En la corte, ya se preparaba la boda del año, que había sido autorizada por la reina.

y Frederick Dragomir observaba las idas y venidas que se estaban generando.

Y las ganancias de la misma.

Y recordó otras grandes temporadas reales también.

Las de los últimos 16 años sobre todo, en los que más cambios se vivieron.


En esos 16 años, tres principados habían pasado a manos de mujeres: Voda, con Lady Priscilla ascendiendo como Princesa Voda; Bádica, con Lady Marcella ascendiendo como Princesa Bádica; y Szelsky, con Lady Ariana ascendiendo como Princesa Szelsky.

Incluso, la Princesa Ariana pretendía darle su lugar a su hermano Anthony, y ascenderlo de Máster Szelsky a Lord Anthony; haciéndolo su quórum directo.

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También en esos 16 años, el matrimonio real de la reina con Mustafá Mazur se hizo trizas.

Y partió con la negación de convertir a Mustafá en Príncipe Consorte, sangre real o no.

Pero Frederick sabía que el poder real de la corte estaba en manos de Mustafá Mazur.

Y él no se atravesaría en su camino, si podía evitarlo.

Es más, se había comenzado a acercar a él, apenas notó hacia dónde giraban las manecillas del reloj del destino.

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Tarde o temprano Tatiana debería dejar el trono, y en ese momento los Ivashkov serían borrados del mapa - y hasta de la faz de la tierra, quizás- por Mustafá.

La reina tenía 56 años, y su salud no estaba muy buena.

Algo le había pasado 15 o 16 años, que la dejó debilitada. O eso se había dicho.

Y Mustafá sabía bien lo que era, quisiera la reina o no.


Ahora, la reina tenía sus ojos puestos en Máster Ibrahim Mazur.

Y seguramente le estaba buscando una esposa en su propia familia.

Pero quizás -y sólo quizás-, podría interesarlo en Mz Renée Szelsky; que seguramente sería Madame Reneé Szelsky-Mazur; si llegaba a casarse con él.

Y los Szelsky eran también los aliados de Mustafá.

Y una boda entre ambas familias sería lo mejor... para los Dragomir, evidentemente.

Porque Eric y Reneé compartían un ancestro Szelsky en común.

Y porque Anthony parecía ser uno de los dos confidentes de Máster Ibrahim Mazur.


Presente

Rose se ocultó en el lugar menos probable para encontrarla: La Gran Biblioteca y los Archivos Arcanos.

Se fue del brazo con sus dos nuevos guardianes, sin mirar a nadie, y menos a Dimitri.

Y pidió a los pocos en la zona que le dejaran espacio, pues necesitaba paz para poder meditar.

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"Era tuya y la echaste a la basura", le susurró Adrian a Dimitri al verla salir del salón; "yo la deseaba para mi... y mi tía fue apuñalada... y ahora somos primos... me está más prohibida ahora que nunca. Pero para tí no es ni una quimera. Dhampir o no, cambiará las cosas a su favor".


Rose revisaba algunos archivos -que ya había comenzado a revisar tiempo atrás, pero a escondidas-, que había encontrado sobre Vladimir y sobre todo, sobre Anna Fyodorovna.

"Anna", leía, de las crónicas de Vladimir; "era casi una niña cuando la inundación se la llevó de este mundo... Pero volvió a nosotros -por obra del Espíritu Divino-, pero su padre -El Rey Fyodor- ; para que no la acusaran de brujería, me la encomendó.

" Entonces se la otorgué a mi escudero, Janiel Draconia -el hijo dhampir del Rey Dragomir-, en matrimonio, para que -al menos-, algo de paz y de compañía tuvieran en tiempos de oscuridad...

Pero hubo un milagro y Anna dio a luz a Melissa Draconia. Yo atestiguo su fidelidad hacia él, puesto que la niña tenía los ojos y el pelo de su valiente padre, pero en el rostro gentil de su madre.

Como nieta del Rey Fyodor, las personas comenzaron a llamarla Princesita. Porque también lo era del Rey Roderick Dragomir.

"Yo expliqué a las masas cegadas que el mismo Espíritu Divino que trajo a la madre de vuelta a la vida, es la que le otorgó el regalo de la maternidad con su esposo dhampir.

¡OH sí, por eso permití el matrimonio, porque si ella hubiera sido humana; jamás habría podido. Pero Anna Fyodorovna era hija de una mujer moroi. Era dhampir. como Janiel.

Anna y Janiel volvieron a intentarlo, pero el poder y la magia del Espíritu Divino se había diluído en ella, al dar a luz a Melissa.

