En el Olimpo se disponían a reanudar la lectura, con la cortesía de un semidiós hijo de Athena: Malcolm Pace para ser exactos, el cual se había ofrecido con anterioridad para leer el siguiente capítulo, cosa que fue aceptada por los dioses y sin más Hermes Le entregó el libro, y cuando esté se disponía a leer, fue interrumpido cuando un brillo encegueció a todos.
Cuando el brillante resplandor desapareció tres figuras en presentaron. Y su presencia sorprendió a más de uno ya que en estos grupos estaban un sátiro al cual no reconocían, pero fácilmente pudieron identificar a los otros dos.
-Quiron?, Cómo llegaste aquí?- Apolo le pregunto a su antiguo alumno haciendo la pregunta que más de uno tuviera.
-honestamente No sabría qué decirle Lord Apolo, en un momento estaba en casa grande disfrutando de la tranquilidad y de repente una potente luz se hizo presente en mi oficina y de la nada aparece aquí- explico el entrenador de héroes.
-llegaste aquí de una manera similar Lupa?- la diosa romana Diana quién hace unos minutos había cambiado de lugares con Artemisa le preguntó a su amiga.
-Así es mi lady, mi manada y yo habíamos decidido tomar un descanso luego de revisar los alrededores del campamento Júpiter, cuándo de la nada un potente brillo me secó por completo, cuándo pude recuperar mi vista noté que me encontraba en el Olimpo- explico la diosa lobo.
-Umm, bueno tal parece que fueron traídos aquí de la misma manera que el libro que estamos leyendo, sé que tendrán muchas dudas pero antes me gustaría saber quién es nuestro otro invitado- reflexiono el dios de los ladrones solo para dirigir su atención a la última persona que acompañó al dúo de entrenadores.
-Lord Hermes, acaso no me reconoce?- cuestionó el sátiro qué había aparecido junto con Quirón y con Lupa.
-creo que recordar y haber visto tu cara en algún lado joven sátiro, sobre todo por la presencia que posees ya que es muy similar a la de mi hijo, el dios Pan- Hermes respondió a la duda del sátiro, a la vez que soltaron suspiros de nostalgia antes del recuerdo de su hijo perdido.
-ahora esto es extraño... Thalia! Veo que tú también estás aquí, puedes decirme que está pasando porque sinceramente no tengo ni la menor idea- comentó de primera mano el Sátiro, antes de divisar a la hija de Zeus, lo cual lo hizo llamarla con el único fin de descubrir el motivo de su presencia y del porqué no lo reconocía.
-Geez será mejor que te sientes chico cabra, esto tomaron tiempo- soltando un suspiro que denotaba cansancio, debido a todo lo que descubrió hace solo unos pocos minutos la hermana de Jason, volvió a mirar a su amigo el cual se notaba más que perdido en esta situación.
Unos cuantos minutos después.
-... Y por eso ahora mismo estamos en el Olimpo para leer el libro el cual es narrado desde la perspectiva de Percy, con el único fin de que evitemos el futuro trágico que nos depara- término de dar su explicación y miro fijamente a su amigo sátiro el cual son las sintió con un rostro estoico y sin ningún rastro de emoción.
-Vale... Creo que lo tengo- comentó el "Chico Cabra" asintiendo lentamente con la cabeza.
- sí, creo que nosotros también comprendimos un poco, a pesar de su confusa explicación señorita Grace- comentó el centauro el cual estaba un lado le Lupa, y en conjunto también escucharon la explicación dada por la hija de Zeus.
-Bien, entonces estado que los dioses no me conocen actualmente creo que lo mejor sería presentarme... Bien, Mi nombre es Grover Underwood, anteriormente fue uno de los tantos sátiros a los cuales se les dio la misión de buscar a Dios Pan, pero debido a ciertas circunstancias las cuales no revelaré ya que estoy seguro que serán reveladas más adelante en el libro, actualmente soy El heredero de Pan, mejor conocido como El señor de lo salvaje- se presentó la hora conocido como Grover, haciendo que más de uno lo hubiese con los ojos muy abiertos dado al título que ostentaba cómo El señor de lo salvaje, título que con anterioridad le perteneció al desaparecido hijo de Hermes, el quería desesperadamente interrogar al sátiro para saber si podía decirle dónde se encontraba su hijo, Mas se abstuvo cuándo se dio cuenta de qué la lectura estaba por ser retomada.
Notando que no abrían más interrupción, el hijo de Athena se aclaro la garganta, para seguidamente enfocar su atención en el próximo capítulo, por lo que fuerte y claro comenzó a leer:
Capítulo 2: The Scientist
Tuve sueños muy raros, llenos de animales de granja. La mayoría de ellos quería matarme; el resto quería comida.
Ante lo narrada en el libro todos los bromistas presentes no pudieron evitar soltar una sonora carcajada encontrando divertida la forma de pensar que tenía el dios encubierto.
También tuve sueños en donde todo se había ido al diablo. La gente que amaba había sido asesinada y yo me estaba muriendo de a poco.
En ese preciso instante todas las risas murieron y el silencio reinó una vez más en toda la sala del trono, mientras que los amigos del Jackson hacían unas muecas de dolor y tristeza por su amigo.
mientras que en el caso de algunas de las futuras esposas del hijo de Poseidón sintieron como su corazón comenzaba a dolerles.
Ahora recuerdo. Caos me dijo que había una forma de evitar que todo esto sucediese de nuevo. Enviándome de nuevo en el tiempo. Con algunas ventajas a mi favor.
-Si claaaaaro, solo algunas. Eso no lo crees ni tu mismo Aquaman- el hijo de Hefesto con rasgos de duende comento mientras arrastraba las palabras con una sonrisa descarada en su rostro.
Me levanto despacio de donde estoy recostado. Apreciando cautelosamente lo que hay a mi alrededor. Camas depositadas a determinadas distancias, el olor a remedios, algunos depósitos de néctar y ambrosia. Me doy cuenta de donde me hallo, pues muchas veces en mi juventud, o mejor dicho mi antigua vida, he terminado aquí luego de recibir heridas.
-La enfermería- fue el comentario al unísono de los semidioses pertenecientes al campamento mestizo ya sean del pasado o del futuro.
Dicho comentario no pasó desapercibido para el Dios del mar, quien no pudo evitar soltar distintas maldiciones en griego antiguo, debido a que sentía que su hijo le daría más de un infarto durante esta lectura.
Al lado de mi cama se encuentra ella. Junto toda la fuerza de voluntad para no liberar a Susanoo y cercenar sus miembros uno a uno. Con su cabello rubio y ojos grises, como los de Atenea, pero menos agradables. Luciendo una sonrisa falsa, simulando ser como un ángel bondadoso.
Ante la descripción dada por el libro todos los presentes sin excepción alguna voltearon a ver hacia la hija de Athena en cuestión, la cual seguía mirando el piso como si fuera lo más interesante del mundo.
Sobre todo porque no podía encontrar la capacidad de dirigirle la mirada ya sea a su madre, a sus hermanos, o a su 'Mejor amiga'. aunque por unos instantes le volvió a dedicar otra mirada disimulada al hijo traidor de Hermes, el cual solo negó con la cabeza, dándole a entender que hablarían cuando tuviesen la oportunidad sin tener muchos testigos alrededor.
Pero luego recuerdo que Lucifer también fue un ángel, hasta que su codicia lo llevo por mal camino.
El rey del inframundo y su esposa alzaron una ceja ante lo dicho por Perseo en libro ya que dicha información no era de conocimiento publico.
Realmente esta niña delante de mí debe de agradecerle a Caos que no estoy separando su cabeza de su cuerpo en este mismo instante.
Annabeth no pudo reprimir un escalofrío, sobre todo cuando el resto de los campistas comenzaron a darle el visto bueno estuvo el hijo de Poseidón para que lo hiciera, e incluso algunos (cof...Hijos de Ares... cof, cof) ofrecieron para ayudar al príncipe del mar en su misión de darle fin a la vida de Annabeth Chase.
Aunque sin que los semidioses en cuestión lo supieran, no fueron los únicos que compartían esa idea, ya que los dioses están bien estaban debatiéndose en que deberían hacer con la traidora hija de la diosa de la sabiduría.
Siendo Artemisa la que sobresalía de entre todos, deseosa de matar a la pequeña bastarda que había asesinado a sus hijos, y quién sabe tal vez le pida ayuda a su hermano gemelo ya que por lo que podía ver, el Dios del Sol también quería venganza por la muerte de sus sobrinos.
Tras haberme perdido en mi diatriba mental, me doy cuenta que ella ha estado dándome de comer ese insulso pudin. Y dentro de unos segundos va a comenzar a realizar sus estúpidas preguntas.
-Qué va a pasar en el solsticio de verano? – me preguntó al verme con los ojos abiertos.
Mientras que los semidioses del Pasado estaban confundidos, aquellos pertenecientes al futuro sabían que se trataban de los eventos de la búsqueda la cual fue apodada como 'el ladrón del Rayo' Por lo que se inclinaron un poco sobre sus asientos con el único fin de escuchar con más atención lo narrado en el libro.
-Qué? – mascullé, simulando ser un ignorante de lo que sucede.
-Bueno, no le será muy difícil a Percy hacerlo, No por nada es un cerebro de algas marinas- Thalia comento con una media sonrisa en su rostro una vez que el ambiente había vuelto a la normalidad borrando todo rasgo de tristeza y dolor que acompañaba al libro debido a los pensamientos depresivos y pesimistas de Percy Jackson temporalmente.
El comentario de la hija de Zeus hizo que la mayoría comenzará a reír o simplemente sonreír, ante el hecho que el Estado de ánimo en la sala del trono se elevará, tratando de olvidar el horrible futuro que habían visto en el capítulo anterior.
Miro alrededor, como si temiera que alguien la oyera. En lo cual tiene suerte, porque si no, hubiese simulado que me estaba tratando de asfixiar con una almohada o algo por el estilo. Con tal de sacármela de encima.
-Qué está pasando? Qué es lo que han robado? Sólo tenemos unas semanas! – me preguntaba, como si ella no lo supiese, si su noviecito lo había hecho sucia perra.
Los semidioses griegos del futuro le dieron miradas disimuladas al renegado hijo de Hermes, más no dijeron nada ya que no sentía la necesidad de hacer algún spoiler, por tener el presentimiento de que lo que ellos ya sabían se revelaría más adelante en el libro.
-Lo siento, no sé...- murmuré, tratando de parecer lo más perdido posible con tal de que deje de hacer preguntas estúpidas y se largue mientras pueda.
-Es preferible que lo haga, de lo contrario muy probablemente Peter Johnson, terminará por asesinar a la rubia antes de tiempo, debido a la poca cordura que veo que le queda- comentó el Dios de la locura desinteresadamente mientras leía su revista de vinos, mientras soltaba un suspiro de anhelo, extrañando su dulce elixir de la vida, del cual fue privado por el injusto castigo de su padre.
Alguien llamó a la puerta, y la muy idiota me llenó la boca rápidamente de pudin. Haciendo que casi me ahogue, como si no fuese suficiente con mi enfermedad.
Algunas de las futuras señoras Jackson, fulminaron con la mirada a las Chase, ante la acción realizada en el libro, sacando a relucir el sentimiento sobreprotector hacia su futuro esposo, al cual encerrarían en su cabaña y lo mantendrían vigilado las 24 horas los 7 días de la semana con el único fin de evitar que éste cometa alguna estupidez, la cual afecte aún más su deplorable y delicado estado de salud.
Cansado de todo lo que sucedió estas últimas horas, decido recostarme y tratar de dormir un poco más. Acariciando mi pecho, recordando que, aunque los síntomas hayan disminuido, aún me sigo muriendo lentamente.
La siguiente vez que desperté, Chase se había ido. Lo cual era para su propio bien, aunque ella no lo supiese.
