Capítulo 12: Un Slytherin perdidamente enamorado.

Desde que llegaron a la casa Nimue no dijo nada. Severus se aseguró de que no había ningún vecino por la calle a esas horas…aunque era difícil que fuera así, eligió ese barrio porque abundaban las personas mayores y las familias con niños pequeños, podía aparecerse en su casa por la noche sin problema. Él encendió la luz y la vio con una expresión un poco extraña.

-Nimue, ¿Estás bien? Sé que te he sacado de allí muy precipitadamente, pero dime algo.

-Severus, lo que le has dicho a Lily ¿es cierto? ¿Me quieres?

-Yo no mentiría con algo así. Por supuesto que te quiero, mucho, más de lo que nunca pensé que querría a nadie.

Nimue se emocionó, una lágrima rodó por su suave mejilla, Severus la secó suavemente.

-¿Qué te pasa? ¿No me crees o no me quieres?

Nimue sonrió un poco y dijo:

-Claro que te creo y te quiero, mucho, muchísimo, estoy enamorada de ti, estoy emocionada, sólo es eso.

Entonces Severus la abrazó y la besó, con ternura y amor. Ella respondió a sus besos con todo su amor. Severus la cogió en sus brazos y se sentó en el sofá con ella en su regazo.

-Antes de irnos a la cama, creo que necesitamos hablar.

-Sí, no puedo esperar a saberlo todo.

-Está bien, te contaré toda mi historia con Lily desde que la conocí.

Efectivamente, Severus le contó todo lo que ella quiso saber sobre su relación con Lily, que después de muchos años pensando que era la única para él de pronto lo desencantó, cuando le dijo que ella quería sexo casual con él, llevaba tiempo sin sentir lo mismo por ella y cuando después del sexo estaba arrepentido y deseando perderla de vista se dio cuenta de que lo que sentía por ella se enfrió hace mucho tiempo…y también le contó que cuando hizo el amor por primera vez con Nimue sintió que era lo correcto y que no quería separarse de ella. Le dijo todo esto sin dejar de abrazarla. Ella lo besó y él le aseguró que estaba siendo sincero.

Ella entonces se levantó de su regazo y él se puso de pie con ella. Severus se quitó la capa exterior y los zapatos, ella se quitó también los tacones y se cogieron de la mano y subieron al dormitorio. Cuando llegaron Severus le dijo:

-Espera un momento. – Invocó a su patronus y lo mandó a Remus y le dijo que volverían a Hogwarts antes del almuerzo del día siguiente que no los molesten. Después se volvió hacia Nimue y le dijo sonriendo: – Hasta mañana no quiero que se presente aquí ningún patronus, espero que se lo diga a Albus y Minerva…no quiero que nos interrumpan.

Se besaron apasionadamente. Cuando pararon para coger aire, Nimue le dijo:

-Sabes, cuando fui al baño con Francesca sólo iba a mirar si tenía bien el maquillaje, pero lo pensé y entré a uno de los cubículos cuando entró Francesca, no tenía ganas de hacer nada, pero de me ocurrió una maldad, pensé en quitarme las braguitas, guardarlas en mi bolso y después al salir decírtelo al oído para que me trajeras aquí o me llevaras a Hogwarts lo más rápido posible… pero justo cuando iba a hacerlo entró Lily y la otra chica.

-Entonces no sólo te hizo llorar… te interrumpió cuando ibas a hacer algo muy excitante para mí… espero que Minerva y Albus le hayan dado una buena reprimenda a Lily, tiene dos hijos y aún es incapaz de comportarse como una adulta…

-Dejemos de hablar de ella y hagamos algo mucho más placentero…

Se besaron y Severus le soltó el pelo a Nimue que cayó suavemente por su espalda, también la desmaquilló con magia. Severus abrazó su cintura y ella se colgó de su cuello. Ella empezó a deshacer el lazo de su corbata y a abrir su camisa. Él abrió la cremallera de su vestido pero le costó encontrar la forma de quitarle el vestido del todo. Ella se apartó un momento y se lo quitó por la cabeza mientras él se quitaba la camisa y los pantalones. Cuando la miró llevaba un bonito corsé sin tirantes con adornos en seda verde y encaje negro y un liguero a juego sujetando sus medias de seda con encaje del mismo material que adornaba el resto de su ropa interior, lógicamente las braguitas que se iba a quitar aún las tenía puestas, también eran de seda verde con encaje negro. Él la miraba atónito.