Igualmente, Melissa la hizo feliz al hacerla abuela cuatro veces.

Una raza protectora que ruego a los cielos no acabe nunca.

Y esa marca del Espíritu se hizo carne en la carne, y siempre estará en la mano que empuña la estaca".

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Rose giró la mano -izquierda-, como por instinto.

Y la acercó a sus ojos, sin poderlo creer.

Allí, en la muñeca -casi oculta-, había una marca. Definida.

Compuesta de algo como una cola de dragón y un cetro ruso...

¿Acaso estuvo siempre ahí?, o nunca realmente la vio.

El velo de los secretos se estaba levantando.

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No podía ser cierto, ¿verdad?.

Roderick Dragomir fue el primer Rey que unificó los Señoríos morois.

Siguió leyendo. Eso estaba poniéndose interesante.

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"Janiel cayó un día en un ataque strigoi, que arrasó un poblado entero.

Era el llamado Rey Sangriento, un strigoi viejo y poderoso.

Los ruegos de Anna me convencieron de intentar algo que para algunos, era una aberración. Traerlo de vuelta de entre los que No Mueren.

Pero yo no tenía la fuerza suficiente -estaba viejo y débil, comparado con su juventud-, así que le pedí su estaca -la de Anna, porque la de Janiel se perdió en la contienda que lo transformó en strigoi-. Manchada con su sangre por la batalla y todo.

Porque su sangre era ella misma, y era ella quien me lo pedía.

Así que le puse todo mi amor a la estaca. Y se la devolví. Era la única opción. Ella debería hacerlo por él.

No yo.

Por ella. Por su hija.

Así que un grupo de fieles guerreros dhampir lo atrincheraron y Anna -gentil Anna-, lo apuñaló con la estaca bendita y él sangró como un mortal. Fue su gran amor por él -ese sencillo y tierno amor, casi prohibido-, ¡lo que lo trajo a la vida!, yo sólo puse mi magia...

Porque nada que no es hecho con amor en el Espíritu Divino puede fructificar.

Y lo comprendí ya muy tarde, cuando vi morir de desesperación a muchos de los que traje de vuelta. El profundo amor de Anna por Janiel lo sostuvo, allí donde otros fallaron...

Igual Janiel vivía en la culpa. Él debía sanar. Porque el perdón de ella ya lo tenía.

Y cuándo ya parecía no haber esperanzas para él... algo mágico pasó.

Porque Anna había vuelto a la esterilidad... pero fue él... quién le dio una nueva oportunidad de estrechar un hijo entre sus brazos.

Jhan. Nacido gracias a la Restauración de él por la misma magia que trajo a la madre de entre las sombras..

Y de eso estoy seguro... ahora... Mi enlazada y su Restaurado.

Fue la sangre de Anna en la estaca. Fue su amor en esa estaca.

Es un acto Teúrgia y yo lo bendije. No fue un acto de Necromancia..."

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"Mi estaca... mi sangre también estaba en ella"; susurró Rose, relacionando las cosas.

Y siguió, totalmente inmersa en ella.

Teurgia... ser un enlace con algo superior a uno como mortal, sólo un intermedio para la energía... para la magia.

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"Anna y Janiel comprenden que esto es secreto, potencialmente peligroso y susceptible de ser mal utilizado.

Así que esta pluma escribe estas líneas con su sangre mezclada. Para los demás, son sólo galimatrías escritas en un extraño códice.

Sólo los Príncipes de su sangre -eterna-, podrán entenderlo.

Ni los humanos como El Rey Fyodor. Ni los morois como El Rey Dragomir.

Ni los dhampirs que no sean del linaje nacido de ellos dos -los hijos de los Dragomir y de los humanos-. Sólo su progenie prevalecerá".


Boquiabierta. ¡Vladimir la llamó Princesa!. Su linaje.

El linaje por el que corre su magia en las venas. Pero había temas más prácticos que tratar.

Así que enrolló con todo cuidado el pergamino y lo metió entre sus mangas.

Suerte que nadie la veía. Nadie entraba allí. Nunca más.

Y de eso se ocuparía, cómo primera su primera tarea.

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"¿Mikhail?", lo llamó, y le señaló la silla a su lado; "ven. Siéntate. Sí. Siéntate y nada de Su Alteza. Deja eso para el dolor de cabeza moroi que se les avecina. Ven, que lo que tengo que explicarte no debe expandirse a todas las paredes. ¿Eddie?, por favor, vigila que nadie se acerque. Pero siéntate. Ahora. No ayer, ¿sí?".

Cada uno de los guardianes hizo como se le pedía.