Argos, con su aspecto de surfista, estaba de pie en una esquina de la habitación, vigilándome con todos sus ojos.
Hera dio una sonrisa cariñosa ante el recuerdo de su creación, recordando los momentos donde siempre disfruto de su compañía, sobre todo cuando se sentía frustrada debido a las constantes infidelidades de su marido.
Siempre me pregunté si Hera estaba pensando en alguna clase de fetiche cuando lo dejó aquí.
La sonrisa de Hera rápidamente se transformó en un ceño fruncido a la vez que se sentía indignada por el comentario hecho por el hijo de Poseidón, no ayudando mucho el hecho que la mayoría de los dioses sobre todo los inmaduros de Apolo y Hermes se estuvieran riendo a carcajadas.
Cuando por fin recobré la conciencia plenamente, no había nada raro alrededor, salvo que era más bonito de lo normal. Estaba sentado en una tumbona en un espacioso porche, contemplando un prado de verdes colinas. La brisa olía a fresas, que plantaban Katie y sus hermanas, en conjunto con Pollux y Castor. Tenía una manta encima de las piernas y una almohada detrás de la cabeza. Todo aquello estaba muy bien, pero sentía la boca como si un escorpión hubiera anidado en ella. Tenía la lengua seca y estropajosa y me dolían los dientes. Y encima, todavía tenía un ligero gusto metálico por la sangre que había escupido desde mis pulmones.
Eso no les dio buen augurio a todas las personas que eran cercanas al Dios encubierto, Siendo algunas de las futuras esposas y el padre del mencionado las que resaltaban del resto, aunque algunas como Athena, Artemisa(una vez recuperada de su estallido de ira anterior, aún le costaba asimilar el hecho que estaría casada con un hombre, pero algo dentro de ella le decía que no tenía que juzgarlo antes de tiempo) y Zoe se patearon mentalmente ante la preocupación que mostraban por Perseo, A la vez que tenían que lidiar con la constante migraña que estaban sintiendo desde el momento que inició la lectura.
En la mesa a mi lado había un poco de néctar, en un vaso con sombrillita y unos hielos. No me había acordado que la primera vez tenía la mano tan débil que el vaso casi se me cae cuando por fin conseguí rodearlo con los dedos. Diablos! Realmente lo necesito en este momento.
—Cuidado —dijo una antigua voz familiar, la cual casi hace que empiece a sollozar.
-Pssh, marica- soltando un bufido en señal de burla, el Dios de la guerra dijo, sin tomarle mucha importancia a la mirada fulminante que le estaban dando los amigos de Percy.
Estaba a punto de soltar otro comentario cuando de repente se vio completamente empapado por una ráfaga de agua cortesía del Dios del mar que balanceaba levemente su tridente de un lado al otro mirando a su sobrino con una sonrisa inocente que prometía mucho dolor.
-Dijiste algo, sobrino? - el rey de Atlantis le preguntó a Ares aún manteniendo su sonrisa, haciendo que un escalofrío recorriera el cuerpo del hijo de Zeus y Hera.
-No, no dije nada tío P.- Ares dijo dócilmente.
-Eso pensé- el padre de Tritón dijo con un asentamiento de cabeza antes de volver a enfocar su atención en la lectura
Grover estaba recostado contra la barandilla del porche, con aspecto de no haber dormido en una semana. Debajo del brazo llevaba una caja de zapatos. El cuerno de ese Minotauro de mierda.
La tez completamente bronceada del Dios del mar se había tornado de un preocupante color blanco al enterarse que su hijo se había enfrentado al minotauro, y por lo que podía haber dicho enfrentamiento se llevó a cabo antes de que Caos lo enviará el pasado, lo que daba a entender que se había enfrentado al mismo monstruo que su medio hermano sin ningún tipo de entrenamiento.
Por su culpa mi madre ahora se encuentra de vacaciones con Hades y Perséfone.
-Hermano- en un tono mortalmente calmado Poseidón habló mirando fijamente a su hermano mayor.
-Sí? - ante el llamado hecho por su hermano menor el esposo de Perséfone se volteó hacia el mencionado, e inconscientemente trago un nudo en la garganta cuando vio la expresión calmada de Poseidón, muy similar a la calma antes de una tormenta.
-Ruega para que tu contraparte del libro no le haya hecho nada a Sally, porque de lo contrario pasarás una larga temporada con nuestro padre en el tártaro- Poseidón amenazó a su hermano mayor, mientras aún mantenía el mismo tono calmado que al inicio lo cual hizo que Hades estremeciera visiblemente ya que su hermano nunca así amenazas vacías.
Mientras el Dios del mar hacía su amenaza no noto la mirada celosa que estaba dando Deméter ante la preocupación mostrada hacia su antiguo amante.
Grover, quien la última vez que lo vi, fue cuando Tartarus estaba ejecutando tanto semidioses como sátiros, ninfas, náyades y dríadas. Grover estaba en la línea directa de la espada del primordial.
-Oh carajo- con el rostro completamente pálido, el señor de lo salvaje, dijo para posteriormente desmayarse siendo auxiliado por Thalía quién miraba con preocupación al chico cabra, a la vez que sentía un nudo en el estómago al saber que otra persona cercana a ella había fallecido sin que ella pudiese hacer algo para evitarlo.
Recordando la línea de tiempo anterior, se lo que él está por decir ahora.
-Me has salvado la vida. Y yo... bueno, lo mínimo que podía hacer era... volver a la colina y recoger esto. Pensé que querrías conservarlo- me dijo mientras se movía de manera asustadiza.
Dejó la caja de zapatos en mi regazo con gran reverencia. Lo cual tuve que tratar de no esbozar una sonrisa ante como actuaria si supiese que ahora soy un dios encubierto.
-Lo mas probable es que pensaría que el golpe lo había vuelto loco y tendría que ser revisado por el Sr. D- confeso el satiro, lo cual genero una cuantas risas aliviando el ambiente.
-El Minotauro...- dije, recordando lo que dije la última vez.
-No pronuncies su nombre, Percy...-
-Así es como lo llaman en los mitos griegos, verdad? El Minotauro. Mitad hombre, mitad toro. El hijo de Pasifae.
-Creo que se está Siendo demasiado descarado con respecto a pronunciar los nombres de los monstruos- Frunciendo levemente el entrecejo con clara señal de irritación, la diosa de la sabiduría había comentado.
-No es algo de lo que se puede evitar Lady Athena, Después de todo es de Percy de quien no hablamos- Encogiéndose de hombros con completa naturalidad y acostumbrado a la actitud descarada de su amigo, Charles "Charlie" Beckendorf comento antes de volver su atención a los planos que con anterioridad le había pedido examinar a Leo, quien gustosamente aceptó el mostrarle sus futuros proyectos a su hermano mayor, sintiendo una gran alegría de poderlo conocer finalmente en persona y no sólo a base de las historias que le contaron sus demás compañeros de cabina.
Ante la respuesta dada por el hijo de Hefesto, la deidad de la sabiduría soltó un bufido de irritación, mientras aún se negaba aceptar el hecho de no sólo haberse casado con un "engendro marino" sino también el hecho de haber perdido su virginidad.
Grover se removió incómodo en su lugar.
-Has estado inconsciente dos días. Qué recuerdas? – eso depende mi querido amigo cabra, dos días tuyos o míos? Elijo por los de él.
-Es preferible que lo hagas Perce, lo último que necesito es morir antes de tiempo debido a un infarto- recuperándose del shock del cual había padecido anteriormente al enterarse de su futuro fallecimiento a manos de Tártaro el novio de Juniper dijo.
-Dime qué sabes de mi madre. De verdad ella ha...? – sido secuestrada por el padre de mi primo que aún está atrapado en el hotel Lotus en esta línea temporal.
Los hermanos Di Angelo no pudieron contener una mueca antes del recordatorio de su anterior de encierro en el hotel mencionado.
Grover bajó la cabeza. Sabía que él creía que tenía la culpa por lo sucedido, pero si antes no me enojé con él, tampoco lo haré ahora.
-Es un buen amigo- comentó la diosa del hogar con una suave sonrisa en su rostro.
-Es el mejor amigo que alguien podría tener- todos aquellos que han interactuado y formado una amistad con el ex semidiós ya sean Griegos o Romanos dijeron, haciendo que la sonrisa de Hestia fuera más brillante a la ves que su curiosidad sobre la vida de su futuro esposo (si ella lo acepto fácilmente, aunque primero tenía planeado conocerlo más a fondo, ya que aún no podía decir que lo amaba por completo, pero si que comenzaba a tener el inicio de un enamoramiento por el hijo de Poseidón) aumentará gradualmente.
Yo volví a contemplar el prado. Había arboledas, un arroyo serpenteante y hectáreas de campos de fresas que se extendían bajo el cielo azul. El valle estaba rodeado de colinas ondulantes, la más alta de las cuales, justo enfrente de nosotros, era la que tenía a mi amada Thalia en la cumbre.
Las pálidas mejillas de la Hija de Zeus se pintaron de un bonito color rosa ante lo dicho por su primo/enamorado (¿Que esperabas? Son Griegos a fin de cuentas, a ellos poco a nada le importa su parentesco o su relación sanguínea, ejemplos claros son Hera y Zeus o Hades y Perséfone) mientras recibía una mirada burlona de su amigo cabra al cual fulminó con la mirada.
Mientras tanto la hija de Bellona miro fijamente a Thalia un mínimo rastro de celos se filtro a través de sus ojos, ante la atención dada a la hija de Beryl Grace.
Incluso en su forma como un pino era bella a la luz del día. Nunca debió sufrir ese destino, ninguna de ellas.
-Pero tu tampoco te mereces este destino, se suponía que está segunda oportunidad era para encontrar tu felicidad Percy- en un tono apesadumbrado la hija de Plutón dijo sintiéndose completamente triste y destrozada al saber del destino al cual estaba condenado el dios del tiempo debido a su enfermedad. Una enfermedad que ni el Caos pudo curar.
Pero Caos me dio otra oportunidad, una que no desperdiciaré.
-Lo siento. Soy un fracaso. Soy... soy el peor sátiro del mundo- okey, puede que seas un llorón, un quejoso, que no te guste pelear, pero definitivamente si tienes las pelotas para hacerle frente a un primordial sabiendo que ibas a perder, no eres el peor sátiro del mundo.
-Ehh, gracias?- sin saber si sentirse halagado o insultado por lo dicho por su amigo el elegido por Pan dijo.
Gimió y pateó tan fuerte el suelo que se le salió el pie, bueno, la zapatilla Converse: el interior estaba relleno de plástico con burbujas de aire, salvo el hueco para la pezuña. Lo cual siempre me pareció raro, supuestamente vi hace unos días al Minotauro y el sigue fingiendo poder usar zapatillas.
-Oye! Son muy cómodas-
-Lo que sea que te ayude a dormir mejor por la noche Chico cabra-
-Algun día dejarán de llamarme así Thals? - se quejó el sátiro.
-Nop- comentó descaradamente la hermana de Jason.
-En verdad estás pasando demasiado tiempo con Percy- farfullo El heredero del dios Pan.
Oh, Styx! – Rezongo.
Un trueno retumbó en el cielo despejado. Zeus, eras, eres y serás siempre la reina del drama.
-Pssh, subestación del año sobrino- soltando un bufido mientras el fantasma de una sonrisa se hacía presente en su pálido rostro, el hijo mayor de Kronos y Rea se burló de su hermano más jóven.
Mientras tanto el rostro del rey de los dioses se tornó de un color rojo mirando con absoluta furia el libro tratando de resistir el impulso de usar su recién recuperador "rayito" para vaporizarlo.
Antes de mirar fijamente a sus compañeros dioses los cual se reían a costillas de el, miran a su esposa con traición escrita en su rostro al ver que ella también se reía.
