Capítulo 8: Un Slytherin furioso.

Ya estaban en la segunda semana del curso escolar. Severus y Nimue habían establecido una rutina de trabajo y estudios, además seguían madrugando para hacer deporte, ya había llegado el viernes, al día siguiente Nimue quedó con su tía y las mujeres del personal en tomar unas copas en sus habitaciones, iban a hacerlo la semana anterior pero tuvieron que posponerlo porque Poppy tenía a un par de chicos de primer año en la enfermería, se habían caído de la escoba y se fracturaron un brazo y una pierna respectivamente, tenía que vigilarlos y darles sus pociones, así que a no ser que hubiera una epidemia repentina o una emergencia, se verían todas la noche siguiente.

Severus sabía que era posible que no se uniera a él el domingo para hacer ejercicio, la echaría de menos, pero sabía que, aunque se metía con Minerva por sus "aquelarres", todas se divertían mucho y ya que debía pasar allí un año no era malo que se divirtiera un poco, incluso él durante su aprendizaje solía escabullirse a algún pub muggle para desconectar una vez al mes. Claro que no podía evitar pensar en que el domingo por la mañana quizás podría levantarse más tarde y esperarla, ya se lo comentaría cuando terminaran las clases de ese día.

Nimue descubrió durante esos días que no le disgustaba el trabajo de enseñar a los niños. Siempre se llevó bien con los niños, tenía bastante paciencia con ellos. También descubrió algunas cosas más sobre su mentor, durante sus ratos de deporte solían charlar, supo que él tenía una moto Harley-Davidson que hacía rutas en verano, en los últimos años con Remus, ella le dijo que le encantaría dar un paseo con él. También hablaron de cosas muggles que disfrutaban, él era mestizo y la mejor amiga de Nimue era nacida de muggles, descubrieron que les gustaba ir al cine y que Nimue quería comprar un televisor para ver viejas películas, Severus le dijo que en casa tenía uno y que solía ver películas antiguas de terror y las reposiciones de series que veía cuando era pequeño con su madre, le llegó a confesar que le gustaban las películas de los Hermanos Marx y que le encantaban los Monty Python, pero que no contara por ahí que veía comedias o perdería su buena fama de "sádico cabrón" que era la que mantenía controlados a los niños.

Sin que se dieran cuenta, cada vez estaban más unidos, tanto que estando a solas se tuteaban. Después del beso de buenas noches que Nimue le dio a Severus, no volvió a repetirse algo así. A la mañana siguiente se disculpó con él, ella le dijo que no era profesional, que debía controlar sus impulsos. Él sólo le dijo que mientras no lo hiciera delante de los niños no había ningún problema. Ambos se sentían cada vez más atraídos y no era un secreto para nadie, aunque ellos intentaban disimularlo sin éxito…las miradas que se dedicaban durante las comidas y en los pasillos no dejaban lugar a dudas.

Estaban en la última clase del viernes con los Hufflepuff y los Ravenclaw de primer año. Severus estaba vigilando una zona mientras ella se estaba encargando de vigilar a otros, en ese momento él estaba diciéndole a un Ravenclaw que tenía que tener cuidado de cortar las hojas de aloe en tiras finas, los demás lo hacían bien pero ese chico no era muy hábil manejando el cuchillo.

Nimue estaba enseñándoles la importancia de controlar la intensidad del fuego para que no se recaliente el caldero y que no afecte a la poción, y que debían tener cuidado de añadir los ingredientes en el orden correcto. Severus estaba atento a sus explicaciones, él tenía la sensación, en esos pocos días, de que los niños de primer año se enteraban mejor de las lecciones cuando ella las repetía para ellos. Estaban supervisando las prácticas, estaban haciendo una poción sencilla, una pomada para moratones, algo muy útil con tantos niños juntos en un castillo, Poppy le sugirió a Severus que les enseñara a los de primero a prepararla para que cada niño tuviera su propio bote, así no se llenaba la enfermería de niños en busca de ella. Uno de los chicos de Hufflepuff, a pesar de ser una poción sencilla puso el extracto de menta antes que las tiras de aloe y su caldero escupió una pasta verde viscosa por todas partes. Entonces el caldero empezó a temblar, Nimue apagó el fuego, pero el caldero estalló, Severus realizó un hechizo protector alrededor de todos, pero Nimue reaccionó simplemente cubriendo a los niños con su cuerpo y haciéndoles agacharse.

