2 de marzo del año 4024 en curso, Ciudad Zaban, Continente Yorubian. Ubicación de la prueba del cazador para este año. Restaurante de ramen y comida casera.

1 cada 3 años. Es la cantidad promedio de novatos que aprueban el examen para convertirse en cazadores. Y solo 1 de 10,000. Esa era la cantidad de personas que lograban llegar a la ubicación del examen en el primer intento. Sonaba intrigante.

Un restaurante de apariencia regular — sean bienvenidos, ¿qué van a comer?— preguntó el cocinero cuando dos personas llegaron. Se trataba de un hombre delgado y moreno, con ojos naranjas y una mujer joven de cabello corto de color rosa pálido, vistiendo una capa oscura y larga que le cubría hasta debajo de las rodillas.

— el bistec combo por favor, ¡el que nos hará ver la luz!.Que sea uno por favor —

— ¿cómo lo cocinó?— le preguntó el cocinero, mirándolo directamente.

— asado a fuego lento hasta que se cueza por favor— el moreno le respondió.

— perfecto, pasen a la habitación que está al fondo, por favor — extendió su brazo en dirección.

Caminaron al fondo llegando a una habitación pequeña que tenía un comedor de madera de cedro ubicado al centro — espero que, el próximo año, pueda volver a ayudarte, gracias por sanar mi brazo. ¡Suerte! — el hombre cerró la puerta de la habitación y esta se comenzó a mover como si fuera un ascensor que bajaba.

Sakura aún no se acostumbraba a este tipo de cosas. De donde ella venía la tecnología era prácticamente nula. Las máquinas extrañas, el barco en el que había viajado para llegar del continente de Kakin a Yorubian, fue una experiencia que jamás antes había creído posible. Había tenido que viajar en un avión comercial con 350 personas abordó,atravesando el océano, había gastado los ahorros de un trabajo de 3 meses en el orfanato de Kakin, que también había sido su hogar temporalmente.

Todo era tan nuevo para ella, era una lástima que su estado de anímico no sea el mejor, dada su situación actual. En otra situación ella estaría más animada, tal vez con la compañía que ella consideraba importante. Adecuada para cualquier momento. Recordaba a su compañero rubio, preguntándose, cuáles serían sus reacciones al descubrir todo lo nuevo que el lugar tenía para ofrecer. En su pecho se encontraba el sentimiento de la pérdida. Donde todo iniciaba y terminada estaba el en su mente, en recuerdos.

"Naruto"

Cuando llegó al aeropuerto, vio las pantallas, las tiendas con los estantes repletos de ropa y de un montón de diferentes productos interesantes, Incluso a las personas, todo en ese mundo la hacía sentir como si estuviera soñando. Como si en cualquier momento despertaría en casa, en la Aldea de Konoha, después de un largo sueño. Y buscaría a Naruto como todas las mañanas, darían una vuelta caminando a través de la aldea, mientras ella le platicaría el sueño extraño que había experimentado esa noche. Y vería a Naruto saludando a los demás, como todos los días ella estaría contagiándose de la energía animada de su compañero, como todos los días desde que sus padres habían muerto en la invasión de Pain contra la aldea. El había sido su soporte emocional, y su inspiración.

Después de todo era imposible no hacerlo, él siempre estaría ahí para ella. Al menos eso pensaba. Al menos así lo quería recordar.

"B100", en la parte superior de las puertas se iluminaba en letras rojas, acompañado por el sonido de una campana y las puertas se abrieron en par.

El ascensor parecía haber llegado al piso indicado. Y ahora ella se sentía nerviosa.

El camino daba directo a una habitación muy espaciosa y oscura. Había un montón de personas dentro, de diferentes edades y apariencias. Un hombrecito de piel verdosa y la cabeza calva, que vestía un traje a juego de color azul marino, se acercó y le hablo, extendiendo su mano y entregándole algo pequeño en color blanco — hola, por favor tomé su número, gracias — era un broche con el número 287 dibujado en él. — asegúrese de tenerlo en el pecho todo el tiempo, por favor, y tenga cuidado de no perderlo, ¿de acuerdo? — dijo eso último y se fue de ahí.