-Oh vamos no te pongas si cariño, el chico no ha dicho nada más que la verdad- notando la expresión que tenía su hermano/esposa Hera trato de calmarlo tomando su mano y sonriéndole cálidamente, a lo cual Zeus tuvo que reprimir el impulso de sonrojarse (puede que lleven milenios casados, y pude que la allá engañado muchas, pero MUCHAS veces, pero aún así Zeus aún amaba a Hera como el primer día en el que decidió cortejarla, y Aunque El orgulloso rey del Olimpo lo niegue, su esposa lo tenía envuelto alrededor de su dedo meñique la mayor parte del tiempo)
Grover seguía sollozando, parecía estar esperando un castigo.
-No ha sido culpa tuya – le dije suavemente para que se tranquilice.
-Sí, sí que lo ha sido. Se suponía que yo tenía que protegerte- oh rayos! Comenzó otra vez con lo sucedido con Thalia.
PUM *Estática*
-AUCH! Para qué demonios fue eso Thalia?!- se quejó Grover mientras se frotaba su brazo derecho en el cual la hija de Zeus había impactado un "Thunderpunch"
En respuesta Thalia le envío una mirada fulminante.
-Eso fue por ser un completo idiota y aún seguir culpándote por lo que pasó hace años, ¿Cuántas veces tengo que decirte que no fue tu culpa?! Yo misma elegí quedarme atrás para qué tú y el resto llegarán al campamento a salvo- una Thalia completamente furiosa comenzó a despotricar en contra de su amigo sátiro, al cual no le atravesaba por su grueso cráneo que nada de lo que sucedió en la colina mestiza fue su culpa.
-Pero si lo es Thalia, se supone que mi deber era protegerte a ti y al resto no al revés! Yo debería haberme quedado atrás para que ustedes llegarán al campamento a salvo- Grover exclamó acaloradamente mirando a Thalia directamente a los ojos.
La hija de Zeus soltó un suspiro exasperado, pero aún así decidió no continuar con la discusión, ya tendría tiempo para hablar con Grover cuando tomarán un descanso de la lectura.
-Te pidió mi madre que me protegieras? –
-No, pero es mi trabajo. Soy un guardián. Al menos... lo era- y lo seguirá siendo mi amigo cabra.
-No te preocupes, ya te he dicho que no era tu culpa- dije cuando de repente me sentí mareado, la vista se me nubló y mi pecho empezó a dar punzadas ligeras de dolor.
Ante eso la preocupación fue palpable en los rostro de aquellos cercanos a Alexander Jackson, siendo sus futuras esposas... O al menos la mayoría de estás junto con el rey de Atlantis el cual seguía maldiciendo la suerte de su hijo.
Mientras tanto Apolo y sus hijos seguían tomando nota cada vez qué se mencionaba algún detalle sobre la enfermedad que poseía el dios la la caza, Incluso si dicha enfermedad no pudo ser curada por Caos, eso no quería decir que no buscarían la forma de realentizar los síntomas con el único fin de investigar más a fondo y posiblemente el encontar una posible cura.
-No te esfuerces más de la cuenta. Toma- dijo mientras me acercaba el vaso con néctar.
Me ayudó a sostener el vaso y me puso la pajita en la boca. Disfrutando el sabor de las galletas de mi madre que hace años no probaba.
Aquellos que habían podido probar dichas galletas hechas por la madre de Perseo Jackson no pudieron evitar el relamerse los labios como si de verdad pudiesen probar el exquisito sabor que estés poseía.
Antes de darme cuenta había vaciado el vaso.
-Estaba bueno? – preguntó Grover.
-Sí- fue mi única respuesta.
Suspiró.
-Y cómo te sientes? – preguntó con un tono preocupado.
-Podría arrojar a Bobofit a cien metros de distancia- o descuartizar a Chase pude haber dicho, pero le habría provocado un infarto a Grover.
-En serio Percy, tu sentido del humor me terminara matando un día de estos- se quejó Grover mientras se masajeada el puente de la nariz a la vez que citaba un suspiro exasperado, podría entender parcialmente el cómo se estaba sintiendo su amigo y que solo así a este tipo de bromas para tratar de contar todo su dolor... Pero aún así le tomara un tiempo acostumbrarse a la nueva forma de pesar que poseía su mejor amigo.
-Eso está muy bien. Pero no debes arriesgarte a beber más-
-Qué quieres decir? – sabiendo perfectamente su respuesta.
Me retiró el vaso con cuidado, como si fuera a explotar, bueno al menos él, y lo dejó de nuevo en la mesa.
-Vamos. Quirón y el señor D están esperándote- yupi, no sabes cuánto quiero ver al idiota alcohólico.
Levantando su vista de su revista de vinos para seguidamente entrecerrar sus ojos en dirección del libro, Dionisio soltó un gruñido grutural demostrando así su clara molestia ante la forma por la cual lo había llamado el dios encubierto. Más se abstuvo de hacer algún comentario se querer atraer la ira de Poseidon sobre su persona.
Pasando los distintos aspectos que ilustraban al Campamente Mestizo, llegamos finalmente a Casa Grande.
Al final del porche había dos hombres sentados a una mesa jugando a las cartas. La perra traidora y asesina que había tratado de matarme con el pudin.
-Ese es el señor D, el director del campamento. Sé cortés. La chica es Annabeth Chase; sólo es campista, pero lleva más tiempo aquí que ningún otro. Y ya conoces a Quirón.
-Señor Brunner! – exclamé, fingiendo sorpresa.
Quirón se volvió y me sonrió. Sus ojos tenían el brillo travieso que tanto extrañaba.
-Oh muchacho, haces sonrojar este viejo centauro con tus palabras- el entrenador de héroes dijo con una suave sonrisa en su rostro, a su lado la diosa lobo soltó un bufido mientras trataba de esconder una pequeña sonrisa.
-Ah, Percy, qué bien. Ya somos cuatro para el pinacle- dijo felizmente a lo cual me ofreció una silla a la derecha de Dionisio, que me miró con los ojos inyectados en sangre y soltó un resoplido. Idiota.
-Será mejor que no intentes nada estúpido Dionisio- Poseidon le advirtió a su sobrino, con los ojos entrecerrados, después sabía que El Dios del vino siempre había tenido rencor por los héroes, sobretodo por su hijo Teseo.
-No tienes de qué preocuparte tío, no haré nada siempre y cuando tu mocoso no me provoque- Dionisio desestimó la amenaza hecha hacia su persona, y prefería mejor volver a concentrar su atención en su revista.
-Bueno, supongo que tendré que decirlo: bienvenido al Campamento Mestizo. Ya está. Ahora no esperes que me alegre de verte- yo no, realmente esperaba que el viaje te hubiese atomizado de alguna manera, pero supongo que fueron meras ilusiones mías.
-El sentimiento es mutuo Peter, tenía la leve esperanza que Caos hubiese cometido un error Y en lugar de enviarte al pasado te hubiese vaporizado por completo- ignorando las miradas fulminantes hacia su persona, sobre todo de las esposas y padre y amigos del dios de la esgrima, Dionisio comentó.
-Vaya, gracias- cabrón que no puede recordar un nombre, aunque le paguen.
-Annabeth cuidó de ti mientras estabas enfermo, Percy. Annabeth, querida, por qué no vas a ver si está lista la litera de Percy? De momento lo pondremos en la cabaña once- genial, voy a tener que evitar asfixiar con una almohada a Castellán en la noche también.
El alzamiento de una ceja de parte de los semidioses pertenecientes al pasado se hizo presente, ya que más de uno tenía una duda sobre A qué se refería con eso, aunque los hijos Athena comenzaron a formular distintas hipótesis, y comenzaron a mirar con recelo al Hijo de Hermes.
-Claro, Quirón -contestó.
Echó un vistazo al cuerno de minotauro y me miró a los ojos. Y dijo:
-Cuando duermes babeas- realmente es una puta acosadora desde chica, me provoca escalofríos con solo pensar en que otras cosas a estado espiándome.
-Honestamente pensé que por lo menos todavía tenía los tornillos bien apretados en esa cabeza tuya Annabeth, pero veo que incluso a una edad temprana ya los pediste por completo sí comenzaste acosar a Percy cuándo físicamente solo tiene 12 años- el comentario provinientes de la hija de Zeus, hizo que por primera vez desde que había comenzado la lectura Annabeth alzar a la cabeza enviándole una mirada fulminante a su antigua amiga (ya que dudaba qué Thalia Ya quería seguir siéndolo luego de lo leído en el capítulo anterior).
La hija de Beryl Grace no sé inmutó ni un poco ante la mirada recibida, con todo lo que ha pasado, ya sea cuando estaba tratando de escapar de los monstruos, a sus constantes aventuras con la caza, era prácticamente imposible que se sintiera intimidada ante la mirada de una niña de no más de 12 años. Por lo que está simplemente la ignoro y volvió a centrar su total atención en la lectura, estuve reflexionando la conversación que tendría con el hijo de Poseidón cuando esté fuera traído también.
Y salió corriendo hacia el campo.
-Bueno, trabaja aquí, señor Brunner? – digo manteniendo arriba la máscara de niño perdido.
-No soy el señor Brunner. Me temo que no era más que un seudónimo. Puedes llamarme Quirón- dijo regalándome una sonrisa paternal.
-Vale. Y el señor D...? La D significa algo? – digo recordando lo que pasó la última vez.
El padre de Castor y Pollux resoplo con molestia, antelo y respetuoso que estaba haciendo el hijo de Poseidón hacia su persona.
Mientras tanto Apolo y Hermes se reían libremente a carcajadas ante la pregunta es por su primo, básicamente es como si estuvieses pregunté a un dios: ¿Eres importante o algo así?
Dionisio dejó de barajar los naipes y me miró como si yo acabara de decir una grosería.
—Jovencito, los nombres son poderosos. No se va por ahí usándolos sin motivo- pfff..., como si no lo supiese a esta altura.
-Y aún así tienes el descaro de usar los nombres de los monstruos a los que te has enfrentado- el rey fantasma había comentado.
-Lo siento- trato de sonar acongojado.
-Debo decir, Percy, que me alegro de verte sano y salvo. Hacía mucho tiempo que no hacía una visita a domicilio a un campista potencial. Detestaba la idea de haber perdido el tiempo- interrumpió Quirón.
-Visita a domicilio? –
Algunos semidioses no pudieron evitar tener celos ante el hecho de que el príncipe del mar había recibido una visita personal de parte de su entrenador, ya que esté solo le hacía con aquellos semidioses los cuales poseían una enorme potencial, eso sumándole la constante preocupación que mostraba su padre por él daba mucho que decir, y el hecho de que no pudieron evitar la envidia y el anhelo de tener lo que Percy Jackson tiene.
Por esto mismo, debido estar cegados por sus celos, no se dieron cuenta que para que haya obtenido todo eso, el destino le preparo un final muy trágico, en el cual constantemente decidían jugar con su hilo y ponerle de los desafíos más grandes a pesar de su corta edad, Percy Jackson pudo haber tenido lo que muchos semidioses anhelaban, pero tuvo que pagar un gran precio para ello, y una carga que constantemente está cargando con el único bien de mantener a todos los que ama a salvo.
-Mi año en la academia Yancy, para instruirte. Obviamente tenemos sátiros en la mayoría de las escuelas, para estar alerta, pero Grover me avisó en cuanto te conoció. Presentía que en ti había algo especial, así que decidí subir al norte. Convencí al otro profesor de latín de que... bueno, de que pidiera una baja- vaya forma sutil de decir que le engañaste con un viaje de ida a Roma.
-Umm, debo admitir que es una interesante estrategia, la que usó Quirón- la pretora de Nueva Roma alabo al centauro.
-Agradezco mucho el elogio señorita Ramírez- el entrenador del campamento mestizo agradeció haciendo una leve reverencia hacia Reyna.