Una vez pasada la conmoción, los niños se levantaron, todo estaba cubierto de pasta verdosa con olor mentolado. Entonces Severus gritó:

-¡Maldita sea Señor Mulligan! ¡¿En qué narices estaba pensando?! ¡¿Es que no atiende en clase?! ¡Nos podría haber matado a todos con una poción tan sencilla! ¡30 puntos de Hufflepuff! ¡Y estará castigado un mes con Filch! – Severus hizo un hechizo limpiador sobre todos ellos y el aula. - Ahora todos ¡¡fuera!! ¡Se acabó la clase!

Los niños empezaron a llorar desconsoladamente, Nimue miró a Severus furiosa. Intentó tranquilizar a los niños y los mandó a sus salas comunes y prometió ir a verlos más tarde. Los niños recogieron sus cosas lo más rápido que pudieron y corrieron fuera del aula.

Una vez a solas Nimue cerró la puerta y silenció el aula, no quería que nadie los escuchara. Mientras Severus intentó terminar de limpiar el aula, el hechizo de antes no fue suficiente, cuando vio a Nimue mirándolo furiosa y con los brazos cruzados le dijo:

-¿Qué haces ahí parada? Hay que terminar de limpiar este desastre ahora o costará mucho hacerlo.

Nimue resopló y no se movió, Severus la miró y vio su ceño fruncido.

-¿Qué te pasa, Nimue?

-Me pasa que te has portado como un cabrón con esos niños, sólo tienen 11 años, apenas están aprendiendo a hacer pociones y los has asustado y les has hecho llorar.

-No era ninguna broma, a los niños los asusto para que se mantengan atentos y alerta en mi clase, ellos saben que deben tener cuidado y no cometer errores. ¡Mira el desastre que ha organizado un error en una poción sencilla! Tienen que aprender que sus errores tienen consecuencias, sobretodo en la clase de pociones.

-Para enseñarles eso no es necesario traumatizar a los niños. No pienso ayudarte a limpiar esto ahora, voy a ver si consigo tranquilizar a esos niños antes de que Pomona se presente aquí a regañarte por hacer llorar a todos sus niños de primer año. Después vendré a ayudar, hablaremos cuando recapacites y entiendas que se puede enseñar a hacer pociones sin provocar que niños de 11 años se orinen en la cama.

Salió de allí dando un portazo y sin dejar decir ni una palabra a Severus que la miraba alucinando. Nadie se atrevía a hablarle así desde que enseñaba en Hogwarts, sólo le permitía ese tono a Albus y Minerva…y porque eran sus jefes, Nimue era su aprendiz y se marchó de allí sin que él supiera muy bien qué decirle.

Nimue fue primero a la sala común de Hufflepuff, después iría a la de Ravenclaw. Los niños seguían llorando y disgustados, especialmente Mulligan. Ella les dijo a los mayores que intentaban consolarlos que la dejaran a solas con los chicos. Los tranquilizó y les dijo que no se preocuparan que no fue tan grave. Mulligan dijo que él estuvo a punto de matarlos a todos y que era un idiota y un inútil haciendo pociones. Nimue se enfureció aún más con Severus.

