La mirada penetrante de Arnold hizo que el más alto entrará en pánico, intentando desesperadamente encontrar su lugar en el creciente conflicto. Mientras que los pensamientos del intruso se enfocaron en el aspecto de los dos en el interior. La ropa de Stinky estaba ligeramente arrugada, su cabello desordenado en la parte de atrás y los lados, y los zapatos parecían haber sido atados torpe y apresuradamente. Se hizo obvio para Arnold, como el "gran" Stinky Peterson se había puesto cómodo en casa de Helga, posiblemente en la habitación también.
Su imaginación se volvía loca con el conocimiento de que alguien rara vez estaba en casa. Big Bob, que siempre estaba fuera, tratando de mantener un ingreso decente; y las reuniones de AA de Miriam, a las que asiste sin falta alguna para mantenerse alejada de la bebida.
Con los celos que amenazaban con estallar fuera de control, Arnold buscó con sus ojos a Helga. Y se reconfortó de inmediato en la falta de desorden en su aspecto. Cabello y ropa, intactos, pero evitó detenerse en su cara, especialmente sus ojos; tenían el poder de hacer que perdiera la compostura, y doblegarse ante sus deseos, por lo que volvió la mirada a Stinky.
Si bien Arnold no la miró a los ojos, Helga sintió su mirada examinante y logró despertarla de esa paralizante tensión que le trajo el inesperado regreso de su ex.
La indignación e ira la inundó. ¿Cómo se atreve a venir sin aviso y empezar a lanzar desdén con su mirada sin siquiera un saludo?
Una sonrisa amenazante se formó en sus labios y con un repudio tan característico que no había dirigido hacia Arnold en años, dijo -Oye, cabeza de balón, espero que no estés aquí para celebrar la Navidad en mayo. Ni siquiera tu abuela hace algo así-. Con los labios fruncidos aparentando pensar profundamente, continuo -¿mm julio? Claro, bien lo sabes. ¿1 de abril? Solo cuando se quiere divertir un poco, ¿pero mayo? ¡Es un poco descabellado, incluso para un zopenco como tú!- Para ese punto, su sonrisa solo creció, sus dientes se asomaron, altivamente. Levantó la barbilla en un intento de ocultar lo pequeña que se sentía.
Eso no fue un saludo inofensivo, o algún tipo de broma para esparcir la tensión, fue un golpe altamente calculado. Un rechazo a su presencia, viciosa e hiriente, pero sin desacierto.
No es que haya cortado la comunicación con ella después de esa llamada telefónica. Se arrepintió tan pronto como colgó, pero ya estaba hecho. Incluso después de Navidad, en esos días escribió aún más, pero nunca recibió nada de vuelta. Ni siquiera se abrieron, él supuso y no la culpa. Además, no eran muy importantes, después de todo, él estaba aquí. Dispuesto a reiterarse las veces que fueran necesarias. Esas cartas habían cambiado de naturaleza, pasando de contarle sobre su día, a suplicar por su comprensión y un sin fin de razones por su retraso. O si se era realmente honesto consigo mismo, excusas.
Sin embargo, el hecho de que las palabras fueran dirigidas a él, instintivamente le hizo dirigir la mirada hacia ella. Y verla. Vaya, qué error cometió... La mirada en sus ojos tenía un aire de apatía. El que llevaba cuando Big Bob se había burlado de la poesía durante un evento en el que los estudiantes leían su trabajo, incluido el de ella. Similar a cuando Miriam tuvo una breve recaída, la segunda, y él supuso todas las posteriores. Odiaba esa mirada. Ya que es una señal, la calma antes de la tempestad. -Helga yo…- No llegó más lejos, las palabras murieron en su boca cuando la puerta le golpeó en la cara después de que Helga la hubiera cerrado de una patada.
-Vámonos, Stinky, que no se te olvide cerrar bien la puerta-, dijo Helga sobre su hombro mientras se dirigía a su habitación. El golpeteo a la puerta y el llamado a Helga por parte de Arnold, hicieron que Stinky dudara. Al final, él concluyó que esa no era su casa e hizo lo que ella le pidió, siguiéndola.
Un Arnold ligeramente derrotado dio marcha atrás, viendo al taxista cerrar la puerta y alejarse a toda velocidad. Normalmente, habría ayudado a descargar su maleta, pero se había olvidado por completo de ello y se bajó tan pronto como pagó la tarifa y corrió hacia la puerta principal hacia la casa de Helga. Afortunadamente, el conductor había dejado sus cosas en la acera. Intentando ver el lado positivo, como lo hacía a menudo, apreció la oportunidad que la caminata a la casa de huéspedes le brindó para pensar en su próximo plan de acción.
