En el reino de Akuman, el reino de los demonios y exhiliado de Illumia por la traición de la primera Guerra de los 100 años, un castillo oscuro gigante se alza en un escenario de montañas y cesped color carmesí y árboles marchitos negros.
En ese reino, el agua era oscura, había ríos de lava por doquier, los monstruos y demonios se alzaban en combate en modo de supervivencia.
La ciudad principal de Akuman, Kurayami, era la ciudad de los demonios donde estaba justamente el gran castillo oscuro, el cual le pertenecía a nada más ni nada menos que al Rey Demonio, el cual regía el reino de los demonios, aunque su único problema era ahora que seguía convertido en piedra, esto pasó en un acto de desesperación para su autoconservación mientras sus heridas de batalla sanaban, por esa razón es que la nueva guerra de los 100 años aún no había empezando todavía.
Aún así, el Rey Demonio podía lanzar sus hechizos de magia oscura aún estando inmovilizado en su egocentrista y gótico salón del trono, así que era el terror del lugar. El Rey Demonio tenía el tamaño de una casa de 2 pisos, poseía 2 grandes cuernos negros, pero su aspecto se asemejaba a la de un elegante humano de cabello plateado y bien peinado de 40 años con una gran armadura gótica de tonalidades negras y rojas incluyendo capa y botas.
Sus resplandecientes ojos negros y color rubí denotaban en su estado actual, ya que al ser de piedra, era totalmente gris en ese momento, se podría decir que, sus ojos eran la única parte de su cuerpo que estaba "vivo", pero seguía conciente observando a todos gracias a su poder oscuro.
El salón del trono del Castillo del Rey Demonio era enorme y oscuro, con llamas azules iluminando el sitio y cascadas de lava pasando por las esquinas del lugar a modo de columnas, con banderas moradas y rotas con el dibujo de un demonio con cuernos ondeando en el sitio.
Las grandes puertas del salón se abren revelando a Devan que había llegado con la finalidad de dar su informe a su jefe, aunque un tanto intranquilo, el chico pelirrojo solo sonreía para ocultar los nervios mientras se acercaba al gran trono de picos y cráneos donde estaba sentado la perpetua estatua del Rey Demonio.
Devan se arrodilla galantemente ante su amo, cerrando los ojos y esperando a que este tuviera un poco de compasión ante su misión fallida -Te saludo, gran Rey Demonio, he vuelto de mi misión y...-
-No necesitas fingir que todo está bien, niño. Sé que has fallado, se nota en tus palabras- Una estruendosa pero grave voz de inframundo resuena de la estatua, así es como se comunicaba el Rey Demonio.
-Te asigné la tarea de traer al Invocado ante mí porque era una misión sumamente sencilla, con la invocación del chico era más que suficiente, pero decidiste jugar tal cual gato juega con su presa antes de devorarla- Dice el Rey Demonio en tono molesto
-Ya lo sé, y lo lamento, fue un descuido de mi parte- Menciona el pelirrojo aún con los ojos cerrados por los nervios -Pero le aseguro que el plan no ha terminado, aún puedo traer al chico ante ti ¡Yo puedo!-
-¡SILENCIO!- Esa palabra resonó tan fuerte que hasta el lugar se estremeció temblando por el poder que poseía el líder de Akuman
-¡Yo, Abaddon, el gran Rey Demonio, no he pasado más de 200 años en este mundo como para oír excusas del general más débil de mi ejército!- Dice el Rey Demonio haciendo brillar sus ojos con ira -¡Tu única tarea era invocar a un niño débil humano y traerlo aquí al castillo y decidiste jugar a una subasta ridícula en donde perdiste con otro de los tuyos!-
-¡El Invocado ni siquiera sabía defenderse aún! ¡Los informes de Yhua mencionan que solo se trata de un niño torpe, llorón y débil que incluso hasta una mosca podría darle problemas, y lo dejaste escapar!- Grita Abaddon mientras sigue regañando al elfo/demonio.
En ese momentos 6 pares de ojos se mostraban cerca de Devan, eran los otros generales quienes disfrutaban ver el como regañaban al pelirrojo por fallar en traer a Nobita ante ellos.
-Ay que ver como eres niño, tu ego pudo más que tu razón, por eso te decía que era de traer al chico tonto aquí apenas fue invocado- Dice la chica de cabello azul que se vio en el Episodio 1, la cual era Yhua.