La pelirrosa camino entre las personas buscando un lugar libre para esperar con calma las siguientes indicaciones. Se sentía un ambiente tenso en el lugar, era como si todos estuvieran nerviosos y en estado alerta, desconfiando de los demás. Era un sentimiento contagioso.

Le recordó ligeramente a la reunión de participantes de diferentes aldeas, cuando se llevaron a cabo los exámenes chunnin de konoha, cuando ella tenía 13 años.

De algo estaría segura, y es que todas esas personas harían lo necesario en sus posibilidades para pasar el examen. Se respiraba una vibra hostil al rededor.

Y un hombre regordete y de baja estatura se le acercó.

—¡hola!, ¿cómo estás?, no creo haberte visto antes — le hablo amable y sociable. Vestía una camisa azul y pantalones grises, parecía una persona que rodeaba los 45 años.

— hola — ella se limitó a responder

— me llamo Tompa, este es mi trigésimo quinto intento, aplicando para el examen — le hablaba animado.

— ya veo, bueno. Mi nombre es Sakura — le causaba desconfianza que el hombre se acercara de la nada a platicarle este tipo de cosas, porque normalmente las personas se acercan cuando quieren algo, y no sabía cómo seguirle la platica de forma casual, se sentía como una conversación forzada e incómoda.

— ¿de dónde vienes?, tu apariencia parece extranjera, nunca había visto ese color de cabello y ojos. —

— vengo de las tierras de Kakin — se limitó a contestar, realmente no había mucho que decir.

— ¿te gustaría tomar una bebida? — sacó una bebida enlatada de su mochila y se la extendió

— oh, no gracias — era incómodo porque en parte se sentía mal por rechazarla, pero estaba segura de no querer aceptarla.

— vamos, no seas tímida y tómala — extendió la bebida una vez más, pero ella se rehusó, de tal forma que él no pudo volver a insistir. Después el hombre se alejó de ahí como si hubiera perdido el interés inmediatamente.

Después de eso, ella caminó unos pasos más entre las personas, y cuando se vio más alejada, buscó la pared más cercana y decidió esperar ahí por las siguientes indicaciones.

Analizando más de cerca su entorno, noto que podrían ser aproximadamente 300 personas en ese lugar. Aparte de ella había dos mujeres más, las dos jóvenes, y un niño que no podría tener más de 13 años. Con el cabello rubio platinado, casi blanco y grandes ojos azules, como los de un gato. Él le devolvía la mirada desde lejos.

Ya había tenido la oportunidad de lidiar con niños de su edad en el orfanato de Kakin, en el que había vivido los meses anteriores, y dudaba que ese fuera el lugar indicado para alguien tan joven, teniendo en cuenta la apariencia de los otros aspirantes. Después de todo, ¿qué hacía un niño en ese lugar?.

El niño para ese momento ya le devolvía la miraba con interés, parecía que meditaba la idea de acercarse a platicar con ella, o al menos a saludar. Llevaba con él una patineta debajo de su brazo derecho y estaba recargando su espalda en la pared con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón corto, parecía tener una actitud confiada. Sakura estaba mirando al niño, cuando instintivamente volvió la mirada a su izquierda para encontrar la mirada de alguien más. Estaba a aproximadamente 30 metros de distancia, se trataba de un hombre pelirrojo y alto. Parecía que ella había llamado su atención y le resultaba incómodo. Su piel era muy blanca y tenía los ojos dorados, casi de color amarillo. Estaba vestido con un atuendo extraño, como el de un artista de entretenimiento que llegó a ver en televisión, junto con los niños que cuidaba en Kakin , y había dibujos en su ropa, como las figuras que había visto en las cartas de póker. Estaba utilizando maquillaje, era extraño ver a un hombre utilizando maquillaje.