-No eres un inútil ni un idiota, simplemente debes prestar más atención. Nadie es perfecto y todo el mundo comete errores cuando empieza a aprender a preparar pociones. Incluso yo, y mírame, soy aprendiz. La primera poción que hice fue un desastre, mi compañera de trabajo terminó con el pelo de color verde y rizado…ella insistía en que debíamos poner antes la raíz de cúrcuma y yo le dije que iba primero la infusión de mandrágora…yo me equivocaba pero la convencí…y la pobre acabó con el pelo así…y yo con la cara teñida de verde. – Los niños por fin empezaron a reír y tranquilizarse.- Así que chicos, tranquilos, al profesor Snape se le pasará el enfado y para que no se repita, estudiad mucho y estad atentos a las instrucciones del profesor y las que yo os pueda dar. Ahora os voy a dejar aquí, pero antes de que me vaya… - llamó a un elfo doméstico. - ¡Binky! – Apareció un elfo. Nimue se agachó y habló al oído del elfo, que se fue rápidamente. Los niños la miraban extrañados. – Le he encargado a Binky que os traiga chocolate caliente con nubes de azúcar, cuando era pequeña y me disgustaba siempre me reconfortaba, eso sí, nadie debe enterarse, especialmente el profesor Snape, o la próxima bronca será para mí, además no puedo estar mandando a los elfos a buscar chocolate para todo un curso cada vez que el profesor Snape se enfade y grite. Pobrecitos, ya tienen bastante trabajo para pasarse todo el día preparando chocolate.

Los niños rieron y se lo agradecieron. Nimue se despidió de ellos y fue a la sala común de Ravenclaw, estaban más tranquilos porque la ira de Severus no estaba dirigida a ellos pero seguían asustados, Nimue los tranquilizó rápidamente y llamó a otro elfo para que les trajera chocolate como a sus compañeros de Hufflepuff y les hizo prometer lo mismo que a ellos.

Cuando volvió al aula de pociones seguía enfadada con Severus, el aula ya estaba limpia como si nada hubiera pasado, pero él no estaba por ninguna parte, se encontró una nota que decía "He terminado de limpiar, estoy trabajando en el despacho, si no quieres nada nos vemos en la cena." Nimue arrugó el papel y lo hizo arder hasta convertirlo en cenizas, las hizo desaparecer y fue al despacho.

Entró sin llamar y Severus estaba corrigiendo unos ensayos de cuarto año. Cerró la puerta con fuerza y silenció la habitación.

-Ahora entras sin llamar, ¿Has olvidado tus modales?

-No pero te has portado como un animal con esos niños ¿por qué debería tenerte consideración?

-¿Se te olvida que sigo siendo tu maestro?

-No, pero, señor, ¿Por qué se ha comportado así con esos niños? No fue un accidente grave, ni siquiera estaban usando ingredientes excesivamente peligrosos y la explosión no fue peligrosa.

-No lo fue porque puse un hechizo protector alrededor de todos nosotros, que es lo que debiste hacer antes de agacharte. Si la explosión hubiera sido más fuerte, hubiera habido heridos.

-Pero no los ha habido. Todos estamos bien y enteros.

-Es que no lo entiendes, Nimue. Pudo ser peor, esos niños podrían haber sufrido daños, quien sabe lo grave que podría haber sido.

Severus se levantó de su escritorio y se acercó a ella.

-Los niños están a salvo, Severus, están físicamente bien, sólo espero haber podido consolarlos.

Severus se pasó la mano por la frente y se echó el pelo hacia atrás paseando por el despacho junto a ella.

-Es que no es sólo eso, Nimue, te agachaste y los protegiste con tu cuerpo, tú también podrías haber resultado herida.

Nimue lo miraba confundida.

-Pero yo estoy bien, Severus.

Severus cogió los hombros de Nimue y le hizo mirarlo a los ojos.

-Sí, lo estás, por pura suerte, pero podrías no estarlo y eso me enfureció. ¿No lo entiendes? ¡Es que no quiero que sufras ningún daño!

Entonces Severus la acercó a él y la besó en la boca apasionadamente. Ella se sorprendió al principio, pero después de unos segundos se relajó y rodeó su cuello con sus brazos, él bajó sus manos a su cintura y se abrazaron y besaron hasta que les costó respirar. Nimue se apartó de él.

-¿Qué hemos hecho? ¿Estás loco?

