Pero ese era otro Dimitri.
Uno que disfrutaba la vida social que podía vivir.
Este Dimitri, en cambio, no gustaba de esto; o de nada... salvo de mirar a Rose, claro.
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Y eso, selló su destino ante los ojos de Natasha.
De Rose, claro. Porque tenía todo listo.
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La Reina bajaría su guardia y no sería visitada por alguno de sus numerosos amantes, pues cenaría con su familia más cercana en Navidad.
Rose tendría el día libre y estaría sola, pues sus padres tenían compromisos previos fuera de la corte y Lissa lo pasaría con Cristian y con algunos amigos.
Dimitri iría a cenar con ella, tras dejar a la reina en sus aposentos.
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Tendría el tiempo justo.
Pero sólo necesitaba un momento, ¿cierto? y sería el fin del reinado de Tatiana Ivashkov... y se ocuparía que el mismo Dimitri ejecutara a Rose por alta traición.
Y así se la arrancaría del corazón.
De una buena vez.
Dimitri llegó a la cena con Natasha, a tiempo para verla entrar por otro acceso.
No le dio importancia, pero eso, en el futuro; sería la clave para desentrañar el caso que remecería a la corte.
Ella estaba de excelente ánimo. Coqueteó, y enre copa y copa de vino, le sonrió durante toda la velada.
Cuando al final se fueron a la cama (para tener sexo, fundamentalmente), lo satisfizo de la mejor manera posible.
Al final él le sonrió -un logro, según ella- besó su frente y se volvió, para dormirse.
Y allí estaba él.
Nuevamente de espectador de algo vivido por un él en su vida anterior.
La cabaña en los bordes de St. Vladimir.
Su Roza y él, desnudos en la cama, ejerciendo su derecho a amarse sin ataduras ni prejuicios.
Su Roza era virgen. Lo sabía. Y en ese momento se volvió su mujer.
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Y la amaba profundamente, como ella a él.
Y juró dar su vida por ella, para pagar por ese momento...
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Recordó el susurro de Nathan, el strigoi.
"La Gata salvaje".
HellKat era su madre, Janine.
Entonces, la salvaje... ¡era su Roza! y se interpuso.
Pero ella gritó e intentó volver.
Él le hizo un gesto a Janine y ésta la arrastró hacia afuera, sellando su destino... Vida por vida.
Dio su vida por su Roza. Y ella lo trajo de vuelta.
Despertó más inquieto que antes.
Esos pequeños recuerdos que resurgían en su hora más calmada -pero más centrada en sí mismo-, y que nunca recordó en sus tiempos de strigoi ni en sus horas más conscientes.
Pequeños grandes hechos que marcaron su vida y su intensa relación con su Roza.
Una Rose a la que estaba reconociendo cada vez más y por la que comenzaba a sentir algo, otra vez... y esta vez era aún más intenso y más profundo que antes.
26 de diciembre.
Amanecer humano. El sol estaba en lo alto.
Sólo se movían los guardianes del turno de día y el personal de servicio, y eran dhampirs en su mayoría.
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Rose salió temprano de su habitación esa mañana.
Tenía libre, pues Adrián durmió en casa de su madre.
Así que no tenía planes cuando llegó a su cafetería favorita.
Más tarde, era probable que fuera a almorzar o cenar con sus padres, si llegaban a llamarla.
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Dimitri llegó a la misma cafetería y la vio sola, con su chocolate caliente y sus donuts.
Parecía distraída y jugaba con la comida. Mala señal.
"Roza", ups.
No era la manera que planeaba en saludarla, pero se le salió.
"Ah, Guardián Belikov".
"¿Puedo sentarme?".
"Nada lo impide", y movió sus donuts hacia ella, liberando el espacio.
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Se sentó grácilmente frente a ella y la miró.
"¿Y Adrián?".
"Con su madre... ¿y Mz Ozera?".
"Aún dormida... y yo... dormí con ella".
"¿Debería importarme?".
"¿Me odias?".
"No. Intento simplemente olvidar que existes, camarada. ¿Pero sabes qué?, si sigues apareciendo así, más me cuesta intentar olvidar tu mera existencia".
"¿Y Adrián?".
"Bueno él... lo que pasó con Adrián es que gracias a todo este desastre, dejó de ser algo para ser nada o mejor, ahora es apenas mi cargo... ¿eso querías saber?".