-Fue a Yancy sólo para enseñarme a mí? – pregunté.
Quirón asintió.
-Francamente, al principio no estaba muy seguro de ti. Nos pusimos en contacto con tu madre, le hicimos saber que estábamos vigilándote por si te mostrabas preparado para el Campamento Mestizo. Pero todavía te quedaba mucho por aprender. No obstante, has llegado aquí vivo, y ésa es siempre la primera prueba a superar- claro, porque nunca les dice que para llegar aquí tienen que ser perseguidos que un monstruo.
-Geez, creo que las cosas hubiesen sido más fáciles de haberlo hecho- soltando un suspiro y estando completamente de acuerdo con su amigo el señor de lo salvaje comento.
-En eso podemos estar más que de acuerdo chico cabra- Thalia comentó, mientras por breves instantes recordara todo lo que ella y su grupo tuvieron que pasar hasta llegar al campamento.
-Grover, vas a jugar o no? – preguntó el borrachín.
-Sí, señor! –
-Supongo que sabes jugar al pinacle- me preguntó mientras me miraba con recelo.
-Sí, se jugar- respondí esta vez, pues le haré comerse su actitud de principito.
-Sí, se jugar señor- puntualizó él.
-Señor —repetí solo para no ofender su enorme orgullo.
-Algo que la mayoría de los dioses comparten entre sí- comentó descaradamente Valdez arabesque enfocaba su su mirada en la mayoría de los dioses, principalmente en Hera, sabiendo que por eso mismo su padre había terminado lisiado, debido a su apariencia robusta y nada atractiva, y por ese mismo hecho la "gran" (véase el sarcasmo) reina del Olimpo no quiso tener ese tipo de mancha en su familia lo cual terminó con su padre siendo arrojado del Olimpo.
-Bueno, junto con la lucha de gladiadores y Pac-man, es uno de los mejores pasatiempos inventados por los humanos. Todos los jóvenes civilizados deberían saber jugarlo- comenzó a desvariar.
-Por favor, qué es este lugar? Qué estoy haciendo aquí? Señor Brun... Quirón, por qué fue a la academia Yancy sólo para enseñarme? – continué con mi papel de ignorante.
Dionisio resopló y dijo:
-Yo hice la misma pregunta- ni siquiera te pregunté borracho inmundo, en serio, por qué Tia te otorgó su lugar en el consejo?
-Lo hice principalmente para evitar una guerra interna en el Olimpo querido, pero si soy sincera estoy comenzando arrepentirme de mi decisión- ante la pregunta que se le fue hecha respondió con total honestidad la diosa del hogar sin ser consciente que como había llamado al Dios encubierto, a la vez que tampoco noto las miradas llenas de sorpresa que le estaban dando sus hermanos y hermanas o la mirada fulminante de algunas de sus compañeras de harem.
El director del campamento repartía. Grover se estremecía cada vez que recibía una carta.
-Percy, es que tu madre no te contó nada? – preguntó el entrenador de héroes.
-Me dijo que le daba miedo enviarme aquí, aunque mi padre quería que lo hiciera. Dijo que en cuanto estuviera aquí, probablemente no podría marcharme. Quería tenerme cerca- expliqué recordando a mi madre cuando estuvimos ese día en la playa de Montauk.
-Cómo adoro esa playa, me trae muchos bellos recuerdos- el esposo de anfítrite comento soltando un suspiro mientras sus ojos brillaban en nostalgia recordando su anterior romance con Sally.
-Lo típico. Así es como los matan. Jovencito, vas a apostar o no? – interrumpió el dios del vino
Con un rápido movimiento de sus mano Poseidón hizo que una buena cantidad de agua directamente desde el Ártico diera de lleno en la cara de Dionisio, el cual al estar tan desprevenidos salió disparado desde su trono hasta el suelo debido a la presión empleada.
-algún otro comentario inteligente que quieras compartir sobrino?- pregunto El Dios del mar sin tomarle mucha importancia a sus anteriores acciones hacia el director del campamento.
-...- lo único que recibió del esposo de Ariadne fue silencio, a pesar de estar temblando debido a la baja temperatura que se encontraba el agua con la que fue atacado previamente.
-eso pensé, abstente de hacer otro comentario como ese, ya que incluso si fue tu contraparte en el libro quién lo dijo sé que tú no hubieras tenido ningún problema en decirlo, y no tolerar estar comportamiento en mi presencia quedó claro?- mirando con los ojos entrecerrados la figura empapada de su sobrino el ex amante de Sally Jackson le advirtió, antes de regresar su atención a la lectura.
Aposte con tal de que mantenga su cloaca cerrada. Quizás no sea un traidor como Chase, pero tampoco debe tentar mi paciencia.
-Me temo que hay demasiado que contar. Diría que nuestra película de orientación habitual no será suficiente- repuso Quirón.
-Película de orientación? – pregunté, quizás esta vez sí vea esa película.
-No dejaste que viera la película de orientación Quirón?- el Dios Poseidón preguntón mirando fijamente al entrenador de héroes.
-No, supuse que con todo lo que le sucedió en ese momento, le resultaría muy difícil entender la película, Por lo cual opté por explicar personalmente la función del campamento y del porque estaba ahí- Dio su explicación el centauro.
-Olvídalo. Bueno, Percy, sabes que tu amigo Grover es un sátiro y también sabes que has matado al Minotauro. Y ésa no es una gesta menor, muchacho. Lo que puede que no sepas es que grandes poderes actúan en tu vida. Los dioses, las fuerzas que tú llamas dioses griegos, están vivitos y coleando.
Aja, por favor dime algo nuevo.
-Si, si sabemos que ser del futuro tiene sus ventajas, tampoco es para que nos los restriegues en la cara Water Boy- soltando un bufido comento Leo, a lo que la mayoría de los semidioses estuvieron de acuerdo con el duende.
De repente me acordé de lo que iba a pasar y volteé mis ojos en exasperación.
-Ah, matrimonio real! Mano! Mano! - Y rio mientras se apuntaba los puntos.
-Jeje, veo que sigues obsesionado con vencer a Quirón, D- se rió Hermes recordando que su Hermano no a podido vencer al entrenador de héroes ni una sola vez en pinacle.
Dicho dios solo siguio leyendo su revista optando por ignorar las burlas del dios ladrón.
-Señor D, si no se la va a comer, ¿puedo quedarme su lata de Coca-Cola light? - preguntó Grover tímidamente.
-Vamos tener que trabajar en tu confianza luego de esto chico cabrá- Thalia le dijo a su amigo sátiro, haciendo oídos sordos a sus protestas y quejas hacerca de que no era necesario.
-Eh? Ah, vale- Grover dio un buen mordisco a la lata vacía de aluminio y la masticó lastimeramente.
-Parece que también trabajaremos en tu autoestima- Agrego la hija de Beryl Grace a su declaración anterior.
-Thalia lo digo enserio no es necesario, ya no soy así ¡de verdad!- el señor de lo salvaje dijo, solo para que su declaración cayera en oídos sordos.
-Espere. Me está diciendo que existe los dioses?
Una sonrisa traviesa cruzo por el rostro de Hermes antes de propinarle un fuerte golpe a Apolo en su brazo haciendo que este saltará levemente desde su trono.
-AUCH! ¿Que demonios Hermes?- se quejó el dios del sol, enviándole una mira molesta a su hermano menor.
-Solo me aseguro de que seas real, si nuestro primo viajero del tiempo tiene dudas es mejor verificar- se defendió el mensajero del Olimpo.
-El solo estaba fingiendo y tú eras consiente de ello- le respondió con un gruñido Apolo, no ayudando en nada la sonrisa burlona que le dedicaba quien en el pasado robo sus vacas.
-Si. Me refiero a seres extraordinarios que controlan las fuerzas de la naturaleza y los comportamientos humanos: los dioses inmortales del Olimpo. Es una cuestión menor.
-Menor?- pregunto el dios del rayo frunciendo el seño con claro molestia, algo que fue imitado por su esposa e hijos que compartían el dominio de la guerra.
-Menor? -
El resto de residentes en la sala del torno no pudo evitar reírse ante el rostro horrorizado de los reyes del Olimpo junto con Ares al coincidir con su sobrino/primo/yerno(este último en el caso de Zeus y Ares) mientras tanto la diosa de la sabiduría se había sonrojado levemente al tener el mismo pensamiento de quién se supone que será su futuro esposo.
-Sí, bastante. Los dioses de los que hablábamos en la clase de latín-
- Athena, Poseidón, Artemisa, Hestia...Se refiere a ésos? - dije esta vez cambiando a mi padre y algunas de mis esposas, lo siento Dite.
-Ohh, no te preocupes cariño, estoy más interesada en tu exquisita vida amorosa y todo el drama en ella- ronroneo la diosa del amor con una sonrisa mientras se relamía los labios.
Mientras esto pasaba los hijos de Afrodita se están preguntando si debería considerar la idea de llamar al hijo de Poseidón "papá" ya sea en broma en el caso de los mayores, mientras que algunos de los más jóvenes más enserio con la esperanza de tener una verdadera figura paterna.
Y allí estaba otra vez: un trueno lejano en un día sin nubes. En serio Zeus, deja de ser tan paranoico.
-Jovencito, yo de ti me plantearía en serio dejar de decir esos nombres tan a la ligera- metió la cuchara Dionisio.
-Pero yo no creo en los dioses- respondí manteniendo la fachada.
-Pues más te vale que empieces a creer. Antes de que alguno te calcine- inténtalo y tendrás dos piernas menos borracho incompetente.
-Y dos brazos también si le tocas un solo cabello- siseo Poseidon enviándolo una mirada de muerte al esposo de Ariadne, haciendo que el mencionado se estremeciera por el miedo que le tenía a dicha mirada.
-P... por favor, señor. Acaba de perder a su madre. Aún sigue conmocionado- intentó cooperar conmigo el chico cabra.
-Lo serio es mucho pedir que dejen de llamarme por ese sobrenombre?!- un exasperado Grover Underwood pregunto tomando ligeros puñados de su cabello entre sus manos mientras tiraba de ellos.
-Si- respondieron todos los amigos del sátiro, haciendo que el mencionado soltará un balido en señal de molestia.
-Menuda suerte la mía. Ya es bastante malo estar confinado en este triste empleo, para encima tener que trabajar con chicos que ni siquiera creen! - se quejó el dios.
-Eso es lo que obtienes por desobedece mis órdenes- Zeus le dijo a su hijo, haciendo que el dios de la locura lo fulminará con la mirada.
-La única razón por la que hiciste esa orden fue porque tú querías llevar a esa ninfa a tu cama- murmuro por lo bajo la deidad fiestera.
Hizo un ademán con la mano y apareció una copa en la mesa. La copa se llenó sola de vino tinto. Idiota, pensé.
-Señor D, sus restricciones- le recordó Quirón. El señor D miró el vino y fingió sorpresa.
-Madre mía. Es la costumbre! Perdón! - volvió a mover la mano, y la copa de vino se convirtió en una lata fresca de Coca-Cola light.
-Si como no- bufo el rey del Olimpo, no creyendo ni por un momento lo que su hijo había dicho.
Suspiró resignado, abrió la lata y volvió a centrarse en sus cartas. Quirón me guiñó un ojo.
-El señor D ofendió a su padre hace algún tiempo, se encaprichó con una ninfa del bosque que había sido declarada de acceso prohibido.
-Y aún me preguntó el por qué la declaraste de acceso prohibido querido esposo mío- dijo Hera en un falso tono inocente mirando a su esposo/hermano directamente a los ojos.
La única respuesta que dio el rey del Olimpo fue desviar la mirada y prefirió prestar atención al libro que enfrentar la mirada que su esposa le estaba dirigiendo en estos momentos.
-Una ninfa del bosque- repetí en un tono semi burlón.
