tiene ancestros royal en unos 100 años, por lo que ya averigüé".

"De dónde yo vengo, a las Miss con nombre las casan con los Míster sin nombre, pero con el dinero de papi. Y nadie se queja. Necesitas salir un poco, Eric. Ni en las monarquías europeas ves matrimonios entre dos príncipes. Eso ya es una rareza. Elizabeth de Gran Bretaña se casó con un paisano griego; Juan Carlos de España se casó con la prima del paisano; y anda dejando de contar. Puede que se me escape otro, claro... ¡Sí, se me olvidaba!. El paisano Constantino se casó con la hermana de la reina de Dinamarca. Y creo que serían todos... ¿Y tú pretendes casarte con una prima?, ¡guácala, Eric!, que asco. ¿Quieres un mejor ejemplo de un mal matrimonio por conveniencia?. El de mi padre, obvio".

"Y es obvio que no la quieres".

"El cariño debe ser recíproco, ¿cierto?. Y ella no es de afectos, eso lo sé bien", y sonrió.


En la pequeña reunión que siguió al funeral, Tatiana vio a Ibrahim; por primera vez - o casi-, desde su matrimonio con Mustafá, 15 años atrás.

El muchacho -hombre-, tenía 21 años, y era muy guapo. Y lo sería más que su padre, evidentemente.

Sintió un tilimbre -bastante ilegal-, que no sentía desde la despedida de soltera que arruinó su vida.

Y se decidió evitar el incesto que eso (le) significaría; así que puso su mejor cara, para plantearle algo a Mustafá.

"¡Mustafá!, tu hijo ya es todo un adulto... me imagino que te gustaría buscarle una buena esposa, ¿verdad?. Hay unas cuántas damiselas en búsqueda de un buen marido, ¡Y él sería un candidato ideal!, ¿no lo crees?":

"¿Un matrimonio arreglado, Tatiana querida?, esos ya no resultan, me temo. El mío fue arreglado. Y nos divorciamos. El de mi padre y de mi madre fue un infierno para ambos. Y muchos en tu corte desearían deshacerse elegantemente de sus consortes".

"Son asuntos delicados los divorcios en la corte, Mustafá. Por eso existen los amantes. Son aceptados, aunque no reconocidos".

"En mi modesta opinión, ocupa demasiado tiempo ocultarlos. El divorcio es algo más moderno. Fatma lo prefirió así, desde nuestro matrimonio. Se volvió a casar con el que se suponía sería su amante. Y yo me casé contigo".

"Pero no fui tu amante, Mustafá".

"Pero, simplemente podríamos no habernos casado, Tatiana. ¿Verdad?".

"Tú lo propusiste".

"Me dijiste que una reina no puede tener amantes, y te pregunté si una reina podía casarse; y me respondiste que sí. Y te pregunté si te casarías conmigo, y también me dijiste que sí... Llevamos 16 años en esa conversación, Tatiana", y le besó la mano.

Ella sonrió, toda cocoroca.


Y entre medio de todo ese tira y afloja cortesano, el período del duelo Dragomir estaba llegando a su fin.

Eric reunió el coraje -y las pelotas suficientes-, cómo para hablarle a su padre de Miss Daniels.

"Veamos. ¿Me dices que ésta Miss Daniels estuvo comprometida con un Máster Zeklos cuándo la conociste, ¿sí?. Y ambos terminaron con sus prospectos ese día... en el viajecito aquel a la isla chilena, que yo no quería que hicieras, ¿pero tu madre sí?. Y esta joven Miss Daniels es hija de una Mz Ozera que se volvió una Señora Daniels, porque los Ozera fueron demasiado mezquinos. Seguro y le bloquearon hasta la herencia, supongo. Te daré el beneficio de la duda, Eric. Tu madre confiaba en tí. Y yo también lo hago".

Así fue que el Príncipe Dragomir invitó a la familia de Rhea a cenar, para conocerlos.

Y quedó gratamente encantado con la joven.

La Señora Daniels -Mz Ozera de soltera-, era la hija de uno de los primos segundos del actual príncipe Ozera.

Así que el siempre práctico príncipe Frederick Dragomir fue a hablar con el Príncipe Ozera, antes de tomar decisiones.

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Bastaría con que a la Señora Ozera Daniels la reconocieran como a Madame Ozera-Daniels; para que su hija pasara a ser Mz. Ozera-Daniels; dándole el pedigrí necesario para casarse con Eric, y convirtiéndose en Lady Dragomir por matrimonio.

El astuto Príncipe Ozera lo oyó con atención.

Vincularse con los Dragomir era siempre un lujo para cualquier familia, y no tenían ancestros Dragomir en generaciones.

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Y sólo se requería... ser amable con la hija de uno de sus primos segundos -y obviamente, su prima tercera, pero a esa altura ya no era considerada una prima en la nomenclatura royal moroi-; que escogió el dinero -y ese Sr Daniels tenía el suficiente como para comprar a una esposa royal y no volverse simplemente el amante de Mz Ozera- y la comodidad por sobre un nombre reconocido.

La familia Zeklos -estuvo ad portas de vincularse con los esos Daniels-, y también buscaban el dinero del Señor Daniels, evidentemente.

Y si él -cómo el príncipe de la casa real Ozera- los aceptaba; ese caudal se acercaría a ellos, evidentemente.

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Les podría alquilar joyería y residencias; para estar a la par de los Dragomir; y su hija tendría un rango mucho mayor al de muchas otras mujeres nacidas royal, al volverse una Lady Dragomir -la única, tras la muerte de Lady Alma- por matrimonio.

Así que redactaron unas capitulaciones matrimoniales previas -que incluía la liberación de cualquier tipo de legado a nombre de la Señora Ozera-Daniels-, y luego Frederick le dijo a Eric que pidiera la mano en matrimonio de Miss Rhea Ozera-Daniels.

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Después de eso; los Dragomir, los Daniels y el Príncipe Ozera; se reunieron para redactar las capitulaciones matrimoniales definitivas; y Eric y Rhea anunciaron su matrimonio y fijaron sus esponsales -finalmente- para la temporada social del año siguiente.

¿Triunfó el amor?, así lo parecía.

Pero iba de la mano de un generoso regalo monetario por detrás.

Regalo que también salpicó al Príncipe Ozera; por restituir el tratamiento de Madame a la madre de Rhea, y llamar Máster a su padre.


Ibrahim y Anthony volvieron a la universidad de San Marino después del periodo de luto.

Ibrahim quería pasar a ver a sus hermanos... y a Janine, que ya tendría 16 años; y debía ser la viva imagen de la Venus emergiendo de las aguas del Egeo o del Mediterráneo, o de dónde fuera que emergió.

Anthony también quería conocerla... y reservarla, si le gustaba lo que veía.

Personalmente, le gustaba mucho Pavel -el guardián de Ibrahim-, pero el trabajo y el placer no debían mezclarse.

Pero como no era caballito de mar, y no tenía riesgo de quedar preñado; podía disfrutar al guapote semental dhampir ruso; cómo le diera la gana.