-¿Te gusta? Lo compré para ti.

-Me encanta, gracias por el envoltorio en el que has envuelto el mejor regalo que he recibido jamás.

-¿Mi cuerpo es el mejor regalo que has recibido?

-Tú entera eres mi mejor regalo. Aún no sé qué hice para merecerte, eres maravillosa y yo un cabrón muy afortunado.

-Eres un adulador… y yo también tengo suerte. Si Lily es tan chismosa y presumida como parece seguro que ahora mismo seré la bruja más envidiada de la Gran Bretaña mágica.

-Yo sí que seré envidiado…estoy enamorado de la bruja más bonita e inteligente del mundo y encima soy correspondido.

Se volvieron a besar y Severus encendió la luz de la mesilla de noche del dormitorio.

-¿Lo prefieres así o pongo las luces de nuestra primera noche aquí?

-Déjalo así, no quiero perder más tiempo.

Él ya estaba en ropa interior y la cogió en brazos y la subió a la cama. Se besaron un rato más, entre palabras de amor y caricias. Severus empezó a besar su cuello y a morder su clavícula. Le quitó el collar y le preguntó:

-Esto es importante para ti o lo tiro por ahí.

-Me lo regaló mi padre para mí cumpleaños, trátalo con cuidado, no quiero que le pase nada.

-Por supuesto, cariño.

Estiró el brazo y lo puso junto a sus varitas en la mesilla de noche.

Siguió bajando y besó la curva de sus pechos y después la parte que sobresalía del corsé. Ella se arqueó cuando él empezó a bajar por su vientre y empezó a besar la parte expuesta de sus muslos, ella llevó sus manos a su espalda y abrió los broches traseros de su corsé. Él la miró y cuando iba a quitárselo la paró:

-Quieta, eso quiero hacerlo yo. Déjame hacer, tú sólo relájate y disfruta.

Nimue sonrió y obedeció. Él la besó y le dijo tras volver a abrocharlo con magia:

-Desde que te he visto quería abrirlo por este lado…

Entonces tiró del lazo que abrochaba el corsé por delante, lo sacó lentamente de los agujeros y pronto el corsé se abrió dejando sus pechos y su vientre desnudos.

-Preciosa. – Entonces besó profundamente su boca acariciando sus pechos, apretándolos y disfrutando de la suavidad de su piel y su peso.

Se separó un momento de ella y después de recorrer su cuerpo con sus manos hizo lo mismo con su boca, besando, chupando cada centímetro de su suave piel. Lamió y acarició sus pechos con lentitud.

Cuando notó que estaba muy excitada, bajó su mano y acarició el refuerzo de sus braguitas notando su humedad. Bajó por su vientre y rodeó su ombligo de besos. Después desabrochó su liguero y lo desenganchó de sus medias. La hizo levantarse un poco y tiró el corsé y el liguero a un lado. Tras eso bajó y le empezó a besar su pubis por encima de las bragas.

-¿No me quitas las medias?

-Me gustan como te quedan. – La miró lascivamente y tiró un poco de la tira de encaje donde iba enganchado el liguero. – Te las dejaré un ratito… después si quieres te las quitaré.

Severus entonces pasó a quitarle las braguitas. Llevaban algunas semanas acostándose juntos y le encantaba hacerle sexo oral, era muy receptiva y lo disfrutaba mucho, además saber que él le descubrió ese placer lo excitaba de una manera que no creía posible. Empezó a lamer y besar la entrada de su vagina y llegó a su clítoris, sabía cómo le gustaba que lo hiciera, la lamió, la penetró con sus dedos y los arqueó ligeramente buscó el punto que sabía que la volvía loca, mientras besó y lamió su clítoris duro y excitado, lo mordió ligeramente, lo chupó y luego le dio una fuerte succión y pronto se corrió a chorros en su boca gritando su nombre. Ella notó cuando bajó la intensidad de su orgasmo la cara de Severus mojada de sus fluidos.

-¡Joder! ¡Qué vergüenza, lo siento cariño!

-No pasa nada, amor. ¿Es la primera vez que te pasa?

-Con una pareja, sí. Quizás saber que estás enamorado de mí es lo que necesitaba para correrme así.