"Él te ama"; era una afirmación, no una consulta.
"Es lo que dice él, Camarada... ¿Quién soy yo para cuestionar a Lord Adrián Ivashkov?... ¿acaso quieres saber si sigo amándote?, me temo que sí.. ¿responde eso a tu pregunta, pero a la de verdad?", él asintió; "duele. Me duele verte. Me duele oírte. Y me duele el saber que corriste a su cama y no a la mía... ¿acaso... la amas?, ¿o al fin te irás con ella?, ¿te lo volvió a ofrecer?".
Él asintió al final, pero sus gestos no le mostraban a alguien enamorado, así que consideró que Natasha Ozera tampoco se lo había quedado.
"Llamé a Olena, cómo te lo dije. Y le expliqué todo. Lloró mucho y me suplicó que la llames para estar segura... aunque ni eso la convencería. Deberías ir a verla".
"Gracias. No lo había hecho. No me habría creído".
"Y también le avisé del cambio de la ley, o cómo quieran llamarle. Y lo hablará con Vika y habrá una asamblea en Baia. St. Basil quedará vacío, si de mi dependiera. Combatiré sus malas artes con mi lengua, ya que ni fuego ni magia tengo... Y hablando de magia, amas a LIssa, cierto?".
"Lo creí en un momento. Pero no es así".
"Pero la besaste.. Y yo lo ví".
"¿Viste su bofetada posterior?", Rose lo negó. "Fue una estupidez, lo sé. Tenía que saber si era amor... pero, al igual que con Natasha, no había nada allí".
"¿Y me lo dices, por que...?".
"Porque no es sólo contigo es que no siento nada. Quizás no pueda sentir nada más. Y cunca más".
"¿Lo comprobamos?, ¿un último beso?", y se acercó a besarlo.
Profundizó el beso cuando él no la rechazó, pero no fue suficiente.
Y él se separó de ella con suavidad.
"Lo siento, pero no. No hay nada allí (¿o sí?, ya no estaba tan seguro). Eres hermosa, y una mujer excepcional. Y no voy a usarte ni a llevarte a mi cama. Ya te hice suficiente daño".
En ese momento de tensión, Rose recibió una llamada.
Sus padres regresaban y querían almorzar con ella.
Así que se paró, echó a la basura el vaso, tomó sus donuts restantes y salió, sin mirarlo, en dirección al área de mayor lujo en la corte, en donde Ibrahim había alquilado un rinconcito -casi tan lujoso como el palacio mismo- pero de Buckingham.
Dimitri se fue al palacio.
La Reina no se despertaba hasta bien avanzado el día.
Así que entró, fue a su casillero y se cambió al uniforme real, para cubrir al guardián que salía de turno.
"¿En qué cama amaneciste?", le dijo un guardián al paso; "¿la fogosa Mz Ozera otra vez?, ¡vamos!, ¡no te lo guardes!, vivimos a través de tu juventud, Belikov. Nosotros ya pasamos los 30...".
"Y varios ya pasaron por ella", susurró otro, señalando al joven guardián Moore, de 26 años; "ese fue el último iluso. Cuando tú no estabas, estaba él".
"¿Es en serio?", Dimitri sólo supo de Vihn.
Y por ella misma.
"Belikov, ella era adulta cuando tú eras un niño, ¿qué crees?, te lleva, ¿cuánto, 8 ó 10 años?", dijo el Capitán de la guardia real, "ten cuidado. Es una depredadora. Los usa y descarta. Y me refiero a los guardianes. Yo sospecho de que usa compulsión y magia roja de sangre, ¿o si no, cómo explicas la cantidad de ilusos que juran que serán sus parejas y el padre de sus hijos... Te lo ofreció, ¿verdad?".
Y Dimitri lo miró, sorprendido.
Entonces...
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"¿Quieres un consejo que no has pedido?, si puedes, arrástrate a la hija de Zmey y besa sus pies. ¡Esa mujer te ama!", y todos asintieron.
La hora de la verdad llegaba al fin.
La ayuda de cámara de La Reina entró a abrir las cortinas y a llevarle su agua con limón, como todas las mañanas.
Se acercó a la cama y gritó.
Mientras tanto, el almuerzo había - al fín-, concluído.