Después había un sentimiento extraño en la parte alta de su espalda, cuello y nuca. Era como si el cabello se encrespara un poco.

Al notar que ella le devolvía la mirada a lo lejos, el tipo le sonrió, pero eso no hizo más que incomodar aún más a la joven. Había algo, que no le agradaba de esta persona, ""sería mejor que mantenga su distancia de el "".

Camino un poco más al fondo del lugar y tomó asiento en el suelo recargando la espalda en la pared. Entonces descansaría el tiempo que tuviera que esperar. De su bolso tomó la bolsa que contenía dos bolas de arroz y una manzana.

Después de 20 minutos vio como Tompa, el número 16, que anteriormente había intentado socializar con ella a su llegada, ponía mala cara cuando el niño de cabello platinado bebía con avidez el refresco de naranja. Ahora ella estaba convencida de que esa bebida contenía algo extraño. Tompa ponía expresión de sorpresa, como si hubiera esperado que algo saliera mal en cuanto el niño la tomara.

Después de eso, el número 16 se alejó rápidamente y Sakura aprovecho para acercarse al rubio.

— ¿estás bien después de tomar eso?— la voz de ella salió en un tono golpeado.

— los venenos y otros químicos no tienen efecto en mí — le respondió desinteresado y orgulloso, mientras le sonreía sombríamente, ella pensaba que definitivamente este niño no era normal, pero no dejaba de tratarse de un niño.

— pero primero, si es que sabes que te ofrecen algo con malas intenciones, no deberías aceptarlo — ella lo sermoneó con un tono mandón.

Estuvieron platicando poco tiempo de la forma más casual, él le dijo que su nombre era Killua y tenía 12 años. El muchacho no parecía hablar mucho, pero parecía curioso de ella, y parecía contento con la idea de tener a alguien a su lado para platicar.

Killua le preguntó una cuántas cosas, como a qué se dedicaba y por qué estaba ahí, aparte de su edad. Sakura dijo que estudiaba medicina y cuando tuvo que explicar por qué quería aprobar el examen fue francamente sincera, diciéndole que estaba en un punto de su vida donde tenía que elegir un camino y buscar opciones, donde aparentemente empezar por obtener una licencia de cazadora para seguir avanzando parecía una buena opción, porque le abriría el camino para diferentes opciones. Hablaron de estudios y la escuela y el niño dijo que era educado en casa. Cuando la plática llego a su familia, Killua le había dicho que eran asesinos a sueldo, para después mirarla detenidamente buscando su reacción, apreciando cuando ella parecía tranquila ante su sincera respuesta.

Él le dijo — y tú tampoco eres una persona normal, verdad Sakura — esa parecía más una afirmación a una pregunta y la tomó ligeramente por sorpresa, ¿cómo notaba que era diferente a los demás?.

Miro sus ojos en silencio por un momento, meditando la respuesta.

— de donde yo vengo, en mi hogar somos una comunidad de ninjas, entonces puedo defenderme, sé hacer algunos trucos.— Killua no hizo más preguntas.

Pasaron el tiempo haciéndose un poco de compañía, donde por momentos largos se quedaban callados y después continuaban su plática, para sobrellevar el largo tiempo de espera.

Después de un rato, el personal del restaurante ubicado en la planta baja ofrecieron bebidas a los participantes que esperaban y la mayoría bebía a gusto. Killua y Sakura también se acercaron a tomar alguna bebida y bebieron juntos. El ambiente se había relajado bastante y por un momento parecía no haber más tensión entre los participantes, la mayoría hablaban entre ellos.