-Sí. A Padre le encanta castigarme. La primera vez, prohibición. Horrible! Pasé diez años absolutamente espantosos! La segunda vez... bueno, la chica era una preciosidad, y no pude resistirme. La segunda vez me envió aquí. A la colina Mestiza. Un campamento de verano para mocosos como tú. "Será mejor influencia. Trabajarás con jóvenes en lugar de despedazarlos", me dijo- comenzó a lloriquear.
- Quizás si hubiese obedecido a su rey, no estaría estancado aquí con mocosos como yo, o no? - dije, esperando a ver cuál era su reacción.
-Pues claro que así seria, por algo se me otorgo el titulo de dios de la justicia- proclama con arrogancia Zeus, haciendo que todo en consejo pusiera los ojos en blanco.
-Seguro que madre Reah no lo dejo caer cuendo era niño?- Poseidon le pregunto a su hermano mayor, en respuesta el rey de Inframundo adoptó un pose pensativa.
-Eso podría explicar muchas cosas en realidad-
Me miró directamente a los ojos, intentando repetir lo que me hizo la primera vez, excepto que esta vez puse una barrera mental con una fracción de mi poder divino. En la cual choco estrepitosamente.
-Ese es mi chico- el gobernante de Atlantis dijo con una sonrisa orgullosa.
En cambio el dios de la locura simplemente soltó un resoplido antes del descaro que tenía el hijo de Poseidón al desafiarlo.
- Quieres comprobar mi poder, niño? - preguntó frunciendo el ceño.
-Haz lo que quieras, pero a quien sea mi padre no le gustará nada- le dije desafiante.
-No solo a tu padre cabeza de algas- la hija de Zeus comento en un tono duro, mientras le enviaba una mirada fulminante a su hermano borracho.
Sin que está lo supiera aquellas mujeres que tienen o empiezan a desarrollar sentimientos por el dios de la caza miraron de igual forma a Dionisio
El fuego se atenuó un poco y él volvió a la partida.
-Me parece que he ganado- dijo.
-Un momento, señor D. El juego es para mí- dijo Quirón mostrando una escalera.
-Pues lamento interrumpir sus fantasías de ganadores, pero creo yo he ganado el juego- digo mostrando mis cartas, con tal de molestar al obeso dios.
-Pss, Hermes- llamo Apolo a su hermano menor.
-Si?- cuestiono el dios de los ladrones.
-Creo que debemos considerar incluir a nuestro primo/cuñado a nuestra próxima noche de poker en Las Vegas- El hijo de Leto la dijo a Hermes con una sonrisa brillante, a los cual la deidad viajera alzo una ceja.
-Creí que estabas enojado con él por tomar la virginidad de Artemisa- el dijo inclinado su cabeza ligeramente.
En respuesta el rostro se Apolo se torno sombrío.
-No negare que lo estoy, pero el hecho de que me he convertido en tío logra apaciguar cualquier irá que siento hacia el- dijo el gemelo de Artemisa.
-Mmm bueno si lo pones en esa manera, no me importaría si el se une a nosotros, siempre es mejor tener más compañía- Hermes movió la cabeza en señal de aceptación.
Dionisio tan solo se levantó, y Grover lo imitó.
-Estoy cansado- Creo que voy a echarme una siestecita antes de la fiesta de esta noche. Pero primero, Grover, tendremos que hablar otra vez de tus fallos- comentó el dios.
La cara de Grover se perló de sudor.
-S-sí, señor-
El señor D se volvió hacia mí.
-Cabaña once, Percy Jackson. Y ojo con tus modales- seguro gordinflón.
En respuesta el Sr. D simplemente soltó un resoplido ignorando las miradas que estaba recibiendo (mayormente de parte de los semidioses al ver que había llamado al hijo de Poseidón por su verdadero nombre), y decido centrar su atención en su revista.
Se metió en la casa, seguido de un tristísimo Grover.
-Estará bien Grover? -le pregunté a Quirón, que asintió, aunque parecía algo preocupado.
-El bueno de Dionisio no está loco de verdad. Es sólo que detesta su trabajo. Lo han... bueno, castigado, supongo que dirías tú, y no soporta tener que esperar un siglo más para que le permitan volver al Olimpo- me explicó por segunda vez.
"Nosotros tampoco soportamos el hecho de esperar un siglo para librarnos de el" pensaron casi todos los semidioses griegos, con la única excepción de Castor y Pollux.
-Y por eso no debiste escucharme cuando dije que nadie tenía permitido tocar a esa ninfa Dionisio, las cosas serían diferentes si solo hubieras seguido mis órdenes- Zeus dijo mirando a su hijo.
-Tsk como sea, de igual forma logré acostarme con ella, así que desde mi punto de vista ambos perdimos- dijo el dios de la locura devolviéndole la mirada a su padre.
-El monte Olimpo. Me está diciendo que realmente hay un palacio allí arriba? - pregunté poniendo cara de asombrado, creo que a esta altura, Caos debería haberme hecho dios del teatro también.
Ante ese comentario Leo adoptó su mejor interpretación de un rostro sería y con voz grave dijo:
-Todos alaben al gran Perseo Jackson, dios de las mareas, la esgrima, la caza, la lealtad, el tiempo y no olvidemos su dominio más poderoso... EL TEATRO!- Leo rugió mientras que la mayoría de los semidioses griegos junto con Apolo y Hermes se partían de la risa ante las payasadas del elfo latino.
A su vez los romanos únicamente rodaron los ojos, pero si se les prestaba la suficiente atención se podían ver leves sonrisas en sus rostros.
-Veamos, está el monte Olimpo en Grecia. Y está el hogar de los dioses, el punto de convergencia de sus poderes, que de hecho antes estaba en el monte Olimpo. Se le sigue llamando monte Olimpo por respeto a las tradiciones, pero el palacio se mueve, Percy, como los dioses-
-Quiere decir que los dioses griegos están aquí? En... Estados Unidos? - fingí estar impresionado ante esta revelación.
-Así es mi querido Water Boy, después de todo ni los propios dioses pueden resistirse a la idea de vivir el sueño americano!- alegremente contexto Leo a la pregunta hecha por el Percy del libro, ignorando con facilidad de la mirada que le enviaba en la mayoría de los dioses, mientras que Apolo y Hermes estaban más que de acuerdo con el comentario de su sobrino.
-Desde luego. Los dioses se mueven con el corazón de Occidente-
-O sea, quieres decirme que, avanzando en el tiempo, los dioses se iban moviendo a los puntos más influyentes de la civilización? - pregunté esta vez, haciendo que Quirón abra sus ojos enormemente ante mi cuestión.
-Sere sincero en un inicio no pensé que Percy tendría ese tipo de razonamiento así que me debe haber tomado por sorpresa cuando lo dijo de esa manera- notando que más de uno miro con duda al entrenador de héroes, este procedió a responder la pregunta no formulada con respecto al gesto de su contraparte del libro.
-Exacto Percy! En todas las naciones predominantes en los últimos tres mil años puedes verlos en cuadros, en estatuas, en los edificios más importantes. Y sí, Percy, por supuesto que están ahora en tus Estados Unidos. Mira vuestro símbolo, el águila de Zeus. Mira la estatua de Prometeo en el Rockefeller Center, las fachadas griegas de los edificios de tu gobierno en Washington. Te reto a que encuentres una ciudad estadounidense en la que los Olímpicos no estén vistosamente representados en múltiples lugares. Guste o no guste (y créeme, te aseguro que tampoco demasiada gente apreciaba a Roma), Estados Unidos es ahora el corazón de la llama, el gran poder de Occidente. Así que el Olimpo está aquí. Y por tanto también nosotros- explicó mientras movía sus brazos en un trance.
-Entonces al final, solo somos una gota más en el mar de la historia? - le pregunto, descolocándolo ante mi enfoque de pensamiento.
-Okay qué pasa con Prissy y todos sus comentarios relacionados con el mar?- cuestionó Clarisse con el ceño frunciendo.
-Eso es algo natural en todos mis hijos, siempre tienden a relacionar cualquier tipo de explicación con algo que tenga que ver con el mar- respondió con calma Poseidon a la pregunta hecha por su futura nuera.
-Bueno, ésa es la pregunta que todos queremos que nos respondan, verdad? Pero ahora deberíamos buscarte una litera en la cabaña once. Tienes nuevos amigos que conocer, mañana podremos seguir con más lecciones. Además, esta noche vamos a preparar junto a la hoguera bocadillos de galleta, chocolate y malvaviscos, y a mí me pierde el chocolate.
Ante este último comentario todos los residentes del campamento mestizo incluyendo el propio Dionisio mirado con recelo al centauro, sabiendo que su comentario era solo una manera suave de decir su gran obsesión por el chocolate.
Dicho centauro era totalmente ajeno a las miradas que estaba recibiendo ya que estaba más concentrado en hablar con Lupa, de hecho si se prestaba la suficiente atención se podía ver cómo ambos tenían leves rubores en sus rostros.
Y entonces se levantó de su silla de ruedas, liberándose así de su farsa de paralítico con mezcla de cafetera andante.
-Qué alivio! Llevaba tanto tiempo ahí dentro que se me habían dormido las pezuñas. Bueno, venga, Percy Jackson. Vamos a conocer a los demás campistas- dijo por segunda vez en mi vida, solo para que mi cara forme una sonrisa esperanzadora, sabiendo que voy a volver a verla de nuevo, aunque sea una bienvenida no tan agradable, pero esta vez me encargaré de que sea mucho mejor.
Los semidioses griegos del futuro no pudieron evitar volver su atención hacia la hija de Ares, la cual levanto una ceja cuando se dio cuenta que estaba siendo observada, internamente cuestionando sé qué diablos le sucedía a todos ellos y por que algunos de ellos le estaban sonriendo.
Al ver que no dirigen nada ella simplemente los fulminó con la mirada, a su vez que soltaba un gruñido, y ya se hubiera lanzado atacar a uno de ellos de no ser porque fue frenada por Silena.
Caminando al lado de Quirón, volvía a mirar con un aire de nostalgia al campamento. La última vez que había venido por aquí, fue una imagen muy deprimente, la falta de gente, los ánimos por el suelo y la constante paranoia no ayudaban mucho en esos tiempos.
Me volví para mirar la casa. Sé que el oráculo me estaba observando, tan solo desearía que fuese Rach en lugar de esa vieja momia la que me estuviese mirando.
-Rach?- pregunto confundido el dios del sol.
Ante la pregunta las de uno de los semidioses del futuro se tensaron al no saber cómo reaccionaria Apolo.
-Bueno Lord Apolo... Lo que sucede- finalmente decidió hablar Piper atrayendo la atención del dios. -Rachel es una mortal de visión clara la cual se convertirá en su nuevo oráculo en un futuro cercano- finalizó la hija de Afrodita esperando la reacción del hijo de Leto.
-Si! Mi oráculo ya no es una maldita momia arrugada- comenzó a festejar solo para detenerse abruptamente cuando la realidad lo golpeó.
"Rachel Elizabeth Dare- Jackson / Jean Paul Jackson"
Casi al instante su expresión brillante y alegre se volvió sombria mientras su rostro se volvía rojo de furia.
-Entonces me estás diciendo que, EL BASTARDO DE MI PRIMO NO SOLO SE ACOSTÓ CON MI HERMANITA, SINO QUE TAMBIÉN CON MI ORÁCULO?!- rugió con furia Apolo, solo para tener que reaccionar rápidamente y esquivar una flecha de parte de Artemisa.
-Por que no gritas más fuerte idiota?! Estoy segura que en Nueva York no te escucharon bien!- le gritó Artemisa mirando con furia a su hermano, mientras su rostro tenía un leve rubor, aunque el resto en la sala del trono no sabía si era por vergüenza o irá... O talvez ambos.
Paseamos por los campos donde los campistas recogían fresas. Quirón me contó que el campamento producía una buena cosecha que exportaba a los restaurantes neoyorquinos y al monte Olimpo.