"Mikhail... leí las instrucciones originales de Vlad sobre la restauración... No es como lo pintó Robert, pero lo que hizo Vasilissa -sin querer-, se asemeja... Óyeme bien... Vasilisa usó una estaca, la que yo usé al combatirlo. Tenía mi sangre y la magia que ella le puso. Pero era yo quiero lo quería de vuelta. Y ese deseo lo portaba mi propia sangre. Ella siguió las instrucciones de Robert, y la empuñó ella misma, anulando el poder del deseo de mi sangre en el proceso. Así que para que traigas a Sonya, debes usar una estaca con tu propia sangre, y ésa es la que deberá ser encantada. No cualquier otra estaca". Susurró en su oído.

"¿Con mi sangre?", dudó. "La mía no tiene de mi sangre, entonces... ¿puedo cortarme con ella, y empaparla?".

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Y Rose asintió, pero lo detuvo.

No podía hacerlo ahí mismo.

Debía invocar su amor por Sonya Karp, primero.

"Escucha... el primero del que sabemos... dice aquí que fue el esposo de Anna. Que era el Escudero de Vladimir. Los llamaban guerreros dhampir, o eso dijo el viejo Vlad. Anna Fyodorovna era su enlazada y le rogó encontrar la manera de traerlo de la forma strigoi... Así que él tomó la estaca que ella usaba -y que tenía su sangre-, y la encantó con Amor. Su propia sangre derramada ayudaría a hacer que un corazón maldito volviera a ser un corazón latiente, Mikhail... La sangre de la mujer que lo amaba por sobre todas las cosas... él se la dio a ella, porque estaba viejo y no pudo usarla, ¿sí?. Debes estar en la estaca misma. Tu Amor y tu esencia misma".

"Pero Anna... siempre se nos ha dicho que...".

"Padre humano, el rey Fyodor de Rusia. Madre moroi. Sí. Dhampir. Su esposo era hijo de moroi -El rey Dragomir- con humana. Dhampir. Anna Fyodorovna y Janiel Draconia. Supongo que no podía usar el Dragomir de su padre, el Rey".

"Pero ella la blandió. Y la usó, ¿cierto? ¿Es lo que entendí?".

"Porque él no pudo, tras intentar aprender a blandiarla. De haberlo sabido... Si Vasilissa me la hubiera pasado tras herirlo... el amor en él no se habría desvanecido... ¿cierto?. O eso supongo. Porque en Janiel no se desvaneció. Se vinculó a ella. Pero Vasilissa...".

"¿Se vinculó a Dimitri?".

"Eso me temo"; murmuró.

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Guardándose el mayor secreto de todos... Porque esa única noche en la cabaña -que parecía mucho tiempo atrás-, ella podría haber concebido.

Y si bien se habría aterrado con la opción... Ese bebé sería la llave para traerlo de vuelta...

Y ahora él... podría también ser padre. Pero él... había escogido a Vasilissa.

Y eso la llevaba a pensar en otra cosa.

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Anna era dhampir, y tras traerla de las sombras; tuvo a Melissa. Porque su esposo era dhampir.

Janiel fue restaurado, y tuvieron a Jhan; porque ella se estabilizó y volvió a ser dhampir.

Pero... ¿y si ella o Dimitri tenían hijos con otros moroi?.

¿Serían dhampir... o serían moroi?.

Quizás Vasilissa quisiera probarlo, si lo cuidada tanto...

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O quizás Dimitri...

Lo mejor sería devolvérselo a Tasha -que andaba muy caliente por él, siempre- y probar esa teoría loca.

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"¿Habían hablado de tener hijos algún día?"; se volvió a Mikhail, sorprendiéndolo.

"Yo siempre temí... el estigma que ella iba a sufrir por eso".

Pertenencia. Permanencia. Era la clave final. Janiel era padre de Melissa.

Ni Dimitri o Sonja -pudiendo-, los tenían. El cable a tierra.

"No vuelvas a negárselo. Ofréceselo. Que ella sea quien decida... Ya la perdiste una vez... ¿quieres hacerlo para siempre?. Quizás pueda pedírselo a Adrián. O a Oksana, o encontrar a otro usuario que pueda ayudarnos. Pero no pierdas las esperanzas, MIkahil. Comienza a buscarla. Como mi guardián, tendrás más acceso a registros que antes".

"Así lo haré, Rose", y le apretó la mano. "Pondré mis ojos y mis oídos a tu servicio. Serás... no, ya eres la mejor de nosotros. Eres nuestra princesa. Si te llegan a tocar, no habrá un solo dhampir que no se levantará en armas, para protegerte. Incluso invocaremos el mantra del Servicio Eterno, y aquellos que no descansan en sus tumbas; saldrán a pelear por tí, y a así liberarán sus almas encadenadas".