Cuando regresaban para tomar asiento en el mismo lugar en el que ya habían tenido tiempo platicando anteriormente, Sakura miro a su derecha, había una persona extraña y alta con adornos metálicos en la cabeza. Sabía que la miraba y parecía juzgarla, podía detectar cierta hostilidad de su parte. Estaba segura de que no le agradaba, parecía que lo había molestado de alguna forma, su número era el 301. De todas formas inmediatamente llegó a la conclusión de ignorarlo.

Transcurridos unos minutos más, Sakura vio a lo lejos como entre las tres personas nuevas que habían llegado al salón también había un niño, posiblemente de la edad de Killua. Este también buscó entre las personas lo que ella miraba con interés y encontró al otro niño con ropa verde, acompañado de 2 adultos, uno rubio y otro moreno.

Inmediatamente después de que se les había asignado sus números, Tompa se acercó a ellos para saludarlos y ofrecerles las bebidas enlatadas. Sakura daba por entendido de que se trataba de su modo de operación, por alguna extraña razón. Tal vez buscaba que los participantes quedaran descalificados.

— muchas gracias, señor Tompa — el niño de ropa verde le agradecía por las bebidas.

— ¡Si yo fuera ustedes, no bebería ese refresco! — Sakura les había casi gritado, había llegado hasta ellos y miraba a Tompa con recelo. — podría asegurarles que tiene algún químico extraño que les hará daño — después miro a Tompa seriamente — no sé qué intenciones tienes en contra de los nuevos aspirantes, pero te advierto que dejes de hacerlo de una buena vez, o no tendré más tolerancia contigo — le dio una mirada amenazante y dura y el gordo la miro de vuelta asustado, viéndose a si mismo desenmascarado.

Los otros tres presentes miraban la escena confundidos, el chico rubio había arrojado la lata de refresco al suelo, y el otro joven moreno y alto con lentes redondos miraba la lata en su mano, que ya estaba abierta, con desconfianza.

Cuando Tompa se fue inmediatamente del lugar huyendo de Sakura. Ella tomó la bebida enlatada que aún sostenía el niño de pantalones cortos de color verde en las manos. — será mejor que te deshagas de esto — el niño en respuesta parecía curioso por la actitud protectora de la pelirrosa, mirándola con familiaridad, como si le recordara a alguien en especial. El recordó a su tía Mito, que había cuidado de él, luego del abandono de su padre.

Killua se había acercado a ellos montando su patineta, y estaba expectante a lo que sucedía. Sakura fue rápida en reacción, y se había movido entre las personas con fluidez para llegar a la escena rápidamente, cuando notó que el otro niño de pantalones cortos de color verde lo miraba, esté le devolvió la curiosidad mirándolo detenidamente de vuelta.

Los tres se habían presentado. El rubio de vestimenta extraña en color azul celeste y bordados en hilos de oro con patrones geométricos se presentó como Kurapika, el niño pequeño resultó llamarse Gon, y el hombre de traje azul marino y gafas redondas había dicho llamarse Leorio, este último tenía una actitud coqueta para dirigirse a Sakura, y a ella, si bien lo disimulo, le hizo gracia en un principio pero llegaba a incomodarla.

Gon fue el primero en agradecerle su intervención cuando fueron asaltados por las malas intenciones de Tompa, seguido de Kurapika y Leorio que también se mostraron agradecidos.

— ¿cuántos años tienes? — killua miraba Gon con curiosidad, no dejando de parecer sereno y calmado.

— tengo 12 años — Gon le contesto

— vaya, tienes la misma edad que yo — le había contestado de vuelta.

En una de las esquinas, un hombre gritaba desesperado. La gente buscaba entre las personas presentes al causante de gran escándalo.

— si tropiezas con alguien debes disculparte — la voz tranquila de un hombre, varonil y con un acento diferente, parecía más una voz con un tono socarrón. El hombre seguía gritando, despavorido.

Sakura y los cuatro muchachos que la acompañaban se acercaron para ver mejor la escena.