Era su primer día de vuelta, de hecho, fue repentino y nadie sabía o escuchó sobre su regreso. Incluso sus padres solo lo sabían porque eran ellos los que pagaron el vuelo. La decisión repentina se debió a la carta de Gerald la cual lo informó sobre los acontecimientos actuales de su círculo social, recibida a finales de abril.
Gerald había estado al tanto de la situación entre su mejor amigo y su novia/exnovia. Por lo tanto, cuando se enteró de la íntima naturaleza de la relación entre Helga y Stinky, se las arregló para que Sid le preguntara a su mejor amigo al respecto. Cuando Sid reunió el valor para preguntarle finalmente a su amigo más cercano sobre la naturaleza de su relación con Helga, y obtener la confirmación de un romance; Gerald estuvo presente. Con su plan de investigación finalizado, siguió la siguiente fase. Como el leal mejor amigo de Arnold, decidió transmitir la información lo antes posible. Sabiendo que no podía confiar en la señal celular de su amigo, Gerald era consciente de que no podía llamarlo, pero tampoco estaba seguro de cuándo Arnold llamaría. Así que una carta era lo más razonable. En la carta, contó cada detalle de los rumores. Redactando sobre el desarrollo de su amistad. La cual, desde su punto de vista, había comenzado en enero. Incluyendo las menciones de varios testigos, sobre salidas frecuentes que retrospectiva hicieron la conexión para referirse a estas como sus primeras citas. Incluyendo recuentos de sus muestras de cariño, algo escasas al público, pero la existencia de sí. Gerald dejó muy claro que la información confiable y detallada era casi imposible de obtener, ya que la pareja era muy privada y todo lo que sabía era especulación o un ocasional avistamiento.
Helga ponía los bocadillos en su escritorio, cuando llegó Stinky cerrando lentamente la puerta de su habitación en un intento de conseguir más tiempo para entender la situación.
Antes de que pudiera comenzar a hacer una pregunta adecuada sobre el encuentro reciente, o incluso hacer un comentario sobre la actitud inusual con la que Arnold los había saludado. Helga gruñó con exasperación, antes de que todo comenzara a salir de ella: -¿Quién diablos se cree que es?- se volteó para mirarlo y su expresión pasó de molestia a preocupación. -¡Y venir aquí, así sin más! ¿Tratar de intimidarte? ¿No sabe que ese es mi trabajo?
Optando por dejarla continuar, no dijo nada. Su única respuesta fue una ligera sonrisa ante el último comentario, que ella notó y tomó como invitación a proseguir. Stinky ahora se sentó al borde de la cama y vio cómo comenzaba a caminar por la habitación mientras sus pensamientos salían de ella. Fue entonces cuando su actual novio escuchó por primera vez los detalles de la serie de eventos que los llevaron hasta la actualidad. Stinky solo tenía una ligera idea de los hechos transcurridos, pero nunca su punto de vista. La razón por la que ella salió lastimada. La diatriba en la que expresó los altibajos de sus acciones, las falsas esperanzas en sus palabras, y lo cansada que se sintió hacia el final.
En algún momento, Helga había comenzado una lucha por cada respiro contra la creciente presión en el pecho. Fue entonces que sintió unos bien conocidos brazos rodearla. Regresándola al aquí y ahora. Guiándola hasta sentarla en una de sus piernas, acariciando su brazo lentamente de manera reconfortante.
-Cielos Helga, probablemente no debería decir esto, pero si todavía duele como parece... entonces tal vez todavía... lo amas- En esas últimas palabras, inconscientemente la había abrazado más fuerte.
La rubia, por supuesto, conocía las implicaciones de sus acciones y empatiza ante el sentimiento. Llevándola a tomar una decisión impulsiva.
-No, no es eso Stinky. Solo estoy tan, pero tan enfadada
Poniéndose de pie, ahora entre sus piernas. Él solo aflojó su agarre sobre ella lo suficiente como para permitirle esa pequeña maniobra, pero evitó soltarla del todo. Sus movimientos contenían tal sincronía que parecía ensayado, natural.
Ella lo agarró por el cuello de su camisa. Acercándose de una manera que le recordó las veces que ella trató de intimidarlo a propósito. Y sorprendentemente, sintió exactamente la misma sensación ahora, que entonces. Encantado de estar a su merced, tembloroso por la adrenalina ahora corriendo por todo su cuerpo. Emocionado. Disfrutando de cualquier contacto que le ofrecía, anhelando más y agradecido por estar en su presencia.