-Si lo llego a saber te lo hubiera dicho antes.

Se limpió con un hechizo y la besó apasionadamente.

Entonces Severus se quitó los boxers negros que se puso esa noche y sin dejar de besarla, la penetró. Ella gimió contra su boca, él empezó a entrar y salir de ella sin dejar de besarla. Se acariciaban ansiosamente el uno al otro por todas partes. Severus mordió el lóbulo de su oreja y le susurró al oído.

-Te amo.

Ella tuvo un orgasmo en ese momento y él la besó mientras gemía loca de placer. Ella se recuperó del orgasmo mientras él seguía con sus embestidas profundas y a buen ritmo, entonces ella usó sus piernas para darles la vuelta, él se dejó hacer, ella acarició su pecho, él salió por un momento de ella y Nimue agarró su erecta polla, la puso en la entrada de su vagina y se empaló en él, gritando su nombre. Ella empezó a cabalgarlo y él pasó las manos por sus muslos aún cubiertos con sus medias de seda, apretó con fuerza sus caderas y agarró sus nalgas haciendo que aumentara el ritmo, subió las manos a su cintura, vio sus pechos rebotando y no se pudo resistir, se levantó y los agarró , mientras acariciaba uno de ellos y pellizcaba su pezón, lamió y mordió su otro pecho, él notó que ella estaba a punto de nuevo y él no podía resistir mucho más, bajó su mano por su vientre, frotó su clítoris aumentando la intensidad hasta se corrió intensamente casi a la vez que él, gritando ambos a la vez "Te amo".

Se abrazaron, ella estaba sudorosa y agotada, él la tumbó en su cama saliendo de ella y le quitó las medias con magia, no quería romperlas, los limpió a ambos y la abrazó. Ella estaba prácticamente dormida y él los arropó. Él también estaba agotado, se durmió poco después de notar que se había dormido abrazada a él.

A la mañana siguiente, lo despertó el sol que entraba por su ventana, ella seguía plácidamente dormida, no se habían movido en toda la noche. Cuando se movió un poco ella se despertó y lo miró somnolienta.

-Buenos días, cherie, ¿Dónde vas? – Severus la besó.

-Buenos días, amor, voy al baño. ¿Quieres desayunar?

-Estoy hambrienta.

-Hay café y creo que tengo cereales y leche y un brick de zumo, pero tenemos que ver si no están caducados… si quieres podríamos ir a una cafetería que hay aquí cerca si quieres algo más.

-No me importaría salir a desayunar, pero es que sólo tengo el vestido de anoche y no quiero transfigurarlo para salir.

-Yo puedo solucionar eso.

Él entonces se levantó de la cama, aún desnudo y fue a su armario y sacó una camisa de hombre de manga larga de color rosa. Nimue lo miró extrañada.

-Una bromita de Remus, le cambió el color para fastidiarme, dice que el hechizo durará un año… sólo la he guardado para ver si es verdad.

Ella se reía.

-Puedes transfigurarla para ti, hacer que tenga una talla adecuada y puedo dejarte unos vaqueros y puedes hacer lo mismo o convertirla en un vestido informal o algo así, te dejaré una chaqueta de cuando tenía 15 años, puede irte un poco grande, pero parecerá simplemente una chaqueta un poco ancha.

-Está bien, saca esas cosas, mientras entro al lavabo y veré lo que puedo improvisar.

Salió de la cama desnuda y él la agarró por la cintura.

-¿Te he dicho hoy lo preciosa que eres y lo mucho que te quiero?

-No, pero sabía que no tardarías en hacerlo.

Se escapó de su agarre tras darle un beso y entró al baño, él sacó la ropa y entró al baño a avisarla… y tardaron aún 20 minutos en salir después de meterse con ella en la ducha. Una vez limpios, se vistieron, ella limpió su ropa interior y convirtió su corsé en un sujetador, hizo que la camisa y el pantalón tuvieran la talla adecuada, Severus le prestó un cinturón y la chaqueta era de cuero, le quedaba no demasiado ancha, aunque sí un poco larga porque Severus a los 15 años era más alto que ella, pero a Nimue le gustó mucho y él se la regaló.

-¿Cómo es que la has guardado si ya no te quedaba bien?