Se trataba del número 44, el arlequín pelirrojo con el que ella había cruzado miradas anteriormente, y aparentemente su víctima que estaba arrodillada en el suelo. Otro hombre con una capa morada y piel bronceada. Sus brazos estaban desaparecidos, de alguna forma que Sakura no podía explicar, y de sus brazos salían flores rojas que brillaban, dando una ilusión que parecía como si estos estuvieran desapareciendo poco a poco para convertirse en esas flores.

Las pequeñas flores rojas. "¡Es un maldito genjutsu!", ella había pensado exasperada, enfocándose en concentrar su mente para deshacer el genjutsu, sin necesidad de posicionar sus manos en los sellos. Y lo vio, los brazos estaban tirados en el suelo. Habían sido cercenados, pero la gente alrededor no parecía poder verlos, más bien veían el espectáculo de las flores brillantes volando en el aire.

El pelirrojo hizo una reverencia a la multitud como si esperara que le aplaudieran, como si solo se tratara de un truco de magia. Todos estaban en estado de shock, asustados, pero hubo alguien que le llamo la atención.

Se trataba de ella, la chica del cabello de algodón de azúcar. Lo miraba desafiante como si pudiera ver más allá de su truco. Sus miradas se encontraron y sintió la emoción revelada en el vértigo de sus entrañas. Él podía sentir algo, era una sensación extraña que aparentemente era el aura de la chica. Era diferente a todo lo que había sentido antes. No podía verla, pero podía sentirla.

Sus ojos dorados brillaron mientras la veía, como un animal salvaje que veía a su presa.

Ella sintió el peligro, pero hizo caso omiso y se acercó al hombre que estaba arrodillado en el suelo para intentar auxiliarlo.

Había tomado los dos brazos que estaban en el suelo, para después rodear su torso delicadamente con su brazo libre, y después llevarlo a rastras a una esquina alejada de la multitud curiosa al rededor.

Ella pasó por enfrente de las narices del pelirrojo, él la miraba atentamente en forma de advertencia, con los brazos cruzados sobre en pecho. Después de ver sus acciones detenidamente, la expresión atenta se convirtió en una burlona. Ella se había portado de forma extremadamente confiada al darle la espalda y dejarle la libertad de atacarla por la espalda.

Killua, Kurapika, Gon y Leorio la siguieron, intentando alejarse de todos los demás en el salón. El que parecía más dispuesto a ayudarla con él trasladó de aquel hombre era Leorio, se podía notar la expresión de preocupación en su rostro.

Cuando estuvieron lo suficientemente lejos de los demás, en una esquila. Sakura, con ayuda de Leorio, sentó al hombre en el suelo, recargando su espalda en la pared cercana, su rostro estaba pálido y en estado de shock, con los ojos extremadamente abiertos. Ella se posicionó enfrente de él sobre una de sus rodillas y sus manos brillaron en verde resplandeciente, mientras las acercaba a sus hombros vacíos y sangrantes.

Ella estaba haciendo un esfuerzo por detener la pérdida de sangre haciendo uso de su jutsu médico, y después de tres minutos la sangre dejó de brotar.

Sakura miro con decisión y serenidad en sus ojos, a pesar de lo ocurrido, él sobreviviría.

Leorio era el que más hablaba en voz alta, revelando su sorpresa ante su habilidad de curación, Le pedía una explicación. Kurapika dijo que eso había sido algo sorprendente. Seguido por Gon que parecía sorprendido y conmovido por el comportamiento de ella.

El niño Gon pensaba que Sakura era una muy buena doctora, y que también sabía hacer magia. Por otra parte, estaban Killua y Kurapika que más bien tenía una expresión seria, si tuvieron dudas de lo que sus ojos había visto, aun así decidieron no hablar más.

Después de lo que parecía ser media hora más en lo que el hombre herido cayó desmayado tras el shock y la pérdida de sangre. Sakura coloco sus dos brazos a un lado de su cuerpo. Al momento de que dieron por concluida la espera para reclutar a los aspirantes para el examen.