En el último tiempo, Ibrahim insistía en los almuerzos familiares, o cenas o desayunos.
Y en llevarlas de compras o a pasear o a viajar, si podían.
Tenía el tiempo y el dinero para hacerlo.
Pero Rose, que siempre lo disfrutaba, no estaba de humor, tras la conversación con Dimitri.
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Un brutal golpe se sintió en la puerta.
Pavel y los otros guardianes se pusieron en alerta y abrieron a través de una rendija.
"¡Abran, en nombre de la Guardia Real!", gritó el Capitán de la misma.
"¿Qué asunto te trae aquí, Shabatt?", le dijo Pavel al Capitán.
"¡Buscamos a la Guardiana Rose Hathaway!".
"¿Qué tan urgente puede ser?, está almorzando con su familia".
"¡O abren o deberemos echar la puerta abajo!".
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Pero Rose lo había oído y se levantó de la mesa, yendo hacia la puerta, que abrió de golpe.
"¿Qué?", gruñó al verlos y sobre todo, a Dimitri; que iba con ellos.
"¡Guardiana Rose Hathaway, estás arrestada por el magnicidio de su Majestad, la Reina Tatiana Ivashkov".
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Ibrahim y Janine -y los guardianes Mazur- se pusieron delante de ella, que observaba a Dimitri; con los labios y puños apretados.
"¿Baba?, debe haber algún error. Iré con ellos a aclarar todo. Lógico, si se quiebra una uña, debe ser mi culpa"; dijo a su padre, para tomar su atención de los guardianes reales.
"Magnicidio es el asesinato de una cabeza de estado, kiz. Aquí... la penan con la muerte... ¿y quieres que te deje ir con ellos, así?".
"¡Yo no he matado a nadie!, imbéciles mal nacidos, hijos de la misma bruja mal parida que..."; se defendió Rose, cuando la esposaron.
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Imploró a su madre que contuviera a su padre... una masacre no sería la mejor defensa... donde no podrían ganar.
El Consejo esperaba, las pruebas a la vista y los testigos que la encontraron, en espera de que se abriera el juicio preliminar de asesinato.
Y Rose fue arrastrada al estrado.
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Al parecer, La Reina había sido asesinada en su cama, indefensa, con una estaca de plata, con las iniciales RHSV.
Habían unos cabellos largos y oscuros en la almohada y en la estaca estaban las huellas de Rose, pues era su propia estaca de plata en su frío y muerto corazón.
Caso cerrado, diría el Consejo y la Corte de justicia (moroi, evidentemente).
Pero Ibrahim hizo acto de presencia, y comenzó a refutar cada una de sus pruebas, obtenidas a la rápida y con sumo descuido, lo que era evidente.
Les hizo ver que nadie la había visto entrar o salir, y lo sabía porque Tatiana -desde que conoció a Rose- había dejado órdenes de que ella -sobre todo-; ¡jamás! podría entrar a sus aposentos privados, y los públicos; sólo si la llamaban.
Además les recordó que todos los guardianes tenían estacas y que pasaban de unos a otros, como herencia o transmisión.
Las estacas se reciclaban, ya que costaba mucho fabricarlas.
Y cuándo un guardián moría, sus estacas se recogían y se entregaban a un nuevo guardián que se graduaría ese año.
Y Rose tenía dos, no una.
La que Dimitri le enviara desde Rusia -¿y no era raro, eso; que le llegara por correo... y desde Rusia?-, y la que recibió en la Academia al graduarse, reacondicionada y regrabada para ella... y que era la misma que Dimitri usara. La que ella pidió. y le fue concedida.
Y la prueba era que en el mango, aún se podían leer las letras DBSB. Dimitri Belikov, St. Basil.
Al final, consiguió para ella, 15 días para la investigación (que nadie haría, de seguro).
Los que tomaría organizar el funeral, la convocatoria y la elección del nuevo soberano o soberana y su entronización.
Si para entonces no era declarada inocente, Rose sería ejecutada públicamente en la mañana de la coronación y el juguete seleccionado sería su propia estaca, que se limpiaría con su sangre.
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"¿Qué vamos a hacer, Ibrahim?", lloraba Janine, cuando vio que arrastraban a su hija a las celdas de castigo.
"Para salvarla... Nuestra Rose... debe morir".
"¡Ibrahim!". Gritó Janine, desesperada, rogando.