-Cubre nuestros gastos. Y las fresas casi no dan trabajo- aclaró el centauro.
-Quirón, si los dioses y el Olimpo y todo eso es real...- comencé a repetir una vez más la línea temporal para evitar molestias.
-Sí? -
-Significa que también es real el inframundo? - disparé, viendo como sus facciones se ensombrecían.
-Por favor díganme qué no está planeando ir al Inframundo- rogó Poseidon mirando a los semidioses griegos presentes.
Los semidioses mencionados simplemente apartaron la mirado o silbar inocentemente.
Poseidon ante eso optó por llevarse las manos al rostro mientras soltaba un gemido exasperado, sabiendo que su hijo le causará grandes dolores de cabeza a futuro en todas sus aventuras.
-Así es. Hay un lugar al que los espíritus van tras la muerte. Pero por ahora... hasta que sepamos más, te recomendaría que te olvidaras de ello- replicó, dándome a entender que no quería hablar más del tema, a lo cual se lo brindo, pues me estoy agotando de repetir todo de nuevo.
-Vamos, Percy. Visitaremos el bosque-
A medida que nos acercamos, reparé en la enorme vastedad del bosque. Mientras me contaba sobre cómo no había que ir más allá del límite y otras cosas más, a las cuales me negué a escuchar por segunda vez en mi vida. Si la primera había sido aburrida, esta habría matado directamente a Kronos.
Malcolm palideció cuando se vio obligado a pronunciar el nombre del titán del tiempo, dicha reacción fue compartida para el resto de sus hermanos/as quienes miraron a su hermano con preocupación y algo de miedo como si está fuera a desaparecer en cualquier momento.
La única que no había reaccionado de tal manera fue Annabeth la cual resistió el soltar un bufido creyendo que sus hermanos solo estaban siendo dramáticos, después de todo ella le había comentado a Lord Kronos que sus hermanos serían de utilidad para cuando el se alzará y trajera consigo una nueva era dorada, por lo cual no había de que preocuparse...
... Verdad?
Al final me enseñó las "cabañas" pertenecientes a los hijos de los olímpicos.
El número 9, la cabina de Hefestos, liderada por Charlie
Ante la mención de su nombre el hijo de Hefesto levanto la vista de su libreta de diseños y simplemente dió un cabeceó a manera de saludo cuando algunos (sobretodo sus hermanos romanos) voltearon a verlo con curiosidad.
y luego por Leo;
Ante la mención de su nombre el semidiós latino realizó una dramática reverencia a su vez que le dedicaba una sonrisa coqueta y un guiño a algunas de las chicas presentes, lo cual hizo que estás en respuesta únicamente pusieron los ojos en blanco.
la 4, cabina de Deméter y dirigida por Katie;
La hija de Deméter dió un simple saludo amistoso con una amable sonrisa, sin notar que que Travis Stoll la miraba con una sonrisa estúpida en su rostro, teniendo que ser sacado de su ensoñación por su hermano Connor.
la 7, bañada en puro oro, era la de mi cuñado, Apolo.
El rostro de Apolo se oscureció teniendo que reprimir una mueca ante el título que se fue dado, más optó por no decir nada al ver el rostro ligeramente sonrojado de su gemela.
En el centro de la zona estaba Hestia, junto a la hoguera, moviendo suavemente las brasas con su vara. Deteniéndome, debato entre acércame a ella e interactuar.
-Espera, espera- comenzó a decir Deméter con los ojos bien abiertos en estado de shock. -Si el puede verte eso significa...
-Es alguien noble y de corazón puro- termino la oración Hestia siendo como sus mejillas comenzaban a calentarse por la vergüenza.
Luego de lo que parecía una década, decido acercarme a ella, dejando a Quirón abandonado. Lentamente me aproximo a Tia, solo para que mi mente empiece a jugarme una mala pasada.
Una expresión de preocupación se hizo presente en el rostro de la diosa del hogar temiendo que su presencia molestará de alguna manera a su sobrino/futuro esposo.
-Percy! Volviste, mira quién te ha estado esperando toda la tarde- Tia aparecía por la entrada de su templo con una beba en sus brazos, y me daba un beso en los labios cuando la abrazaba a mi cuerpo.
-Hola Tia, hoy estás más hermosa que ayer mi amor. Y quién es esta pequeña intrusa que intenta tirar de mi pelo? - digo juguetonamente a la beba en mis brazos.
-Reah, no seas tan brusca con tu padre, o no te contará un cuento esta noche- le reprochaba Hestia a mi pequeña hija de cuatro meses.
-Así estamos en esas, no Reah? Y yo que traía un lindo peluche para ti a cambio de un beso- le decía a mi bebé mientras le mostraba el juguete con forma de burrito, a lo cual, cuando divisó, empezó a mover sus manitas para abrazarlo.
Ante el breve recuerdo el cerebro de Hestia no resistió más por lo cual termino por desmayarse, pero apesar de eso la hija mayor de Kronos tenía una enorme sonrisa en su rostro.
A su vez Afrodita junto con la mayoría de sus hijas soltaron un fuerte chillido que termino por aturdir a la mayoría, ya sean dioses o semidioses.
-Ooh tu historia de amor es cada vez más interesante joven héroe, en verdad espero que este libro muestre TODA tu historia de amor, sobretodo en como pudiste enamorar y casarte con 12 mujeres incluyendome a mi misma- dijo feliz la diosa del amor.
-Dite sería mucho pedir que al menos nos avises cuando haces eso? Aún puedo sentir como mis tímpanos están retumbando- se quejó Apolo tratando de usar sus poderes curativos para aliviar el dolor de cabeza que trajo en chillido de Afrodita y sus hijas.
En respuesta Afrodita simplemente miro con una sonrisa traviesa al hijo de Leto, lo cual hizo que Apolo gimiera sabiendo que la diosa del amor volvería a hacer eso en un futuro cercano.
Mientras tanto la diosa del hogar se despertó de su estado de inconsciencia, desviando la mirado cuando noto que sus hermanos y hermanas la miraron fijamente, por lo cual hizo todo lo posible para suprimir el sonrojo de sus mejillas.
Hago caso omiso a los recuerdos y sigo avanzando hacia la hoguera, hasta llegar a ella. Haciendo que ella gire su cabeza y me mire curiosamente con sus hermosos ojos rojos como llamas danzantes. A lo cual respondo con una sonrisa, de esas que a ella tanto le gustaban.
-Ohh, ahora tengo curiosidad de como es esa sonrisa- comentó la hija Uranus sin darse cuenta de que algunas de sus hermanas-esposas del futuro se sonrrojaron levemente al recordar la infame sonrisa torcida de Perseo.
-Ho-hola...- me dijo mientras agachaba su cabeza sonrojándose, lo cual me causó una suave risita.
-Aww parece que a nuestra querida diosa del hogar le han robado el corazón- arrullo Afrodita mirando a la hija mayor de Reah la cual trato de ignorar las burlas de la diosa hija de Uranus, atendiendo el hogar.
"Mi esposo es malvado" pensó Hestia haciendo un puchero sabiendo de primera mano que pasaría mucha vergüenza en el futuro gracias a las acciones de Alexander Jackson.
-Hola! Mi nombre es Percy, y soy nuevo aquí- le digo sonriendo, solo para que su rubor empeore.
-Bienvenido Percy, espero que disfrutes el campamento- dijo con su suave vocecita, lo cual me hacía querer abrazarla.
-No me opondría si lo hicieras- dijo en un suave susurro futura madre de Reah Jackson.
Mientras tanto los 5 hermanos de Hestia se miraron fijamente para luego simplemente asentir con la cabeza, prometiendo tener una reunión de emergencia para discutir la situación actual de hermana mayor.
-Gracias! Oye...quieres enseñarme el campamento? Digo si no es tanta molestia para ti- le pregunto con la esperanza de que acepte.
-Po-por qué quieres que te acompañe? Acaso Quirón no está haciendo eso? - me cuestionó.
-Sí, bueno, verás, te vi aquí tan sola que algo dentro de mí dijo que te pregunte y no te deje acá abandonada. Así que, que dices? - le digo, rogando a que se crea mi mentira piadosa.
-Mentiroso- acuso Artemisa al ver cómo el hijo de Poseidón estaba engañando a su tía.
-Aww, vamos Arty el solo quiere pasar tiempo una de sus queridas esposas, no puedes culparlo por eso- dijo Afrodita con una sonrisa.
En respuesta Artemisa miro a la diosa con una mirada fulminante. -Vuelve a llamarme Arty y te juro que te afeitare la cabeza Afrodita- dijo con los dientes apretados.
La única respuesta que obtuvo fue una sonrisa engreída de parte de la bella deidad, Ha! Ella no tenía porque preocuparse porque la diosa de la caza cumpliera su amenaza, ella simplemente usaría sus poderes para hacer crecer su cabello nuevamente.
"Aunque me preguntó qué tipo de peinado le gustaría al joven Perseo" pensó para si misma, mientras jugaba con uno de sus hermosos mechones rubios.
-Umh...está bien, espero no ser una molestia- dijo en un susurro mientras empezaba a levantarse, solo para que yo alce sorpresivamente y la coloque sobre mis hombros, con sus piernas a los costados de mi cuello, y sus manitos en mi pelo.
El rostro de Hestia adquirió una tonalidad escarlata ante la posición descrita, sintiéndose avergonzada de que su futuro esposo la estuviera tratando como una niña.
Todo esto mientras que algunos de sus familiares (Cof, Cof... Apolo y Hermes Cof, Cof...) se reían de su desgracia.
-Malos- se quejó la diosa haciendo un adorable puchero.
-Genial! Ahora disfruta de una vista aérea mientras me muestras el lugar! - exclamo felizmente, solo para ser recibido por un atónito centauro por lo sucedido hace unos instantes.
-Creo que la reacción de Quirón estaría más que justificada- dijo el sátiro en defensa de dicho centauro. -Percy prácticamente cargo a Lady Hestia como si fuera lo más normal del mundo, es obvio que el se sentiría desconcertado ante tal escena- finalizó el señor de lo salvaje.
Mientras hablaba Grover no noto la mirada celosa de la hija de Zeus la cual miro por breves instantes a su tía antes de soltar un bufido, definitivamente ella estaría teniendo una MUY larga conversación con su cabeza de algas, cuando esté fuera traído de dónde quiera que esté.
-Y esa es la cabina número 5, perteneciente a los hijos de Ares- me explicaba diligentemente Tia.
Dentro vi un montón de chicos y chicas con cara de malos, echándose pulsos y peleándose mientras sonaba música rock a todo trapo.
Quien más ruido hacía era una chica de unos catorce años. Llevaba una camiseta talla XXL del Campamento Mestizo bajo una chaqueta de camuflaje. Ella era mi Clar, mi linda y fuerte esposa.
-Aww que dulce, el piensa que eres linda- arrullo Silena mirando a su amiga de manera burla. -No estás contenta por eso Clarisse?- ella pregunto.
La única respuesta que obtuvo de la hija de Ares fue que está le enviará una mirada amenazante... O al menos trato ya que el claro sonrojo que presentaba la chica arruinó por completo el factor amenazante.
Me miró fijamente, y antes de que ella pudiese lanzar su carcajada malévola como la última vez, le sonreí tal como hice con Hestia. Solo para ganarme un ligero rubor en sus mejillas y desviar su mirada a otro lado.
-Oh parece que alguien tiene una debilidad por ver a su novio, si es capaz de hacerte sonrojar con una simple sonrisa- continuo burlándose la hija de Afrodita.
-Es más que una simple sonrisa- murmuro por lo bajo Reyna, sabiendo de primera mano que la sonrisa de Jackson era un arma a tener en cuenta.