"Eso es muy tétrico, Mikhail. Es más, me avocaré a ver cómo liberarlos".

"Sólo uno de los Príncipes puede -al menos en lo que se refiere a los guardianes y dhampir muertos por su linaje-, pero esa maldición atacará a uno de los suyos. Se reversará si no se dirige. Antaño lo hacían, dirigiéndolo conscientemente hacia los que estaban en coma. Pero sus ondas cerebrales mostraban el sufrimiento. Y no se hizo más. Quién diseñó ese conjuro, Rose; lo hizo para que nunca más se rompiera".

"Y eso me recuerda a alguna películas. Aquí hacen falta citas cinematográficas, Mikail. La Princesa Ivashkov deberá ofrecerlas. Algo así como... El devorador de pecados, o las películas del conjuro. O derechamente, de lobos y vampiros. O la Momia III, en que la hechicera invoca a los muertos que usaron mágicamente para sostener la Gran Muralla. Algo liviano a la hora del almuerzo... sería divertido".

"Y... ¿a eso le llamas liviano?". Dudó.

"Servir a los morois en la vida y en la muerte -eternamente-, ¿es considerado más liviano?. POrque, créeme; al menos en las películas lograban zafar un poco... Dirigir el conjuro, ¿eh?. Eso es nuevo. Quizás haya formas más agradables de hacerlos ver sus errores, Mikhail".

"Es casi la hora"; asomó una guardiana, sonriendo. "y debe prepararse, Su Alteza Real".

"Soy guardiana. Y soy dhampir, primero. Y fui arrojada a una celda. Agradezcan que no llegue en pijama... ¿y si llego en pijama, ¿qué?", dijo Rose, levantándose.

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La miraron, horrorizados.

"Ok, me peinaré un poco... me adecentaré... ¿pero dónde?, mi antiguo cubículo, la celda, o dónde..."

"Hay un set de habitaciones dispuestas...", la joven guardiana no sabía cómo llamarla.

"Te ves dudosa. Supongo que es el lío del nombre. ¿Guardiana Ivashkov?, no me gusta. ¿Guardiana Hathaway?, esa es mi madre... ¡Ya lo tengo!, Soy la Guardiana Mazur para todos los dhampirs. Para todos los demás, soy Su Alteza Real o Princesa Real", sonrió. "¿Puedes pedir que recojan absolutamente todas mis cosas de mi cubículo? -que pomposamente me dijeron era mi cuarto asignado-, y que lo lleven a mis habitaciones. Tengo el vestido apropiado", sonrió, traviesa; "y apenas lo he usado. Avísame cuándo lo tengan listo... ¡ah!, ¿y te llamas?".

"Marissa, su... Guardiana Mazur. Marissa Grey".

"Nop, Mazur suena a mi padre. Guardiana Rose. Sin nada más. No habrá otra que lo use, te lo aseguro. Y yo seguiré hurgueteando por aquí. ¿Mikahil?, busca los libros que hacen referencia al nefasto servicio eterno que me mencionas. Tenemos una maldición que terminar".

"Tú ve a prepararte, Princesa de los dhampir. Yo buscaré los libros para tí... ¿Eddie?, quedas a cargo, muchacho", y Eddie enrojeció. "Que no se le acerquen moscardones, aunque sea Dimitri o Adrián, ¿si?. Van a darnos muchos dolores de cabeza esos dos".

"Eso me recuerda, ¿Eddie?, llama a la bibliotecaria. Si rezonga, dile que ahora somos Grayskull o cómo quieras decirle. Pero que venga".

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A los pocos minutos, la anciana bibliotecaria asomaba.

Ya sospechaba que algo iba a cambiar.

Más sabía por vieja que por bibliotecaria.

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Había sido condenada a la Biblioteca muchísimos años atrás, porque tuvo la osadía de tener un hijo fuera del matrimonio. Y además, fue con un dhampir.

Ese chismecito ocurrió muchísimos años atrás. Y el dhampir -que era un guardián y se volvió promisorio-, muñequeó y le consiguió ese puesto.

Y a su muerte, lo siguió teniendo.

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El guardián se llamaba Arthur Scheremberg.

Y él le habló muchas veces -en ese tiempo- de Rose.

"Tú eres la hija de Janine Hathaway, ¿cierto?. Te ví muchas veces, viniendo a escondidas. Y buscabas siempre lo mismo. Supuse que era por la princesa Dragomir. Pero ahora...".