-¡Yo hubiera traído a ese niño a rastras, si se le rompía el brazo no importaba porque la cosa es que respire y ya!- Dice Onguru, un ogro gris de gran tamaño casi tan grande como el Rey demonio, usando un traje típico de ogro de color café con un craneo en su cabeza como casco
-Lo hubiera tomado por sorpresa, después de todo, eso se me da tan bien como quitarle su paga a Onguru cuando apuesta en las cartas- Menciona Sanyo, una chica ninja humana de 11 años cuyo traje ninja era fortificado con acero y de color rojo carmesí, no se le veía la cara por la máscara salvo a sus ojos femeninos y cabello largo negro y recogido en forma de aro.
-Es una lástima, pero ¿Qué se le va a hacer? Me hubiera gustado conocerlo y hacerlo trabajar en uno de los cultivos de mis dominios, las algas brillantes ya están en temporada y me hace falta mano de obra- Sugiere Alessandra, una mujer de 30 años la cual era una sirena, solo que estaba en su forma humana, pero se le veía las orejas aletas en su cabeza, su cabello era rubio platinado, usando un vestido de la realiza de color azul brillante, ella su risa detrás de un abanico, se notaba que esa condesa era de gran poder adquisitivo.
-¡Estando ese niño en nuestro poder ya nos hubiésemos hecho con las armas místicas para usarlas a nuestro favor e evitar que el héroe las encuentre antes. ¡Gran trabajo pararrayos!- Rioku regaña también al chico pelirrojo, se trataba de un lobo humanoide conocido como un antropomorfo, con traje de caballero de color carbón, su pelaje era de un azul oscuro, el cual llevaba una gran espada en su espalda.
Orwan, un demonio mago de mediana edad, luciendo un traje de mago de color morado oscuro, llevaba también una máscara que cubría su boca, tenía el cabello plateado y largo y sostenía una vara de madera con un craneo rojo en la punta. No dijo nada, ya que él no solía hacerlo, pero solo observa con decepción a Devan.
-¿Ves? Hasta Orwan se averguenza a de ti, pararrayos!- Menciona el canino caballero quien procede a reírse del chico elfo
-Tss- Solo menciona Devan, a lo él esperaba que el Rey Demonio dijera algo
-Sé que eres el general más débil de mi ejército, quien decidió unirse a mí por reconocimiento y el valor de ser apreciado. Y como solo me has fallado desde ese día por solo una vez, te daré otra oportunidad- Dice el Rey Demonio, a lo que Devan suspira aliviado.
-Tú sabes tan bien como tus compañeros que el Invocado es importante para nuestro éxito, es el interceptor del resultado que puede surgir de la nueva guerra de los 100 años, un amuleto de suerte que puede beneficiar tanto al nuevo héroe como a mí- Menciona Abaddon recordándole el valor temporal que el chico azabache representaba para él.
-¡Deja este lugar y traeme a ese tal Nobi Nobita ante mí, mientras más pronto mejor! ¡No vuelvas a fallarme o serás castigado y asignaré esa tarea a un general más capacitado!- Ordena el Rey Demonio a Devan
-¡Yo me ofrezco a terminar la tarea si el galantoso vuelve a fallar! ¡Lo dejaría sin un brazo pero lo traería!- Menciona Onguru con entusiasmo
-¿Cuál es tu manía con los brazos, grandote?- Dice Sanyo mientras mira a su compañero ogro de manera incómoda.
-Sí señor, cumpliré con mi tarea- Dice el pelirrojo mientras apretaba el puño de ira pero seguía sonriendo mientras se retira del gran salón.
Las puertas se cierran, el chico galante solo mira hacia abajo, mira una de sus manos y con ella cubre sus ojos mientras empieza a reír fuertemente mientras mira alza la mirada con una sonrisa un poco retorcida -¡No solamente has rechazado mi amistad, sino que ahora estoy en problemas por tu culpa!-
Sí, él estaba hablando solo, pero estaba claro para quien iba ese mensaje. -¡Es la primera vez en mucho tiempo que me siento frustrado!- Su mirada perdida pero con rabia decía todo pero esa sonrisa ocultaba algo sus intenciones -No sabes lo que te espera cuando te atrape, Nobita-