-Nimue, yo, lo siento, no podía soportarlo más, necesitaba besarte, es cierto, no quiero que sufras ningún daño, me gustas… y mucho, desde que te conocí, sé que me he portado como un imbécil con esos críos, pero sólo pensar que por un estúpido error de un niño, tú pudieras resultar herida o muerta… me cegó la ira y lo pagué con ellos, lo siento.

-Severus, yo… no sé qué decir…

-Supongo que no correspondes a mis sentimientos, mucho menos después de lo que has visto hoy, si es necesario para que me perdones, iré ahora mismo a disculparme con esos niños. Pero no te vayas de Hogwarts, terminarás tú aprendizaje, yo me controlaré y esto no se volverá a repetir…

Severus se dirigió a la puerta.

-Severus, para, eso no es necesario, ya me he encargado de los niños y es muy probable que haya arreglado tu metedura de pata. En lo de no corresponderte es en lo que te equivocas. Me gustas y mucho… desde que me atrapaste en la puerta de Hogwarts mareada por aparecerme desde demasiado lejos, mi enfado venía porque no entendía tu comportamiento colérico…no porque dejaras de gustarme.

-Entonces, me perdonarás, Nimue.

-Con una condición. Tendrás que esforzarte para ser más paciente, no quiero volver a tener que consolar a un niño que llora con la autoestima por los suelos porque no controlas tus arrebatos, no tengo por qué contarles una historia que en realidad le pasó a mi hermana…además también debes prometerme que dejarás de gritarles así o que si quieres hacerlo, te lo pensarás antes.

-Si eso es lo que necesitas para perdonar mis arrebatos, te prometo que intentaré controlar mi mal carácter.

Entonces Nimue dijo:

-Sé que eres sincero, Severus. Pero a la próxima, te hechizaré las pelotas y te provocaré un sarpullido doloroso que te durará 3 años. Me lo enseñó mi tía y no dudaré en usarlo.

Severus se apoyó en el escritorio, agarró su cintura y la acercó a él.

-Te juro que intentaré con todas mis fuerzas no hacer nada que te disguste. Y para compensarte el próximo sábado te llevaré a pasear en mi moto por Londres. ¿Te parece bien?

Nimue rodeó su cuello con sus brazos.

-Muy bien… y no lo digo sólo porque quiera pasear contigo en moto… es que no puedo estar mucho tiempo enfadada contigo, sobretodo porque según me han contado es raro que te disculpes con alguien…además de eso, besas muy bien.

Se volvieron a besar, suave y dulcemente, con lentitud y disfrutando el momento… pasados unos minutos se separaron, era hora de cenar, fueron al gran salón, manteniendo las distancias como en las últimas semanas. Aunque sólo querían repetir lo que pasó en el despacho de Severus.

Cuando volvieron a sus habitaciones quedaron en esperar un poco para avanzar físicamente en su relación, querían que la primera vez fuera especial, un momento sin interrupciones…por primera vez en su vida, Severus quería ir despacio, no quería precipitarse ni que se sintiera presionada para acostarse con él, ella le contó que había tenido un desengaño amoroso en primavera y quería que ella estuviera segura de que él era diferente…y su cita para ir en moto sería ideal, Severus quería que fuera en su casa. Ella quiso saber el motivo.

-Tú serás la primera mujer a la que llevaré allí, para mí eres especial. No te miento, mi única visita allí es Remus…creo que mis vecinos piensan que es mi novio, así que si nos cruzamos con alguien y nos miran o cuchichean no te extrañe… están viendo entrar en su casa con una mujer preciosa a la locaza del barrio, que va en moto y viste de cuero negro, pero sólo lo ven con un tipo rubio y larguirucho.

Nimue se rió y le dijo:

-Por lo menos me darás un beso de buenas noches, ¿No?

Se besaron breve e intensamente y se despidieron hasta el día siguiente para hacer ejercicio… ambos se durmieron deseando que llegaran las 6 de la mañana.