-Fue un regalo de mi madre, el único que me hizo, ahorró mucho tiempo para comprarla a espaldas de mi padre. – Él le había contado su infancia y cómo murieron sus padres, pocas personas lo sabían. – Me gusta como te queda a ti.

-¿De verdad quieres que me la quede yo?

-¿Quién mejor que tú?

Se besaron y abrazaron, se peinaron y terminaron de arreglarse y fueron a desayunar. La cafetería era agradable y la comida estaba muy buena. Cuando terminaron decidieron volver a Hogwarts, no querían volver tan pronto, pero sabían que cuanto más tiempo pasaran allí menos ganas tendrían de volver.

Tuvieron suerte y no se cruzaron con ningún vecino que Severus conociera. Entraron en la casa, recogieron las cosas que se llevarían y guardaron la ropa del día anterior en el armario del dormitorio de Severus, no la necesitarían pronto, Severus se dejó su ropa muggle habitual, ya le daba igual que lo miraran y Nimue le dijo que a ella le gustaba mucho así, por lo tanto no se cambió, ella también fue vestida con la ropa de Severus transfigurada y sus zapatos de la noche anterior, Severus le dijo que si quería en su próxima visita a casa podría dejar allí algo de ropa, a ella le encantó la idea. Severus activó sus protecciones y se aparecieron en Kings Cross. Cogieron el tren del domingo a Hogsmeade y llegaron en poco tiempo.

Decidieron caminar hasta Hogwarts, iban abrazados y felices, a pesar de que tenían que trabajar esa tarde en corregir unos exámenes de primer año, pero no tardarían mucho y tendrían el resto del tiempo para hacer lo que quisieran. Estaban a mitad de camino, pararon un momento y se besaron, de repente escucharon unos vítores y silbidos, se separaron y se encontraron de frente a Minerva, Pomona y Charity aplaudiendo y gritando como unas crías de quinto año. Severus habló primero:

-Buenas tardes, señoras, ¿A qué viene tanto jaleo?

Minerva dijo:

-Hola, chicos, no pasa nada, querido, es que no es habitual verte así de cariñoso… supongo que Nimue está más acostumbrada a tu lado dulce, pero para nosotras es una novedad.

Nimue se sonrojó:

-¡Tía Minnie! Por favor. – Severus la rodeó con su brazo.

-Tranquila, ya estoy acostumbrado al sentido del humor de tu tía.

Pomona y Charity los saludaron y Pomona les preguntó qué tal pasaron la noche, pero no los dejó contestar.

-Aunque según os veo puedo decir que habéis pasado una gran noche.

Les guiñó un ojo y Severus se sintió un poco incómodo. Charity dijo en ese momento.

-Íbamos a almorzar en Las Tres Escobas, ¿Os apuntáis?

Severus se lo pensó un poco, pero viendo que a Nimue le apetecía decidió que podría ser buena idea… además se ahorraría los comentarios con doble sentido de Albus y el resto del personal, ahora sólo tendría que aguantar a Minerva y Pomona. Se encaminaron de nuevo a Hogsmeade, Minerva les contó por el camino que entre ella y Albus habían tenido una charla muy en serio con James, Lily y Sirius. Les exigieron que maduraran de una vez, que dejaran en paz a Severus, ya estaban hartos de que cada vez que Severus se encontraba con ellos seguían llamándolo Snivelus y que Lily lo mirara con desprecio mal disimulado. Cuando supieron del estilo de vida sexual de James y Lily les dijeron que dejaran al margen de sus líos a su personal y eso incluye a Remus, Severus y sus parejas. También les dijeron que aunque ellos fueran influyentes, Dumbledore también lo era y no dudaría en usar sus influencias para ponerlos de chupatintas en el ministerio. Minerva estaba eufórica, ella los quería mucho, les tenía mucho cariño desde que los conoció, pero viendo su comportamiento con Severus en los últimos años hace mucho que estaba deseando tener esa charla con ellos.

-Sabes, Severus, estaban como niños regañados cuando terminamos de hablar con ellos, tuvimos que avergonzarlos con una regañina digna de parvulario para que por lo menos empezaran a madurar o por lo menos a considerarlo. Siempre se han creído por encima del bien y del mal porque Albus siempre los ha protegido y disculpado, pero viendo que él también estaba harto de sus estupideces parece que cambiarán por fin su actitud.

