Capítulo 7: El Jefe de Slytherin vuelve a la rutina…con novedades.
Por fin había llegado el primer día del curso escolar, el día anterior Severus lo había pasado casi entero con Nimue. Como acordaron, se vieron antes del desayuno y fueron juntos a hacer ejercicio, Nimue se puso un pantalón parecido al del día anterior, pero en gris plomizo y un top del mismo color a juego. Se pasó el día pensando en lo bien que le quedaba ese conjunto y cuánto deseaba que volviera a besarlo aunque fuera irreflexivamente.
Tras el ejercicio matinal volvieron a sus habitaciones, se ducharon y arreglaron y fueron a desayunar. Tras eso pasaron casi todo el día en el laboratorio, terminaron de preparar las pociones que faltaban en la enfermería y Severus comprobó que a Minerva no le cegaba el amor, era muy habilidosa y tenía mucho talento. Le pidieron el almuerzo a uno de los elfos domésticos y comieron juntos en el laboratorio, Severus lo pasó bien, ella era bastante simpática sin hacerse la graciosilla…cuando terminó el almuerzo Minerva fue a verlos preocupada porque pensó que Nimue y Severus no habían comido. Se calmó cuando le aseguraron que un elfo les trajo comida. Cuando terminaron salieron a dar una vuelta por Hogwarts, ordenaron el aula de pociones y Severus le explicó cómo se desarrollaban las clases. Tras la cena el personal decidió tomar algo en Las Tres Escobas, sólo una copa, no querían estar con resaca el primer día. Lo pasaron bastante bien, Minerva y Remus bromeaban con Severus y Nimue sobre que se lo pasarían genial evitando que exploten calderos.
De vuelta en Hogwarts, todos se retiraron temprano, les esperaba un día ocupado. Nimue y Severus quedaron de nuevo para correr temprano. Se despidieron y Severus supo perfectamente que ella volvería a ocupar sus sueños… y dudaba que algún día dejaría de soñar con ella, lo que no sospechaba es que Nimue estaba en la misma situación que él.
A la mañana siguiente, se despertaron temprano y se encontraron en la puerta de la habitación de Nimue como cada mañana, salieron al patio y empezaron su rutina de estiramientos para calentar cuando un enorme trueno sonó y empezó a llover. Volvieron corriendo a la puerta que iba a las mazmorras.
-Vaya, hoy no podremos hacer ejercicio.
-¿Por qué no?
-El suelo estará embarrado y nos vamos a empapar, lo que nos faltaba es acatarrarnos a la vez.
-Según tengo entendido, su tía seguro le ha hablado sobre la reunión que tuvimos tras irse los alumnos en verano, ¿O me equivoco?
-No, no se equivoca.
-Esa reunión se hizo en la sala de los menesteres, allí es donde hago ejercicio cuando hace mal tiempo, me gusta hacer ejercicio al aire libre, así que allí lo que aparece es un gran jardín donde puedo correr, hacer ejercicio y nadar, aparece una enorme piscina, si quiere podemos ir a hacer ejercicio allí.
Nimue sonrió ampliamente y dijo.
-Está bien, pero tengo que ir a buscar un bañador.
Severus le dedicó una media sonrisa…imaginándosela en bañador.
-Claro, yo también tengo que ir a buscar el mío, ¿en cinco minutos en la puerta de mi habitación? No hace falta entretenernos en cambiarnos, allí hay sitio para hacerlo con intimidad.
Nimue asintió y fueron corriendo a por sus trajes de baño.
Pasados cinco minutos estaban en camino a la sala de los menesteres. Llegaron enseguida y cuando apareció la puerta y Severus la abrió, Nimue se quedó alucinada.
-Vaya esto es maravilloso.
Severus le dijo.
-Si quiere otro día lo exploras más a fondo, si no empezamos ya, llegaremos tarde.
-Está bien.
Empezaron por hacer unos estiramientos y luego corrieron un poco, después se cambiaron en las casetas que aparecieron iguales que en la de la reunión. Al salir a Severus se le cortó la respiración, allí estaba Nimue con el pelo recogido en un moño alto y un poco desordenado y con el bañador más sexy que había visto, puede que no fuera el más atrevido del mundo pero a ella le sentaba muy bien, era azul eléctrico con un escote muy favorecedor, no pudo evitar mirar sus piernas largas y bien formadas y su estrecha cintura, sus bonitas caderas y sus pechos grandes sin llegar a ser excesivamente grandes, cuando se dio la vuelta y vio su trasero casi se vuelve loco al ver que estaba tan bien formado como parecía…y cuando vio que el bañador dejaba ver su espalda desnuda casi se vuelve loco. Para ella tampoco pasó desapercibido el aspecto de Severus, se dio la vuelta para que él no viera que se lo comía con los ojos, sabía que tenía buen cuerpo, pero ver su pecho desnudo le estaba afectando.