"Y con mayor razón ahora. Han... habido cambios, cómo supondrá. La reina no murió y están investigando bien y saben que yo -Rose-, no fui. La odio, pero no mato a sangre fría. Y la reina tiene una hija y una nieta. Y la regencia pasó a ellas".

"Sirves a esa regencia, entonces".

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Y ni siquiera preguntó quién era la regente.

Algo ya estaba sospechando, o algo ya le dijeron.

"En teoría, todos servimos a la princesa Regente"; le dijo. "Pero la regencia también me servirá a mí. Y, a través de mi; a todos aquellos que nunca han tenido voz".

"Art me dijo que tú eras diferente. ¡Ah, lo echo tanto de menos!. Lo lloré -y lo lloro- aún. Pero le estás haciendo justicia, eso oí.Acabaste con los líderes del coven que ordenó su muerte. De él y de... de...".

"De su hijo"; completó Mikhail.. "Rose, ella es la Señora Mikaela Bádica. Tuvo un intenso... tema con Art y al menos tuvieron un hijo. Ambos servían en la misma casa".

"Lamento no alcanzar a llegar"; le dijo, a modo de pésame.

"No fue tu culpa... Alguien los vendió, es mi idea... Ésa debió ser mi casa, al casarme con xyz royal moroi. Y Art aceptó la propuesta de la Princesa Marcella, al retirarse. Yo cobré mi último favor, cuándo renuncié a mi lugar en la sucesión Bádica. Sólo lamento que no pudiera despedirme de... ambos. Pero no fueron lo únicos. Los esparcimos a viento -Art y yo-, sólo así los protegeríamos de los royal. Cometimos el error con Arti".

"Un momento. Entonces, yo lo entendí mal. Y probablemente Dimitri también. Me dijo que lo llamó Arti y él pensó que oyó mal y era Art. Dijo que su acento era difícil de entender... ¿y si la fecha no estaba correcta?".

"No te tortures más, Rose. Ahora, ¿en qué puedo ayudarte?".

"Mikahil buscará muchos libros para mí. El área Arcana queda off limits para cualquiera que no sea yo. A menos que la princesa regente ordene lo contrario. Y no lo hará. Claro. Después de oi, nadie lo cuestionará. Habrá un anuncio. Y espero que esté ahí. Mikhail. Asegúrate, por favor".

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Entonces la guardiana asomó.

Había corrido, al parecer.

"¿Guardiana Rose?, tus habitaciones están listas. Llevamos absolutamente todo lo que vimos. Pero tengo la llave. Las guardianas tenemos nuestros secretos"; le guiñó el ojo.

"Marissa, acompáñame. Mikhail tiene cosas por hacer. Igual los espero en un rato. Y Madame Bádica. Haremos justicia".

"No soy...".

"Lo es. Hay algunos favores que agitar, pero lo haremos. ¿Vamos Eddie y Marissa?, necesitaré una guardiana de cercanía. Mikhail, tú eres el guardián de mis secretos. Así que no te sientas menoscabado".

"Todo lo contrario. Tengo lo que busco. Por Art y por todos".

"Buen Miki".

Y salió.

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"Es la hija de la Regente, por si no lo sabía de antes".

"Chismes de pasillo. Y me alegro... Me arrancaron a mi hijo de mis brazos. Y pagarán por eso. Ahora, ¿qué buscas?, tenemos unos minutos de tiempo".


Rose entró en su nuevo habitáculo -¡vaya cambio!-, tanto, que allí cabrían varias guardianas.

Tal vez pudiera hacer una pijamada con las guardianas de la corte.

Ya lo decidiría luego.

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Allí estaban las cajas, con todo su mundo -minúsculo, como el cubículo en donde la arrojaron-, y rebuscó hasta encontrar.. el vestido negro del baile de St. Vladimir, en donde todo realmente comenzara.

Así que se metió al baño, se remojó bien, repasó la depilación; y se puso el set de ropa interior más sensual que tuviera.

Se enfundó el infame vestido negro, se puso la estaca reglamentaria en su soporte de muslo -infartante-, y para eso le abrió las costuras hasta casi llegar a... la ropa interior.

Y se peinó -con ayuda de Marissa-, mitad tomado -para sostener una tiara-; y mitad suelto.

Algo de maquillaje y asomó una mujer hermosa y sensual... era una lástima que el amor de Dimitri se desvaneciera.

O probaría las palabras de Vlad allí mismo.

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Esperó en la antesala -a salvo de ojos curiosos y escandalizados-, mientras su abuelo hablaba ante la Asamblea.