Después de una advertencia que los invitaba a renunciar y retirarse antes de iniciar, en la que todos hicieron caso omiso, comenzaron lo que parecía la primera prueba. El examinador, que había dicho llamarse Satotz, los había guiado a un túnel poco iluminado, por el que comenzaron a correr para intentar no perderlo.

Killua seguía a la par a Sakura avanzando sobre su patineta, con las manos adentro de los bolsillos de su pantalón púrpura.

— ¡eso es hacer trampa!, Killua no puedes usas ese patín para avanzar, tienes que correr como todos los demás para que sea justo — leorio se quejó, al ver cómo el niño estaba como si nada mientras él ya estaba sudando por el esfuerzo de la carrera.

— para ser sincero, no hay ningún tipo de regla establecida Leorio — hablo Kurapika a su lado.

— y tú, ¿de qué lado estás? — leorio le contestó al rubio

Gon se acercó a Killua, mientras lo miraba con entusiasmo — ¿luego me prestas tu patín?

Killua lo miro detenidamente y decidió bajar de la patineta para correr a la par de él.

Sakura que veía todo por el rabillo de su ojo, sonrió triunfante, enfocando su mirada nuevamente al frente, siguiendo al examinador. "" después de todo no dejaba de tratarse de un niño ""

Pasaron horas, en las que todos seguían corriendo sin descanso. Leorio se había dado momentáneamente por vencido, pero había terminado por seguir junto a todos los demás, con el apoyo de sus compañeros.

De correr un tiempo en línea recta, el camino había cambiado y ahora había unas escaleras en un largo camino, continuó y sin fin, cambiaron el ritmo del paso, algunos disminuyeron la velocidad para subir las escaleras.

Para Sakura era un juego de niños, aunque corrieran todo el día y toda la noche, no tenía que utilizar el chakra de su cuerpo para cumplir con la prueba, su agilidad y resistencia estaba más allá. No cambiaria su posición, justo atrás del examinador, y justo atrás de ella estaba Killua y Gon, corriendo animadamente, ahora subiendo las escaleras, podía oírlos parlotear de vez en cuando.

Gon era animado y hablador, se parecía. Se paría a un rubio que ella conocía. Cuando eran pequeños, tenía una actitud muy parecida.

De esta forma pasó el tiempo hasta que lograron vislumbrar la luz al final del camino al fondo, la mayoría exclamaron en voz alta ante la vista de la meta y aceleraron el paso.

Unos pocos metros antes de cruzar la meta, los dos niños aceleraron y rodearon a Sakura para alcanzar al examinador y quedar justo detrás de él. Como jugando a la carrera y a cruzar la meta.

Una vez fuera del túnel, encontraron lo que parecía ser un bosque frío y húmedo, con niebla a lo lejos, aunque contrastaba con los rayos del sol de la tarde.

Sakura se había alejado por un momento para apreciar mejor los alrededores, y camino de vuelta a la multitud buscando a Kilua y a Gon con la mirada. Y los encontró, en compañía de los otros dos adultos.

Leorio estaba exhausto, recargando su espalda en el tronco de un árbol.

Cuando la vieron en conjunto caminar hacia ellos, Leorio nuevamente le hizo un cumplido alagando su resistencia física, y ella se incomodó.

— es evidente que no se te da la delicadeza para hablar en general Leorio. Claramente la estás incomodando con tus comentarios. — había hablado el Rubio, que vestía ropa de manga larga y blanca, con pantalones del mismo color. Hizo una pausa para volver a colocarse una capa azul con patrones dorados bordados, para después cerrar su bolso. parecía ropa de buena calidad.

Después Leorio le contesto a kurapika molestó y comenzaron una pelea verbal de la que Sakura poco escuchó, porque llegó otra persona al lugar interrumpiendo a todos los participantes del examen.