-Deja de molestarme Silena- Clarisse dijo con un gruñido. -Además el no es mi novio el es...- comenzó diciendo la hija de Ares.
-Tienes razón cariño, el no es tu novio es tu ESPOSO- la interrumpió Afrodita ayudando a su hija a burlarse de la chica de cabello castaño.
En respuesta LaRue fulminó con la mirada a la diosa del amor, honestamente Clarisse se preguntaba quién era más irritante a la hora de molestarla, si la madre o la hija.
-No se aburre? - pregunto repentinamente a Quirón.
-A qué te refieres Percy? - me preguntó curiosamente Hestia.
-Al hecho de ser un entrenador de héroes. Héroes que con el tiempo se desharán en historias, mientras usted continua aquí, viéndolos pasar uno a uno- digo tratando de dilucidar alguna respuesta del centauro.
Quirón pareció volverse de nuevo duro de oído. Por segunda vez en la misma línea del tiempo!
-Ah, mira. Annabeth nos espera- dijo mientras indicaba a Chase que se encontraba viendo un libro llamado "Arquitectura de la Antigua Grecia".
-No se suponía que los semidioses tenían dislexia?- pregunto Atenea alzando una ceja.
-Bueno teniendo en cuenta que ahora es un dios quizás ya no tiene porqué preocuparse por ella- sugiero amablemente Demeter.
-Podria ser, pero parece que ya está acostumbrado a poder leer sin las dificultades que trae consigo la dislexia- reflexiono la diosas de la sabiduría. -Lo único en lo que puedo pensar es que de alguna manera logro superar su dislexia cuando aún era un semidiós- teorizó Atenea, haciendo que más de uno parpadeara sorprendido, el hecho que un semidiós sea capaz de superar su dislexia o mantener bajo control su TDAH era algo muy impresionante.
Si, con el tiempo Atenea me enseñó a leer, superando mi problema de dislexia, e incluso me enseño varios idiomas, como el francés o el alemán.
-Bueno ahora sabemos el cómo lo hizo- comento el rey del Inframundo mirando a su sobrina, la cual es encontraba en conflicto.
Mientras que una parte de ella se sentía orgullosa de tal logro como el haber hecho que un semidiós superara su dislexia e incluso ser capaz de enseñarle otros idiomas era un enorme logro. La otra parte por otro lado se sintió molesta porque de entre todos los semidioses tuvo que ser el engendro marino de Poseidon.
"Auch, que en el Hades" la diosa se sobresalto cuando sintió que alguien de daba un pellizco, sorprendiendose enorme cuando noto que fue su propia mano la que había llevado acabo tal acción.
"Tienes algo que ver es esto Minerva?" Le pregunto a su contraparte romana con el ceño fruncido.
"A mí no me mires grieguita no tengo nada que ver en esto" respondió la diosa artesana.
La respuesta de su mitad romana solo trajo más confusión a Atenea, ya que si Minerva no había sido entonces ¿como que su propia mano la había pellizcado en primer lugar?
"Y lo peor de todo es que este dolor te cabeza no me deja pensar con claridad" pensó Atenea para si misma mientras se frotaba la cien. "Si esto sigue así tendré que pedirle a Apolo que me realice un chequeo médico"
Cuando llegamos junto a ella, me repasó con mirada crítica, como si siguiera pensando en que babeaba cuando estaba durmiendo.
-Annabeth, tengo clase de arco para profesores a mediodía. Te encargas tú de Percy? - dijo Quirón
-Sí, señor- respondió con su petulante voz.
-Cabaña once. Estás en tu casa- me indicaba la cabina de Hermes, la cual parecía más a un centro de ayuda de la Cruz Roja que una cabaña.
-Oye no es nuestra culpa que los dioses sean tan perezosos a la hora de recocer a sus hijos- se quejó un ofendido hijo de Hermes entre la multitud, ya que su cabaña nunca con espacio suficiente para albergar a tantos semidioses.
Dicho comentario hizo que los dioses se incomodaran, sobre todo Apolo ya que el era quien más problemas tenía para guardarlo en sus pantalones.
Quirón no entró. La puerta era demasiado baja para él. Pero cuando los campistas lo vieron, todos se pusieron en pie y saludaron respetuosamente con una reverencia.
-Bueno, así pues... Buena suerte, Percy. Te veo a la hora de la cena- y con eso se marchó al galope hacia el campo de tiro.
Me quedé en el umbral, mirando a los chicos. Los cuales me miraban curiosamente ya que llevaba a una niña en mis hombros.
-Bueno hay que admitir que eso sin duda es una visita inusual de ver en nuestra cabaña- comentó Connor a lo cual sus hermanos/as estuvieron de acuerdo con el.
-Y bien? Vamos- urgió la perra estúpida.
Avanzando con confianza, entre a la cabaña, esta vez sin tropezarme y sin dudar.
Annabeth anunció:
-Percy Jackson, te presento a la cabaña once-
-Normal o por determinar? - preguntó quién me pareció que era Connor Stoll.
-Por determinar- respondí yo esta vez, sin dejar tiempo a que la rubia hable.
Todo el mundo se quejó.
-Ya estamos muy saturados en lo que nos respecta a espacio y el consejo rechazo nuestra propuesta de ampliar la cabaña para que hubiera más espacio- se quejó Travis, a lo cual todos los residentes de la cabaña de Hermes asintieran con la cabeza.
El consejo Olímpico o al menos gran mayoría de este se removió incómodo en sus tronos al notar como la mayoría de los semidioses los miraban fijamente
En una actitud de alta autoestima, Castellan se acercó.
-Bueno, campistas. Para eso estamos aquí. Bienvenido, Percy, puedes quedarte con ese hueco en el suelo, a ese lado- me indicaba mientras su cara llevaba una sonrisa desagradable para mi gusto.
-Éste es Luke. Es tu consejero por el momento- dijo Chase, con lo que esta vez pude confirmar que era un rubor en su cara.
-En serio sigues enamorada de Luke Annabeth? Pensé que por lo menos había superado esa fase infantil tuya, ahora veo que no fue así- mirando con desdén a la rubia hija de Atenea, el novio de Juniper comentó mientras alzaba una ceja, y ahora mismo se hacía una idea de cómo es que el hijo de Hermes había logrado convencerla para que ayudara en su causa con el alzamiento de Kronos.
La diosa de la sabiduría en cuestión miro a su hija con el ceño fruncido, claramente sintiéndose muy decepcionada, del hecho de que ella, una de sus hijas (de sus favoritas no menos) hubiese caído tan bajo y se hubiese dejado manipular, ya que al igual qué sus hijos ella también había realizado una hipótesis sobre quién podría ser el potencial ladrón tanto del rayo maestro de su padre como el yelmo del oscuridad de su tio Hades.
-Muy bien, gracias por la información señorita- digo, tratando de sonar lo más amable posible, haciendo caso omiso ante la repentina sensación metálica en mi boca.
-Vamos. Te enseñaré la cancha de voleibol- intentó sacarme de aquí la rubia, a lo que esta vez aceptaré gustoso, con tal de no verle más la cara al idiota poseído y sacar de esta pocilga a Tia.
-Oye!- se quejó Hermes ante el insulto a su cabaña, sentimiento que fue compartido por todos los residentes de la cabaña número once.
-Vamos- fue mi única respuesta, girando sobre mi eje y saliendo de la cabina.
-Jackson, tienes que esforzarte más- dijo Annabeth cuando nos separamos unos metros.
-A qué te refieres? - juro que estoy siendo lo más paciente posible con esta niña, pero si me cabrea una vez más la apuñalo aquí mismo.
-Ha! pagaría por ver eso- comento el dios de la guerra deseando ver a la rubia desangrarse mientras el simplemente se reía en su cara.
-No eres el único que quiere verlo sobrino- Poseidon estuvo de acuerdo con Ares queriendo ver sufrir al engendro de Atenea por el dolor que está le provocó a su familia.
Ante los comentarios de ambos dioses Chase sintió como la sangre era drenada de su rostro mientras temblaba ligeramente, temiendo su destino al finalizar el libro.
Puso los ojos en blanco y murmuró entre dientes:
-Cómo pude creer que eras el elegido? Y quién es esa niña? - preguntó señalando a Hestia, a quien sentí tensarse ante la brusca sentencia.
-Una linda amiga mía...creí que ya la conocías? O era mentira eso de que has estado aquí mucho tiempo? - cuestionó en pleno conocimiento que he tocado los botones necesarios para molestarla.
Mientras que Annabeth resistió el impulso de gruñir ante el comentario del hijo bastardo de Poseidon, Hestia había adquirido una vez más un enorme sonrojo mientras trataba de mantener su mente concentrada única en atender el hogar.
-No hables así! - me increpó.
-Y por qué demonios tengo que meterme en la cabaña once? Por qué están todos tan apiñados? Está lleno de literas vacías en los otros sitios- señalé las primeras cabinas, y Chase palideció.
-Pff que dramática- Zeus soltando un bufido, sin notar como el resto del consejo junto con Jason y Thalia miraban al rey del Olimpo.
"Con que derecho lo dices tú!" Pensaron al unísono teniendo que morderse la lengua para no decirlo en voz alta.
-No se elige la cabaña, Percy. Depende de quiénes son tus padres. O... tu progenitor - se me quedó mirando, como si fuese un idiota.
-Oye solo yo puedo llamarlo idiota- dijeron en completa sincronía Thalia y Clarisse.
Dicha acción que ambas se congelarán momentáneamente antes de mirarse fijamente a una a la otra, mientras que la hija de Beryl Grace alzo una ceja la hija de la guerra desvío la mirada con un ligero polvo rosa en sus mejillas, preguntandose el porque había dicho eso.
Mientras tanto Silena se estaba riendo a carcajadas a costa de la vergüenza de su mejor amiga.
-Mi madre es Sally Jackson, y mi padre es un dios, obviamente, por si no te has dado cuenta- dije socarronamente, escuchando una suave risita por encima de mi cabeza.
-Cómo puedes decir eso? Lo conoces? - la ironía del tiempo, parece que los roles de preguntas se dieron vuelta.
-No, claro que no- le digo como si fuese lo más obvio del mundo
-Entonces cómo puedes decir...? - preguntó perdida.
-Eso es para mí saber, y para que tú nunca lo averigües- respondo secamente, para diversión de mi amiguita del piso de arriba.
-Jeje en verdad sabe cómo cabrear a la gente- comentó el dios mensajero con una leve risa.
-Es algo a lo que Percy se le da naturalmente- comentó Grover recordando a cuántos de sus enemigos había hecho enojar su mejor amigo.
Los semidioses que de primera mano dicho talento de Jackson asintieron con la cabeza dándole la razón al señor de lo salvaje.
Entonces una voz hosca exclamó:
-Pero bueno! -Un novato! - escuché la voz de Clar a mis espaldas.
-Clarisse. Por qué no te largas a pulir la lanza o algo así? - respondió la rubia, a lo cual quise golpearla inmediatamente por hablarle así.
-Soy completamente capaz de cuidarme sola Jackson- la hija de Ares dijo frunciendo el entrecejo.
-Oh vamos Clari, no hay necesidad de ser así además no hay nada de malo que tú novio, o en este caso tu esposo te defienda- Silena se burló de su mejor amiga, disfrutando el como el rostro de LaRue se tornaba de un lindo color rojo brillante, ya sea por vergüenza o irá, por las constantes burlas de su amiga.
-¡¿Cuantas veces te he dicho que no me llames Clari, Beauregard?!- pregunto con un gruñido la futura pareja de Percy.
La única respuesta que obtuvo de la hija de Afrodita fue una última sonrisa burlona, antes de regresar su atención la lectura algo que fue imitado por Clarisse con molestia al no recibir respuesta.
-Fijo, señorita Princesa. Para atravesarte con ella el viernes por la noche- respondió con confianza Clar, queriendo besarla donde estaba parada.