Ambos se lanzaron al agua y empezaron a nadar, pasados unos minutos hicieron una pequeña carrera que acabó muy igualada. Salieron cuando sonó una alarma que Severus activó para que les diera tiempo a ducharse antes de desayunar. Cuando salieron de la piscina, Nimue resbaló en el borde y casi se cae, pero Severus, muy caballerosamente, la agarró justo a tiempo y, de nuevo le costó soltarla, no podía creer lo suave que era su piel. Ella también disfrutó de estar de nuevo en sus brazos y puso sus manos sobre sus fuertes pectorales. No pudieron disfrutar mucho del momento, tenían que irse. Se secaron rápido y se vistieron en las casetas y cuando salieron, un poco tímidamente se miraron y por las cabezas de ambos pasó la idea de que tendrían que darse una ducha fría esa mañana.
Cuando llegaron al desayuno ya tenían puesta la ropa de trabajo, Severus no sólo llevaba su levita, también llevaba su túnica. Nimue renunció a la ropa muggle y se puso una túnica discreta. Tras el desayuno se terminó de organizar la llegada de los alumnos. Pasaron un día ocupado supervisando que todo estuviera perfecto.
Por fin llegó la hora de recibir a los chicos. Hagrid fue a la estación a buscarlos y Minerva estaba en el vestíbulo para recibirlos como cada año. Nimue estaba deseando ver cómo era la selección, en Beauxbatons no se celebraba nada parecido y sentía curiosidad, además su tía era la encargada de llamar y ponerle el sombrero a los niños de primer año, siempre le hablaba de la ceremonia de selección de pequeña, su madre quiso que sus hijas fueran a Beauxbatons como ella, pero a Nimue le hubiera gustado ir a Hogwarts, Minerva le confesó hace algún tiempo que a ella también le hubiera gustado tenerla en Hogwarts, estaba segura de que su sobrina favorita sólo podía estar en Gryffindor.
Ya estaba todo preparado para empezar la ceremonia de selección, Dumbledore había dado su discurso anual, los alumnos mayores miraban con curiosidad y cuchicheaban sobre la mujer sentada junto al profesor Snape, Dumbledore la presentó como la nueva aprendiz de pociones y ayudante del profesor Snape, les dijo que venía de Francia y que podían llamarla Señorita Nimue. Ella saludó tímidamente y les deseó un feliz nuevo curso escolar. Todos los chicos sonrieron y la compadecieron por tener que soportar al murciélago grasiento de las mazmorras todo el día pegado a la chepa… no sospechaban de que a la "Señorita Nimue" le encantaba tenerlo cuanto más cerca mejor.
La selección comenzó y Nimue disfrutó viéndola, no como el resto de profesores, que acostumbrados a verla cada año estaban un poco aburridos. Severus se dio cuenta de su entusiasmo, se acercó a ella y le habló casi al oído sorprendiéndola.
-Veo que le está gustando la ceremonia de selección.
Ella asintió tímidamente y lo miró a los ojos.
-Sí, mi tía me habló de ello, siempre he sentido curiosidad por esta ceremonia, en Beauxbatons no hacen nada parecido.
Severus la siguió mirando y dijo:
-Normal que le llame la atención, cuando, como yo, lo has visto casi cada año desde los 11 años, ya no te llama la atención, hay otras cosas que te apetece ver más.
Lo último lo dijo con un tono y una mirada muy insinuante. Nimue se sonrojó ligeramente y dijo:
-Entiendo lo que quiere decir, hay muchas cosas en Hogwarts que me están gustando mucho.
Su tono también era muy insinuante y Severus tuvo que tragar saliva, advirtió que la ceremonia iba a terminar y avisó a Nimue de ello. Cuando el último niño fue seleccionado, hubo aplausos y Minerva dejó el sombrero seleccionador en el taburete y se sentó junto a Albus. El director dio por iniciado el banquete de bienvenida y apareció una maravillosa cena. Los nuevos alumnos estaban sorprendidos, sabían por los mayores que el banquete de bienvenida era increíble, pero no se imaginaban hasta qué punto. Nimue también lo miraba todo sorprendida, a Severus le pareció bastante tierno, le recordó a su primera vez allí, nunca había visto tanta comida junta hasta ese momento. Severus y Nimue estuvieron charlando con Remus, Alastor y Poppy que estaban sentados cerca de ellos. Albus miró a Minerva.
-Querida, creo que tenías razón y perderé la apuesta, antes de Navidad nos encontraremos a esos dos en algún pasillo escondidos en una situación poco decorosa… me atrevería a decir que incluso antes de Halloween.
Minerva sonrió.
-Y eso que no lo sabes todo…desde que llegó aquí, salen juntos a correr cada mañana, creo que hoy, como ha estado lloviendo han ido a la sala de los menesteres.
-¿Ella te lo ha contado?
-Sí, me pidió que le ayudara a elegir algo un poco más elegante para el banquete de esta noche. Creo que quería estar guapa para él. Y por cómo la mira Severus, creo que a él le gusta mucho su elección.