-Vaya, lo que han tardado en superar la edad del pavo… y sólo han necesitado enfrentarse a un loco homicida y una amenaza de Dumbledore de quedarse sin sus glamorosos trabajos como aurores… Sí que les ha costado entender que no es divertido joder a los demás sólo porque no te caigan bien o porque ya no te bailan el agua… en fin, supongo que ese día iba a llegar en algún momento.

Llegaron a Las Tres Escobas y Madame Rosmerta los recibió encantada, les llevó a una mesa estupenda y les sirvió una comida maravillosa. También pasó un rato hablando con ellos preguntándoles por el evento de la noche anterior, Minerva y Pomona le contaron algunas anécdotas, Charity le contó a Nimue que Minerva consiguió esquivar a Slughorn aunque ella tuvo que aguantarle la chapa un rato cuando se enteró de quién era su padre. Severus la compadeció, conocía lo pesado que podía llegar a ser Horace cuando se tomaba un par de copas…

Pasaron un rato bastante entretenido, a pesar de que los parroquianos miraban a Severus como si llevara puesto el vestido de novia se Lady Di. Minerva, Pomona y Charity le dijeron que no les hiciera caso a la gente de por allí, que estaba muy bien.

Cuando terminaron de comer, Severus insistió en invitarlas, ellas sabían que él no era ningún tacaño, pero se sorprendieron al verlo siendo tan espléndido. Minerva le dijo al oído a Nimue de vuelta a Hogwarts:

-Supongo que nos ha invitado para ganarse a tu tía favorita.

Nimue se reía:

-Sabes que no, él sabe que le gustas.

-Entonces es que es verdad eso de que el amor saca lo mejor de las personas.

Cuando llegaron a Hogwarts hubo un poco de revuelo, no lo sabían pero cuando llegó la hora del almuerzo llegaron al gran comedor lechuzas con un número especial de El Profeta sobre el evento de la noche anterior con una foto de Severus y Nimue en la portada, justo cuando se besaban. Hubo mucha curiosidad y cuchicheos, pero se fueron a la habitación de Severus en cuanto pudieron y se pusieron a trabajar. Tras terminar se fueron a la habitación de Nimue, ella quería consultarle sobre un ingrediente para su nueva poción, cuando ella apuntó los libros para consultar al día siguiente, estuvieron charlando.

-Severus, me preguntaba… no has dicho nada sobre lo que ha salido en el periódico… ¿Estás enfadado? Sé que no te gusta estar en el centro de atención.

-Sí, pero ahora todo el mundo sabe que soy sólo tuyo. Por suerte no han podido averiguar aún tu nombre, supongo que cuando lo hagan, que lo harán, estaremos quizás de vacaciones de verano, tú habrás aprobado tu examen con las notas más altas de la historia, tendrás patentada tu nueva poción para aliviar la artritis, yo estaré muy orgulloso de ti y ambos nos iremos con Remus y Francesca a recorrer Italia en moto del norte al sur y de vuelta. Porque quiero llevarte allí. ¿Qué me dices? Es buena idea? ¿Te gustaría?

-¡Me encantaría!

Se besaron y pasaron el resto del día juntos en la cama, hasta que no les quedó más remedio que ir a cenar con el resto del personal. La cena transcurrió animada con algunas bromas por parte de Albus, aunque Severus ya lo escuchaba como si oyera llover. Cuando terminaron de cenar se fueron a tomar una copa con Remus, pasaron un rato bastante entretenido, él les dijo que Francesca se tuvo que ir por la mañana pero que estaba muy preocupada por ellos y que le tranquilizó bastante el patronus que le mandó a Remus. Estuvieron comentando la charla que tuvieron Albus y Minerva con James, Lily y Sirius. Remus y Francesca estuvieron presentes junto con Regulus y los Longbottom. Todos le dieron la razón a Dumbledore y Minerva, y aunque los tres prometieron cambiar su actitud y dejar en paz a Severus, Remus no terminaba de creerles. Ellos sabían que a pesar de sus palabras debían estar alerta. Cuando se despidieron de Remus volvieron a la habitación de Severus y se acostaron. Habían pasado una noche emotiva el día anterior y aunque durmieron bien, todavía necesitaban descansar un poco más para recuperar su rutina al día siguiente, no pensaban renunciar a su rato en la sala de los menesteres… les gustaba demasiado estar a solas en su jardín privado.