-Oh deberías hacerlo Percy, estoy segura que a ella no le molestara- Silena se estaba divirtiendo enormemente mientras continuaba burlándose de su amiga.
-Hmmp le tiraría los dientes si siquiera lo intenta- dijo Clarisse con un resoplido.
-Estas loca?!- pregunto Afrodita luciendo horrorizada. -Si haces eso arruinarías su bella sonrisa!-
Apolo hizo una mueca ante eso.
-eso está mal- comentó el hijo de Leto. -La sonrisa de un chico es parte de su encanto característico- dijo apreciando su hermosa y perfecta dentadura.
-Erre es korakas! - replicó Annabeth, a lo cual respondí con un golpe a su nuca, mientras señalaba a Tia, haciéndole creer que era una simple niña pequeña.
-Malcolm lenguaje!- reprendío Atenea instintivamente a su hijo.
-Madre esto está en libro no es mi culpa!- se defendió rápidamente el rubio hijo de la sabiduría.
-Esa no es una excusa para utilizar ese lenguaje tan vulgar jovencito- lo amonestó la diosa de la sabiduría.
Pace bajo la cabeza sabiendo que no podría discutir con su madre por lo que decidió reanudar la lectura a lo poco que queda del capítulo.
Debido a esto no noto como la joven hija de Afrodita: Lacy miraba al rubio admitiendo que se veía lindo mientras era regañado por Atenea.
-Los vamos a pulverizar -respondió Clarisse, pero le tembló un párpado. Quizá no estaba segura de poder cumplir su amenaza.
Se volvió hacia mí.
-Quién es este alfeñique? - wow querida, me hieres, viaje para verte y así me recibes.
-El tiene razón Clarisse, no tienes porqué ser tan brusca- le reclamo Silena. -El pobre ha viajado quien sabe cuántos años en el tiempo solo para verte- siguió diciendo la bella hija de Afrodita.
La hija de Ares miro a su amiga antes de soltar un suspiro, sintiéndose cansada de las constantes burlas de Silena, por lo cual está vez se mantuvo en silencio sin darle la satisfacción a esta de tener una reacción de su parte.
-Percy Jackson. Ésta es Clarisse, hija de Ares- nos presentó Chase.
-El dios de la guerra- repliqué llanamente.
-Algún problema? - Clarisse replicó con desdén.
-No. Es solo que pensé que eras una amazona. Tu sabes, esas hermosas pero mortales mujeres al mando de la reina de los cielos- digo esta vez, dándole nuevamente una sonrisa que a todas mis esposas les encantaba.
Clarisse se sonrojó. Bingo! Me encanta su carita roja de vergüenza y su balbuceo incoherente. Je!
-Estúpido y sensual Jackson, solo espera a que te ponga las manos encima- murmuro la hija de Ares con un gruñido mientras sentía como la sangre viajaba a su mejillas, ignorando lo mejor que podía las burlas de su mejor amiga.
-Ay! - exclamó al sentir que Tia tira de mi pelo ante lo sucedido, nunca creí que empezase a actuar bajo el poder del monstruo de los celos tan temprano.
-Oh, oh parece que alguien está celosa- Leo dijo mientras miraba a su tia-abuela con una sonrisa pícara.
Haciendo que la diosa de la hoguera lo mirara de manera desaprobatoria, más no pudo regañarlo cómo es debido ya que no podía encontrar su voz para decir una oración.
-Lo siento, te hice doler Percy? - me preguntó con una dulce voz que prometía doler si respondía incorrectamente.
-Mucho dolor- murmuro peligrosamente la primogénita de Kronos y Reah, pensado en distintas maneras de vengarse de su futuro marido.
Sus hermanos contuvieron un escalofrío al ver la expresión de su hermana mayor siento algo de lastima por el dios de la caza por el destino que esté sufriría manos de su hermana.
Una mirada que conozco demasiado bien, y aún me sigue dando miedo, sin importar si soy un adulto en el cuerpo de un adolescente que ha viajado en el tiempo.
-N-no! Para nada! - trato de sonar lo más convincente posible, liberando así mi pelo de su férreo control.
-Nada mal, novato. Me gustas. Creo que nos llevaremos bien! - me dice Clar, sonriendo con arrogancia, extendiendo su mano.
-Realmente lo espero- respondo gratamente, tomando su mano, para voltearla y besarle el dorso, logrando que se sonroje una vez más.
-Bueno mira nada más, pareces que nuestro querido esposo es todo caballero, no lo creen chicas?- pregunto la diosa del amor mirando a sus compañeras de harem con una sonrisa.
Desafortunadamente ningún respondió a la pregunta hecha por Afrodita ya fuera porque algunas se sentían aun avergonzadas de tener por esposo al mismo hombre (Tales como: Thalia, Piper, Reyna y Hazel) mientras que otras simplemente aun se negaban a aceptar al Perseo Jackson como su esposo ( Atenea y en menor medida Artemisa, ya que está última aún tiene presente la leve visión que tuvo de sus hijos en el capítulo anterior)
-Quieres que te muestre el campamento? - Clarisse me preguntó con un tono un tanto suave, en el cual tuve que reprimir una sonrisa.
-Bueno mira nada más, parece que alguien se está suavizando con mi cuñado- Mark, hijo de Ares se burló de su hermana.
-Te mostraré cuando me he suavizando en nuestro siguiente entrenamiento Mark- siseo peligrosamente Clarisse haciendo que su hermano palideciera sabiendo que su hermana le pateará el trasero de nueve formas distintas.
-Si no es problema para ti, me parece bien. Contigo y mi linda compañera del piso de arriba, van a ser más que suficiente para mostrarme el campamento. Tan solo espero que los demás no se enojen por acapararme a tales bellezas- digo con honesta felicidad, haciendo que tanto Clar como Tia sonrían por los halagos.
-Oh cariño si que sabes cómo alagar a una chica- ronroneo la hija de Uranus.
-Bueno debió practicar mucha teniendo en cuenta que esta casado con doce mujeres- reflexiono Hermes.
-Apuesto a que Quirón no te mostro el lago- dicen ambas chicas unísonamente.
-Hay un lago? Dónde? Pueden llevarme allí? - les pregunto rápidamente.
-Porque no me sorprende?- todos los que conocían al hijo de Poseidón rodaron los ojos con diversión ante la actitud que este adquiría cuando estaba cerca de cualquier lugar relacionado con el agua.
-Vamos Percy, te llevaré allí- dijo tomándome la mano izquierda, mientras Tia se aferró un poco más fuerte en su posición, pero se calmó en el momento en que puse mi mano derecha en su pie descalzo, dándole un suave masaje para que se tranquilice.
Mientras nos alejábamos, pude apreciar la mandíbula desencajada de Chase, a quien abandonamos en el camino. Haciéndome soltar una risa, a la cual luego se me unieron mis dos antiguas / futuras parejas.
Siguiendo el ejemplo de sus contrapartes tanto Clarisse como Hestia se rieron entre dientes del solo pensar en la expresión de la rubia de ojos grises.
Luego de haber recorrido todo el camino hasta la playa, haber platicado un rato más, ver a las náyades y ser advertido que no hable tanto con ellas.
- Aww están celosas, eso es tan adorable- arrullo la diosa del amor mirando a la hija de Ares y a su compañera diosa las cuales no pudieron evitar sonrojarse ante el comentario de Afrodita, aunque aún así Clarisse le envío una mirada fulminante.
En serio! Ya tenía más que suficiente con soportar las constantes burlas de Silena, no necesitaba que su madre se uniese a eso muchas gracias!.
Decidimos descansar un rato sentados en la arena, disfrutando del sol y la brisa del mar.
Bajando a Tia de mis hombros, a lo cual ella respondió con un suave gemido de frustración. La deposite delante de mí, haciendo que su espalda repose sobre mi pecho, mientras yo jugaba distraídamente con su pelo.
Afrodita no pudo evitar enviarle una mirada pícara a la diosa del hogar, secuela tendí apresuradamente la chimenea que se encontraba en el Olimpo con el único fin de ocultar el creciente rubor que nuevamente se extendía por sus mejillas.
Momentos como este, hace que valga la pena el trato que Caos me dio. Había recuperado a dos de mis esposas, y para colmo, había logrado deshacerme de la perra loca.
El dolor de mi pecho había disminuido tras tanta distracción, como siempre pasaba, cada vez que pasaba tiempo con ellas.
Todas las futuras esposas de Perseo Alexander Jackson sin excepción alguna, habían sonreído suavemente mientras sus ojos estaban levemente vidriosos como si estuviesen recordando algo, un recuerdo que pasó hace mucho tiempo para ellas y a la vez que aún no había ocurrido.
Enfocándome una vez más en el presente, me di cuenta que Clarisse me miraba fijamente.
-Qué? Qué estás pensando? - imaginándome su posible respuesta.
-Si, qué estás tramando en esa linda cabecita tuya Clarisse? Acaso ya reconsideraste la idea de invitarlo a salir?- la hija de Afrodita se burló de su amiga nuevamente, a la vés que ignoraba olímpicamente la mirada de muerte que están estaba dando.
-Ultima advertencia Beauregard, una burla más y me encargaré de que todo tu guardarropa desaparezca en menos de 24 horas- la hija de Ares le advirtió para luego sonreír con satisfacción cuando vio como el rostro de su amiga palidecía ante la amenaza hecha, puede que ella no sea tan materialista con sus otras hermanas/os, pero Clarisse sabía lo importante que era su guardarropa para ella, por lo cual está amenaza debería ser más que suficiente para detener las burlas.
-Estoy pensando que te quiero en mi equipo para capturar la bandera- dijo con una linda sonrisa en su rostro.
-Bien hecho hermana, acabas de asegurar la victoria de nuestro equipo- celebro Mark sabiendo que ahora que tenían a un dios Olímpico de su lado era imposible que perdieran en captura la bandera.
La única respuesta de Clarisse fue soltar un resoplido, aunque internamente se estaba felicitando a si misma al tener a alguien como Perseo Jackson en su equipo, incluso si su contraparte no sabía que el hijo de Poseidón era sin lugar a duda el guerrero más experimentado de todo el campamento debido a su conocimiento sobre el futuro.
Tan solo atiné a devolverle la sonrisa. Esta vez, capturar la bandera, iba a ser mucho más divertido.
-Eso es todo- anuncio Malcolm cerrando el libro, no sin antes marcar la página del siguiente capítulo.
-Bueno que tal si nos tomamos un pequeño descanso- sugirió Hestia habiéndose recuperado de su anterior sonrojo.
-Estoy de acuerdo hermana- dijo Poseidon con una asentimiento de cabeza. -Que tal si...-
El dios de los mares se vio interrumpido cuando un resplandor dorado se manifestó en la sala del trono, cuando esté se desvaneció dejo ver dos nuevas personas, las cuales dos de ellas causaron gran shock tanto en los seis dioses Olímpicos originales, como en los arqueros gemelos.
-Madre?!-
Fin del capítulo.
Santa Mierda! Leto y Reah están aquí!
Cómo creen que reaccionaran ambas al descubrir que sus respectivas hijas no solo se casaron, sino que también tuvieron hijos?
Se esperaban que ambas Titanes hicieran acto de presencia?
Silena y Afrodita se seguirán burlando de la pobre Clarisse?
Están molestos porque tarde en actualizar? (Si es así de antemano me disculpo)
Que les parece la nueva portada de esta historia?
Yo por mi iré a descansar un rato a si que sin nada más que decir, (además de pedirles que comenten y voten ya eso me anima a seguir con está historia) yo me despido y espero leerlos en el siguiente capítulo.
Atte: Aristeo Storm.
PD: no olviden visitar mi cuenta de fanfiction la cual está en la descripción de mi perfil junto a mi nueva cuenta de Instagram doble al igual que Hitsuzen278 publicaré portadas de futuros proyectos/retos.