Albus asintió de acuerdo con su subdirectora y mejor amiga. Vio a su profesor de pociones bastante más hablador de lo que era normal en él, Nimue lo incluía en la conversación que estaba teniendo con Poppy, la cual estaba bastante sorprendida, no sólo estaba intentando ser educado sin hablar demasiado, como solía hacer en esas ocasiones, estaba alabando a su nueva aprendiz y sus habilidades para elaborar pociones medicinales, según dijo la chica, su anterior mentora no era muy elogiosa con sus habilidades. Severus dijo, sorprendiendo a todos, que esa mujer debía ser peor profesora que él, era cierto que Severus no era muy dado a hacer alabanzas de sus alumnos, pero no tenía problema en admitir cuando alguno era habilidoso, es más en esos casos, si el chico o la chica quería estudiar pociones les escribía unas sinceras cartas de recomendación. Pero no solía elogiarlos de manera tan entusiasta. Poppy cuando supo la investigación que preparaba, le ofreció a Nimue su biblioteca médica personal y su ayuda en todo lo que necesitara, su madre sufría de artritis y aunque aún su estado no era muy grave en algún momento lo sería, Nimue le dijo que si lo conseguía, ella sería la primera en saberlo, después de Severus, lógicamente, como su mentor sería el primero en saberlo. Poppy se emocionó un poco y Alastor estrechó su mano disimuladamente, no habían cumplido su sueño de irse de Inglaterra y comprarse una casita en la Costa Azul porque Poppy no quería alejarse demasiado de su madre enferma, siendo hija única, con la poción que estaba buscando Nimue era posible que por fin pudieran hacerlo, la mujer podría trasladarse con ellos, Alastor sabía cómo era Poppy y que jamás dejaría sola a su anciana madre y que lo mataría con sólo insinuar esa posibilidad.
El banquete transcurrió con normalidad. Cuando terminó, los jefes de casa acompañaron a sus nuevos alumnos a sus salas comunes, el resto del personal se fue a la sala de profesores, ese día, los chicos no solían deambular por los pasillos, estaban muy ocupados reencontrándose con sus amigos. Severus le dijo a Nimue que fuera con él, para que entrara a la sala común de Slytherin y presentarla formalmente a sus pequeñas serpientes, en los días siguientes lo haría con el resto. Los alumnos fueron muy educados con ella y Severus les advirtió que como a alguno se le ocurriera ser irrespetuoso o maleducado con ella o le hacía alguna broma pesada sería castigado a limpiar letrinas sin magia con Filch el resto del año. Todos asintieron y Severus los mandó a la cama, Nimue les deseó dulces sueños y sólo con eso se ganó el cariño de los más pequeños.
Cuando llegaron a la sala de profesores, estaban todos allí, los chicos se fueron a sus dormitorios deseando hablar con sus amigos en privado y hacer planes para el día siguiente. Los profesores aprovecharon para brindar por el nuevo curso escolar, una tradición que comenzó Albus tras la muerte de Voldemort. Cuando terminaron sus bebidas, se retiraron a sus habitaciones. Como era habitual en los últimos días, Nimue y Severus fueron juntos, Remus y Minerva los miraron y el hombre le dijo:
-Creo que tu sobrina va a hacer el milagro… conseguirá que Severus olvide por completo a Lily.
Minerva sonrió y dijo:
-Lo sé. Y te puedo decir que a ella le gusta y mucho.
-Es recíproco, ¿Nimue te ha contado que hoy han nadado juntos? – Minerva asintió con una sonrisa. – A mí me lo ha dicho Severus… dice que tuvo que recurrir al recuerdo de cuando tuvisteis una pelea por el quidditch y le lanzaste un hechizo que esquivó y dejó a Albus en bikini para no quedar como un "Sirius Black cualquiera" (palabras textuales) ya sabes que no le gusta mostrar sus emociones… y puedo decirte que esa emoción hubiera sido difícil de disimular.
Ambos se echaron a reír y se despidieron hasta el día siguiente.
Severus y Nimue llegaron a sus habitaciones, habían quedado en ir a correr como siempre, ella le agradeció su amabilidad y que dijera a Poppy que era muy habilidosa, él simplemente le dijo:
-No tiene importancia, nunca doy elogios a la ligera, sólo lo hago sinceramente, aquí todos lo saben.
-De todas formas, gracias, profesor.
Entonces de nuevo, ella besó su mejilla dejándolo allí mientras se escondía en su habitación. Nimue decidió que se disculparía al día siguiente cuando fueran a correr juntos. Se aseó y se acostó rápido, tenía que levantarse temprano, pronto estaba dormida y soñando con su mentor, su cuerpo mojado pegado al suyo y el roce de su piel en sus labios.
Lo que no supo Nimue es que Severus se quedó helado en la puerta de su habitación, cuando reaccionó hizo lo mismo que ella, se aseó rápidamente y se acostó, sorprendentemente pronto se durmió…lo que no fue tan sorprendente fue la mujer que pobló sus sueños.