-Rayos ¿Conmigo, Helga?- Preguntó un novio muy nervioso. No es que él realmente pensara que ella estaba enfadada con él. Pero él sería un descerebrado si ella alguna vez se enfada con él y él lo permitió. Más vale prevenir que lamentar.
-Oh mi adorable idiota- Ella sonrió a pesar del pequeño dolor en su corazón, el mismo que acaba de negar y continuó. -Por supuesto que no contigo, y te lo demostraré- Cerrando la distancia entre ellos, ella lo besó. Aun agarrándose del cuello de la camisa del chico. Él a su vez apretó su agarre -Vamos, hay que dar el siguiente paso en nuestra relación- Helga, ahora llevaba una mirada... suplicante.
-Espera, te refieres a...
Helga asintió.
Fijando su mirada hacia ella fue cuando se dio cuenta. Un brillo en sus ojos. Para cualquiera, el brillo se confundiría con una adición a su encanto, y la atención se desviará a sus mejillas enrojecidas, su boca ligeramente abierta irresistiblemente cerca de la suya. Pero este "brillo" NO era bueno. El destello es en realidad, lágrimas.
Solo encubriendo sus ojos. Sin derramar, no, no se atreverían. Una ligera capa de cristal sobre su mirada. Todo perfectamente contenido.
Indistinguible.
Pero había prestado suficiente atención a las expresiones de Helga como para ver lo que era invisible para los demás.
Había un enrojecimiento en la esquina exterior de sus ojos que casi se mezclaba con el resto de su sonrojo. La única expresión que le indicaba a Stinky la existencia de dichas lágrimas. Tal vista le quitó todo entusiasmo y fervor para ser reemplazada por preocupación.
Con una pesadez en el estómago, se puso de pie y sostuvo sus manos entre las de él, que aún permanecían en el cuello de su camisa. Le dio un ligero apretón a sus manos, procedió.
-Supongo que… no pareces estar demasiado entusiasmada como me gustaría
-Pero...
Cualquier argumento que ella tuviera para tal declaración seguía siendo desconocido para él. No es que le hubieran cambiado de opinión. NO se aprovecharía de su novia sabiendo que padece cualquier aflicción. De ninguna forma, la quería mucho para eso. Así que antes de que pudiera decir cualquier cosa él no la dejó hablar.
-No es de que yo no quiera, Helga- Y por primera vez fue consciente de su diferencia de estatura al tener que mirar hacia arriba para mirarlo. Extrañamente, también la hizo sentir como si no tuviera el control, algo completamente nuevo en su relación. Él también se veía diferente, había perdido ese aire juguetón volviéndose serio y apesadumbrado.
Con una pequeña sonrisa forzada, continuó. -Pero ciertamente, quiero más para que sea un deseo mutuo. Y aún más que seas feliz-.
Ante eso, realmente sonrió imaginándose a una Helga dichosa, despreocupada y salvaje. Motivándolo para continuar. -Y nunca quiero ser lo que te detenga, nunca-.
Al no terminar con su discurso, levantó la vista con una sonrisa lejos de la rubia.
-Sabes, en realidad nunca me dijiste que habías dejado de quererlo, Helga-
Abriendo los ojos con sorpresa, a punto de negar, negarlo todo, pero le pareció imposible. Así que ella estaba agradecidamente callada cuando él procedió antes de que su falta de respuesta se hiciera evidente.
-No te culpo, es un gran sujeto y amigo. Pero deberías decidir a quién quieres más. No te presionaré, así que tómate el tiempo que necesites, cielito. Aunque, no me dejaré vencer tan fácil
Al lanzarle un guiño ella sonrió, contenta de que nada drástico hubiera resultado de la situación. La besó en la frente durante una pequeña y agradable eternidad, un acto acompañado de un fuerte abrazo.
Estas acciones son una verdadera representación de su amor y cuidado por Helga. Un resumen del tipo de relación que tienen, tranquila, serena, fácil.
-Espero que Arnold intente recuperarte, pero yo también te seguiré conquistando, y no me detendré hasta que le digas a uno de nosotros que pare. Pero te dejaré descansar un poco. Tal vez tengas ganas de escribir para distraerte un poco. Ya me sé el camino a la salida-. Con eso, le dio un beso rápido en los labios y se fue.
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N/A
Vaya esto de escribir es tedioso. No tengo ni experiencia ni estilo de escritura así que si tengo mucha variación en mi escritura… pues mil disculpas espero no los desanime a seguir leyendo 3
estoy abierta a cualquier corrección y o crítica, ya que tengo desde la primaria sin escribir en español cx
ya pude compartir los links en el orden ya dicho:)))
XOXO
-kat
